Partida Rol por web

Me desa
nimab un poco que Vainilla no se explayase mucho con sus respuestas, me hacía creer que quizás resultaba molesta con mis intentos de llevarnos bien, aunque bien podía ser un rasgo de su personalidad.

Tendría que adaptarme a ella y estaba más que dispuesta a hacerlo, aunque me incomoda se el silencio.

Por lo menos habíamos encontrado un lugar bastante decente, aunque como todos los edificios de la aldea necesitaría su buen grado de cariño para brillar.

-Este parece un buen sitio, démosle una buena limpieza y seguro que tendremos un lindo hogar para el final del dia-

Lo único que podía molestarme era aquella ventana rota, quizás me alcanzará con algo del dinero reunido para reemplazarla, si es que Felicity o Baba contaban con una. La chimenea habría que revisarla para ver qué tan urgente pudiese necesitar una reparación.

-Aprovechemos la luz al máximo, vamos Vainilla, necesitaremos escobas, cubetas y lo necesario para limpiar este lugar, seguro conseguimos algo y hoy dormimos en nuestra propia casa- no era una actividad tan emocionante como una cacería pero pondría todo de mí en ello.

No era la actividad mas divertida del mundo, eso era innegable, escuchaste un suspiro por parte de Vainilla la cual dejo su mochila a un lado y desaparecía por la puerta. Por un momento podías haber pensado que no tenia intención de ayudar con lo que iba a ser vuestra casa, pero para sorpresa llego exactamente con lo que le pediste, un cubo, agua y material para limpiar, seguramente la había cogido de alguna parte del gremio o de su carreta.

Las tareas te ocuparon gran parte de la mañana, te habría ocupado gran parte de la tarde si no fuera porque lo que te faltaba a ti de practica, Vainilla lo compensaba con actividad. Era rápida a la hora de limpiar, en menos de una hora había conseguido quitar todo el polvo y las telarañas, en las siguientes limpio los tablones con tu ayuda y mas o menos a las dos de la tarde la casa estaba completamente saneada y lista para entrar.

Aun quedaba el tema de la ventana, pero por el momento no molestaba demasiado, no era invierno ni tampoco hacia mal tiempo para tener una ventana menos, como mucho si llovía seria molesto por el agua que entraría, pero poco mas. Ahora la casa lucia de una forma distinta y al acabar de retirar los utensilios que habíais usado ambas para limpiar, Vainilla se sentó de nuevo en el suelo cerca de su mochila y miro todo a su alrededor moviendo una orejita. -Limpio...-

Debia admitir que me sentía un poco mal por haber llegado a pensar que Vainilla me dejaría sola con el tema de la limpieza, aunque al final de cuentas, solo había sido una ligera ayuda para la diestra Felyne a la hora de poner ese lugar decente para que ambas viviesemos comodas. Cuando terminamos y quedo todo listo, senti un gran impulso por ir a abrazar a mi compañera. No me contuve esta vez.

-Eres asombrosa Vainilla, muchas gracias, sin ti hubiera estado todo el día aqui, limpiar no es lo mio- No estaba dandole nada mas que el credito por un trabajo tan bien hecho, lo de la ventana sería algo que podría ser procastinado sin mucho problema, no era algo de urgencia o necesidad máxima.

Esperaba no ser molesta para ella pero tendía a ser bastante melosa, sobre todo con las de su raza, incluso al punto de frotar mi mejilla contra una de las suyas. -Que te parece si vamos al gremio por un encargo, seguro podemos cazar algo y usar tus explosivos, eso te gustaría?- Ciertamente quería aprovechar que aun teníamos el día en plenitud de luz como para ir en busca de una presa, pero siendo que ella ya había dejado en claro su gusto por hacer explotar cosas, quizás podríamos darle un uso productivo a sus habilidades.

-Seguro traemos un buen botín, vamos, hay que aprovechar el día- Estaba animada y recargada de energías, quería ver que tanto podía mejorar en una casería ahora que contaba con una compañera.

El abrazar a Vainilla era como abrazar a un peluche, lo que era el cuerpo de Vainilla era suave, su piel calentita y era agradable el juguetear con ella. No se resistió a tus abrazos y a tus mimos, soltó un maullido, movió una de sus orejitas cuando empezaste a mover su mejilla contra la tuya y dijo. -Quiero explotar cosas...- Confirmando que quería ir a cazar algo, quizás era por eso por lo que se había dado tanta prisa a la hora de acabar el trabajo.

Se dejo hacer un poco mas antes de separarse de ti y tomar su mochila, era grande así que seguramente podría caber ella misma en la mochila si se hacia un ovillo, tampoco sabias muy bien que es lo que llevaba dentro pero lo mas probablemente es que cosas que explotaban, muy seguro.

AL llegar a lo que era el gremio, allí estaba Felicity, estaba tomando algo en una jarra, un liquido ámbar y parecía estar algo contentilla así que probablemente tuviera algo de alcohol. Al verte te saludo con una mano y saco el enorme libro lleno de misiones de caza. -Parece que has vuelto pronto, ya tenéis donde vivir?- Baba estaba fuera, ya se estaba instalando en su carromato, no estaba en el edificio. -Cuéntame, que es lo que quieres? Algo para cazar? Algo para recolectar? Ahora que tienes una compañera y como has completado una misión, podríamos hablar de cazar algo mas grande, si te atreves.

Que Vainilla se dejase mimar me dejó un sentimiento de felicidad de lo más puro y revitalizante, si antes pudiese haber estado cansada un poco por la limpieza, todo se había ido al darme el gusto de palpar el suave pelaje de mi compañera. Si fuera por mí me hubiese quedado todo el día haciéndole cariño pero ciertamente debíamos ponernos en marcha.

No demoramos en llegar al gremio y al parecer la alegría había sido servida en un vaso para nuestra encargada del mismo. Me tentaba también sentarme a beber con ella pero había trabajo que hacer y el oro no se conseguiría solo.

-Si, está bastante bien, solo un par de decoraciones y estará perfecta para la fiesta de inauguración...a la que Clar estarás invitada.- me emocionaba mucho la idea pero me conocía lo suficiente, si le seguía dando vueltas al asunto no me concentrarnos en lo que debía hacer realmente. Cuando Felicity propuso los encargos me quedó claro que debía apuntar a lo grande.

-Hay que ver cómo nos manejamos con algo más intenso, que puedes ofrecernos?- el desafío llenaba mi cuerpo de adrenalina y me tenía espectante sobre ese encargo más difícil.

-Quiero la cazería grande claro- aclaraba solo por las dudas.

-Pareces estar bastante decidida, muy bien veamos...- Fue pasando las paginas una tras otra antes de sacar un par de hojas, una de ella ya la conocías de hecho. Habían tres hojas en total delante de ti, cada una con una imagen diferente de la criatura. -Aquí tenemos unas cuantas, no son difíciles, hay una Tzi tzi cerca de aquí, en la llanura, estaría bien cazarla porque no debería estar allí, parece que siguió a alguna presa y acabo en esa zona, es peligrosa.

Por aquí tenemos una Barroth, de por si no da muchos problemas, pero esta justo en uno de los caminos de montaña por donde pasan los comerciantes, si se acercan mucho la Barroth ataca y claro, tiene una resistencia muy dura ten cuidado con ella. Y por ultimo, esta es en el bosque, hay que cazar a una Pukei, esta raza poblá los bosques y son muy peligrosas por el veneno que tienen, así que reducir un poco su población seria de agradecer.

Te fue señalando las recompensas. -La Tzi Tzi tiene como recompensa una moneda de oro, Barreth tiene 60 de plata y la Pukei igual, a por cual iras?

Cuando las opciones estuvieron frente a mi se me fue haciendo claro de inmediato cual debía escoger cuando vi el diseño de una de sus imágenes.

Pondría mi mano sobre la que indicaba la Tzi Tzi, no solo por la paga, sino por la posibilidad de tomar revancha de aquella que me había humillado, y si acaso se había quedado fuera de su hábitat por mi culpa, debía resolverlo cuanto antes.

-Tomaremos está- había fuego en mi mirada, quería encontrarla cuanto antes, aunque si bien ahora iba acompañada, si la Tzi Tzi era como los dromes, era muy probable que no estuviese sola.

Pero si no lo intentaba no sabría cómo resultarían las cosas y si no me enfrentaba a aquello que me daba miedo, no me lo podría quitar de encima.

-Vamos Vainilla, no hay tiempo que perder-

Dicho aquello me marcharía de inmediato, esta vez sin promesas, solo con una firme voluntad de vencer y tomar mi valor de nuevo en mis manos.

-Si que estas emocionada, ten cuidado con esta criatura, no suele ir sola y es bastante movida. -Advirtió la encargada pero aunque ella no lo sabia, tu ya te habías enfrentado a una Tzi Tzi, no sabias a ciencia exacta si era la misma pero había muchas papeletas para que fuera así.

Cuando llamaste a Vainilla, esta maulló y cogió su mochila para seguirte, siguiendo tu ritmo de viaje para ir a la llanura. Era el momento de vengarte por lo que te habían hecho, una humillación así no podía quedarse impune, pero antes de eso tenias que rastrear a la criatura.

Ya habías visto como era, pero sus huellas se te hacían difusas, hacia buen tiempo y estaba soleado por lo que si había un rastro lo podrías encontrar. Vainilla se quedo olfateando el aire, dejando que meciera su cabello un momento antes de mover sus orejas como si hubiera cogido frio de repente y sacudirse. -Yo no saber rastrear...- Dijo la felyne antes de sacar un pequeño barril de pólvora y ponérselo en su cinturón dispuesta a encenderlo en cualquier momento.

La advertencia de Felicity ya era conocida sobre lo peligrosa que podía ser esa especie pero el detalle sobre su actitud de manada confirmaba mis sospechas, tendría cuidado con ello.

Ya estando en las llanuras me quedé cautivada por la gracia y elegancia que despedía mi compañera aunque se encontrase tratando de realizar una tarea más propia de un ser más salvaje. Quería acariciar y comprobar si su cabello era tan sedoso como se veía.

Aunque al oírla se me escapó una risilla, por como se había colocado pensé que si era buena en aquella tarea y su sinceridad fue sumamente refrescante. Me había ayudado a liberar la tensión durmiendo en mi garganta que regresaba como los vividos recuerdos del esbelto cuerpo de la Tzi Tzi sometiéndose, ahora al menos me sentía capaz de concentrarme.

Me puse a la altura de mi compañera para dejar que mi mano agradeciera por mi aquel gesto involuntario suyo, dándole una caricia amigable a su cabeza y hasta detrás de una de sus orejas.

-Tu tranquila, seguro que la encontraremos, sígueme y estate alerta- Ella ya parecía preparada para el combate y yo ya estaba mentalizado y centrada, encontrarla no sería algo fácil pero con los indicios adecuados seguro lo conseguiríamos.

Deambulamos por las llanuras en busca de nuestro objetivo. Más concentrada que nunca en los detalles fui buscando en nuestro caminar pistas que nos indicasen en que dirección seguir. Rastros de sangre, arañazos en la tierra, huellas, buscando de todo un poco fui localizando detalles que me guiaron en aquella búsqueda. Unas pisadas en la tierra me llevaron hasta un cadáver de lo que probablemente había sido algún desafortunado herbívoro que cayó ante las garras de un gran depredador. Por las mordidas no pude distinguir si estaba solo o eran varios pero un goteo que se alejaba del cuerpo podría ser la señal de una boca o un par de garras manchados, que pronto revelaron un rastro de huellas. No dudamos al seguirlo en iba tomando nota mental de sus formas, debía aprender a distinguirlos para el futuro, ahora esperaba poder llegar sin alterar a mi presa, sin revelar que está vez, la cazada sería ella, suponiendo que fuese la misma.

Las caricias fueron bien recibidas por Vainilla la cual movió un poco las orejas mientras tu la acariciabas pero no te miro, miraba hacia delante aun así sentías que no se lo había tomado a mal si no a bien, las felynes al fin y al cabo funcionaban como si fueran gatas y las gatas iban por otro camino.

Encontraste un rastro, lo identificaste y efectivamente, parecían huellas de Tzi Tzi cosa que te hizo sentir mejor porque podías haber estado deambulando por toda la llanura sin ningún tipo de rumbo, ahora lo tenias y tu venganza estaba próxima.

Comenzasteis a caminar siguiendo las huellas, se alejaban de la parte central de lo que era la llanura, os acercabais a una zona apartada hacia la izquierda por así decirlo, pero el rastro era fresco y facil de seguir por lo que no os perdisteis, entonces tuviste que parar a Vainilla agarrándola de la nuca y obligandola a agacharse porque si no, hubiera sido demasiado tarde.

Encontraste el nido de la Tzi tzi, una montaña de huesos y de hiedra que había ido recolectando y amontonando a modo de cama, por fortuna no olia mal, había cubierto los huesos con algún tipo de planta que calificaba rápidamente el hueso y no dejaba que se pudrieran los restos de carne que quedaban, era extraño pero sin duda no era forma natural de la llanura donde los huesos se exponían al sol a merced de los carroñeros.

No estaba sola, la Tzi tzi estaba rodeada de dos formas mas pequeñas que daban vueltas a su alrededor, Shamos se llamaban y sabias que eran una raza que consideraban a la Tzi tzi como una especie de alfa. Ella se encontraba tumbada mientras miraba a las dos juguetear entre ellas, intentaban morderse y se tiraban al suelo.

Estabas a una larga distancia, podías intentar ir con sigilo o ponerte delante para combatirlas de frente, quitando eso solo tu imaginación podía ayudarte, también podías pedirle a Vainilla que estallara como una kamikaze pero eso la pondría en peligro.

Ante nosotros se encontraba la Tzi Tzi y aquel par de seres más pequeños, por lo visto estaba la primera sumamente entretenida observandolas luchar y jugar entre sí, de no ser por la pila de huesos a un costado, hasta podría verse un poco adorable aquella escena.

Le hice un gesto a Vainilla para indicarle que debíamos guardar silencio y buscar acercarnos más, esperaba poder acercarme lo suficiente para poder sorprender a la Tzi Tzi y aprovechar que estaba distraída.

Lamentablemente por más que pusiera en práctica todas las enseñanzas que venían a mi mente que el abuelo me había dado, sobre acercamientos sigilosos, no había tenido el suficiente recaudo en mi andar como para evitar pasar cerca de unos dientes de león y al hacerlo, liberar aquellos molestos restos flotantes.

Lo siguiente fue inevitable, una molestia en mi nariz, demasiado grande como para contener el estornudo que no solo provocaría una sensación aún más molesta, sino que eso claramente revelaría nuestra posición.

-Demonios...Vainilla preparate- advertí rápido a mi compañera y preparaba mi escudo y espada para recibir a nuestras oponentes. Las esperaría lista para pelear.

Las criaturas estaban de lo mas tranquilas hasta que estornudaste de una forma bastante violenta y sonora, cosa que puso en alerta a las carnívoras. Sentiste los ojos de la Tzi Tzi clavándose en tu persona antes de ver su lengua relamiendo sus labios. -Cordera....otra vez....comed!- Ordeno a sus hijas que saltaron rápidamente a por ti como si fueran resortes.

Por fortuna tu escudo era robusto asi que pudiste empujar a ambas criaturas hacia un lado, pero eso creo una abertura para la Tzi Tzi que clavo su garra en tu armadura y araño con fuerza dejando una larga marca mientras se volvía a relamer. -Otra vez? Esta vez...devorare tu carne....sabrosa...dulce y suave.

Te mostró los dientes visiblemente molesta porque estabas en su guarida y sus orejas se levantaron de golpe mientras hacia sonidos guturales en el aire, poco a poco la luz empezaba a acumularse en estas y casi podías suponer lo que iba a pasar, pero, que debías hacer? Podías jugartela y esperar a poder defenderte, poner las manos en tus ojos pero aquello daría ventaja a tus enemigos, intentar hacerle daño a la Tzi Tzi para cancelar su concentración, pero cuanto daño? Serias capaz? Las elecciones estaban encima de la mesa.

Al final sí se trataba de la misma Tzi Tzi. Mi sangre comenzó a hervir por culpa de confirmar aquel hecho con sus palabras y ahora mandaba a sus pequeñas sirvientes a ir tras mi, no pensaba permitirlo.

Ambas dos obedecieron a su alfa y se lanzaron de inmediato aunque ninguna de las dos pudo llegar a conectar un golpe, pero quizás todo había sido una distracción, una artimaña orquestada por la Tzi Tzi para encontrar una apertura por la cual tener la facilidad de clavar sus garras y provocarme una herida bastante molesta.

-Hoy no seré tu cena...ni tu juguete- respondí con el gusto a sangre en la boca, aunque no tenía de esta entre mis dientes, podía sentir el aroma a la misma evocando el gusto metálico de inmediato.

Una vez más estaba por demostrar sus habilidades, pero esta vez estaba preparada, no caería tan fácilmente ante aquella habilidad suya, aunque eso me expusiera a un ataque de las tres.

-Vainilla, ponte detrás de mi-

Avise rápidamente a mi compañera para que la luz que pronto vendría no le afectase, por mi parte me prepararía cubriendo mi vista con el escudo y bajando mi cuerpo de forma que se alinease y no dejará tan expuesto mi cuerpo a un ataque, estaría preparada para intentar evitar lo mejor posible el recibir otro golpe.

Obediente, Vainilla se puso justo detrás de ti, pero de espaldas para que no le diera nada de la luz ya que ella mas o menos ya sabia lo que venia después. El gorgoteo se fue haciendo mas y mas fuerte, de repente sentiste el impacto de dos fuertes golpes, uno por cada Shamos que había, pero te habías apuntalado bien, te habías preparado y tu escudo no cedió ni un solo milímetro.

Ahora entendías porque te habías cegado, un potente haz de luz cruzo todo el lugar y si no fuera porque te habías ocultado el rostro con tu escudo seguramente ahora no podrías ver, de hecho te costaba distinguir durante unos segundos algunos colores pero nada que un par de pestañeos no arreglaran.

Al bajar el escudo podías ver a la Tzi Tzi bajar un poco las orejas como si hubiera hecho una carga muy potente pero sus garras rasgaban el suelo. -La cordera...a aprendido...pero no sobrevivirás.

Incluso con los ojos cerrados y a merced de aquel par de agresivas Shamos, la suerte parecía estar de mi lado. Pues no se podía describir de otra forma aquello.

Sus embates no demoraron en venir tras de mí pero ninguno pudo hacerme daño alguno, fue más el susto por los súbditos golpes en la oscuridad que por el que pudieran haberme herido, aunque hasta el momento la única que lo había conseguido era aquella Tzi Tzi que trataba de minimizar aquella defensa que había logrado obtener.

Soltando apenas un gruñido en respuesta lanzaría contra la Tzi Tzi dos ataques, uno tras otro como sendas estocadas en dirección a su cuerpo, le devolvería con intereses el daño que me había hecho.

-Hoy no soy una cordera...soy una cazadora!!- abanicaba mi espada para dejar que la sangre de la Tzi Tzi salpicase la hierba bajo mis pies como una clara señal de que hoy no vacilaria.

-Vainilla mostremosles lo que podemos hacer- con aquel aviso esperaba que ella entendiera, como lo hizo antes, que era hora de pasar a la ofensiva.

-Mew!- Escuchaste un maullido detrás de ti y fue de lo mas rápido el ver como la felyne saltaba hacia los tres enemigos con uno de sus barriles encendidos. Fue corriendo a toda velocidad y sin miramiento alguno se tiro en plancha contra ambas tres antes de que explotara. La explosión hizo que todas dieran como un paso hacia atrás mientras se intentaban cubrir las heridas de fuego que había causado la felyne cosa que hizo que te fuera mucho mas fácil golpear a la Tzi Tzi.

Vainilla salio volando unos metros pero no tenia ni una sola herida, tan solo un poco de ropa chamuscada pero al ser de un material ignífugo solo con la pasada de su mano era suficiente para que se quitara. Maulló y fue corriendo a su mochila para preparar el siguiente proyectil, parecía que no le había hecho nada de nada e incluso se había divertido explotando.

En cambio las enemigas era otro cantar. Tzi Tzi había recibido un buen golpe y se la veía visiblemente enfadada y algo herida, con su garra fue a por ti atravesando tu escudo por uno de los laterales golpeando tu costado con fuerza, pero fue el único golpe que habías recibido, ambas shamos lo habían intentado pero sin demasiado éxito.

La Tzi Tzi parecia relativamente bien, pero las shamos se las veia visiblemente agotadas.