Partida Rol por web

Corwin ladeó la cabeza mirando fijamente al mensajero, si bien parecía impetuoso y altanero, le agradaba que hablara directo, que más daba si era educado o no, correcto o descortés, si tenían que colaborar con él mejor sería que se mostrara desde el primer momento como era... carraspeo mientras avanzaba un paso Corwin es el nombre, de la conversación poco, ayer defendimos a un heredero, bien podría haberlo hecho su niñera...

Tampoco había más que contar que pudiera interesarle al mensajero, estaba seguro que el resto era de sobra innecesario...

Bien Corwin me alegro de que alguien del grupo hable de cara ya que el resto parece que no aporta nada.

Dices que atacaron a un noble y lo defendisteis.Alguno teneis alguna teoria de porque lo atacaron o quiene sfueron.Tiene algod e eso que ver con la orden ?¿Nos deberia de importar en verdad??

Nadie mas va a hablar aqui os veo bastante callados para ser un grupo....

Valentia observa a Kara y añade:

- Parece que aun no has asumido algunas cosas de tu nueva posicion, no solo somos el cuerpo de elite de nuestra tierra, sino que ademas nos ocupamos de los asuntos relacionados con la magia y el mundo exterior de forma diferente a como lo hace la inquisicion, recuerda que ellos son una fuerza religiosa y nostros nos debemos al ejercito y este al gobierno y si el gobierno desea que colaboremos con subdesarrollado asi haremos.

La mujer parecia algo molesta y seguidamente continua:

- Tenemos permisos especiales al igual que una serie de obligaciones tambien especiales y en este caso debemos de colaborar para que la mision de la embajadora sea un exito, si para ello tienes que vestirte como una subdesarrollada y actuar como si fueras una de ellos asi deberas de hacerlo, no creas que a todos los que stamos aqui nos gusta esta mision, pro debemos aguantarnos.

La mujer s gira para marcharse, sin duda se notaba que estaba algo estresada, pero en el ultimo momento se gira y dice:

- Ademas, recuerda que ese grupo esta formado por gente relacionada con los Shanjim y sin ellos nostros no seriamos mejores que los que llamamos subdesarrollados y te puedo asegurar que si los altos mandos y los politicos estan intersados en algunos reinos que muestran sintomas de desarrollo, el interes que han expresado para con el pueblo Shanjim es aun mayor. ¿podra acerlo agente o tendre que asignar a otra persona?

Mientras el grupo hablaba y Beremode se alejaba con la pequeña Carla a su lado la cual desde la noche anterior no se separaba de la Shanjim l grupo escucho ruido de trompetas y tambores, curiosos miraron por una de las ventanas que daban a un lateral del castillo y con cierta dificultad pudieron ver como un gran carruaje aparecia precedido de una serie de caballeros montados en corcles de un intenso color blanco con armaduras de aspecto ligero pero robusto de color plateado, con decorados penachos.

En el centro de la comitiva se podia ver un fino carruaje de color blanco con adornos en plateado, el vehiculo escoltado por los caballeros de plateada armadura y con yelmo completo terminado en una larga punta se movia magestuosamente por las tierras del castillo. Instantes despues una preciosa musica comenzo a sonar, los asistentes no sabian identificar si venia del interior de la carroza o del castillo, solo sabian que les llamaba la atencion y les transmitia paz. No tardaron en fijarse como aparecia el escudo real de Rasteld en la carroza y Corwin detectaba una mezcla de olores muy agradables y que le transmitian una gran paz. El lugar parecia inundarse con los sonidos y el silencio parecia rodearlo todo.

No tardo en parar la comitiva y de ella comenzo su descenso un hombre, se trataba de un elfo dorado, vestia ropas de tonos verdes y plateados, de aspecto muy lujoso, aunque no demasiado cargado. El hombre llvaba una espada de aspecto elegante aunque practico con la empuñadura de color dorado y con el sello real de Rasteld grabado en ella. Los largos y plateados cabellos del rey de Rasteld ondaban con la suave y calida brisa de la mañana de Drasenloft cuando aun no apretaba el calor como en las horas centrales del dia.

El hombre al descender obsrva el castillo y los alli presentes, mira de un lado para otro y observa el camino que tnia delante suyo, los aventureros pueden observar tambien como las mujeres y sirvientas alli presentes parecian maravilladas con su aspecto y de hecho la realidad era que el rey de Rasteld era un hombre hermoso y no era de extrañar esa raccion.

El rey parece esperar unos segundos y seguidamente mirar el interior de la carroza, entonces extiende uno de sus finos pero fuertes brazos como indicando a alguien que salga y prestando su firme brazo como ayuda para salir de la carroza.

Es entonces cuando hace su aparicion una hermosa elfa, vestida con un sugerente pero nada vulgar, muy al contrario, con un impresionante y elegante vestido de color azul celeste, que deja ver su vientre perfectamente plano y de blanca piel, unas largas mangas transparentes caen por sus brazos y y una cortisima falda que permite ver las piernas perfectas de la elfa ecubiertas unicamente por una semitransparentefalda de tela celeste, como sucediese antes con su marido, la aparicion de la rubia reina de Rasteld hace asombrar a los hombres alli presentes, incluso los guardias parece que por unos segundos dejan de vigilar para observar a la reina, la cual con sus delicados y lganes movimientos desciende del carruaje ayudada por su esposo.

Ambos comienzan a caminar por el pasillo que sus caballros de plateadas armaduras han formado con sus armas listas, tras apenas unos pocos pasos desaparecen de la vista de los aventureros los cuales sienten la necesidad de contemplarles aun mas, realmente no saben si se tratara de un efecto magico o algo similar, sin embargo, sienten cierta atraccion hacia estos monarcas que han llegado ya al palacio.

El lobo-hombre no era el más elocuente de la compañia y visto que nadie respondía al mensajero se había hecho un tenso y molesto silencio, pues bien claro quedaba que sería él quien tendría que responder...

Entonces ocurrió el esplendoroso expectáculo, aquellos elfos de tremenda belleza habían atraido el interés de todos, habían calmado todas las tensas sensaciones y creado un ambiente relajado aunque curioso...

No dejó pasar el momento y aprovechó para dirigirse al extraño. Uriel? enarcando una de las cejas pretendía tanto llamar su atención como verificar su nombre Sigamos a Beremode... sí creemos que fue la orden, no hay que preocuparse por el asaltado como ya dije, sí es importante y no tenemos teoría, pero cualquier atentado aqui y ahora podría poner en conflicto los reinos y desbaratar las alianzas...

—Magnifica presentación... —musitó Alexios.

Sacudió la cabeza. No era muy propio de un buen mago dejarse embaucar por un hechizo embaucador. Alguien tenía que mantener la cabeza sobre los hombros en aquel grupo.

—Uriel, no quiero parecer descortés, pero comprenderás que tengamos ciertas reservas antes de hablar abiertamente contigo sobre conspiraciones secretas. ¿Cómo podemos estar seguros de que no formas parte de la trama? Y no me digas que tú tienes las mismas dudas sobre nosotros, porque eres tú el que ha venido a averiguar lo que sabemos.

"No es que desconfíe de modo especial de él, pero me gustaría que no diera por supuesto que todo el mundo tiene que colaborar con él en sus proyectos. De todos modos sabemos tan poco del asunto que aunque fuera un conspirador difícilmente nos consideraría una amenaza. Somos un poco inútiles como detectives privados..."

¿Que como podeis estar seguro?, pues eso te lo puedo decir yo.Porque tu jefa te ha dicho que confieis en mi y que soy de fiar asi que si ella dice que lo hagais entonces es que podeis confiar.

Ademas si fuera de esos de la orden no vendria a averiguar si sabias algo mas acerca del tema directamente acabaria con vosotros y preguntaria despues,como es logico.

¿Y ahora bajamos a encontrarnos con los nuevos monarcas que acaban de llegar??

-Muy bonito- pensaba Kara -pero el plural de "magos" es "guerra" y eso influye directamente en el ejercito.- Aun así, sabía que como miembro de los Chaquetas Negras, Kara iba a tener que tratar con los asuntos más desagradables. Pero no sabía que estos estuvieran tan intimamente ligados con la magia.

La marlockiense vio la cara de Valentina. Le recordaba a su maestra en la escuela cuando se enfadaba con los alumnos. ¿Realmente se creía que por ser su superior podía creerse mejor que ella? Como si fuera una cría que estuvieran regañando por hacer algo mal...

-¿Vestirme y actuar como una subdesarrollada? Que locura, más facil es comportarse como un cerdo o cualquier animal..- Estaba claro que para Kara, Valentina estaba fuera de sus cabales. Para realizar algunas misiones, sí se debía hacer lo que fuera para llevarlas a buen termino, pero había cosas que eran simplemente aberrantes. Y entre esas ideas odiosas estaba la propuesta por su superiora.

Y aun así, si Kara quería que aquello cambiase, primero tendría que cumplir su misión, aunque para ello significara tener que contar una vez más con la colaboración de los magos, el hombre-bestia, la shanjim y los demás. Y cuando volviese a Marlock... ya podría pensarse si solicitar un consejo de guerra para Valentina.

Con una mano en la espada, sorteó a Valentina y se dirigió a su camarote. Eso significaba que sí cumpliría su misión. Pero tras todo un día en pie y su respectiva noche, necesitaba una ducha. Hubiera preferido dormir, pero con una ducha y un cambio de ropa se sentiría otra vez limpia. El problema es que dudaba que aquel olor a cloaca que infestaba la ciudad se quitara de su piel por mucho que raspara.

Me estaba alejando un poco, mientras los adultos discutían acerca de qué lado estaba cada uno, y sobre los asuntos que traían a Uriel, el desconocido, a hablar con Beremode.

Tras escuchar la musica, me asomo hacia fuera y noto la caravana y a los reyes élficos. Me quedo embellezado con la imagen, y no aparto la vista del lugar a pesar de que abandonan hasta donde puedo llegar a ver.

Llega a tal punto mi abstracción con el mundo que solo refleja en mi cabeza y me devuelve a la normalidad, pero no tanto, es la propuesta de Uriel...

-¡Claro, vamos!- respondo casi sobresaltado, y mirando a todos los demás, principalmente a Sora, para que me acompañe...

Beremode observa a sus compañeros y dice:

- No creo que os vayan a recivir, de hecho no van a recibir a nadie ahora mismo.

La mujer se queda por unos segundos pensando y seguidamente dice:

- De hecho tengo algo que pediros que hagais por mi y por Karla, acudid a los bajos fondos y descubrid si algo se esta tramando alli, estoy segura de que aunque sea la orden deben de necesitar ayuda de alguien que conozca el palacio y que mejor lugar que los bajos fondos de la ciudad donde se encuentra le palacio, de hecho prefiero pensar que es eso a que es algun guardia que ha traicionado.

Beremode se queda durante unos segundos callada pensando y da un lugero empujon a Kara ara que esta se quede cerca de los aveventureros y dice:

- Ademas, aquella mujer.. Kiriya, estoy segura de que tiene algo que ver con Karla y ese mago Balder, debe de saber algo. Yo tratare de averiguar algo aqui en palacio

Varias horas pasaron y por fin parecia que algo de actividad rodeaba al castillo, Kara desde la parte exterior de la embarcacion pudo escuchar ruido de trompetas y tambores, la mujer se asomo y pudo ver como un gran carruaje aparecia precedido de una serie de caballeros montados en corcles de un intenso color blanco con armaduras de aspecto ligero pero robusto de color plateado, con decorados penachos.

En el centro de la comitiva se podia ver un fino carruaje de color blanco con adornos en plateado, el vehiculo escoltado por los caballeros de plateada armadura y con yelmo completo terminado en una larga punta se movia magestuosamente por las tierras del castillo. Instantes despues una preciosa musica comenzo a sonar, los asistentes no sabian identificar si venia del interior de la carroza o del castillo, solo sabian que les llamaba la atencion y les transmitia paz. No tardaron en fijarse como aparecia el escudo real de Rasteld en la carroza y ademas para cualquier olfato agudo seria sencillo detectar una mezcla de olores muy agradables y que le transmitian una gran paz. El lugar parecia inundarse con los sonidos y el silencio parecia rodearlo todo.

No tardo en parar la comitiva y de ella comenzo su descenso un hombre, se trataba de un elfo dorado, vestia ropas de tonos verdes y plateados, de aspecto muy lujoso, aunque no demasiado cargado. El hombre llvaba una espada de aspecto elegante aunque practico con la empuñadura de color dorado y con el sello real de Rasteld grabado en ella. Los largos y plateados cabellos del rey de Rasteld ondeaban con la suave y calida brisa de la mañana de Drasenloft cuando aun no apretaba el calor como en las horas centrales del dia.

El hombre al descender observa el castillo y los alli presentes, mira de un lado para otro y observa el camino que tenia delante suyo, los alli presentes pueden observar tambien como las mujeres y sirvientas alli presentes parecian maravilladas con su aspecto y de hecho la realidad era que el rey de Rasteld era un hombre hermoso y no era de extrañar esa reaccion.

El rey parece esperar unos segundos y seguidamente mirar el interior de la carroza, entonces extiende uno de sus finos pero fuertes brazos como indicando a alguien que salga y prestando su firme brazo como ayuda para salir de la carroza.

Es entonces cuando hace su aparicion una hermosa elfa, vestida con un sugerente pero nada vulgar, muy al contrario, con un impresionante y elegante vestido de color azul celeste, que deja ver su vientre perfectamente plano y de blanca piel, unas largas mangas transparentes caen por sus brazos y y una cortisima falda que permite ver las piernas perfectas de la elfa recubiertas unicamente por una semitransparente falda de tela celeste, como sucediese antes con su marido, la aparicion de la rubia reina de Rasteld hace asombrar a los hombres alli presentes, incluso los guardias parece que por unos segundos dejan de vigilar para observar a la reina, la cual con sus delicados y elganes movimientos desciende del carruaje ayudada por su esposo.

Ambos comienzan a caminar por el pasillo que sus caballeros de plateadas armaduras han formado con sus armas listas, tras apenas unos pocos pasos desaparecen de la vista de los marlockenses que se habian reunido a observar y es entonces cuando Kara extrañada nota que desea contemplarles aun mas tiempo, realmente no sabe si se tratara de un efecto magico o algo similar, sin embargo, siente cierta atraccion hacia estos monarcas que han llegado ya al palacio.

—Parece que al final nuestra misión nos lleva a encararnos con el mago. Lo hubiera hecho tan solo por ayudar a esta niña preciosa —revolvió ligeramente el pelo a Kara—, pero ahora con más motivo. ¿Vamos todos juntos?

Al final, cuando entró en su habitación, Kara notó que estaba realmente cansada, tras dormir dos horas, ducharse y cambiarse de ropa, salió a la embarcación. La misión que tenía encomendada no la agradaba, eso estaba claro, pero ya había decidido llevarla a buen termino, con ciertos límites impuestos. Verificó que su pistola estuviera totalmente cargada y que la espada no hubiera perdido su filo.

Dispuesta a emprender la marcha, una gran algarabía la hizo asomarse para ver que podía estar levantando tanto revuelo. La llegada de unos nuevos soberanos de los reinos subdesarrollados, de Rasteld. Conocía el escudo porque apenas hacía unos momentos en su habitación había revisado las alianzas de los distintos reinos de Gaia. Rasteld era un reino independiente, del sur del continente que estaba al otro lado del Mar Dorado, Azur, el mismo de Altcrast y Altdorf.

Vio aquellas figuras resplandecientes que bajaron de los carromatos y se dirigieron seguramente hacia el castillo, flanqueados por los caballeros con los que habían llegado. Los nombres la llegaron fácilmente a la cabeza, debían ser Eleandil y Alcarinquë. Elfos... Igual de asco sentía por ellos como por todos los humanos que no pertenecían a Marlock, pero algo en esas dos figuras impelía a que Kara les siguiera.

Iban al mismo sitio que ella, el palacio. Aprovecharía que tenía que encontrar a la dueña Shanjim de los subdesarrollados, para también así ver más de cerca a aquellos soberanos de orejas puntiagudas.

Se aseguró que tenía el pergamino que la permitía acceder a cualquier rincón de la ciudad y la mayoría de las zonas del palacio y se encamino en pos de los recién llegados.

Sora con su habitual buen humor da un salto y dice:

- Si, podemos ayudar a varios al mismo tiempo, puede ser divertido e interesante, ademas asi haremos de ummm detectives si, de caballeros que se dedican a vigilar y a investigar, que divertido y ayudaremos a Kara a que si? eje

El chico comienza a andar dando saltos de alegria

—Bueno, pequeña, ¿puedes guiarnos hasta tu maestro? —preguntó Alexios con amabilidad.

Corwin empezó a cambiar su gesto poco a poco a medida que concebía lo que significaba volver a entrar en aquel vertedero, el asqueroso hedor de la ciudad volvía a su memoria tan fresco como el día anterior y ni tan siquiera habían salido de palacio.

Mirando al suelo y con resignación siguió a sus compañeros, intentando alguna ocurrencia que pudiera mantener su olfato a salvo...

Un grupo y una persona, todos ellos estaban destinados a una mision, una mision que era mas importante de lo que ellos mismos imaginaba, sin embargo, no lo sabian, solo sabian que debian de dirigirse a un lugar y ese no era un lugar agradable, era uno de los lugares que al licantropo le parecio mas maloliente del mundo, un lugar donde la Marlockense sin duda podria afirmar que estaba en un lugar donde habitaban subdesarrollados, un lugar nada agradable para ninguno, era el lugar en donde sus destino coincidian y fue en ese instante cuando el grupo de aventureros se cruzo con la Marlockense, esta parecia que iba buscando a alguien o algo y estos se idirigian a la puerta del palacio guiados por la pequeña de ropajes azules

—Este palacio es un pañuelo —murmuró el mago— ¿Buscabas a alguien?

Uriel extrañado ante que tendrian que hacer y confuso pregunto al que tenia pinta de mago con gafas...

-¿ Y esta quien es y que tiene que ver con nosotros??

-Te refieres a ella?- dijo señalando a Kara - ¿O a la niña?-

Medité unos segundos, porque en realidad conocía muy poco de ambas, y las circunstancias que me llevaron a toparme con la primera prefería guardarlos antes que decirlos tan libremente:

-Pues ella es una guerrera temeraria, la conocimos en la biblioteca, tras el ataque de unos encapuchados... De la niña sólo se que venía con Alexios, Corwin y Beremode cuando llegabamos al Palacio...-

Miro alrededor, atento y asustado, por el lugar donde habíamos llegado. No creía que utilizaría mis habilidades allí, pero como ni en el palacio se estaba seguro, trato de no bajar la guardia...