Partida Rol por web

Nos Astra, la capital de Illium, es una ciudad peligrosa. Tal vez las probabilidades de acabar en un tiroteo con unos vorcha sean menores que en Omega, al menos no en las areas centrales de la ciudad, pero las grandes corporaciones compiten entre ellas utilizando todos los medios a su alcance, medios no siempre legales. Pese a ser una colonia dependiente de las Repúblicas Asari, las leyes de la Ciudadela son bastante más relajadas en Illium que en el resto del espacio del Consejo, lo que que hace de Nos Astra un centro comercial imprescindible en los tratos con los sistemas Terminus... y el lugar perfecto para que Kane Mason se oculte durante un tiempo.

Caminas por los alrededores del puerto. Durante un momento te paras a observar el atardecer, concediendote un ligero descanso en tu camino. La estrella Tesala, el sol de Illium, baña de un tono rojizo los edificios de Nos Astra. Durante los últimos meses te has acostumbrado a esos atardeceres. ¡Meses! No sueles quedarte tanto tiempo en el mismo sistema, pero los negocios han ido bien en la ciudad, y alargar tu estancia era un riesgo que podías permitirte.

Sin embargo, tu estancia está tocando a su fin. Si algo has aprendido en los últimos meses es que esta ciudad está corrompida hasta la médula. Es imposible dar diez pasos sin que te grabe una cámara de vigilancia, o sentarte en un bar y pretender que tu conversación no sea transmitida a varios lugares a través de micrófonos espía. Hasta el momento te has aprovechado de eso para obtener trabajo, pero antes o después tu presencia llamará la atención de alguien y, pese a que Zane Clark es desconocido en los círculos que podrían preocuparte, tampoco estás dispuesto a tomar riesgos innecesarios.

El tono rojizo de aquel atardecer ya le es familiar. Una postal casi diaria, y pese a ser siempre, por mas acostumbrado que este, una imagen reconfortante, sabe muy bien que no es buena señal que aquella imagen le sea tan fresca. Tal vez por perezoso, o por que cada día se cansa mas de tener que huir casi de manera constante, aquel atardecer, como en días anteriores, le recuerda que ya se a quedado en ese lugar demasiado tiempo. Y no es que sea precisamente el mejor lugar para un tipo como Kane, Zane, o como se haga conocer. En Omega por lo menos sabe en donde esperar a que le disparen. Sabe quien es un riesgo potencial, quien puede apuñalarte por la espalda, tratar de traicionarte, o quien escucha de mas. Es un lugar en donde todos andan con cuidado, la clase de lugar en el cual un tipo como él estaría seguro. Ilium, por otro lado, era una gran trampa, tapando potenciales peligros con una fachada deslumbrante, con aquella apariencia de lugar civilizado y sofisticado, en el cual todos se arrancan los ojos entre ellos, pero debajo de la mesa. Sin duda un lugar muchísimo mas peligroso que Omega, pero que aun así atrae a los visitantes desprevenidos, o aun conscientes de los peligros de aquel lugar, con imágenes como la que se dibuja frente a los ojos de Zane, o Kane, mientras se detiene en uno de las pasarelas del puerto para contemplar aquel atardecer, pensando que paso dar a continuación, pero con la seguridad de que no volverá a ver aquella imagen en mucho tiempo... idea que gira en su cabeza desde hace varios días, semanas, cada vez que se detiene a ver aquel espectáculo.

Miras a tu alrededor observando a la gente, en su mayoría asari. Están tan ocupados que a penas tienen tiempo para mirar a los demás y caminan ensimismados, probablemente maquinando planes para desbancar a sus rivales más próximos, piensas con cinismo.

Sin embargo, unos pocos se paran como tú a observar el impresionante atardecer. Rápidamente pasas tu mirada entre ellos cuando algo te llama la atención. Un batariano se apoya de forma casual al otro lado de la pasarela. Cuando le miras te parece que desvía la atención de sus cuatro ojos hacia otro lado. Te fijas una vez más en su postura... Demasiado casual.

Maldiciendo una vez más, vuelves a pensar que has pasado demasiado tiempo en Illium y Nos Astra empieza a dejar de ser un lugar seguro para ti. Te pones en camino, sin ningún rumbo específico, y buscas en el reflejo de una de las pulidas superficies que adornan el puerto al batariano. Tal y como sospechabas, se pone en movimiento pocos segundos después de que tú mismo lo hagas y camina discretamente entre la gente en tu misma dirección.

- Hijo de puta... - masculla entre dientes mientras observa a aquel batariano de manera disimulada, reforzando aun mas la idea de marchar cuanto antes, idea que según ve, es hora de tomarse en serio. Sin perder tiempo se pone en marcha, tratando de ver a su perseguidor de cualquier manera, mientras observa algún lugar, algún callejón o rincón un poco aislado en el cual meterse y esperar a aqueo fisgón para tener una pequeña charla. A Zane no le faltan enemigos, y puede hacerse una idea de quien puede estar detrás de aquel sujeto, pero siempre es bueno saber cual de ellos se a acercado lo suficiente, y especialmente quien es lo suficientemente estúpido para enviar a un batariano a Illium, para perseguir justamente a un sujeto que no simpatiza con ellos, ni mucho menos. Tal insulto, al menos para Zane, merece ser contestado.

Sigue caminando de manera disimulada, dejando que el batariano se crea que aun tiene la ventaja de la sorpresa, mientras busca algún recoveco en el cual meterse y, con algo de suerte, en donde su perseguidor iría tras él, seguramente desconociendo el recibimiento que Zane le tiene preparado.

Caminas por las atestadas calles de Nos Astra, alejándote del puerto en dirección a una zona más discreta. Cada cierto tiempo paras en alguna tienda, para observar el nuevo modelo de fusil de asalto de Rosenkov Materials y lanzar alguna mirada furtiva a tu perseguidor.

El batariano conoce su trabajo. Te sigue a una distancia más que prudencial y se funde fácilmente entre la multitud. Más de una vez no consigues localizarle cuando tratas de buscarle, pero decides no pararte a mirar con más detenimiento, sabiendo que hacerlo significaría demostrar que sabes que te está persiguiendo.

Sales de la zona comercial y caminas rápidamente por las calles. Finalmente encuentras la zona que estabas buscando y giras por un estrecho callejón. Aprovechando que tu perseguidor no puede verte durante unos segundos, echas a correr hacia la salida de la estrecha calle y te ocultas en un pequeño soportal.

Esperas durante un tiempo que se te hace eterno. Cuando empiezas a dudar si el batariano te habrá visto o sospechará de la emboscada, escuchas sus pasos sigilosos a unos metros de ti. Camina agazapado, pegándose a la pared opuesta a la que estás, mirando hacia el fondo del callejón por donde supone que has salido.

Zane se prepara en su posición, tratando de ocultarse lo mejor posible y sin omitir el mínimo sonido, mientras escucha como su perseguidor se va acercando a la trampa. Escucha atentamente los pasos, cada vez mas cercanos, mientras se prepara para saltar sobre el batariano a la primera oportunidad, tratando de tomarlo por sorpresa e inmovilizarlo con sus manos para evitar que intente cualquier cosa antes de tener una charla amistosa.

Por un momento el batariano parace haberte visto y duda a la hora de continuar. Sin embargo finalmente continúa avanzando, pasando de largo tu escondite en dirección al fondo del callejón.

Cuando el mercenario te da la espalda, ves tu momento para actuar.

Apenas el batariano le da la espalda Zane sale de su escondite dispuesto a actuar. Sin perder tiempo, se lanza sobre la retaguardia de su perseguidor, ahora tomando el lugar de la presa, y lo apresa con una llave, rodeando su cuello con uno de sus brazos mientras su mano libre va directo a su arma, la cual desenfunda, y que lleva directamente a hacer contacto con la espalda del batariano, suficientes elementos para persuadirle de quedarse quieto y no intentar nada estúpido.

En una acción refleja, el batario lleva su mano hacia la empuñadura de su arma. Sin embargo, dándose cuenta de que no es una buena idea y separa lentamente las manos del cuerpo, en un gesto de rendición.

- Me cago en... - Exclama al verse sorprendido. Tu mano alrededor de su cuello nota sus músculos en tensión, como si esperase un momento de debilidad para revolverse. Sujetándole fuertemente con el brazo, aprietas ligeramente el cañón de tu arma contra su espalda y poco a poco notas como sus músculos se van relajando.

- Vale tio, tranquilo... - dice aceptando su derrota. - ¡Joder! Mira que me avisaron de que no me confiara... - masculla por lo bajo para sí mismo, recriminándose el haberse dejado atrapar de esta forma. - Dime que quieres, pero retira esa pistola, ¿de acuerdo? - Vuelves a notar su tensión en el brazo con el que sujetas su cuello.

- Cierra la puta boca – le dice al batariano mientras aprieta su cuello con un poco mas de fuerza y hace notar aun mas el arma con el cual le apunta directamente a la espalda – no estas en posición de pedir nada, colega – agrega, entre amenazante y burlón, después de todo siempre es divertido dar una buena sacudida a sujetos como ese. Los batarianos de aquella índole suelen sacar a flote la parte mas sádica de Zane, mala suerte para el tipejo que se encuentra apresado entre sus brazos en ese momento.

- ¿Por que me estabas siguiendo? - pregunta finalmente, amenazante, y solo eso, ya sin un ápice de burla, sin tomarse la posible respuesta en broma.

El batariano separa aún más los brazos, con las palmas hacia delante, tratando de mostrar que no tiene malas intenciones.

- Tranquilo tio... Yo sólo te estaba siguiendo para saber dónde ibas. Alguien me encargó que lo hiciese, pero no sé nada más.

Aprietas un poco el cañón de tu pistola en su espalda, para meterle un poco más de presión.

- ¡Eh! - exclama. - Venga... no nos pongamos nerviosos, ¿vale? Te he dicho lo que sé, de verdad... Ni siquiera he intentado negar que te seguía. Así, que ¡joder! ¡Quita esa maldita pistola de mi espalda! - Notas un cierto tono de histeria en su voz, aunque no te sorprende, dada la situación.

- ¿Que mierda he dicho acerca de pedir cosas?  Si no quieres verme nervioso entonces cierra la puta boca y deja de decir tonterías – le dice a su prisionero, recuperando aquel tono sádico de antes, mas para asustar a aquel sujeto que por otra cosa. No es que no le divierta aquello, pero con el tiempo a aprendido  a mantener la calma en ese tipo de situaciones. Siempre le resulta reconfortante ver a un batariano cagarse en sus pantalones - ¿Quien te encargó que me siguieras? ¿Por que? - pregunta, y como antes, abandona aquel tono sádico y hasta juguetón para hablar de manera mas directa, como quien divide el placer con el trabajo.

El batariano tiembla un poco ante tu amenaza.

- Vale, vale... Lo que tú digas. No te pongas nervioso... No sé quién encargó el trabajo. - Habla rápidamente, como si quisera escupir la frase antes de que cambies de opinión y le pegues un tiro. - Me llegó un mensaje a la omniherramienta y cuando lo acepté esperé a recibir el pago y las instrucciones detalladas. - Hace una pequeña pausa, como si pensase qué más puede decirte. - Sólo tenía que seguirte e informar... ¡Lo juro!

- ¡Y una mierda! - exclama mientras aplica mas presion al cuello del batariano. No cree que aquel tipo no tenga idea de para quien traba y por que - ¿Asi que vas por ahi siguiendo a la gente por callejones a pedido de desconocidos? ¿Me estas jodiendo? - aprieta con mas fuerza la pistola contra la espalda del batariano – escucha, pedazo de mierda, si aun sigues vivo es por que aun no me decido entre romperte el cuello o solo darte un tiro, asi que te recomiendo que utilices el tiempo que tardo en decidirme en buscar alguna forma de darme informacion mas precisa acerca del idiota que te contrató para seguirme. Puede que eso mejore tus posibilidades de salir de aquí respirando – le dice mientras afloja un poco con el que toma el cuello de aquel sujeto, lo suficiente como para dejarle respirar, pero aun manteniendolo firme para que no pueda soltarse.

El batariano respira fuertemente cuando le sueltas.

- No sé más, de verdad... - dice, más preocupado por su salud que por la confidencialidad de quien le contrató. - Tan sólo sé que el mensaje llegó directamente desde Illium, de los alrededores de Nos Astra... ¡Por favor!

Un ruido en una calle cercana te recuerda que estás en un lugar público. Pese a que las leyes de Illium sean las más relajadas del espacio Asari, la violencia explícita no está muy bien vista por las fuerzas de seguridad.

- ¡Mierda! ¿acaso todos ustedes son así de estúpidos cuando tienen un arma metida en el culo? - dice fastidiado ante la falta de cooperación de su prisionero, e inmediatamente lo lanza contra una de las paredes del callejón, sin soltarlo en ningún momento, y estampando parte de su rostro en el muro mas cercano. No busca hacerle daño, al menos de momento, tan solo intenta apartase a un lugar un poco mas discreto y salir de ahí en medio, descubiertos ante cualquier mirada curiosa. No afloja el brazo ni por un segundo, de la misma forma que en todo momento hace sentir su pistola pegada a la espalda de aquel sujeto – Ahora, si me dices que puedes arreglar una reunión con este sujeto, tal vez considere dejarte salir con vida de aquí – le dice casi al oído - ¿puedes hacer eso, “colega”? Mejor que así sea, por tu bien... vivo no me sirves de mucho.

El batariano resopla para controlar su agobio.

- No, esto no funcionaba así... - dice con voz temblorosa. - El plan era seguirte e informarles de dónde ibas a estar. Yo recibía el resto del pago y desaparecía del mapa... Sólo seguirte, ¿me entiendes? No puedo concertar ninguna reunión. - El miedo es ahora evidente en su voz, nervioso por lo que pueda ocurrirle tras su respuesta y, por primera vez, parece totalmente sincero.

Zane resopla y aprieta los dientes ante la falta de cooperación del batariano.

- Tienes que tener algo. A algún lugar mandabas la información. Tenías alguna forma de contactar con ellos. Quiero saber como, y no quiero escuchar ninguna queja. Mejor que digas algo interesante, por que esta es la ultima oportunidad – amenaza una vez mas, volviendo a hacer un poco mas de presión alrededor de su cuello, y nunca haciendo mas presente la presencia de su arma en la espalda del batariano. Mejor que aquel sujeto diga algo, pues ya se está tardando demasiado en aquel lugar, y tampoco piensa estar todo el día con aquel asunto.

Le notas verdaderamente nervioso.

- Ya te lo he dicho. Tenía que contestar el mensaje que me enviaron, pero la dirección está encriptada. Yo no soy ingeniero, no sé dónde se dirigiría el mensaje... - Tiembla ligeramente. - ¡Ya sé! Hagamos una cosa. Tu me redactas lo que quieras decirle y yo envío el mensaje que me digas... Lo que quieras, pero no me mates...

Lentamente, señala su omniherramienta en el brazo izquierdo, desde la que puede enviar la supuesta dirección hasta la que te ha seguido. Piensas que podrías dirigir a tus verdaderos perseguidores a una trampa, pero por otro lado no terminas de fiarte del mercenario. ¿Quién se fía de los batarianos en realidad?

Zane se queda pensativo al escuchar las ultimas palabras del batariano. No termina de confiar en aquel sujeto, no después de tantas vueltas. Ya sabe quienes van detrás e él, aunque siempre hay alguien nuevo, e independientemente de quien se encuentre detrás de todo aquello, sabe que tiene que abandonar Illium cuanto antes. Mejor no correr riesgos, no con aquel sujeto.

- A la mierda... que tengas buenas noches – le dice mientras hace mas presión alrededor de su cuello, con la suficiente fuerza como para quitarle el aire y dejarlo inconsciente. Normalmente, con alguien de aquella calaña, se ensañaría mucho mas, pero aquel sujeto parece haber tenido demasiado en su encuentro. De haberse tratado de algún mercenario gatillo fácil, como tantos otros, Zane se habría tomado su tiempo para hacerle conocer a su viejo cuchillo.