Partida Rol por web

Aquel pinchazo fue una fuerte alerta de que no debía quedarme quieta y mi reacción de impulsarme lejos de este llegó antes que el grito de dolor que fue liberado de mis labios.

Aquello había dolido bastante y los efectos del veneno estaban haciendo efecto de inmediato. Me molestaba aquella sensación de calor recorrer mi cuerpo, mis muslos mojándose más a cada segundo por culpa de los fluidos que ya no podían ser contenidos por mi ropa; incluso podía sentir la molestia de tener mis pesones presionando duramente mi ropa interior, era una sensación sumamente molesta a diferencia de otras situaciones.

No me gustaba ser estimulada contra mi voluntad, y en este momento no estaba aterrada por mi vida como para ponerme sumisa, estaba furiosa por qué aquellas sensaciones usualmente las disfrutaba mucho y la forma en la que me las habían provocado me resultaba desagradable.

-Las voy a hacer pagar por esto a ambas- mi rostro estaba completamente sonrojado y mi respiración muy agitada como para haberme movido con calma y atacado con precisión. Pero el solo correr hacia una de estas y abanicar mi espada, cortando nada más que el aire, era producto de sentir la sensibilidad de los puntos más erogenos de mi cuerpo, ser estimulados indirectamente a causa de la ropa.

-Demonios....Vainilla ayudame- aquel llamado de ayuda fue más un pedido de auxilio que un berrinche, aunque sonaba como uno por la frustración que tintaba mi voz con aquel peculiar tono.

En el momento en que gritaste por ayuda, Vainilla ya había acabado de preparar su barril. Dando un fuerte golpe a la carcasa donde guardaba la pólvora, la felyne se puso la bomba al pecho y ni corta ni perezosa fue corriendo a abrazar a las dos vespoids que tontas de ellas abrieron los brazos como para recibirla. De pronto una nueva explosión que hizo que la gata saltara por los aires pero que cayera de pie solo con la piel manchada de pólvora, pólvora que se desprendió de ella con una sacudida y una dolorosa quemazón en los cuerpos de las vespoids.

-Danos tu miel!!!

-Seremos buenas contigo, danos tu miel!!!

Era como si hablaran al mismo tiempo y tuvieran el mismo timbre de voz, una vez mas se intentaron lanzar a por ti pero esta vez solo con levantar el escudo fue suficiente como para parar esas acometidas lujuriosas y punzantes.

Definitivamente Vainilla recibiría un gran trato de mi parte, siempre estaba ahí cuando se la necesitaba y realmente era sumamente efectiva en su cometido.

No desaprovecharla sus esfuerzos y rápidamente lanzaría un contra ataque ni bien parase el último aguijonaso que me habían propinado, logrando una puñalada limpia en la última vespoid antes que se retirase.

-Ya es tarde para pedirlo de buena forma!! respondí claramente enojada preparándome para el siguiente intercambio de golpes con la última de esas inesctoides creaturas.

-Siempre pedimos!- La Vespoid vio como su ultima hermana moría, lo que había sido un combate desigual, ahora de pronto se había convertido en un combate 1 vs 1 y sabias como iba a acabar, la pequeña vespoid intento volver a aguijonearte pero aunque tu lascivia aun se encontraba ahí gracias a tu autocontrol pudiste esquivar ese combate ignorando el fuego que recubría tu entrepierna.

Ella se quedo volando, era como si todo aquello no le importara, como si no le importara morir o no le importara ver morir a sus hermanas, su único cometido, llevar miel nada mas.

Por culpa de actitudes como las de esa vespoid es que odiaba a los insectos, carecían totalmente de empatía o sentimiento alguno por protegerse a ellos o a otros, solo pensaban en su misión y cumplirla. Admirable hasta cierto punto pero a uno que jamás querría llegar, no podría importarme poco si algo le pasará a Vainilla o a cualquier otra compañera que tuviese en los encargos.

Al igual que antes el aguijón fue detenido con mi escudo y como respuesta inmediata, iría tras la vespoid y acabaría con la última de ellas.

Estaba agitada, ligeramente adolorida por aquellos aguijonasos y sumamente caliente. Aquellos insectos siempre resultaban un problema en las cacerías pero merecían el mismo grado de respeto que cualquier presa. Me arrodillara frente a lo que quedaba de estás y realizaría mi ritual para todas ellas juntas aunque aún tuviese tantos sentimientos arremolinabdose en mi pecho.

-No sabía que así hacían miel... Tomemonos un descanzo compañera, necesito que se me baje un poco la temperatura- me dejaría caer de posaderas al suelo, no había mucha diferencia en estar arrodillada a eso y me tomaría un momento para respirar correctamente.

-Tu estás bien? Se que tienes las explosiones controladas pero eso no hará que me preocupe menos-

Tu cuchillo paso limpiamente por uno de los cuerpos de las vespoid y pudiste, después de unos largos minutos, extraer con cuidado una de las alas de estas abejas. La ala brillaba de diferentes colores dependiendo de la luz que tocase y se sentía extremadamente frágil en tus manos, seguramente un simple golpe haría que se rompieran pero por fortuna tu la habías cortado bien, seguro que Baba pagaría algún dinero por un material como ese.

Mientras tanto Vainilla se sacudió un poco mas la pólvora y se acerco a ti, balanceando la cola mientras te miraba. -Yo bien, no hacer daño.- Confirmo ella mientras se acercaba un barril al pecho como para dar mas énfasis a sus frases. - Explosión no hacerme daño.-

La calentura iba bajando, el veneno aunque potente se iba con facilidad si no se administraba grandes cantidades y por fortuna para ti la cantidad no había sido muy elevada. Aun sentías lo mojada de tu armadura pero se pasaría enseguida o podrías limpiarla después de un descanso, nada especial. Eso si, te sentías como con fuerzas renovadas, mas fuerte o al menos mas acostumbrada a tratar con monstruos.

Que harías? Volverías al campamento?

-Jaja, cierto, tu eres muy fuerte Vainilla, me alegra que estés bien- me dejaba más tranquila saber aquello, aunque debería ser obvio a estas alturas no me venía mal estar más segura de que no había sido herida durante el combate.

Aprovecharíamos el tiempo para tomarnos un ligero descanzo, debía tratar mis heridas por pequeñas que pudieran ser y dejar que el efecto del veneno se pasará, aunque aquello no incluía mi ropa que había quedado empapada de mis fluidos, con un poco de agua bastaría de momento, ya en casa le daría un mejor lavado a mi ropa.

Pasada una hora en la que tendría tiempo para hacer aquello y mentalizar nuevas formas de ser más eficiente en batalla, tendríamos que seguir con nuestra búsqueda de hierbas.

Nos movimos con cautela por el bosque, rastreando más de estás hierbas, faltaban unas pocas hierbas aromáticas, los hongos azules y un solo lirio. Y para nuestra fortuna, pudimos encontrar a un moswine en el bosque, al menos el rastro de uno que al parecer por dónde pasaba mordisqueaba algunos hongos y hierbas e iba a un sitio distinto. Seguimos su trayecto llevándonos las sobras de lo que iba comiendo, incluso me aventure a buscar un poco de más, cualquier excedente nos acercaba más a los baños de lodo caliente y a desmalezar la aldea entera.

Tema hierbas no tuviste ningún problema, ninguno solo, conseguiste cada una de las plantas que requerían la misión, algunas separadas las unas de las otras pero después de una horita en el bosque podías como orientarte mejor y fue todo mucho mas cómodo. Por supuesto ya no quedaba rastro de la calentura y te sentías mejor contigo misma, sentías como si unas energías renovaran tu cuerpo.

Aun así llegado a cierta parte, cuando estabas cogiendo un lirio que habías encontrado en solitario, ajena a la misión que ya habías completado, notaste algo, una sombra que te miraba desde abajo y se proyectaba en ti. Ni si quiera la habías escuchado pero detrás tuya escuchabas como Vainilla empezaba a bufar con sonido felino, no era algo agradable sin duda.

Al levantar la mirada, como clavada en uno de los arboles por sus garras, se encontraba una criatura. Tenia un pelaje blanco que parecia erizado, no sabias si era duro o suave pero si que parecían como afiladas, una larga cola coronada con el mismo pelaje y un cuerpo de lo mas esbelto, delgado y cubierto de pelaje. Sus ojos eran amarillos y te miraban, empezó como a moverse por los arboles, literalmente, de un salto se colgo de un segundo árbol como si te estuviera analizando, su tamaño superaría los dos metros pero no era tan alta como la Barroth.

Se quedo mirando tus armas y te gruño enfadada, quería que las soltaras.

La presencia de aquella prestadora era intimidante. No desde la ferocidad sino desde la sutileza que reflejaban su profunda y analítica forma de observarnos.

Su piel brillante llamaba mucho mi atencion, pero su gruñido amenazante me instaba a no tomarme ni un segundo para admirarla. Me quería indefensa, desarmada, y eso no iba a pasar.

Me sentía más hábil y fuerte y por si fuera poco Vainilla estaba conmigo. No respondí con palabras pero si con acciones. Me lance en dirección a ella en un rápido sprint con salto, desenvainado mi espada en el aire y tratando de propinarle una puñalada en su pierna, pero bastaría con un ligero movimiento de la ajena para evitarme.

-Ahora Vainilla- pero no quizás para poder ver a mi compañera que me había utilizado a mi espalda e el aire, para propulsarse y agarrarse de aquella monstruo asi detonar su bomba mientras yo caía al suelo.

Tu golpe no llego a la criatura, esta tan solo salto hacia otro lado impidiendo que llegaras a ella con relativa facilidad pero en cuanto salto al árbol se encontró que Vainilla ya había lanzado en el un explosivo. La explosión hizo que la Tobi cayera al suelo por unos instantes en los que se revoloteo y se puso de nuevo de pie estando a cuatro patas.

Sus puas se erizaron por unos instantes y en el momento en que soltó un rugido, todo su cuerpo se cargo con una corriente eléctrica que parecía venir de dentro, su mirada fue clara y se lanzo contra ti golpeándote con fuerza en el pecho y haciendo que tuvieras que retroceder, tu armadura absorbió parte del impacto porque suponías que si hubieras estado desnuda o con algo metálico, no hubiera salido bien parada.

-Humana estúpida!- Grito con una voz áspera antes de prepararse para el siguiente golpe, la electricidad había abandonado su cuerpo pero estaba visiblemente enfadada.

El golpe de aquella monstruo fue sumamente duro, incluso llegué a sentir como se me entumecieron los músculos a causa de la electricidad. En esos momentos agradecía no haber mejorado mi equipamiento por algo metálico, pero tendría que tener cuidado por el escudo, debería estar dispuesta a recibir esos choques si quería mantener mi defensa en alto o sacrificar la misma a cambio de no ser tan suceptible a los mismos. Por ahora prevaleceria con el escudo en mano y lanzando un contra ataque tan rápido como mi cuerpo me lo permitirse, pero aquella era rápida; aunque me hubiese acercado bastante para darle, no fue suficiente.

-No soy estúpida ni sumisa- replique con clara intención de mostrarme más valiente, aunque aún tenía ese escalofrío por su mirada intimidante, ella si se veía como toda una cazadora, como una prestadora que era, a mi aún me quedaba camino.

-Tengo nombre y es Laika, no humana estupida- queria mostrarme imponente aunque no hubiese acertado ni un solo golpe hasta ahora. Quizás aquella frustración me llevaba a actuar así, de otro modo seguro estaría siendo víctima del miedo que poco a poco iba creciendo.

Ante aquella declaración, intentaste golpear a esa criatura, pero no llegaste a golpearla del todo, tu espada se choco contra la cola de la Tobi y esta en un rápido giro de cuerpo te devolvió el golpe con la cola como alejándote de ella y de nuevo, el golpe no fue tan fuerte como el anterior, pero fue considerable, aun tenias energías para combatirla.

Rugió en tu dirección visiblemente molesta, parecía enfadada por algo o era simplemente que había nacido enfadada y continuaba estandolo. Rápidamente sus puás empezaban a erizarse de mas y no sabias muy bien porque que era, pero no era por nada bueno. -Tu enfrentarte a mi?!- Como correspondiendo tu desafió mientras daba como palmadas fuertes en el suelo, te mostraba los dientes y se preparaba para el siguiente ataque. -Tu seras miá!

Una vez más aquella cola suya hacía de las suyas y me propinaba un duro golpe, quizás notan fuerte como el anterior pero no era para menospreciarlo tampoco.

Aquella monstruo se envalentonaba más tras cada golpe que me daba, a la par que mi frustración crecía al mismo ritmo que mis ganas de propinarle una buena tunda. Aún más después de escuchar aquella respuesta suya, declarando que me tomaría por la fuerza aunque esta vez se sentía distinto que la Tzi Tzi, quizás por qué recientemente había vencido a una monstruo que no solo era una alfa como ella, sino que más grande. Ese valor y orgullo que ardía en esos momentos en mi pecho me llevaron a atacar nuevamente, esta vez sin tratar de dejarme llevar por mis sentimientos y la emoción del momento, y al parecer eso era lo que necesitaba.

Mi espada propinó un sendo corte en aquella molesta cola suya, un poco más arriba de la parte dura de la misma.

Al ver la sangre manchar mi hoja no pude contener un ligero grito de victoria. -Tendras que vencerme primero grandulona- espere con una gran sonrisa y una mirada desafiante, era el primer golpe que le propinaba y con ello me dejaba llevar por el sentimiento de satisfacción, aún no podía controlarme del todo como para no tener un poco de celebración a base de tratar de mosquearla.

-Vamos, ven con mamá, hay más de dónde vino eso-

-Graaaaaaawwwww!!- El corte la enfado, era cierto le habías hecho un buen corte, pero eso no significo que tu tampoco recibieras. Un golpe por parte de ella, dado desde un costado con una de sus garras hizo que tuvieras que nuevamente retroceder pero notabas algo distinto en tu arma, algo que no sabias lo que era.

El cuerpo de la Tobi empezó a electrificarse, sus puás se pusieron erectas y empezaron a recorrer con electricidad todo el cuerpo de la criatura antes de que esta soltara un rugido al aire y notaras la estática rodeando el cuerpo de la bestia. Pero no desapareció, la electricidad era como parte de su cuerpo y no desapareció con un simple rugido, como la luz de la Tzi Tzi o como el barro, te fue rodeando con un poco de saliva bajando de su boca y te miraba con odio.

Mi ataque había dado pero ella me había obligado a retroceder y ahora se mostraba con una mirada furibunda y cargada de un odio visible, tanto como las chispas eléctricas que salían desde su cuerpo.

Se veía sumamente intimidante y temible y a mi corazón le estaba costando trabajo el no acelerarse demasiado, o más bien lo suficiente para no mostrar mi miedo en mi expresión, sino una silente determinación.

Ella me rodeaba y yo la observaba en silencio, preparándome para unaembestida cargada de relámpagos o un disparo de estos si es que era capaz, no me quedaba otra opción que estar atenta a sus movimientos y reaccionar tan rápido como fuera posible para propinarle un golpe al mismo tiempo, una puñalada limpia para tratar de interrumpirla.

Un nuevo golpe, el ultimo que pudiste darle, alcanzo a la criatura que rugió de dolor mientras te miraba con una furia innata, enseguida ella golpe con su cola el suelo muy cerca de ti, tuviste que tirar hacia atrás para que no te aplastara pero enseguida la electricidad abandono su cuerpo para golpear todo a su alrededor como si lo que hubiera hecho no hubiera sido mas que un barrido eléctrico.

Una corriente potente agarroto todo tu cuerpo y te obligo a soltar la espada mientras por un momento te tensabas tanto que ni gritar te salia, una vez la electricidad abandono tu cuerpo te caíste de rodillas y finalmente caíste al suelo totalmente desmayada y herida.

No sabias exactamente cuanto tiempo llevabas dormida, eras incapaz, pero al abrir los ojos había cierto tono rojizo en el cielo, estaba atardeciendo ya y el sol estaba de lo mas bajo probablemente, la noche se haría patente enseguida. Te encontrabas como tumbada en un montón de raíces y enredaderas, no era muy cómodo pero daba la sensación de estar en una cama elástica. Al intentar levantarte te dolía todo el cuerpo por culpa de los chispazos que habías recibido, tu armadura estaba relativamente bien, algún corte y magulladura pero tu misma podrías reparar el cuero que se había desprendido, lo único que...estabas a una gran altura. No veías a Vainilla por ninguna parte, tal vez había escapado del enemigo?
 

Te encontrabas suspendida entre un par de arboles, el nido de la criatura estaba resguardado y no veías demasiadas opciones para bajar por tu propia cuenta, tal vez escalando el tronco principal pero era mas bien liso y no había demasiadas ramas. En cuanto sopesabas tus opciones viste que encima de ti, encima del nido, allí, Tobi te miraba con los ojos enfadados por haber intentado escaparte, relamiéndose una y otra vez, y esta vez, su miembro blanquecina estaba de lo mas erecto, le llegaba mas o menos por el vientre, un poco mas, lo cual lo hacia de lo mas grande.

La luz de su electricidad abandonar su cuerpo, así como la sensación de cada músculo contraerse con tanta fuerza como para agarrotarse, fue lo último que percibirá antes de que todo se pusiera oscuro para mí.

Solo cuando recobre el sentido podría percatarme que ya no estaba en el mismo sitio, parecía estar en un lugar alto y parcialmente desconectado de la tierra. Un extraño colchón de enredaderas aéreas, a una gran altura y sin rastros a la vista de Vainilla, esperaba que ella haya podido escapar de aquella monstruo, pues no necesitaba ser una experta en el tema para percatarme que me había llevado hasta su nido.

Mi mirada, en su intento por encontrar un medio viable de escape que de momento no parecía posible, me toparía con lasilueta de la Tobi Kadachi. Me daba rabia verla allí expectante, con su mirada iracunda y en una postura que reflejaba un claro mensaje que no me costó trabajo entender, y eso me hacía molestarme aún más por haber perdido aquella batalla y por qué en parte si quería cuidar mi vida, o al menos que no me abordarse de la forma más violenta posible con ese largo miembro, lo mejor sería mostrarme sumisa. De no ser por que sentía el orgullo dolido, no hubiese tenido tanto problema en adoptar aquel papel.

Pero ante aquella mirada impaciente algo de temor también vino a mi y sin quitarle los ojos de encima comencé por quitarme lentamente mis prendas superiores.

Con cuidado desprendió los botones que ajustaban aquella prenda y desabrochando el cinturón que ayudaba en aquella tarea. Aflojaria el cordón que daba a una sujeción mayor y con ello mi prenda quedaría lo suficientemente suelta para quitármela por encima de mi cabeza, atorando se ligeramente cuando mis pechos estaban por ser liberados de su prisión y provocando un fino rebote de estos cuando quedase con el torso desnudo.

-Tu eres más fuerte- la reconocí, aunque aquello me molestase. -Al menos permíteme prepararme- era un pedido casi susurrado, pues la vergüenza que me traía era lo suficiente como para lidiar con el hecho de que me gustaba lo suficiente el sexo como para incluso disfrutar de lo que estaba por pasar. Mi rostro estaba teñido del más puro tono carmín y mis ojos apenas buscaban el contacto visual con los de la Tobi, en parte por lo ya descrito y por el miedo, estaba a su merced por completo.

Ahora que mis pechos estaban libres, cayendo ligeramente hacia los lados por estar recostada en esas lianas, le daría a ella un buen vistaso de como juntaba mis piernas para quitarme mis pantalones y ropa interior por igual, haciendo deslizar la tela de tal forma que revelarian poco a poco y de un modo bastante erótico, el largo de mis piernas y la firmeza de estás como la de mis nalgas, la cual muchas mujeres decían que era como ver una apetitosa manzana. Aunque dudaste realmente que a ella le gustasen las frutas.

-Pue...puedo..prepararme?- pregunté con un claro temblor en mi voz y una sutil espectacion y curiosidad en mi mirada cristalizada; parecía que podía llorar en cualquier momento y todo era debido al caos en mi corazón de frenético latir, que no se decidía si debía sentir miedo o gusto por lo que estaba por pasar, culpa o simplemente emoción.

Cuando comenzaste a moverte ella te mostró los dientes, siempre en guardia sin ceder antes nada mientras se iba acercando con la boca abierta mostrando colmillos, pero al ver que te ibas quitando la armadura se fue quedando quieta, rodeándote, como cortándote el paso con su cola mientras sus ojos te observaban con mucho detenimiento.

-Grrrr...- Se quedo vigilandote hasta que acabaste por quitarte las braguitas y el pantalón, viendo como te ibas exponiendo, a la pregunta que si podías prepararte, por muy sumisa que parecieras, la Tobi no se fiaba de ti. Con la cola aparto tu armadura antes de que con sus manos te tomara de las tuyas con mucha facilidad. Te levanto del suelo como si fueras un saco antes de tirarte contra su cola que se había aplanado para que pudieras caer en ella. Notabas su pelaje duro, era de una textura envidiable si pero era un pelaje duro y enseguida notaste algún que otro chispazo, dándote a entender que te tenia donde quería.

-Tu me complacerás...- Anuncio ella mientras te agarraba del cuello quitándote por unos instantes el aire.- Daras luz a mis criás...me complacerás...día y noche...como hembra...- Se relamió cada vez que lo decía mientras disfrutaba de como te estabas sometiendo antes de soltarte del cuelo. La Tobi te dejo tumbada en su cola y ella gatas se fue haciendo un ovillo a tu lado dejando su miembro apuntando directamente a tu boca. -Complace.- Ordeno.

Te cogió del cabello y te tiro contra su miembro que no era lo suficientemente grande como para hacerte daño pero si para dilatarte como te había dilatado la Barroth, ella se tomaba su tiempo, te tomo del cabello y empezó a pasarlo por su miembro a modo de humillación antes de frotar tu mejilla. -Muévete de una vez.- Molesta sin dejar de mostrar su superioridad.

La Tobi Kadachi no paraba de querer dejar bien en claro el hecho de que, ahora que me sumia a sus designios, no solo me despojaría de hasta el ultimo trozo de metal o cuero que no formase parte de mi cuerpo para estar segura que no intentaría atacarla nuevamente, sino que ademas gozaba perversamente de hacer conmigo lo que quisiera.

Las chispas electricas, la ligera asfixia y aquella forma de imponerse me dejaban aun mas en claro el que cualquier intento de resistirme a su pedido sería severamente castigado y sin mis armas poco podía hacer contra un monstruo, menos ante uno tan hábil y poderoso como había demostrado ser ella.

Aun así el sentimiento amargo de la derrota y de aquella regodeandose en mis narices era de lo mas frustrante que había. Aquella humillación a la que me estaba sometiendo, demandando atención y dando aviso de mi nuevo futuro como una pareja de reproducción con la sola tarea de dar a luz y complacer erizaba todo mi cuerpo en indignación y cierto calor particular que no quería reconocer que me gustaba.

No quería mirarla a los ojos, mi rostro estaba cubierto por el rojo de la verguenza y el solo pensar que me encontraría de nuevo con esa mirada soberbia e imponente me daban una mezcla de miedo y furia. Pero al final, todo quedaba en lo que debía hacer. Cuando comenzo a restregar su miembro contra mi mejilla, inhale profundamente su potente fragancia y tras un suspiro gire mi rostro para que mis labios se topasen con aquel peculiar glande. Estaba sumamente hinchado y aunque el miembro en su totalidad era mucho mas pequeño que el de la Barroth, seguía siendo lo suficientemente grande como para hacerseme facil el intentar llevarlo muy profundo en mi boca, al menos esos eran mis calculos mentales.

Lento pero a un ritmo sin pausas demasiado largas, mis labios comenzaron a moverse por aquel falo. Depositando besos en toda su extensión y a medida que pasaba el tiempo mis manos se sumaban. Acariciaban su miembro con ambas manos por todo su tronco mientras mis labios y una tardía lengua, prestaban especial atención al glande.

Su fragancia no era tan intensa como su sabor, aunque no me disgustaba, podía reconocer la fuerte carga hormonal que llevaba el mismo y como esta parecía afectarme. Pues pronto mis lamidas y besos provocaron humedos sonidos algo obscenos pero muy apropiados para la situación. Mis ojos se entrecerraban teniendo como unico centro de atención de mi mirada su miembro y como este iba reaccionando a cada nuevo trato que le daba. Como el momento en que mi lengua recorrio desde la base del mismo a la union del tronco con el glande, así pasar a estimular la zona bajo este con mi habilidad lo mas humeda posible y mi siniestra masturbando el resto de su extremidad.