Partida Rol por web

El pequeño pícaro entró tras el mago. Ante los ojos profesionales de Moses, Mineas solo miraba las cosas mas obvias. Malo, malo, las cosas obvias no eran importantes, las importantes eran las que no se veian, esas pequeñas cosas que la gente ocultaba por algun motivo...pequeñas joyas, grandes puertas, fosos de estacas...esas cositas...

Apuffff...tendré que buscar yo si no queremos llevarnos sorpresas.

Despues de examinarlo todo exaustivamente, no encuentras ninguna trampa ni ninguna puerta secreta.

Nada interesante en la zona. Moses salió de la misma, dejando que los demas investigaran lo que les diera la gana, el ya habia cumplido con su parte.

- Dime, dime...

Me dirijo a Mineas claramente distraída, pensando en los motivos por los que alguien como Milos podría meterse en estas cosas, aunque sin llegar a encontrarle sentido.

Moses entra, inspecciona los rincones como sólo él sabe hacer y se marcha como si nada. Vía libre, por lo visto. Entonces entra Lona y atiende a mi llamada.

Hola Lona,... estoooo... tú... sabrías ver algo de estos ritos que se pudean haber hecho aquí? Puede darnos alguna información interesante? Ya sabes, que Milos adorara a un dios maligno en realidad, que empleara magia o algún poder, incovado por el ritual... En fín, qué te voy a contar a ti, precisamente. Jejeje. Hablo muy bajo para que no me oigan y así Abyl no se pueda enterar.

 - A mi me parece una sala vacía más, desbalijadla, como de costumbre, si es que no hay quien lo haya hecho ya - miro de reojo al pequeño Moses- y sigamos... en estos angostos pasillos debe de esconderse algo mas que sombras.

Examino la sala sin mucho interés, aún aturdida porque alguien sea capaz de dejar de lado la luz por esto, pero ni aunque prestara toda mi atención llegaba a comprender lo que aquí había pasado y para que era cada elemento.

- Parece un lugar para invocar algo, aunque puede que sólo se trate de una sala de preparación para una ceremonia mayor... no lo se.

Vaya, eso también lo puedo decir yo mismo. Qué chasco!

Está bien, Lona, le diremos a Abyl que son rituales desconocidos y misteriosos. Además ni siquiera deben ser objetos de valor porque no los ha intentado Moses guardar de las manos inapropiadas de sus compañeros. Ummm. Así que vayámosnos de aquí.

Me acerco a Abyl y le digo:

Capiatana Abyl, mucho me temo que son rituales misteriosos y desconocidos para los no malignos. Será mejor comparar lo visto con algún libro de hechicería oscura o brujería. Tengo nota mental de lo visto y lo buscaré en una biblioteca bien surtida. Mientras tanto, recomiendo que estemos atentos a cualquier escrito que encontremos, pues nos puede dar much información.

Jejeje, qué bien he quedado, soy un maestro.

Sabes que tienes algo que ver con un ritual pero desconoces el metodo de preparación y a quien en concreto desarían invocar.

 yo me kedare en el arco de la puerta, expectante de los compañeros

Después de hablar con Abyl, recuerdo el pozo y que no me he asomado, así que me acerco y le echo un vistazo.

Uy, qué oscuro!

Abyl suspira con los ojos cerrados.... sabía que el mago no iba a aportar nada, no sé ni porqué le di la oportunidad de demostrar algo, desde que desembarcáramos de LaMula y iniciáramos esta loca búsqueda no a demostrado más que una quisquillosa incompetencia que jamás remendaría, por lo que opto por buscar una ayuda en mi fiel compañero

Moses !! Golfillo con suerte, esta vez irás delante, ojea que no haya más fosos machacaespaldas y dales un vistazo a las puertas escuchando bien, revélanos qué nos depara el futuro

A SUS ORDENES MI CAPITANA!!!

Moses se dedicó a buscar activamente en el pasillo, con miedo a pisar alguna trampa. A cada paso se detenia, comprobaba la inclinacion del suelo, el tipo de roca que tenia delante. Se agachaba y palpaba para comprobar. Miraba las juntas de unión de suelo y paredes. Todo, con tal de no pisar alguna trampa. Al llegar a cada puerta, se detenía, y la examinaba minuciosamente. La cerradura, el picaporte, la madera... y cuando se aseguraba de que no hubiera nada, por fin se atrevía a pegar el oido a la misma.