Partida Rol por web

¡Surcan como dos demonios! El mismo viento guía sus destinos, como si no necesitaran de una mano para darle un sentido a las feroces armas que vienen contra mi.

Se ha vuelto en un juego de quién se desgasta más rápido, de qué tanto logro escapar a sus ataques. Los giros de nuevo se acercan. Uno de ellos pasa cerca de mi rostro, siento su olor metálico. Finalmente lo esquivo.

Es el segundo, casi que como siempre, el que me trae problemas. Es un golpe vertical que viene directo hacia mi, desde arriba, con la intención de cruzarme en dos partes completas. 

No lo lograré esquivar... a menos qué...

Tengo en mente la forma del fuego, volátil e impredecible. Se esfuma para volver, porque no está y sí está al mismo tiempo; porque es caprichoso.

Igual soy yo, girando tras de mi con las manos al piso forzando mi cuerpo a un arco, en miras de eludir un ataque que no podré eludir. El chakra se concentra en mis manos y piernas hasta volverse visible, de un color rojizo. Estallan las extremidades de un lado dándome una forma imposible, inverosimil, ya sumada de mi pretérita forma somnolienta e hipnótica. Es como si una silueta mía se copiara así misma en una mejor posición, una anterior que sufriría el daño y una nueva que sale ilesa. Finalmente la primera se diluye en formas borrosas, siendo yo la verdadera silueta, indemne contra el ataque.

Salgo despedido tras de mi.

¡Hiroto! ¡Por esto me conocen como el Felino Fantasma!

Sentencio a mi enemigo. Siento los efectos de la batalla, el fragor de un combate de alto nivel. Pocos me impulsan para llegar a usar ése jutsu, esa técnica secreta. Es el estilo que hemos adoptado, la búsqueda continua por resucitar el poder ya perdido del felino demonio.

Hago los sellos y mi chakra empieza a generar un aura poderosa, terrorífica y macabra. Es gloriosa. El aura es blanca, tan brillante como ver el sol de frente, y uniforme hasta que empiezan a verse siluetas negras que bailan en rededor mío. Mis manos tocan el piso y éste empieza a sulfurar alrededor, casi que carbonizándose. Entonces el chakra toma más fuerza, más poder, y el aura alrededor mío empieza a dibujar mi verdadera forma.

Corro alrededor de la arena haciendo gala del poder que tengo ahora. Juego con la expectativa de mi oponente.

El nivel del combate parece aumentar a pasos agigantados. Sunauto ha demostrado hasta el punto al que es capaz de llegar para vencer este combate. Hiroto contempla la imponente forma felina en la que su rival se ha transformado. 

Pero no se dejó amedentrar por las técnicas de su rival. Empezaba a notar el cansancio pero todavía podía luchar al nivel que su contrincante le exigía. De nuevo el chakra se arremolinaba alrededor de su cuerpo a medida que avanzaba hacia su rival. Un aire huracanado rodeaba a Hiroto a la espera de ser utilizado como arma mortal por quien manejaba tal cantidad de energía. Después de realizar los sellos necesarios, el aire se concentraba rápidamente hacia el brazo de Hiroto para ser proyectado con un poderoso golpe al frente. Una onda de aire avanzaba imparable hacia la Sombra que tenía enfrente levantando aire y tierra a su paso.

El chakra se vuelve a remolinar en su mano consumando una esperanza de victoria, un llamado a la resolución de ésta batalla. Gira sobre si con la contienda bajo su mando, con miras a celebrar de forma anticipada. Pero soy el felino fantasma.

Poder de los vientos pasa sobre mi. Siento el silbido poderoso. Escucho el siseo de las ráfagas. Me eluden, pasan de mi aunque mi enemigo cree que es ésta forma mortífera la que soporta impenetrable. Por eso es un poderoso Genjutsu.

No siento el daño pese a lo destructivo del jutsu. Alrededor mío no hay más que destrucción y polvo levantado. 

He salido disparado contra una pared tras de mi. Si tan solo hubiese habido más espacio yo habría acelerado, habría tenido oportunidad de tomar mayor fuerza para impactar contra algo y ver sobrepasada la defensa que he erguido alrededor mío. 

Al final he salido victorioso. Mis ojos arden. El cuerpo arremete para atacar de nuevo.

¡GRUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

¡Veloz!

Corro hacia mi oponente como un esmilodón imparable. Soy el felino de fuego, el que ruge para anticipar el final de su enemigo. La zarpa llameante, los dientes del infierno preceden mi poder.

Voy veloz en su dirección, insostenible. Ni nuevas ráfagas de viento podrían detenerme. Sin embargo me agazapo cada vez más, preparándome para dar un brinco sobre él, como si fuera un ratón a punto de caer perdido en mis fauces demoledoras. Algo en mi rostro espera. 

Dentro de mi la llama no perece. Aguanta al momento oportuno de arder. 

Cuando llegue a mi enemigo sabrá por qué soporto, porque llego como una exhalación iracunda y ardiente. Y será lo último que vea. 

inteligencia + percepcion

Sunauto se convierte en una forma difusa, en un depredador hostigando a su presa esperando el momento justo para atacar. Pero Hiroto no tiene pensado convertirse en presa de nadie. 

Su rival utiliza técnicas que son la antítesis de lo que Hiroto ha aprendido y por ello sabe que debe se cauto. Así poco a poco acerca su espalda a la pared para no ser pillado por sorpresa y agudiza sus sentidos para ver llegar a su contrincante.

Hiroto notaba un sudor frío recorrerle la frente. Sunauto parecía disfrutar con la incertidumbre que estaba causando a su rival al crear un jutsu ilusorio. La determinación del guerrero no decaía, pero la tensión y la espera no hacían más que minarlo moralmente.

Pero a pesar de la adversidad, Hiroto mantiene sus sentidos en alerta constante. Poco a poco se cerciona de tener la pared del campo de batalla a su espalda. Cuanto más espacio le diese a su rival para atacar, más posibilidades tendría de responder a su ataque. Pero el tiempo pasa lentamente y lo que para el espectador puede ser apenas un segundo, para Hiroto parecía una eternidad. "No podrás esconderte para siempre." 

La duda. Como un espectador se adhiere al muero tras de si, asustado y acorralado.

No lo olvides felino: las bestias se defienden cuando no pueden huir. Sus filos están elevados, sus armas están listas para eludirme a la menor sospecha de que en verdad le atacaré. Sólo sabrá el giro de la fortuna qué decisión tomará.

Todo puede terminar ya para él o para mi, dependiendo de qué decisión tome. ¿Es hora de atacar felino que acechas?

¡GRUAAAAAAAAAAAAA! Aquel felino frente al enemigo suelta sus rugidos. Es mi voz, es mi clamor de guerra. Es hora de acercarme mientras saboreo su temor.

El campo de batalla está listo.

Mi enemigo aun no sabe dónde estoy, padece el genjutsu. Ve cómo se acerca su muerte, pero no ve el camino correcto.

Me adelanto con agilidad y rodeo su posición con el filo de la explosión. Todo terminará en un solo movimiento, uno final, uno definitivo.

Paso con paso ligero al frente de él, apoyando las palmas como plumas al suelo, dejando a mi paso dos etiquetas explosivas, cobijadas en las sombras de mi genjutsu. Vuelvo a mi lugar tras describir una media luna con mis pasos agraciados y veloces.

¡BOOM! Hago el sello final.

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