Partida Rol por web

-Para empezar, podriamos acercarnos a ver que pasa...

Espero que cobremos. No he venido hasta aquí para ver como ejecutan a un infeliz. ¡Vamos antes de que lo maten y no nos pague! -digo avanzando hacia el zapatero...

En cuanto salís de la taberna y os acercais a ver que ocurre, los guardias os interceptan y uno os dice con tono amenazante: ¡Esto no es asunto vuestro, largaos en nombre de la guardia!

Son cuatro, y ahora todos distinguis como entre ellos había también un quinto hombre vestido con un manto negro que os ignora y se dirige directo a Inius Olger, os parece ditinguir un reflejo metálico en una de sus manos antes de que os de la espalda...

Observo en silencio la escena, anonadado...

¿Es que no me habéis oido? ¡No hay nada que ver aquí, fuera! El tono de los guardias empieza a empeorar y se acercan un poco a vosotros. Algunos vendedores en puestos de fruta no muy lejos de allí, que a estas horas empezaban a recoger sus mercancias, se apresuran a encerrarse en sus casas dejando el trabajo a medias. Incluso la carreta de un panadero que iba a pasar por allí cargada de pan y harina se para antes de llegar y el panadero se esconde bajo el carro. Todos parecen asustados, pero ninguno sorprendido de lo que ocurre.

Mientras tanto, el hombre del manto negro casi ha alcanzado a Inius, que parecía nervioso hasta ahora, pero cuyo rostro se convierte ahora en el de la propia desesperación. Del motivo os dais cuenta cuando el otro hombre separa un brazo del cuerpo en el que blande una daga, dispuesto a clavarsela al zapatero. Inius intenta huir hacia el interior de su tienda, pero al reparar en vosotros grita: ¿Sois vosotros los mensajeros que envía Tira? ¡Os lo suplico, ayudadme! Pero es demasiado tarde, el encapuchado hombre de negro le alcanza en la puerta de su tienda y con un diestro movimiento le clava la daga en el corazón, cayendo su cuerpo muerto al suelo sobre un creciente charco de sangre.

Luego se da la vuelta y os fulmina con una mirada asesina: Son ellos, cogedlos... dice con apenas un susurro, pero los guardias reaccionan como si les hubieran gritado una orden y agarran con más fuerza sus alabardas dispuestos a atraparos.

Nosotros no sabemos nada de esa Tira. Ni siquiera conocemos a este hombre. No quiero problemas, así que os rogaría que no me pusieseis la mano encima...

Jajaja, eso dicen todos hombre cabra, pero al final siempre acaban confesando... dice con voz burlona el que parece el portavoz de los guardias mientras sigue acercandose. EL hombre del manto negro ha empezado a hacerlo también.

- Dad un paso mas y os abrire en canal como a un cerdo de matanza. - Dice Whilem mientras saca su espada con una de sus peores caras posibles... que ya es decir mucho.

¿Ah si?, eso lo veremos... y se preparan para atacar.

- Tu el primero!!! - Dice Whilem mientras levanta su arma y asesta una estocada al enemigo de en frente manchando el suelo con las primeras gotas de sangre.

He dicho que nadie me pondrá una mano encima. A dormir se ha dicho...

La mayoría de los guardias, incluido el asesino que les acompaña y a las ordenes de quien parecen estar, empiezan a bostezar con sueño y sujetan sus armas con menos fuerza, sus movimientos se hacen lentos y torpes, pero no terminan de dormirse. Uno de ellos sin embargo parece no haberse visto afectado por el conjuro y mira incredulo a sus compañeros: Pero señor, ¿que ocurre? ¿no ha dicho que los apresaramos?