Partida Rol por web

Tres rostros, tres seres, exactamente. No podías llamarles personas no sólo por no estar vivos, sino porque esos monstruos no eran nada remotamente cercano a una persona, y eso lo decía alguien como tú, nada menos. Ahí, en el ojo de tu mente, entre sueño y realidad, entre dormir y despertar neurótica y caóticamente como la fugitiva y sujeto insostenible para una entidad rígida como lo era la Camarilla a la que, a pesar de todo, perteneció tu amado y Sire, es que, les podías ver, precisamente a los que le condenaron al vacío o casi. Uno de ellos, a la izquierda de la trifecta y de la visión que tuviste al estar crucificada y estacada, era un sujeto de traje, de aspecto corrupto pero a la vez impoluto, débil, físicamente al menos, pero de gran poder adquisitivo y contactos, una rata escurridiza y blanca, como dice la frase: "Blanqueado por fuera, putrefacto por dentro". A la derecha, el otro, gordo o a menos macizo, aún para los engendros de Caín, especímenes que por su Maldición son purgados de toda imperfección, envuelto en barba y con un aspecto de vaquero Texano casi excesivo, igualmente corrupto y menos preocupado al respecto, pero igual de traje, tosco y crudo pero poderoso, físicamente y un tanto igual en adquisición.

Y al centro, él, Norman Thessius, el creador vampírico y Sire de tu adorada y pequeña hermana. Su marca, sus dos rasgos en medio de la cara como tajos hechos por una loba, como medias lunas que son costras sangrientas de leve visibilidad, ahí en su rostro frio, cruel, carente de alma y completamente dedicado a destruírte a tí y a Rafael, son lo que apuntas. Serás tú la que un día marque esas heridas ya existentes y reviente o vuelva un filete su rostro... ¡Sabes que será así, lo juras!

Aún así, el despertar clama. Oh despertar, oh ensueño perdido, oh realidad. ¿Uh? ¿Qué? Al parecer tuviste una especie de sueño medio lúcido recordando ese día, con el rostro de tu amado sacándote la estaca y recibiendo los ataques, especialmente del mentado ya creador Caínita de Primela para poder salvarte. Tus objetivos claros en mente y tú misma despertando en donde sea, oculta y cubierta, sobreviviendo, buscando, olfateando incluso y adentrándote a la inmensa urbe y metrópolis compuesta que era Manhattan, en Nueva York, pudiendo ver muy a lo lejos ese famoso puente colgante inmenso así como los otros, edificios, rascacielos, un paisaje corrupto y oscuro. Tu mente tenía todo claro. A un lado tuyo, una roca te mira entonces y se esconde, temerosa, como si supiese del gran mal que ha, otra noche más, despertado.

Pequeñas corrientes y corpúsculos de viento y aire puro susurraban palabras que podías oír vagamente.

"Urbes... Flujos... ¡Misterios~!"

Ahí en las afueras, mencionaban lo obvio, lo que se avecinaba al ser los portadores del destino. Ahí mismo también en tu piel seres con rostros amorfos esperaban ser "creados" a costo de un poco de tu salud y heridas para servir tus órdenes como tus soldados, capitanes, tenientes y otros rangos imaginarios perfectamente reales que les asignases en tu gran cruzada y guerra contra los Tres Enemigos. A un costado y algo atrás, él, que no era él por completo pero sí parte de él, ya había despertado de antes, su cabeza flotando y una estela de esencia fantasmal sirviéndole de "cuerpo" para moverse aún cuando el cabrón flotaba junto a tí de todos modos. Te sonreía, pero silencioso. A veces Rafa era algo tímido, lo sabías.

Sobre Thessius, sabías bien que ese no era su apellido. Aún alguien como tú que había hecho bien su tarea sobre este bastardo, su apellido legítimo estaba perdido en los éteres. Tenías la idea que, por sobre tí, había vivido al menos 150 años, no, más incluso, seguramente, y que, además, estaba bien consciente de tus pasos o al menos de tus intentos de acercamientos. Primela te contaba sobre él, por lo que sabías. Y hablando de ella...

Tienes un mensaje suyo, tu móvil te lo apunta con sus bracitos para que leas. Qué amable, ciertamente.

...¡Mentira! ¡Maldito móvil! Deberías darle un castigo. Te mira con pena y se esconde igual como la roca hizo antes, tapándose, pero al mirar bien el dispositivo y entre sus bracillos, repito, no imaginarios, puedes notar que sí que hay algo de Primela. Una llamada perdida y fugaz, a eso de las 8 y tanto PM mientras dormías plácidamente entre los brazos de la nada. ¿Le ha pasado algo? Oh, si Norman ha hecho algo... Oh, oh, oh. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Oh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Pero no, tu deducción brillante e instantánea te hace notar por, bueno, cosas, que ha sido deliberada y todo. Una especie de ping, en donde es Primordiela la que ha buscado preocuparse por tu persona, a pesar de que estás bien y no te han dado caza activa últimamente, casi, casi en una semana completa, lo cual es un logro. Todo en orden. Tu móvil parece entender que al final había hecho bien pero no es como si fueses a perdonarle. ¿O sí? Aún así, tenías algunos asuntos más que darle lo suyo a entes inanimados animados.

Por ejemplo, la/s carreteras y espacios baldíos en los que estabas ahora. Sabías que pronto se llenarían con toda calaña posible de seres "humanos" o que fingían serlo y pasa que tenían sus fisiologías y organismos casualmente como una coincidencia de uno en un jodido número gigantesco que quizá Rafa podría decir pero a tí te valía verdura. Como sea, tocaba ir moviéndose. ¿Donde? ¿Cómo? Pos ya dirías pos.

No hay descanso para los retorcidos, después de todo.