Partida Rol por web

Ya llevaba un tiempo en esta era y todavía no acababa de acostumbrarse a ella. El ambiente estaba siempre enrarecido, las personas corrían para todas partes, y no encontraba un te decente.

Progreso lo habían llamado. Pero esa "polución" no tenía nada de progreso. Lo que hacía era cargars el planeta. Al ser El Magus estaba bastante en sintonia con la consciencia planetaria, en especial la inglesa. Y notaba como esta sufría.

La agencia se había portado bien con él. Había logrado que le permitieran tener un piso en su Londres natal. También habían hecho que adoptara una "identidad secreta" (James Harrigan). Lo cual le había parecido bien. Quizás si la hubiese tenido en el pasado no le habría sucedido nada de aquello. Pero ya no podía hacer nada. No tenía sentido regodearse en el pasado, ya que le estaba prohibido cambiarlo.

Pasaba todo el tiempo que podía visitando la ciudad. Había cambiado increiblemente. Leía todo lo que podía, tratando de ponerse al día con los descubrimientos y los avances científicos, aunque no entendia ni la mitad.

Lo que más le gustaba era visitar el British Museum. Allí no se sentia tan desplazado. De todas formas tenía mucho que hacer. Aparte de las misiones que le encomendaran él tenía su propia agenda. Y era una que no pensaba dejar pasar.

23 de agosto.

Llaman a tu puerta tan temprano que casi puede considerarse aún de noche. Al otro lado de la mirilla aparece un hombre de aspecto inofensivo (al menos, para ti) y con una sonrisa marcada en la cara. Nada más abrir comienza a hablar:

- ¿El Magus, verdad? ¡Hola! Me llamo Vincent Fox. Me temo que tengo una mala noticia que darle: el equipo que forma la Agencia Europea de Superhumanos será reemplazado en breve. Según tengo entendido su estancia en ella ha sido breve, aún así quizá lo lamente por alguno de sus compañeros. Usted, en cambio, ha sido seleccionado para integrar el nuevo equipo, menos obediente pero más fuerte; sus nuevos compañeros tendrán unas capacidades similares a las de usted.
Yo estoy al cargo de la formación de este nuevo equipo. Muchas cosas van a cambiar a partir de ahora... Si tiene tiempo me gustaría explicárselo más detalladamente -añade, como si apenas hubiera hablado desde que se ha presentado.

El Magus no pensaba abrir la puerta en un principio. Al mirar por la mirilla parecia ser un vendedor más. Y pese al poco tiempo que llevaba viviendo en el piso ya le había tenido que alterar la mente a tres de ellos.
No obstante algo le dijo que sería mejor hablar con él, así que abrió su puerta.

El tipo largó todo aquello sin apenas respirar. Se notaba que se lo tenía preparado de antemano. Miró un instante afuera por si había alguien más y sin decir nada le dejó entrar al tiempo que se preparaba para un ataque. Cerro la puerta y se apartó de ella.

Todavía no le había cojido las costumbres a este mundo, pero lo que decia el sonrisas no le acababa de cuadrar. Los ejercitos, la agencia en este caso, no desaparecian así como así de la noche a la mañana. Para eso hacia falta que cayesen reyes, o dirigentes en este caso. Políticos cree que le llamaban en esta época.

¿Y usted sirve a quién?. Perdone, ¿trabaja para quién?

- Temporalmente sirvo al bien de los ciudadanos -contesta mientras ríe-. Pero supongo que se refiere exactamente a quién me ha contratado, ¿no? Pues me temo que ya sabe la respuesta: una autoridad superior. Eso es una de las cosas que NO van a cambiar en el nuevo equipo de la Agencia. No son políticos, que pueden perder elecciones; no son administrativos que deban informar a un superior; no son gente rica, a la que no le importa la seguridad de los demás.

Vincent no parece alguien con poderes, aunque nunca se puede estar completamente seguro. Sentado, te observa:

- Adelante, puede seguir preguntándome. La reunión a la que quiero que asista no es hasta mañana.

El Magus se quedó un instante mirando fijamente al tal Vincent. No lo decía todo, pero tampoco parecia mentir. Desgraciadamente había conocido gente como él en su tiempo, sobretodo consejeros de reyes y dirigentes. No le gustaban en su día, y puede que eso no cambie en la actualidad.

¿Y cómo es que me lo viene a comunicar usted mismo? ¿No debería informarme mi superior actual de todo esto? O alguien con los que he tratado hasta ahora. Lo digo por mis casuisticas especiales.

- No sé hasta que punto lo saben tus compañeros o tus inmediatos superiores. Y no creo que se tomen bien ser substituidos. Respecto a porqué soy yo específicamente quién te lo comunica...

Vincent calla durante medio minuto.

- Digamos que en la Agencia hay alguien trabajando por su cuenta, alguien que no soy yo porque yo soy externo. No es el motivo por el que se va a crear este nuevo equipo, eso ya ha quedado claro: la actual Agencia es ineficaz contra determinados problemas, y el grupo formado por mi no lo será. Sin embargo, hay una fuga de seguridad y eso debe tenerse en cuenta.

El Magus no entendia exactamente lo que quería decir Vincent. Parecía que se lo estuviera camelando, diciendole lo importante que era él apra ese nuevo ejercito...grupo más bien, que quería crear.
No era la primera vez que trataban de engañarle. Pero la verdad era que, aunque le habían tratado bien una vez supieron quién era, la Agencia le daba igual. Aunque era lo suficientemente inteligente para saber que necesitaba los recursos de gente importante.
El Magus tenía su propia agenda, y mientras le dieran lo que necesitaba para realizar su misión no le importaba para quién creían que trabajara. Despues de todo él era El Magus. Mientras Inglaterra prevaleciera y estuviese a salvo el resto le daba más o menos igual.

Verá maese Vincent. Aunque llevo poco tiempo en la Agencia he hecho un trato con esas personas. Les ayudo y ellos me dan ciertos privilegios, recursos. Como esta vivienda, por ejemplo. Aparte de acceso a conocimientos que necesito.

- Lo entiendo. Pero ese grupo va a ser substituido por el equipo que yo construya, y si no entra desde el inicio no puedo excusarlo después porque su expediente está en la lista de supers que he estudiado.

Aunque habla con convicción, Vincent entiende la situación en la que se encuentra Magus:

- Quizá podamos llegar a un acuerdo intermedio. Asista a la reunión de mañana en Viena, solo como observador si lo desea. Si le parece que algo no va bien es libre de contactar con la Agencia; eso si, no puede decirles que somos un grupo creado para sucederles de forma casi inmediata. Por todo lo demás, será libre -remarca esta última palabra, dándole un énfasis extraño.
Cuando todo acabe su vida volverá a la normalidad, al menos a la que conoce desde hace pocos meses: seguirá en la Agencia y dispondrá de los mismos privilegios, recursos y conocimientos que hasta ahora.

Tras un momento de silencio, añade de forma enigmática:

- Sé que todo esto parece extraño. Y cuando deje de liderar este equipo y entienda la cadena de acontecimientos que han ocurrido, tal vez vuelva a recordar esta conversación y se cabreé mucho. Pero también entenderá que era la decisión correcta.

Si la conversación hasta el momento había sido más o menos resuelta, las últimas frases no le han gustado nada a Magus.

Perdón ¿Cómo ha dicho? Me parece que no le entendido bien. ¿Podría repetir eso último que ha dicho? Me ha parecido entender que me está haciendo algo para borrarme los recuerdos.

Llevaba todo el rato preparado para lanzale un hechizo en el momento en que le pareciera que tramaba algo. Y ahora se lo había parecido. No obstante en lugar de atacar se concentró en un hechizo que le permitiría desvelar cualquier ilusión que hubiera allí.

Vincent levanta rápidamente las manos con las palmas en alto para enseñar que no está haciendo nada. Se ha llevado un susto.

- Si, me has entendido mal. No voy a borrarte la memoria; lo que digo es que al final de nuestra primera misión entenderás varias cosas que ahora mismo no tienen sentido para ti. Y puede que la mayoría de cosas no te gusten, pero son necesarias. ¿Que me dices? ¿Asistirás siquiera como espectador?

Al ver como Vincent se asusta el Magus se tranquiliza un poco.
Despues se queda pensando para si unos instantes y al final se encoje de hombros.

Muy bien. Me habeis convencido. Asistiré a esa reunión. Si no me gusta siempre puedo marcharme.

¿Donde es exactamente y a qué hora?

- Perfecto. Mañana a las 09:00 horas en Viena, en la entrada del museo nacional. Le he reservado un vuelo para la madrugada de mañana -te entrega el billete-; si dispone de otro medio de transporte puede utilizarlo en su lugar. En el informe que leí sobre usted aparece el nombre que utilizan como tapadera, pero a la reunión no asistirá nadie que pueda conocerle de esa forma, así que le presentaré como Magus.

Vincent parecía mucho más parlanchín antes de que Magus amagara con utilizar sus poderes, y eso tiene su lado bueno: da la sensación de haber dicho lo básico sin enrollarse en historias que no venían a cuento, algo marca de la casa de Vincent. Antes de marcharse por la puerta se despide:

- ¡Nos vemos!

El Magus acompañó a Vincent a la puerta y se despidió de él con educación. Luego se acercó a la mesita, donde tenía un gran atlas del mundo. Sabía donde quedaba Viena, más o menos. Pero quería confirmarlo.
Despues cogió de un estante uno de esos relojes "digitales", le habían dicho. Y que según le habían asegurado disponia de todas las horas del mundo. Empezó a toquetearlo y al final se le acabó rompiendo. Sobretodo al tirarlo con rabia al suelo. No era el primer aparato electronico que se le estropeaba.

Finalmente cogió su antiguo reloj de bolsillo plateado y preparó un ritual. Las horas pasaron y recitaba encantamientos y hacia gestos exptraños, pero logró hacer que el reloj funcionase como quería. O por lo menos eso esperaba.

Miró la hora. Eran las 3 de la tarde en londres. Se miró a un espejo que tenía y sus ropas fueron sustituidas por la túnica negra del Magus.

Bien. Comprobemos si todavía tengo mi toque.

Nada más decirlo, el Magus susurró unos ensalmos y gesticuló pausadamente. Hubo un resplandor y se encontraba enfrente del Museo Nacional de Viena.
Volvió a mirar la hora. Eran las 4 de la tarde.

Vaya. Sólo una hora de diferencia. Perfecto.

Una vez más recitó los mismos ensalmos y volvió a gesticular. El resplandor apareció de nuevo y se encontraba en su piso.

Bien. Ahora será mejor que descanse para estar fresco para mañana.