Partida Rol por web

Te lo he dicho, porque en mi tirada solo he tenido un exito en maniobra (queria hacerte lo mismo XD) Por lo que has conseguido un margen de 3.

El guardia decide intentar bloquear vuestros ataques en una primera instancia, pero entre la flecha que le envia Conn  y la sutil finta de Sylvain, no puede más que retroceder herido en uno de sus flancos. Por lo que decide buscar una posición más ventajosa, intentando subir a una de las raíces que pueblan el túnel. Pero no cuenta con la inteligencia de Eidos que le bloquea el paso y la sutil elegancia con la espada que tiene vuestro jefe de patrulla, que hace saltar la espada de las manos del ratón. Ahora desesperado ante los acontecimientos os intenta atacar con sus zarpas y dientes, pero fácilmente lo bloqueáis. 

Resultando en un ratón asustado y desarmado rodeado de tres enemigos. Por un momento duda de si volver al ataque desesperado, pero en la situación en la que se encuentra, prefiere hacer lo más sabio y se arrodilla:- Me habéis derrotado, tener clemencia...- En tanto recordáis que sus gritos han alertado al resto de ladrones, sino hacéis algo los tendréis pronto aquí.

Escuchas los gritos y pelea que le sigue en el interior de la cueva. ¿Estarán tus compañeros en peligro? Tu fantasía te hace desvariar de como llegarías allí y con tu fiel honda harías caer a los ladrones como si fuera el grano maduro. Pero suspiras, tienes las ordenes de esperar en la entrada a que no venga ningún ratón más y por lo que dijeron los guardias, al menos hay otro por allí fuera.

Lo que pronto confirmas cuando ves en la lejanía un ratón de color gris que viene cargado con un pequeño saco. No te ha visto porque andas medio escondida en los matorrales.

—Vamos fuera rápido —ordenó Sylvain mientras ponía la espada apuntando al cuello del ratón derrotado—. Ahora tendrás que responder algunas preguntas. Si vuelves a gritar, no podrás volver a pedir clemencia. ¿Entendido?

Miro satisfecho al miserable guardia rendido ante nuestros pies. Una media sonrisa se dibuja en mi hocico y acaricio mis bigotes con el regusto del éxito.

No obstante, los sonidos que llegan desde el interior de las galerías me devuelven pronto a la realidad.

- Creo que no es seguro permanecer aquí por más tiempo - comento mientras un plan se desarrolla en mi cabeza. 

Miro al guardia a nuestros pies y luego a la puerta.

- Ya tenemos dos prisioneros. Llevémosnoslos con nosotros para interrogarlos. Cuando hayamos conseguido la información que buscamos, podremos volver aquí, esta misma noche, y terminar el trabajo. -

Propongo a los demás.

Conn mira nervioso el corredor que conecta con el resto de guarida y dice:- Sí, es lo mejor, ahora mismo juegan en su terreno, y tampoco sabemos cuantos son...- Pero no corre con rapidez, intentando proteger vuestra huida afuera del árbol, apuntando a cualquiera que salga del agujero. 

El guardia apresado así, asiente con la cabeza fastidiado ante la idea de ser vuestro prisionero, pero esperanzado ante la idea de que su amigo tambien está vivo. Al menos no son unos desalmados. Aunque ya veríamos que pasaría si fueseis vosotros los prisioneros.

Vuestra huida, es todo un éxito. Pronto volvéis a ver la luz del sol entre los arbustos que protegen la entrada de la guarida de ladrones. Y veis como Wynna está donde la habiaís dejado parece tensa, pues está viendo algo desde su posición, pero si os acercáis sea lo que sea que este vigilando os verá a no ser que entréis entre las zarzas (con los consiguientes arañazos)

- Mierda... esto no me gusta - Pienso tras parar en seco a la salida de la guarida y percibir la mirada fija y tensa de Wynna.

Extiendo los brazos para indicar al mismo tiempo a Conn y a Sylvain que se detengan, mientras alzo y muevo el bastón con la intención de llamar disimuladamente la atención a la zarpa... por su mirada, algo me dice que un depredador ha olido nuestra presencia y la del guardia maniatado junto a Wynna.

Tal vez, después de todo, tengamos que dejar a uno de los dos cautivos como cebo para lo que sea que tiene a la zarpa tan atenta y quedarnos con el que llevamos.

Conn que está guardando vuestra retaguardia se pone tenso un momento y sus orejas se mueven como intentando abarcar algo que ha escuchado ligeramente. Finalmente en susurros os explica:- Alguien se acerca por el bosque...- Sin decir más busca un hueco entre zarzas, tanto para esconderse como para no herirse con las puas. El agujero es tan grande como para que quepáis todos, pero sino hacéis algo os pillarán entre dos fuegos.

Sylvain hizo un gesto para que la zarpa tierna dejada de lado a su vigilado y se escondiera. Eso serviría para ponerla a salvo y además haría mermar la confianza del otro preso.

—Separaos entre las zarzas, mejor que tengan que descubrirnos uno a uno. Pero no nos perdamos de vista. ¡Vamos! —ordenó.

¡Oh! ¡Oh! Hay estaba.... no había duda, ¡no estaba sola alli fuera!

Apretó fuertemente sus garras y jugó con las pequeñas piedras que había recogido. No tenía opción, ella era lo único que podía detenerlo, sus compañeros estaban dentro de la guarida y por nada del mundo iba a dejar que los sorprendieran por la espalda.

Puso una de las piedrecitas en su honda y se levantó lentamente, tensa, sus orejas tiesas completamente intentando averiguar por donde venía el ruido, conteniendo casi la respiración. Y a los pocos segundos lo vio aparecer entre la vegetación. Estaba rodeada de vegetación, lo que le procuraba un escondite temporal y si se estaba quieta tal vez una ventaja en el ataquel.... y mientras cavilaba así, escuchó otro sonido. ¡Sus compañeros salían fuera de la guarida!

Sus pequeños ojos negros brillaron cuando los vio y buscó los ojos de sus compañeros con rapidez. Tenía que hacerles entender, sin sonidos, sin movimientos bruscos, que no siguieran adelante o el ratón gris que se acercaba los descubriría y perderían el factor sorpresa.

Cuando la miraron, levantó su garra y les indicó que pararan con un gesto suave, pero firme al mismo tiempo. Miró en la dirección en la que podía ver acercarse al ratón gris y levantó una de sus pequeños dedos.

Uno. Solo uno les quiso indicar. Y asintió a Sylvain, caminando lentamente hacia atrás y devolviendo su mano lentamente a la honda, lista para disparar conforme Sylvain le diera la señal.

Ves como el resto del grupo se oculta entre los setos que rodean la entrada sin decir una palabra. Por lo menos tu prisionero no te molesta, pues estando en su estado es complicado (solo masculla dolorido de vez en cuando). Y ante ti ves a un ratón pequeñajo pero que lleva una pequeña espada, sus movimientos son rápidos y por unos segundos se queda observando el arbusto, como si hubiese visto algo, pero sigue su camino internándose hacia la entrada que lleva a la guarida de los ladrones.

Conn se esconde donde había señalado y los demás hacéis lo mismo con más o menos fortuna. Pronto escucháis que algo viene de afuera, pero para alivio de todos no es una alimaña, sino un simple ratón. Seguramente al compañero que esperaban los guardias. Por un momento se queda de pie observando las zarzas, pero finalmente sigue el camino hacía el interior de la cueva. Entonces escuchais como masculla:- Maldita sea, sean vuelto a escaquear ese par de vagos...- Pero entonces otra voz más grave exclama preguntando:- ¿Cual es la alarma? ¿Donde están tus compañeros?...-

Wynna dio un paso atrás, escondiéndose tras los arbustos. Vio a sus compañeros hacer lo mismo y al ratón gris venir andando sin esperarse nada de lo que iba a encontrarse en la entrada de la guarida pero... Wynna se hizó una composición rápida de lugar.

A ver... a ver... no... no... no es buena idea. Se van a encontrar de frente y eso desatará un combate pensó mientras veía como el ratón gris iba directo hacia donde estaban sus compañeros Lo suyo es que lo sorprendan por la espalda, caerá antes de darse cuenta y nadie saldrá herido pensaba rápidamente y decidió decidirse igual de rápido, aun sabiendo que podía caerle una buena si se equivocaba o las cosas no salían como ella estaba imaginando  Si yo lo distraigo y lo hago venir hacia mí, quedará de espaldas a mis compañeros y estos podrán atacarle por la espalda... ¡Vamos Wynna! ¡Seguro que sale bien! Se animó justo cuando le echaba un último vistazo al ratón que tenía tumbado junto a ella, aún sin recuperar el sentido.

Tomó aire e intentó que su mirada se cruzará con la de alguno de sus compañeros, les hizo un par de gestos para indicarles que no se movieran, que la dejaran hacer. Y con las mismas cogió un par de ramas en sus manos, haciendo un pequeño ramo, puso la mayor expresión de desconcierto e ignorancia que supo.... y se lanzó a hacer teatro.

-A ver... a ver... ¡tomillo! ¿Donde puedo encontrar una mata de esa dichosa planta? ¡Me van a matar si no la encuentro! -exclamó en voz alta mientras salía de su escondrijo, alejándose del ratón que custodiaba y dirigiéndose en dirección contraria a sus compañeros, para intentar que el ratón gris quedara entre ella y los demás, haciéndose la tonta y mirando interesada a todas las plantas que la rodeaban- ¡Quien me mandará a mi meterme en estos lios sin saber! ¡QUIEN! -gritó casi evitando mirar en la dirección en la que sabía que vería aparecer al ratón gris en cualquier momento- ¡SI NO SE COMO ES! -gritó levantando su garra derecha y dándose un golpe en la frente- Tonta...tonta... ¡RATONA TONTAAAA!

Que funcione...que funcione... que venga a mi... que se quede de espaldas a Sylvain, Eidos y Conn... ¡Que funcione o será la misma Gwendoline la que me mande derecha a la madriguera de una familia de lobos hambrientos!

Al escuchar los gritos de Wynna no podéis más que quedaros lívidos, al parecer no ha escuchado que el nuevo ratón se ha juntado con el resto de sus compañeros e intenta alejarlo de la entrado. Pero en esta situación hace que salga toda la banda. Pronto veis al ratón que ha entrado junto con otros 6 ratones, 4 de ellos están bastante demacrados y parecen ser poco más que recolectores que se han hecho al campo con un cuchillo entre las zarpas, pero dos de ellos parecen más curtidos, quizás guardias que se han corrompido. No parecen haberse dado cuenta de que estáis escondidos, sino que van hacia Wynna.

Te das cuenta de que has cometido un error... Y no un error cualquiera sino un error grave. Al parecer los compañeros del ratón estaban esperando en la entrada y al escuchar tu jerigonza, se acercan todos juntos para ver que demonios está pasando. Pronto ves que hay 6 ratones armados viniendo hacia ti. Cuatro de ellos son poco más que recolectores que le han dado un arma para hacer bulto, pero 2 de ellos parecen muy duchos, quizás guardias corrompidos. Lo único bueno es que han dado la espalda a tus compañeros y es un momento perfecto para una emboscada. 

El ratón gris se acerca y te dice:- Pequeña, no se que hocicos pasa, pero tú estas en problemas...- Pronto el resto de ratones se encuentran armados esperando explicaciones.

- Esto no va bien - pienso mientras, frunciendo el ceño, oteo el avance de la partida que se acerca imparable a la zarpa. El plan de la pequeña, aunque audaz, no ha salido bien, y ahora nos vemos ampliamente superados en número.

Hay varias opciones y, aunque no guste admitirlo, dejar a Wynna a su suerte es una de ellas, pues puede que su órdago salga bien y estos ratones se crean que la pobre sólo está buscando flores en el campo... todo ello claro está, siempre y cuando no descubran el cuerpo maniatado del otro guardia tras los arbustos.

Vuelvo la cabeza a Sylvain y a Conn.

Yo no soy un guerrero, pero tampoco pienso abandonar a Wynna a su suerte ya que, si hiciésemos eso, ¿qué nos separaría de las alimañas que tanto detestamos? No, no podemos convertirnos en eso. Somos ratones, y son este tipo de cosas las que definen la ratonidad. Debemos protegernos entre nosotros.

Miro a los otros dos guardias y sólo espero la orden: atacar por sorpresa a los seis ratones que acaban de salir. El objetivo principal, los dos que parecen más curtidos en combate. Si conseguimos eliminar a esos dos rápidamente usando el factor sorpresa, tal vez el resto salga inmediatamente huyendo.

Sylvain asintió a Wynna. Su plan no había salido bien pero había echado arrojos y no podía hacerle pensar que se había equivocado. Con un gesto instó a Conn a que preparara su arco y afianzara el tiro sobre uno de los ratones aparentemente más válidos.

—Mantener la posición un segundo. A mi orden disparas Conn. Eidos, ¿podrás encargarte de uno? Yo me encargaré del ratón gris.

Todo estaba preparado. Sylvain quería observar la situación antes de actuar pero tenían que estar preparados para la acción.