Partida Rol por web

Mil balas sobre Avalon Hill.

Cap. 6. Cuando partas hacia Ithaca...

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22/01/2010, 13:56
Josephine "Josie" Wales

Josie, que había dejado el lugar a Zack, después de unos segundos de desconcierto, regresó a la carrera al piso superior.

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22/01/2010, 13:57
Darius Potter.

Miles, mientras tanto, chasqueaba la lengua, examinando aquel desastre, respiraba profundamente y le comunicaba a Miles:

-Ha habido una explosión en los establos. Tal vez Bonito y Príamo estén muertos. Y para colmo de males, el sheriff (sí, él está detrás de todo esto) ha escapado. Tenemos que ir detrás de él.

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22/01/2010, 13:58
Director

El capataz abandonó la habitación justo cuando se oía el rumor de Josie y Gertrudis escaleras arriba.

-Oh, madre del amor hermoso –exclamó la negra, y terminando de bajar en tres zancadas, apartó a Buckner. –Oh, esto está muy feo, muy feo. Señorita Josephine-ordenó-, ayúdeme, caliente agua, traiga sábanas y haga tiras, haga algo. Joven Zackarias, cójala por debajo de los hombros y ayúdeme a subirla encima de esa mesa. -La negra ya había apresado los tobillos de la vaquera, deteniéndose lo justo para asegurarle: –Se va a poner usted bien, señorita Sarah.

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22/01/2010, 14:00
Darius Potter.

Potter se había puesto en marcha. Cruzó la cocina, comprobó su rifle y salió al porche.

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22/01/2010, 14:00
Director

Jimmy Anelkas sin duda que en alguna pesadilla había visto terminar sus días así, sentado en el barro, con las piernas comidas por los calambres, apretándose una herida en su vientre que no tenía solución, una herida de la que manaba una sangre más y más oscura. Pero él seguía aferrándose a sus dos colts con desesperación, él quería vivir, qué demonios, sólo tenía diecisiete, o dieciocho años, no lo tenía claro, era demasiado joven y, además, mientras tuviese los ojos abiertos no se iba a morir, sólo tenía que mantener los ojos abiertos, tan concentrado en eso estaba que ni había sentido la explosión a su derecha, a la vuelta de la esquina, fijaba los ojos delante de sí, pendiente de la casa, y entonces lo vio salir, y apostó a que venía a matarlo. Tenían razón Spencer, Turner: el sheriff era un perro grandísimo que lo había conducido a las puertas del infierno, como ofrenda para el demonio.

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22/01/2010, 14:01
Darius Potter.

Darius Potter se sentía torpe, superado por los acontecimientos. Era verdad que el primer asalto había sido superado, pero qué pasaría ahora, con ese canalla suelto, no sería mucho peor. Si por lo menos uno de sus ayudantes hubiese quedado con vida, alguien que pudiese testimoniar en su contra… ¿Y dónde estaban los caballos? En el maldito establo. Advirtió que el espacio entre los dos edificios estaba lleno de cadáveres. Pisó sobre el barro, sin mirar si alguien lo seguía. ¿Y Bonito, y Príamo? ¿Estarían muertos? Apretó las mandíbulas, se le había venido el alma al suelo viendo a esa chica preciosa revolcada en su propia sangre. No, él no tenía madera de líder. Estaba harto de la guerra. Sí seguía aquí era por Catherine y ella… Ella, bueno, era demasiado compleja, o demasiado simple, y también estaba harto de luchar con ese sentimiento de sentirse un intruso o un impostor. Aunque, bien mirado, ni siquiera era por Catherine, sino por las idealizaciones que su esposo, Josey, había compartido con él en las jornadas de aventura y en las noches furtivas. Sacudió la cabeza, buscando concentrarse, porque no era el momento de pensar en esas cosas, sino que tenía que saber qué les había pasado a los del establo, tenía que encontrar un caballo, tenía que perseguir a Garrison y matarlo, tenía que…

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22/01/2010, 14:01
Director

Jimmy disparó desde su trono de barro, una, dos, tres, hasta en cuatro ocasiones, hasta que los índices no le respondieron. El chico había muerto con una sonrisa y una ilusión: “Te he visto, te he visto, así que no me cogerás”.

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22/01/2010, 14:02
Darius Potter.

Henry Matteson (puesto que este era su verdadero nombre) se encogió, sorprendido por los silbidos de las balas a su alrededor, y estaba por la labor de responder cuando sintió ese aguijón en el pecho, el impacto de un tábano errático. Se tambaleó hacia atrás, presa de un dolor indescriptible, la experiencia de algo deshecho sin remedio. Ese algo era su corazón. Dio un respingo, se sorprendió un poco, pero fue más la tristeza la que talló su rostro cuando el shock le desmadejó el tren inferior. Cayó de rodillas a los pies del porche, y murió dando un suspiro muy hondo.

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23/01/2010, 00:40
Lee Miles

 Miles asintió a las palabras de Potter, no hacía falta que le recordara que aquella víbora se había mantenido lejos mientras sus hombres le hacían el trabajo sucio y no podía pensar en otro chacal que en Buentino para escapar al galope tras la baleada que le habían dado. Les habían hecho salir con los pies por delante. Y Garrison había escapado.

Recogió su rifle y mientras lo recargaba echó un vistazo a la herida de Sarah - He visto heridas peores, esa es una herida limpia, la bala ha entrado y ha salido y sigues consciente... no ha debido dañar ningún órgano importante. - la obligó a mirarle a los ojos aunque sabía que ahora tenía toda la atención el grandullón - Vas a salir de ésta. Sólo tendrás que resistir el dolor un poco más y mantenerte la consciencia hasta que te laven y tapen la herida - luego la dejó al cuidado de Buck -  "Buck" obedece a Gertrudis y todo saldrá bien, ella ha visto muchas heridas... sabe lo que se hace, Josie no te separes de Sarah ni por un instante, no dejes que se duerma. - Luego se levantó y se dirigió a la entrada, con la intención de alcanzar a Potter, pero ya nunca podría. Potter herido de muerte, caía al suelo cual saco de patatas, con una flor sanguinolenta naciendo en su pecho. El perpetrador, yacía muerto a sus pies, tirado en el barro. Con su último aliento había matado a su jefe y, creía, amigo. Quizá fuera demasiado serio, pero había protegido este rancho y a los que lo habitaban con su vida. Algo loable que él nunca pudo hacer en el pasado. Ese solo acto ya significaba mucho.

Se acercó corriendo hasta donde se encontraba Potter pero ya antes de ver la herida sentía que la vida se le escapaba rápidamente, dejando atrás sólo frío y tristeza. Sostuvo la mirada de Potter hasta que este se quedo exánime. Se obligó a liberar la mano que había agarrado en un intento de decir "estoy aquí, no vas a morir sólo, camarada".

Luego, con una siniestra mirada se volvió hacia los establos. Aunque sea lo último que haga en esta vida, voy a acabar con esa hiena. - se dijo mientras cerraba sus manos sobre la culata del rifle, apretándolos contra la madera. Sintió como le hervía la sangre mientras avanzaba hasta los corrales.

Cuando cruzó el umbral de la casa dejó de ser el buen vaquero Miles, y se convirtió en el maldito pistolero Miles. Un asesino frío que no tenía otra cosa en mente que acabar con Garrison y cualquiera que se cruzara en su camino. El viejo yo asesino y despiadado que había encerrado junto a su pasado en lo más profundo de su ser se había abierto paso en ese día lluvioso y oscuro en el que los mismos rayos no podían oponerse a la oscuridad que guardaba su mirada. 

De camino al establo fue rematando con el rifle a cada uno de los pistoleros, no le importaba si ya estaban muertos, sólo quería disparar contra algo y por su experiencia, sabía que por el momento era mejor hacerlo de esta forma. 

Dejó que la lluvia cayera sobre él sin buscar resguardo, pero no notaba el frío, no notaba las gotas de agua recorrer su tez. Tan solo pensaba en encontrar un caballo para llegar a la ciudad. La palabra Venganza no podía contener toda la ira y el odio que sentía. 

Una vez encontró a su caballo, comprobó los arreos y las cinchas con habilidad y rapidez y montó. Antes de salir y encontrarse a Potter acribillado había pensado en un plan para acabar con el sheriff, su idea había sido buscar a Príamo y Bonito, y entre los tres rodearlo y matarlo como a un cerdo. Pero ahora, que la cólera lo dominaba, no pudo seguir su propio plan.

Sin volver la vista atrás, sabiendo que el camino que había escogido volvería a consumirlo, que lo llevaría a perder todo por lo que había luchado se sintió sólo. Nunca he estado solo, - se dijo, mientras guardaba su rifle y acariciaba inconscientemente su revólver - Tú me has acompañado. Pensé que me había liberado de tu yugo, pero nunca fue así... debes estar riéndote, sabiendo que este viejo vaquero va a volver a matar cumpliendo tus designios más oscuros. - le dijo a la Parca, gritándolo contra la tormenta que prorrumpía en una ovación atronadora.

Y se sentía cansado, muy cansado de todo esto. Descansaré cuando haya matado a ese hijo de perra - se convenció.

Se dirigió a la ciudad, el lugar donde aquel asesino que había matado a tantas buenas personas se habría ido a refugiar. Su ciudad. - y su tumba - añadió para sí.

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25/01/2010, 16:20
Tommy "Bonito" Smith

Al menos unos minutos le tomo a "Bonito" el aclarar la vista... Cual si viera el techo del establo desde bajo el agua, lo nublado comenzò a hacerse más nítido.

Piiiiiiiiiiiiiiiii

El pitido en sus oìdos se mantenía en su sitio y, lejos de desaparecer, parecía querer quedarse allí para siempre.

Mm...Mierda... Y...ya verán he he, ya verán si es bueno meterse cof cof... conmigo je je. Farfullo dolorido.

Pudo percibir un dolor monumental y temiò lo peor. Palpàndose el pecho mirì su aún borrosa mano para felizmente descartar lo más temido Nada... ¿Pero qué? Con torpeza, pudo abrir la camisa arrancando algún botón y comprobar que un hematoma del tamaño de una manzana Red Delicious le adornaba el pectoral derecho.

Incorporándose lentamente, Tommy buscó a Priamo por allí ¿Cc...Carlos? Compadre... Esperó un instante para llenar sus doloridos pulmones antes de volver  llamarle, ahora con la vista aclarada ¿Carlos estás bien? En cuanto pudo abandonar el refugio que los fardos le habían significado, Smit comprobó su revólver y, antes de continuar con nada, repuso las tres balas faltantes.

¡¡¡BANG - BANG - BANG - BANG !!! tronó el plomo asesino en las afueras y Bonito olvidó dolor, dudas y alficción en un brevisimo instante... Sí, era un perro de presa. Su instinto le hacía estar listo para meterse en el ruedo. Sin embargo, lejos de intentar mirar por las destrozadas maderas, Smith se limitó a barrer los accesos al altillo con el arma en mano en busca de incursores Nada.

Instantes después escuchó el familiar arma del veterano y sintió una leve satisfacción

Cada arma tiene su propia melodía pensó filosofando fuera de lugar y tiempo y esa melodía la conozco! Sí. Miles estaba vivo.

Pero Lee, lejos de detenerse a ver si estaban allí arriba el aliado fenomenal que Carlos Priamo y él mismo importaban, tomo su montura y partió al galope... Tommy hizo por llamarlo pero sentía que se le cerraba el pecho para gritar, y sus dudas murieron en el repiquetear de la lluvia al caer. ¡LEE! Lee... Espera viejo... Nada.

Antes de bajar, habría de observar el estado del latino, e ir juntos. Por lo que, volvió a lo suyo...

Carlos, hombre, estás bien? Este Lee ha salido sólo a la carga... Quién sabe adonde... Debemos ver qué saldo dejó el tiroteo.

 

 

 

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25/01/2010, 16:56
Zacharias Buckner

Sentir el contacto de Sarah fue balsámico para Buckner, un esperanzador gesto que le llenó de ilusión, con su mano libre, tomó con suavidad la de la joven, la apretó ligeramente para soltarla sobre su pecho, y apartó entonces el cabello que cubría el rostro de Sarah.

Todo está bien Sarah, todo está bien, no te vas a morir, no vamos a permitir que eso suceda lo decía con toda la confianza del mundo, ¿y qué podía decirle? No era médico, no era capaz de juzgar la gravedad de una herida, por lo que sólo podía decirle lo que su corazón le dictaba. Le sonrió, asintiendo a sus palabras, y acercando sus labios al oído de la chica Nos iremos juntos Sarah, lejos de aquí ojalá pudiera decirle más cosas, pero no la salía nada, sólo deseaba volver a verla sonreír, se la imaginó de pie, junto a la puerta de una casa que compartían, así es como quería que fuera su futuro.

Las palabras de Gertrudis no ayudaban, no, para nada, pero por lo menos parecía saber qué hacer, así que me limité a seguir las instrucciones. Alcé el menudo cuerpo de la vaquera con suma facilidad, y con mucho cuidado lo deposite en la mesa, tal y como me había indicado la negra, a la cual sujeté del brazo, mirándola a sus oscuros ojos.

Cúrala Gertrudis, por Dios, hazlo sonó como una exigencia, pero más bien infantil, fruto de la desesperación que volvía a reinar en su espíritu tras el breve instante en que ella abrió los ojos para volver a cerrarlos.

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26/01/2010, 15:16
Carlos Príamo.

Levantó la mano desde detrás de unas alpacas y tosió. Apartarse en busca de un parapeto frente a la inminente explosión había tensado su rodilla herida provocándole una deflagración de dolor, bajo cuyas llamas ahora su mente se afanaba en encontrar las palabras:

-¡Miles! ¡El sheriff ha huido y va tras él!¡Pero va solo y yo no puedo ayudarle en este momento, que el diablo se me lleve!

Ciertamente, la cabalgata nocturna y la tensión del combate habían desbordado su capacidad de resistencia. Príamo lloraba frustrado, encorajinado.

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26/01/2010, 15:18
Director

Allí abajo, como pudo comprobar Bonito, sólo había muertos. Miles había ido avanzando como un recolector de almas, e incluso había librado de la agonía a Desdentado Jones.

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26/01/2010, 15:37
Director

Mientras tanto, en la casa, Gertrudis, ayudada por Josie, y por su madre, quien acababa de bajar, lograba atajar el caudal de sangre en la herida de Sarah. Si bien la color no había vuelto a las mejillas, ya no progresaría su semblante hasta la facies de las desposadas con Hades.

Aquellos cuatros disparos, previos a la marcha de Miles los habían sobresaltado, pero no había tardado Buckner, el defensor de la casa, en ir a comprobar desde la ventana qué ocurría, y descubrir a Miles agarrando la mano de Potter, moribundo, caído delante de la casa.

Había visto a continuación que Miles, en cuanto el cuerpo del honesto capataz quedaba exánime, había avanzado como un ministro de la Parca rematando heridos y alojando plomo en los cadáveres hasta desaparecer en los establos.

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26/01/2010, 15:34
Tommy "Bonito" Smith

Bonito palpó la implícita proclama de Priamo... Había que dar caza al malnacido de Buentino, y Miles no podría con ello solo.

Recogiendo su sombrero del piso, calzando el mismo hasta las orejas, el bien parecido vaquero asentía al malherido Carlos.

Supongo que te las apañarás para bajar a la casa amigo, yo voy con Lee... Y, sin dar lugar a preguntas que Priamo nunca haría, bajaba lo más rápido que su estado le permitía.

En la gatera, Pingo corcoveaba nervioso, visiblemente afectado por el estruendo del estallido.

Sooo mi hermano le tranquilizaba con la palma izquierda abierta mirando al cielo... El caballo, al olfatear la pólvora en la mano familiar no habría de calmarse, por lo que, a sabiendas de ello Bonito la había frotado raudamente contra la suela de su bota derecha.

Comprobando que los arreos estuvieran en su perfecto estado y sitio (que no era cosa de mancar al animal en plena carrera), Smith montaba con la pericia de un mongol... Si hasta parecía Temüjin en persona al abandonar el rancho a galope tendido en pos de llegar a la par del veterano y hosco vaquero que había llegado a apreciar.

Tanto había sido su apuro, que solo un instante más tarde comprendió lo que de refilón había visto: Poter muerto.

Dios ha de acogerlo en su morada... O quizá Lucifer... A ese le mandaremos más visita antes de que acabe la carnicería... Pensó.

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27/01/2010, 12:02
Gabriel "Buentino" Garrison.

Buentino había aprovechado a fondo la ventaja y, cuando la mañana era una realidad, entraba en el pueblo cabalgando como un vendaval, asustando a los ciudadanos que acudían a misa.

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27/01/2010, 12:03
Director

La casa del juez Pickering estaba junto a la del doctor O’Reilly, cerca de la iglesia, y aquel era su destino. El hombre de leyes justo estaba saliendo por la puerta en compañía de su esposa cuando Garrison se hacía oír por encima del relincho de su caballo:

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27/01/2010, 12:04
Gabriel "Buentino" Garrison.

-¡El rancho Ithaca es un nido de rebeldes! ¡Han matado a todos mis hombres en el curso de una inspección de rutina! ¡Los han matado a traición! ¿Dónde está ese teniente?

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27/01/2010, 12:04
Director

Las escasas treinta almas que discurrían por las aceras protegidas por sombrillas de la pertinaz lluvia se detuvieron alarmadas: Edgar Mortimer, el director del banco, el tabernero Sullivan, el señor y la señora Broken y su hijo Andy, quien presentaba un ojo a la virulé, Turner el panadero y su esposa, y el núcleo de personas respetables de Little Troy.

-¿Blake? Se hospeda en la posada. ¿Pero qué ha ocurrido, Garrison? –repuso el juez.

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27/01/2010, 12:06
Director

-¡Esa viuda de Wales! ¡Su hogar es un cubil de asesinos! ¿Me oyen? Ármense todos, estúpidos, si no quieren ser una pieza fácil cuando lleguen.