Partida Rol por web

Okazaki agitó la cabeza en gesto de negación.

- Parece un ritual antiguo de sellado cuyo objetivo era el oni.- Sin embargo, el ceño fruncido de la estratega indicaba que no era tan sencillo.

- Pero los pictogramas… las imágenes… no concuerdan con las de ninguna tribu o clan que yo conozca. Tampoco hay relato que hable de monstruos de esta clase vagando por el país de la Hierba en ninguna época. Los primeros fueron el Juubi y los Biju… eso dice la historia. Hubo algunos otros, pero...- El silencio siguiente indicaba que o bien Okazaki no lo conocía, lo cual era raro, o podían ser acontecimientos tan antiguos que hubieran sido pasto del olvido.

A menos que falte una parte en los libros. Algo importante. No es imposible, no si se tiene en cuenta las cosas que se revelaron durante la Cuarta Guerra Shinobi y cuya existencia se habían olvidado durante siglos, como lo fue Kaguya…

- Una tribu misteriosa.- ¿Quizá a la que ella se había enfrentado?¿Pero qué objetivos tendrían?- Y demonios devoradores de chakra, en un pasado imposible de cuantificar. Esto nos queda extremadamente grande. Debemos informar cuanto antes.

Para lo que Hiroto era una lucha entre un grupo de guerreros y un demonio, para Oka era algo mucho más complicado y peligroso. Ciertamente no sabía qué pensar de todo esto... Si el Oni había sido sellado en el pasado, ¿quién lo ha liberado de nuevo y por qué? -Si hay alguna clase de sello que podía encerrar al Oni, tenemos que averiguar lo que podamos sobre ello.- Le dijo a la estratega con una determinación que no llegaba a ocultar del todo su preocupación por lo que habían averiguado allí abajo. -No podemos volver hasta que no sepamos cómo detenerla.- Estaba claro que ellos dos poco podían hacer para contener semejante monstruo. Pero no podían regresar con las manos vacías. -Sigamos avanzando por el túnel. Tiene que haber algo más.- Hiroto se puso nuevamente en marcha.

- Tú mandas.-Contestó Okazaki para después adelantarse al guerrero y caminar la primera en silencio y fijándose en todo.

La pareja continúa avanzando. Hay más pictogramas, algunos ilegibles por el tiempo y las raíces que han calado dentro, otros claros. Aunque requeriría tiempo de investigación el quedarse a estudiarlos, cosa que no se puede hacer mientras buscan el final. Y la hamaki todavía no regresa. Ya es indudable que deben haber pasado bajo la aldea y se encuentran en los campos más allá, de camino al molino.

El eco de sus pasos se hace más fuerte. Como si el camino se agrandase adelante… Lo notan justo antes de arribar a una gran cueva que parece abrirse en un recodo, inadvertida hasta entonces...

Están en el borde de una repisa, a una decena de metros del suelo. Hay una debil luz azulada que ilumina el lugar, con un deje de chakra que flota en la atmosfera... Justo a tiempo realmente, la antorcha no iba a durar mucho más. Y la fuente de la luz parece esta a unas decenas de metros delante. ¿Que sera exactamente?

Los ojos de Okazaki, mucho más acostumbrado a la ausencia de luz que los de Hiroto, fueron los primeros en percibir la fuente de luz*. Inmediatamente apresuró el paso, adelantándose aún más al líder del equipo ninja hasta llegar al final de la repisa.

- ¿Chakra?- Musitó Okazaki cuando Hiroto logró alcanzarla.

El dolor desapareció, o eso pensó, pero quedó suspendido en el aire, como un perfume de muerte, o un sonido constante, que rompía el silencio que pensó que vendría luego de la muerte. El dolor, mucho dolor que fue reemplazado por el sonido replicante del fuego y que removía las brazas de aquellos recuerdos que la perseguían en sus sueños. Dolía. y el aire se acaba, mientras era reemplazado por el humo sofocante de esos recuerdos, pero esta vez no hay gritos, sino el acético de una voz que estaba odiando. 

Sintió la fuerza de la cuerda de su arco entre sus dedos, la fiereza de esa flecha, y esa voz. ¿caería?, podría rendirse, pero no estaba en su código. Tensó aún más el arco, y lanzó la fecha contra las sombras, buscando acabar con ella las sombras que intentaban apresarla.

- nunca caeré en tus garras sin pelear... jamás...- exclama con vehemencia y seguridad, para buscar lanzar más flechas a esas sombras, si debía acabar una a una, lo haría. 

La flecha cruza el aire, pero se disuelve de camino a las sombras. Entonces lo comprendes. Las sombras no son el oni, sino tu pasado. La flecha era el poder que prometía… y ahora se retira al rechazarlo.  Pero no desaparece del todo, puesto que sientes el calor en tu vientre, y este se intensifica todavía más, mientras el enemigo se cierne sobre ti.

-Entonces no tendrás nada…pero me servirás igual.

Duele. Duele mucho. Sientes como quema por dentro y entonces, en un parpadeo, la escena cambia. Ahora estas en el suelo de tierra, en el campo. La criatura se alza frente a ti, mientras retira las garras de tu vientre. Las manos se te llenan de sangre al tocarte… fue un golpe brutal. No obstante, estas viva. ¿Pero qué más?

En el vientre de Nadeshiko, además de los agujeros de las garras, se perfila una atroz quemadura, igual que en el pecho de Sunauto, o casi. A diferencia de este, sin embargo, las marcas negras no se deslizan por la piel, sino que son un remolino que se desplaza solo entre sus heridas.

La gran serpiente deja escurrir la sangre de las zarpas al suelo, lentamente. Luego alza la cabeza hacia el cielo, expandiendo su percepción mientras habla en tono bajo y siseante..

- Ocúpate de ella… atiende ssuss heridass… y detenla aqui ssi trata de esscapar. Pero no la matess ssi no ess pressiso. Debo ir por loss otross....

Esta ordenando a alguien. Pero hay solo dos presentes y una unica mujer. Cuando la mirada de los dos shinobi se encuentra, lo comprenden. Han elegido caminos diferentes.

Porque el receptor de aquellas ordenes solo puede ser uno...

Él había caído, Nadeshiko sigue en el suelo, casi sin fuerzas, y luego de escuchar esa orden, se estremece, lo había perdido, se había ido, los ojos de ella se llenan de lágrimas, pero no puede ni levantar sus manos para tocarlo. Dolía su pecho, y no eran por las heridas. Dolía.

-... no... te juzgo... - murmuró tragando saliva, ni sabía cuánto de su compañero quedaba, o si sólo era parte de ese demonio -... no... lo hago...- cerró los ojos, y las lágrimas se deslizaron por ellos, perdiéndose en su cabello...

Los dos shinobis continuaron caminando por el oscuro y macabramente decorado túnel. La sucesión de inscripciones y dibujos era interminable y muy a menudo ininteligible. La llama de la antorcha ondeaba cada vez más débil, amenazando con apagarse en cualquier momento. 

Finalmente, la luz se extinguió. Pero para sorpresa de Hiroto, una luminosidad azul le permitía vislumbrar tenuemente su entorno. Oka se le adelantó todavía más alentada por el origen de la extraña luz. -Ten cuidado.- Le dijo a su compañero mientras él mismo apuraba el paso para alcanzarla. 

A medida que se aproximan la sensación de peligro aumenta, pero no encuentran nada sospechoso que la justifique. Tal vez, solo el aura siniestra del lugar, algo que ha quedado en las piedras si, como parece, es el sitio de sellado del oni.

Finalmente pueden ver mejor la luz. Es un cristal azulado… Incluso un civil se daría cuenta que emite energía y chakra, pues esta pulsa levemente al tiempo que se mueve en lentos círculos dentro del mismo. Ninguna gema común haría tal cosa.

Parece estar asentado en el suelo, en medio de alguna clase de limo baboso que también lo cubre en parte por su superficie, pero más que nada forma un charco a su alrededor. Apesta a muertos, sin duda, pero lo peor es que parece bastante fresco y todavía húmedo…

La tensión se mascaba en el ambiente, o al menos eso le parecía a Okazaki, quien habría el camino. Pronto esa tensión se materializó en un olor desagradable y un regusto repugnante en la garganta.

- Es como si hubiese estado sellado aquí mucho tiempo...su esencia maligna se ha quedado adherida a las cosas.- Se notaba a la estratega muy asustada. Observó desde la distancia, algo más próxima, el cristal. Parecía emitir chakra pero aquello no tenía demasiado sentido. ¿Cómo un oni que se alimentaba del chakra de los demás dejaría el cristal ahí? tuvo que taparse nariz y boca con la manga para aproximarse más a examinar el limo que había alrededor.

Acuclillada cerca del apestoso limo, usó uno de sus kunais y hundió su punta en él, para después observarlo de cerca sin tocarlo.

El ambiente estaba cargado de amenaza y la presión no dejaba de aumentar a cada paso que daban hacia el interior del túnel. Un hedor provenía de la esfera de chakra y Oka le explicó brevemente el motivo. Ella no dudó en acercarse hasta el origen de tan fantasmagórica luz y Hiroto la siguió con la misma determinación. Cerca del limo, el espadachín también se acercó para intentar saber a qué se debía ese líquido putrefacto. -¿Sabes qué es este cristal?- Le preguntó a Oka. Ella era la inteligente del grupo y, pese a su evidente relación con el Oni, quizás Oka pudiera ampliar un poco esa información tan básica.

El limo en cuestion es una sustancia natural... concretamente, un apestoso vomito.

Asi es, los repugnantes fluidos que rodean y cubren al cristal, en los cuales Okazaki busca una muestra con su kunai, no son otra cosa que acidos estomacales, babas y otras excreciones propias de un abundante e inhumano vomito. Inhumano, sobre todo, por que ni por cantidad ni apariencia, eso pudo provenir de un estomago humano. 

Hizo bien con tocar el engrudo con la punta del kunai.

- Esto son...jugos gástricos*. Pero de algo inhumano...- ¿Sería posible que el oni hubiera regurgitado algo así?- ¿Crees que deberíamos llevárnoslo?- Preguntó a Hiroto y, por un momento, alargó la mano como para agarrar el cristal, aunque al final se detuvo y lo observó con una desmedida curiosidad.

Indudablemente, es un cristal de chakra. Sin embargo, su naturaleza es totalmente diferente a la de los cristales conocidos y utilizados actualmente en por las Aldeas.

Los cristales de chakra almacenan una pequeña cantidad de tal y otorgan bonus o efectos a su portador, el más básico ayudarle a recuperar su energía, pero también otros poderes. Funcionan solo cuando la naturaleza elemental del mismo es afín con la del cristal. Fuego con fuego, aire con aire, etc.

Sin embargo el que tienes enfrente no tiene ninguna afinidad elemental. Es puro Chakra, sin matices de ninguna clase. Y por su tamaño, es una reserva mucho más grande que ninguno que vieras. Sea lo que sea realmente, no hay nada igual hoy día.

Hiroto contempló la muestra que Oka recogía con el kunai mientras su compañera le daba su veredicto. -De eso no cabe duda.- Convino con ella. Aunque Hiroto no estuviese muy al tanto en temas sobrenaturales, sabía reconocer un vómito en cualquier lugar por muy exótico que fuese su origen. -Y lo de inhumano reduce mucho el misterio de quien a podido ser el causante de este desastre.- Añadió con una clara insinuación de la relación del asqueroso limo y el Oni.

Pero aquella certeza no les iba a servir de nada. -Aun así, ¿sabes algo de esa esfera?- Preguntó sin dejar de mirar el brillante objeto. -Parece que lo haya vomitado. Y si ha sido así, quizás tenga algo que ver con la rotura de su sello.- Trató de aportar alguna idea. Hiroto se sentía un tanto desquiciado al estar rodeado de tanto misterio sin poder esclarecer nada. Esa clase de intrigas no era un ambiente idóneo para el espadachín. Pero, por el contrario, sí lo era su amiga.