Partida Rol por web

¿La comida? ¿Se refiere a sangre o a comida mortal? Albert es una caja de sorpresas, pero tengo un objetivo con la señora y no puedo distraerme ahora con un manjar.

-Mientras Albert toma sus nutrientes, yo iré a ver la madre del Señor. -encaminándome hacia una de las puertas, les dejo entrever que no hay opciones. O me guían o voy por mi cuenta a ver dónde anda. -Vamos.

Aún con todo me sigo fijando en mis alrededores, a dia de hoy aún hay mucho tonto que trata de hacer llamadas innecesarias que sólo suben el balance de víctimas.

-Como sea, yo solo deseo comer dado lo inusual de la noche ajaja.

Entre mi dialogo y mi actitud renovada. No paraba de moverme como si fuera un niño pequeño, incluso tocando la tela una y otra vez por la suavidad del tacto, inclusive dormiría con esta dado su efecto protector para mi cuerpo, y posiblemente lo haga despues de comer pero eso seria ya en el trayecto para Joshua.

Entre la espera por la comida, que yo me siento. Por curiosidad miro a los demas, haber que tanto socializaban y interactuaban entre si.

El mayordomo sigue a Nicolas, sin duda no queriendo dejarlo solo con la madre de su señor. Lo mismo hace el señor aunque se retiene un poco en sus pasos yendo mas lento. Mientras el conductor va con Albert.

Mientras ambos se van por su lado, se dan cuenta que algunos sirvientes aparecen aunque en sus manos llevan armas que tratan de esconder atras de ellos pero ya sea por el descuido de ellos o la buena mirada de ambos cainitas lo notan. Entonces sin palabra alguna el señor escapa de nuevo a la habitacion. Dejando que su mayordomo y sirvientes se encargen, los cuales ya se preparan.

Siento que sacan las armas, y les ignoro siguiendo a mi paso sin prestarles mucha más importancia. Mis palabras surgen en un tono muy calmado, mientras cierro la puerta a mi paso en dirección a la señora, siempre caminando (sin correr).

-Buen provecho, Albert. Intenta ser amable, sólo son gente débil y llorona.

Enfocando mi consciencia, me abro a los espíritus, buscando aquellos hostiles sin verlos, y empiezo a influir en sus emociones tratando de colapsar sus temores más profundos hasta el punto de dejarlos, llorando en el suelo, sin poder hacer ni pensar en nada más que en su dolor.

Veo como unos sirvientes entra con armas oculta entre sus ropas. Provocando que suelte un suspiro de decepcion-Mi ropa se manchara toda, que molestia.-Y me levanto, para asi ocultarme y entre la sombra perseguir al dueño, mientras que sacaba mi arma. Listo para la accion.

Pronto esa salida para buscar ropa se habia ido por un lado violento, a pesar de eso ambos soldados del sabbat estaban acostumbrados a ello por eso que cuando los sirvientes sacaron las armas uno de ellos ya se habia puestro a cubierto. Albert se volvio a la habitacion donde habia salido con el dueño que no se encontraba demasiado lejos pareciendo ir a cubrirse detras de la cama pero entonces noto a Albert mirandolo con miedo al notar el arma.

Mientras los sirvientes disparan, uno con el rifle que no tardo en apuntar a Nicolas disparando dandole en el costado de su cuerpo sin generar mucho daño. El segundo tambien disparo tratando de darle tambien a nicolas que habia quedado en un principio sin covertura y antes que pudiera hacerlo recibe un segundo disparo que le impacta con mayor fuerza.

Pero nada de eso derriba al hechicero que empieza a oir otra voces a su alrededor y tambien su mirada muestra los rostros de varias de las personas ahi presentes. Hasta saber donde esta la mujer enferma, que no se encontraba en la habitacion que ingreso para cubrirse.

Escucho los disparos de los futiles humanos, defedientes de su poco ego existente. Sabia que Nicolas al ser un maldito como yo, no deberia hacerle mucho daño, por tal razon sigo mi caminata hasta ver que el hombre mira mi rostro y mi arma a mi costado.

No habia mas opcines, ni dialogos. El daño estaba hecho y dudase que pudiera ya solucionar todo, solo restaba seguir la noche y ver quien sobreviviria al final.

-El tonto acorta su vida, el inteligente la preserva.- Y sacando mi revolver en mi mano, le disparo al dueño sin titubear en ningún momento. Después de todos, ellos fueron lo que dispararon primero.

La vida del hombre termina mas rapido de lo que deberia ahi mirando como un tonto mientras Albert le apunta, luego solo un balazo lo tira al suelo donde se terminara desangrando si nadie lo asiste. Albert puede olor la deliciosa sangre aunque le falta ese algo que tanto le gusta.

Mientras afuera se escucha un grito de dolor. Los sirvientes se encuentran asombrados pero no Nicolas que puede escuchar que su hechizo surtio efecto haciendo que el del rifle gritara de dolor y se pusiera a llorar o tal vez el hombre era lo suficiente sencible para entender que el plan habia salido mal y ahora su señor estaba muriendo.

Mientras el mayordomo se fue alejando del lugar corriendo lo mejor que podia para su edad.

-Mira, esto es sencillo. Tu lo tapas y vives, corres y yo disparo. ¿Vale ? - Decia mientras caminaba hacia el dueño y lo levantaba, llevándolo conmigo hacia la habitación que habia escuchado los disparos, aunque apretando la herida para que aun viviera, un poquito-Ojala tus amigos sean mas inteligentes que tu- Y abriendo la puerta, que veo como varios hombres estan asustando, yo ni idea sabia que estuviera pasado pero para pretender que todo fue en mi plan, me hago el loco.

-¡Mira, mira! ¡como el bufon se retuerce! Y pongo el revolver en la boca del hombre, importándome poco si le rompo algunos dientes en el proceso¡Soltad su armas, y acuestesen en el suelo o todos perecerán!

Siento los pasos del mayordomo alejarse, mientras mi andar no se detiene sin inmutarse de los disparos que alcanzan mi cuerpo. Uno de ellos ya está llorando, mientras que Albert le ha pegado un disparo a otro. Lo siento todo, lo escucho todo. Es como una música secreta para escasos oídos.

Llevo mi sangre hacia el resquicio de piel que agujereó ese disparo. Es interesante lo mucho que evolucionaron los humanos desde mi época, pienso mientras empiezo a abrir puertas, lentamente, para no asustar a la señora, con el fin de encontrarla.

Lo que me lleva a un pensamiento. Sin detenerme, cojo el teléfono móvil y llamo a Albert.

-Albert, ¿dónde están tus modales? Quítale esa pistola de ahí y dale algo de sangre para que no se muera. ¿Acaso has olvidado que te dio su ropa y su techo? Hemos de corresponder su generosidad. Mata a otro de los demás, para que se porten bien, pero él debería vivir, se lo debemos. Piensa que si no fuera por él -razono- no habrías podido combinar esos colores que tan bien te sientan.

Albert no puede ver a todos los sirvientes solo a uno que esta llorando desconsoladamente y de tal forma que dejo su rifle en el suelo. Mientras el otro armado lo mira a este y se pone temeroso ante la amenaza de Albert, lo que empeora un poco ante los gritos de Nicolas.
 

Mi rostro cambia a confunsion a escuchar los gritos de Nicolas, (aparte de preguntarme de porque no simplemente cruza la puerta, que tampoco es que estemos tan separados estos malkavian)

-¡P-p-pero nicolas! El dio la orden....Nosotros...solos nos defendemos.

Y soltando al dueño, que lo dejo tendido en el suelo mientra voy para recoger el rifle del hombre lloroso-Eh,eh,eh,¿ Y tu arma en el suelo ?-Y señalo al hombre armado aun en pie-Mira, ¿Amas a tu amo ? ¿ Deseas que viva ?- Y sacando el cuchillo en mi mano, que me corto la vena y dejo que algunas gotas de sangre caigan en la boca del dueño-Nicolas, mejor ven aquí. No quiero darle todo mi sangre.- Y aun amenazante, levanto la arma, mirando al hombre armado por si decide hacer alguna estupidez. Pero, luego al pensar una idea, que decido dominarlo para que sirva de ayuda-Ve y borra toda evidencia de mi presencia y de Nicolas, dentro de esta casa.

El hombre de la pistola ni bien te acercas empieza a correr para atras escapando de miedo, tan nervioso estaba con esto que se olvida el rifle con su amigo desconsolado.

Mientras quien no puede escapar que es el dueño siente la sangre de Albert en su boca, primero en su lengua que siente ese adictivo sabor antes de hacer que baje rapidamente por su garganta. Al parecer no es suficiente porque el hombre sigue ahi herido, desangrandose sin mejorar de ninguna manera.

Si aún fuera humano, habría puesto los ojos en blanco. Abro una de las puertas mientras examino si hay suerte y está ahí la mujer, antes de continuar mi búsqueda.

Mientras hago todas esas comprobaciones, gritando, le digo a Albert, con toda mi dulzura:

-Pero albert, que hay más gente ahí, ¡coge sangre de ellos y ya está! ¡Es como recoger las patatas del sembrado!

Luego sigo mi búsqueda con tranquilidad, menos mal que le estoy ayudando.*

-Coño soy ventrueeeeee. el clan de sifrinos y maricoossss. A mi me da cosa chupar cuello ajeno.-Grito mientras le daba un poquito de sangre al dueño, pero sin sentirme muy apurado en curarlo-NEGROS,NCIOLAS. SOLO NEGROS QUE ME LO CHUPOOOOO, ESTOS SON BLANQUITOS TODOSSS-Volvi a gritar, cuando le doy un poco mas de mi vitae. Pero cansado de esto y sin saber mucho del tema, que improviso un momento.

*agarrando la mano del rico, para asi usar su dedo medio y inceptarlo a la herida. para que evitara votar tanta sangre*

Mmmm había oido rumores sobre el gusto de los Ventrue, pero nunca pensé que fueran tan selectivos.

-¿Oye, y si les pintas con carbón de negro o algo, funcionaría? ¡Vale espera, veré si encuentro algún negro por aqui, no te preocupes!

Le aseguro, mientras sigo buscado. Aunque me extrañaria ver a un negro, los ricos de la era moderna son muy clasistas con sus trabajadores.

El rico de nuevo saborea la sangre aun estando herido, pero la luz de sus ojos parece seguir ahi sin que este muera. Sin embargo Albert aun ve que esta herido por lo que pensando un poco recuerda algo que piensa que podria ayudar. Por lo que sale corriendo y toma la sabana de la cama cerca y se lo empieza a apoyuar en un lado de su herida esperando que no se siga desangrando. Obviamente como no sabe lo que hace no solo no apoya bien la sabana temiendo herirlo sino que olvida que esta herido del otro lado.

Mientras Nicolas tras abrir la puerta de la habitacion donde se habia escondido, da con la madre que se encuentra acostada en la cama. Esta se encuentra llena de tubos, uno de los cuales puede intuir que es de oxigeno pero no sabe de que son los otros. Buscando por un negro no algo que le de exito ya que ningun sirviente es de ese color de piel.

En cuanto la encuentro, doy un paso atrás y grito a albert:

-¡NO HAY NEGROS, PERO HE ENCONTRADO A LA SEÑORA, AHORA VOY!

Luego me adelanto, la señora me mira sin saber que demonios pasa, lo noto. Y me siento a su lado. Le acaricio el rostro ceniciento mientras le explico la situación.

-Señora, no nos han presentado, mi nombre es Nicolás, Nicolás Alejandro, y soy de Valaquia. Soy un vampiro. Estoy muerto, pero en cierto modo, como puede comprobar, sigo vivo. Es una larga historia, pero no hay tiempo para detalles, su hijo está desangrándose. Si me permite, me gustaría llevarla en brazos hacia él, para presenciar un milagro. No se preocupe, no necesitará mucho más tiempo esos tubos.

Con delicadeza, tanto si quiere como si no, la agarro en brazos como el novio llevándo a la novia y me dirijo hacia Albert, examinando los alrededores. Deposito la señora en la butaca que hay frente a su hijo desangrándose:

-Éste es mi amigo Albert, también es un vampiro. Puede pensar que estamos locos, pero mire -señalo los agujeros de disparo de mi ropa-me han disparado y ni me he inmutado. Sólo es la primera de las pruebas, aunque debo cerciorarme de que me cree, para lo que tengo que proponerle.

Señalo el bolsillo del señor de la casa y le comento a Albert:

-¿Serías tan amable de cerrar las puertas con las llaves? Preferíria que nadie se vaya de aquí hasta que terminemos. Deben ser testigos.

Notas que aunque no se puede mover mucho esta muy agitada y una maquina que esta cerca parece pitar con mayor fuerza. Las palabras de nicolas no son respondidas escepto por un miedo cada vez mas presente en la mirada de la mujer.

Ella poca resistencia hace, siendo mas los tuvos conectados a ella los que dan mas impedimento pero con un esfuerzo del vampiro estos se salen bastante facil.

Al llegar a la sala y ver a su hijo tapada con una sabana cada vez mas roja se pone a llorar dejando que lagrimas caigan de sus ojos mientras ve muriendo a su hijo. Poco le importa la presentacion de sus captores.

Mientras Albert va buscar las llaves solo dando con dos, la de la puerta principal y la de un auto. Las demas te imaginabas que la tenia el mayordomo. èl cual con el poder de Nicolas podia notar que sencontraba con un telefono en su oido tras una rapida anotacion.