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Muertos Venerados: Libro 1.1: Ventaja Depredadora

[01 PRINCIPAL] Capítulo 0 - Renier de Montfort

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03/01/2020, 19:06
Narrador

1126 - El Yacimiento

Martes 2 de Marzo
Puerto de Marsala, Reino de Sicilia

Volvía a ser de noche. En el embarcadero reinaba el silencio, un silencio triple.

El silencio más obvio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera soplado el viento, éste habría suspirado entre las ramas, habría hecho chirriar los mástiles y sus aparejos y habría arrastrado el silencio calle abajo como arrastra las hojas caídas en otoño. Si hubiera habido gente en el puerto, aunque sólo fuera un puñado de marineros, éstos habrían llenado el silencio con su conversación y sus risas, y con el barullo y el tintineo propios de un muelle a altas horas de la noche. Si hubiera habido música... pero no, claro que no había música. No había ninguna de esas cosas y por eso persistía el silencio.

En el puerto de Marsala, un par de hombres, apiñados en el extremo de un embarcadero, bebían con tranquila determinación, evitando las discusiones serias sobre noticias perturbadoras. Su presencia añadía otro silencio, pequeño y sombrío, al otro silencio hueco y mayor. Era una especie de aleación, un contrapunto.

El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas una hora escuchando quizás empezaras a notarlo en el suelo de madera y en los bastos y astillados barriles y cajones que se amontonaban cerca de los almacenes. Estaba en el peso de los navíos que conservaban el olor de la brisa que hacía mucho tiempo que se había apagado. Estaba en el lento ir y venir de las olas. Y estaba en las manos del hombre allí de pie, en su copa de madera.

El hombre tenía el pelo castaño claro. Sus ojos eran oscuros y distantes, y se movía con la sutil certeza de quienes saben muchas cosas. La copa era suya, la sangre que contenía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ése era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que ha vencido a la muerte.

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03/01/2020, 19:23
Ludwick

Durante el viaje pude acercarme más a Renier. Pude conocerle y, sin duda, sería mi herramienta, mi elegido. Durante el largo trayecto hablamos de religión, de política, de secretos y de poder. Cuando la conversación giraba hacia conocimientos oscuros él mostraba una fructífera curiosidad que me motivaba a seguir hablándole. Poco a poco, le hablé de la noche y sus secretos. De los hombres y sus ambiciones. De la muerte y de los poderes que pueden superarla. Lo hacía con tacto, no quería asustarle, pretendía tentarle y que aceptara por su propia voluntad formar parte de nuestra orden... con todo lo que ello implicaba.

Afortunadamente, el viaje fue lento. Me uní a su comitiva en la frontera de los Estados Pontificios con el Reino de Nápoles y, cada noche, hacía una pequeña visita a mi aprendiz.

-Ha llegado el momento. Tómate tu tiempo. Si bebes, no habrá vuelta atrás. Abandonarás la orden para formar parte de algo mucho mayor y tu sed de conocimientos no tendrá barreras. Si decides no beber, me marcharé y jamás volverás a verme.- 

Vi cierta duda en sus ojos. Afortunadamente para él, ser paciente es algo que aprendes por naturaleza al estar muerto.

-Ralentizará tu envejecimiento y quizá notes ciertos efectos secundarios pero seguirás vivo y podrás caminar bajo la luz del sol. Serás mi espía al otro lado de las costas sicilianas y, tras este episodio que te parecerá un suspiro, mandaré tu alma directamente al cielo, pero como Dios no acepta regalos de mis manos, vivirás eternamente en la tierra y nuestros conocimientos ocultos serán los tuyos.-

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13/01/2020, 20:27
Renier de Montfort

Cada noche, con cada visita suya, mi interés se acrecentaba, en mi interior crecía una fuerte sed de conocimiento. Algunos sabios afirmaban que ni en mil vidas se podría absorber todo el entendimiento que se oculta en el pasado, que descubrimos en nuestro presente y que evoluciona en nuestro futuro.

Aquel hombre, al que pronto llamaría Maestro, no solo me ofrecía lo oculto sino la inmortalidad, para ascender un peldaño más cerca de la verdad absoluta.

Pero todo tiene un precio, un sacrificio que debía aceptar por voluntad propia. Entendía el peso que condicionaba el significado de sus palabras. Por unos instantes en mi rostro se reflejó la duda, pero no se debía a la respuesta que debía tomar, pues esa decisión ya la había tomado, y él ya la conocía mucho antes de que yo la tomara.

Por unos instantes observé la copa que sostenía en sus manos, y contemplé el abismo, por unos instantes....

Respiré hondo, posé mi vista sobre la suya, y extendí ambas manos para recibir el cáliz -¡Acepto!- Fue una respuesta breve y concisa, fuerte y sin titubeos, una sola palabra bastó para condenarme liberarme.

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19/01/2020, 18:02
Narrador

-¡Acepto!; ¡Acepto!; ¡Acepto!¡Acepto!¡Acepto!- La palabra se repitió en tu cabeza como un eco que se grababa profundamente. Te incorporas como accionado por un resorte. Sentado sobre el improvisado lecho de paja del granero que hace de dormitorio en esta parada nocturna del viaje. Mañana llegaréis al Puerto de Marsala por primera vez. -¿Por primera vez?- frunces el ceño algo confundido. Chasqueas la lengua contra el paladar, sientes un sabor ferroso en la boca, dulce y vigorizante. Algo te arde en el estómago dándote fuerzas y activando tus sentidos. Sientes el calor de los cuerpos de tus compañeros, hueles el hedor corporal que reina en el ambiente y, debajo de eso, lo hueles a él. El hombre del muelle cuyos ojos están fijos en tu mente, clavados en tu memoria igual que la palabra que has pronunciado. -¿Habrá sido un sueño?-

Sientes el frío. El viento ha abierto la puerta del granero. Te levantas y la cierras aún aturdido por lo extraño de la situación. No puedes dormir. Tu mente está completamente despierta repasando todos los conocimientos que has amasado en vida y ordenándolos de forma mucho más eficiente. Como si estuvieras arreglando un sistema de archivos de una gran biblioteca.

A la mañana siguiente partisteis temprano tras un breve desayuno a base de pan duro y miel. Te obligaste a comer aunque no tenías hambre. Tampoco te sientes cansado pese al camino y la noche casi en vela que has pasado. No llegáis a Marsala hasta el mediodía y te sorprende reconocer la ciudad, el puerto, el muelle donde todo ocurrió. La realidad de la vivencia denuncia que no fue un sueño -¿Habrá sido una premonición?-

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19/01/2020, 18:14
La Tumba

Miércoles 3 de Marzo
En algún punto
Al otro lado de la costa
Del Reino de Sicilia

La llegada a aquel lugar no pudo impactar más a la comitiva. Oculto entre montañas y acantilados de pronto se alzó ante vosotros imponente, colosal. Muchos de tus compañeros se santiguaron y tomaron lo abrupto del terreno para excusarse y retroceder con el fin de montar el campamento en un lugar más adecuado. Pero el temor no hizo mella en ti. Resultaba extraño pero en la penumbra de aquel lugar, fuera del alcance de los intensos rayos de sol tan molestos en aquella región, te sentías muy cómodo.

El día pasó con rapidez. Trabajasteis sin descanso reconociendo el terreno con la ayuda de Philippo, el maestro constructor que analizaba con ojo clínico tanto la edificación como el firme. Marcaba con una línea de tiza los lugares por los que era seguro transitar y con una X aquellos que representaban algún peligro de derrumbe. Aguardas con paciencia hasta que llegó la noche y todos iniciasteis el camino hacia el campamento.

Aún sin sueño, decidiste que era una buena oportunidad para dar un paseo y caminar por la zona para poner en orden tus ideas y planificar el trabajo de mañana. Con la mente tan despierta tenías mucho en lo que pensar. Te adentraste en la zona rocosa siguiendo el sonido del mar hasta que llegaste a una pequeña playa rodeada de rocas. Un lugar aislado desde el que se veían las tenues luces rojizas de Marsala al otro lado de la aguas. Pese al sonido del oleaje, sentías que podías escuchar incluso las voces del puerto, el crujir del maderamen y el susurro del viento del otro lado hasta que una presencia te sacó de tu ensimismamiento.

-Él- quieto como una estatua sobre una roca te observa. Está completamente empapado y huele a algas. Desciende de la roca, se acerca a ti, esboza una amplia sonrisa y aguarda.

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02/02/2020, 11:21
Renier de Montfort
Sólo para el director

Pese a no haber podido explorar el contenido de las ruinas por la mañana, fue productivo ver que zonas eran transitables y cuales no, pues no queríamos precipitar un derrumbe que pusiera en peligro nuestra operación.

Llegada la noche, el cansancio no me hizo mella y decidí dar un paseo sin un rumbo aparente, sin embargo al llegar a la playa y verlo a él, me pregunté si el vino a mi encuentro, o si mis pasos me llevaron inconscientemente hacia él.

Lo observo detenidamente antes de dirigirle unas palabras. Esta mojado y huele a mar, no veo ningún bote varado en la orilla, ni embarcación a lo lejos. Todo indica que ha venido nadando de alguna parte, lo más probable es desde el puerto que hay al otro lado, soy consciente de su naturaleza pero es siquiera posible tal proeza, quedo maravillado ante la posibilidad, cuando me percato que me observa y sonríe ampliamente mientras lo analizo.

- Buenas noches señor Dresden, ¡Oh! Está todo empapado, permítame ofrecerle mi túnica dije al tiempo que me la quitaba y se la tendía. A qué debo el placer de su visita. Pese a la retórica pregunta era obvio que venía por el hallazgo, así pues, procedí a informarle sobre nuestro progreso. Hemos establecido un campamento cerca de las ruinas, pero lo suficientemente alejado para la seguridad del mismo en caso de derrumbe, lo que permite una escapada nocturna hacia el interior sin ser visto.

Gracias a la ayuda del arquitecto Philippo, hemos marcado las zonas seguras y transitables, tanto del entorno como gran parte del interior, aunque aún no ha sido explorado en su totalidad, estamos avanzando rápidamente. Las zonas marcadas con una equis no son seguras, se está barajando la posibilidad de apuntalar y reforzar aquellas zonas que puedan repararse, para ello, aprovecharemos algunos materiales del entorno aunque otros será necesario comprarlos y traerlos.

No ha habido signos de que otros hayan estado aquí antes, al menos no en mucho tiempo, todo apunta a que somos los primeros investigadores. Por ahora eso es todo. ¿ Puedo ofrecerle algo para que su estancia aquí sea más cómoda, tal vez algo de beber? Mi tienda es personal, y las telas son gruesas, si lo desea puede quedarse en ella a descansar, nadie entrará a molestarle.-

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10/02/2020, 17:49
Ludwick

Las sonrisa cortés es como una mancha blanca de cordialidad en el cuadro negro de la noche y, sin embargo, es sincera. -Permítame rechazar su ofrecimiento. No siento frío.- Aquellas palabras eran verdad, aquel tipo no temblaba y el color de su piel era rosado, como si acabara de salir del calor de una taberna abarrotada.

Escuché atentamente sus palabras mientras caminábamos por la orilla. De nuevo, negué su ofrecimiento -En estas tierras se extiende una red de grutas subterráneas. Tengo localizada un acceso a tres kilómetros al noroeste- hice un gesto -Ven a buscarme cuando lo necesites.- No me hizo falta ver su rostro para entender la duda que se formó en su mente -Dentro de tres noches toda la euforia que te embriaga desaparecerá dando paso a un terrible cansancio. Descansa y, cuando despiertes, sentirás que te falta algo. Ese será el momento de volver a vernos. Mientras tanto, esfuérzate en hacer bien tu trabajo.- Mi intención era investigar algunas grutas y observar desde la lejanía con el fin de detectar a los guardianes de la tumba que, sin saberlo, estaban profanando. Llegado el momento, entraría y me haría con su morador. Posé una mano en su hombro -Atiende bien los manuscritos que allí encontrarás. Ejerce tu oficio de traductor y copista y mantén sus oscuros secretos en tu memoria. Son muy valiosos.-

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10/02/2020, 18:00
Narrador

De nuevo os separáis. Lo ves marchar aún empapado y perderse en la negrura. De alguna forma, sus palabras, sus indicaciones quedaron grabadas en tu mente y durante los días siguientes te afanaste en tu trabajo más de lo normal. Esto no sólo fue producto de sus palabras, sino de los fantásticos secretos que encontraste en aquella cueva. Magia oculta, versos en escritura cuneiforme cuya traducción te helaba la sangre pero que no podías dejar de leer. Secretos oscuros de la tierra, de la vida, de la muerte...

Aquel conocimiento estuvo ahí durante muchos años, pero la acumulación fue progresiva. Alguien estuvo llevando libros, manuscritos y tablillas a lo largo de los años, quizá de siglos. Philippo catalogó aproximadamente por la talla de estantes en la roca. La erosión daba pistas sobre cuáles fueron tallados antes y albergaban el conocimiento más antiguo y cuáles más recientes, con manuscritos en lenguas más cercanas a vuestro tiempo. A medida que os adentrabais en la cueva, más antigüedad hallabas en los manuscritos y secretos más oscuros albergaban.

El tercer día ya empezabas a sentirte extraño. Pero al concluir el almuerzo del tercer día cayó sobre ti un cansancio como jamás habías sentido. El vigor que te mantenía impasible ha dado paso al agotamiento extremo hasta el punto de necesitar dormir. Pasaste horas en el letargo del sueño. Tus compañeros se preocuparon. Philippo, con el que estabas fraguando una agradable amistad, te visitó varias veces. Al caer la noche te sentiste con fuerzas como para dar un paseo. Así, emprendiste el camino hacia lugar que varias noches antes, Dresden te indicó.

Él te encontró antes de que pudieras divisarlo. Apareció caminando junto a ti sumido en un reflexivo silencio. -Acompáñame- dijo y ambos caminasteis en la noche. -¿Qué has descubierto?- preguntó. A cada dato que le dabas, respondía con argumentos concisos que lo encuadraban en el tiempo y en el tema. Secretos sobre tiempos primigenios, hechicería antigua, acontecimientos del mundo antiguo... para todo parecía tener respuesta.

El ciclo se repitió. Cada tres noches salías a pasear y volvías con más conocimiento sobre aquello que estabas investigando, así como otro tipo de sabiduría que él te enseñaba aunque no parecía tener relación con las investigaciones. Fue así como conociste la existencia de la magia hermética y su férrea jerarquía.

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10/02/2020, 18:29
La Tumba

Cuanto más tiempo pasas en ese lugar, más extraño te resulta. No sólo los libros, es como si la misma estancia escondiera algo. En un día como otro cualquiera, sumido en tu rutina, Philippo acudió en tu busca. -¡Reni!- te llamaba. Había tomado la costumbre de llamarte por aquel diminutivo y ya que te doblaba la edad, se lo permitías -Reni, ven. He encontrado algo- lo seguiste intrigado.

Ambos os adentráis sobrepasando los límites de seguridad. El corazón te latía deprisa en el pecho. -Estaba revisando esta zona cuando me di cuenta de una corriente de aire... mira- alumbró con su antorcha. Estáis delante de una estantería excavada en la roca. Los cantos son los más redondeados que jamás has visto indicando que aquella es, con diferencia, la talla en la roca más antigua. Te fijaste ahora en los manuscritos, eran tablillas de cerámica. Demasiado frágiles y valiosas para transportarlas. Sin embargo, el hallazgo de Philippo estaba más abajo, un agujero en el fondo del segundo estante que daba a otra estancia más grande. -Yo no quepo. Necesito simplemente que me digas si hay algo de interés ahí- comenta -sobre todo, que me digas cómo está la estructura. Así podré determinar si es segura o no. Lo primero, el suelo. Fíjate bien dónde pisas. ¿Lo harás?-

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09/05/2020, 18:26
Renier de Montfort
Sólo para el director

Asentí ante la pregunta del arquitecto, llegados a este punto no había marcha atrás. Pero antes de adentrarme aseguré las tablillas de cerámica y se las entregué a él, por si la estructura se derrumbaba al menos protegeríamos este legado.

- Listo, deme su antorcha y proteja las tablillas. Le informaré de lo que observe tras el umbral. Deseenme suerte, tal vez la necesite- dicho esto me adentré gateando y prestando atención a mi entorno, comprobando tanto la seguridad de la estancia como la propia.

Notas de juego

Lo dicho, poco a poco ir retomando la partida, y manteniendo post por semana.

Por mi parte, en la que estamos los 4 he cumplido, si se avanza ya nos contarás. Ponte en contacto con cris y maatrax y que te digan si tienen intención de continuar o no. (He pensado que si aun asi estan indecisas, como es un pasillo con dos salidas podría haber un "derrumbe" y que ania y yo quedemos atrapados en un lado y las otras dos en otro, y asi podemos continuar nosotros, y si las otras deciden volver siempre podemos encontrarnos afuera)