Por supuesto que el mundo se acabó. Solo era cuestión de tiempo.
Cuando todo se acaba, la Tierra prevalece.
La naturaleza y sus bosques invaden las ciudades en ruinas.
Los vientos barren las calles vacías, ahora cementerios.
La niebla lo cubre todo, como un silencioso mar de bruma.
Pero la vida continúa.
Primera partida de Mutant Year Zero con miras a durar 1 o 2 Meses, con posible continuación junto a personajes de otras partidas.
El sol se ha oscurecido, la tierra en el mar se ha hundido, las ardientes estrellas del cielo girando han caído; la llama dadora de vida y el vapor crecen violentos, incluso el fuego se alza hasta el mismísimo cielo. Ahora Garm aúlla frente al Gnipahellir brioso, las cadenas se romperán y libre correrá el lobo; es más lo que yo ver puedo que lo mucho que conozco del destino de los dioses, lucha de los poderosos. Ahora veo la tierra de una forma diferente al alzarse de entre las olas toda ella verde; las cataratas caen y el águila así vuela, y peces ella va pescando entre las cordilleras.
Pese a todo, aún hay vida. Las astillas de la humanidad sobreviven al apocalipsis. En el Arca, un pequeño asentamiento en el límite de una ciudad muerta, las Personas viven. Son engendros de la humanidad, pero no lo bastante humanos. Son imágenes retorcidas del tren de la bruja, bichos raros mutados. Sus cuerpos y mentes tienen poderes increíbles, pero son inestables. Frágiles. Ninguno de ellos tiene más de treinta años.