Partida Rol por web

Está bien!!! Pero que conste que yo intenté una alternativa más segura para nuestros compañeros más enclenques, dicho con tol cariño del mundo...

Dijo el enano mirando a Lona, Moses y a Míneas.

Son ellos los que en caso de cruento combate tienen más posibilidades de salir malheridos.

Por otra parte, Abyl, la última vez que blandimos nuestras armas... como decirlo... me hiciste quedar como a un inepto, eres sin duda una increible luchadora...

Pero por las barbas de Azghâl que no me volverás a dejar en mal lugar!!!

Al terminar estas palabras dió un manotazo sobre la mesa, haciendo saltar unos milimetros las jarras y los platos que alli había... menos mal que todo cayó en su sitio...

Jejeje lo siento Jenkins, en Lormyr nacemos así de serie, cuando encontremos al tal Lucius, pienso buscar algún buen enemigo a quien arrancarle la cabellera para mostrar mi fuerza a mi padre, y luego volveré, deberías venirte conmigo, allí o te haces fuerte, o te despedazan y te echan a comer a los gorrinos

Jajajajaajaja - Abyl sale de la taberna rumbo al puerto hablando amistosamente con Jenkins

Ahora mismo, mi tio y mi padre deben estar en alguna partida de caza, para tratar de machacar un poco más las imparables hordas del Sombrero Rojo, esos malnacidos han conquistado todo el continente, no puedes imaginar el horror que estamos viviendo allí en el sur, pero no en Lormyr, no maestro enano.

Nosotros alardeamos de nuestra libertad, y no nos rendiremos ante nadie, así somos los Lormyrianos, y si quieren doblegar nuestro brazo nos lo tendrán que arrancar primero

Querría convencer también al Moses el Poderoso, alguien con su ímpetu, si logra conseguir un buen trofeo sin duda agradará a mi padre ganándose su puesto en la aldea, pero no sé si podré convencerlo, tal vez.... tú que te aproximes a su estatura sepas qué argumento puedo usar.... ¿Como podría convenceros que vengais a Lormyr?

No es un punto turístico referencial, cada día mueren al menos una docena de Lormyrianos, piensa que, continuamente las hordas del Sombrero Rojo se lanzan contra nuestro pueblo para tratar de expulsarnos del último rincón del continente.... pero también tenemos nuestras fiestas no te creas jejejeje

Se llevó una mano a la barbilla mientras pensaba.

- Ehm, se me ha ocurrido otra forma de obtener los mismos resultados sin parecer tan hostiles. Vereis, puedo ir yo a hablar con Scarbelly mientras vosotros me cubris las espaldas. Yo no necesito armas por lo que quizá se sienta menos presionado que viendo a un grupo de aventureros armados hasta los dientes...- Dejó su proposición para la reflexión.

¿Quedarme en la retaguardia? Me agrada

-Pero no creo que Abyl te lo permita- dijo el mágico, finalizando sus pensamientos en voz alta. -No te dará a tiempo de nada e irrumpirá en la taberna a voz en grito diciendo algo como, "¡Oye Scarbelly! ¡¿Dónde te has metido?! ¡Asoma tu cabellera si no quieres que la encuentre yo misma y te la arranque de cuajo!"- exclamó Míneas, en una pésima y exagerada imitación de la mujer.

-Simplemente no te dará lugar a la discreción- comentó. Mientras se levantaba de la mesa, dejó unas piezas de oro que serían suficiente para pagar el almuerzo de aquel día. Una vez afuera, se tomó unos minutos para encender la pipa y poder disfrutarla camino a su encuentro con el capitán.

Moses saltó de su silla y le dió su equipo a Mazogordo, excepto las armas.

Bien señores, el puerto a este paso se nos escapa, así pues, vayamos, peguemosle al escarabajo y volvamos para que Lona se pruebe el disfraz.

La sonrisa del mediano era grande y socarrona, y, mientras se ajustaba las dagas para ser lanzadas en caso de problemas y la espada suelta para desenfundarla rápido, miro con picardía a la clérigo del grupo.

Abyl, yo me pego a tí tanto como pueda y seguro que nada nos detiene, con tus musculos y tus musculos llegaremos al fin del mundo. ALA VAMONOS!!

Esto empieza a ser un poco exasperante - suspiro cansada por el comentario de Moses - ¿acaso no se canasará nunca?

Además, ya está avanzada la tarde y permanecer en la calle cuando se oculte el Sol no es algo que me despierte muchas ilusiones, más bien al contrario.

Cuando entrais debido a la hora, ya no hay nadie en la parte del bar, solo rurik en la barra con cara de preocupación hablando con Desi. Cuando este os vé sale corriendo y ayuda a cargar a Rurik.

- Pero que ha pasado?? Llevemoslo a su habitación rapido!!! - dijo Egil. - Yo me encargaré de sus heridas y la de los demás. -

Tras dejar a Rurik en su habitación volveís a bajar de nuevo a la taberna y os acomodais en una mesa. Mientras que Desi os trae algo de beber y de cenar.

- Y bien, que ha ocurrido habeis averiguado algo?? - os pregunta Egil,

¡¡ Bien dicho Jenkins !!

¡¡ Después de la cena nos cogemos un barril de cerveza y nos vamos al Venganza a celebrarlo !!

¡¡Estais todos invitados!!

¡¡¡ EgiiL !!! Algo hemos averiguado, el largo tiempo que Lucius desapareció estuvo a bordo del capitán Scarbelly, parece ser que estuvo "estudiando" a los piratas, su vida y sus quehaceres, algo raro dado que no encontramos apuntes al respecto en su casa, y debió tomar muchisimos según dijo Scarbelly ¿Porqué haría un estudio así? ¿Donde pueden estar? Más importante aún, soy la nueva Capitana del Venganza, tan pronto como encontremos a Lucius reuniré una tripulación y buscaré un lugar donde pueda derrotar a la muerte espada contra espada.

Ah. Parece que Lucius volvió poco después con una aparente pérdida de memoria... o algo así he entendido, tal vez Lona pueda explicártelo mejor que yo, jejejeje ahora si me disculpais voy a hacercarme a la cocina tengo algo que hacer...

Egil, cuida a Rurik, ha recibido mucho y se encuentra bastante mal, si acaso luego podrías echarme un vistazo al culo que también he recibido.... lo mío... ejemmm

Dicho lo dicho, Abyl se levanta y se marcha con sus bártulos hasta la barra, donde, tras unas palabras con la camarera, pasa a la cocina desapareciendo de vuestra vista, le llevaría un par de horas.... pero merecía la pena, parece que Abyl estaba algo menos eufórica en el interior de la taberna, y aunque sonriente, su voz se habia serenado bastante, algo le inquietaba y le hacia hablar rápida, apresurada, ¿Tenia prisa?

Pido a la tabernera me deje usar un puchero de su cocina y me dejara algo de leña y aceita, afuera en la calle de la puerta trasera, serían un par de horas y procuraría ser discreta, sin dar mis verdaderas intenciones procuro ser lo más correcta posible en mi petición y si aún así pareciera resistirse le daría algunas monedas de plata con las que convencerla definitivamente.

Con el enorme puchero, enciendo una pequeña hoguera en la noche, una estela humeante se eleva en la noche estrellada y limpia de Freeport, haciendo que el agua hierva y burbujee, mientras a un lado, Abyl la Lormyriana, procede al sagrado rito de la reducción de cabezas con la cabeza del capitán Scarbelly.

Era este un rito antiguo, más antiguo que Lormyr, incluso más antiguo que los dioses, un rito de una época en que los muertos no tenían lugar donde descansar, cuando un enemigo es derrotado, este podía volver, como un fantasma o una criatura reanimada, era necesario este proceso, para que su alma quedara sellada en la cabeza y no pudiera atacar a aquél que le habia dado muerte. Este rito era practicado en Lormyr con aquellos enemigos cuya fuerza era de loar, y cuyo regreso podía temerse.

A fin de cuentas, Abyl no le importaba volver a enfrentarse a Scarbelly ella sola, pero sí temía que volviera para darle la tabarra con papeleo y querellas por el Venganza, solo faltaba terminar esto, y el alma de Scarbelly quedaría para siempre sellada, en la cabeza de dos pulgadas que quedaría tras el proceso, sellada con agujas y púas... un horror para algunos, una tradición para otros

La concinera te deja todo lo que le pides pues a esas horas ya no lo necesitaba, es mas, todo esta muy limpio. - Recuerda, 2 horas, y me la dejas donde estaba de acuerdo?? No quiero que Desi me eche la bronca despues. - terminó diciendo esta.

- Esta bien, si os parece voy a intentar curar las heridas de Rurik, mañana nos reuniremos aqui y hablaremos, tenga buenas noches. - dice Egil mientras coge su bastón y se va hasta la habitación de Rurik. - Por cierto Abyl mañana miraré tu trasero - dijo este sonriendo.

El mago asintió a Egil a manera de saludo, y volteó hacia Lona. No podía esperar para relajarse, y para él, eso significaba sentarse incontables horas frente a documentos y libros intrincados.

-Lona, ¿me permites esas cartas que recuperamos en el barco? Tal vez pueda sacarles algo de información. No es que sea un marino ni mucho menos, pero quien sabe, la escribieron unos piratas- agregó, como despreciando cualquiera tisbo de inteligencia que estos pudieran tener.