Partida Rol por web

Después de que el camarero se fuera y nos haya tomado nota y se haya ido, Katsu puede conversar un poco con Akesha. La situación era ya de por si rara

-Algunos se han llevado peor parte, yo por mi parte, no me quejo...pero Lym o Zaira, bueno, no sé como lo llevaran la verdad... ahora me alegro de no haberme hecho semiorco o algo así... ¿y tú?¿el cambio ha sido algo extraño? Vosotras podéis hacer dos parejas... yo ya me buscaré la vida... si hay una sala común o algo así, servirá...

Puestos a hablar de lo que les había pasado, pues porque no. Suponía que un psicólogo o alguien, encontraría más curiosos los cambios de Zaira o Lym, los más drásticos... Había que saborear el momento, la aventura, y un poco de fiesta tabernera, les vendría muy bien. Quizás fuera un sueño, y dentro de unas horas estuvieran despiertos, así que de perdidos al rio... aprovecharia.

Lym asintió levemente a las palabras que Ainia le había comunicado, palabras que le transmitieron confianza y seguridad. Ya sentadas, Alice y la elfa escucharon las primeras palabras de la mujer. La elfa gris comprobó que el motivo de la reunión en privado era por Ainia, su relación con Lady Beremode (segunda vez que escuchaba ese nombre) y una investigación de demonios. No tenía mala pinta aquella quest. Así pues, ¿cuál era el motivo por el que también había pedido a Lym sentarse con ella? La respuesta, la ubicación de su dragón.

La pregunta la pilló desprevenida. Un nudo se le formó en el estómago mientras comenzaba a notar cómo su corazón latía con más fuerza, signo de nervios. Lym no tenía dragón, ni siquiera sabía cuál era el aspecto de los elfos grises ni la sociedad en la que vivían. Cuatro lineas de una introducción de manual no eran suficientes; desconocía cuál sería la reacción al decir que no tenía tal criatura. ¿Estaría bien visto o sería algo negativo? Aún así, ¿qué otras opciones tenía?

Mentir. Claro, podría afirmar que lo tiene bien enseñado y está bastante alejado de la ciudad; que ella tenía una especie de silbato cuyo silbido sólo lo podía escuchar la bestia alada. Sí, podría servir. Pero, ¿qué pasaría si fuese necesario convocar al dragón? No habría silbato, ni tampoco dragón. Sería una mentira que podría afectar las relaciones con la mujer. Además que se le notaria en un abrir y cerrar de ojos.

La base de esa mentira se desmoronaría con rapidez. Tal y como habían reaccionado las primeras personas con las que se habían cruzado, seguramente la mujer no sería tan clemente con la katana. Entonces, ¿que podía hacer? La historia del dragón estaba relacionada con la propia historia de Lymsleia, trasfondo que Kyle apenas había trabajado.

En ese momento una idea brilló en la mente de de la elfa, una concepción que serviría para dar los primeros coletazos de la historia de Lym. Adoptó una expresión triste y esperó a que Ainia terminase.

- Yo soy Lymsleia.- se presentó la elfa siguiendo el protocolo que había marcado Alice.- En cuanto a mi dragón, no os mentiré.- realizó una pequeña pausa en la que lanzó un breve suspiro.- No está oculto en algún lugar, simplemente no poseo ningún dragón.

Mantuvo la expresión adoptada y aguardó a la reacción de la mujer.

-peor parte? Bueno muchos hombres están obsesionados con los pechos pues ahora tiene. Jajajaja. Comente divertida entre risas.bueno en mi caso el cambio no a sido radical salvo por las orejas y el pelo me veo igual . Siempre me encantaron los Elfos son hermosos y viven mucho. Aunque claro estar aquí lejos de casa es extraño.

Entonces Katsu dijo que se buscaría la vida para dormir . 

Ah no . De eso nada. Hacemos un trio si hace falta . Vamos de dormir tres no te emociones . Comente en broma. Pero es mejor permanecer unidos.

Pues la chica era más abierta de lo que parecía. Aquello molaba. Almenos sus compañeros no eran tan estirados como los personajes que deberían llevar. Más de una vez había tenido que soportar a un elfo engreído... que pesadez.  Si eso parecía el hobbit, la peli, cambia los enanos por chicas y el saqueador por un Katsu. Menuda historia, aquello era algo que podría explicar a sus nietos:

-No creo que a Ainia le haga mucha gracia eso...pero, eh, yo no diré que no...-bromeó él también, o quizás no bromeaba tanto- bueno, lo dejaremos en la p de pendiente y cuando vuelvan todas tambien lo hablamos... y quizás habrá que buscar algo para ganar dinero... aquí debería haber un tablón de anuncios... las cosas que debemos hacer, solo crece y crece...en fin...normalmente, en las partidas, el grupo suele ser inverso, a lo que somos ahora...  y si, me alegro de no ser un enano berseker o algo asi...

Miró un poco al techo de la taberna, a la par que estiraba la silla, poniendola solo a dos patas y con las puntillas de los pies se sujetaba al suelo...

Ainia escuchó las sugerencias y bromas de Katsu y Akesha sobre las habitaciones aún en pie junto a la mesa  a lo que respondió cruzándose de brazos emitiendo un profundo suspiro.
- Bueno, lo mejor sería coger una sola habitación si entramos todos o en 2, ya veremos como nos repartimos, para mayor seguridad y ahorro.
Tras contestarles dió un paso atrás para irse a la barra, pero se detuvo antes de girarse -Tienes que ser mas agradable o te odiarán todos.- y miro a Katsu con una leve sonrisa:
- No te preocupes por ir por mujeres Katsu, Kyle no cuenta y yo soy soy más parecida a un enano barbudo y gruñón que a una moza, solo que con poca ropa. Navi es como la mascota, sin ánimos de ofender. - se detuvo en mitad de frase y levantó la vista a su alrededor sin llegar a encontrarla, mejor que no la hubiera escuchado. - Así que solo te deja con 2 chicas, no es preocupante.

Con una sonrisa más amplia y sin llegar a despedirse se giró y camino hacia la barra donde se encontró un hombre mayor que le dedicó una reverencia, ella se la devolvió agachando ligeramente la cabeza tratando de ser educada. - Buenas señor, somos 5 personas agotadas y necesitamos una habitación donde dormir, ¿hay alguna disponible?

El joven se acerca a la mesa en la que se sienten y dice:

- Buenos días, amables clientes, puedo ofrecerles sopa de verduras, pescado asado, arroz, tallarines con sopa de eneldo, pescado rebozado y tortas de maíz.

Cuando le digan que quieren comer toma nota y a continuación dice:

- Bebidas tenemos te de flores, te verde, licor de arroz, licor de patata, licor de flores, vino suave y vino fuerte

La mujer asiente y dice:

- Perdonad mi descortesía, mi nombre es Elenaide.

Cuando la elfa gris dice aquello se puede observar la sorpresa en los ojos de la mujer, realmente se sorprendió en gran medida, mira entonces a los ojos a esta y dice:

- Como que no poseéis dragón? murió en combate o es que vuestro huevo no llego nunca a eclosionar?

Se notaba que estaba extrañada y miraba a la chica como tratando de saber que era lo que realmente había sucedido con el dragón

A la pregunta sobre la habitación el tabernero se queda pensando y dice:

- Para cinco persona dispongo de una habitación grande donde podrían dormir todos, serán 10 monedas por persona si desean esa habitación, no es especialmente cómoda pero es la más barata de la que dispongo

Lym había optado por no mentir, a Alice le pareció una decisión adecuada, teniendo en cuenta que un dragón no era algo que resultase fácil de ocultar; por otro lado, no sabían cómo progresaría aquella relación con la mujer de la katana, por lo que era mejor no inventar demasiado por si en un futuro no muy lejano se veían obligados a desdecirse. 

La respuesta sorprendió visiblemente a la mujer, sin duda el dragón de una elfa como la que tenía al lado debía ser algo muy importante, la respuesta había sido tan sincera como arriesgada, aunque Alice suponía que los dragones podrían morir, igualmente podrían resultar heridos, estar escondidos, haber sido raptados... La Shanjim empezó a sentir verdadera curiosidad por la respuesta que Lym iría a dar, y a su vez, ella misma comenzó a trazar un plan para cuando las preguntas retornasen en su dirección. Lymsleia había decidido no mentir y tal vez eso fuese sencillamente lo mejor, decir la verdad aunque eso los pusiera en una situación comprometida o peligrosa. 

Por supuesto, con verdad no se refería a la verdad de verdad, sino a una versión "maquillada" de la verdad, algo que  no llegara a ser del todo cierto, pero que fuese lo más parecido a lo que pudiese haberles ocurrido. 

Sus ojos azules volaron de Elenaide a la elfa, escrutando su rostro y sus expresiones, no parecía completamente tranquila, pero tampoco se mostraba agitada o nerviosa. Mejor así. Todavía no sabían qué podían esperar de la desconocida.

 Alice dedicó a su compañera un levísimo asentimiento para indicarle que la apoyaba en su decisión de contar aquello. 

Ainia suspiró al escuchar el precio, demasiado caro.
- ¿De verdad no tienes algo más barato? - se apoyó sobre la barra y miró de reojo a sus compañeros sentados en la mesa hasta que volvió a dirigirse al tabernero. - Vamos una habitación tan numerosa te costará ocuparla, haznos una rebaja que también comeremos aquí. Sino, tendré que consultarlo con mis compañeros.

-¿Por qué me he ofrecido a preguntar por la habitación? Las habilidades sociales no son mi fuerte...

A juzgar por la reacción de la mujer que se hacía llamar Elenaide, la relación de un elfo gris y un dragón era mucho más grande de lo que había pensado Kyle. No en vano la mujer mostró una enorme sorpresa ante la revelación de Lymsleia, primera idea de la historia de la elfa. ¿Es posible que fuese la primera de su raza en no tener un dragón?

Elenaide sin saberlo ofreció dos detalles que no se le escaparon a Lym. Por un lado, estaba la mención de la muerte del dragón en un combate y por otra parte, el huevo sin eclosionar. La mente de Lym recordó la frase del manual en la que afirmaba que los elfos grises daban como parte de su aprendizaje un huevo de dragón a los más jóvenes, para que aprendiesen a cuidarlo.

Ambas opciones podrían servir para completar la "verdad no tan verdad". Sin embargo, Kyle las contempló negativamente. Si decía que su huevo nunca eclosionó, estaría ofreciendo una mala impresión a la mujer, puesto que no fue capaz de cuidar de su bebé. Quizá apostar por esta opción sería signo de deshonra entre los suyos y de desconfianza entre los demás. En otras circunstancias, si aquella no fuese la primera vez que estaba "jugando" a ese juego, Kyle podría haber optado por ese trasfondo.

Respecto a la opción de la muerte del dragón, aunque fuese una opción totalmente válida, había un problema. Kyle desconocía si el jinete de dragón debía tener una muestra de su dragón muerto, como una uña o una escama. Desconocía además la impresión que podía causar semejante decisión.

¿Qué pasaría con la tercera opción que se había planteado al preferir decir la "verdad"? ¿Se complicarían las cosas? ¿Pero no traba de eso mismo el rol, de crear personajes especiales, de crear un alter ego con alguna peculiaridad que difiriera de todo lo demás? ¿No era esta, en fin, la historia de Lymsleia, la elfa gris?

Lymsleia cerró los ojos, dejando escapar un suspiro. Puso las manos sobre la mesa y bajó la cabeza, para después levantar la mirada y dirigirse a la mujer que le preguntaba. Su expresión era triste y el resplandor de sus ojos azules cristalinos realzaban tal manifestación.

- Sé que os puede parecer sorprendente, pero es la verdad… Yo…- se paró en seco, como buscando las palabras adecuadas.- Yo no crecí junto a los míos, por esa razón, no poseo dragón alguno, ni tampoco un huevo al que cuidar. Alejada de mis raíces, crecí en el seno de otra familia, una familia humana que me crió como si fuese su propia hija…- Lym volvió a realizar otra pausa y volvió a bajar la cabeza, triste, como si le hubiese afectado nombrar a su familia humana. Para remarcar tal efecto, la elfa apretó ambos puños dándole un ligero temblor. Kyle estaba dejando de ser él mismo, para interpretar a la elfa Lymsleia, cuyo pasado empezaba a surgir de la nada. Miró de nuevo a Elenaide y habló con la voz entrecortada.- Salvo por las historias que cuentan, apenas conozco nada sobre los míos…

Elenaide mira un poco sorprendida a la elfa, cuando esta termina con su relato se queda unos segundos callada y entonces dice:

- Entonces no conoces nada de los elfos grises... realmente es extraño lo que cuentas, no es habitual que hayas podido ser perdida por así decirlo, de hecho es la primera vez que escucho de un caso así. Lo que si te recomendaría es que si alguien vuelve a preguntarte o vuelves a ver a alguien de tu raza le digas que tu dragón murió en combate os evitareis muchas preguntas incomodas, decid que os salvo la vida

Elenaide hablaba bastante seria, entonces mira a Alice y pregunta:

- Bien y si sois tan amable de responderme una cosa, que os ha comunicado Lady Beremode?

El tabernero mira a la chica unos segundos y finalmente dice:

- Os lo puedo dejar por un total de 30 monedas... mas barato no puedo

El hombre mira serio entonces a la chica y de reojo a la puerta, no parecía que le gustase demasiado bajar el precio, y que seguramente no bajaría mucho mas el precio.

Alice miró a la mujer sin cambiar su expresión tranquila, empezaba por fin a relajarse un poco, y si bien era consciente de lo complicado de su situación en aquel extraño mundo, empezó a verlo más como un reto a superar que como una trampa mortal. Empezaba a convencerse de que no estaba sola, estaba con el resto del grupo, y por suerte para ella, los demás no resultaban unos completos ineptos en el rol. Por otro lado ¿Quién decía que no podían conseguir aliados en aquel lugar? No todos iban a ser potenciales enemigos ¿O sí? Lo único que tenían que hacer era jugar bien sus cartas y no dar la impresión de estar tan perdidos como realmente se sentían. 

Con esta idea bien aferrada en su cabeza, siguió mirando a la mujer a los ojos, sin amedrentarse ni asustarse, tal como lo haría alguien de su raza. 

- No es mi intención resultar maleducada ni brusca, mi señora Elenaide - Respondió transcurridos varios segundos, su voz emergió de sus labios calmada y envolvente, acariciadora, casi musical, tan agradable a los oídos que hasta ella misma se sorprendió- Pero sin duda comprenderá que ahora mismo está muy lejos de mi intención revelarle nada acerca de los motivos que me traen a este lugar. No sé quién es, ni conozco sus intenciones para con nosotros. 

Hizo una breve pausa y permitió que sus labios se curvasen en una pequeña sonrisa, sus largas pestañas cayeron un momento, así como su mirada, en lo que sin duda era un tímido gesto de gentil disculpa.

- Tendréis que perdonarme, pero no tengo por costumbre tratar sobre los asuntos de Lady Beremode con perfectos desconocidos. Supongo que podéis entenderlo.

Y esta era toda la respuesta que daría a la interpelación de la mujer que tenían enfrente, le parecía obvio que ninguna criatura hablaría de sus asuntos con el primero que se cruzase en su camino y le preguntara por los motivos de su viaje o de su presencia en tal o cual lugar, ya Lym había satisfecho su curiosidad en cuanto al dragón, tema del que tampoco estaba obligada a hablar, sin embargo Elenaide le había brindado incluso un consejo al respecto de lo que debía decir en futuras conversaciones, lo que animó a Alice a reconducir la conversación en una linea más conveniente:

- ¿Por qué habéis solicitado hablar precisamente con nosotras, Elenaide? - Quiso saber la Shanjim, yendo al grano- Supongo que cuando nos invitásteis a parlamentar no sería solamente para interrogarnos descaradamente sobre nuestros asuntos.

Y con estas últimas palabras, Alice lanzó la pelota de nuevo al tejado de su interlocutora.

Pues mira por donde Ainia negociaba bien. Había logrado que nos dejaran la habitación a la mitad. Lo que a mi me parecía bien.

-Creo que es un precio bueno. Buen trabajo Ainia.

Dudaba que el hombre fuera a bajar mas el precio y prefería no tensar demasiado la cuerda no fuera que se rompiera.

Elenaide mira a Alice, la mujer escucha atentamente lo que le dice para mirarla entonces fijamente a los ojos , se acerca un poco y dice en un tono no demasiado alto:

- Entonces... si no me conocéis sin duda debéis ser una impostora y no sois enviada de Lady Beremode... me resultaba extraño que enviara a alguien que no conozco para esto...

La mujer mira de reojo a la taberna y suspira profundamente, entonces dice:

- Sin embargo, es curioso ver a una Shanjim por estas tierras y viajando acompañada de una elfa gris, un hada, un humano, una elfa y una amazona y todos desarmados... sí que es curioso si... pero creo que tenéis otros problemas más urgentes

En ese momento el elfo que se había marchado vuelve a entrar acompañado por 5 personas más, todos hombres que no parecían tener cara de muy buenos amigos, los hombres llevan unos Dadao en sus manos y no parecen tener buenas intenciones, el posadero algo asustado se aparta y dice:

- No, por favor... no

El elfo sonríe y dice:

- No se preocupe amable posadero, no hemos venido a hacerle nada, solo queremos enseñarle a esa amazona buenos modales y como debe comportarse

Mira a los allí presentes y grita:

- No pensamos hacerles nada, solo queremos que la señorita nos acompañe y de peso a sus anteriores palabras

Alice hizo lo imposible por mantener su rostro pétreo a pesar de que no podía negar que la mujer tenía razón: Eran un extraño grupo y llamaban la atención (Eso lo veía hasta un ciego). Pero no era esto lo que ocupaba su atención, sino el hecho de que Elenaide hubiera aludido a que era raro que no la conociera ¿Debía conocerla? ¿O era un farol? Ante la duda, decidió seguir jugando su baza y mantenerse en su sitio, quizá su interlocutora solo buscaba hacerla dudar y no era eso lo que más le convenía. 

Mantuvo su pose ligeramente orgullosa y fingió no dejarse ofender por aquella palabra "traidora". Iba a decir algo, incluso abrió la boca para hablar, cuando la irrupción de un grupo de personas en el local, hizo que girase el rostro hacia la puerta solo para ver al elfo rubio acompañado de un grupo de hombres que no parecían traer buenas intenciones. 

La voz del muchacho le llegó alta y clara haciendo que sus ojos azules se abriesen ligeramente por el asombro, Alice se puso en pie despacio, sus ojos solo se desviaron del grupo de recién llegados para buscar a Ainia y a los demás entre los presentes en el local.  

Ainia asintió como respuesta de la oferta del posadero. -No puedo creer que funcionara.- cogió su bolsa de monedas para pagarle y mientras estaba contando el dinero escuchó la voz de Twint. -Genial.- se giró y al encontrarlo acompañado dio un paso hacia atrás sorprendida. Se puso en guardia apretando con fuerza la bolsa de monedas con la mano y carraspeó levemente para intentar coger entereza mientras buscaba con la mirada a sus compañeros, estaba aterrorizada pero no podía demostrarlo. -Ahora todos te miran.- levantó la voz, asegurándose de que era escuchada.

- ¿Educación con alguien que trae matones solo por haberle invitado amablemente que nos dejara en paz? Te pedí que nos ignoraras pero aquí estas, acompañado y molestando a todos lo que solo quieren pasar una tarde tranquila ¿tú me vas a hablar de educación? - hizo una reverencia exageradamente educada - En cualquier caso, si mis palabras le importunaron, mis disculpas, pero no voy a acompañaros a ninguna parte.

Se quedó erguida intentando mostrarse desafiante pero se podía percibir como le temblaba la mano que agarraba la bolsa de monedas. - O ocurre un milagro y tengo el apoyo de alguien, o estoy perdida. - retrocedió ligeramente el pie derecho por si tenía que emprender la huida.

- Gracias por el consejo, Elenaide. Lo tendré en cuenta.

Lym notó cómo su cuerpo se relajaba por la respuesta de la extraña mujer. Internamente le hizo gracia la expresión "no es habitual", seguido de " es la primera vez que escucho de". Era en esas cosas donde radicaba la gracia del rol, ser personajes fuera de lo normal. Extraños, únicos.

Aunque no fuese lo normal haberse perdido cuando eras un bebé, en los juegos de interpretación todo era posible. Al fin y al cabo, era una forma de justificar el poco conocimiento de la raza. La joven elfa respiraba con más tranquilidad y aguardó a que Alice respondiese al otro tema candente.

Bajo el punto de vista de Lym, Alice respondió de forma correcta y directa. Ella también arriesgó en su parlamento, pero el resultado sería imprevisible. No sabían quién era esa tal lady Beremode y tampoco conocían el tipo de relación que tendría con Elenaide. Aún así, Alice supo darle la vuelta a la tortilla con un intento de ganar más información sobre los demonios, sobre Beremode y sobre ella misma.

Una vez más, Lymsleia notaba el cuerpo tensionarse. Cuanto más arriesgada era la mentira, mayor era la posibilidad de ser descubierto. La mujer calmada reveló sus sospechas con un tono mucho más bajo. Tampoco se percibía amenaza en sus palabras. Entonces, ¿qué era?

Elenaide mencionó a los integrantes del grupo como algo extraño de ver. Después de todo, no hacía falta tener una vista de águila para percatarse de un grupo tan peculiar. Tal mención vino acompañada de una advertencia. El semielfo rubio regresaba acompañado de lo que parecía su guardia personal.

Alice no tardó en levantarse para reunirse con los demás, puesto que Ainia parecía que pronto tendría problemas. En cambio Lym, permaneció sentada en el sitio.