Partida Rol por web

- Vaya, ¿Ahora hay que ir a que un malkavian(¿!) me "diga quién soy"? Solo me falta eso...

Cualquiera habría perdido ya la paciencia con aquella loca gitana, pero si algo tengo yo es paciencia. Tal vez demasiada...

Empecé a caminar hacia la salida, despacio, acompañándola. Al fin y al cabo era muy posible que pudiese desentrañar algo de utilidad de entre el misticismo de aquella mujer.

- Vamos. Aunque no me ha explicado su parte aún, Marizsa...

Cuando se formo la Camarilla y se dicto la Mascarada yo era parte de los que la protegieron. Hardestadt recibio una visita de alguien que le entrego unos pergaminos sobre todo esto, ya habiamos tenido problemas con los Giovanni cuando acabaron con los Capadocios, años antes con los Tremere y despues con el Dragon en Rumania cuando se alzo. No es bonito ver como lo que has creado con tanta lucha desaparece. Me nombraron Justicar, soy la unica que solo puede ser destituida por los Fundadores, pero tiene que ser en un consejo de pleno y eso ahora seria imposible segun recuerdas. digo mientras salimos a la calle y caminamos con un rumbo erratico... Mi papel, solo es el de guardiana, de custodio y debo encontrar a los que deben tener las armas, ayudarles a encontrar la manera de usarlas y de acabar con lo que se alce. Una cosa es facil, la otra no tanto sin saber quien puede ser o donde se oculta. Quentin esta tocado con el don de la profecia si sabes escuchar entre sus desvarios malkavian.

Ahora hablábamos. Al menos ya tenía algo.

¿Y como es que conoce tan bien su destino? ¿Quién o qué se lo ha mostrado? Y... ¿Como sabe que yo soy uno de esos portadores? - pregunté mientras caminábamos, suponía que a ver a Quentin, aunque no estaba muy seguro... - Porque para serle sincero, no soy ningún maestro de la espada precisamente...

Durva me lo mostro antes de que dejara a mi clan a su suerte como a mi familia. te miro de reojo y me paro girandome y quedandome frente a ti sonriendo. Las espadas solo se muestran a quienes estan destinadas, le muestran atisvos del pasado y puede que del futuro o del presente mas cercano. Gotean sangre cuando las portan y esa sangre no mancha el suelo, desaparece como si no existiera

- Pues lo poco que sé de esgrima lo aprendí hace dos siglos, así que no se qué espera de mi, pero...

Asentí amablemente en respuesta a sus palabras.

La verdad es que siempre había tendido hacia el escepticismo, aunque a lo largo de las décadas había visto multitud de cosas que escapaban a la lógica, empezando por mi condición; ello había ampliado mis límites de "lo posible" y acechaba siempre sembrando la duda. Las profecías y el retorno de los Antediluvianos, pero, bailaban en los bordes de esa lista. Y más, provenientes de alguien como ella...

A pesar de todo y por desgracia para mi, esa lista nunca se cerraría, y no sería yo el incauto que la diese por cerrada. Así pues, me dejaría llevar para recabar información y después ya vería qué hacer...

Caminais por las calles hasta una casa bastante lujosa, donde entrais en el salon hay un hombre sentado sobre la alfombra jugando con un gato que se gira al oir los pasos. Sonrie y te señala con un extraño gesto mientras comienza a mover la cabeza....

Esceptico....solo creeras cuando lo veas y puede que sea demasiado tarde para eso... creer mas de lo que te han enseñado eres como Tomas

- Crípticos y locos malkavians... Paciencia - pensé para mis adentros.

- Buenas noches. - respondí cordialmente tendiéndole la mano - Usted debe ser Quentin... Lo lamento, no me han dicho su apellido. Yo soy John Anderson, encantado.

- Me temo que no conozco a ese tal Tomas... - dije con intención de recibir una explicación.

No es tu nombre, no me intentes engañar, se que no es.... replico mientras sonrio levemente y me levanto con el gato en las manos sonriendo. claro que no le conoces por que si lo hubieras echo habrias conocido a su salvador...no es inteligente, no es inteligente, no es poderoso, es un niño aun

Miré por unos instantes a Marizsa ante las palabras de aquel loco, pero no parecía dispuesta a ofrecerme demasiada ayuda. Cuando empecé a hablar tardé unos instantes en arrastrar la mirada hacia el tal Quentin, como esperanzado de ver alguna reacción o apoyo en la ayudante del Sheriff. No era la primera vez que trataba con los lunáticos, así que seguiría su, a menudo, divertido juego.

- ¿Y qué es un nombre sino una simple manera de dirigirse a alguien? - respondí con una amable sonrisa - Al fin y al cabo el nombre no es lo que importa, sino a quién se refiere. Y estoy seguro de que la mayoría de gente de por aquí no sabría a quién se refiere si me nombrara por otro nombre.

- Vaya, no soy inteligente ni poderoso. A lo mejor no estoy preparado para ser el "portador de la espada"... - pensé con ironía - Qué pena.

- Tal vez quiera presentármelo, pues. - propuse con mi mejor cordialidad.

Sera dificil, tendrias que morir e ir a su cielo, pero seguro que no te quieren alli con todo lo que has echo. Tu aura me lo dice, no es como la de otros portadores me quedo mirandote extrañado y dejo al gato en el suelo acercandome a Marizsa y diciendola algo al oido Todos tenemos muchos nombres, algunos los usan para ocultarse, otros por que no confian en el que le dieron, tu ¿quien eres de los dos? me rio por algo que he pensado para mi Demasiado trabajo, creo que ya no los eligen como antes...mmm...creo que necesitara una vision, pero tengo miedo si me ocurre como la ultima vez

- Supongo que en parte es para ocultarme, sí - respondí con una sonrisa

- Si es que cualquier tiempo pasado fué mejor, ¿verdad, señor Quentin? - pensé divertido ante su comentario - ¿Qué ocurrió la última vez, si no es molestia preguntar?

La ultima vez que hizo que alguien tuviera una vision se volvio loco. No lo soporto la mente de ese vastago se fragmento mas que cualquier otra digo mientras me siento en una silla tu debes decidir si lo quieres hacer por que si no lo consigues no habra marcha atras

- Vaya, pues me temo que volverme loco no entra dentro de mis planes, señor Quentin. Cuánto lo lamento.

Maldita sea, ¿Era el único que era consciente de que estábamos hablando con un malkavian?

- El problema es sospecho que no me han dado suficiente información como para poder decidir. - respondí sin perder la cordialidad - ¿Porqué debería arriesgarme a tener esa visión y perderme en la locura?

Por que a veces las locuras tienen mas de verdad que otras cosas mas reales. sonrio mientras me recuesto en la silla con la mano en el respaldo. Si tienes miedo puedo acompañarte o cogerte la mano para que no llores si te pegan el tono es sarcastico como al sonrisa que decora mi rostro por que es la unica manera de que sepas si te miento o no

Si, definitivamente era el unico.

- Vaya, entonces si que tengo miedo - conteste devolviendole aquella sonrisa sarcastica - Lo lamento, Marizsa, pero de momento el hecho de volverme loco no entra en mis planes, y mas sin saber con seguridad la recompensa que pueda obtener a cambio.

- ¿Tal vez quiera probar usted?- pregunte acentuando la sonrisa y mirandola desafiante.

Te miro y me rio acercandome a Quentin.

Cielo tienes que volver a hacerme lo del otro dia. No te preocupes que sabes que no me pasara nada y que volvere sana y salva otra vez para jugar contigo y con tus gatitos digo acariciandole el rostro mientras levanta su mano y me toca con dos dedos en la frente haciendo que caiga hacia atras con los ojos en blanco y abiertos mirando al techo.

Maldita Marizsa, que vacilada me ha hecho... - pense divertido.

Lo del otro dia? Maldita loca... A pesar de ello, no cambiaba nada. Si ella queria arriesgarse a volverse loca, alla ella. A mi no me apetecia si no valia realmente la pena...

Permaneci, inmutable mirando tranquilo el espectaculo...

Tras un rato, posiblemente una media hora o asi, los parpados vuelven a parpadear y los ojos vuelven a ser normales, se levanta y se sacude un poco la ropa mientras te mira y carraspeo recogiendose el pelo en una coleta. Quentin la coge de la mano y se la acaricia con suavidad y ternura mientras la dice algo al oido.

Como ves no hay ningun problema, solo es cuestion de que tu decidas que hacer ahora dice sin mirarte.

Esperé casi media hora junto al malkavian sin decir ni una palabra, preguntándome porqué continuaba perdiendo el tiempo allí. Justo cuando pensaba que Marizsa se quedaría así para siempre y me disponía a irme, volvió en sí y se levantó casi como si nada hubiese pasado. A pesar de todo, no sería yo el que me dejaría tomar el pelo tan fácilmente...

- Como veo, ha tenido suerte, por lo que parece, nada más. - contesté sonriendo, demostrando la inutilidad de su "demostración" - Ustedes mismos han dicho que el anterior... "sujeto" que lo sufrió se volvió loco, así que lo siento pero esto no cambia nada. No me arriesgaré a perder la cordura sin estar seguro de que pueda valer la pena, y le aseguro que mi cordura tiene un precio muy alto...

TE mira y se rie mientras le guiña un ojo a Quentin y te acompaña fuera con gesto calmado y pausado mientras ves como un pequeño hilo de sangre cae por su nariz hacia su boca y el traje. Cierra la puerta y se apoya en ella cerrando los ojos y al abrirlos ves que han cambiado de color solo un segundo