Os trasladáis hasta la calle Cerdeña. Son apróximadamente las 02:00h. cuando llegáis a ella. El edificio que servía de vivienda y despacho a Aureli es un bloque de cuatro pisos con una vivienda por planta. A simple vista, desde la calle no se ve luz en ninguno de ellos. El resto de pisos parecen vacíos. El abogado vivía en la cuarta planta.
A Gorka se le dilatan las pupilas según sus ojos se acostumbran a la oscuridad.
- Parece que no hay nadie en el edificio -dice acercándose mucho el reloj de muñeca a los ojos para poder verlo con poca luz-. Aunque es tarde, quizás estén durmiendo. En tal caso, registremos primero el piso y después despertémosles para hacerles unas preguntas -suspira-. Vamos allá.
Se acerca a la puerta del edificio e intenta abrirla.
Cuando fuiste al archivo en comisaría para buscar el informe cogiste un manojo de tres llaves del mismo.
- No estoy muy seguro de si los vecinos serán muy útiles a estas horas... -murmura Antón-. Tengo aquí las llaves, Maiatza.
Antón saca el manojo que encontró en el archivo de comisaría y abre la puerta del portal, echando una ojeada rápida al mismo.
Cuando os acostumbráis a la penumbra del vestíbulo, vislumbráis la garita del portero al pie de una estrecha escalera. La garita acristalada está cerrada. Al fondo de la misma podéis ver una puerta cerrada que da a lo que suponéis que es la vivienda del portero.
Entro junto con mis compañeros al portal. La poca luz dificulta que podamos ver claramente dónde estamos, pero pronto distingo la portería de cristal.
Mientras cruzo el pasillo hacia las escaleras para subir hasta el 4º piso hablo en voz alta
- Seguro que en la portería podríamos encontrar algún dato útil, correspondencia del abogado, facturas, etc…
Sigo subiendo escalón a escalón los pisos hacia arriba.
Gorka mira silencioso hacia la vivienda del portero mientras sigue a Felis por las escaleras.
De una manera o de otra llegáis al cuarto piso. La única vivienda en esa planta es la del difunto abogado. Abrís la puerta con la llaves de Antón y accedeis a un peque ñorecibidor. Os dais cuenta de que el inmueble no es demasiado grande. A la derecha tenéis una puerta entreabierta que parece dar al salón. A la izquierda una puerta cerrada con llave. Delante de vosotros se abre un pasillo en el que destacan tres puertas más (izquierda, derecha y fondo del mismo). Todas cerradas pero no tienen cerradura.
Gorka se acerca a la puerta entreabierta sigilosamente, llevándose la mano a su pistola, que descansa en una funda colgada en su cinturón.
- Esto no me gusta nada... -Mantiene cierta distancia con la puerta y pega su espalda a la pared, mientras con la otra mano la empuja lentamente.- Lo que sea que haya asustado al abogado puede estar aquí todavía, tenemos que estar preparados.
Oscar se sonríe con ironía; no espera que vaya a ocurrir nada, pero de todos modos la tensión colectiva le hace mantenerse en silencio.
La vivienda parece estar en calma. Las pisadas de Gorka resuenan en el recibidor. Una pequeña cómoda a la izquierda de la puerta y un reloj de péndulo configuran el mobiliario de esa pequeña estancia.
Os dejo un esquema de la vivienda y lo que sabéis hasta ahora.
En amarillo, ventanas.
En verde, entrada principal.
En rojo puerta cerrada con llave.
El resto de las puertas, menos la del salón están cerradas pero sin llave ya que no tienen cerradura.
Una vez abierta la puerta, Gorka da un paso dentro de la habitación y mira a su alrededor.
Ves lo que te he indicado en el post anterior. Nada especial.
Supongo que estás en el recibidor ¿no?
Igual que Gorka, suelto el cierre de mi cartuchera y agarro la pistola. No creo realmente que vayamos a encontrar nada que nos ataque aquí, pero mejor estar precavidos.
Me coloco detrás de Gorka y me apoyo en el marco dándole cobertura por lo que pueda pasar. Me fijo si hay algún interruptor o lámpara que podamos encender para ver mejor en la oscuridad de la casa.
Gorka mira a Felis y asiente con la cabeza. Seguidamente, entra por la puerta del salón comedor apuntando con su pistola. Sus ojos se están acostumbrando a la oscuridad.
Poco a poco os dais cuenta de que la palabra que mejor puede definir el hogar del señor Aureli es austeridad. Una mesa y seis sillas a juego ocupan el centro de la estancia. Salta a la vista que el mobiliario prima el carácter práctico ante el estético. La luz de las farolas de la calle se cuela por las tres ventanas de la sala. Una cómoda pegada a la pared completa la habitación. Sobre ella, destaca una moderna radio, que desentona sobremanera del conjunto de la habitación. Parece que Don Marius era de los pocos habitantes de Barcelona en tener uno de esos chismes.
Antón imita a sus compañeros y saca también su arma, preparándose por si acaso y escuchando atentamente a cualquier ruido que le llame la atención. Mientras Salinas y Maiatza se ocupan del salón, intenta que sus ojos se adapten a la poca luz que hay para observar cuidadosamente el pasillo y busca con la mirada la situación de los interruptores.
Oscar se pone unos guantes que lleva encima y prueba las otras puertas para comprobar si puede abrirlas. No abre la puerta; sólo comprueba si las puede desbloquear.
Los interruptores están a lo largo del pasillo y justo al lado de las puertas de las habitaciones,
Todas las puertas se pueden abrir ya que no tienen cerradura, excepto la del despacho que está cerrada con llave.
Siguiendo a Gorka, voy revisando todos los objetos que hay en el salón. Mis ojos se acostumbran a la oscuridad lo suficiente para no tropezar entre los escasos muebles. Esa radio llama poderosamente mi atención, tengo curiosidad por saber como funciona, pero... ahora no estamos para eso.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 77 (Fracaso)
Hago una tirada de "Descubrir" para ver si encuentro algo sospechoso o curioso que pueda darnos alguna pistar (nota de suicido? una llave para la puerta cerrada?)