Partida Rol por web

Sin decir nada en voz alta Gekko hizo tal y como Ryuuji le pedía dejándole pasar delante. Y fue una suerte, pues el Aburame ni siquiera estaba seguro de si habría podido sortear aquellas trampas de no ser por los avisos del ninja. Quizá era más que un bromista irresponsable, después de todo.

La red no era un problema: después de todo tenían cómo cortarla si se veían atrapados. Sin embargo si además se alertaba de algún modo a los bandidos, como con las trampas para osos... Eso era harina de otro costal.

Gekko avanzaba en silencio, dándole vueltas a cómo usar eso en su favor. Quizá podrían usar un palo para activar una de las trampas y tenderles una emboscada. Aunque también podrían ser ellos los emboscados.

En eso se encontraba cuando sintió cómo Tetsu echaba a correr.

- Tsk. - Chistó con disgusto. Por un momento se pensó dejarle ir. Quizá con lo que le pasase aprendía. Sin embargo no tardó en cambiar de opinión: después de todo se suponía que eran un equipo. Con pasos ágiles corrió detrás de su compañero, intentando estar preparado para reaccionar al menor indicio de problemas.

La estrada a la cueva tenía varias trampas, y aunque ninguna de ellas era especialmente peligrosa, caer en ellas alertaría a los bandidos escondidos en ella. Por suerte, no me costó demasiado distinguirlas en la oscuridad, por lo que pude avisar a Gekko y a Tetsu de su presencia.

No parecen haberse esforzado demasiado en ocultarlas- pensé mientras avanzábamos en silencio -Con algo de suerte podremos darles una buena "sorpresa"- me dije... justo en el momento en el que Tetsu decidió lanzarse hacia delaante sin pensar en las consecuencias.

Maldito idiota- mascullé sin poder evitarlo, puesto que lo que hizo me recordó al tipo de comportamiento por el que abogaban mis padres -Va a hacer que nos maten- añadí maldiciendo mientras cogía un kunai de su estuche y me adentraba en la cueva tras él y Gekko, aunque quedandome algo por detrás para poder reaccionar en caso de imprevisto.

Su gozo en un pozo, o eso decían los aldeanos. Pensaba encontrarse con un grupo de bandidos armados hasta los dientes dispuestos a plantar batalla, y lo que se habían encontrado era un considerable muro que impedía el paso. ¡Si sólo supieran cómo trepar sobre paredes! Pero eso no había entrado en los estudios de la Academia, por lo que tendría que ser su nuevo Jounin - si pasaban la prueba - quien les enseñara.

- ¿Y si usamos el Bunshin no Jutsu...? - se preguntó en voz alta, mirando el muro - Bueno, probablemente no llegaríamos hasta arriba del todo y tendríamos que trepar, pero ¿qué os parece como idea?

Gekko avanzó junto a los demás, atento a lo que les rodeaba. Esperaba que en cualquier momento aparecieran una decena de bandidos rodeándoles, y no sólo se sentía preparado, sino también con ganas.

Sin embargo fue otra cosa lo que los detuvo: un muro realmente alto. Gekko observó a sus compañeros y se tomó un instante, valorando lo difícil que sería treparlo. El esfuerzo no merecía la pena. Acto seguido, cuando escuchó a Tetsu hablar de usar el Bunshin terminó de acercarse a la pared y puso la planta del pie derecho en ella. Lo hizo apoyando el peso y tanteó un instante el terreno, como si comprobase la firmeza de la pared. Después, sin separar ese pie del muro levantó también el otro... Y no llegó a caerse.

Desde su nueva posición de pie sobre la pared y perpendicular a esta Gekko observó a sus dos compañeras, dibujando una media sonrisa. Y sin llegar a decir nada empezó a caminar despacio hacia la parte alta, con toda la calma del mundo mientras ellos buscaban su manera de hacer las cosas.

Por suerte, Tetsu no pudo adentrarse lo suficiente como para poner sobre aviso a los bandidos, ya que apenas hubimos avanzado algo cuando nos topamos con un muro cortándonos el paso. Muro que, por desgracia, no parecía especialmente sencillo de trepar.

¿Y ahora qué?- murmuré para mí mismo, pensando en cómo podíamos pasarlo.

¿Usar los bunshins?- me pregunté, mirando extrañado* a Tetsu, ya que su propuesta no tenía demasiado sentido -Claro que también se ha lanzado de cabeza hacia la cueva sin pensar demasiado, así que…- pensé con un suspiro, momento en el que vi a Gekko empezar a subir por el muro… andando.

¡Vaya, cuando acabemos aquí me tienes que enseñar eso!- le dije emocionado, aunque también algo molesto por no poder ponerme a ello ahora. Claro que al menos, el verlo me dio una idea.

¿Tetsu, que tal si me impulsas?- le pregunté señalando el muro -Si Gekko espera arriba puede echarme una mano y ayudarme llegar. Luego tu trepas todo lo que puedas y te agarras a nosotros- le dije -Aunque sería mejor si tuviésemos una cuerda- añadí.

No pareciera que su idea de usar la técnica que conocían desde la Academia les hubiera gustado mucho, porque tampoco le respondieron. Sin embargo, Gekko empezó a caminar por la pared como si fuera lo más fácil del mundo. Eso enfureció a Tetsu, porque no sólo le habían ignorado, sino que le estaban demostrando que era el más torpe de los tres tanto en control de chakra como en estrategia. Justo en su orgullo adolescente.

- Sí... te ayudaré a trepar - dijo, haciendo un mohín,

Gekko escuchó las palabras de sus compañeros, y se limitó a asentir en silencio en dirección a Ryuuji cuando habló de enseñarle aquello. Luego se planteó que lo más sencillo sería que él cargase primero a uno y luego al otro hacia arriba, aunque tampoco iba a decirles cómo hacer las cosas.

De modo que con tranquilidad siguió caminando hacia la parte superior, decidido a aguardar allí hasta uno lanzase al otro. Sin embargo eso iba a dejar al último seis metros por debajo de ellos y sin posibilidad de subir aquellos seis metros, así que acabó por emitir un suspiro y girarse, mirándoles desde arriba.

—Esperad —les dijo antes de hacer una prueba. Tomó uno de sus kunais y, agachándose, trató de clavarlo en la roca. Él tenía ocho encima, si los otros tenían una cantidad parecida, con todos podrían hacer una vía para que trepar fuera sólo agarrarse de unos a otros.

Va, no te pongas así- le dije con una sonrisa sincera a Tetsu cuando vi el mohín que hizo al contestarme. No es que supiese el motivo, más bien al contrario, aunque estaba seguro de que era por tomarse las cosas demasiado en serio.

En fin, que se le va a hacer- me dije, alejándome un poco del muro para tomar carrerilla, empezando a correr tras alejarme un poco… solo para frenar en seco nada más comenzar a causa de lo que dijo Gekko -¿Qué pasa?- pensé, algo preucupado por si los bandidos nos an descubierto.

Vaya, buena idea- le dije a Gekko al ver lo que intentaba, con algo de alivio en la voz al ver que no había ningún peligro inminente -Usa los míos sin necesitas más- añadí, esperando a ver si conseguía clavarlos lo suficiente en el muro.

Le había dado mucha envidia que su compañero pudiera ascender por la pared tan fácilmente, pero tenía que reconocer que el silencioso muchacho había tenido una gran idea. Le dedicó una sonrisa de medio lado y asintió lentamente, para luego ayudar a Ryuuji a marcar la escalada con sus propios kunai. Él tenía bastante fuerza, con lo que las hendiduras que él hacía eran más profundas.

Luego, cuando hubo acabado, empezó a ascender.

A pesar de que Gekko no consiguió clavar los kunais como había querido en un principio, al menos sí que pudo hacer huecos en el muro con los que podríamos ayudarnos para trepar, así que esperé a que acabase.

Con un poco de ayuda, esto será fácil- pensé… pero por desgracia, esa ayuda se puso a trepar en cuanto Gekko acabó sin pararse a pensar nada más -Maldito Tetsu- me dije al verlo trepar sin mayores problemas.

En fin, que le voy a hacer- murmuré, por lo que me acerqué al muro y comencé a subir, a pesar de que el trepar por muros y paredes no era algo que se me diese precisamente bien… lo cual no tardó en ser evidente.  

Gekko subió sin ningun problema y Tetsu le siguió sin dificultades gracias a las hendiduras hechas con el kunai. Pero Ryuuji... no era capaz. Lo intentó varias veces, muchas, hasta que finalmente consiguió llegar arriba gracias a la ayuda de su compañero Tetsu, que tiraba de él desde arriba.

Una vez alli vieron la siguiente sala, era una sala grande, con una gran salida al fondo. Tendrían que bajar y atravesarla para continuar hacia el final de la cueva.

Por ahora no había demostrado ser de mucha utilidad. Ryuuji tenía una muy buena vista para las trampas, y Gekko dominaba genial el chakra. Estaba deseando llegar a algún enfrentamiento para demostrar de qué era capaz a sus compañeros y a él mismo. 

- ¡Arriba! - dijo al joven pelirrojo, tirando de su brazo para auparle hasta arriba - Hay cosas que no termino de comprender de todo esto. Dudo que los bandidos usaran esta entrada, no hay escaleras, ni cuerdas, ni siquiera marcas que no hayamos hecho nosotros. Y esas trampas... hay cosas más peligrosas en el jardín de la señora Matsuo...

Negando para sí sin encontrarle sentido a todo aquello, siguió a Gekko pegado a la pared.

Maldito muro y maldito el que lo haya creado- pensé una y otra vez mientras intentaba sin demasiado, o mejor dicho, ningún éxito trepar por aquel muro del infierno para llegar arriba junto a Gekko y Tetsu… y de no haber sido por este último, quien al final me tendió una mano y tiró de mí, podría haber estado intentándolo todo el día sin conseguir nada.

Gracias- le dije una vez arriba mientras miraba lo que había al otro lado del muro, que resultó ser una sala de buen tamaño sin nada destacable a simple vista más que la salida que tenía al fondo.

Si lo han creado ellos con alguna técnica, es normal que no haya marcas- le dije a Tetsu en respuesta a su comentario -Y lo de las trampas, puede ser para que nos confiemos, así que no lo hagamos y vayamos en silencio- añadí… a pesar de que en el fondo, un parte de mí pensaba como él.

Aquí hay algo que no me cuadra- me dije, pero a pesar de ello, poco podía hacer, así que descendí del muro junto a Gekko y Tetsu, indicándoles con gestos que me dejaran ir delante como antes para intentar ver cualquier posible trampa -Al menos en eso, no soy tan inepto como trepando- pensé, haciendo una pequeña mueca.

Gekko avanzó detrás de Ryuuji con cuidado y sin prisa. Caminaba pegado a la pared, con los ojos atentos a cualquier contratiempo. Por suerte su compañero se encargó de avisar de la presencia de trampas una vez más, permitiéndoles salvar la situación sin problemas. Gekko se preguntaba cómo serían esos bandidos para esconderse en un lugar así, pero tampoco llegó a ninguna conclusión definitiva.

Al llegar al final de la estancia y ver lo que tenían delante midió la distancia con la mirada, pensándose saltar. Se fiaba muy poco de aquella cuerda tan bien preparada.