Partida Rol por web

Náhoda či Dopuštění

Chemnitz

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06/07/2008, 20:08
Madeleine Strindberg

Sentí de nuevo su empujón en mi brazo. Ya estaba bueno, podía tenerle miedo pero no me agradaba sentirlo, así que dedía hacerle fuerte aunque pareciera que estaba a punto de ir al manicomio. No sé qué parecíamos allí en el frente de un lugar como ese, él gritándome y zarandeándome; lo cierto es que la gente nos miraba y aquello hacía que me enfuereciera cada vez más. Me miré en sus ojos, como si fuera la primera vez, estaba segura que no había nada en su alma, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.

No dije una sola palabra, no porque aún estaba sopesando sus malditos insultos, con ganas de llevar mi mano a mi arma y apuntarle sin importar las malditas consecuencias. Si Khöler pensaba que serla compañera de Schwarz iba a darme algo bueno, yo en ése momento pensaba que Khöler se había vuelto loco. Respiré profundo, apreté la carpeta contra mi pecho, di un paso al lado.

-No me vuelvas a tocar...

Mi voz obviamente denotaba determinación, claro que era una mezcla de orden con petición y sin duda, advertencia. Lo miré de arriba a abajo con aire displicente, peleando contra mis deseos de llorar; recobrando la compostura. Demasiado gilipollas sería si me perdía aquella oportunidad, sólo así, no porque él lo dijera.

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06/07/2008, 20:49
Steffan Schwarz

No vuelvas a tocarme… esa frase de nuevo volvía a resonar en los oídos de aquel hombre como el sonido de un trueno, poderoso, y brutal como el impacto de un rayo, notaba el miedo de aquella mujer, no era la primera que lo veía en los ojos de otra persona, ni mucho menos.

Su mente parecía vagar de nuevo lejos de aquí, sus ojos nuevamente se convirtieron en dos simas de oscuridad, trago saliva, su puño se relajó, pero no así el resto de su cuerpo que pareció tensarse aún más, aún así su voz volvió a abrirse camino más allá de la insoportable tensión que se palpaba en el ambiente, Que te jodan maldita puta, que te jodan, pero sus palabras ahora no parecían ir dirigidas a ti, sonaban mucho más lejanas en el tiempo y en el espacio.

Se dio media vuelta, Déjame en paz de una vez, déjame hacer mi trabajo, so tono de voz volvía a ser más duro, más real, Yo siempre trabajo sólo, créeme, es lo mejor para todos dice mientras se ajusta la chaqueta introduciendo las manos en sus bolsillos y se perdía a poca distancia tuya esquivando al grupo de curiosos que se había empezado a congregar.

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06/07/2008, 21:38
Madeleine Strindberg

¡Uf! Miré en todas direcciones a la gente que se había ido acercando, hice un ademán de fastidio y lo seguí, no sin cierta dificultad pues caminaba aprisa. La verdad es que mientras caminaba tras él, a una distancia considerable, puedo asegurar que oía mis pasos; pensaba en esas palabras que no parecían haber estado dirigidas a mí. Sin embargo, no iba a conmoverme. ¿Cómo podía conmoverme un hombre así? Ningún mal le había hecho, sólo intentaba cumplir con mi trabajo pero él lo hacía todo muy difícil. Sentí un incipiente dolor de cabeza, aquello se iba poner mucho peor, pues ni siquiera estábamos a media mañana.

Si era acaso un buen policía, ¿por qué simplemente no acataba las órdenes del jefe y ya? Era mucho más complicado que eso pero todos teníamos nuestros problemas; me pregunté si en algún momento, gracias a mis problemas, le había hecho pasar a alguien tan mal rato como él a mí. Me encogí de hombros y continué mi camino con la carpeta bajo el brazo y el bolso al hombro. Rebusqué entre los bolsillos exteriores de mi mochila pero no encontré ningún analgésico. Me maldije internamente y busqué en los alrededores una máquina de café, para cuando Schwarz me diera un respiro. Si es que me lo daba.

Estaba siendo la mañana más movida desde mi llegada a Chemnitz y era aún tan temprano, sólo esperaba que no empeorara, llegar a la escena y empezar a trabajar de verdad; en algo que conocía, no en él que me era además de confuso, desagradable y violento. Cuando me alejara de él y llegara a casa, podría desahogarme.

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06/07/2008, 23:59
Steffan Schwarz

Tras un rato de andar por los pasillos del hospital y subir un par de pisos de escaleras, en el rellano, cuando no hay nadie alrededor, se detiene y se da media vuelta, en apariencia más tranquilo, vuelve a mirarte de arriba abajo una vez más, pero no con deseo o lujuria, más bien como si fuera la primera vez que te ve.

Suspira profundamente y luego señala la carpeta que llevas, aunque al hacerlo regresa la cara de pocos amigos que ha mostrado hasta ahora, aunque por lo menos el odio parece haber desaparecido, Ahí en esa carpeta está la documentación del caso, un psicópata armado con una espada y una pistola se ha cargado a tres personas en un estudio de modelos, tenemos fotos del tipo y están buscando huellas del mismo en las bases de datos ahora habla mucho más claro y amablemente, incluso dirías que con algo de sentimiento al relatarte los hechos.

He venido aquí a interrogar a un testigo, a ver que nos puede contar, pero nadie vio entrar ni salir al asesino del lugar, levanta la mirada buscando tus ojos, pues antes hablaba cambiando continuamente el lugar en el que centraba la atención, pero ya que estás ansiosa por demostrar que sirves para algo, tu le harás las preguntas, la experiencia me dice que una rubia que esté buena lo hará mucho más receptivo a no ser que no le interesen las mujeres claro, Schwarz comienza a andar de nuevo para salir al pasillo de las habitaciones y señalar la del fondo, prueba a enseñar un poco más, lo mismo surte más efecto te dice con más calma de la que tenía fuera o en la comisaría.

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07/07/2008, 02:03
Madeleine Strindberg

Al fin parecía que lo había conseguido pero nada más lejos de eso, porque me mandaba a mí por una sola razón, porque era mujer. Lo odié aún más, sólo que ahora me había mirado diferente y aunque no lo dije, ni lo diría nunca, se lo agradecía internamente. Ahora debía demostrar mi valía, lo cual le añadía un plus de nerviosismo a todo el asunto, siempre queriendo quedar bien, siempre queriendo demostrar a los demás; al diablo, él no era ni mi padre, ni mis hermanos, ni siquiera un amante.

Asentí a cada una de sus palabras, aunque no hice el menor intento por parecer sexy o mostrar más de lo que iba mostrando -nada en realidad-, lo seguí por el pasillo, abriendo la carpeta y buscando en él el nombre del testigo, leyendo por encima algunos datos más que me dijeran lo que había sucedido. A grandes rasgos, esperaba que el testigo para empezar no tuviera mucho miedo y que sirviera para algo más que para dar vueltas alrededor de un enigma que teníamos que resolver.

Me di cuenta que quedar bien ante Schwarz si me era preocupante. Moví la cabeza negativamente para sacudirme los malos pensamientos, comprobando que el dolor de cabeza había aumentado; si Mikael hubiera estado cerca, sin duda ya habría bebido un buen café y me habría conseguido aspirinas, pero con Schwarz eso hubiera sido como nieve en el desierto. Puse la mano en el picaporte, luego de llamar una vez y esperé para que se me indicara entrar.

-¿Vienes conmigo?-pregunté antes de entrar.

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07/07/2008, 13:15
Steffan Schwarz

Schwarz te sigue sin dudarlo, aunque continua con ese aire abstraído, a los pocos instantes de llamar a la puerta recibes las confirmación de que puedes pasar…

Sólo faltaría que te dejara sola y destrozaras el caso antes de empezarlo dice ahora más para joder que por otro motivo lógico.

La carpeta no aporta mucho más, tan solo una foto del detenido y lugares exactos de la ubicación de los cuerpos a través de las fotos, así como los nombres de los asesinados, todos ellos por heridas de bala, que prácticamente le han reventado la cabeza. También aparece el nombre del único testigo que sobrevivió a la escena que han podido encontrar, Herman Heller, herido de gravedad en una pierna por arma blanca.

Foto del presunto asesino

La modelo Liesel Van Troy, el señor Ray Kurlowitcz, su agente, y los hijos de la primera están en paradero desconocido, aunque la señora Rosellini, afirma que la joven se marchó en el coche del señor Heller, y que lo hizo totalmente en solitario, tras entregarle este de manera voluntaria las llaves, no te da tiempo tampoco a mucho más.

Entráis a una habitación de una sola cama, pero espaciosa y con una amplia ventana que tiene vistas a uno de los parques de la ciudad, un sillón de esos que se abren para que pueda dormir un acompañante, una silla y una mesa junto a la cama completan el mobiliario, además de la otra puerta que conduce al baño, tumbado en la cama hay un hombre con la pierna envuelta en un aparatoso vendaje, de unos treinta y tantos, se le ve grande y fuerte físicamente, a pesar de estar postrado, tiene el pelo corto y ojos claros que fija en vosotros cuando traspasáis el umbral

Notas de juego

marca a Heller en tu siguiente post.

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07/07/2008, 13:16
Director

Dos personas entran en la habitación tras la llamada a la puerta, puedes reconocer a los policías a kilómetros de distancia, siempre en pareja, siempre con esa actitud de poder entrar y actuar con total impunidad.

La primera en entrar es una mujer, alta, rubia, ojos azules y un muy buen cuerpo, bastante atractiva, de unos treinta, aunque su mirada y su expresión reflejan cierta tristeza y soledad, va vestida con unos vaqueros y lleva una cazadora que le cubre la parte superior del cuerpo, en su mano lleva una carpeta marrón cerrada.

Tras ella entra otro tipo, más cerca de los cuarenta dirías por su aspecto desaliñado y mirada perdida, aunque eso tampoco te es indicativo, pues podría parecer mas joven, abrigo largo y barba de dos días, es como si no fuera con él la cosa.

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07/07/2008, 13:35
Madeleine Strindberg

Decidí que tenía que acostumbrarme a los desgraciados comentarios de Steffan, le eché una última mirada, firme y fría a los ojos, sólo para comprobar que era el mismo maldito hijo del perra con el que había salido de la comisaría y abrí la puerta de la habitación. El inconfundible olor a hospital me daba naúseas y con ese incipiente dolor de cabeza, peor.

No lo eches a perder, Maddy...

Miré al hombre que estaba postrado en la cama y sin más me dirigí a él, sabiendo que Schwarz estaba tras de mí. Halé una silla que estaba cerca de él y me senté mirándole a los ojos, saqué mi placa de la chaqueta y me presenté debidamente.

-Buenos días, señor Heller...-dije mostrando la placa.-Soy la teniente Strindberg y él mi compañero el teniente Schwarz. Estamos aquí para hacerle algunas preguntas.

Lo miro a los ojos unos instantes, buscando en ellos su grado de recepción, de aceptación de todo aquello. Luego paso la vista unos segundos por los vacíos ojos de Steffan, sé que me está evaluando y sé que de ahora en adelante todo será una evaluación. Vuelvo a lo mismo, a las razones por las que dejé Suecia pero el paso está dado y mejor enfrentar a un demonio que no lleva mi sangre, a dos que sí la llevan.

-Señor Heller, habléme de los hechos... Quizás sea duro para usted pero mejor empezar ahora que tiene los detalles aún frescos en la mente-digo fríamente, pensando más en mí, en no echarlo a perder que en el pobre hombre.

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07/07/2008, 13:58
Herman Heller

Escucho los toques en la puerta, parece que la enfermera se dejó algo, o quizás ya sea la hora de la comida... ciertamente no tengo muy buena percepción de la hora ahora mismo. Son dos personas que no conozco.

Me giro un poco para observarlas mejor, parece que son policías o eso dicen sus placas. ¿Más policía?

Doy un suspiro al escuchar las palabras de la mujer... ¿Otra vez? Ya dije ayer todo lo que sabía a ese policía... como se llamaba... Lehman, si Mikael Lehman.

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07/07/2008, 14:15
Madeleine Strindberg

¡Mierda, dos hombres insoportables en un día!

Respiro pronfundo, me acerco un poco a él y suavizando la voz, le explico o trato de hacerlo.

-No he visto el informe de Lehman, señor Heller pero sin duda me sería de mucha ayuda si me responde. Según lo veo, usted querrá que ese hombre se quede en la cárcel para siempre... No debe ser fácil haber visto todo lo que vio pero si no nos ayuda, estará libre antes que yo vuelva a la comisaría.

¿Exagero? Tal vez pero lo cierto es que no tengo ganas de más berrinches, ni de que se me escape el interrogatorio de las manos por que el señor Heller no me quiera responder; soy lo más amable que puedo, en especial luego del inicio de mañana y mientras lo miro a los ojos, pienso en ese Lehman; de momento no lo recuerdo, pero ya averiguaré de él. Quizás Steffan sabe algo, pero ni en sueños espero que me lo diga.

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07/07/2008, 14:26
Herman Heller

Sonrío ante las palabras de la agente... Sabe, usted parece mucho mas competente que el anterior que vino río y me detengo rápidamente por una punzada en la pierna...

Bueno, veamos... digo ladeándome un poco para poder ver mejor a la mujer... Yo entré en el edificio para pedir un autógrafo a la señorita Van Troy, ¿soy un gran admirador de ella sabe? digo medio sonriente.

Como esperaba ella aceptó muy amable, pero justo cuando se encontraba firmando, apareció... apareció aquel hombre, lo cierto es que no lo vi entrar solo que de repente el y una mujer estaban en la habitación y llevaba... el hombre llevaba una... doy un suspiro, esta parte es tan increíble que me tomarán por loco joder...

Llevaba una espada, y bueno creo... creo que fue con ella con la que me hizo el corte en la pierna, supongo que no es tan fácil ser un héroe no?... A partir de ese... de ese momento, poco mas recuerdo, el sonido de la ambulancia y mi viaje al hospital.ç

Entonces caigo en algo que recordé mientras hablaba con Lehman... O bueno, la... la señorita Van Troy tenía prisa por irse, así que me pidió ayuda me pidió mi coche y yo no pude negárselo...

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07/07/2008, 14:51
Madeleine Strindberg

Esbozo una sonrisa en agradecimiento, nada más que eso, no quiero ser demasiado personal. Y enseguida me vienen a la cabeza un montón de preguntas. Trato de ordenarlas medianamente para no confundirlo a él y para no confundirme a mí.

-¿Cuánto tiempo calcula que pasó entre que usted entró y habló con la señorita Van Troy? ¿La señorita parecía asustada o sólo tenía prisa cuando le pidió su auto? ¿Tiene su auto algún gps para localizarlo?

Lo miro a los ojos, debí decirle que no lo tenemos pero mejor así por el momento o estará muy intranquilo.

-¿Vio usted a la mujer que iba con él? ¿Parecía ir con él o parecía más bien una rehén? Señor Heller, ¿a qué hora sucedió todo esto? Siendo usted tan admirador de la señorita Van Troy, ¿creé que es posible que conociera al asesino?

Muchas cosas se me escapan en ese momento, pero en cuanto me responda algunas dudas, tendré más preguntas para hacerle.

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07/07/2008, 15:18
Herman Heller

Me veo un poco abrumado por tantas preguntas, pero trato de recordar lo suficiente para poder responderlas... Emmm, bueno, veamos... no se el, el tiempo exacto pero no fue mucho tiempo quizás diez o quince minutos. Respecto al coche, no lo recuerdo muy bien, yo estaba demasiado dolorido no sabría decirle lo siento.

Mi coche, no, no tiene GPS no me gustan, pero puedo decirle la matrícula si quiere puedo facilitarle la matrícula... 5418 CNU, es un Mercedes clase C.

Tomo un respiro cogiendo un poco de agua del vaso que hay sobre la mesa, doy un sorbo y lo dejo de nuevo.

Respecto a la mujer, no la vi muy bien. Aunque... ahora que lo dice no parecía muy contenta de estar con aquel hombre... no se, creo recordar que el la arrojó al suelo, aunque no tengo ni idea si conocía al... mis ojos se agrandan al escuchar las palabras de la mujer... si... ¿conocía?, al ¿asesino?, no, no puede ser... la señorita Van Troy?... no termino la frase temiendo la posible respuesta...

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07/07/2008, 17:21
Madeleine Strindberg

Noto enseguida que Heller se pone nervioso por la posibilidad de que Van Troy esté muerta, muevo la cabeza negativamente; parece que esa admiración por la mujer, puede incluso con los dolores propios.

-Tranquilo, señor Heller... Estamos buscando a la señorita Van Troy y los datos sobre su auto que nos acaba de proporcionar, nos ayudarán a ello. Aunque no mentiré, no será sencillo.

Es increíble que habiendo estado cara a cara con el asesino, no podamos obtener nada más en concreto.

-¿Vio alguna marca distintiva en su atacante? ¿Un tatuaje, un lunar? ¿Cuándo lo perdió de vista? Señor Heller, sé que es difícil para usted pero haga memoria: ¿Cómo eran las armas de ese hombre?

Si lograba dar con alguna peculiaridad en ellas, quizás tuvieramos una pista. No tenía idea de cómo estaba la escena del crimen, sí habían encontrado huellas y sí había datos de éstas en la base, pero por el momento debía obviar eso; lo más probable era que ya se estuviera trabajando en ello.

-¿Cómo era el procedimiento para accesar hasta donde estaba la señorita Van Troy? ¿Se entraba como si nada, sin que alguien revisara sus entradas?

Volteo a mirar a Steffan, allí debían haber muchas camáras.

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07/07/2008, 17:33
Herman Heller

Doy un suspiro aliviado... Y pronto regreso al tema que ocupa a la agente... Bueno, verá... yo... no se, no recuerdo ahora mismo, espere. digo cerrando un momento los ojos y tratando de recordar... Bueno aquel, aquel hombre era grande, y llevaba un sombrero sobre su cabeza, y la, la espada ya no se si era realmente tan grande o... o quizá me lo pareció a mi.

En cuanto a lo del acceso, bueno... lo cierto es que no pregunté nada, simplemente entré y busqué la zona de estudios de grabación y una vez allí fui buscando hasta encontrarla... lo cierto es que nadie me, me dijo nada... miro algo preocupado a la policía... Espero no haya hecho nada ilegal...

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07/07/2008, 17:39
Madeleine Strindberg

-No, señor, no se preocupe que no es por usted que lo digo. Es por saber si nuestro asesino tuvo que pasar por algún control.

Me levanto y camino hacia la puerta, pensando en algún detalle más que pudiera ayudarnos a esclarecer todo ese asunto.

-¿Un sombrero? ¿De piel? ¿Es bueno para calcular edades, señor Heller? ¿Qué edad cree que tendría ese hombre en dado caso que sea bueno? ¿Además de herirlo con esa espada... Vio cuando hería a esas tres personas? ¿Dijo algo, por más breve que sea? Podría ser importante.

Mataría por un cigarrillo en este momento, claro que entonces el buen Schwarz me mataría a mí y mi placer quedaría reducido a nada. Meto las manos en los bolsillos de mi chaqueta.

-Si recordara cualquier cosa más, ¿me llamaría?-le entrego una tarjeta que saco de mi billetera.

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07/07/2008, 17:53
Herman Heller

Lo siento no... no sabría decirle pero quizás entre no se los 30 y los 45 años, el sombrero... si parecía de piel.

Parece que ya terminará con las preguntas, y como no su tarjeta... Río cuando me la ofrece... Claro, puede dejar la tarjeta sobre la mesilla si no le importa porfavor. Creo que en ella se encuentra también la del anterior agente el señor Lehman... Ahora supongo que al igual que él me dirá que no salga de la ciudad sin avisarla no? me río un poco...

Esto suena demasiado a película disculpe que me ría...

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07/07/2008, 18:07
Madeleine Strindberg

Intento sonreír, para haber estado a punto de quedar tullido, tiene demasiado buen humor. Levanto una ceja.

-No se disculpe, celebro que tenga tan buen ánimo, le hará falta y en efecto. Procure no salir de la ciudad, aunque si Lehman ya se lo ha dicho, supongo que no necesito recordarle.

Mentalmente sigo pensando y repasando los datos adquiridos por medio de Heller, por si me he dejado algo sin preguntar, por si acaso fuera necesaria alguna otra pregunta o un detalle.

-Bueno...-miro a Steffan aunque me refiero a Heller.-Supongo que es todo, señor Heller, por hoy...

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07/07/2008, 18:16
Herman Heller

Sin responder a su comentario ni decir nada más, simplemente vuelvo a suspirar y me giro de nuevo colocándome en una postura cómoda... Lo cierto es que llevar esa bata no me resulta para nada gratificante pero supongo que debe ser así.

Me coloco mirando al techo y cierro los ojos, no creo que pueda dormir, pero al menos descansar algo me vendrá bien...

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08/07/2008, 10:31
Steffan Schwarz

El hombre que hasta ese momento parecía haber estado en silencio se adelanta hasta colocarse justo al lado de la agente, frunce el ceño al mirarla durante un instante, y luego centra su atención en el hombre que yace en la cama.

Un par de preguntas más señor Heller su tono de voz es mucho menos amable que el de la mujer, En la puerta de entrada hay un guardia de seguridad, y para acceder al segundo piso hay otro, la agencia de seguridad debería de despedirles por negligencia, ya que no lo vieron ni a usted ni al asesino, aunque supongo que por allí pasa mucha gente concluye casi hablando para si mismo Le he entendido que nadie le detuvo, ¿verdad? dice casi asintiendo.

Dice que la chica que iba con él, que no parecía su cómplice, sin embargo, no intento escapar, y que una persona no sea vista entrar ni salir, cabe dentro de la posibilidad, pero dos, se me antoja mucho más difícil, y más si como usted dice, la arrojó al suelo parece que iba a callarse, pero suelta una última pregunta, Así que usted le hizo frente, sin armas ni nada a un hombre que portaba una pistola y una espada, ¿nadie más de los presentes ayudó?