Partida Rol por web

Náhoda či Dopuštění

Bukavu

Cargando editor
29/03/2008, 22:48
Hombre de Mentzele

Una sensación de tranquilidad parece posarse sobre la situación cuando aceptas el soborno, el chico echa mano del bolsillo izquierdo de su camisa militar, donde recogidos con una goma hay un buen fajo de billetes, con parsimonia, y sin dejar de mirarte, cuanta hasta diez, luego sonríe y añade dos billetes más.

Sino cumple su promesa, se arrepentirá, no le quepa la menos duda, y por supuesto no informarás a tu jefe de la conducta de este inocente chico señala al guardia al que has seguido hasta aquí, él, cómo tú, sólo quiere ganarse un poco de dinero extra, trabajando por el bien de los suyos, ahora el desprecio y el odio se apodera de sus ojos, los conoces bien, los has visto demasiadas veces en los últimos tiempos.

Cargando editor
30/03/2008, 18:36
Obed Semanza

Los billetes están arrugados y calientes: hasta ellos parecen sudar. Quién sabe cómo llegaron al bolsillo izquierdo de esa camisa, en cuántos sobornos estuvieron presentes,... cuantas cabezas se habían cobrado. Su tacto es áspero. Su olor, repugnante.
Vuelvo a contarlos, ahora con mis manos, sin mirar el dinero...uno, dos, tres... y retrocedo hasta llegar a la altura de mis compañeros. Mi primera oferta, muchacho, era la última.- digo al chiquillo, haciendo que mis dos acompañantes sean 300 dólares menos pobres. Meto el dinero arrugado en los bolsillos de sus pantalones: 6 billetes en total...y, justo la misma cantidad, queda en mi mano.

Con esto...- digo aireando los 600 dólares restantes - compro mi favor especial, y tú vas a aceptarlos...

Se acabaron las medias tintas. Se acabó ser un cobarde. Emil y, por qué no, yo mismo...merecemos una oportunidad. ¿Estoy condenando a mi hijo a vivir en un campo de refugiados el resto de su vida? ¿Cuánto tiempo podré protegerle? ¿Cuáto tiempo me queda hasta que un niño asustado como éste me pegue un tiro en la cabeza? ¿En qué se convertirá Emil cuando yo falte? ¿En un miliciano? ¿En un asesino captado por las bandas? ¿En otro cadáver?.

No. Me niego. No voy a permitirlo.

Todo el mundo tiene un jefe, hijo.- digo señalando calle arriba con la barbilla. Mi voz es firme, ruda y grave..., casi tanto como mi mirada.- ...y tengo muchas formas de que el tuyo se entere de tu incompetencia.

Arrojo los seis billetes a sus pies y pienso en una taberna, tan cerca de su zona como de la mía. Cerveza, cartas y mujeres para quien quiera y pueda pagárselas. Agentes libres de servicio y civiles emborrachándose en un mismo local. Aunque sea de oídas, conozco el sitio perfecto.

Esquina del Gato, a las 23:30. Que no se retrase.

Cargando editor
31/03/2008, 13:22
Hombre de Mentzele

El tipo se pone de pie rápidamente cuando tiras los billetes, desenfundando la pistola, el chico del rifle también reacciona, pero un poco más lento que su compañero, incluso más lento que tú, pero con lo que no contaba aquel muchacho era con la rapidez de tus compañeros, que inmediatamente han desefundado sus armas y apunta a los dos hombres que os amenazan.

La escena es parecida a una vieja película del oeste amercicano, porque no puede compararse con lo que has vivido, en tu país, en la guerra, la gente simplemente dispara, no apunta, no da esa tregua suficiente para saber que tu muerte puede estar cerca, o ese tiempo que es justo el instante necesario para replantearse las situaciones.

Lentamente el muchacho baja el arma que te apuntaba, a pesar de todo la tensión que se palpa en el ambiente nadie ha abierto fuego, la gente de alrededor ha desaparecido con la celeridad que da el miedo y la eficiencia de la costumbre, un disparo y seguramente pocos de los armados sobrevivirían, Está bien, está bien, los tenéis bien puestos, y eso le gusta al hombre para quien trabajo, dice sonriendo, pero sin dejar de mirar a los que le apuntan, aunque luego se fija en tí, Tú sólo, no estoy seguro de que se presente, pero le transmitiré tus fervientes deseos de conocerle, suspira tragando saliva, unas gotas de sudor caen por su rostro, el maldito calor húmedo hace más estragos aún en esta situación.

Será mejor que os larguéis de aquí, o vendrán más como vosotros y nos tendremos que cabrear de verdad, y entonces no podréis ni ir a mear con tranquilidad una bravuconada, tiene que hacerse respetar.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Me tomado la libertad de tirar las iniciativas para ahorrar tiempo, la cosa funciona así, tienes una acción cada 10 números.

Compañero 1 = 19 (Le toca al 19 y al 9)
Compañero 2 y Muchacho = 14 (Les toca al 14 y al 4) El muchacho tiene más destreza así que va antes.
Obed = 12 (Al 12 y al 2)
Chico Rifle = 11 (Al 11 y al 1)

Cargando editor
02/04/2008, 19:30
Obed Semanza

En realidad, no deja de ser una metáfora: cinco hombres apuntándose y, en medio, unos cuantos billetes arrugados en el suelo. Pienso en ello mientras bajo lentamente el arma, sin hacer señal alguna para que mis compañeros me imiten. Desde luego, era el mejor momento para cebarse...pero no sería lo más inteligente. Tampoco sería capaz: bastante tengo con intentar controlar mi pulso y aparentar ser el hombre duro que nunca fuí.

No olvides coger eso...- digo señalando los billetes con el arma. Cada vez que encañono a alguien me envilezco..., puedo sentirlo...y temo por la salvación de mi alma....y si pasan guardias por aquí, trata de quitar la pancarta "Se hacen trapicheos" que tienes en la puerta. Puedo mantener la boca cerrada, pero no soy capaz de hacer milagros, hijo.

Retrocedo y, de forma premeditada, doy la espalda a aquellos dos. Me la estoy jugando, lo sé. Pero también estoy presentando credenciales. El Gran Hombre quiere tipos con agallas. Pues aquí me tiene. Con mucho que perder, pero con la valentía de ponerlo todo sobre la mesa esperando una buena mano: si no me marco ahora un farol, tengo la partida perdida.

Hago una señal a mis dos compañeros y, calle abajo, avanzo por donde vine, con los ojos bien abiertos, mirando a todos lados pero sin mover la cabeza. Mi mirada enfila las callejuelas que dan al Sur...pero mi mente está puesta unos metros a mi espalda. Paro y me giro.

¡Guardia!- digo con una voz que retumba en aquellas míseras callejuelas, llamando la atención de nuestro "cuarto hombre" - ¡¡¿ A qué espera?!!

Cargando editor
03/04/2008, 11:15
Director

La calle ha quedado envuelta en un anormal silencio cuando llamas al guardia, sientes todas las miradas confluyendo sobre tu persona, algunas serán de admiración, otras de temor, y otras de algunos a los que no les gustaría volver a verte por aquí a menos que lleves una bala en la cabeza.

El otro chico, tras un momento de duda finalmente corre hacia vosotros y se coloca a vuestro lado, evitando mirarte en todo momento, el rostro cubierto de sudor, es consciente de que esta acabado para ambos “bandos”.

Te alejas de la calle y al llegar cerca de la valla, una brisa de aire fresco te recibe, la tormenta se avecina, y promete ser de las buenas, tus hombres te rodean, el chico en segundo plano, parece que esperan que les digas algo.

Cargando editor
03/04/2008, 16:45
Obed Semanza

Acércate, muchacho. Extiendo la mano al chico y le hago una seña con el dedo. Sé exactamente lo que está pasando ahora mismo por su cabeza: se maldice a si mismo por haber sido tan poco precavido, tan estúpido como para trapichear por libre en plena guardia de cuatro..., y me maldice a mí, por ser su verdugo. Indirecto, sí, pero verdugo al fin y al cabo.
Lo que desconozco es qué piensa hacer el chico. Ahora mismo es una bomba impredecible y desesperada: debo hacer algo al respecto.

Parece que el primo del Jefe tenía razón...- digo usente mirando al cielo. La tormenta se avecina,...en el amplio sentido de la frase, me temo. Ya no hay marcha atrás. Cojo aire por la nariz, casi saboreando el olor a tierra mojada. Suspiro y mi mirada pasa por cada uno de mis compañeros. No soy líder de nada ni de nadie. No quiero serlo...pero ahora es necesario tomar la palabra.
Antes,...ahí atrás...os debo la vida...- digo finalmente, mirando a los ojos. ...a los tres.

A vosotros dos por cubrirme las espaldas,...y a tí por no tomar parte cuando lo fácil habría sido ponerte del otro lado. Me gustaría agradecéroslo..., y creo que lo mejor que puedo hacer por vosotros es daros un consejo.

Humedezco mis labios con la lengua y hablo sin tapujos ni medias palabras, pero sin reproches. Sereno.

Podéis hacer dos cosas:
la primera, ir derechos a Nsabimana y ponerle al día. Pasaremos los cuatro una semana en el agujero dando explicaciones sobre el dinero y, en nuestra próxima guardia, tras cualquier esquina, habrá un chiquillo como aquél del móvil que nos abrirá la cabeza con un machete oxidado. Es un hecho. Pasará.

O podéis callar, y hacerle un buen regalo a vuestros hijos.

Lo dejo ahí, en el aire, durante unos segundos.

No sé vuestros nombres y tampoco soy muy bueno recordando caras. No me interesa cómo queráis ganaros la vida, no es asunto mío, y respetaré cualquiera que sea vuestra decisión...pero tened algo en cuenta: despedíos bien de vuestras mujeres la noche antes de abrir la boca.

Me acerco al muchacho, frente a él, cerca...y sigo hablando para los otros dos, pero sin dejar de mirarlo.

...Y, sobre todo, no juzgueís a un hombre que hizo primero lo que todos estamos haciendo ahora.

Vamos a salir de ésta, hijo. - le susurro al muchacho, acercando la cara.Hablaremos cuando termine la guardia.

Cargando editor
03/04/2008, 17:52
Director

Los dos hombres asienten en silencio a tus palabras, ellos, como tú, saben de que va esto, y a pesar de que el más joven ha echado un par de miradas asesinas al “traidor”, tu discurso parece haber hecho que relaje el gesto.

No hacía falta que los mirarás dos veces, sus ojos habían hablado, ellos sólo quería terminar un día más, no tener que estar vigilando sus espaldas, callar y no meterse en líos, esa era una de las máximas de los guardias, mientras menos destaques, menos posibilidades de acabar muertos, y por desgracia, Obed no ha pasado demasiado desapercibido en los últimos minutos.

Sin mediar palabra alguna se retiran a sus puestos, todos excepto aquel chico, ¿Cuántos años tendría? Dieciocho, diecinueve, no más, aunque seguro que había mentido para entrar en los soldados, mejor eso que terminar como el del rifle, medio sonado a las órdenes de otro chico que se cree el rey del mambo.

Te mira unos segundos, con gesto suspicaz, sabe que le has salvado el culo, y eso aquí no es bueno, a nadie le gusta estar en deuda con otro, luego baja la cabeza y se dirige a su posición hasta que el turno termine.

Notas de juego

Puedes postear como termina la guardia y empiezas a hablar con el chico.

Cargando editor
04/04/2008, 17:47
Obed Semanza

Normalmente, trato de llegar puntual al cuartel: enfilo el camino de vuelta calculando, según la distancia a la que me encuentre, el tiempo necesario para llegar a las 13:00 horas, en punto. Pero hoy es un día especial: la nubes se aprietan negras en el cielo, y la descarga es inminente. Necesito diez minutos para hablar con el muchacho. Por muy importante que sea, nada está por encima de la hora escasa que tengo cada día para almorzar con mi hijo. A las 14:00 h. tendré que ponerme en marcha de nuevo,...así que aquí estamos, los cuatro en las inmediaciones del cuartel, con la guardia finalizada a las 12:50.

Me separo ligeramente del grupo cuando veo cerca el edificio e invito al muchacho a acompañarme con un movimiento de cabeza. Nada tengo que decir a los otros dos: parecen no querer líos, pero tenía que asegurarme...de ahí el pequeño discurso de esta mañana. Quizá, cuando lleven siete años en el cuerpo y vean pasar los días,...sólo quizá, necesiten saber qué sentido tiene todo esto. A mí me ha llegado ese momento: ya no concibo la vida sin libertad para hijo. Y para ello he de luchar, arriesgar y dejarme ver. No hay otro camino.

Esta mañana, tras el incidente con tus "amigos", tenías dos problemas: las Mafias y la Guardia. Ahora- digo mirando cómo se alejan nuestros compañeros - sólo tienes uno: el que tú mismo, como yo, te has buscado.

Busco un lugar apartado y hablo en voz baja, consciente de que hay miradas puestas en nosotros. Por ello, finjo examinar el uniforme del chiquillo, los cordones de las botas, el cinto, las armas,...esperando que quién pueda vernos desde la distancia crea observar al veterano corrigiendo a un novato. Dios, es...sólo un crío.

Esta noche me reuniré con ellos. Dijeron que fuese solo, pero tú vendrás conmigo. Es todo lo que puedo hacer por tí.

Si lo dejo a suerte, si lo abandono, morirá. Es lo que les pasa a los chivatos,...o a los sospechosos de serlo: mueren, y pronto.

A cambio, tú harás algo por mí: les dirás que soy un tipo de fiar, que soy hombre de palabra...- le miro directamente a los ojos, alzando con el dedo su barbilla....porque realmente lo soy. Y lo harás sólo conmigo delante. Si vuelves a verlos por tu cuenta...te matarán, hijo. Y eso es algo que no voy a permitir.

Ralajo los hombros y, retrociendo un paso, le ofrezco la mano.

Me llamo Obed. Obed Semanza, de Bugesera.

Notas de juego

Obed, para sus adentros, piensa en qué asuntos tratarán esa gente. Y sospecha algo: el dinero, las armas, teléfonos móviles, "el mismo bando"... y medios, al fin y al cabo.

Puede ser la punta del iceberg, de algo mucho más gordo. Las Mafias se están organizando...y una contraofensiva hutu desde Bukavu a Zigali no sería descabellado.

P.D: so exciting!!

P.P.D: el tema de escribir en primera persona me resulta mucho más divertido. Fué Arty Connor quién me inspiró a hacerlo.XDD

Cargando editor
04/04/2008, 18:37
Jacques Saró

El chico apenas si se atreve a levantar la vista, no te ha mirado a los ojos en ninguna ocasión, no sabes si tan bien está representado su papel de recluta regañado o simplemente no tiene los cojones para hacerlo, es evidente que te escucha, y asiente a tus palabras sin despegar los labrios, parece más evidente la segunda posibilidad.

Pero a pesar de todo no pone ninguna excusa, se traga su miedo y cuando alzas su mentón te sostiene la mirada, sus ojos oscuros brillan ligeramente, y por fin unas palabras salen de su garganta.

Obed Semanza, sé lo que hicisteis por mi sus primeras palabras suena temblorosas, y Jacques Saró podrá ser muchas cosas, pero no alguien que olvida, no alguien que no valora su vida, no un desagradecido su tono de voz se va afianzando, Os acompañaré y sólo diré la verdad, que sois de fiar parece altamente impresionado por ti, tu determinación, tus palabras, eso también lo has visto muchas veces…

Notas de juego

jaja, en primera persona da mucho más juego, es más divertido, y te permite desarrollar mucho más la personalidad.

Cargando editor
07/04/2008, 16:22
Obed Semanza

Jaques Saró...- me digo, con el deseo de no olvidar nunca ese nombre. Trago saliva y abandono definitivamente la pose de hombre recto y duro que necesito en mi trabajo. Aquella mirada, aquellos pómulos marcados, la tristeza infinita de sus ojos...quizá mis palabras han sonado demasiado paternales pero, la verdad, no me arrepiento. Sólo Dios sabe las penurias que habrá pasado antes de enfundarse este uniforme.

Por mi cabeza fluían ideas de interrogar al muchacho, de sacarle toda la información sobre los trapicheos en los que estaba envuelto,...pero ahora sólo puedo pensar en su seguridad. ¿Debería invitarle a comer con Emil y conmigo? Así podría tenerlo algo más controlado y evitar que hiciese alguna estupidez...
No. Debo dejar a mi hijo al margen.

A las dos comienza el turno de tarde.- digo sonriendo sólo con los ojos - No sería bueno hablar de este asunto durante la guardia, delante de los otros dos. Ya tendremos tiempo después de la cena.

Me gustaría dale una palmada en la espalda...o poner mi mano sobre su hombro, pero hay algo que me lo impide. Miro de nuevo a las nubes negras que se ciernen sobre el campamento y chasqueo la lengua.

Asegúrate de llevar el chubasquero.- digo enfilando el cuatel - ...y, aunque sé que no va a ser fácil, intenta comer algo.

Notas de juego

A comer!!!

Cargando editor
08/04/2008, 11:19
Director

El chico parece haber entendido perfectamente lo que le has dicho, nuevamente una mirada de agradecimiento para terminar de alejarse de tu camino, quizás sea mejor así, que el novato reniegue de la compañía del veterano que lo ha reprendido.

Al llegar a casa, en la puerta de la misma, no esta Emil, como suele ser habitual, sino que está su maestra, la señorita Chimwala, una buena mujer que se encarga de la enseñanza de una buena parte de los hijos de los soldados así como de otros niños que viven por los alrededores, en la clase de Emil hay unos treinta niños, lo cual no está nada mal dadas las precarias condiciones en las que se encuentra todo.

Es una mujer de trato agradable pero inflexible, determinada y con las ideas muy claras, esboza una sonrisa tranquilizadora al verte llegar.

Cargando editor
08/04/2008, 19:52
Obed Semanza

La tensión de la mañana se convierte en desazón en este mediodía. Aprieto el paso tal como veo, unos metros adelante, frente a la casa, a la profesora de Emil.
Le ha pasado algo..., pienso mientras me acerco a paso vivo, sintiendo como una lengua de fuego sube desde el estómago hasta los ojos...y la sonrisa tranquilizadora de la señorita Chimwala no me tranquiliza. En absoluto.
He puesto mucho empeño (...¿tal vez demasiado?...) en inculcar a mi hijo unas normas, unas tareas rutinarias, el hábito de ser madrugador, de la puntualidad,...de comer con su padre CADA DÍA.
Las venas de mis sienes palpitan con fuerza, aprieto los puños...No, no es paranoia. Tampoco sobreprotección: han ocurrido demasiadas cosas esta mañana.

Dónde está.- digo alzando la voz, aún sin haber llegado siquiera a su altura. No veo a la mujer amable que, sin duda, es Chimwala. No veo nada...excepto el vacío que debería estar ocupando mi hijo en esa casa.
Dónde está...- repito y la miro como a mi pequeña figura de la Virgen María, esperando que cambie mi suerte...y sitiendo como la voz se me deshace.

Cargando editor
09/04/2008, 23:39
Ayobami Chimwala

La mujer te mira a los ojos en cuanto muestras tu aprensión, Está bien, está bien, no te preocupes, está en mi casa, te dice moviendo las manos en un gesto de calma, Siento haberte alarmado Obed,

Te hace un gesto para que entréis en la casa tras mirar un par de veces a su alrededor, cuando entras con ella, se gira y se vuelve de nuevo hacia ti, Esta mañana, Emil no fue a clase, al ver que no llegaba y que tu no me avisabas como otras veces decidí ir a buscarlo, unos de los chicos me dijo donde estaba, suspira bajando un poco la mirada antes de hablar.

Estaba con Eleazar, Eleazar, desde luego no es una compañía adecuada, un futuro chico sentado en la puerta de una choza haciendo negocios ilegales, belicoso, ansioso por empuñar armas, sólo habla de venganza y muerte, alguna ves que te ha hablado de él tu hijo le advertiste de la incoveniencia de su compañía Fui a recogerlo, y lo lleve de vuelta a clase, creo que estaba avergonzado y por eso no protesto, he querido decirtelo sin que él lo supiera, lo he dejado a cargo de mi hermano en casa, estaban jugando

Cargando editor
10/04/2008, 20:27
Obed Semanza

Ese chiquillo, Eleazar, es carne de cañón. Es más, lo he visto hoy mismo, 8 años después...sentado con un teléfono móvil y creyéndose el rey de la montaña: no deja de ser la única salida para muchos de ellos. La más fácil, la más rápida...y, a la postre, la más corta. De poco han servido mis sermones: Emil es un niño listo y sensato,...pero un niño al fin y al cabo. Moldeable. Se vé atraído por alguien que, a su misma edad, parece a sus ojos ser ya un hombre.
También yo pasé por eso...¿y quién no?. Mi único amigo verdadero resultó ser la persona más cobarde y cruel de Zigali...y, aún así, una parte de mí siempre ha deseado verle de nuevo. Gente con magnetismo.

Ruego disculpe mis modales.- digo suavizando el gesto, algo turbado por ser ésta la primera mujer que entra en casa desde que nos instalamos.

En realidad, el "delito" de mi hijo no es tan grave. Debería suspirar aliviado.
Pero no lo hago.

¿A cargo de su hermano? ¿Por qué Emil no esta aquí, con ella? Chimwala conoce mis turnos...¿qué le ha movido a venir sola? ¿Por qué quiere llevarme a "su casa"? Y, sobre todo,...¿dónde está mi niño?...

Verá, señorita Chimwala...escruto sus ojos, su rostro...pero tratando de no parecer demasiado suspicaz.he hablado con Emil varias veces sobre...ese tipo de compañías, pero a la vista está el resultado. Coincidirá conmigo en que es hora de darle una buena lección.

Iremos a su casa y nos acompañarán dos Guardias más. Le haremos creer que llevamos media mañana buscándole: tal vez así consiga darle un buen susto.- algo parecido a una sonrisa se dibuja, breve, en mi comisura. Mi tono no es de alguie pidiendo opinión. Es el de alguien que va a hacer lo que quiere,...pero con la educación suficiente como para no imponerlo por las bravas.
Después de usted.- digo abriendo la puerta.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Percep. Hum., por si las moscas...interpretando cómo Obed trata de saber si Chimwala esconde algo.

Cargando editor
11/04/2008, 18:09
Ayobami Chimwala

La mujer te mira con cara de extrañeza, luego parece reaccionar y sale de la casa cuando tú se lo “pides”, no parece una mujer estúpida, está claro que se ha dado cuenta de tus suspicacia, su rostro se endurece algo ofendido el gesto, y te la da espalda mientras se dirige al exterior con paso rápido.

Obed, Emil es un chico muy listo, de los mejores que he tenido nunca, y sé que eres un buen padre, sólo quiero lo mejor para él habla sin volverse hasta el final de la frase.

Vayamos con los guardias si te sientes más tranquilo, un amago de cordialidad disfrazado de indiferencia ante la posibilidad de que los guardias os acompañen, la mujer mira al suelo durante unos instantes, su colorido vestido resalta con sus desgastados y sucios zapatos, es imposible mantenerlos limpios en Bakuvu.

- Tiradas (1)
Cargando editor
12/04/2008, 20:42
Obed Semanza

Te han pillado, Obed. Pero bien.

En el fondo es, a lo mejor, lo que querías. Que se sintiese amenazada y cometiese el error de ponerse nerviosa. Nada de eso ha sucedido y ahí estás tú...receloso y con la cara de alguien al que le cogen mintiendo. Demasiado paranoico, demasiado suspicaz...¿demasiado?.

Cita:

Vayamos con los guardias si te sientes más tranquilo

Me quedo mirándola un instante a los ojos y la conciencia me muerde las sienes. Bajo la mirada y niego con la cabeza.

Está cuidando de tu hijo, por el amor de Dios!...y tú se lo pagas con desconfianza. ¿Cuando te ha dado esta mujer, durante todos estos años, algún motivo para tanta suspicacia? A lo mejor resulta que no eres tan buena persona como crees.

Una mañana dura.- digo avergonzado.Eso es todo....y la sigo sin hacer parada en el comedor, donde descansan la mayor parte de mis compañeros. Podría hablar de su vestido, de la tormenta que se avecina, de cómo va Emil en sus clases...pero lo único que se me ocurre decir es algo que da vueltas en mi cabeza como si fuese un enjambre de avispas...

¿ Por qué no trajo a mi hijo con usted?...

Cargando editor
13/04/2008, 19:25
Ayobami Chimwala

La mujer parece haber recuperado su gesto habitual, pero cuando le preguntas que por no ha traído a tu hijo se detiene y se vuelve hacia ti, el gesto es tranquilo, pero sus ojos hablan más de lo que quisiera, furiosos.

¿Sabes por qué Obed?, porque no quería dejar al mío sólo, y no deseaba que escucharan nuestra conversación, pero no te preocupes, la próxima vez no me extralimitaré en mis funciones dice de manera tajante mientras reanuda el paso

No tardáis mucho en llegar, apenas diez minutos, la casa de Ayobami no difiere de las de su alrededor, ni de la tuya, un pequeño y precario cubo mal construido, unas cortinas de llamativas colores delante de la puerta.
Cuando Ayobami llama a su hijo, la puerta se abre y los dos niños salen a la calle, Emil mirándote con cierta turbación.

Cargando editor
14/04/2008, 19:13
Obed Semanza

Cita:

¿Sabes por qué Obed?, porque no quería dejar al mío sólo, y no deseaba que escucharan nuestra conversación, pero no te preocupes, la próxima vez no me extralimitaré en mis funciones

Agacho de nuevo la cabeza, modiéndome el labio. Estúpida..., es la palabra que asalta mi pensamiento al escuchar las explicaciones de Chimwala, pero intento de inmediato apartar esa idea de la cabeza, cerrando los ojos. Donde yo veía una trampa había sólo ignorancia: ella no podía saber todo lo que ha sucedido en esta extraña mañana.
Emil podría estar ahora...
Dios, no quiero ni pensarlo.

Cuando mi hijo aparece mis hombros se aflojan y suspiro. Sedado por el alivio, así me encuentro..., pero no quiero que nadie lo note. Especialmente él.
Asiento con la cabeza mirando al hijo de Chimwala, a modo de saludo. Me giro hacia su madre:
Gracias por todo- susurro apretando los labios....y lo siento. No creo que haga falta decir más. Tampoco podría. Sólo deseo volver a casa con mi niño.

Tirando un poco del faldón de la guerrera, me ajusto el uniforme...y es entoces cuando giro la cabeza y miro a los ojos de Emil, sin articular palabra. Él sabe qué significa: no vé enfado, sólo decepción...y espero, sin decir nada, a que venga para iniciar el camino a casa.

Cargando editor
15/04/2008, 10:17
Emil Semanza

La mujer asiente con la cabeza, la expresión se le ha dulcificado al ver a los niños, y no parece que guarde ahora demasiado rencor hacia tú persona, aún así, en una cosa lleva razón Obed, no hay mucho más que decir.

Tu hijo se acerca en silencio, y así es como iniciáis el camino de regreso a casa, pero en cuanto la casa de Chimwala desaparece y no ha y nadie en vuestras proximidades, Emil hace un gesto para captar tu atencíon y se dispone a hablar.

Padre, en cuanto lo miras te devuelve la mirada, un leve rastro de vergüenza, pero también hay orgullo en ella, siento no haberte avisado de lo que iba a hacer no parece arrepentido por lo que ha hecho, sino por no decírtelo.

Cargando editor
15/04/2008, 19:56
Obed Semanza

Detengo mis pasos y lo miro con extrañeza, fruciendo el ceño. Esperaba de Emil otra reacción y, sobre todo, me sorprende que hable antes de decir yo la primera palabra. Parece incluso...¿cómo decirlo?...más mayor.

Sé con quién has estado, Emil.- digo con seriedad, pero expectante a las explicaciones de mi hijo. - No quiero mentiras. No quiero escuchar nada sobre goteras que impiden dar las clases, como la última vez. Hablo con el índice extendido, pero muriéndome por darle un abrazo. En estos casos, estos pequeños detalles, es lo que convierten a un hombre en un padre: he de ser fuerte. De otra forma se me irá antes de tiempo.

La verdad, Emil.