Partida Rol por web

Ubicado en M-L

La historia de la humanidad ha concluido. Su último capítulo, la aniquilación masiva producto de bombas atómicas fue el epílogo. Ahora lo único que quedan son ruinas de lo que fue, vestigios haciendo eco de los últimos momentos de la humanidad; Esqueletos de gente y edificios, autos carbonizados, basura, escombros. Una desoladora instantánea petrificada en el tiempo.

Pero ahí, abriéndose paso entre las ruinas; tres siluetas se hacen visibles a medida que salen de la densa capa de polvo, niebla y aire contaminado.

Están llegando al Arca, una gran edificación que ha logrado aguantar el fin del mundo... O al menos una parte. Los edificios poseen enormes aberturas en sus pisos superiores, algunos incluso se han venido abajo. Otros, tal vez protegidos por los caídos, siguen en pie, aunque no sin librarse de daños, visibles como grandes y muy ramificadas grietas.

Mientras estás figuras miran la pese a todo, grandeza del arca, una de ellas se apoya en los hombros de las otras dos ayudándole a caminar al interior. En el cual, atravesando pilas de mugre y chatarra apiladas y regadas, sombrías figuras se apoyan en algún rincón con rostros demacrados, esqueléticos; Muchos con malformaciones en la piel e incluso apéndices extra como aletas, antenas, orejas de animales o cuernos. Las personas, como se hacen llamar, son lo último que queda de la humanidad, aunque no lo aparenten. Con excepción del anciano, el único "Antiguo" con vida. Él fue parte de la generación que vio sucumbir el mundo y quiénes los crío a todos, ahí, en el hospital Saint Hill.

La última expedición ha llegado, la noticia se esparce rápidamente por el arca. La situación es crítica, no solo porque está escaseando la comida y que muere cada día gente, sino porque las cisternas subterráneas del hospital parecen estarse agotando.

La situación es tensa, cuando las personas tienen hambre es fácil que surjan disputas y peleas, por lo que la llegada de cada expedición siempre es un rayo de esperanza. No solo por los recursos, sino también por las historias, más aún cuando en esta ocasión Ura, uno de los cronistas, era parte de la expedición.

Poco a poco los mutantes se levantan con las fuerzas que les quedan y se dirigen hacia el patio principal en la entrada. Algunos tiene mejor cara que otros según los recursos y facilidades que tengan, como las valiosas balas, la moneda de cambio. Pero una parte no posee un rol en específico, ellos y los esclavos son quienes peor lo pasan.

Poco a poco todo se llena de murmullos entre los mutantes, se esparcen las noticias mientras acuden a la entrada a recibir a la expedición. Esto ocurre porque el grupo de expedicionarios es el mejor con el que cuenta el arca o al menos esa es su reputación, sobre todo Grey el hombre bestia merodeador. Siempre fue un líder carismático, sus expediciones siempre han traído algo bueno o al menos la mayoría de las veces.

Además de que luego Ura relataría sus viajes, pormenores y descubrimientos con una entretenida música, les hablaría de los peligros del exterior con música tensa y de las pérdidas con música lenta. Por otro lado, los Gules eran uno de los tópicos habituales al hablar del exterior. Era rara una expedición sin que se los topasen. No sería solo una la ocasión dónde se escucharía como aquellos seres sádicos habían cobrado la vida de uno de sus compañeros. Eran dementes, cubiertos en harapos, pequeños, numerosos y muy ruidosos.

Susurros, murmullos, expectación y esperanza. Las personas eran atraídas como insectos a la luz, aferrándose a la promesa de que esa vez sería diferente, mejor que la miseria del día anterior.

Sus personajes de una forma u otra se enteran de este barullo. Están en sus camas de alguna habitación si tienen la suerte o en el duro suelo cubierto por trapos rodeados de sus pertenencias si poseen algunas.

Tal vez sienten curiosidad por los rumores de que algo le pasó a uno de los tres.
O tal vez piensen que solo es un engreído y no es para tanto, pero tiene la fama que tiene porque las personas necesitan un símbolo de esperanza.

O tal vez sean parte de quienes les interesa saber cuántos llegaron por las apuestas detrás, o uno de sus fans.

Lo cierto es que justo tras la vuelta de una expedición siempre hay una reunión, una pequeña asamblea para tomar decisiones entre las personas.

Por lo que todos estarán ahí.

¿Qué hacen?

Birdi estaba durmiendo cuando la expedición llegó al Arca. Tampoco se enteró de las primeras pues vivía algo apartada del gentío, no tanto como para sentirse sola, pero tampoco demasiado cerca como que sus miradas y cuchicheos la pusieran nerviosa. Sin embargo, al final se enteraba pues el ajetreo que producía la vuelta de una expedición siempre llegaba a todos los rincones de aquel al que llamaban su hogar.

Le costó un poco desperezarse, pero entonces escuchó que la expedición que había vuelto era la de Ura y esto le hizo cambiar por completo su estado de ánimo. Por fin volvía ¿Qué nuevas historias traería? ¿Habrían llegado hasta el pájaro de metal? De pronto estaba de pie y buscando alguna muda que no oliera demasiado a aceite para ponerse.

- Buenos días Patton, ¿Qué tal has dormido? Yo hoy vuelvo a tener hambre, menos mal que aun me queda algo de papeo ¿Quieres algo? –

Y le tendió la lata a un peluche medio raído que la observaba con el único ojo que le quedaba entero. Era seguro que en un pasado remoto, aquel peluche había tenido una forma definida, pero ahora estaba desgastado, descolorido y remendado por Birdi. En algunos casos, hablar con ese peluche la había ayudado en sus largos días solitarios.

- Bueno, pues me lo termino yo y me voy corriendo a ver su llegada. Pasa buen día – Estaba a punto de salir por la puerta de su “casa”, cuando se giró de nuevo – Y que no me entere yo que te pones a jugar con mis herramientas otra vez ¿eh? –

Con una sonrisa, se volvió hacia el exterior y cuando su mano tocó la pared de aquel extraño vehículo supuestamente volador en el que vivía, sintió una calidad y se detuvo unos segundos. Acarició con suavidad, como si temiera que se rompiera el frio metal.

- Buenos días a ti también –

Y entonces saltó al exterior. El sol ya despuntaba en lo alto y a su alrededor, todo el mundo señalaba hacia la zona central del arca mientras hablaban entre ellos entusiasmados. Dos habitantes pasaron a su lado y tímidamente levantó la mano en un infructuoso intento de saludo mientras movía los dedos. Una vez más, no recibió respuesta y pasaron de largo, casi como si no la hubieran ni visto. En cuanto se alejaron lo suficiente, suspiró y relajó su cuerpo que había estado tenso durante este proceso.

“Nota mental, intento 57 de sociabilizar. Fallido”

Se puso en movimiento hacia donde se dirigían todos. Sin embargo, cuando se fue acercando, no se metió en el tumulto. Tanta aglomeración, la ponía nerviosa. Buscó un punto algo más elevado, desde el que podría verlo todo. Y cuando estaba situada, vio entonces a alguien que si le hacía ilusión. A diferencia de antes, esta vez alzó la mano y comenzó a saludar efusívamente mientras gritaba su nombre. Era de las pocas habitantes que le hacían sentirse feliz.

- ¡Lady! ¡Eh, Lady! ¿Qué tal pequeña? ¡Estoy aquí! –

Esa perrilla conseguía ponerla contenta con el simple contoneo de su rabo.

Fox estaba por la terraza del arca, mirando al horizonte a la par que comía media pieza de fruta que se guardó de ayer y lamentando no tener unos prismáticos para poder ver mas lejos. Meditaba donde sería su siguiente incursión y las balas que necesitaría para su equipo cuando vió tres diminutas figuras acercarse al Arca-

No tuvo prisa por dar el aviso, se quedó mirando tratando de discernir quienes eran, quizá una amenaza o quizá gente perdida en busca de auxilio. Resultó ser los miembros de la última incursión, 

-"Al fín"-

Su regreso significa un gran revuelo pero también noticias, una reunión y quizá una incursión en la que ella participaría. Tal como predijo al acercarse un poco más otros los vieron y de ahí entonces la noticia corre como llevada por el viento revolucionando el Arca.

Se terminó la pieza de fruta con calma, como si quisiera engañar a alguien de que ella no estaba también algo excitada por la noticia y comenzó a bajar por las escaleras, primero a su habitación para coger objetos de los que nunca se separa como el arco y las flechas.
Entonces comenzó el largo descenso de  los numerosos pisos que le llevarían a la planta baja para recibir a los recién llegados o enterarse con anticipación de algo. Contaba con encontrase con Birdi y Rasper en algún momento. 

La gente estaba agitada, y cuchicheaban entre ellos nerviosos. Siempre había algo sobre lo que cotillear o preocuparse, como si tuviesen que llenar el silencio con parloteo. Rasper pasó la mano por el lomo de Lady, con una suavidad impropia del hombre hosco que hacía el gesto. Entre todos los mutantes del arca y su perrita, escogería siempre a Lady de largo. 

Lady levantó la cabeza y comenzó a menear la cola, contenta. Había olido a alguien que le gustaba. Se quedó inmóvil, mirando para ver su objetivo entre el gentío mutante del Arca. Luego, levantó los ojos para buscar los de su amo. 

-Anda, ve. dijo Rasper, derrotado. Después de todo, apenas había 3 personas que Lady apreciase genuinamente. La bibliotecaria aquella que le daba algún resto de comida y...

- ¡Lady! ¡Eh, Lady! ¿Qué tal pequeña? ¡Estoy aquí! –

Birdie. Por supuesto. Rasper sonrió para sí. Hablando de llenar el silencio...

Observó durante unos momentos desde la distancia como la mecánica acariciaba y jugaba con Lady, de la misma manera que hablaba. Con una energía frenética y una alegría impropia del mundo que les tocaba vivir. En un mar de desespero, Birdie seguía teniendo una sonrisa dulce y unas ganas de vivir francamente sorprendentes. Era cariñosa e imparable, y la hacía feliz.

A Lady, claro. Le gustaba que hiciese feliz a Lady.

Rasper supuso que tendría que acercarse a saludar, por educación. Se abrió paso entre el gentío, y se puso a su lado. 

-Hola, Birdie. Dijo, sin demasiado énfasis.

A sus llegadas, los tres Jefes del arca estaban hablando con los recién llegados personalmente, el resto formaban un cinturón de seguridad para evitar la contaminación de descomposición.

Por sus expresiones no parecía que fueran buenas noticias. Habían sido 6 y solo habían regresado 3.

Además de Grey, que parecía tener una herida en una pierna, y Ura, que lo ayudaba apoyándolo con el hombro, entre ellos también estaba Naila, la tercer expedicionaria; una mujer que había llegado al arca hace poco y se encontraba en fase de prueba, hasta que se le asignase un rol. El que más hablaba era Grey y Fiona, la mujer planta.

Mientras tanto, una figura se les acercaría a Fox mientras la expectación rondaba entre los mutantes.

Era un sujeto con un parche en un ojo y una mano cubierta por un guante, intentos de ocultar los rasgos más evidentes de su mutación insectoide, una mano deforme y un ojo de insecto. Aunque no le importaba mostrar otra partes como uno de sus hombros y brazo, el mismo que se encontraba recubierto por grandes parches de piel verde pálida, áspera y endurecida, entremezclado con cicatrices que parecía exhibir con orgullo.

- Parece que nos hemos quedado con menos gente y sin Papeo... quien lo diría, pronto escaseará aún más, ¿Estás segura de que no te interesa mudarte conmigo? Pronto será el único sitio donde haya papeo...- su voz era siseante y áspera, como producto del consumo constante del tabaco, pero provocado por su propia mutación.

Detrás de Joke, estaría Jasper, otro arreglador y socio del mismo. Estaría buscando a Birdi con la mirada, pues se había esperado encontrarla con Fox. Pronto llegarían con él un par de matones, quienes siempre le seguían.

- Demonios... no está aquí. Pero no debe estar lejos. Sigan buscando...traiganmela.- dicho eso se cruza de brazos y se queda mirando hacia los jefes. Era uno de esos sujetos que a pesar de tener 30 años parecía de más edad. La dura vida de la zona.

Finalmente, los jefes terminarían de hablar y los expedicionarios ingresarían al hospital pasando entremedio de los mutantes que les hacían espacio.

A su paso, Ura se percataría de Birdi a quien le dedicaría una sonrisa y un saludo con la mano. A pesar de todo, Ura nunca perdía el buen humor.

Entonces Fiona se acercaría hasta el centro de la multitud y hablaría en voz alta. Los vividos colores de su piel resaltando entre el aspecto enfermizo del resto. Era como si las penurias del arca a ella no le hubieran alcanzado.
La gente la miraba con adoración, con excepción de los hombres de Tyrant y el mismo, que le miraban con burla.

Haciendo una indicación con las manos para que todos se calmasen e hicieran silencio diría.

- Nuestros hermanos han regresado.- ella era la unica que se refería asi sobre el resto. La perspectiva de familia sin embargo no era muy compartida con todos.

- Pero no todos... fueron los Gules, nuevamente asedian a nuestros recolectores y cazadores... se llevaron la vida de tres de nuestros hermanos. Sin embargo, su sacrificio no fue en vano, su misión... llegar al supermercado, el santuario donde los antiguos albergaban maravillas como papeo, agua y artefactos ha sido divisado por primera vez...las palabras del Padre estaban en lo correcto, ahí está nuestra salvación. Pero mientras los gules ronden...sera imposible acceder a el...por eso, propongo una nueva expedición, el objetivo es encontrar un camino que los bordee, encontrar una ruta que nos permita acceder al supermercado y regresar con sus maravilllas...sera un viaje peligroso, pero sin el, pereceremos en muy poco tiempo...tal vez no todos vuelvan, por eso pido voluntarios...-

Hubo silencio. Por supuesto, eran pocos los que tuvieran deseos de ofrecerse, no solo porque los gules de la zona eran motivo de pesadillas, sino porque el mismo anciano, o padre, como le decía Fiona, les había advertido mas de una vez y en reiteradas ocasiones desde muy pequeños que nunca salieran al exterior. Pero no tenían opción.
Aún así, muchos pensaban que solo los tontos salían como sacrificios voluntariamente.

Birdi jugueteó con lady un rato y la acarició efusivamente.

- ¿Qué tal pequeña? ¿Cómo te has levantado hoy? Con energía por lo que veo. ¿Y con ganas de otro día de aventuras? Seguro que sí. –

Entonces reparó en Rasper que llegaba a su lado y la saludaba. De pronto su voz se cortó por un instante y toda la energía parecía desvanecerse. Aunque se llevaba bien con él, le seguía costando iniciar las conversaciones. Aunque al final siempre se desataba. Al menos con él. Con él sentía que podía ser ella misma. Esta vez no fue diferente.

Ho… hola – pasó 1 segundo, 2, 3 y… - Que emoción ¿no? ¡Por fin vuelve la expedición! ¿Crees que habrán traído algo nuevo e interesante? ¿Tal vez tecnología antigua? Quien sabe, a lo mejor me puede servir para mi maquina voladora. Lo cierto es que me gustaría que… -

Continuó por unos minutos hasta que vio a Fox entre la gente. De nuevo, se quedó cortado un instante.

- Ho… Hola Fox. E… Estaba cont-ando a Rasper que… - pasó 1 segundo, 2, 3 y… - Que si traen nueva tecnología podría ser muy emocionante, aunque también papeo podría venir muy bien. Pero sin duda con nueva tecnología podrían…. –

Y así hubiera seguido de no ser porque por fin aparecieron los miembros de la expedición. Aunque no todos. Eran muy pocos y por un instante, Birdi sintió miedo. Por suerte, pudo ver a Ura ayudando a un compañero y suspiró aliviada. El historiador la encontró con la mirada y la dedicó una sonrisa, pero ella sabía que era una sonrisa contenida. La cosa no había ido bien. Cuando Fiona comenzó a hablar, lo confirmó.

Mientras la líder hablaba, Birdi cruzó miradas con alguien que no quería. Jasper. Apartó la mirada rápidamente y guiada por un instinto infantil, agachó la mirada y esperó que gracias a su rapidez, este no hubiera procesado lo que había visto y se olvidara de ella. Pero podía sentir sus ojos clavados en ella y un escalofrío la recorrió mientras recordaba la deuda que tenía con él y su jefe. El tiempo de pago se le había agotado. Le empezaron a temblar las manos y le faltaba el aire. Necesitaba salir de allí.

Entonces escuchó la petición de Fiona y sin pensar demasiado sus palabras, Birdi saltó como un resorte.

- ¡Yo me ofrezco para la expedición! –

Según terminó la frase, lo lamentó terriblemente. Pero por desgracia, una vez más su lengua había sido más rápida que su cabeza y ahora las miradas de muchos estaban centrados en ella.

Oigo el bullicio antes de ver el aglomerado de personas entorno a los recién llegados, maldita mi suerte que se me tiene que acercar la cucaracha de Joke, quizá a otra mujer el ofrecimiento de seguridad y comida pudiese ser seductora pero para alguien que ya se sabe buscar eso por si misma fue un intento de lo mas chapucero.

-¿Por que iba a hacer eso? Cuando la gente tenga hambre, corra la sangre y a alguien se le escape que tienes papeo, tu habitación será el lugar más peligroso del mundo.  -Una media sonrisa se le escapa antes de continuar su camino dando por terminada la conversación. 

Tras Joke viene Jasper con el cual no tiene especial trato así que más allá de una mirada que dice "te he visto, date por saludado"

Llegó justo a tiempo para encontrarme con el entusiasmo apenas contenido de Birdi y a la propia Birdi detrás que comienza a hablarle. Un gesto de mano y una escueta sonrisa es el saludo de Fox antes de que comience a hablar Fiona. No fue ninguna sorpresa que Birdi se ofreciese voluntaria. Miró a su al rededor buscando a Rasper por si el también se ofrecía y luego pensó:

-¿Una nueva expedición? ¿Encontrar un camino que los bordee? ¿Encontrar una ruta que nos permita acceder al supermercado y regresar con maravillas? ¿viaje peligroso? ¿A vida o muerte? ¿Pocas esperanzas de volver con vida?  Eso o quedarme aquí viendo como el metal se oxida y que Joke me aparezca en el techo de mi habitación mientras duermo.

-Fox, yo también me ofrezco. -Por el amor de una madre sáquenme de aquí. 

Rasper levantó la mano cuando Birdie y Fox se ofrecieron a la nueva expedición. Las cosas en el Arca estaban tensas, y sabía que era cuestión de tiempo hasta que alguien mirase a Lady menos como un ser vivo y más como carne.

Además, había hablado con los eruditos del anciano sobre cómo se cuidaban los perros en la antigüedad. Juguetes de algo llamado goma, medicinas específicas para ellos... Quién sabe, tal vez podría encontrar algo útil.