El camino hacia el embarcadero no era largo, aunque así cubierto de nieve era difícil de seguir una vez que se alejaron de la casa ya no había árboles.
El jardinero se mantuvo en silencio todo el camino. Al llegar se dirigió directamente a unos matorrales a la izquierda del muelle y se puso a preparar sus aparejos de pesca. Desde ese lugar oculto entrenlas plantas podía gozarse de una buena vista del río.
Ese es el mismo embarcadero donde le diste el veneno a Carlos Zúñiga, y desde el lugar favorito de pesca del jardinero se puede espiar sin ser visto. ¿Será posible que haya testigos inesperados?
Es el mismo embarcadero donde discutiste con Carlos Zúñiga la mañana de su muerte.
- ¿ Y dice que fue aquí donde se encontró el cuerpo del señor Zúñiga?
—¿Aquí? Eh... No. No fue aquí donde apareció el cuerpo. Ese día vino como todas las mañanas para remar un rato. Pero en vez de remar se fue por aquel sendero, río arriba. Y luego,... según escuché,... su cuerpo apareció bajo el puente, un kilómetro río abajo, más menos.
Y como si lo que acababa de contar fuera lo más normal del mundo echó la caña y se puso a pescar con total tranquilidad.
- Entonces... este sitio.... era ¿su lugar de recreo? - preguntó agregándose al grupo, como si todo el rato hubiera estado ahí.
Se giró a todos.
- Buenos días tengan todos. Se me hizo tarde el desayuno y al ver que todos salíais... me imaginé que era una excursión a los viñedos o algo parecido, no a un lago... Pero por lo que veo hay mucho morbo por aquí, me ha parecido oír que ¿por aquí se encontró el cadáver?
-¿E-e-e-él iba en bote? ¿Co-co-cómo es posible que apareciese un kilómetro más abajo? -preguntó Ricardo, extrañado-. ¿O se-se-se lo llevó la corriente?
El muchacho se encontraba un tanto desconcertado. Sentía que era un tanto extraño que el cadáver se hubiera movido tanto desde la zona de pesca hasta donde decía el jardinero que lo habían encontrado. O bien lo había arrastrado la corriente si se había caído al agua, o alguien lo había movido.
-¿Que-que-qué haría Vilma Dinkley en un misterio como este? -se dijo Ricardo, más para sí que para el resto, agachándose frente a los matorrales, mirando hacia el agua, como si intentase discernir algo dentro de ella.
- ¿Y usted pescaba alguna vez con él?
No recordaba el embarcadero. El rio seguía siendo un paisaje de postal, ahora con el embarcadero; había que reconocer que estaba construido con muy buen gusto.
- Bien, si el camino rio arriba, daré un paseo hasta la zona del pesca del viejo.
No entiendo... ¿que es lo que le pasó? ¿Se cayó al guío? ¿No sabía nadag?
Rodolfo se alejó por el sendero río arriba mientras el jardinero pensaba en si iba a responder o no a esa catarata de preguntas
Luego de dudar un rato sobre hasta qué punto sería correcto responder tantas preguntas, empezó a hablar.
—Sí. Supongo que el señor sabría nadar. Alguien que sale tan seguido a remar no se arriesgaría, supongo. Pero esa mañana no se subió al bote, estaría nervioso por la discusión. Se fue por allí, por donde va ese— dijo señalando a Peñarreal que se perdía entre los arbustos mientras seguía alejándose —Y, como dijo el de la gorrita, la corriente es bastante fuerte durante el deshielo. Se habrá caído y el río lo arrastró.— Se quedó pensativo como si una idea nueva asaltar su mente —¿Pero por qué no salió nadando?— Se encogió de hombros al decir —vaya uno a saber, mi padre decía que el río es muy traicionero.
El sendero conducía al punto del río donde estaba la toma de agua de la acequia de riego. Para recorrer el camino serpenteante entre arbustos se demoraba entre cinco y diez minutos, según el paso. Había varios desvíos que bajaban hasta orillas del río.
La toma de agua era email estructura de hormigón con una rejilla por donde entraba agua del río y una exclusa que abría o cerraba el paso de agua. Alrededor había muchas huellas de caballos y personas, se trataba de un sitio muy concurrido.
Mientras bajabas de vuelta al embarcadero hallaste una chaqueta tirada en unos matorrales de la orilla. ¿Podía ser una huella del ahogamiento que la policía no encontró? ¿Tan torpes podían ser los investigadores?
Si pones un post antes de volver con el resto del grupo, puedes ponerlo "sólo para el director"
- ¿ La... discusión?- recalca Claudia
-¿U-u-una discusión con su esposa? -le planteó Ricardo al jadinero, pues era la teoría que más podría cuadrarle teniendo en cuenta lo que había sabido hasta el momento.
Le echo un vistazo a la chaqueta. Con la nevada parece un poco fuera de lugar que alguien haya perdido la chaqueta en un lugar que parece poco transitado.
La recojo con una rama y miro con cuidado a ver si tiene algo en los bolsillos.
Después con la chaqueta cogida con la rama vuelvo con el resto de excursionistas.
—¿Con la esposa? No, no. Estaba discutiendo con un tipo. No me fijé bien. Pero hacían tanto ruido que me ahuyentaron los peces. Eran tres en el barcdero, creo. Pero los que gritaban eran dos. Zúñiga y el otro. El tercero estaba callado. No presté atención a lo que decían. Sólo ví que Zúñiga se fue por allí, el callado se fue con el vino para el lado de la casas y el gritón se quedó un rato más y después se fue.
Por el sendero que, según el jardinero, se había ido Carlos Zúñiga el día de su muerte, volvió Rodolfo Peñarreal. Traía una chaqueta sucia enganchada en una rama
En la chaqueta, en la que he procurado no dejar rastros al mirarla, he dejado el frasquito (limpio) vacío de las píldoras de veneno. Las otras que tenía las he tirado al rio. En tanta cantidad de agua no supondrán un daño para el ecosistema.
- Miren lo que había más adelante. Parecía un poco fuera de lugar. No he querido ni tocarla.
Y se la acerco al grupo, especialmente a Ricardo que se debe creerse un detective de esos de las novelas.