Partida Rol por web

Se abraza las piernas. Esta muchacha, que tan fuerte y vivaz te parecía. Con tres años más que tú y estudiando una de las carreras más duras del mundo... Parecía totalmente quebrada.

- Hemos empezado hoy con las prácticas... Teníamos que pinchar a una paciente para sacarle una muestra de sangre... Cuando he ido a pinchar yo y tirar del embudo hacia arriba... Toda esa sangre...  Me he quedado en shock- se pone muy roja y se lleva las manos a la cara - ¡Por qué tengo que tenerle miedo a la sangre!- te percatas de un papel que hay a su lado:

Estimada señorita Whitmore, debido a su incidente durante la jornada de prácticas, le recomendamos que no vuelva a asistir a las prácticas y que se replantee terminar la carrera de enfermería.

Escucho a Elise y la abrazo con ternura. -Tranquila, estoy aquí no te preocupes-le dije con un tono suave. Parecía haber tenido un día duro en las practicas, no la había visto derrumbarse así antes. -Sé que será duro, pero tu sueño es ser enfermera, ¿verdad? Estaré contigo para lo que necesites e intentaremos encontrar una forma para ayudarte a superar tu miedo a la sangre. Y con un poco más de práctica, ya no tendrás más incidentes al sacar sangre. Y tal vez podrías especializarte en la enfermería de pediatría. No dejes que nada te afecte-le dije con ternura.

-Esta noche iba a ir a cenar a casa de mis padres. Mi padre ha vuelto hoy de navegar y si quieres puedes cenar con nosotros-le propuse con una sonrisa. No quería dejarla sola. 

Gira la cabeza, con los ojos llorosos, pero te sonríe suavemente. 

- ¿De verdad? ¡Gracias Maya-chan! Es un gran gesto por tu parte :3 Gracias por la invitación y... la acepto. No quiero pasar sola la noche y menos ponerme a comer helado como haría una depresiva...- se limpia las lágrimas y se levanta, mientras apaga la tele.

- ¿Té importa que me duche yo primero mientras tu pones a punto a Oceana?- acaricia la cabeza de la sirena y se marcha al baño muy contenta. Escuchas la ducha y ves como asoma la cabeza por la puerta.

- ¡Maya-chan! Gracias por todo, eres una gran amiga :3- y se mete en el baño, dejando la puerta abierta (por si acaso).

-No hay de que Elise-chan. Somos amigas-le dije con una sonrisa. -Claro tú duchate sin problemas yo pondré a punto a Oceana y avisaré a mis padres de que vienes a cenar-dije con una sonrisa.

-Venga Oceana, vamos a ponerte a punto-le dije con calma mientras iba a por las herramientas de mantenimiento. Usé el medachat para avisar a mamá y decirle que Elise vendría a cenar con nosotros. Empecé a trabajar y examinar el torso de Oceana que había sido dañado durante la robobatalla de antes. 

-En breve estarás como nueva-le dije con una sonrisa a mi medabot. 

Tu móvil vibra con el mensaje de respuesta de tu madre. 

¡Bien, me encanta Elise! Aunque Ryu podría venirse, es un gran partido, no sé si me entiendes, cielo ;D A tu padre le parece bien lo de tu amiga ^^

La ducha se cierra. Escuchas como Elise tararea desde dentro del baño una canción de anime. Unos largos minutos después, salé del baño con la toalla recogiéndose el pelo... y nada más. Totalmente desnuda marcha hacia su habitación y, cuando va a cerrar la puerta, te guiña y te saca la lengua.

Me pongo roja por el mensaje de mi madre, pero decido no escribir nada. Papá se pondría como un basilisco si traía chicos a casa para cenar y con la situación de Hatori era mejor ir con pies de plomo.

Una vez he terminado con el torso de Oceana, me dedico a trabajar el brazo derecho de mi medabot. -Y creo que con estos ajustes ya está todo...-dije.

De repente Elise salió de la ducha con sólo una toalla en el pelo. Menos mal que vivíamos nosotras solas, que si vivíamos con un chico, ya estaríamos de camino al hospital del patatus que le pudo haber dado. Una vez terminé con el brazo de Oceana me dirigí a ducharme rápidamente. 

Cuando termina, Elise sale de su habitación con una falda medio larga blanca, lisa, una camisa azul celeste con puntos blancos (algo abierta, dejando un medio discreto escote). Se ha peinado el cabello en ondas, como le gusta a ella, y da la sensación de que apenas se ha tocado el pelo y a la vez sí. Te fijas que se ha puesto unas medias color carne que pueden pasar perfectamente por su piel. 

- Bueno, ¿vamos? ¡Ah, a propósito! ¿Les llevaremos algo? En mi país, si nos invitan a cenar a otra cosa, es un detalle llevar algo, bebida, comida...- dice eso mientras marcha a la puerta y buscar unos zapatos sin tacón y cómodos para caminar.

Salgo de la ducha y me meto en mi cuarto para terminar de secarme y cambiarme de ropa. Al rato, salgo vestida con una camisa verde y una falda de color amarillo. Cuando salgo, Elise ya está vestida. -Yo ya estoy lista-dije con una sonrisa. Parecía estar de mejor humor y eso me alegraba.

Antes de salir me puse a pensar. Sería buena idea traer algún detallito. -Pues, no sé... ¿que crees que deberíamos traer?- pregunté. No estaba muy segura.

Elise coge un bolso, mira su cartera y pone expresión cortada.

- Yo para mucho no tengo, y ponernos ahora a cocinar es una locura...- abre la puerta distraidamente y os encontráis a Ryu, cargando con una caja.

- Om, hola chicas... ¿De qué hablabais?- Elise se lo queda mirando, embobada.

La verdad es que Elise tenía razón. No nos daba tiempo a preparar algo. Tampoco pensaba que era buena idea desviarnos mucho para intentar comprar algo de camino, podríamos tardar mucho.

Elise abre la puerta y afuera estaba Ryu cargando con una caja. -Hola, Ryu-kun ¿Que tal estás?-le dije con una sonrisa. -Íbamos a ir ya a cenar a casa de mis padres. ¿Cómo te ha ido con el mantenimiento de Fenrir?-le dije muy alegre de verle. 

- Ahora está descansando el campeón, gracias por el interés. Por cierto, ¿necesitáis algo para llevar? Un segundito- mete la caja en su piso  y oís como abre la nevera, luego la despensa. Entonces sale con una botella de vino (un buen vino), y una caja de copas.

- Aquí tenéis, yo no los uso además, no bebo- os guiña - Bueno, me voy a cenar ¡Qué aproveche el sushi!- y cierra la puerta.

Elise te toca.

- Maya... Me he mojado... Voy a cambiarme...- (XD)

Ryu parecía estar de buen humor. Se metió en su piso y rápidamente volvió con una botella de vino y algunas copas. Miré sorprendida. -Vaya, Ryu-kun, muchísimas gracias. ¡Eres el mejor!-dije muy contenta al aceptar la botella. Ojala pudiese invitarle a cenar con nosotras, pero con mi padre, el pobre lo acabaría pasando fatal. 

-Que cenes bien y descanses Ryu-kun. Ya quedamos mañana-le dije con una gran sonrisa. Miré a Elise algo descolocada, no entendí lo que quiso decir (expresión de su país???). -Eh...vale...pero no tardes mucho??-dije sin estar muy segura. 

Cuando Elise vuelve a salir,más tranquila, os marchais. Ella lleva la caja y tu la botella. Oceana va con vosotras y se ha puesto un lazo púrpura al cuello. Tenéis que coger el metro, ya que tus padres viven en un barrio residencial cerca del puerto, de casitas de un par de pisos (como la de Nobita). Bajáis en la estación del barrio y te empiezan a venir recuerdos de nostalgia de cómo ibais a la playa de niños, cuando durante el monzón os metiais en casa al calor de la mesa brasero... Llegáis a tu casa justo a la vez que tu madre llega con el coche.
- ¡Buenas tardes, chicas! Id pasando, Hatori está dentro con papá y creo que alguien más- efectivamente, cuando entráis, Suguha está en casa, vestida de manera muy formal, con unos bonitos calcetines negros, una falda de rayas rojas y negras y una camisa blanca.
- ¡Buenas noches, Maya nee-chan! Dadme los bolsos, yo los cuelgo ^^- se presenta ante Elise y se marcha rápido a la cocina. Hokuto se presenta a Elise. No ves a Hatori, pero lo oyes en la cocina, quejarse.
- ¡Verás cuando lo vea mamá!-
- No pasará nada, Hatori-kun, se vuelven a hacer y ya está- te parece escuchar un beso en la mejilla. Cuando te asomas, ves que se ha caído un maki.

El camino a la casa de mis padres me trae muy buenos recuerdos de la infancia. A veces echaba de menos la casa, pero las cosas me iban bien en el piso con Elise y siempre podía ir a visitarlos. Ocena y Elise iban muy contentas y animadas, el medabot se puso un bonito lazo púrpura en el cuello. -Oceana, estás fantástica-le dije con una sonrisa. 

Llegamos a casa justo al mismo tiempo que mi madre. -Hola mamá, ¿cómo te ha ido el día?-le dije con una sonrisa. Al entrar nos encontramos con Suguha, la compañera de clase de Hatori. -Hola de nuevo Suguha, mucho gusto en volver a verte. Esta es mi compañera de piso Elise-le dije con una sonrisa antes de que se fuera a la cocina. 

Al oir la voz de mi hermano en la cocina, me dirijo allí y le veo preparar el shushi. -Hola, ¿necesitais ayuda?-dije con una sonrisa. No me importaba ayudar en la cocina. Me acerqué a mi hermano con una sonrisa. -¿Todo bien Hatori?-le pregunté a mi hermano. No sabía si papá le había echado la bronca a Hatori nada más llegar a casa por lo del medabot. Parecía estar de más o menos buen humor, sobre todo cuando se presentó a Elise. 

Mamá entra en casa, besa a papá y va a la cocina. Le da un fuerte beso a sus hijos. Suguha se presenta. A mamá parece gustarle la chica. Terminan con el sushi y le dice a Elise y a Hatori que preparen la mesa.

- Hatori, cariño, ¿podrías buscar la mesa complementaria?- te guiña un ojo y se va con Elise a preparar mantel, platos, cubiertos, etc.

Suguha te pide ayuda con los fideos y la tempura. Oceana se va a ayudar a mamá y a servirle una cerveza a papá.

- Gracias, Oceana. Estás muy guapa- escuchas de lejos a papá.

- Maya-san... ¿Puedo preguntarte algo?- Suguha te habla mientras cocináis tranquilamente.

Al llegar mamá rápidamente el ritmo de la cocina se acelera un poco. Les pide a Elise y a Hatori que pongan la mesa y yo mientras ayudo a Suguha con los fideos y la tempura. Papá parecía estar de buen humor y eso era bueno. Me alegraba mucho de volver a verle. 

-Claro Suguha-chan, pregunta lo que quieras. ¿Hay algo que te preocupa?-le dije con una sonrisa. 

Ves que está algo sonrojada, pero no sabes si es por la cocina o por otra cosa.

- Hatori-kun me ha invitado a cenar, pero no sé si a vuestro padre le parece bien, ya que no ha dicho nada salvo "Hola". Además... Supongo que es evidente que a mi me gusta mucho tu hermano... Aunque no sé si es mutuo- se pone aún más roja. Elise entra para coger las bebidas, te mira como preguntándote si va todo bien y luego, se marcha al comedor.

Escuché a Suguha-chan y asentí con una leve sonrisa. -No te preocupes por mi padre. A veces puede ser un poco gruñón y dar algo de miedo...pero es muy buena persona. Y no le digas a Hatori que te he dicho esto... pero normalmente no suele traer a mucha gente a casa a cenar así que puede ser una buena señal- le susurré discretamente y después le guiñé con una sonrisa.

Era cierto que Hatori no traía mucha gente a cenar y parecía que él y Suguha se habían vuelto muy buenos amigos. Me recordaba un poco a mi situación con Ryu-kun. Al pensar en él me puse un poco colorada. Elise llegó a por los vasos y le dije rápidamente que todo iba bien. 

Suguha te sonríe y hace un gesto de agradecimiento con la cabeza. Termináis con la comida, os dirigís a la mesa y decís todos a la vez:
- ¡¡¡Itadakimasu!!!- los palillos vuelan hacia el sushi de mamá. Es delicioso. Los fideos y los platos que hicisteis tu y Suguha no se quedan atrás, y tu madre te guiña un ojo, felicitándote. Oceana conversa con Phoenix y Torpedo, el medabot de papá. Pasados unos minutos, este se estira y te pregunta.
- Y dime, mi niña, ¿qué tal estáis Elise y tu? Me ha dicho que vivís muy a gusto en el centro- te fijas en que desvía la mirada de vez en cuando hacia Hatori, que no puede dejar de mirar a su plato. Suguha le mira algo preocupada, pero intenta aparentar lo contrario.

Pronto empezamos a cenar todos juntos. El shushi de mamá estaba increíble como siempre  y los fideos que hicimos también estaban deliciosos. La cena estuvo bastante animada y todos estábamos de mejor humor. Me alegré de que Elise se sintiese mejor y papá parecía estar más calmado, aunque de vez en cuando miraba a Hatori algo enfadado. 

-Si Elise tiene razón. Vivimos en una zona bien situada en el centro y no tenemos que caminar mucho para ir a las clases, así que nos ahorramos algo de dinero en transporte público. ¿Que tal te ha ido estos días papá?-dije con curiosidad y una sonrisa.