Partida Rol por web

Luc continuaba sonriendo, pero ahora con algo más de apatía, pues no se le había escapado el gesto de Anne, y eso no le gustaba demasiado, Yo bajaré el arma y usted me entregará su bolso, ¿de acuerdo? continuó en su idioma natal, haciendo un gesto con la cabeza en dirección al mismo.

Clement había traicionado a su jefe, pensaba que al tener el poder de las hermanas podría jugársela, se equivocó, el señor Blackwell no es alguien con quien se pueda jugar, es él con quien debemos hablar señoritas callo por un momento, creía haber dado más explicaciones de las necesarias.

Pog alguna gazón, Lea cgeía que usted segía de utilidad señog Fognes, pego el señog Blackwell opina lo contgagio, no es nada pegsonal amigo, me caes bien el cañón del arma se desvía para quedar frente al español, idioma al que ha cambiado para ser comprendido por el músico.

A la gemela no le cabe ninguna duda de lo que el tal Luc planea hacer a José y trata de buscar el modo de ayudarlo, de evitar que le dispare, pero José está por delante de ella y el tipo ese le apunta con el arma. No sabe qué hacer, se siente una inútil.

-No le hagas daño, por favor, no tienes para qué matarlo -le dice casi suplicante-. Te entrego mi bolso, tal y como pides, pero baja el arma. José no va a hacer nada, no puede hacer nada... tú tienes la ventaja sobre nosotros.

Parecía que no había sido mas que un simple peón en una farsa montada para acabar con Clement y llegar hasta las hermanas. Las posibilidades de salir vivo de ese apartamento parecían más bien escasas, la única salida estaba a unos dos metros a mi espalda y Anne vivía en un ático

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Y por algún motivo yo pensé que hacerle caso a una loca que me llamó al móvil era una buena idea..... pienso mientras Luc sigue con su explicación Si ya te caigo bien y una polla

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Las palabras de Anne hace que mi conciencia se revuelva A pesar de que yo tengo la culpa de haberla metido en este embrollo se preocupa por mí.....

Mi ritmo cardíaco y mi respiración comienza a acelerarse Vamos Jose se lo debes... pienso mientras en una décima de segundo mi cuerpo produce una descarga de adrenalina que me impulsa a cargar contra el francés con toda mi furia. Al lanzarme contra el busco alcanzar la zona del estomago tratando de que el impacto le haga perder el aliento y que su arma caiga al suelo

El francés reacciona con una inusitada rapidez, tal vez esperaba la reacción de José, al que esquiva casi divertido, aunque para hacerlo tiene que dar por unos instantes la espalda a las dos jóvenes que permanecen en la puerta.

Más que un movimiento entrenado han parecido puros reflejos los gestos de Luc, el cual, se revuelve dispuesto de nuevo a encararse con sus tres improvisados oponentes.

La repentina embestida del español logra poner en alerta a la más templada de las hermanas, la cual, en un acceso de adrenalina, se tiró de súbito a la espalda de su oponente nada más esquivar éste a Fornes...

Rodeó el cuello de Rhimes con sus delgados brazos, que ahora parecían haber sacado una potencia imprevista, y, asfixiándole en un primer momento con dicha presión, hizo que éste perdiera el equilibrio y acabó tirándolo al suelo violentamente, haciendo que el francés se diera de bruces contra la realidad: Había sido mala idea darles la espalda.

Igualemente, el arma y el bolso que sujetaba el tipo llegó a parar practicamente a los pies de su hermana, a la que dejó la acción de recogerlos... Solaine cogió aire y observó, atónita, cómo había conseguido aplacar a aquel asesino... Sin haber aprendido Kung-Fu:

- Nosotras... - volvía a coger aire, con las pulsaciones a mil - tampoco somos nadie con quien se pueda jugar, señor Luc...

Un gemido escapa de la boca del francés cuando es tumbado sorpresivamente por el impulso de la francesa, Luc se revuelve con rabia, intentado propinar primero un cabezazo sobre el rostro de la chica, pero no consigue, su objetivo. Así que procede a usar la fuerza física, e intenta librarse agarrando los brazos de la joven.

Pero a pesar de la intentona, Roux resiste, aferrada a su presa, de manera desesperada, su rostro contraído por el terrible esfuerzo que está realizando, seguramente no aguantará mucho más.

Anne por un instante se queda petrificada observando a su hermana aferrándose cual perro rabioso a Luc que se revuelve en el suelo intentando zafarse.

Está atónita contemplando la escena. Su mente parece hacer una rápida regresión a los recuerdos que conserva de cuando eran niñas y las molestaban por ser gemelas. Anne siempre había sido la de carácter fuerte, la que, como quien dice, tomaba el toro por los cuernos, mientras que a La-Roux se la veía más tímida y vulnerable, empero, siempre que las cosas se ponían extremedamente difíciles para ambas ella sacaba fuerzas de quién sabe dónde que llegaba a dar miedo y ahora, para la satisfacción de Anne y suerte de los tres en realidad, Solaine estaba dando muestras, otra vez, de todo ese coraje oculto que tiene.

Mira de un lado a otro, no sabe bien qué hacer pero sea lo que sea sabe debe hacerlo rápido y en un acto casi reflejo, desesperado, comienza a darle de patadas en la entrepierna, para, acto seguido, meter la mano al bolso y tomar la pistola.

No tiene la menor idea de cómo usarla, pero la toma firme y a dos manos, apuntándole directo a la cabeza.

-¡¡José!! -grita para que éste las ayude.

Pero que coño Pienso al ver que Luc había conseguido esquivar mi envestida con bastante soltura, parecía que el francés estaba acostumbrado a estas situaciones, ademas yo hacia algún tiempo que había dejado de entrenar.

Observo como La-Roux hace gala de casta y se abalanza sobre Luc y consigue adherirse a el como si de una lapa se tratase

Carai con las chicas francesas , desde luego son una caja de sorpresas Mientras tanto Anne saca una pistola y me grita mientras apunta a Luc

No, espera podrías dar a tu hermana! grito mientras busco algo contundente que utilizar como arma, una lampara, un candelabro, incluso una botella podrían servir como arma improvisada

Ademas necesitamos pensar Pienso, a pesar de todo lo ocurrido no me acababa de agradar la idea de la muerte de una persona mas Joder, no puede seguir muriendo gente a este ritmo....

Una vez localizo un objeto que utilizar como arma y aprovechando que La-Roux ha inmovilizado a Luc le golpeo en la cabeza tratando de dejarle sin sentido

La lluvia de golpes que recibe Luc entre algún que otro quejido, dolorido cesa en su forcejeo con Roux permitiéndole un respiro, José busca algo contundente para golpearlo, pero no es fácil encontrarlo en mitad de un pasillo de un lujoso bloque de apartamentos, y tampoco dispone de demasiado tiempo para buscar, así que una decorativa maceta en un rincón es lo único que ve al fondo del pasillo, y también a través de la puerta vislumbra alguna lámpara en el salón de Anne, así que se decide por esta última, moviéndose con rapidez.

Pero entonces algo sucede, el cuerpo de Roux se desploma como si de una marioneta a la que le hubieran cortado los hilos, cayendo al suelo con un golpe sordo, los ojos abiertos de par en par. Un tambaleante Luc, aún medio tumbado se encara con Anne, mirándola con rabia y odio, pero ya libre de la presión de su hermana. Maldita puta, no tienes valor para disparar, zorra dice en francés mientras comienza a levantarse.

José regresa hasta la escena, Anne continua apuntando al francés, y Roux parece inconsciente, en apenas unos segundos, la situación de cada una de las personas allí presentes, ha sufrido cambios que posiblemente sea difíciles de olvidar, y aún no ha terminado.

La oscuridad se aproxima, te rodea, la sientes, tus fuerzas se escapan, se pierden, ya no hay nadie, la adrenalina ha desaparecido, te sientes cansada, y abres los ojos…

Frente a ti está tu hermana, te mira con tristeza, sus ojos azules están fijos en los tuyos, te muestra sus manos, las palmas extendidas, luego las pone sobre tu vientre, pero no puedes apartar su mirada de la tuya, sientes unos latidos en tu interior, y ella alza las palmas de nuevo. Ahora están manchadas de sangre, y ella te sonríe de manera siniestra, un dolor lacerante te atraviesa todo el cuerpo, se ha separado de ti.

Está en la cima de una colina, la vez a lo lejos, los brazos alzados, teñidos de rojo, y ese sonido de algo que se arrastra, ahora si sabes identificarlo, los atrae hacia ella, hacia ti, te acercas a ella de esa forma que sólo en los sueños puede hacerse, sus ojos son negros ahora, en su totalidad.

¿Qué es lo que más deseas Sol? pregunta con su voz, tierna, seductora.

Anne abre mucho los ojos al ver a su hermana caer al suelo inconsciente. Siente que la sangre le hierve. Luc ha dañado a su hermana y es el peor error que ha podido cometer, porque a diferencia de lo que ocurrió con el tipo que yace muerto en medio de la sala, ahora la que tiene el arma es ella y está dispuesta a usarla.

-Maldita puta, no tienes valor para disparar, zorra -le oye decir y la mirada de Anne se endurece, es una mirada de rabia y odio.

-Te equivocas...

Ella no ha dejado de apuntarle a la cabeza en ningún momento, justo al rostro, medio a medio, con el cañón a escasos diez centímetros de distancia. Ya no existen miedos ni dudas, es simple y mero instinto de supervivencia. Siempre con el arma empuñada a dos manos, Anne Cavaliè presiona el gatillo...

Siempre hemos pensado que las expresiones del tipo “el disparo rasga el silencio como un trueno en la quietud de la noche”, son gráficas y recurrentes a la hora de describir un disparo, pero en este caso, no fue así como os pareció. Fue un estallido, seco, frío, brutal, un instante de muerte.

El cuerpo de Luc salió despedido hacia atrás, cayendo de espaldas con el rostro totalmente destrozado, de manera parecida a como cayó Julian hace apenas unos minutos, la sangre salpicó el rostro de Anne, le resultó algo desagradablemente familiar, le pareció oír una risa en su cabeza, tal vez fuera suya, o su grito al sobresaltarse por el impacto que le hizo retroceder. Olía, el arma olía de manera extraña, y quemaba, le abrasaba las manos.

A pesar de haber terminado con una vida, su hermana seguía sin moverse.

Anne cayó de rodillas al suelo, todavía con el arma entre las manos, temblorosa, impactada por la visión del rostro destrozado de Luc.

Bajó las manos, el arma quedó en el suelo y comenzó a pasarse las mangas por la cara, se frotaba con frenesí, el rostro mojado, estremeciéndose producto de las sacudidas que su cuerpo sufría. Lloraba. Lloraba como hace mucho no hacía. Era un llanto desesperado, nervioso.

-¿¡Dios mío qué hice!? -dejó escapar de sus labios.

Cuando estoy a punto d cargar contra Luc lampara en mano el estruendo del disparo corta en seco mi carrera, Luc cae desplomado al igual que Julian solo que esta vez no sentía lastima por el que yacía en el suelo

Dios, no para de morir gente..... Pienso mientras soy consciente de que la muerte de Luc lo único que hace es evitar que muera en esa habitación Seguro que a Lea esto no le gusta, por no hablar de ese tal Blackwell que directamente me quería ver muerto...

Mi mirada se desvía a La-Roux

Joder.... pienso mientras me arrodillo para comprobar su estado, coloco mis dedos indice y corazón compruebo su pulso