Partida Rol por web

Fruncí el ceño ligeramente asqueado por el desastroso aspecto de la cocina. Y, quizás un poco más nervioso, seguí hablando solo:

-Vaya, parece que el servicio se ha tomado unas vacaciones ¡que desastre!.

Salí de la cocina decidido a volver con los demás y oí unos extraños murmullos, me acerqué a la puerta y efectivamente, había alguien al otro lado y sonaba asustado.

-Ostras, ahí hay alguien. - pensé en voz alta, y comencé a golpear la puerta - ¡Hola! ¡holaaa!, ¿quien anda ahí?. Si me abre quizá podamos ayudarle, hemos venido desde muy lejos para ver la profesor Bollacher.- en ese momento recordé al profesor, visualicé su figura colgada en el centro del salón, y la sangre - ¿acaso está herido?...

No hubo respuesta, me sentí un poco frustrado pero di vuelta y fuí a buscar a los demás.

-Quédese ahí, iré en busca de ayuda.

Por suerte no tenía que hacerme cargo aún de un arma. En ese sentido confiaba más en el profesor y en Ervin que en mi mismo.

Un intenso olor a incienso recorría la estancia. Intenté fijarme en los detalles de los cadáveres, pero apenas podía mirar aquel horror. Aunque estaba preparado después del aviso de Ervin, no pude concentrarme de manera eficiente. Traté entonces de resolver el misterio de la frase... Pero de igual manera parece que mi mente seguía bloqueada.

-Creo que la situación poco a poco me impide pensar con claridad profesor, ¿usted saca algo en claro?

Por otra parte nuestra prioridad debía ser reunirnos con Mardigan. Ese insensato se había separado del resto...

Llegué de nuevo al salón donde esperaba encontrarme con el resto de viajeros.

-¿Que hacen con esas armas?.... Creo que he encontrado a alguien, está dentro de una habitacion pero la puerta esta cerrada, se oyen murmullos y creo que, quien sea, no abre porque está asustado. Si viene alguien conmigo podemos tratar de forzar la puerta...¡Vaya señor Price!, ¿son las armas lo que ha encontrado?

Al fijarme en la expresión grave del señor Price imaginé que había encontrado algo más.

La sala 8 tiene el aspecto de una biblioteca que resultaría confortable si no fuera por los dos cadáveres de chicos jóvenes de tu edad sentados en dos sillones con los ojos en blanco mirando hacia una chimenea al fondo de la habitación. Los rifles han sido tomados de las paredes de la sala y Kramer y el Profesor parecen estudiar la disposición de unos dedos seccionados (de uno de los chicos muertos) en una extraña formación. También observan una frase escrita con sangre en la rejilla de la chimenea.

Cuando me acerqué a la estancia donde se encontraban los demás di un respingo al descubrir los cuerpos:

Oh, Dios mio! Pobre gente - alzo la vista para fijarme en la inscripción-¿Qué galimatías es este?¿lo reconocen ustedes?¿entienden algo?- me acerco para fijarme qué es lo que miran Kramer y el profesor -¿Y qué miran ustedes ahí? ¡Oh vaya! ¡Que desagradable! ¿pero quién sería capaz de hacer semejante atrocidad?. Creo que debemos ir a esa habitación, probablemente el que esté ahí dentro pueda aclararnos todo esto. Será mejor ir armados, no lo creo pero podría hasta ser agresivo.

Suspiro de alivio en cuanto August aparece por la puerta.

—¡Mardigan! ¡Gracias al cielo! Temíamos que te hubiese pasado algo— dije —. ¿Murmullos? Puede que haya algún superviviente, tal vez deberíamos ir pensando ya en llamar a las autoridades. 

Cuando Mardigan pregunta por el mensaje con sangre, decido acercarme y examinarlo un poco.

—Kramer tampoco sabe de qué se trata, los caracteres pertenecen al alfabeto latino pero no parece nada reconocible, quizás pueda ser... ¿Eh? ¿Acercarnos a averiguar el origen de los murmullos? Buena idea. Esas personas podrían explicarnos qué demonios ha pasado aquí... a menos que quien se oculte sea el autor de todo esto.

Vayamos, a ver si somos capaces de entender que demonios pasó aquí. Por allí se va a unos comedores y a la cocina, podrá ver que en la cocina hay un monton de platos y vasos en el suelo, rotos, quizá hubo algún tipo de lucha. También hay unas pequeñas habitaciones que imagino serán las del servicio y es en una de ellas donde está la fuente de esos sonidos. Traté de hablarle pero no dió respuesta, creo que habrá que forzar la puerta.

Los miro y haciendo un gesto con mi mano les animo a seguirme.

¡Venga, vamos, síganme!

Sin esperar demasiado a que me sigan me pongo en marcha hacia la habitación, decidido a tirar la puerta abajo si fuera necesario.

Efectivamente escrito en alfabeto latino, encierra un código solo descifrable para los expertos.

Despertar Profundos, Inundación del Nilo;

Parece una especie de poema o rito mágico con sentido religioso. Tal vez una clave.

Tu tirada no fue tan mala así que al menos consigues sonsacar que la extraña formación te recuerda a algún antiguo símbolo rúnico de origen europeo, celta o tal vez germano. Su significado se identifica con algo relacionado con la muerte por ahogamiento.

- Mardigan, vayamos a esa puerta y derribemosla si es preciso.

Price cogio el fusil sopesando como usar la culata contra la puerta.

Decididos, los cuatro avanzáis con paso firme hacia la habitación referida por Mardigan, dejando atrás el inerte y ensangrentado cuerpo del profesor Bollacher.
La primera sala, la 10a, es una especie de comedor para el servicio. Hay cucarachas merodeando los platos y sillas tiradas por el suelo. La cocina, 10b, no ofrece mejor aspecto, con cubiertos y cristales esparcidos por el suelo.
Llegáis a la puerta (10c) y la aporreáis sin obtener respuesta, a pesar de escuchar, en silencio, una respiración ansiosa y tensa en su interior.
Decidís tirarla abajo, y tras un par de empujones fallidos Mardigan consigue que se abra bruscamente.
La habitación está a oscuras pero distinguís una silueta recortada ante una gran ventana.

- ¡Atrás! - grita un hombre en inglés, pero con el inconfundible acento de Próximo Oriente. Su voz, un gorgojo de espasmos; su respiración, tan intensa que pareciera que los pulmones le fueran a estallar en cualquier momento. Sostiene tembloroso un arma corta que apunta hacia vosotros.
Mientras le gritáis sorprendidos y alertas que no tiene nada que temer, el nervioso hombre (que deducís debe tratarse del servicio) cacarea palabras intentando formas frases coherentes.
- ¡Él los mató a todos... a todos!!! Al profesor Jamison, los becarios... menos Rose!!! - dice como si recordara de repente - Sí, Rose... Alí Babá... jajajaja!!!

Intentáis que mantenga la calma mientras el asustadizo hombre mueve el arma apuntando a uno y otro. Un rayo del exterior ilumina brevemente unos ojos desorbitados.
- ¡La culpa es de la clave! El profesor enloqueció desde que encontró ese trozo de piedra en el templo... El Nilo! Se despliega la noche... la lluvia alcanza la tumba... llegando a los muertos... despertando a las criaturas!!!

En un grito de locura comienza a disparar su arma hacia vosotros!!!!

Al salir de la habitación fuimos tras el individuo al que Mardigan había encontrado. En el fondo además de temerario era afortunado, había conseguido sobrevivir en esa casa del demonio estando solo...

Sin embargo, durante el camino no se me iba de la cabeza un detalle. Creo que la posición de los dedos indicaba algo y a mi mente vinieron runas del norte de Europa... Tendría que volver más adelante, puesto que ese extraño símbolo algo tenía que ver con la muerte por ahogamiento que se había pronunciado. 

Mi pensamiento se cortó en seco al oir un disparo justo delante. Por fortuna yo iba rezagado y me cercioré de que estaba de una pieza, no así uno de mis compañeros... 

Conseguí "descifrar" el mensaje, pero aún así el significado se me escapaba. ¿En qué diablos andabas metido, Abraham? Pensé.
No tuve tiempo de comunicarle mi descubrimiento a Kramer, pues tanto Mardigan como Ervin avanzaron hacia la habitación de donde venían las voces.

Al ver que aporreando no obteníamos respuesta, Márdigan decide intentar derribarla. Al otro lado encontramos una habitación oscura. Yo iba un poco después que mi alumno y el periodista, por lo que no vi gran cosa hasta que una voz habló. Una voz nerviosa, enloquecida, con un acento árabe inconfundible. Tal vez sea uno de los ayudantes, es normal que esté nervioso...

Mis pensamientos se cortaron bruscamente cuando oí mencionar a Rose, la esposa de mi amigo. ¿Que "él" los mató a todos? ¿¡Abraham!? Este hombre debe estar desvariando, pensé. Me dispuse a contestarle, pero entonces mencionó la pieza. ¿Se refiere a la pieza... del escritorio?

—Escuche, tranquilícese joven, no queremos hacerle ningún daño, nosotros...
Pero antes de poder terminar, sonó un disparo que me heló la sangre.
 

- Maldita sea ... ¡Baje eso!

La puerta cedió de repente por lo que casí caigo dentro de la habitación. En cuanto recuperé el equilibrio pude ver al hombre que se encontraba en el interior. Estaba muy asustado y nervioso pero lo peor es que tenía una pistola que no tardó en encañonar hacia nosotros.

-¡Tranquilícese por favor!, ya le he dicho antes no vamos a hacerle daño.

Supuse que se referiría a la extraña piedra que encontrara Samuel. Quise entender lo que siguió diciendo pero en ese momento pude ver en sus ojos que estaba dispuesto a disparar y quedé paralizado.

-¡Ca..cálmese por Dios!

Yo era el que estaba más expuesto, había abierto la puerta por lo que me encontraba adelantado a los demás yno tive tiempo de reaccionar. Antes de que disparara oí el grito del señor Price, pero el desconocido no atendía a razones, sonó la explosión y el golpe del impacto me tiró hacia atrás. Sentí que se me nublaba la vista...

El disparo acierta a Mardigan en el hombro izquierdo produciéndole una herida dolorosa y ensangrentada. Pero Mardigan es un chico vigoroso y aunque parece fuera de peligro, habrá que tratarla pronto para que no empeore.

El hombre enloquecido efectúa tres o cuatro disparos aunque al tuntún y solo logra acertar uno. Acto seguido, al comprobar que nadie trata de ir a por él, da media vuelta y salta por la ventana rompiendo con su cuerpo los cristales. Como es un primer piso, no sufre daños al caer, aunque se habrá llevado consigo multitud de cortes.

En ese instante escucháis las sirenas de policía llegar al edificio y media docena de pisadas corriendo por el patio de la entrada principal. En breve entrarán al Casa Chicago... qué hacéis?

Escapar... recibirlos... vosotros diréis.

Ervin suelta el fusil.

- Estese quieto Mardigan y presione la herida, asi, muy bien, aguante ... 

No creo que debamos huir, digamos la verdad o corremos el riesgo de caer en un ridiculo espantoso ... dejen los rifles en el suelo ...

Ademas, con ese loco huyendo ya tienen un chivo expiatorio.

¡SOCORRO! ¡AYUDA!

El señor Price me echó una mano y pude incorporarme aunque permanecí sentado en el suelo.

-¡Maldita sea! ha escapado, por mi culpa. ¡Auh! gra... gracias señor Price, duele pero creo que sobreviviré. Vaya, viene la poli, buf, yo creo que no estoy en condiciones de huir... Aunque viendo como se las gastan creo que nos van a coser a preguntas.

El loco había escapado tirándose desde la ventana, quizá se topara de lleno con la policía, mejor, ellos se encargarían de atraparlo e interrogarlo. El viaje Egipto estaba siendo de todo menos divertido, y seguiamos sin saber que le había pasado realmente al profesor Bollacher.