Partida Rol por web

Fue bueno detenerse a observar antes de hacer un movimiento apresurado, fue gracias a esa prudencia que pude preveer el impacto de su lengua en alguna parte de mi cuerpo. Aunque la adhesión de aquel viscoso apéndice en mi escudo era llamativo.

Vainilla por su lado cumplió con su deber lo mejor que pudo. No era de extrañar que la pukei a pesar de su tamaño, bastante menor para una monstruo pero lo suficiente para ser un problema para los humanos, pudiera ser ágil o cauta también al defenderse.

Pero si no me movía, no lograría el cometido de aquel encargó, debía reducir la población de las pukei pukei en el bosque, y no lo lograría conteniendome con ella.

Aprovechando el momento iría tras ella en un rápido sprint, mi espada estaba lista para conectar con sus escamas, pero estás resultarían ser más elusivas y resistentes de lo que pensaba.

El primer golpe apenas y rosaria el cuerpo de la dragona, sin provocar mella alguna o rasguño en su verdosa piel tan llamativa. Y la frustración de fallar el primer golpe afectaría al segundo con un ataque fácilmente esquivable.

-Pequeña escurridiza...quédate quieta- bufaria claramente molesta tras el segundo ataque fallido. No era una buena perdedora y eso no necesitaba demostrarlo.

-Gllll...glagl....- Se movía como si fuera una babosa, tu espada no llegaba a tocarla porque inmediatamente se ponía fuera del rango de tus combates. Ella te miraba divertida por el momento mientras seguía sacudiendo la lengua ante tus amenazas mientras que Vainilla se apresuraba a cargar su barril, pero por el momento tendrías que esperar por su ayuda.

Entonces de repente la Pukei salto por encima tuya, desplegando unas membranosas alas que tenia, no muy grandes, pero lo suficiente como para soportar su peso y en caso de querer huir por el cielo, poder hacerlo. Como si se tratara de un lagarto, cosa que prácticamente lo era, se empezó a deslizar por uno de los arboles hasta llegar a lo que parecía ser un tronco algo alejado con una fruta bulbosa de color violeta. Esta olfateo un momento antes de sacar la lengua totalmente húmeda y comenzar a lamer la fruta.

Si no estuvieras en combate, jurarías que lo que estaba haciendo era una felacion al árbol. La lengua se enroscaba en la fruta exprimiéndola mientras se movía de una forma que recordaba a la masturbación, los fluidos violáceos de la fruta se iban mezclando con la saliva de la criatura que incluso tintaban un poco su tripita. No te ignoraba, pero había aprovechado su confusión y ahora estaba haciendo algo extraño con aquella fruta que empapaba de violeta su lengua y saliva, mirándote casi con un sonrojo disfrutando de como movía la lengua, quien sabe lo que estaba imaginando la criatura.

-Vainilla, a cubierto- Era extraño el actuar de esa dragona, muy extraño. Había dejado de pelear por un momento para ir tras un tentempié? Aunque aproveche la situacion para mezclarme entre los árboles y encontrar un punto donde poder esconderme, sin perderla de vista, su actuar no era ignorado por mi. Ver lo que le hacía a ese fruto me hacía desear haber nacido con un miembro propio para experimentar las sensaciones que podía dar una lengua de esa forma, aunque si podía tener un comportamiento tan seductor en medio de una relación, podría hacer maravillas si la dejase jugar conmigo. Fantasear por escasos segundos era inevitable, pero no imparable como para no sacudir mi cabeza en un intento de dejar aquellos pensamientos ocultos hasta que la cacería termine, debía enfocarme en encontrar la oportunidad perfecta para saltar sobre ella pero debía ser paciente y aguardar.

Obediente a lo que pedías, Vainilla se puso detrás de un árbol lista para saltar en cualquier momento. Tu pensabas que estabas a salvo y realmente quizás lo podrías haber estado si no fuera porque estabas en el coto de caza de la Pukei.

Tuviste suerte en que notaste como una gota de savia violácea goteaba encima de tu armadura, al mirarla enseguida supiste porque. Rodaste sobre ti misma en el momento en que la lengua de la Pukei golpeaba el suelo como si se tratara de un martillo, toda la lengua estaba del mismo color y la Pukei estaba subida al árbol mirando divertida.

-Dulce dulce...-Repitió ella mientras gorgoteaba un poco y se preparaba para el siguiente asalto.

La pukei desapareció de mi vista y para mí fortuna, mis reflejos me salvarían de ser alcanzada por aquella larga lengua violacea.

Aquella monstruo parecía divertirse conmigo, algo sumamente irritante por el hecho de que no me tomase en serio, pero esa sería mi ventaja.

Luego de rodar me incorpore como pude para iniciar mi carrera hacia ella, hacia el árbol en el que se encontraba y pisar fuerte el mismo para impulsarme en un salto dirigido a ella. Todo aquello para propinarle un sendo corte en su cuerpo.

-A que te supo eso eh!?- vocifere eufórica ante la sensación de mi acero impactar en su carne.

Tras aquel golpe que le dolió bastante a la criatura, tanto que empezó a sangrar un poco, sus ojos amarillentos te miraron fijamente con bastante enfado.

-Humana...- Abriendo la boca mientras bastante de la saliva que tenia almacenada dentro bajaba por sus labios como si se trataran de fluidos. Levantaste el escudo para defenderte si, pero su lengua fue como una bala bien golpeada.

La lengua rozo tu mejilla e inmediatamente sentiste un quemazón en esa zona y como tu cuerpo reaccionaba mal, como si aquel corte hubiera sido un espadazo. La lengua volvió a la boca y la Pukei empezó a gorgotear bajándose del árbol de un fuerte salto mientras elevaba las alas como queriendo intimidarte, aunque lo único que hacia bajo tu punto de vista era exponer su hermoso cuerpo.

Un roce de su lengua había sido suficiente para entender la potencia de sus ataques y la velocidad que podían alcanzar los mismos.

De no ser por el recambio de aire que energizaba mi cuerpo entero y motivaba drásticamente el dolor, ese habría sido un buen golpe de parte de la Pukei.

"Sus golpes son como balas de artillero...no puedo descuidarme"

Nunca había recibido el disparo de uno, pero si había empujado y jalado el gatillo unas pocas veces durante mi entrenamiento; sabía lo peligroso que era recibir un disparo y eso sería el eje de mi concentración.

Lástima para la pukei y para mí, pues el que se alzará como lo estaba haciendo, me daba una vista perfecta de su seductora figura y por momentos, me arrebataron una amarga sonrisa de lado. Ya que a fin de cuentas sabía la ironía de no poder simplemente disfrutar de la vista y en su lugar, arruinar la misma con una senda puñalada que daría en el abdomen de la Pukei, provocando un giro con mi espada dentro de su cuerpo antes de sacar la misma para generar aún más daño. Podría haber terminado allí todo, pero aún había más.

-Vainilla!!- gritaría su nombre y retrocederian con el escudo en alto, pues así reduciría la posibilidad de ser dañada por la explosión.

La espada se clavo por un momento en sus escamas y finalmente, por fin conseguiste hacerle verdadero daño. Un buen corte sangrante por parte de tu espada que hizo que la Pukei retrocediera bastante, escupiendo su savia de su tripa como si estuviera vomitando.

Tenia una gran cantidad de veneno en su boca y mirándote con rabia hizo el gesto de escupirla hacia ti, pero Vainilla era mas rápida. -Mew.- Como siempre, como si fuera una kamikaze mas, Vainilla salto hacia la boca de la Pukei y por un momento parecía que se la iba a comer antes de que ella explotara justo en su boca quemando un poco los labios y la garganta de la criatura.

No fue letal por fortuna, pero empezó a moverse de lado a lado visiblemente desorientada mientras acababa de vomitar el veneno de su boca y finalmente con un gran estruendo, el cuerpo de la Pukei cayo noqueada hacia un lado con la lengua sacada.

Vainilla empezó a sacarse un poco de baba de la ropa y se te quedo mirando antes de señalar tu mejilla. -Cuidado...eso poder infectar, revisar Baba.- Movio un poco las orejitas hacia la criatura. -Tu querer llevar?

Mi compañera nunca me defraudan, ni una sola vez desde el poco tiempo que llevábamos de conocernos y está vez me quedaba claro debía recompensarla de alguna forma para mostrarle mi agradecimiento.

La pukei finalmente cayó de forma bastante sonora en la tierra bajo nuestros pies.

Suspiré aliviada al ver lo bien que había resultado la cacería. -oh!?- el llamado de atención de Vainilla solo me hizo sonreír, aunque no lo hacía precisamente por restarle gravedad a mi herida, sino más bien, por qué me gustaba que se preocupase por mi a su manera.

-Gracias Vainilla, no dejaré que se infecte- limpiaría un poco la herida con agua de la cantimplora para quitar cualquier rastro del veneno encima de la herida, por desgracia no contaba con alguna venda para tapar la herida de momento.

-Si, me la llevaré a la aldea, siento que ella podrá vivir bien y ser útil para la aldea- mi mente ya se había puesto a trabajar y honestamente no quería matarla, a este paso se me haría sumamente difícil matar a cada presa que fuera un encargo para mí, pero sabía que encontraría la forma. Ahora debía ir a la aldea y reclamar la recompensa, con suerte alcanzaría para contratar a Baba para hacerle un corral a la Pukei y así tener un sitio donde enseñarle a vivir pacíficamente en la aldea.

-Si tu querer entonces...- Cogió uno de los barriles que tenia en la mochila y la encendió cerca de la Pukei, esperasteis a que la mecha se apagase y de golpe...fffiiiiiiuuuuummmmmm....Un petardo se alzo hacia el cielo explotando con una pólvora azulada bastante intensa. Vainilla se quedo mirando la señal y luego te miro a ti. -Señal, ellas entender y recogerla. -Comento la felyne mientras volvíais hacia el campamento.

Todo iba bien, era de mañana, apenas mediodía y tal vez después de un descanso podrías volver a cazar alguna cosa. Pero Felicity se encontraba en la puerta del campamento hablando con una felyne que estaba montada en un carromato como de transporte tirada por dos grandes bestias peludas, la felyne maullaba continuamente hacia la encargada la cual iba explicando la situacion.

-Si si, te entiendo, pero ahora mismo...oh que suerte, ya estas aquí. -Con una sonrisa llamo tu atención para que te acercaras. -Parece que estas con algo de suerte...estas bien?- Pregunto al ver tus heridas de la batalla pero al ver que no eran demasiado serias simplemente lo dejo pasar. -Si creo que estas bien, mira, esta es la encargada de la montaña. -Señalando a la gata la cual maulló con un saludo de mano antes de que Felicity continuara. -Parece ser que van a reunir a algunas aventureras para una expedición, no tenemos demasiadas aquí...de hecho solo te tengo a ti, pero si quieres apuntarte creo que sera una buena oportunidad para conocer otros campamentos. Ademas de que las recompensas suelen ser mas altas que las que puedo ofrecerte yo, que te parece? La montaña esta a un día de camino, pero por suerte ella te llevara, verdad?- Pregunto a la carretera que maulló de nuevo como dando el visto bueno a lo que decía.- Tendrás algo de tiempo para descansar.

Cada vez amaba más a esa gata, era un abanico de sorpresas que no paraba de sacar algo nuevo y útil para nosotras.

Apenas y asentir con la cabeza ante su explicación, no necesitaba más para entender aquello que había hecho y me sorprendía mucho contar con esa clase de servicio, solo esperaba que no costase mucho cuando fuese la hora de pagar.

Aún así regresamos a la aldea y Vainilla no se salvó de ser halagada y mimada camino a la misma, incluso la cargaría en mi espalda por un tramo del camino para que descansase.

Al llegar a la aldea la sonrisa más radiante nos recibiría con grandes noticias que tuvieron que dejar mi saludo en pausa más allá de alzar la mano al acercarme.

-Eso suena algo muy prometedor, será mi primer cacería oficial con otros cazadores humanos y sus felynes- la idea me emocionaba mucho realmente y me llenaba de energía de sobremanera, pero una expresión de sorpresa aparecería en mi rostro al percatarme de lo que había dicho y por precaución mis brazos rodearon a Vainilla en un gesto de lo más afectuoso.

-Aunque tu siempre serás mi mejor compañera- le comentaría risueña y lo suficientemente melosa como para volver a frotar mi mejilla con la suya y apegar tanto como me fuera posible su espalda a mi pecho y vientre.

-Oh, por cierto Felicity, completamos la misión, a nuestra manera....no eliminamos a la pukei por qué me la traje a la aldea, de hecho antes de partir me gustaría ir a hablar con Baba para encargarle la construcción de otro corral-

Para aquellas palabras ya volvía a adoptar aquella costumbre de mantener una conversación mientras acariciaba las orejas de Vainilla como si fuese alguna clase de villana con su mascota, por más alejada de la realidad que eso estuviese.

-Solo me tomara un momento puede esperarme señora gata?, Iré al encargó eso es seguro pero debo prepararme.-

Si me daba el visto bueno solo quedaba ir a buscar a Baba, si íbamos a ir a algo grande necesitaba ir mejor preparada.

-Oh no te preocupes, alli puedes comprar lo que necesites, venga corre.- Dijo Felicity con una sonrisa mientras te indicaba que entraras en el carromato.

Me apresuraria a llegar a dónde baba, correr no era una opción era una obligación, aunque tuviese que dejar que vainilla se quedará sin sus caricias por un rato.

Ni bien llegase con Baba le explicaría la situacion y le compraría una bomba flash, sería de gran utilidad en la misión como para no hacer el gasto, y claro, le encargaría el corral para la pukei.

Luego de eso regresaría con la gata que conducia la carreta para irnos cuanto antes, tendría tiempo de descanzar y mimar a mi compañera durante el viaje.

El camino de vuelta fue bastante tranquilo, ya que a la inversa pasabais del gélido aliento de la montaña a un clima mucho mas calmado como era el clima que rodeaba el campamento. Era agradable tener esos días de paz porque como ya sabias tardarías un par de días en volver, no hubo gran cosa que comentar, de tanto en tanto hablabas con Vainilla, la cual te contestaba con su habitual humor y ella se iba asegurando de que la pólvora que llevaba no se mojara o estuviera bien.

Te habías llevado muchas experiencias, la caza mayor, conocer a Radha y a sus compañeras, para bien o para mal era algo que no te iban a quitar, quizás la decepción de no haber podido combatir a la legiana podía ser un peso en tu conciencia, pero tarde o temprano te volverías mas fuerte y esa legiana caería. Finalmente el ultimo día paso, cerca del amanecer el camino se volvió un poco las liso, mas arreglado y a lo lejos se podía ver una columna de humo proveniente de tu campamento, signo de que te acercabas a la civilización después de haber visto mucho pasto. Las felynes habían hecho bien su trabajo, tal y como acordaste todo estaba bastante limpio, no se veía nada de tablones ni de hierva aquí y haya, el campamento parecía estar de lo mas limpio. No solo eso, a lo lejos, en una cerca lejana se encontraba la Pukei que habías pagado, estaba siendo vigilada por una felyne que simplemente maullaba mientras balanceaba los pies de arriba a abajo mirándola, esta estaba medio durmiendo colgada de un árbol que habían plantado en medio del recinto el cual era bastante grande.

Conforme llegaste al gremio allí se encontraba Baba la cual estaba tomando el sol como felyne descansando mientras fumaba su pipa, movió su mano al verte con su tradicional -Joi joi joi...la niña a vuelto, espero que hayas conseguido dinero congelándote las tetas porque me tienes que pagar, primero ve a hablar con la joven de dentro luego ya haremos cuentas.- A modo de saludo antes de que entraras en el gremio. Habían personas, cazadoras, pocas pero las había tomando algo en uno de los rincones, no era mas que un pequeño grupo de cuatro pero habían clientes. -Oh ya has vuelto.- Con una sonrisa Felicity se acerco a ti mientras se limpiaba un poco las manos de haber estado haciendo sus tareas. -Como te a ido en las montañas? Han pasado cosas maravillosas, parece ser que las viajeras se paran en el onsen y en tus baños de barro, no hay demasiadas pero la verdad es que es increíble, hacia mucho tiempo que no venían turistas ni tampoco mas cazadoras de paso. Es un pequeño paso, a lo que me recuerda...- Fue un momento hacia la barra, se inclino a coger una bolsita con diez monedas de plata en ella. - La recolecta, no es mucho pero te puede ayudar y es tuyo claro.

El viaje de regreso fue de lo mas pacífico y refrescante para la guerrera. Aunque tres días era un largo tramo en una carreta para alguien tan hiperactiva e inquieta como lo era ella, al menos contaba con la compañía de Vainilla que a su manera le hacía compañía y le daba material de conversación ocasional para no sufrir el aburrimiento demasiado, ello y que parecía que la felyne ya se había acostumbrado a que su poco serena compañera, se distendiera regalándole cariños a sus afelpadas orejas gatunas y hasta peinando con los dedos el terso cabello oscuro de la gata.

Había sido una buena oportunidad para relajarse y disfrutar del no hacer nada, llegaría de nuevo a su anhelado hogar renovada de energías que solo estaban destinadas a aumentar drásticamente al tener la oportunidad de observar los cambios en su pueblo.

-Woooow....Vainilla!!! mira mira...- Llamo a su compañera con la energía de un infante emocionado al notar algo maravilloso. -No hay exceso de hierbas ni basura....el pueblo esta reluciente y.....eso es, siiii mira mira es el establo de la Pukei, a que se ve adorable durmiendo así?- Sus ojos refulgían en una llama de la mas pura emoción y alegría con cada nuevo detalle descubierto y todo ese cumulo de energía termino por liberarse de a poco en actitudes como abrazar a su compañera con algo de fuerza. -Me alegro del día que Baba y mi preciosa Vainilla llegaron a mi vida, esto es maravilloso- la felyne sería presa de elogios hasta que la carreta se detuviese y pudiesen bajar a donde la cazadora podría explorar los cambios con mayor detalle hasta que su camino se cruzase con la anciana que parecía estar disfrutando del regalo que era ese lindo dia soleado.

-Y el culo también Baba, me alegro de verte- Una ligera sonrisilla animada se dibujaría en el rostro de aquella que levanto una bolsa tintineante frente a la anciana. -Ohh no te preocupes, te pagare cada pieza de oro y plata que ha valido el trabajo de tus niñas y tuyo...es maravilloso lo que hicieron....Ah el gremio, Felicity!!- Recordo el detalle que llevaba tiempo sin ver a la encargada y no negaría que la echaba de menos pero eso no era algo que hacer frente a la anciana a la que rodearía en una rápida carrera iniciada por aquellas energías desbordantes con las que contaba. -Nos vemos luego Baba, luego saldamos deudas y te lleno los bolsillos- sería el animoso saludo fugaz antes de adentrarse al gremio.

Ciertamente el sitio se veía mejor, con vida pues había algo asombroso, clientes realmente vivos y no su imaginación. Un pequeño grupo de cuatro pero era mejor que absolutamente ninguna persona. Aunque esta reunión de cazadoras serían completamente ignoradas en cuanto la mirada esmeralda se poso en la encargada del gremio. Como siempre la radiante sonrisa de aquella mujer, facinaba a la guerrera que no hizo ademan alguno para ocultar su emoción y simplemente se limito a acercarse, escuchando las palabras de su amiga sin interrumpirla y mostrandose un tanto mas calmada y serena.

-Pues a decir verdad...- Se vio algo interesada en el dinero, seguramente si no fuera por el hecho de que estaba mas feliz por ver a la encargada que lo que sostenía, hasta hubiese ignorado este. Aun así aprovecho la oportunidad para abrazar a Felicity, apegandose bastante a esta y llenar sus mejillas de cortos besos afectuosos con una actitud claramente juguetona. -Te extrañe mucho Felicity...estas tan linda como siempre...- no demoro en elogiarla y pegar su mejilla a la ajena por momentos antes de liberarla para no causar mas incomodidad.

-Perdona, llevo muchos ánimos encima y resultaste ser mi victima preferida- Comento divertida, siendo su actitud ya conocida por la encargada. -La aldea se ve hermosa, como sus habitantes, eso es muy bueno, así el turismo crecerá cada vez mas y mas...Me alegra verte de nuevo Felicity, me extrañaste en estos dias?- tomando el dinero de sus manos al atrapar estas entre las propias, la cazadora acerco un poco mas su rostro a la encargada manteniendo una distancia tentadora a ser aun mas acortada por cualquiera de las dos. -Por que yo si te extrañe-

-Mew...- En esos momentos de mas alegria Vainilla parecía el peluche que estaba recibiendo todo ese entusiasmo, se dejo zarandear si y medio abrazar o acariciar pero cuando llegasteis junto a Baba ella se quedo fuera mientras bostezaba suavemente.- Ir a ver a encargada...descargar con ella.- Como si necesitara un momento para conectar con su piromana interior. -Joi joi joi...no dudaba de ello pequeña, me gusta el sonido de tu bolsa...joi joi joi.- Y siguió a lo suyo.

El reencuentro con la encargada fue diferente, un poco mas mimoso y llegaste hasta a hacer ruborizar a la joven que se puso ligeramente nerviosa por el reencuentro y claro por tus acercamientos tan obvios.- Bueno...si claro que si...es decir, claro que te he echado de menos porque eres la jefa y todo eso...ahm...bueno quiero decir....bienvenida.- Sonriendo de nuevo y aceptando esa caricia en las manos y el acercamiento antes de carraspear un poco y separarse ya que por supuesto y quizas por desgracia, no estabais solas.

Se puso al otro lado de la barra y te indico que te sentaras en una de las sillas mientras ella iba a por el libro tradicional de encargos que ya habías visto antes, no lo abrió por el momento pero parecía que le gustaba tenerlo cerca. -Se nota que estas animada y me alegra mucho verte, tomate un momento y te contare lo que ha ido pasando.- Mientras te servia un vaso de cerveza para que tomaras algo.- Bueno, el corral de la Barroth fue todo un éxito, ademas de claro la apertura de los onsen, una de las felynes cuida de la Barroth por el momento y no parece que da demasiados problemas, de hecho según lo que me han contado esta casi todo el tiempo enterrada en su barro así que por el momento vamos a suponer que esta contenta.

-Gracias a la señal de Vainilla pudimos ir a buscar a la Pukei y traerla aquí, la destilería funciona pero solo puede hacer ciertos viales al día, habla con la felyne que hay en ese cerco para que te hable de que puedes hacer con la baba de la Pukei, en esos temas no me meto que eso ya son cosas de Baba. Quitando eso la Pukei pasa gran parte del tiempo dormida recuerda que es una criatura salvaje y aunque sepan como tratar con ella no hay que bajar la guardia nunca.

-Las felynes siguieron tu orden y limpiaron todo el lugar, quitando eso...creo que es todo, es todo lo que dejaste por hacer y se ha ido cumpliendo así que si estas lista, si necesitas un descanso lo comprenderé, pero si estas lista. -Dio un par de toques al libro. -Tengo nuevos encargos para ti.

El solo ver como Felicity lograba ponerse nerviosa encendía aun mas las ganas de Laika de presionar y molestarla, o provocarla hasta hacerle perder los estribos, aunque no era el lugar ni el momento al juzgar por la presencia de otras cazadoras, no es como si le incomodase el ser vista haciendo demostraciones de afecto en público pero entendía que quizás aquello podría ser diferente con la encargada. Así que dejo su ego tranquilo, sabiendo que aun era capaz de lograr enrojecer el rostro de quien ahora estaba detrás del mostrador ofreciendo cerveza a la guerrera.

-Merci- Añadió con un tono de voz extranjero, quizás la única palabra en otro idioma que conocía, tomando la bebida y disfrutando un poco de esta. Iría bebiendo poco a poco mientras escuchaba las buenas noticias, realmente era sumamente agradable que ni bien regresara se topase con que todo había avanzado sumamente bien y los cambios en la aldea se veían muy bien como para solo detenerse allí. Y claro para ello necesitaba mas dinero para aplicar todas las ideas que se encontraban en su cabeza en esos momentos, muchas para ayudar a mejorar la calidad de la aldea y volverla el centro turístico o punto de descanso para cazadoras o comerciantes en pleno viaje.

-Vaya no se que suena mejor...el hecho de que la aldea haya mejorado tanto en mi ausencia... oooo Dejando la frase en el aire y con una expresión risueña en el rostro y con su dedo indice remarcando la boca de el jarron de cerveza al dibujar circulos en este. -El hecho de que me hayas extrañado...Espero no te hayas aburrido mucho en mi ausencia.- No podía evitarlo, Felicity era un tipo de dulce de persona a la que quería hacerle llegar todo su afecto tarde o temprano y disfrutar del solo hecho de ver sus expresiones y reacciones a las claras provocaciones e intentos de seducirla.

Aunque, la encargada al solo poner la opción de nuevas cacerías sobre la mesa, le recordaba que no venía a tomarse unas vacaciones en su aldea, sino a mejorarla como tenía planeado. -Fuera de eso, descanse bastante durante el viaje de regreso, veamos que tienes para mi encanto, con el animo que tengo siento que puedo comerme el mundo entero- Y con aquella frase robaría un poco de la espuma restante de la cerveza con el dedo para llevarlo hasta sus labios y realizar un acto de magia con su lengua, al hacerlo desaparecer de una forma muy sugerente, solo para seguir "molestando" a la encargada del gremio.

-Eres de lo que no hay.- Medio riñéndola medio juguetona por todos los lascivos mensajes que le daba, hiciste reír un poco a Felicity pero intentaba contenerse porque estaba de servicio y era la cara del gremio después de todo. -Bien, pues tengo bastantes encargos, vamos a ver cual es el mas adecuado a ti.

-Después de haber vuelto y según he entendido de forma bastante exitosa de la montaña creo que puedo empezar a encomendarte algunas misiones mas difíciles para ti, espero que todo vaya bien así que veamos tenemos a esta criatura de aquí.- Señalando un cartel de una Kut-ku por la que pagaban 1 moneda de oro y 20 de plata.- Es considerada la mas pequeña de las wyverns de por aquí, no se si la has visto antes, pero ten cuidado que aunque sea pequeña sigue escupiendo fuego...vamos a ver también tengo esta.- Saco un encargo y era de una diablos que había subido a dos monedas de oro.- No se muy bien porque ha subido, pero parece ser que el mercader estaba muy interesado en que se elimine a esta criatura, supongo que estará cerca de los caminos, eso ya no lo se...mmm...también tenemos esta, una Paolomu. -Sacando una vez mas otro pergamino y esta vez de una Paolomu que se pagaba 1 moneda de oro por ella.

Ya que estaba saco un pergamino pero en ella había un símbolo de un interrogante en la parte de la foto. -También tengo esta, vale 2 monedas y 50 de plata, pero no saben que criatura es, es cerca de los pantanos, cruzando la llanura, pagan por su piel, se supone que es algo que esta acabando con la poca vida que hay ahí, no consideran que sea nada extremadamente peligroso pero aun así quieren asegurarse de que desaparece.-Comento Felicity mientras dejaba esos papeles delante de ti.

-Estos son los encargos que puedo recomendarte ahora mismo, tienes bastante variedad donde escoger.

Apenas sacando la lengua por aquel comentario sería declarada culpable inmediatamente por los dichos de la encargada.

Aunque podía divertirse con aquella situación, el asunto de los próximos encargos era a tomar en serio pues al parecer no era para menos el aumento de dificultad en las cacerías, a fin de cuentas ninguna bajaba su recompensa de la moneda de oro y todas eran de cacerías.

-Mmmm, vamos a empezar suave para entrar en calor, iré tras la kut-kut... Me llamo mucho la atención la última pero iré con cautela por ahora.-

Con ese nuevo encargó tomado la guerrera se dispondría a marcharse no sin antes despedirse de su amiga alzando su mano, le hubiese dado un beso en la mejilla pero hubiera sido un problema teniendo el mostrador de por medio.

-Si vuelvo victoriosa me acompañarás al Onsen?- mencionaría justo antes de pasar por la puerta, esperando por su respuesta antes de ir con Baba, tenía que saldar sus deudas y comprar algunas cosas más.

-Entonces la Kut-ku...- Sellando la misión con su estampado y dándola por iniciada antes de ofrecértela. Tomo un largo suspiro porque no le molestaba pero estabas lanzando toda la artillería contra Felicity, se quedo un momento pensativa antes de sonreír. -Esta bien esta bien, si consigues hacer presa te acompañare a los onsen, así de paso te enseñare la remodelacion que han hecho.

Te despidió con la mano como era natural y fuiste a ver a Baba la cual estaba de nuevo sentada, una felyne le llevaba una taza de algo parecido a te aunque no olía a te y se lo dejaba a un lado. -Joi joi joi...ya os habéis puesto al dia?- Pregunto la anciana antes de sacar de debajo de su manga esa bolsa que parecía no tener fondo, moviéndola de arriba a abajo para que tintinearan las monedas del interior. -Empecemos con tu deuda te parece?- Una vez intercambiasteis la deuda original ella guardo la bolsa como si ya estuviera todo aclarado aunque se le escapaba esa risita de haber hecho un trato provechoso.

-Joi joi joi, la expedición parece haber ido bien después de todo, una buena bolsa cargada de monedas y no te falta una pierna, eso siempre es buena señal.- Tomo un largo sorbo del brebaje de su taza.- Y dime, que es lo que necesitas ahora?