Partida Rol por web

Josie los miró de soslayo, no le parecían la gran cosa como para amedrentarla, pero entendía que lo mejor era la prudencia y no actuar de forma apresurada.

Se mantuvo sobre la montura, sin soltar el arma, aunque sin apuntar con ella todavía.

-¿Qué es lo quieren? -espetó sin que le temblara la voz- Maldición Bobby, avisa a mi madre y estén preparados -pensó.

-O los han recibido, Lewis, o los han recibido. De todos modos, yo sólo he escuchado esos dos disparos. El del caballo fue Miles, se lanzó a galopar como un loco y no pudo evitar una zanja inundada. Esto se ha convertido en un caos, por todos los demonios. Ha faltado poco para que nos matasemos los unos a los otr… ¡Eh! ¿Has oído eso? ¡Es Miles!

-¡Buckner, sois vosotros! Maldita sea, he estado a punto de rellenaros de plomo… -gruñó Miles. -¿Qué ha pasado aquí? Aguardad – Volvió la cabeza y alzó un tanto la voz rota: -¡Potter, no hay peligro!

Y casi al instante distinguieron la voz rota del viejo vaquero:

-¡Potter, no hay peligro!

-Gracias al cielo. Vamos, muchachos –indicó Potter. Sintiendo los pies menos plomizos, se apresuró a cubrir la corta distancia hasta el granero.

-Hablar, hablar, por supuesto, qué otra cosa –su tono era ladino y falsamente amigable. Ese tipo no tenía amigos. –Nos invitará a entrar en su casa y tomaremos café, como personas educadas. ¿Sabe? Su padre era un buen amigo mío.

El semblante de Thomas se tornó taciturno ante la idea de que alguno de sus compañeros pudiera haber resultado herido, pero podría apostar a que el primer cuerpo que encontraron no era ninguno de ellos... De todos modos, ¿a quién en su sano juicio se le ocurriría irrumpir a caballo en medio de las reses? Hubo suerte de que no huyeran en estampida...

Alzó la mirada ante la exclamación de Miles, asintiendo algo más aliviado para después seguir al capataz a toda prisa, esperando encontrarse con Zacharias y Bonito en plenas condiciones y con la "misión cumplida".

Tommy seguia agazapado y con mirada aguda en cualquier detalle que tuviera a bien mostrarse a medida que el astro sol los bendecía con su luz.

Cuando Miles apareció sufrió un pequeño sobresalto pero, sin mas, dejó que el veterano se aproximara sin siquiera intercambiar una mirada.

Zak y Lee comenzaron a intercambiar un par de opiniones y el otrora confederado entrecerró sus ojos con semplante serio, tirando a molesto por aquella imprudencia.

Sin duda nos quiere delatar... Tengo un mal pálpito...

Cual si fuera un comanche, Bonito volvió a otear el paisaje

Oiga Miles, no sabemos si no hay peligro... Que no se confíe.

Por Dios! Sarah estaba agradecida no haber disparado pues pensaba empeñar en ello la vida y darle a lo que se movía, por suerte no lo hizo o quizás era más que suerte. Miró a los demás, era hora de reunirse como bien decían. No veía la hora de encontrarse con el resto y terminar con aquella maldita pesadilla que la había arrancado del lecho, además, estaba empapada y empezaba a sentir frío; aunque nada dijo pues allí todos eran muy machos y ella no quería ser menos. Se frotó las manos en los muslos, con brusquedad para ver si conseguía quitarse un poco el frío o quizás porque era un gesto que hacía cuando estaba nerviosa.

-Hablar y los dos están apuntándome -dijo Josie en voz alta y con los ojos entrecerrados-... Vaya formas las suyas -ironizó.

La mención de su padre no fue algo que le agradara, en lo absoluto. Dudaba mucho que su padre hubiese entablado amistad alguna vez con hombres como esos.

-Así que usted conoció a mi padre. ¿En dónde? ¿Cuáles son son sus nombres? Puede que los recuerde...

No creía ni una sola de las palabras de esos hombres, pero tenía que ganar tiempo, buscar el modo de tomar ventaja. Intentar algo en ese momento sería un error.

-He, he, he. ¡Astuta como su difunto padre! –Señaló despreocupadamente su arma con la mano en que trababa el cigarro: -Nada, esto no es nada, como si no estuviese. Es una simple precaución; tienen muchos empleados en la granja, demasiados mayordomos. Me pregunto en dónde habrá escarbado la viuda… Venga, invítenos a pasar, tengo muchas preguntas que hacerle a su madre.

En ese momento, se oyó con toda claridad abrirse la puerta de la casa y unos pasos sobre el porshe, y seguidamente la voz alarmada del joven Clayton:

-Señorita Josie, ¿qué ocurre?

Lewis y Sarah se apresuraron en pos de Potter. Con gran gozo, descubrieron a sus otros tres compañeros parapetados en un flanco del edificio maltrecho, aparentemente ilesos, y algo más… Un muerto doblado en dos, con la boca destrozada por la salida de una bala.

Potter se sobrepuso en un santiamén al regocijo que los embargaba a todos y tomó posiciones al tiempo que maldecía, siempre en susurros:

-Hemos actuado como unos malditos novatos. Nos ha faltado nada para balearnos entre nosotros – Y volteándose hacia el segundo en el rancho Ithaca: -Miles, ¡por los clavos de Cristo!, ¿te volviste loco?

Miles permaneció callado, sabía que fuese lo que fuese que dijera no convencería a Potter de que no había sido un error. Aunque hubiese sido solo su vida la que echara en suerte.

Miraba a los que estaban ahora con él, sus fríos ojos azules parecían escrutarles,  antes de volver a mirar a su objetivo, la casa que otrora fuera un rancho de provecho, ahora se encontraba arruinada por el fuego y desgastada por el tiempo pasado sin ningún mantenimiento.

Un granero no muy grande junto a un pequeño cobertizo parecía estar aun en buen estado. - quizá unos seis u ocho metros - calculó.

Hay que moverse antes de que se haga de día. Seremos un blanco fácil en poco tiempo.  - escupió al suelo y echó otra ojeada a la casa - Nuestro avance podía ser rápido mientras nos moviéramos al amparo de la noche, pero no contaremos con ello por más tiempo. - afirmó sabiendo que los que le escuchaban no perdían detalle.

Lo mejor es que "Bonito" y yo alcancemos el granero, primero. Tú nos cubrirás - le dijo a Zacharías señalando la escopeta en un tono que no admitía replica. - Desde ahí nos será más facil protegernos y planear una forma segura de acercarnos a esos malnacidos.

Cogió la escopeta, revisó que tuviese munición y que ésta no estuviese mojada. - Te avisaré cuando "Bonito" tome una buena posición para cubrirte. - Se la tendió de nuevo y empujando ligeramente a "Bonito" se movió hacia un lugar desde donde poder empezar la carrera con un mínimo de retraso.

Espero que seas bueno corriendo, no pienso esperarte. - bromeó, sin reirse. Un chiste que sonó duro y que para nada cumplía la función para la que debió hacerlo.

-Bueno, lo importante es que no lo hemos hecho y todos seguimos de una pieza- respondió Lewis a los comentarios alarmantes del capataz Potter, intentando así rebajar algo de tensión y quitarle parte de la importancia a la penosa emboscada.
En realidad eran vaqueros no bandidos o militares de la caballería, no podían esperarse milagros en cuanto a organización y destreza nocturna.

-Ése es el segundo cuerpo con el que nos topamos, seguiría faltando un tercero- observó con bastante tranquilidad el cadáver cercano antes de volver al vista a sus compañeros. Lo que a Thomas le preocupaba es que todos estuvieran bien y al parecer así era así que se sentía bastante aliviado.

-Esto está resultando incluso... fácil- admitió finalmente tras distinguir las cabezas de ganado al otro lado de la colina, manteniéndose de todos modos junto a la protección del granero aunque no esperaba recibir muchos más ataques por el momento.

Sarah se quitó el sombrero, estaba calada hasta los huesos, hacía demasiado frío pero no se quería quejar pues nadie parecía sentirlo y aquello sólo habría sido una muestra de su debilidad y no estaba dispuesta a que los demás lo supieran, rechinó los dientes inconscientemente porque era algo que hacía cuando comenzaba a tener mucho frío y luego se encuclilló un poco, el día empezaba a puntear, al menos pronto no tendrían que preocuparse de matarse unos a otros como Potter decía con toda seguridad. Se ató el pelo en una cola luego de exprimirlo con ambas manos, mejor era quitarse toda el agua que pudiera de encima.

No dijo una sola palabra y quizás si la hubiera dicho no le habrían hecho caso, al fin que era sólo una niña jugando a los vaqueros; intentó buscar con la mirada al resto de sus compañeros, tenía una ligera sensación de angustia, como si alguien le apretara el pecho con fuerza, pero no podía imaginar a qué se debía; se lo achacó al hecho de estar helando y ellos estar completamente mojados, era mejor no presagiar nuevos males a los que ya de por sí tenían.

Maldijo en silencio su inoperancia, se encontraba perdido y con el convencimiento de que algo malo iba a suceder por su culpa, por culpa de quien era, podía parecer absurdo, pero a veces su cerebro funcionaba de una manera no muy lógica cuando se trataba de ciertos asuntos.

Sonrío nerviosamente a los recién llegados, totalmente fuera de lugar, pero apenas fue un vistazo, pues Miles le tendía una escopeta, lo miró con algo de sorpresa, pues no había apenas había manejado esa arma. Pero el vaquero había confiado en él, a pesar de todo, así que agarró el arma con fuerza y asintió con la cabeza, convencido de que no se había equivocado al darle la responsabilidad de cubrirlos, tenía que irse acostumbrado si quería que el apellido Buckner cambiara.

Miró a Lewis de nuevo, sorprendido por lo de fácil, para él estaba siendo una de las peores noches de su vida, por lo menos de su vida adulta, pero no dejó entrever temor, no podía hacerlo, delante de ellos no. El movimiento de Sarah no le pasó desapercibido, y se permitió dedicarle unos momentos antes de centrar toda su atención en Smith y Miles, sonriéndole incluso, pues la imagen de la niña convertida en mujer se le antojaba familiar de alguna manera. Le hubiera gustado tener tiempo para hablar, otro motivo más para continuar viviendo un día más.

Pasó la mano por su rostro empapado y escupió al suelo para volver a concentrarse en su tarea, escopeta en mano, dispuesto a seguir los movimientos de sus compañeros, no dudaría ni un instante más, las balas silbaban demasiado deprisa para hacerlo.

Colocado junto a Bonito volvió a echar una mirada a la casa, luego a los demás - Estaría bien que alguno más nos cubriera con un rifle. - dijo, sin señalar a nadie en particular. Estaba claro que no quería sobrepasar la autoridad de Potter, éste ya le había aguantado bastante y aunque había un respeto mutuo debido a que era un vaquero curtido y experimentado, siempre había límites que no debían traspasarse.

Se apretó el cinto y la canaana, colocó el seguro a la funda del revólver, no quería perder el arma y la munición si tenía que tirarse al suelo para salvar la vida. Sería salvarse del fuego para caer en las brasas.

Es posible que no sepan cuantos somos, permaneced alerta y no os dejéis ver. - recomendó en un tono autoritario.

Finalmente volvió a medir la distancia que les separaba de la fragil construcción de madera que había a medio camino entre el granero y la casa.  - Es el momento... - se dijo y tras palmearle la espalda a "bonito" a modo de señal, salío corriendo del parapeto.

-Nada Bobby, sólo tengo una interesante charla con un par de amigos -Josie respondió a Bobby casi que con dulzura y lo hizo sin apartar la vista de los hombres, no era tan tonta como para darles la espalda.

Esperaba que Bobby tuviese tuviese el seso suficiente para darse cuenta que allí algo raro pasaba, empezando porque ella no hablaba dulcemente a nadie, salvo a su hermano, eso coronado al hecho que amigos Josie no tenía. Pero debía cerciorarse, así que añadió un par de cosas más, que esperaba que éste acabara de interpretar como señal de que las cosas no estaban nada de bien.

-Dile a la negra -se refería a Gertrudis y Josie jamás la había llamado de ese modo ni permitía que alguien lo hiciera, porque Gertrudis era parte de la familia- que prepare café para los señores y dile a doña Catherine que tenemos visitas -ahí estaba la otra señal, porque Josie jamás se refería a Catherine Wales de esa forma cuando ordenaba a algún peón que hablase con ella, siempre les decía la Señora Wales o mi madre.