Partida Rol por web

Despues de la teleportación El Magus se queda mirando al supuesto dictador. Este, como es comprensible, se encuentra un poco alterado sobre el hecho de que hayan aparecido tres individuos de aspecto amenazador delante de él.
No obstante prefiere no decir nada, sus dos compañeros ya han expuesto la situación. Le tocaba mover ficha a Maxwel.

Por su parte, El Magus se acercó a las rejas por si algún curioso se acercaba.

Maxwell distendió ligeramente los hombros, y las llamas comenzaron a bailar níveas en su mano.

- Mis libertadores... Es curioso, porque si sigo aquí encerrado es por mi propia voluntad. Ya tengo una oferta de una de esas "agencias" que mencionáis  y, si no es la misma, decidme qué puedo ganar saliendo de aquí como un criminal huido. Adelante, muchachos-, concluyó, recostando la espalda con la pared de la celda con estudiada tranquilidad-, soy todo oídos.

El Magus estaba vigilando por los barrotes de la celda. El hecho de que White estuviera en un aislmiento especial había evitado que les vieran. Pero ahora tendrían problemas si no se daban prisa.
Así que aunque no quería, tomó cartas en el asunto.

La Agencia Europea va a ser desmantelada, con lo que cualquier acuerdo que tuvieses con ellos va a ser anulado. Nosotros somos quienes vamos a sustituirlos, contigo preferiblemente. O eso nos han pedido. Y el jefe quiere que vayas a verle.
Pero tranquilo que si no te gusta te puedo volver a traer aquí sin problemas.

Por cierto, podeis echaros un poco al fondo de la celda. Se acerca alguien y tengo que tejer una ilusión para que crean que estás solo.

White sintió un leve ardor en la boca del estómago. Después de todo, quedarse en una celda de la que podría salir en cuanto decidiera dejar de mortificarse y firmar el acuerdo con la Agencia Europea no tenía nada que ver con ser atrapado bajo los escombros de la misma Agencia...

Conrad, uno de los bedeles atravesó el pasillo frente a la puerta del recluso, y Maxwell levantó una mano en un sonriente y amistoso ademán de saludo, pero aparte del miedo en sus ojos al saberse observado por el antiguo Emperador Dorado encarcelado, el funcionario no dio la menor señal de haberse dado cuenta de la pesencia de los tres intrusos.

Aquello era una nimiedad, pero un resorte se disparó en el interior del anciano y, antes de ser consciente de lo que hacía, dijo:

- Bien, iré con vosotros-. Luego, pareciendo caer en lo que él mismo había dicho, gruño- Pero si alguna vez me entero de que me habéis mentido os arrancaré la tráquea.

-¡Mágnífico entonces! -Exclama Jack- ¡El genocida viene con nosotros! Protector Místico de Inglaterra, sácanos de aquí de una puta vez. Estar rodeado de tanto metal... me recuerda otros tiempos...

-Y la primera misión del supergrupo, charlar amigablemente con un super-ser encarcelado y sacarlo de la celda en la que reside se completa con 0 bajas y un montón de ironía. ¡Magnífico! Espero que las cosas vayan a mejor desde este punto. Por cierto, ¿tenemos nombre de grupo? Tengo que pedírselo al jefe... -dice el ser azulado con total desparpajo.

Iron Jack arquea una ceja y gira lentamente la cabeza hacia la cosa azul.

-¿Nombre dices? -En su tono de voz hay más sorpresa que sarcasmo- No quiero acabar llamándome "La Liga de la Justicia", ni "¡Qué amiguitos somos y qué bien nos chupamos las pollas unos a otros!". Por lo que a mí respecta esto es solo trabajo. Un trabajo que nadie más puede o quiere hacer. Al final de la semana, cogeré mi cheque y me iré a casa a follar con mi mujer. No esperéis que quedemos para tomar unas copas, no esperéis que os invite a una barbacoa en mi casa. -Y volviéndose hacia el tipo de la capa negra añade-: Y ahora, por favor, sácanos de aquí.

Al parecer no hizo falta que El Magus hiciera nada. White había aceptado la invitación, por lo que ahora lo que había que hacer era salir de allí. Cosa que Jack se apresuró a ordenar. Parecia acostumbrado a ello, lo mismo que White, seguramente eso acabaría acarreando serías dificultades.
Por lo poco que había podido comprobar, pues apenas llevaban media hora juntos (con White ni cinco minutos), todos tenían un caracter fuerte, El Magus incluido. El único que parecía más llevadero era el tal Radamante.

Ignorando los comentarios vanales acerca de grupos, nombres, y demás zarandangas, el maestro arcano se concentró nuevamente en el hechizo que los sacaría de allí. De nuevo las palabras de poder, y movimientos rápidos y precisos empezaron a crear simbolos en el suelo alrededor de todos. Cuando acabaron de estar formadas la luz negra los envolvió una vez más sin que pudieran ver nada. Lo cual era una protección adicional del hechizo, pues los caminos por los que discurrian no estaban hechos para que simples mortales pudieran observarlos.

Cuando la luz bajó de nuevo al suelo estaban otra vez en el almacen que habían salido. El Magus tomó aliento un momento. El hechizo de teleportación era uno de los más complicados, si quería que se hiciera bien, y ya lo había usado tres veces hoy.

Muy bien. Ya estamos todos. Supongo que no me he dejado a nadie por el camino ¿Verdad? A veces esas cosas pasan.

Mientras decia esto último miraba a Iron Jack. No le había gustado su forma de decirle las cosas antes. Sería mejor que aprendiera a tratarle con el respeto que se merece.

- ¡Guau, sois un grupo eficiente de verdad! -dice Vincent, sorprendido por el poco tiempo que ha durado el viaje. No parece percibir la situación algo tensa del grupo, o al menos no le da importancia.- Señor Maxwel White, no sé hasta que punto le han descrito la propuesta por la que está aquí, pero por si acaso se la resumiré: vosotros sois el equipo que sucederá al actual grupo de la Agencia. Sé que usted ha estado pensando una propuesta de unión a ese grupo, pero las circunstancias actuales le obligaban a tomar una decisión rápida al respecto; por otra parte, en cuanto acabe la segunda misión, considere vigentes todos los acuerdos que la Agencia le ofertaba.

Espero una contestación por parte de Maxwel, antes de continuar:

- Esperaba que esto durara más, la verdad. Necesito recopilar unos cuantos datos para la segunda misión; así que deberíamos separarnos: tenéis una o dos semanas libres, luego contactaré con vosotros como la primera vez. En su caso, sr. White, yo le proporcionaré estancia en un hotel aquí en Viena. Dada su popularidad le aconsejo que durante estas semanas no salga de su habitación. Magus, la Agencia le informará de la fuga del sr. White... -no concluyó, aunque daba a entender que es lo que quería.

- No quiero que después tengamos problemas, así que sobre ésta última misión me temo que no puedo darles mucha información. Los recogeré, viajaremos a un país europeo y, una vez delante del objetivo, les explicaré todo, tanto respecto a la misión en si como a todas las preguntas que han tenido hasta ahora. Pero no antes -sin alejarse de su tono jovial, dijo esta última frase con contundencia.

Cuanto más escuchaba a Vincent, menos le gustaba lo que oía. Pero lo de la siguiente misión ya hera el colmo.

Pues me temo mucho señor Vincent que si no puede darme más información antes de la misión no va a poder contar con mis servicios.

Acabamos de sacar a una persona de una carcel. Lo cual nos deja en una situación un tanto peliaguda. Y luego quiere llevarnos hasta delante de un objetivo y decirnos qué vamos a hacer en ese momento.

Lo siento pero no.

- No os diré lo que tenéis que hacer. Os contaré lo que pasa, y vosotros decidiréis, como grupo o individualmente, que queréis hacer. Magus, yo también estoy arriesgando aquí: ¿que te impide contar a la actual Agencia dónde esta el sr. White? En el caso de la segunda misión el riesgo de una filtración es simplemente inaceptable. Además, porque no decirlo, si os lo digo previamente quizá no queráis ni ir porque no entenderíais plenamente la situación y nos ahogaríamos en un mar de discusiones. Tenéis que estar en aquel lugar para decidir.

- Muy bien, señor Fox-, respondió con un suspiro cansado Maxwell-. El asunto es que por mi parte la aceptación del trato es ya un hecho consumado: por si no se ha dado cuenta, acabo de abandonar una instalación penal en calidad de criminal internacional. No sé si  su sonrisa es un intento de embaucarnos o una muestra de franqueza y confianza, pero con la misma franqueza la adelanto lo que le dije a mis compañeros creyendo que sabían más que yo: si todo esto no es más que un fiasco, le separaré le cráneo de la mandíbula tirando con mis propias manos-, concluyó con una mirada fiera.

- Por lo demás-, añadió tendiendo la mano, rodeada por un tenue fulgor azulado-, puede contar con mi participación. Y ahora, lo importante: ¿dónde está esa estupenda suite prometida? ¡Llevo años sin probar un jugoso entrecot!¡ Le advierto, señor Fox, que puedo vaciarle la cuenta de gastos a golpe de servicio de habitaciones!

- Sois un grupo de negociación excelente, ¿lo sabíais? "¿Sabes porqué tienes que hacer lo que yo te diga? Porque yo tengo superpoderes y tu no" -comenta Vincent como broma (o no)-. Esta claro que si ocurre algo que no os gusta mi integridad física no esta garantizada, así que, ¿por qué tenéis reservas? -pregunta refiriéndose a la segunda misión.

- Lamento informarle, sr. White, que hasta que sustituya de forma efectiva a la actual Agencia existe un límite presupuestario bastante fuerte. De gracias a sus compañeros por ahorrar el billete de avión y tener para pagar varios estrecots y sus días de hotel... -añade de nuevo buscando más la sonrisa que la crítica.

- Bueno, señor Fox- contestó White con una medio sonrisa-, lo cierto es que esa actitud negociadora ha sido la pauta general cada vez que se han encontrado dos grupos, dos negocios o dos estados: tomaré lo que pueda mientras no puedas frenarme, o mientras los daños que me causes no sean inaceptables. Sólo quería recordarle que soy muy capaz de tomar represalias... Sin embargo, todas estas bravatas no sirven de nada, ya que como le digo, de hecho estoy en sus manos, así que si no me espera una suite, vayamos a la habitación que sea, y cambiemos el champán y el entrecot por la cerveza y las costillas. Vienen también, espero-, terminó Maxwell, dirigiéndose al resto de la extraña comitiva. 

El Magus estaba mortalmente serio mirando a Vincent. Ante el comentario de White de que fueran con ellos se volvió hacia él y  contestó con sonoro...

NO.

Despues volvió su mirada hacia Vincent.

Obviamente no voy a traicionarle maese Fox.

Para lo otro... ya sabe cómo localizarme.

Por cuarta vez en un mismo día El Magus manipuló las energias misticas para desgarrar el tiempo y el espacio. Un circulo con extraños simbolos fue creandose alrededor de él. Esta vez tanto Iron Jack como Radamante pudieron observar el efecto desde fuera. Cuando el circulo se completo se creo una columna de luz negra que no dejaba ver nada dentro, al instante desaparecio y el hechicero ya no se encontraba allí.

Por un momento a Vincent se le congela la sonrisa a medias al escuchar las palabras de Maxwel; no obstante puede que hable desde la experiencia...

Después de la marcha de Magus, añade serio:

- Una pérdida importante, aunque como vengo repitiendo, no estáis obligados a nada. ¿Podemos contar con Radamante y el Coronel?

-Resulta de lo mas curiosa la situacion. Me gustaria permanecer, si no les importa, con el nuevo invitado, al menos una comida o dos, me encantaria que compartiera su vision del mundo, seguro que es de lo mas singular. Ademas, el señor White lleva haciendo cosas extraordinarias en este planeta desde mucho antes de que yo llegara a el. Y yo llegue sin avion, jejeje -comenta despreocupado, como parece ser habitual en Radamante- Mejor que adopte un aspecto con piel color carne... Denme un momento, por favor -dice ahora mientras se concentra y poco a poco su aspecto comienza a cambiar ante sus propios ojos.