Partida Rol por web

El efecto de la ilusión bajo la que estaba afectado se disipa poco a poco hasta mostrar la verdadera ubicación de Sunauto. El engañoso shinobi había tomado mucha distancia de Hiroto.

Una vez de vuelta a la realidad, Hiroto se lanza nuevamente al ataque pero no sin mandar un aviso de su arremetida. Su chakra se arremolina alrededor de sus espadas recubriendo sus hojas con su energía. Según empieza a correr hacia su rival, Hiroto da un espadazo en el aire liberando el chakra que estaba acumulando en una onda de pura energía que se dirigía directamente hacia Sunauto.

Poco a poco veo cómo el shinobi frente a mi se libra de cada una de mis técnicas, no sin pagar antes el precio de sangre. Pienso por un segundo en los árboles de un bosque, en el lodo bajo la tierra, incluso en las posiciones elevadas que tanta ventaja dan en el campo de batalla. Éste territorio es inerte, simple, básico, sin muchas alternativas. No tengo dónde esconderme para actuar como normalmente lo hago.

Aun así sigo combatiendo contrario a mi forma habitual de enardecer la entropia en mi favor. El azár del territorio que juega como otra herramienta más al servicio de la inteligencia.

Pero la entropia, ése giro de la fortuna también está en los sujetos, y en su forma caótica de ver el mundo. Incluso cuando deciden la ofensiva. 

Éste ataque es un intento por debilitar mi mente, por dividirla en lo que fuera que iba a hacer. Pero no es suficiente. Sin confiarme, que nunca lo hago, siento que logro leer los movimientos de Hiroto con la suficiente precisión para calcular mis movimientos.

De nuevo aquella ráfaga mortífera viene sobre mi, pero ésta vez la eludo sin necesidad de dar un salto. Me apresuro al encuentro de mi contrincante barriéndome en el suelo con agilidad y presteza. Justo frente a mi enemigo, giro sobre mi cuerpo, apenas para levantarme del suelo con la mano zurda para golpear al ninja frente a mi con la furia de mi chakra concentrada en las piernas.

De ellas salen potentes llamas, bravas y coléricas, como una explosión carmesí. 

Después de ver cómo su rival esquivaba otra vez su ataque, fue en la arremetida de Sunauto donde vio su oportunidad de encajar por fin un golpe sobre su contrincante. Aunque no sin sufrir ningún daño.

Concentrado, esperó lo que pareció una eternidad para poder ver a través de sus movimiento. Las llamas que generaban sus golpes no resultaban ninguna distracción. Con una determinación absoluta, Hiroto se mueve dejándose llevar por su instinto para detener cada uno de los ataques de su rival. Su espada se convierte en un borrón refulgente de chakra que se interpone entre el furioso ataque de Sunauto y Hiroto.

Hiroto había conseguido sobreponerse al furioso ataque de Sunauto tras el frenético intercambio de golpes. Así que aprovechando la inercia de su arremetida contra los ataques llameantes de su rival, Hiroto decide lanzar su ataque al instante para no dar tregua al formidable contrincante que tenía enfrente.

Con movimientos fluídos, encadena una serie de cortes cruzados. Las espadas nuevamente cortaban el aire con el objetivo de encontrar un hueco en la guardia de su rival.

Ya decia yo que no me daban los numeros. Por ahora irian asi de gastos, aunque pueden consultar en el pnj

Sunauto 26 motas, 4 pd 
(aumento de velocidad (4m), 
aumentar esquiva (1d), 
giro ardiente (4m y 1d), 
esquiva de las 7 sombras ( 4m y 1d), 
gonkaku yume no jutsu (6m), 
aumentar esquiva (1d), 
ataque de puño ardiente x2 (8)

hiroto 30 motas, 2 pd, -16pv 
hoja de vacio ( 8m y 1d), 
golpe de huracan (3m y 1d), 
golpe cargado de chakra (8m), 
bloqueo cargado superior (3m), 
filo etereo (2m), 
bloqueo cargado de chakra (6m)

Suspendido en el aire. Mis piernas golpean contra las armas de mi contrincante destellando un fuego que nunca llega a su destino. Casi que al mismo tiempo el enemigo maniobra sus dos filos y yo me giro con la misma mano para esquivarle.

Primer cuchillada. El filo diagonal llega sanguinario, con hambre de piel y carne. Justo en el último momento logro soportar el peso en el hombro, para girar sobre él contra el suspiro que por poco me rebana.

Segundo corte. Asesta contra el aire, pero decidido, conociendo ya su trayectoria, decido descansar el peso hasta el suelo, ya sin el soporte de mi mano, apenas para girar y emprender una mejor alternativa para contra atacar.

Es el momento. Ahora.

Salto lo más lejos posible, solo para esperar que el enemigo se acerque. Por fin lo esperaré, por fin usaré mi técnica del felino fantasma. Seré como el fuego que todo lo incendia, como la chispa que se mueve aleatoria. Como la suerte que recorre al cazador veré, por fin develaré la verdad y daré un final postergado.

Hiroto, has sido un buen contrincante. Pero deberás superar TODO lo que has hecho hasta ahora si quieres ganarme. 

Hago los sellos y termino en el tigre. Es el sello del fuego, del elemento que todo lo consume. Mis ojos mismos resuenan con el resplandor de un naranja intenso que se arremolina alrededor del iris, con furia, con tenacidad. 

Soy el azár, la forma imposible. Mi cuerpo es un sueño ondulante, listo para enfrentar al enemigo.

Forma del Dragon de Fuego. Taijutsu de Fuego.

Sunauto cogió distancia y parecía concentrar una cantidad considerable de chakra al tiempo que realizaba complejos sellos con las manos. "Esto no me gusta." Piensa Hiroto al contemplar la mirada desafiante de su rival.

Sin amedentrarse, Hiroto avanza manteniendo una distancia prudencial. Ya lo cogió desprevenido una vez y no ocurriría dos veces. Pero no por estar lejos iba a cejar en su ataque... El chakra se hacía visible en sus espadas y ondulaba proporcionándoles un brillo inusual. Una vez rodeó a Sunauto frenó en seco y liberó la energía contenida en las hojas de acero. El aire se cortaba abriendo paso al arco de chakra que se dirigía hacia su rival. Ni por un momento le daría un segundo de descanso.

Siento por encima del chaleco un impacto letal, cortante y veloz. Sabía que vendría, lo esperaba, era su oportunidad de actuar antes que fuese mi momento. Pero ha sido desaprovechado. 

Sí, siento el ardor bajo mi cuerpo. Un poco más y habría perforado mi piel, dañándome sin piedad. Pero el equipo ninja ha sido suficiente para protegerme de sus sables. Otra habría sido la situación si él hubiese atacado frente a mi, con el pleno de sus filos inundados de energía espiritual.

Miro a Hiroto con una sonrisa petulante, queriéndole provocar. Mírame, estuve desnudo para ti y no me dañaste más que esto. Debiste matarme.

Ahora la vas a pagar.

He completado el jutsu. Soy el sueño etereo, el fantasma de fuego. Soy el felino que se mueve como una llama crepitante que se esfuma aleatoriamente contra su enemigo.

La onda de chakra impacta en Sunauto pero no parece causarle mucho daño.

Hiroto maldice para sus adentros al tiempo que se lanza directamente hacia su rival. El sonido de sus espadas cortando el aire se convierte en una constante del combate al blandir el acero con la intención de derrotar a su enemigo. Pero sabe que eso no será suficiente para atravesar sus defensas así que de nuevo concentra chakra en sus armas, dejando un rastro de energía a medida que las espadas trazan un arco en dirección a Sunauto.

¡Surcan como dos demonios! El mismo viento guía sus destinos, como si no necesitaran de una mano para darle un sentido a las feroces armas que vienen contra mi.

Se ha vuelto en un juego de quién se desgasta más rápido, de qué tanto logro escapar a sus ataques. Los giros de nuevo se acercan, pero sólo logro eludir el primero de ellos muy a pesar de mi velocidad sobrenatural.

La esquivo con abundante maestría, pero la segunda la soporto con bastante agonía. Impacta directo, dejándome a la suerte, de nuevo, de la fortaleza que recubre la armadura.