Partida Rol por web

Lo último que recordais es caer al suelo asfixiados por el gas y escuchar el hueco de unos pesados pasos que se acercaban hacía vosotros.

Cuando empezais a recuperar la conciencia notais, la humedad del ambiente y la dureza de las piedras del suelo, al abrir los ojos os encontrais en un pequeño callejon rodeados de casas al mejor estilo irlandes, pequeñitas construidas de piedra. A lo lejos podeis escuchar el sonido de un organillo y el sonido del jolgorio de un bar. Una fuerte niebla no os deja ver demasiado lejos, pero estais seguros que esto no puede ser una sección del barco.

En la mano de Emily se encuentra un extraño artefacto que reconoce como el que le dio el anciano en esa extraña visión.

El objeto es un atrapasueños, ahora recuerdo que no lo llegastes a ver XD porque te lo quitaron de la habitación con las prisas, pero al llegar al mundo onirico retorna a ti ^^.

- ¡JODER! - mascullo mientras me incorporo apoyándome en ua húmeda pared de la callejuela - ...tengo la cabeza como si me hubiera bebido dos buenas botellas de jarabe escocés...

Juro un par de veces en lenape, mientras me levanto. Me llevo la mano a la pistolera para ver si llevaba todavía el arma encima, me siento más tranquilo con ella encima. Y más en esta peculiar situación.

Miro a mis compañeros y les pregunto:

- ¿Qué tal están ustedes?...Y Hyeronimus...no lo alcanzo a ver...

Parpadeó repetidas veces, se sentía confundida y tardó en asimilar la nueva situación. En palabras simples, la doctora experimentó algo muy parecido a lo que experimentaría una persona a la que se le ha privado de la luz, que ha conseguido medio adaptarse a la falta de luminosad y que, de pronto, se encuentra en una habitación iluminada. El resultado sólo puede ser uno y no es otro que una repentina, aunque temporal, ceguera.

Cuando sus ojos, o mejor dicho su cerebro, consiguió aclararse, fue consciente de lo que tenía en la mano. Se quedó observándolo por largo rato, en silencio y con el ceño fruncido. Recordaba, pero nadie más que ella sabía qué era lo que recordaba.

Cuando Thomas rompió el silencio, Emily alzó la vista y lo miró, el rostro de la mujer era una extraña mezcla de incredulidad y asombro. Se acercó a él y tuvo la necesidad de tocarlo, debía cerciorarse que no era una alucinación.

-¿De verdad están ustedes aquí? -musitó observando el atrapasueños que tenía en la mano y acariciándolo instintivamente con el pulgar- No entiendo cómo ha llegado esto a mi mano, lo único que sé es que no es la primera vez que lo veo... cuando ocurrió lo de mi camarote el anciano me lo entregó... so riesgo de que me tomen por loca y dado lo que hemos visto, estoy segura que no lo aluciné, sea lo que sea me ocurrió fue real, tan real como lo son ustedes, tan real como ésto -se refería al atrapasueños- y estoy plenamente convencida de que puede ser nuestra llave de salida.

Jean Claude parece aturdido y en el extraño lugar no hay cambios, además la niebla sigue sin permitir ver a más de unos metros delante vuestro, en tanto Emily sigue enarbolando el extraño artefacto mientras que Thomas esta con su arma desenfundada a la espera de algún posible enemigo entre la niebla. Siguen los sonidos de organillo y jolgorio a lo lejos.

Me acerco lentamente hacia Jean Claude y compruebo que esté bien.

- Venga Mister Renoir, levántese del suelo que aún se nos va acatarrar y ya tenemos bastante con este extraño viaje... - digo sonriendo para intentar animar al resto.

Miro para la doctora y le digo:

- Pues si es nuestra llave de salida guárdela a buen recaudo. No podemos cometer otro paso en falso, caímos en una trampa y ahora estamos en un pintoresco pueblo irlandés...si es que no estamos en otro extraño sendero...

Me incorporo, sacudiendo la cabeza, mientras siento cómo el bajón de adrenalina que me paralizaba -regalo de nuestros anteriores momentos en el puente de mando del barco... si es que alguna vez estuvimos allí- desaparece y me permite tomar el control de mi cuerpo.

-Sacrebleu! -mascullo mientras me levanto ayudado por el yankee-. ¿Dónde creemos encontrarnos, mes amis? ¿Y qué es cette chose que lleva en la mano, mademoiselle? ¿La forma de salir de aquí, sea lo que sea que signifique eso? -sacudo la cabeza de nuevo, esa vez con pesadumbre-. Lo que es cierto es que lo mejor sería acercarnos a algún lugar a cubierto. Esta niebla va a echar a perder mi traje -añado, sonriendo en un intento de humor y señalando con mi bastón la dirección por la que se oye el alegre jolgorio.

- Parece que estamos en tierra firme...no noto el movimiento del barco...pero...¿cuánto tiempo hemos estado dormidos para que nos hayan transportado a tierra? Debieron ser muchas horas...

Miro a mi alrededor buscando algo que me indique el nombre del pueblo en el que estamos.

Decidís salir del callejón para encontrar alguna referencia de donde os encontráis, las puertas tienen los números cincelados en los laterales y un cartelon encima de ella pone una bota con unas letras escritas del revés, al descifrarlo(leyéndolo al revés) sabéis que es una zapateria de barrio. Aunque la niebla no os permite ver demasiado, podéis comprobar que estais en un barrio pobre de algún lugar de Irlanda, aunque los edificios sean pequeños podrían ser los suburbios de alguna de sus ciudades.

Dirigidos por la algarabía, llegáis enfrente del único local con luces en el lugar, es una taberna que tiene las ventanas cubiertas de baho.

Guardo el revólver para no llamar demasiado la atención y no alertar a la clientela del lugar. Además si son irlandeses sé como podría acabar el asunto, una pelea de bar al estilo antiguo. En mi caso estaría como pez en el agua pero no creo que mis dos acompañantes les gustara tanto.

- Bueno señores, tocará entrar...si quieren hablaré yo ya que suelo relacionarme bastante en esta clase de local...

Una buena pinta de cerveza negra o una copa de "vino irlandés" es decir güisqui del bueno me sentarán genial.

La doctora, respondiendo a la pregunta de Renoir, explicó a todos en qué consistía el adminículo que tenía en la mano.

-Es un atrapasueños, lo que hace es filtrar los sueños capturando en su red los malos sueños o pesadillas, dejando pasar sólo los sueños y visiones positivos... No puedo decir el modo exacto, simplemente lo sé.

Ella, una mujer de ciencia, se estaba dejando llevar por una corazonada, no tenía pruebas ni nada que avalara sus palabras y de ser otro el escenario ella habría sido la primera en dudar y oponer la más férrea oposición, pero había un algo inexplicable que la tenía convencida de sus palabras.

La densa neblina a duras penas permitía ver a un metro de distancia, por lo mismo avanzó cogida del brazo de los varones. No porque sintiera miedo, sino para evitar que unos a otros se perdieran... ya suficiente era haber perdido a Hyeronimus.

-Me parece bien -respondió a Thomas-, pero antes de entrar sería bueno que nos pusiéramos de acuerdo sobre qué decir. Habrá más de algún curioso que querrá saber qué hace una mujer en compañía de dos hombres. No es que me preocupe lo que la gente piense o deje de pensar, pero no sabemos qué nos espera exactamente del otro lado de esa puerta y es mejor estar preparados.

Emily tenía serias sospechas de que estaba experimentando lo mismo que en su camarote, solo que en lugar de una jungla estaba en algún pueblo olvidado de Irlanda.

Escucho con atención las palabras de Emily sobre el objeto que lleva. Tal vez todo esto no se trate más que de un mal sueño del que despertar...

-Creo que es buena idea, mon ami, que sea usted el portavoz del grupo, entonces -contesto al yankee con una sonrisa y una ceja enarcada-. Seguramente sepa usted qué tipo de lenguaje usar mucho mejor que yo. Y en cuanto a nuestra razón para estar aquí... -me encojo de hombros-. Bueno, ni siquiera sabemos dónde estamos, ni si de verdad estamos, qué caramba. Aún así, siempre podemos decir que estamos de viaje, vos y yo, mademoiselle, y que hemos contratado los servicios de monsieur MacGuffin, ¿hmm?

Mientras estáis discutiendo, escucháis como la puerta se abre, una figura sale de ella, es un tipo de mediana edad bastante colorado por la bebida vestido con ropa humilde, pero cuando vais a detenerlo se disuelve como si fuese niebla, cerrándose la puerta detrás de el. Os quedáis ensimismados ante la aparición, por que no sabéis que está pasando, en tanto el interior sigue la fiesta sin fin. 

Tras observar tan peculiar acontecimiento me quedo pensativo unos segundos y finalmente decido entrar pero antes contesto a la señorita:

- La idea de mister Renoir es buena, de todas formas indicad que os habéis extraviado...si esto es Irlanda podríamos decir que nuestra intención es llegar a la ciudad de Dublín...-  hago una pausa y añado - ...Y por cierto intentad no sacar el tema de la independencia de las islas, es mejor evitar problemas y la política es un tema conflictivo....y los irlandeses son muy peleones además de bebedores...como dice mi buen padre...Dios creó el alcohol para que los irlandeses no dominaran el mundo. - Guardo silencio durante unos segundos y luego prosigo - ...entraremos al mismo tiempo...yo primero y ustedes detrás de mí. Por si acaso todo el mundo desapareciera haga el favor Mister Renoir de mantener la puerta abierta...esperemos que no pase nada...pero tras este acontecimiento... - digo señalando el sitio donde acaba de desvanecerse el hombre - ...no sé si estamos en tierra firme o en un sueño demasiado lúcido...

Dicho esto me acerco a la puerta tras tragar fuertemente saliva para envalentonarme un poco.

- Bueno...veamos si no es una fiesta de fantasmas y no se desvanecen... - digo con una ligera sonrisa nerviosa.

Thomas abre la puerta del local, tras cruzar el umbral  una baharada de humo y risotadas le embarga, en su interior el sitio parece encontrarse en una fiesta, pero los participantes de ella parecen tan solidos como la niebla. Hay unas 6 mesas repletas de gente que bebe cerveza en jarras de cristal que parecen levantarse por el aire sin ningún sosten, excepto unas manos vaporosas. En tanto una muchacha bastante guapa sirve pintas a los congregados, pero es tan invisible como ellos... Al fondo de la sala se puede ver la figura de un hombre que esta mirando a todo con un pasmoso horror, y os dais cuenta de que es el boxeador que os encontrasteis en el barco...

Saludo al boxeador con la mano y actúo como si todo lo que pasara fuera normal. Como si no me importarse que los del bar sean como fantasmas. Les hago un gesto a mis dos compañeros para que entren ya que acabo de ver a alguien conocido en el interior del local.

Me acerco a la barra al entrar y le pido una cerveza a la camarera, esperando que las cervezas sean reales y se puedan beber.

- Señorita por favor póngame una cerveza...

Espero en la barra mientras me sirven la cerveza y a que mis dos compañeros hagan acto de presencia en el local. Estudio el comportamiento de esas personas para saber si de verdad se dan cuenta que existimos o no.

-¿Alguna duda? -preguntó con seriedad y en un suave susurro- En lo que a mí respecta no tengo la menor duda de lo que estamos experimentando porque, salvo por el escenario, es lo mismo que viví en mi habitació

Se mantuvo cerca de Jean Claude, puede que no lo expresara en voz alta pero había aceptado la idea propuesta por su compañero y es por ello que no tardó en comenzar a representar su papel.

-¿Ya han visto quién ocupa la mesa del fondo? -les dijo con tono confidente señalándoles al boxeador- Podríamos acercarnos a él, pero hemos de ser muy cautos al hacerlo, sobre todo a la hora de hablar. Se ve que ese hombre está bastante tocado de los nervios y no nos conviene que tenga un exabrupto igual al del barco.

Ciertamente Emily no se había percatado del saludo que Thomas diera al hombre.

Sonrío de forma confiada, sin mirar a nadie directamente, representando el papel asignado.

-Tal vez lo mejor sea actuar como si nada. Razón tiene, mademoiselle -contesto a Emily-, en que aquel hombre es bastante inestable. Tal vez encontrarnos con él haya sido una mera casualidad. O tal vez no.

Nos acercamos a la barra, junto a MacGuffin.

-Por favor, un coñac y un vino blanco para la dama -pido a mi vez.

El hombre que se presento sonriente y con  una confianza nacida de su porte físico , ahora parece estar catatónico, en un estado lloroso, mirando a los fantasmas con lo más parecido al miedo que habéis visto en sus rasgos. Al veros pasar y ante el saludo de Thomas, solo podéis escucharle un "otra alucinación... he bebido demasiado es eso.." parece repetírselo una y otra vez como si fuese un mantra.

En tanto esperáis a las bebidas, pero no parecen llegar, es como si estuvieseis viendo unas imágenes en movimiento de un libro contando una historia, pero en tres dimensiones, no os hace ningún caso, tampoco parecen hacérselo al boxeador que sigue murmurando mirando las idas y venidas de la mujer.