Partida Rol por web

Muerte en la Nieve

Cantar de la Gran Compañía (prólogo): La primera aventura

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17/09/2017, 17:26
[Abandono] "Sombra" (Nayí)
Sólo para el director

Continué caminando con prudencia. Era demasiado fácil ocultar cualquier tipo de trampa bajo la fina nieve y hacerla saltar, más simple aún. No era la primera vez que tenía que usar una en este tipo de terreno, para proteger mi rastro de posibles guardias. Con uno herido, normalmente les entraba el pánico por no saber donde pisar y regresaban a la ciudad de inmediato, llevándose al herido con ellos. Pero ese hombre no era un guardia y lo era, ¿dónde estaban sus compañeros?

Ladeé el cuerpo, buscando su rostro, sin terminar de acercarme le hablé. - ¡Eh! ¿Estás bien? - Evidentemente no, pero quizás  mi voz le hiciese reaccionar. Continué acercándome a él con lentitud, sin dejar de apuntarle con la ballesta. Al llegar a su brazo lo golpee levemente con mi bota, para saber si estaba o no consciente... Miré su rostro, el cual estaba cubierto con su cabelllo, no dejándome ver la cara que ocultaba... pero no buscaba eso. Buscaba su respiración.

Hacía frío, mucho frío y el vaho sale al expirar, era algo natural y normal en estas tierras. Buscaba eso... ese humo grisaceo que soltamos al respirar, al igual que ver si su cuerpo se movía por la respiración. Si estaba tratando de aguantarla para hacerse el muerto, no podría durarle demasiado la argucia... su cuerpo, le gustase o no, le obligaría a respirar. Pero verle así las manos, amoratadas por el frío, me hizo ver hasta que punto me equivocaba.

Retiré la ballesta y salté a su lado a buscar si aún vivía o no de una forma más efectiva que tan solo mirar. Sabía que era una insensatez, pero quizás aún se pudiese salvar la vida de aquel hombre.

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19/09/2017, 18:51
* Juglar *

¿Qué fue lo que llevó a la montaraz a hacerse cargo de aquel desconocido caballero? Sólo podemos especular con sus motivos, desde luego. ¿Acaso un férreo sentido del deber? ¿Bondad intrínseca? ¿O fue acaso el recuerdo de otro caballero, un hombre al que había amado, y había perdido? Tan sólo ella podría responder a esa cuestión, mis señores, pues este humilde juglar lo desconoce.

Lo que sí puedo asegurar es que, con la ayuda de aquellos dos elfos, la exploradora entró al maltrecho caballero al interior de aquella posada, inconsciente, así como sus cosas. El interior, en contraste con el frío y la nieve que se adueñaban del paraje fuera de la edificación, era relativamente acogedor. Una gran barra de madera oscura y desgastada dominaba el lado izquierdo de la amplia sala. Tras ella, una mujer delgada y que, pese al desgaste de su rostro, podía haber sido realmente hermosa no hace tanto, observaba entre sorprendida e intrigada a los recién llegados. El resto de la estancia era un conjunto de mesas mal ordenadas, con una chimenea al fondo de la sala junto a unas escaleras descendentes. Había unos pocos parroquianos, hombres -y alguna mujer- de aspecto fiero y bronco, con ropas de pieles mal curtidas. probablemente, cazadores y leñadores.

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19/09/2017, 19:08
Belona

La mujer dejó pasar unos instantes antes de tomar la palabra, escrutando a los recién llegados de arriba a abajo, y prestando especial atención al hombre de tirabuzones dorados que cargaban sin consciencia.

Bienvenidos a nuestra posada... -Dijo con desgana- ¿En qué puedo atenderos? Os advierto que no hay ningún sanador por aquí...

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19/09/2017, 19:19
* Juglar *

Los primeros intentos de Nayí por hacer reaccionar a aquel hombre no surtieron el menor efecto. Estaba vivo, de aquello estaba segura. Podía oír su respiración, y su espalda se mecía casi imperceptiblemente cada vez que su pecho se llenaba de aire. Sin embargo, la voz de la mujer no fue suficiente para hacer que se moviera.

Sin embargo, cuando Sombra retiró la ballesta y se acercó más, cuando apartó el cabello del rostro de aquel hombre, desvelando una barba desgreñada y una herida poco profunda en la frente cuya sangre se había resecado alrededor, los ojos de aquel tipo comenzaron a moverse. primero tenuemente, como en el despertar de una duermevela agotadora, para posteriormente abrirse como platos al descubrirse despierto y en compañía. Sus manos amoratadas se alzaron hasta el tronco, luchando por impulsarse lo suficiente para ponerse en pie, y fallaron en un primer instante, resbalando en la nieve.

¡¡NOOOOOOOOOO!! -Grito, con la mirada de un demente, logrando impulsarse pero sin conseguir aguantar el equilibrio. Cayó de culo, rodando por el suelo en un intento de ponerse en pie- ¡¡Hay que huir!! ¡¡Ya vienen!! -Exclamaba, echando espumarajos por la boca con cada palabra. Era difícil saber si realmente veía a Nayí ante él, o si acaso sabía si era real. Todo lo que intentaba era salir corriendo, aunque no cesaba de tropezar, con una mezcla de torpeza y aturdimiento.

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20/09/2017, 03:39
Luelar Tyrundlin
Sólo para el director

Lo presenciado no me resultaba del todo ajeno, pero tan sólo con aquel tiempo dedicado a observar la escena no fui capaz de adivinar qué habría sucedido. Con aquellos objetos en mi poder continué con mi avance, tratando de unir las piezas de un puzzle que puede que realmente no me llevaran a nada, pero al menos aquello distraía mi mente del gélido ambiente.

Continué con mi camino, tratando de seguir las indicaciones del jefe bandido, y no tardé en ver cómo en la intersección entre varias elevaciones del terreno el camino pasaba cerca de una gran cabaña. La construcción no destacaba por su delicado aspecto, no era más que una rudimentaria cabaña con un cercado y un cobertizo, pero aquello no me importaba. Lo importante era el humo que no tardé en divisar, claro signo de que allí había fuego, y por lo tanto, una calidez que hacía rato ya que no disfrutaba.

A pesar de que la puerta principal contaba con un cartel, este resultaba completamente inútil. Aun así, me decidí a entrar, pues confiaba en las indicaciones dadas por Nules; y no podía haber muchas posadas por aquel lugar. Me calé la capucha cuanto pude, tratando de no llamar demasiado la atención, y abrí la puerta para internarme en el lugar del modo más discreto posible. Mi objetivo sería contactar con aquel tabernero, cuya ambición esperaba que jugara a mi favor. Me sentaría en una mesa discreta y esperaría a que se acercara, o divisaría desde allí el lugar, esperando el momento adecuado.

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23/09/2017, 18:41
[Abandono] Nrog
Sólo para el director

Mientras recogía trozos de leña y buscaba algo seco que pudiera hacer las veces de yesca, Nrog no paraba de pensar en lo problemático que se estaba volviendo la búsqueda de sustento y en cómo se habían ido reduciendo en gran medida el numero de presas en aquellos territorios que ahora llamaba hogar. Hasta hoy, la supervivencia había sido relativamente sencilla, puesto que el frio no resultaba un problema y el terreno le era favorable en lo que a caza se refería, sin embargo, por algún motivo que no podía comprender, el número de presas seguía disminuyendo.

La mente simple de un gigante de hielo no podía intentar llevar a cabo grandes razonamientos y ni tan siquiera se planteo la posibilidad de estudiar el motivo de aquella reducción en el número de animales. ¿Tal vez alguna raza enemiga se había acercado más de lo deseable a su terreno de caza? ¿Había alguna epidemia que estuviera mermando la población? Eran preguntas que Nrog no se hacía. La única opción que se le paso por sus cortas entendederas fue la de mudarse a otro nuevo lugar.

No obstante, antes de poder tomar una decisión definitiva, un grito desgarrador interrumpió los leves pensamientos del gigante. Eso era algo en lo que Nrog si era un experto, en gritos. Los había provocado multitud de veces en otras razas y sabia diferenciar los gritos de autentico pavor, y el que había escuchado lo era. Su instinto de supervivencia le hizo llevar sus enormes manos hacia la empuñadura de su martillo, fuera lo que fuera lo que había provocado aquel grito, podía ser interesante para él. ¿Tal vez una gran presa que había cogido a un incauto humano desprevenido?

Sin pensar mucho más, el gigante dirigió sus largas zancadas en dirección hacia aquel grito que había rasgado el aire momentos antes. Atento a cada movimiento, a cada sonido, y con su potente brazo preparado para lanzar una descarga de su martillo en el caso de que fuera necesario. Si, aquel grito podía darle a Nrog el sustento que buscaba para el día de hoy.

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24/09/2017, 08:18
[Abandono] "Sombra" (Nayí)
Sólo para el director

Lo cierto es que no esperaba aquella reacción por parte del hombre. Su grito me hizo dar un salto hacia atrás, mientras le veía levantarse torpemente, para acabar de nuevo tirado sobre la nieve. No sabía lo que le pasaba, ni los horrores que había visto o creído ver, pues no podía descartar que se hubiese comido alguna seta o fumado hierbas que alterasen su estado mental. Dejar al hombre allí tirado, era condenarlo a muerte y nadie me había encargado hacerlo ni cobraría por ella. Pero por su forma de hablar y de tratar huir de mí, tampoco es que me diese muchas opciones. Además estaba aquella espuma por la boca.

Me quedé nuevamente a una distancia prudencial y me agaché sin dejar de mirarle. Era algo que solía funcionar con los perros asustados, quizás con él... Le miré en silencio sin hacer movimientos bruscos, esperando que dejase de  intentar huir, pero avanzando a cada paso que daba para alejarse. - Está bien, tranquilo... - Le dije con voz suave, tratando de calmarle. - ¿Quién viene? - Fui a tender mi mano hacia el hombre, para intentar que viniese conmigo. Quizás el calor de la chimenea de la posada y un plato de caldo caliente le devolviesen la cordura, pero me fiaba de él lo mismo o menos que él de mí. Aún así, sus palabras me inquietaban y miré unos instantes a nuestro alrededor, tratando de ver o escuchar algo más a parte de su respiración agitada y los pasos sobre la nieve de Thor.

- Ven conmigo, huiremos juntos a un lugar seguro. - No estaba segura de que pudiese hacerle entrar en razón, pero la verdad es que no podía dejarle allí tirado. Además era una buena manera de equilibrar la balanza, una vida salvada por una arrebatada.

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30/09/2017, 09:50
* Juglar *

Sencillas eran las intenciones de nuestra clériga de las profundidades. Entrar en aquella taberna y tomar asiento en un lugar discreto, sin llamar la atención. Sin embargo, bien sabemos que los hombres sólo pueden proponer, pues los dioses o la fortuna son los que disponen. Este humilde juglar deja a vuestras buenas mercedes la decisión de cual de ambas opciones intervino aquel día, puesto que Luelar no alcanzó la puerta principal de aquella posada antes de que una puerta lateral del edificio, que se encontraba en un pequeño corredor entre el bloque principal de la edificación y lo que parecía una ampliación de la misma, se abriera estrepitosamente.

La aspirante a dama oscura, que apenas tenía que dar un par de pasos para ver aquella puerta, pudo oír tras el sonido de la apertura una especie de rumor de voces lejanas, no demasiado alto, así como dos voces más cercanas que reían entre sí. Al asomarse, pudo contemplar a una pareja en aquel callejón, apoyada ella contra la fría pared, mientras él la rodeaba con los brazos y besaba su cuello, provocándole disimuladas risitas. Las pisadas sobre la nieve alertaron a la pareja, siendo ella la primera en percatarse de la presencia de Luelar. Su reacción fue apartar de sí misma a aquel hombre, sacudiendo su vestido y colocándose mejor sobre los hombros la pesada capa con que cubría sus hombros.

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30/09/2017, 09:59
Belona

La mujer, delgada, de cabello oscuro y rostro castigado, aparentaba estar más cerca de los cuarenta que de los treinta, y posiblemente cuando era más joven había sido realmente hermosa. Tras sacudir y colocar sus ropas, adoptó una rígida postura, apoyando sus puños en las marcadas caderas mientras observaba a la elfa oscura de arriba a abajo, con dureza.

¿Qué haces tú aquí? -Espetó a la clériga con un gesto arrogante, alzando la barbilla- No esperábamos a ninguno de los tuyos tan pronto... -Se giró hacia el hombre, mirándole casi de reojo- Ve a buscar a mi marido, corre. -Le indicó, antes de volver a mirar a la elfa oscura- Es él quien se encarga de los negocios con tu gente, no yo.

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30/09/2017, 10:04
Lascal

El hombre, al ser apartado por la mujer a la que besaba en el cuello, se pasó el dorso de la mano por la boca, eliminando en el proceso restos de su propia saliva. No era un rostro agradable, en realidad. Nariz aguileña de buenas proporciones, una mirada fina y cargada de aparente malicia, y arrogas ocultas bajo una no demasiado espesa barba, que rodeaban unos labios bajo los cuales era no mejor fijarse en su nada brillante dentadura. También se había cubierto con una pesada capa de lana, pero en sus ropas destacaba un delantal salpicado de manchas.

¿No prefieres ir tú? -Respondió a la mujer, mirando también con dureza a Luelar, de arriba a abajo. Aparentemente, no se fiaba demasiado de dejar a la mujer en tal compañía. Sin embargo, al percatarse de la dura mirada que la mujer le dedicó, no tardó en girarse para dirigirse al interior- Como quieras...

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30/09/2017, 10:19
* Juglar *

¿Fue el azar, o fuerzas divinas guiaron al gigante azul Nrog a través de la nieve de su montaña, en pos de aquel grito desgarrador? La posibilidad de que aquel grito indicase la presencia amedrentadora de alguna bestia salvaje que pudiera servirle de presa, de alimento durante unos días, rondó su cabeza, sin duda. Este humilde juglar jamás osaría insinuar que aquella mole se guiase únicamente por puro heroísmo. Sin embargo, buenas gentes, debo decirles que pocos de los grandes héroes que han caminado sobre las tierras de Valsorth han acometido sus legendarias gestas únicamente por ser aclamados por ello. No, siempre hay algún motivo personal, pero eso no resta grandeza a sus acciones.

El caso es que Nrog corrió, dio largas zancadas con sus robustas piernas, hundió sus pesados pies en la nieve, e ignoró el frío que desconocía por naturaleza. Con su pesada arma en las manos, estaba más que dispuesto a enfrentar a aquella bestia, pero cuan fue su sorpresa al alcanzar la cima de un, al menos para él, pequeño promontorio, y descubrir la verdad de aquella escena.

No era ninguna bestia descomunal, ni siquiera una bestia. Un hombre se arrastraba sobre la nieve, de espaldas, gimiendo de miedo, mientras se alejaba de otra persona, alguien no demasiado grande, delgado como sólo un humano o un elfo podría serlo, que ocultaba su cuerpo bajo ropas negras como la noche. Aquella oscura figura estaba armada, tenía lo que Nrog no sabría calificar más que como un palo que arrojaba dardos, aunque para ustedes y para mí era una señora ballesta. Sin embargo, no apuntaba con ella a su "víctima", lo que llamó la atención del gigante azul, que no comprendía lo que estaba haciendo. Aquel tipo de ropas negras estaba agachado, teniendo la mano al otro hombre, que huía de él.

Y a través de la brisa helada, le llegaron unas palabras de aquel hombre tendido.

La muerte está en la montaña...

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30/09/2017, 10:31
Barush

Nayí hizo todo lo que pudo por calmar el ánimo de aquel hombre, un desconocido para ella, pero por el que no recibiría paga alguna si le dejaba morir o acababa con su aparente sufrimiento. Apartando su arma, se agachó ante él y le ofreció su mano. Sin embargo, pronto tuvo serias dudas de que aquel hombre pudiera realmente verla a través de aquellos ojos vidriosos. Parecía que la demencia se había adueñado de él, que su mirada se encontraba en algún punto de un infinito que sólo él conocía.

L-la muerte... la muerte v-viene... -Respondió a la pregunta de la mujer, aunque era difícil asegurar que fuera realmente una respuesta. Tal vez ni siquiera había oído la pregunta. Tal vez sólo hablaba para sí mismo- T-todos, han muerto todos... s-se han levantado... -De repente, sus ojos dementes se clavaron en el rostro de Nayí, como si hubiera llegado a él un instante de lucidez- La muerte está en la montaña. -Indicó, alzando más la voz, antes de incorporarse ligeramente, sentado sobre la nieve, y cubrir su rostro con sus manos amoratadas- N-no hay lugar seguro... Vamos a m-morir todos...

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30/09/2017, 10:38
* Juglar *

Y al nombrar la montaña, la joven Nayí no pudo evitar desviar su rostro hacia ella. Inmensa, inhóspita, más que una montaña se trataba de un conjunto de ellas, una cordillera de tránsito hostil, llena de peligros. Riscos, acantilados, aludes, depredadores, orcos, el frío que podía arrancar todo rastro de calor del interior de cualquier hombre... Por supuesto que en la montaña había muerte. Pero eso lo sabía todo el mundo, aquel hombre debía referirse a algo más concreto, si es que no era todo un producto de algún tipo de demencia. ¿Quién haría caso a las palabras de un loco?

Y desde luego, había algo más. Algo que hizo que Nayí se pusiera alerta. Porque allí, en lo alto de una loma, una figura destacaba sobre el blanco de la nieve, observándola. Un gigante, un gigante de piel azulada, miembro de aquel pueblo que crease tiempo atrás el Rey Dios en su intento de subyugar toda vida de Valsorth. Incólume a pesar de los elementos, la mala bestia portaba en sus manos un inmenso martillo con cabeza rocosa, y se mantenía allí, observándoles.

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01/10/2017, 20:40
Luelar Tyrundlin
Sólo para el director

Antes de llegar a la posada en cuestión, escuché cómo una puerta se abría en un lateral, en el callejon formado entre la propia posada y una construcción contigua. El estruendo hizo que me asomara, escuchando además del lejano sonido de voces otras más cercanas, las cuales parecían reír. No tardé en ver a un hombre abrazando y besando el cuello de una mujer contra aquella casa, mientras esta emitía risitas que daban buena cuenta de lo que le agradaba la situación.

Sin embargo, al percatarse de mi presencia su semblante cambió por completo, apartando al hombre con rapidez incluso; para después acomodar sus ropajes. Me dirigió una dura mirada, tornándose tensa su pose, apoyando sus manos en las caderas mientras me preguntaba por mi presencia. Acto seguido, pidió a su amante que buscara a su marido, indicándome la mujer que era él quien se ocupaba de los negocios con mi gente. No sabía cómo interpretar aquel “mi gente”, al menos nos había llamado gente, cosas perores habría de oír en la superficie.

El hombre, al que tampoco parecí agradar, trató de hacer desistir a la mujer, pero este agachó las orejas y accedió a lo que la dura mirada de su amante le indicaba; no tardando en dirigirse al interior.

- Qué contrariedad… Hubiera jurado que quien os comía a besos debía ser vuestro marido… - apunté con sorna, cruzándome de brazos mientras la miraba de arriba abajo. Curiosa la gente del exterior. ¿No tenéis suficiente con él? – pregunté, esbozando media sonrisa. – No respondáis, sólo era una broma, no es asunto mío. Esperaré a que venga su marido para responder preguntas, después de todo es él quien se encarga de la gente como yo, ¿No? – añadí con una pizca de arrogancia, antes de apoyarme contra la pared, a la espera de aquel hombre.

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02/10/2017, 21:49
[Abandono] Shiral de Litdanast

 Cuando pasamos al interior de la posada se nos recibe con mucho entusiasmo, pero aun así la percibo como lo más acogedor que podríamos encontrar. Puedo entender su actitud, que piense que algo así pueda traerle problemas o que simplemente se encuentre cansada, pero aun así se muestra servicial, y eso es todo lo que necesito. - Está bien, sólo necesita descansar en cama. Querríamos hospedaje para él y para mí. - Contesto a la posadera, para luego dirigirme a mis compañeros elfos. - No sé cuanto tiempo necesitaría para recuperarse... Te agradezco tu oferta y a la vez me avergüenza aceptarla, Bildari, y no quisiera abusar de ello. Ya habéis hecho mucho por mí y por este hombre. - 

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09/10/2017, 18:19
[Abandono] "Sombra" (Nayí)
Sólo para el director

El hombre parecía tener serios problemas mentales, causados seguramente por el miedo... pero no sabía a que. Quizás el calor de la chimenea y una sopa caliente ayudasen al hombre a relajarse y recuperar algo de lucidez. Pero me sorprendió ver que recuperaba la cordura, aunque fuese de manera fugaz y luego regresase a su demencia.

Fuí a llamar a Thor de un silbido. Montaría al hombre en su lomo y me lo llevaría a la posada. Lo tenía claro. Pero mis ojos se desviaron hacia la montaña, donde el hombre aseguraba que estaba la muerte. Lo cierto es que no se equivocaba, la montañana no era un lugar seguro para nadie que no estuviese familiarizado con ella o con las criaturas que allí habitaban. Y entonces lo vi. Mi cuerpo se tensó al ver a aquel gigante observándonos en la distancia. Sería un suicidio enfrentarse a esa criatura y una tontería tratar de ocultarme bajo el manto blanco de nieve que cubría toda la zona, vistiendo de negro.

Silbé a Thor, quien no tardó en acudir a mi lado. - Vamos, debemos irnos. - Dije al hombre que permanecía sentado sobre la nieve, volviendo a delirar. - La muerte nos alcanzará si no lo hacemos. Debes subir a mi caballo. - No podía dejarle allí. No me lo perdonaría nunca y Mürwert tampoco. Debíamos comenzar a movernos antes de que aquella cosa nos alcanzase.

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17/10/2017, 22:15
[Abandono] Nrog
Sólo para el director

Las grandes zancadas de Nrog le guiaban veloz por la nieve. El frio y la nieve no suponían ningún problema para el gigante, acostumbrado a caminar por terrenos mucho mas escarpados. Mientras lo hacía, no dejaba de pensar en que gran bestia podía haber provocado aquel desgarrador grito, ¿quizás un gran lobo de las nieves? ¿Un descomunal y poderoso oso? Cualquiera de ellos le calmaría el hambre al menos un par de días.

Sin embargo, la sorpresa del gigante fue grande al descubrir tan solo dos cuerpos pequeños y frágiles, humanos o elfos. Lo más extraño de todo era que el hombre que estaba aterrado parecía estar recibiendo la ayuda del encapuchado y no sus ataques. No había gran bestia, lo cual significaba que no había presa y por lo tanto, no había carne que llevarse al buche. Una vez mas quedaba patente que las montañas no parecían un buen lugar para seguir viviendo.

A pesar de ello, Nrog no podía ignorar la presencia de aquellas criaturas en su territorio. Dos humanos podían fácilmente convertirse en decenas y con el tiempo, tal vez en cientos de aquellas frágiles criaturas rondando por sus tierras. El gigante caminó con firmeza hacia aquellas criaturas con la firme intención de expulsarles de allí, pero mientras se acercaba a ellos pudo escuchar un susurro que provenía del hombre del suelo.

¿Muerte en montaña?

Aquello no significaba nada para Nrog, él mismo había sido definido como la muerte en la montaña en alguna ocasión. Además, el gigante llevaba años viviendo en aquellas montañas y no temía a ninguna de las criaturas que allí habitaban. Fuera lo que fuera a lo que se refería aquel débil humano, no asustaría a Nrog con facilidad.

Varias de sus largas zancadas le acercaron rápidamente a aquellos humanos. Una vez a su lado y sin perder de vista la ballesta del encapuchado grito- ¡Territorio de Nrog! ¡Fuera! – Mientras decía esto, el gigante levanto su martillo sobre su cabeza de manera amenazadora. Para él solo había dos opciones en lo que se refería a aquellos humanos, huir o morir.

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18/10/2017, 11:41
Belona

La sonrisa se desvaneció durante un instante del rostro de la posadera, mientras arrojaba todo su desprecio en una mirada de arriba a abajo sobre todo el cuerpo de la elfa oscura. Sin embargo, volvió a sonreír sarcásticamente en seguida, cruzada de brazos. Puede que fuera una experta en el noble arte del engaño, o tal vez sí que aquello le importase menos que un excremento de animal. En cualquier caso, no tardó en volver a hablar.

Las necesidades que yo tenga, encanto, así como lo que creas haber podido ver, no son asunto tuyo. -Dijo lentamente- De modo que, si quieres seguir haciendo negocios por aquí, te recomiendo que te ciñas al propio negocio. Mi esposo no cree, no responde, no decide y no negocia sin mi permiso. Espero haber sido lo bastante clara... -Afirmó la mujer, en un tono que dejaba claro lo acostumbrada que estaba a ser obedecida. ¿De verdad tenía a su esposo tan sumamente dominado?

Luelar no tardaría en comprobarlo, pues en cuanto Belona terminó de hablar se recortó en la puerta la oronda figura de un hombre con una fina barba y escaso cabello también recortado, que portaba un gran mandil que quizás en otro tiempo había sido blanco, pero que estaba amarillento y lleno de manchas.

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18/10/2017, 11:56
Irdon

Belona, mi amor, ¿qué...? -El posadero salió al exterior con cierta dificultad, debido a su envergadura y lo estrecha que era la puerta secundaria que surgía a aquella especie de callejón. Traía una expresión de suma preocupación, pero en cuanto vio a Luelar, su gesto se suavizó- Oh, ya veo... Tranquila, mi amor, yo me encargo... -Le dijo a su esposa, con un gesto cariñoso que la mujer no correspondió más que con una sonrisa de desdén.

La posadera dedicó a la clériga un último vistazo, lleno de desprecio, y se marchó hacia el interior de la posada, dejando al posadero frente a la desconocida. El hombre se limpió las manos en el mandil, observando detenidamente a la recién llegada. Sin embargo, su expresión parecía amable.

Corrígeme si me equivoco, pero a ti no te conozco, ¿verdad? No me suena que hayas venido nunca por aquí... ¿Qué puedo hacer por ti?

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18/10/2017, 12:05
Belona

La posadera miró al grupo con desconfianza. Quizás es que no le salían las cuentas. Después de todo, habían entrado cuatro personas, pero sólo pedían hospedaje para dos de ellos. ¿Qué iban a hacer los otros dos elfos, marcharse nada más llegar? Sin embargo, no dijo absolutamente nada respecto a eso. Fue otro asunto el que llamó su atención.

¿Cama? Joder, ¿va en serio? -Se mofó, con desparpajo y una pizca de desdén, cogiendo un trapo húmedo para comenzar a limpiar la barra- No se de donde vienes, pero parece que no sabes en qué parte del culo del mundo te encuentras. Seis cruces de cobre por día, tenemos sitio abajo, suelo de madera cerca de la chimenea. La tenemos encendida día y noche, pero si necesitáis más, las mantas las ponéis vosotros. -Dejó el trapo y se apoyó sobe la barra con aire sugerente- Si no tenéis, os puedo prestar una por un módico precio...

Notas de juego

Para que te hagas una idea de lo que es habitual:

Alojamiento en posada: Alojarse en una posada pobre equivale a dormir en el suelo cerca de una chimenea y, con suerte, cubierto con una manta si le caes bien al posadero y no te preocupan las pulgas. En una posada corriente se duerme en un suelo elevado y caliente, con una manta y almohada y se disfruta de mejor compañía. El alojamiento en una buena posada incluye una pequeña habitación particular con cama, algún que otro servicio y un orinal cubierto en un rincón.