Partida Rol por web

El lugar desprende una magia que te envuelve. Te suena bastante pueril, pero no vivías algo así desde que comenzaste a una edad muy precoz a jugar a las aventuras te texto informáticas, probando las más inimaginables combinaciones y descubriendo los más profundos secretos de aquellos modernos juegos. Eran como mundos vírgenes, aún por explorar y mostrarlos al mundo. Ahora sientes lo mismo. Ese impulso por llevar luz a todo secreto escondido entre la penumbra.

Todos estábamos tensos y algo preocupados por lo que estamos viviendo, más por el desconocimiento que por el miedo en si. Observo todo con los ojos de un niño que acaba de descubrir un mundo mágico en el que moverse y en el que explorar. Sujeto bien la mochila que mi madre me ha hecho llevar a mi espalda mientras paseo mis ojos por ese lugar que parece ser una casa encima de nuestra casa.

Escucho a papá levantar la voz a Dorothy.

"Todos estamos alterados" pienso, sabiendo que Dorothy no pasará por alto la subida de tono de papá.

Miro a todos lados sin dejar los ojos sobre un punto fijo, y mi curiosidad de niña le echa un pulso a mi obediencia como hija. Veo tantos logares a los que acceder que casi me olvido de mantener la calma. Parpadeo muchas veces y me acerco a una de las "puertas" y trato de abrirla guiada por una curiosidad extrema que hace que me olvide de que papá, hace unos escasos minutos, regañó a Dorothy por hacer exactamente lo mismo que hago yo ahora.

Al pasar por aquella "puerta" sentí alivio al ver que mi familia apenas había dado un par de pasos hacia delante, a estas alturas me temía que tuviéramos que buscarlos por una densa niebla violeta con los peligros que pudiera acarrear, pero verlos allí sanos y salvos tranquilizo mi corazón y mi mano dejo de sujetar tan firmemente el atizador que lleve conmigo.

Y mientras observaba ese nuevo escenario e intentaba comprender donde estábamos la tensión surgió de nuevo entre esos dos y aunque estaba de acuerdo con Ted gritarle a Dorothy en ese momento no era lo mas adecuado.

-Ted, Dorothy por favor, cálmense, todos estamos alterados pero gritar o hacer las cosas rápido y corriendo no sirve de nada, debemos analizar donde estamos y pensar un poco en ello antes de saltar del carro. -Use ese tono de reproche que había perfilado durante años desde que naciera Alex, pero esta vez fue un tono mas conciliador, lo ultimo que necesitaba era que nos peleáramos y perdiéramos los papeles entre nosotros cuando el peligro real era el lugar donde estábamos.

Era increíble, un pasillo tan grande... con tantas... ¿Puertas? No podía entender como eso estaba detrás de nuestra chimenea y menos aun comprendía que ya no estuviéramos en nuestro hogar. Pero esa opción era mas que posible, aquel pasillo era irrealmente largo. Mientras observaba aun sin llegar a comprender las dimensiones reales del lugar, Stacy paso por delante de mi y observe que portaba la mochila.

-Cariño, cuando te canses de cargar la mochila dímelo. -Ninguno de nosotros había comido o bebido algo en todo el día, fácilmente nos podríamos cansar rápido si cargábamos algo mucho tiempo, eso es lo que me preocupaba en esos instantes antes de que Ted llamara mi atención.

-¿El que? -Repare por primera vez en aquella extraña placa y me acerque a ella, apoyándome en el atizador mientras apartaba un mechón de mi pelo. -Que extraño, déjame verlo de cerca.

Fuera de mi vista o alcance quedo lo que Stacy estuviera haciendo.

Joanna se acerca cautelosa hasta la oscura placa, seguida por el resto de su familia, expectante. Stacy es la excepción, que guiada por una extrema curiosidad, se aleja del grupo hasta el siguiente acceso rectangular, atravesándolo, y se separa de vosotros.

La placa tiene un aspecto diferente al resto del lugar, aunque al acercarse no desvela nuevos detalles sobre su composición o funcionamiento, el instinto natural de Joanna hace posar la palma de su mano sobre ella, para tocarla. Una gran compuerta se abre deslizándose hacia arriba, mostrando un gran espacio blanco al otro lado.

Al posar la mano, sientes un mensaje germinar en tu cabeza. Se trata de un mensaje conceptual, no verbalizado, creado a partir de imágenes y emociones. La traducción de dicha proyección mental sería algo así como

Accediendo a la zona de exposición.

Al atravesar la neblina, apareces en un lugar que tiene el aspecto de una selva como la que has visto en las películas cinematográficas. El ambiente es húmedo, aunque tiene un matiz dulzón que no logras identificar. Esparcidos, aquí y allá, hay una formaciones extrañas. A simple vista se tratan de... una especie de pequeños remolinos de agua negra, pese a estar fuera de cualquier líquido. Tienen apariencia de vórtice, aunque no crees que giren, sino que son estáticos. Anclados al suelo. Para tu propia sorpresa, uno cercano a ti, a escasos dos metros, adquiere tu mismo aspecto. Te resulta como mirarse a un espejo, aunque reproduce tus emociones con un par de segundos de retraso. Tus gestos, los que "eso" copia, son todos de sorpresa y miedo. Imaginas de esta manera que ésa debe ser la imagen que proyectas hacia el exterior.

Nadie se ha dado cuenta de que me he ido o, al menos, eso parece. Alargo la mano hacia esa imagen de mi ansiosa de ver que textura tiene.

Me encuentro rodeada de cosas extrañas y siento miedo e inseguridad. Seguramente por eso, esa sea la imagen que reflejo... pero ¿no es cierto que siempre soy así?

"Estoy en un sitio que me hace comportarme como si estuviera en el psicólogo" pienso.

¿Qué reflejaría de mi hermana? ¿Y de mis padres? ¿Y de Alex? Tal vez una realidad que ninguno conocemos... porque yo soy como me muestra esa cosa negruzca... pero ¿y ellos?

Dejo mis cavilaciones mientras salgo de la sala para dirigirme a otra. Mi espíritu aventurero quiero investigar más y, le primera experiencia me ha gustado. 

No esperaba tal enfado por parte de mi padre cuando me llamó la atención por intentar abrir una puerta. Quizás fuera por la tensión que estábamos viviendo o quizás simplemente porque me había cogido desprevenida, pero fuera lo que fuera aquel grito consiguió que me acobardara frente a él, apartándome de un salto de aquella puerta. El susto y el temor ante el enfado de mi padre se pasaron tan rápido como había venido al escucharle pedirme disculpas. Si primero le había mirado con cierto respeto, en esos momentos volvía a dirigirle una mirada hosca.

No volví a hacer ademán de tocar ninguna de aquellas puertas y, en silencio y enfurruñada, seguí al resto de mi familia para observar la placa que mi padre había visto, desplazando el enfado que sentía para ser sustituido por una simple y llana curiosidad. Pero eso no evitó que, por el rabillo del ojo, viera a mi hermana que comenzaba a hacer exactamente lo mismo que yo había intentando con anterioridad. Me enfadé. Me enfadé muchísimo al comprobar cómo a ella nadie le decía algo, nadie la reñía o le comenzaba a gritar. Una prueba más de que doña perfecta tenía todo el apoyo del resto de mi familia.

Justo en ese momento la curiosidad volvió a conseguir que me olvidara de mi enfado, sobre todo al ver cómo mi madre tocaba aquella placa y una compuerta se abría dando paso a... Bueno, no tenía ni idea a dónde nos daba paso pero eso era algo que estaba dispuesta a descubrir. Me negaba a perder la iniciativa, además... qué iban a hacer ¿reñirme? A eso estaba acostumbrada y quedarme detrás no iba conmigo, eso sin contar que tanta prudencia no podía llevarnos a ninguna parte.

Por ese motivo di un paso en dirección hacia el espacio blanco como la nieve que la compuerta había descubierto para nosotros.

-Accediendo a la zona de exposición... ¿Que es eso? -Comente nada mas tocar el panel y observar atónita como el resto de mi familia como una puerta delante de nosotros se abría y dejaba ver una gran sala blanca.

Me gire sorprendida hacia el resto, para preguntarle a ellos lo que yo no llegaba a entender. -¿Que esta pasando? Perece que era un interruptor después de todo. -En ese mismo instante Dorothy se escabullo frente a mi para entrar por la puerta. -Cuidado hija. -Quise usar un tono suave, para rebajar la anterior situación con su padre, pues con su temperamento podría esperarme lo peor. Pero... alguien faltaba allí.

-¿Stacy? ¿Donde esta Stacy? Ted la niña, a donde a ido. -Abrí los ojos como platos, mi tono era mas de preocupación que de sorpresa, me había despistado un momento y todo se descontrolaba y en ese pasillo solo podía ir a una de las otras salas, pero a cual. -¡A CUAL! -Buscaba la calma dentro de mi mente, pero incluso allí por un segundo había dejado de ser mía. -Dorothy, Alex. ¿Habéis visto algo?

Ted mira la superficie oscura, luego a su mujer, y tarda unos segundos en entender, o en asumir, que Stacy ha desaparecido. Mira a todos lados, pugnando por mantener la calma.

-Está... Estaba allí, allí -dice, nervioso, señalando el siguiente acceso rectangular.* Se dirige a ese punto a grandes zancadas, con evidente aprensión, y se para un momento delante, mirando al resto de su familia. -No deberíamos separarnos...

Aquello se está descontrolando. Las gemelas yendo cada una para un lado y Alex como catatónico. Miró a su hijo con severidad. No era con su único hijo varón el más cariñoso de los padres, pero qué demonios, tampoco era como su viejo había sido con él. Ya era hora de que el chaval se espabilase. -Alex, cuida de tu hermana. Pase lo que pase -añadió, dramáticamente. -Yo voy a buscar a Stacy y vuelvo enseguida -añadió, mirando a su esposa con resignación. Ni él mismo parecía creerse sus palabras.

Dio un paso y atravesó la puerta.

Mientras Joanna, Dorothy y Alex contemplan maravillados la estructura en la que se encuentran, deseosos de cruzar al otro lado, Ted se encamina hacia el acceso rectangular más próximo, por el que la habéis visto entrar hace unos instantes. Los pasos al caminar en aquel espacio tan amplio resuenan con eco. Ted se para unos segundos ante la neblina, sin saber qué hay al otro lado. Emite un suspiro silencioso, un suspiro que se puede traducir por "¡Cuánto trabajo me dan mis hijos!" o "Ya es hora de que aprendan un poco de disciplina". Entonces Ted da un nuevo paso dispuesto a entrar, y justo en ese momento sale Stacy, distraída hasta el punto que casi choca con su padre.

Al salir me choco con papá. 

-Lo de ahí dentro es increíble...-les digo medio emocionada-. Huele como dulce y hay como unos remolinos que parecen agua negra... y... deberíais verlo-les digo apartándome a un lado para dejarlos pasar.

Luego en silencio, espero mi regañina pues e imitado a Dorothy y no suelo hacerlo, pero es que todo esto está lleno de cosas nuevas y que despiertan mi curiosidad.

Todavía estoy medio en shock tratando de entender cómo es posible que esto esté encima de nuestra casa. Como es posible que todo esto esté aquí. Miro a mi hermana. Esta seria, claro que en estos últimos tiempos verla sonreír es raro. Pero lo esta excesivamente. No ha respondido a papá y eso me sorprende. Parece enfadada.

Ted se quedó estupefacto. Pensaba intensamente en su hija, se preparaba para los posibles horrores que encontraría al otro, cuando Stacy se choca con él y describe las maravillas que se ocultan tras la niebla rosa... Tarda todavía unos segundos en reaccionar, y cuando lo hace es agarrando a Stacy por los hombros y sacudiéndola violentamente. La niña nota los dedos de su padre crispados, clavándose en su carne.

-¡MALDITA SEA, STACY! ¿QUÉ OS HE DICHO? ¡¿QUÉ OS HE DICHO?! ¡NADA DE SEPARARSE!

Continúa con un todo más bajo, como si no quisiera llamar la atención de quién sabe qué, pero no afloja su presa, aunque coloca a Stacy en el centro del pasillo. -Dios mío, hija, nos has dado un susto de muerte. ¿En qué estabas pensando para meterte ahí tú sola? ¿Y si... y si hubiera...? ¿Y si no hubieras podido volver?

En ese momento la abraza fuerte contra su pecho, y el resto de la familia puede ver la emoción en su rostro, las lágrimas a punto de brotar producto de la tensión y el miedo que ha pasado, pensando que perdía a una de sus hijas. Le da un beso en la cabeza y la suelta sin mirarla a la cara. Manifestar sus sentimientos no es el fuerte de Ted Krammer. En su lugar mira a Joanna con evidente alivio, luego a Dorothy y luego a Alex. Hace un gesto a su hijo con la mano.

-Ven un momento, hijo, quiero hablar contigo.

Con una breve mirada de esas que se entienden tras casi veinte años de matrimonio, Ted deja a las gemelas bajo la custodia de su madre y se vuelve para hablar con su hijo.

Agarra a su hijo por los hombros, aunque no es como antes, apenas lo consigue sin forzar la postura; Alex no sólo ha crecido, la lucha le ha granjeado una poderosa espalda.

-¿Qué te ocurre, hijo? Pareces ausente...- Ted habla en voz baja, en tono confidente. Concoe a su hijo, sabe que la relación entre Alex y su madre no es la mejor del mundo, y no quiere que el muchacho se ven a abajo.

-Bien, tengo que hablarte de dos cosas -continua, con ese tono serio que procede de cierta deformación profesional. -Alex, tienes que darte cuenta de que estamos en una situación... No sé ni cómo describirla. Delirante. Necesito tu ayuda, hijo. No sabemos lo que puede pasar, ni cómo salir de esta. Lo haremos todos juntos, pero necesito tu ayuda -repitió.

Habían caminado unos pocos y lentos pasos lejos de la familia. Se paró y encaró a su hijo, calllado; parecía estar recordando tiempos pasados (imposible saber si su propia juventud o la infancia de Alex), y darse cuenta en ese momento de que su hijo era casi un hombre. Justo a tiempo.

-Necesito que te des cuenta de que tenemos que proteger a la familia. No sé qué pasará, pero si me ocurriera algo... Quiero que ayudes a mamá en todo, pero sobre todo que cuides de las gemelas. Cuida de ellas, hijo.

Sabía que no tenía que insistir, Alex tenía fijación con la seguridad de sus hermanas pequeñas.

-Además, quiero preguntarte algo. Quiero que me cuentes qué soñaste esta noche. Sé... creo que fue algo desagradable, como nos ocurrió a todos. Puede ser importante que lo sepamos. Quiero saberlo.

Me quedé paralizada cuando mi padre comenzó a gritar a Stacy ya que no era habitual que mi hermana hiciera cosas que enfadaran a mis padres, o que desobedeciera cualquier orden por su parte. Por un lado me alegraba comprobar que a mi hermana no le había sucedido nada, aunque en ningún momento lo demostré, pero también me alegraba comprobar que, por una vez, yo no era la diana del enfado de mi padre. Sin embargo, al comprobar cómo después de la bronca él la abrazaba y la besaba, un ligero resquemor en mi pecho hizo que frunciera el ceño con desagrado. Pudiera ser que, en esos momentos, me sintiera celosa de Stacy, pero eso sería algo que nunca reconocería.

Y para colmo, ahora quería hablar con Álex, como siempre yo parecía estar fuera de aquella familia a no ser que fuera para reñirme. La situación era de lo más inusual y seguía pensando que todo era una pesadilla o producto de alguna sustancia que pudiéramos haber comido, pero fuera lo que fuera empezaba a cansarme no poder hacer nada, sólo esperar a que cualquiera de ellos decidieran, como siempre por mí.

—Habrá que decidirse por alguna de las puertas ¿no os parece? A no ser que prefiráis quedaros aquí como momias hasta que... no sé, hasta que alguien nos venga a rescatar si es que eso es posible. Yo creo que lo mejor que podíamos hacer es asomarnos aunque fuera un poquito y decidir por cual seguimos.

Había aprovechado que mi hermano aún no se había movido del sitio para hablar con mi padre para lanzar mi propuesta. Mi intención había sido que mis palabras no sonaran apasionadas o nerviosas y pensaba que lo había conseguido. No podía quedarme parada, necesitaba hacer algo aunque sabía que el peligro podía esconderse detrás de aquellas puertas, pero ¿qué otra opción teníamos?

Sí, era la primera vez que me regañaban. Sí, no estaba preparada. Pero cuando papá me cogió de los brazos y me zarandeó como si fuese un muñeco mientras sus dedos dejarían marcas en mis brazos, no pude evitar ponerme a llorar. Jamás me había tratado así y hasta que no rompió a llorar y me abrazó no comprendí su reacción y pensé que iba a pegarme. 

Esta forma de actuar de papá me tiene completamente dehubicada. Lo normal hubiera sido que pasara de mí y que se dedicara a sus quehaceres del trabajo, pero ¿no era hoy todo diferente? 

-Lo...lo siento-logro articular.

Mis ojos buscan el auxilio de mi hermana, más por costumbre que por necesidad. Una vez papá me suelta y se va a hablar con Alex mis ojos dejan escapar unas lágrimas silenciosas.

Me quedo allí en silencio, desamparada y sin saber muy bien qué hacer ahora.

El alivio que sentí en mi pecho al ver a Stacy salir por su propio pie y con una sonrisa no cabía en mi. La sensación de ahogo que sentía, así como donde estaba se esfumaron al instante, hasta que vi como Ted, visiblemente afectado regañaba a la niña. Di un par de pasos pensando en que toda esa explosión seria negativa, pero por una vez me equivoque con Ted, por un momento olvide quien era él y porque aun seguía a su lado.

Oculte mis ojos tras las gafas sin ocultar la sonrisa, cuando él me busco con la mirada y tras alejarse de Stacy, me acerque a ella para tenderle uno de los pañuelos, mientras una solitaria lagrima recorría mi mejilla.
-No vuelvas ha hacerlo, ¿De acuerdo? Todos estábamos muy preocupados. -Busque a Dorothy y la atraje a nuestro lado para poder abrazar a ambas. -Mantengámonos unidas, no sabemos los peligros que puedan surgir. -Me sincere con las gemelas mientras las palabras de una de ellas calaba en mi cabeza, era evidente lo que quería y tal vez tuviera una solución a medias.

-Por que no hacemos algo con todo esto. Al parecer no tenemos mas opciones que entrar y ver lo que hay al otro lado, entonces porque no hacemos que cada uno de nosotros elija una, entremos todos juntos y afrontemos lo que hay al otro lado sin separarnos. -Hable en alto para que los chicos que estaban alejados y hablando también pudieran escucharme. -¿Por que no empiezas eligiendo tu, Dorothy? -Era obvio quien debía ser la primera en elegir.

La pregunte esperanzada que esa tensión que sentía, se aflojara un poco y pudiéramos continuar sin preocupaciones. Y aun con todo aquello, mi vista se alzo ligeramente por la de mi hija observando aquella extraña habitación que había abierto y en el significado del nombre de la misma.

-Zona de exposion... No entiendo lo que quiere decir...