Partida Rol por web

Algo tenían en común las dos mujeres nuevas conocidas en tu llegada a Madrid, la letra S, que es la misma letra auguriosa de la palabra "sexy", por un lado la Sheriff (otra s al comienzo, venga) de la Camarilla y por otro lado tu amiga, contacto y asociada en la búsqueda y compartimiento de información turbia en lo que era este mundo envuelto en oscuridades varias, siniestras, perturbadoras, con voz de Dross.

Tras haberte dirigido con tiempo de sobra a pie y haber llamado algunas miradas, ninguna de duda más allá de "Oh, un gitano", pero cosa poca, y sí varias "Oh, qué guapetón", "Guaperas ese, papi", "Yo le hago un hijo" y guarradas que dicen las mujeres demostrando que no son las santitas que son, no, llegas al lugar y, bueno, la encuentras, sonriente y esperando ya en una mesa, lista. Apenas lo haces, te saluda, parándose para abrazarte, cayendo en la ilusión táctil, donde justo antes de haber entrado eres el Joshua que ella conoce, el Melalo Quimérico, no el cachondo que fue caminando por la calle de Mihai Quimérico, por lástima. Al hacerlo, te habla.

- ¡Jooooooooooosh, hooooooooooooola! Perdona por no responder nada a esa llamada tan breve tuya antes, pero mi respuesta eeeeeeeeeees: -Toma aire y hace un gesto dramático y efusivo, como todo en ella, joder, todo.- ¡Tanto tieeeeeempo, cabronazo! Y que sí, me gusta la privacidad igual.

Asintió entonces y te invitó a tomar asiento, la mesa que eligió fue una de las más apartadas pero no tanto. Es entonces que uso este espacio para aclarar. No, Alison no está con un jodido bikini aquí y ahora, aunque... Al mirarla notas que tiene una camisita y uno de sus botones desabrochados deja ver que sí, debajo lleva. ¡Pero si están en el centro de España! ¡No hay playas aquí! ¿O el hotel donde hospedaba desde ayer tenía piscina? Cabrona, sus jefes son cagones pero para trabajos importantes son sueltos, o ella seguro se hizo alguna triquiñuela, o no sabes, su mente es caos puro, o casi. Pero vale, que no, no está como en su foto de avatar, solo se ve así y ninguna imagen que busqué de ella es más, em, recatada, excepto una donde sale con un traje como de gala, pero como que no sé, esta se veía mejor. Su ropa actual es: Camisa arriba, completa, cubriendo sus pechos pero dejando ver algo de su cuello y hombros, jean abajo, con ligeros rasgones pero pocos, botas con algo así como tacos pero gruesos, no tacones, y el pelo tomado, como, creo, en la foto, sin las gafitas esas que salen ahí, aunque a veces la usa porque, como sí sale en su foto de avatar, ella usa una moto, te lo ha contado y una vez creíste verla. ¿Qué tan sexy hace una moto ver a una mujer o viceversa? ¡Enfoque, joder!

Ya con eso aclarado, ves a tu amiga sonriente de oreja a oreja tras saludarte y a su vez pasar a su expresión más maliciosa, una sonrisa menos efusiva, sin mostrar dientes, y con clara cara de: "Vamos a lo bueno, al chisme, al meollo, a las cosas interesantes, hombre!", tal cual. Aguardó a que vinieran y pudiesen pedir. Ella se lo pensó y se pidió una pescada con puré, bien comilona y un poco de vino tinto con Coca Cola. Te contó que se hacía una mezcla misteriosa de ambos en un país lejano y que mal no estaba. Tras eso, esperó que pudieras y unió sus dos manos entrelazando sus dedos, observándote. A esto venían, claro.

- Y así es como llegamos aquí, mi amigo, estimado, apreciado y mucho más, Joshua Alin, sí. Tengo necesidad de saber las cosas oscuras, ocultas que el mundo me oculta. Odio que el mundo me oculte cosas. ¿A tí no? ¿Sabes lo que es eso, que te oculte cosas el mundo? ¿Lo sabes? Sí~

Sonrió más. Era una chiflada pero eficiente, y seguro por eso conservaba su trabajo, porque era buena en conseguir información. Todavía no llevaba vuestro plato pero sería cuidadoso en decirlo solo si estaba demorando mucho o después que os llegara todo. Solo entonces. Ni tú podrías interferirle la narración para joderla. Ni tú.

- Ujum. Aquello del café donde íbamos a ir a ver a la músico en cuestión fue como mínimo, anómalo, raro, bizarro, inusual. -Sinónimos innecesarios y dichos con total seriedad para extra excentricismo. Énfasis en sus gestos.- Todo fue tapado de modo automático, como si no hubiese pasado, tal cual, pero yo logré encontrar y percibir cosas, sonidos explosivos o contundentes, derrumbes, algún disparo incluso... Pero como te digo, todo fue puesto bajo una gran tapa gigante. Mis compañeros de trabajo en el hotel dicen que no joda con el tema, y mis jefes ni hablar, uff. -Suspiró encogiendo los hombros.- Me irrita, realmente.

Y así, comenzó a comer. Parecía gustarle como quedó y parecía gustarle mucho el puré. Por sexy que fuese, era mucho más masculina que muchos hombres, o menos femenina que mujeres varias. Como sea, tragó entonces porque ella sí que podía morir por una comida atascada en la garganta y siguió, mirándote fijo, con esa cara de; "Vas a contarme cosas", de niña pequeña insistente en cuerpo de adulta, y vaya cuerp(az)o de adulta.

- ¿Y? ¿Qué me tiene el señor más limpio con el apodo del más sucio que contarme? Pues me cuenta pues, venga, deme chismes, démelos, yo los quiero. Pero no, en serio, dime. ¿Algo nuevo, Josh?

Comió otro poco.

Comenzaba.

Siempre comienza, y nunca termina.

Maldita rueda.

Podía imaginar por lo abrigada que estaba la gente que el aire de la noche estaba frío. Era de los gustos que nos privaba la condición de malditos. De los muchos.

Las calles no se parecían en nada a la última vez que había pasado por aquí, ahora habían muchas más luces, mucha más gente. El olor era diferente ¿Sí una ciudad cambiaba todo, seguiria siendo la misma ciudad? ¿Habría algún espíritu colectivo que se mantendría y evolucionara con el correr de la rueda? Sostenía es hipotesis. La ciudad era más que edificios, era gente, era cultura, eran sucesos. Que nacían, gateaban, caminaba y corrían hacia la muerte. El final inevitable.

Crucé un par de calles. Me puse las manos en el bolsillo de la chaqueta. Debía aparentar tener algo de frío sí entraba a algún lugar. Entré a un local sin aire acondicionado, suponía que seguía fresco, a pesar de que la temperatura era ligeramente más agradable que en el exterior. Lo intuía por la ropa que traían las dependientes.

Subí y bajé el pecho. No quería poner a funcionar mí respiración. Pero las interpretaciones debían ser pulcras y ya había caminado un rato. 

Una señora en buenas carne se levantó adelantandose a otra para atenderme. El local estaba practicamente vacío.

Iba a pedir una flor de cerezo. Pero era... ¿Imposible? Obviamente, a menos que tuviera un árbol en el patio. ¿Que floristería en Europa tenía cortadas flores de cerezo? Me giré y tomé un Girasol. Le sonreí e hice el gesto para sacar la cartera.

La mujer, una señora un poco mayor. Y por la falta de anillo, soltera, me devolvió la sonrisa y me dijo que no necesitaba pagar por una sola flor. Me hizo una factura: "por razones fiscales" y me dejó ir con unos virotes de la otra. Me guardé la flor en el interior de la chaqueta y salí. 

Debía ser, el aire. ¿Que le veían a este viejo? Seguro que si venía como estaba con Mika, me hubieran regalado un ramo completo...  Salí de la tienda sin la oportunidad de hacer el truco que quería hacer. Eso me frustraba, pero ya tendría tiempo para divertirme. La paciencia era algo que se aprendía con la edad. 

Doblé otra esquina y dejé de subir y bajar el pecho. Era cansino estar atento a eso. Era cansino tener que hacerlo. ¿Cómo vivían los mortales con eso? Crucé la carretera. Desde que tenía mí brazo de vuelta la presencia del mal se había desvanecido... 

Escuché varios comentarios y sentí unas miradas en mí, a través de un reflejo de un coche aparcado vi a dos mujeres conversando en las mesas de una cafetería. Una me lanzaba un piropo bajito y la otra argumentaba que era un gitano. Despectivamente. Eran ovejas queriendo comerse al lobo. Que chistoso. Pero lo sorprendente es que las haya escuchado. En restrospectiva, el mundo se veía ligeramente más nítido y los olores eran más... Diferenciables desde que Max no estaba.

Ahora estaba este nudo en el velo, y escuchaba la rueda con más claridad. Me detuve frente a un callejón a mirar ambas manos. No me sentía por debajo de la ilusión. No solo era la esencia de Max, Joshua estaba conmigo también. ¿Eran el bien y el mal luchando en mí? ¿Estaba catalizando la lucha eterna? No. Hubiera explotado. Y yo sabía mejor que nadie que Joshua solo tenía un amo. Y ese amo no estaba de ningún bando. Cómo Dabba. Ambos servían al Caos, al destino a su manera, hasta que el destino decidió que no los quería en el juego. La rueda no conocía que era bueno o malo. Solo sabía girar y el que se quedaba...

Un hombre me tropezó. Muevete gitano, escuché y sonreí. 

Crucé la carretera. No me desviaría de mí camino por una nimiedad. Pero nada me impediría vengarme. Nadie trataba así a mí maestro ¡Nadie!

Al cruzar seguí la misma cuadra en paralelo al hombre, y visualicé una mano halandole un pie. La mano no se iba a ver, pero la sensación permanecería. Quería darle la sensación de desequilibrio, y cuando tratara de equilibrarse compensando un evento que no ocurrió caería sin saber qué diablos pasó. 

Lo hice antes de doblar la esquina. Esos pequeños placeres me ponían de buen humor, aunque no me quedara a presenciar, imaginarlo era suficiente. 

Mur café y mí cita estaba aquí. Me miré en un reflejo del escaparate de una tienda. ¿Qué mierdas? Era yo. Eso explicaba algunas cosas. Pero... ¿Qué rayos pasaba con el poder? ¿Qué le pasaba al velo? ¿Habré?... ¡No! No tenia tiempo para preocuparme de esas cosas. Podría sacarle ventaja a una dama inocente con esta apariencia. El reflejó me dió su bendición con una sonrisa. Lo haría funcionar.

Entro al café con una sonrisa y la cambio por una mueca cuando veo que corre a abrazarme. ¿Qué mierda? Veo que mí mano es morena de nuevo. Y sentía el peso de los rulos en la nuca. Demasiado conveniente. Una lastima. La sigo a la mesa y tomo asiento al frente. 

Se veía mejor que en las fotos. Con el pelo tan vivo. Traté de enfocarme. ¿Eso era un traje de baño? ¿Qué pensaba hacer con un...?

-Puré para mí, con una rebanada de pan con mantequilla de ajo, tostado por el lado contrario a la mantequilla. Dejale los bordes. Y un vaso de agua caliente con limón. -pedí al camarero. Su llegada conveniente me permitió echar un vistazo sin ser descubierto. O al menos eso me gustaba pensar. Una de las reglas importantes es hacerte el duro. No es que pensara hacer algo con ella. No podría, pero es que todo en ella era ¿Brillante? De alguna forma. Y podía escuchar la sangre caliente y de calidad recorriendo cada centímetro. Tenía planes. Me divertiria con ella de muchas formas.

-¡Eres adivina! Todos ocultan cosas. Incluso yo -le comento mientras vuelvo la vista a mí chaqueta, saco el girasol y quemo un poco de sangre para que mí garganta funcionara de forma adecuada - Te describe perfectamente - digo con un suspiro mientras pongo el girasol entre sus dedos entrelazados procurando rozarlos con los míos en el proceso. La miro por un momento a los ojos y luego sonrío para quitarle hierro al asunto. 

Si seguía así me daría hambre -¿Qué pasó con el café a donde ibamos? ¿Te enteraste? - le pregunté para distraer la atención. Seguro me lo dejaría pasar esta vez, pero tonta no era. Detrás de esa inocencia y alegría había algo a lo que temer, y era mucha mucha determinación. 

Escuché la anecdota pensando en mis cosas. Aun debía ver al principe, y se me tenía que ocurrir algo para despistar a Sharon. Había cosas que se podían ocultar por un tiempo, pero nada es eterno. Respondía con un: Ujum. Y alguno que otro: Son cosas que ocurren o así es el mundo. 

¿Qué querrá el principe? Había tanto que hacer y tan poco yo. Miré a Sharon con un poco de pan en la boca con puré regado por encima. Sabía a trapo, pero debía aparentar. La escupiría luego, quizá en el baño. Mordí la tostada lentamente mientras veía sus labios moverse al son de la historia. Y cuando vi que me miraba, comencé a comer lento también, dando los bocados de forma cinematica.

No era una mirada sugerente. Bueno, no de la forma deseada. 

Suspiré. ¿Qué podía decirle? Mañana estaría ocupado posiblemente. O tal vez... En mí mente un el sonido de la rueda se hizo más fuerte, eran monedas girando y mazos de cartas siendo barajados. Era algo arriesgado, brillante. Divertido.

Bajé la cabeza e hice como que escaneba el local en busca de gente que nos mirara. Realmente, hubiera sabido si alguna persona normal nos espiaba.

-Hay algo -comenté en voz baja -tengo tiempo en una investigación. No he sido suficientemente honesto. También investigo cosas, para gente... Peligrosa. Entenderás que el anonimato es muy importante para que la verdad pueda salir a la luz. Por lo que pediré tu colaboración en esto. Mañana en la noche mí contacto vendrá a este mismo café. Accedió llevarme a un sitio donde ocurren cosas particulares. El mundo no es lo que parece. Efectivamente, nos ocultan cosas -comenté imitando su frase para conectar con ella, debía salirme bien. -Parece que unas cuantas personas de ahí me conocen. Por lo que no puedo ir yo. Mis jefes están ahí, y no deben saber que participé en esto. -bajo la voz al final de la petición y le tomo la mano. Dejando correr sangre para que sintiera mí calor. 

-Eres la única en la que confío. Tienes la moral, el valor y la determinación adecuada para el trabajo. Mí contacto pasará por acá a las 7:00 PM por si aceptas. Tratalo con respeto. Me tengo que ir - Me levanté y me fuí. Crucé varias calles y esquinas vigilando de que no me siguiera.

No era cierto que tenía que irme, pero aprovecharía el shock para escapar. Y dejarla pagar la cuenta. Cómo no. Podía haberlo pagado yo, pero ¿dónde estaba lo divertido? Luego le mandaría un mensaje de disculpas, o quizá no. La iba a recoger mañana a las 7:00 después de todo. Y por ahora, disfrutaría de la noche. Disfrutaría de una comida de verdad para quitarme el sabor de mierda que me dejaba el ajo. 

Y aún así sentías que debías, no, sabías que debías limpiar esas cenizas que alguna vez se absorbieron en tí en la contra-Diablerie a la Diablerie que le hiciste entonces a Maximiliano con su poder extraño que ahora comprendes o al menos, conoces que tiene, las cuales ahora en vez de reabsorberse, se esparcieron y pegaron en la Rueda misma. No ha acabado tu trabajo. Sí, tú estás limpio pero debes acabar con todo, su legado, buscar sus tesoros (y cof cof, por qué no quedarte algunos, vamos, que puedes repartir gran parte entre las familias que Max arruinó, tus propios parientes/gitanos-asociados con los que viajas, otros Ravnos, no sé, ya veras tú en tu generosidad rara y dejarte un porcentaje heróico, digamos), aniquilar cualquier chiquillo que haya tenido, aunque no sabes si tuvo alguno o si se oculta en las sombras o están ocultos y tapados en sopor/torpor/letargo eterno quizá esperando, quizá que hayan despertado o estén por despertar ahora que Max 'murió' muy como Max revivió cuando su descendiente humano final murió. Tienes que acabar con eso y dejar, a su vez, que Melalo por fin repose de la Rueda para siempre. Es triste, pero debes. ¡Debes de!

Y hablando del sucio, el Melalo, el Madara que te salvó de tu muerte y te trajo la no-vida a su vez mediante la maldición de los elegidos. "Maldición de los Elegidos" suena re genial, pero has ido aprendiendo que no es tan distinta de la de los Malditos comunes y corrientes. Pasa que justo cuando estás en forma Joshua y ese tipo en particular, medio alto, macizo y diríamos, gordo un tanto, te tropieza él, nada menos con el hombro y te culpa a tí por "tropezarle", insultando además la imagen de tu maestro, haces la del que, tras haber cruzado hace nada la carretera, la cruza de nuevo para hacer tu mano fantasma mágica tropieza-gente. Un trucazo, sin duda. A ver, el video para que salga más divertido. ¿Porque qué es la vida sin diversión?

Aquel trucazo hace que el hombre tropieze, efectivamente, pierde el balance, y por su masa, esté por caer. Al hacerlo, y a pesar de que no lo ves porque ya estás yéndote a otra calle y dándote la vuelta para ir lejos, sientes algo. Tu despertar entonces se manifiesta con el poder que dejó atrás o más bien qué produjo la ida de Max para contigo.

Sentido del Presagio.

Ya sea Ominoso (Negativo) y/o Augurio (Positivo).

Y lo que sientes es esto: Por un lado, algo positivo sucede, una cadena de eventos, que, imaginas, son algo cliché (la vida en sí es tan cliché como es incomprensible, a la vez, esta paradoja la sabes de hace décadas si es que no más) como que el tipo cae, empuja a otro, el otro logra justo salvar a alguien que iba cruzando la calle mal o hacer que un conductor que iba ocupado se detuviese súbitamente impidiéndole cometer un accidente futuro mucho peor, algo así. Básicamente, tu actuar salvó una vida y produjo bien a otra de forma espiritual, personal. Por otro lado, esta cadena de eventos irrelevante pero que molestó al idiota ese y claramente lo dejó en malestar te causará a tí mismo una molestia, o causará una molestia que te podría afectar a futuro. No sabes si el tipo quizá buscará a "Joshua" después por pura rabia o quizá algo más, pero sabes que algo pequeño, por nimio que sea, te vendrá a morder el orto.

Nada mal, es un buen poder aunque no tengas modo de activarlo activamente, redundancia válida.

Y pasamos a la cita, breve pero potente.

Sharon es, como decirlo... A ver, te lo pongo así, en términos mortales y no de elegido o de maldito o lo que sea: Hay chicas que son no-tan-guapas pero se ven bien en fotos. Hay chicas que se ven igual en fotos y son mediocres o mediocres+, y luego las que están buenísimas y se ven ligeramente menos buenas que como están. Y la señorita con nombre de estación satelital abreviada, S.A.T. o A.S.T. o como sea... ¡Es definitivamente de estás últimas, coño de la madre de la pajúa de la mascachicle! Bueno, no, Sharon no es mascachicle pero se entiende. ¡Joder! ¡Jooooooooo-der!

- A su orden, señor, de inmediato.

Tal cual, ante tu, ahora que lo veo en retrospectiva y con más análisis, no tan ridícula orden para un restaurant tan snob como esperarías del centro de Madrid, él dice que sí como si nada, tal cual, y esto te da la chance. ¡La chance! ¡Tu polla podrá estar no-muerta/no-viva pero tu corazón de macho vive, vive con flamas! Eso siempre decía Melalo: "Zombies mágicos seremos elegidos para salvar al mundo y el destino, pero siempre hombres, niño mío", sip, algo así decía, fijo, creo, quizá. Miras ese bikini debajo de su camisa y... Supones que sí, será para bañarse en la piscina del hotel donde se está quedando, o fijo que aún en pleno centro de España busca algún lago o piscina y sale de día, porque ella puede, y tú no (Aunque con "Fortaleza"; la disciplina de la resistencia ante la influencia y el mal externo, mmmh...), pero sí, es un bikini rojo que parece poco modesto, porque en ella contenerse o recatarse es una palabra que le borraron en su diccionario al nacer. Joder, mira esos melones, papú, míralos... ¡Ah, se fue el garzón!

- ¡Ah...! ¡Yo...! Gracias, Josh, qué lindo, lo guardaré. Me lo pondría en el pelo en la ropa pero sabes como soy corriendo, yendo para todos lados y en la moto, no quiero perderlo así que me lo guardo. Gracias~

Sonaba su voz un poco más felina, ronroneante ante tu gesto sumado a la voz potenciada que ya era encantadora de por sí, claramente causándole efecto. Si fuese una gata podrías... ¿Podrías? Intentemos algo loco, porque puedo, y porque la Regla de Oro del Narrador me lo permite, y porque mi odio hacia D&D que bien conoc-... ¿Qué? ¿Qué conoces? Tú eres Mihai, ejem, vamos al tema. ¡Tirada!

Algo sucede. Miras sus ojos pero gracias a tu efecto de auto-Quimerismo que ha durado, francamente, mucho más de lo considerado, no se te ponen rojos al usar un poder que debería estar bastante por encima del tuyo. Es una versión del poder que alguna te contó Mad-...Melalo sobre tomar el lugar de una creatura directamente, de un animal o entidad natural o ser natural como le gustaba decirles, pero con un toque del poder psíquico directo de Max. Al hacerlo podías, no poseer a Sharon pero sí notar su propia... ¿Bestia Interna? ¡Pero es solo de los Malditos/Elegidos! No, era más bien que todos los seres vivos tenían un animal dentro, instintos. Podías sentir los instintos de Alison Sharon, a su gata interna ronroneando ansiosa, sí, definitivamente... Podía dejarte el paso, entre otras cosas, como que, no es que desconfiara de tí pero se sentía ansiosa, en un sentido general. Casi, casi podías verle una cola oscilando parada, una mezcla para los gatos entre que algo les emociona positivamente, estimula excesivamente y causa algo de nervios a la vez. Esto dura poco, claro, por ser un poder 'robado' del potencial y no tu poder establecido.

- Pues bueno, esta girasol que resiste todo y crece mucho, tiene entendida que el show en sí fue un éxito de puta madre, perdona la mala palabra, pero vale que ha sido eso, great, amazing! Y así. Pero algo pasó y paf, todo bajo cortina súbitamente. Voz de rumor dice algo pero no mucho más, y es molesto, me irritaaaaa.

Un girasol era una buena opción, porque esta tipa es increíble. Una vez se puso al lado del perímetro lógico y hasta pasándolo tantito de un tirotéo y robo para sacar fotos, logrando identificar así a uno de los involucrados y su captura posterior. Anda en moto por cuestas y carreteras como quién no quiere la cosa, una vez se metió en algo incluso que podría haber sido realmente peligroso... Y así, tal cual. Su determinación y firmeza, su brío es increíble.

Y pasaron del dicharachéo a la seriedad. Ella te miró de dicha forma y atendió tus palabras, consciente, asintiendo y entendiendo, preocupada pero fascinada. Se podía sentir los restos de "animal" en ella, una pantera deseosa de saltar sobre la presa que era la verdad absoluta. El problema es que la verdad es informe y multiforme. A veces una presa fácil, a veces un mamut del tamaño de un planeta. Finalmente, aceptó.

- Muy bien, mañana, siete pé eme, todo en orden. Me dices por teléfono qué rasgos tiene o si lleva algo para reconcerlo.

Y al largarte, ella entendió que ibas, bueno, como siempre, turbio. Se despidió. Antes que pudiese decir pío, escapaste para no pagarla cuenta como buen cabrón, cumpliendo con tu propia Madición de Clan de Ravnos. Nada mal, ciertamente. Suponías que te lo perdonaría... Por ahora, y te lo haría pagar después, sí que sí.

Y ya con eso, podías ir a cachondear, alimentarte, conocer la ciudad, etc.

Otro apartado, por favor.

Disciplina.

Se supone que cuando estudiaste el Zen allá en el oriente, aprendiste sobre este aspecto tan importante de la vida misma, pero... ¿Qué disciplina podías tener cuando el hambre eterna te consumía por dentro? Tuviste, por tus planes, por la Rueda, por la necesidad e imposiciones (y por la chance de, además, tirarte quizá a esa sexy Sheriff, Samantha), abandonar la chance de tirarte a Sharon tal cual como parecía dispuesta y con toda tu gran seducción. ¡Pero pero pero! Uno no coge donde trabaja, ni come donde trabaja sin cuidado...¡Y para los tuyos comer y coger era exactamente lo mismo! Mucho podías emular tu piel, tu calor, bla bla, pero el Beso Vampírico era el que producía el placer real, devorarla, sentir su sangre caliente, llena de ella, de su esencia, de su brío, de su calor y su inherente creatividad y energía además de tocarla como mujer por fuera.

A la mierda la disciplina. Tal como dice la canción: "Una vez que empiezo, no me puedo parar", tal cual, y con eso, comenzaría tu noche de cochinada, muy como lo fue la semana de las pesadillas, que no pongo en mayúsculas para no hablar de dicha porque no fue un evento bonito para nadie, y francamente ni tú ni Joshua nunca, jamás hablaron del tema excepto una vez después que ocurrió, bueno, dos. Ya con eso, al punto.

No logras gran cosa como hacerte con las ideas y saberes urbanos del lugar ni mamadas así. ¿Honestamente, tu plan de hacer todo en varios días? Anda preparándote para lo que bien sabes, que la Rueda acelera y para a tomar descanso cuando le da la puta gana, no va a salir como quieres y como designas, porque así no funciona y listo, y no es porque yo se aun narrador hinchapelotas tirano total, es porque las cosas pasan, pesos que cosan, pasos que quesan, y entre eso...

Pozos que cazan.

No solo doble-z, sino que en sí, esta frase te podría parecer ambigua, como la de tus viejos maestros Shaolin y otros de los días en oriente, pero en sí, es simple: "Pozos" (de sangre) que "Cazan" (andan buscando cachimba), tal cual, fuentes de sangre para tí en forma de atractivas mujeres vestidas muy poco recatadamente que pretendían cazar. Ovejas que cazan lobos, como dijiste antes, o algo así, seguro que sí. Convenientemente, vuelves a Mihai-adulto-forma y con eso las chicas te miran y te hacen un gesto como de: "Ven, papito, por aquí", a un lugar medio subterráneo.

¿Qué podría salir mal?

Tu nuevo sentido adquirido de lo que podría ser malo, bueno o simplemente designio de la rueda dice un claro y definitivo: "Meh", mejor traducido como "Haz lo que gustes", tal cual, dándote a entender que nutrirte no está mal y sentir placer no está mal. Entras como el Mihai cachondo y ves fiesta, jolgorio, chicas bailando... Veamos si hay alguna pelirroja menos encantadora de personalidad que Sharon (aquí todo es superficial, de todos modos, es obvio) pero un poco más pelirroja. ¡Tirada de pelirroja!

Una sola. Ya dentro, tontéas con las chicas y todo que te trajeron, una pelinegra y una castaña bien buenas, pero esa chiquilla estaba ahí, en aquel lugar medio pseudo-gótico pero en el fondo normalfag. En el centro de la pista, bailando sola, faldita tableada como de colegiala como de video musical, top que apenas cubría sus pechos, tacones altos pero gruesos, no botas pero casi, liguero y todo. Su pelo en dos coletas a los lados como el fuego y... ¡Joven! ¿Podía estar aquí? Uff, algo te decía que posiblemente había truchedad, turbietud ahí, pero aún así ella notaba tu presencia de lejos, tu mirada de cazador, ver a un macho adulto (pero no tanto, vamos, como de 20-algos que se veía el Mihai adulto) observándola hizo que empezara a moverse más agitadamente, llamando la atención de muchos, tuya incluída.

¿Qué pasó ahí? Algo pasó, te miró, te meneó un poco el culo, te hizo el gesto de "Venga" de lejos, las chicas junto a tí en vez de ponerse celosas te impulsaron, te moviste, te viste encantado y todo lo que querías con Sharon pasó a esta. Tal cual. Bailaron, la tenías, se empezaron a besar, le besaste el cuello, se sobaron de cojones y venga, a uno de los silloncitos en lo oscuro, tal cual. Sentada encima de tus piernas sin importarle un carajo si le veían el culo, probablemente gustosa de ello. El ambiente daba para poder comértela con calma, tal cual, o comer una buena parte de ella y recuperar la, notablemente poca sangre o no tanta que habías gastado hoy. A ver, si sumamos el tributo de dos "unidades" de sangre más de Sizhli, el despertar, otro más, y el de activar tu vitalidad todo el día con Sharon y en general... Ya, igual no es tan poco, pero con quitarle unas tres unidades, algo así como litro y medio, podrías dejarla inconsciente, quizá llevártela a otro lado.

Veamos como sale.

Pues al final tu mejor idea, la idea más racional es dejar que la cosa vaya lento. La lentitud es amiga de la victoria, dicen algunos, paciencia, como dijiste, que se gana con experiencia. Al final te dejas mimar, juegan un rato, luego ella va con otros, se los tira/juega con ellos y puede que eso moleste pero... Robar algo que ya era tuyo o robarlo de modo definitivo se siente bien, no es malo, una mujer libre es así. Al final eso solo sube tu ego porque demuestra que por mucho que pase y la pasen por decenas, eres el preferido. Pasa la noche y te lleva fuera. Salen y te dirige a un hotel apartado. ¿Por qué? Bueh, seguro quiere anonimidad y privacidad. Ahí, ocurre lo que imaginas, completo, como no podrías con tus siervas personales, ni siquiera con la hija mayor que bien ninfómana es, a la cual respetas pero solo llegan caaaaaaaasi a la tercera base. No, acá hay Home Runs, y varios, porque esta loca sexual es, precisamente eso.

Y entre ronda y ronda y sub-rondas analizas su cuerpo con los restos de ese Animalismo+ que conseguiste y... ¡Veeeeeeeeeeeerga! ¡Es una menor! Esta chica no puede tener más de 20 años, no. ¡No te sorprendería si tiene 15! ¿¡Cómo rayos entró ahí!? ¿¡Es esto normal en Madrid!? Supondrías... Que sí. Cielo santo, pero con ese cuerpazo y esa actitud... ¿Qué les dan de comer? ¿Cómo las crían? Ya ves por qué la pobre rueda a veces tiene ganas de aplastar todo.

Ya con eso, puedes decidir si quedarte y seguir cogiendo, comiéndote algo de su sangre, toda y dejarla inconsciente o solo sacar de a poco, esperar, o algo así. Tal vez sacar un poco de esta, buscar otra y largarte o conformarte con las tres unidades de esta toda dispuesta, total igual es bueno regresar al lugar. Hace rato (perdiste tiempo en todo, con Sharon, viajando, con esta chica) que Sizhli te mandó un mapa GPS y una serie de direcciones para que llegues al lugar donde se supone que refugió a los gitanos.

Ah, y Samantha. ¿Irías con ella? ¿No esta noche?

Decide pues. Mueve la rueda un poquito, venga.

Lo primero que hice cuando me aseguré de que no estuviera ahí fue regurgitar la comida. El pan de ajo me dejaba un sabor a mierda en la boca terrible. Me limpie con un pañuelo que deseché y salí al mundo nocturno. Las luces, los colores y los aromas eran escandalizantes y no ubiqué a quien podía preguntar. Al final seguí mí instinto, y paseé por las calles un poco. Hasta que topé con carteles de un evento que ocurrió la semana pasada. Una fiesta underground en un lugar llamado "La casa Usher".  Comprendía la referencia a Poe como un lugar decadente, y como buen local, la dirección estaba en el volante. La apunté mentalmente y me puse en marcha. 

Recorrí todo el viaje a pie, gracias a las indicaciones de buenos samaritanos, hasta llegar junto a un edificio de ladrillos con un pasaje subterráneo. Olí un perfume y me giré. Dos chicas venían hacia mí. Me observaron un poco cuando pasaron junto a mí y luego se contonearon. Una era blanca con el pelo negro, y la otra, castaña. Se giraron y me llamaron con un dedo. 

Me acerqué a las escaleras y pude ver unas puertas dobles, arriba había un pequeño anuncio de neón que decía: Casa Usher. Con una figura de una casa derrumbándose, en la pared de ladrillos. La música se hizo presente cuando se abrió la puerta, y la pelinegra me miró de nuevo. Bajé para entrar con ellas.

El ambiente era gótico-punk, la música variaba entre el punk y el dusted, incluso mezclando ambos a veces. La gente se movía de un lado al otro y la barra estaba a tope. A esta gente lo que menos le importaba era la música ¿Por qué me importaría a mí? Lo único que me importaba ahora era encontrar una buena cena.

… Cayó rendida con un último espasmo mientras le clavaba los dientes nuevamente y sacaba otro poco de vitae. Había estado así durante toda la noche. No imaginaba que las niñas de acá tuvieran tanta energía. Eso ponía Madrid en mi lista de “lugares donde sería mejor no chafarla para poder volver con tranquilidad” pero no importaba que tan bien alimentadas estuvieran las ovejas aquí, para un Ravnos la rueda y el caos eran lo primero.

Me alejé a “admirar” mí obra. La chica estaba desparramada entre la inconsciencia y el sueño. Recogí su ropa y la puse en la mesita de noche antes de taparla con las sabanas que estaban en el suelo por razones no aptas para todas las edades.

El color rojo tenía algo fascinante para mí, era el color de la pasión (y vaya que lo había demostrado ¿sería Sharon así?), pero también era el color de la ira, la intensidad, la vida, la sangre. Representaba una serie de cualidades deseables.

Me metí en la cama para sobarle el pelo, aun húmedo, y acerqué mí boca a su oído –Oye ¿estás lista para otra ronda? –susurré mientras mí mano resbalaba entre sus pechos, bajaba por la línea del abdomen y se perdía un poco más allá de las sabanas…

Salí del motel, no sin antes dejar una dirección de correo en un papel. Los números de teléfono eran rastreables. Y me gustaría jugar con la chica un poco más, quizá antes de irme de Madrid, según lo que pasara. Resultó que al final no pude despertarla más, le lamí la herida del cuello para cerrarla y la dejé descansar. La idea tampoco era matarla, pero en la mañana cuando se despierte asociará el cansancio a una noche quizá más intensa de lo que realmente pasó.

Comprobé en mí celular que aún me quedaba tiempo. Me planteé volver, pero aquella no daba más de sí ¿Quizá el hecho de no tener que imitar la sudoración y la respiración hayan influido en la cantidad de energía que podía usar? Eran las cosas buenas de las duchas. Por eso había insistido tanto en pasar un rato ahí después del primer asalto. A partir de ahí estaba lo suficientemente embotada para darse cuenta, o al menos esa era mí teoría. Pues incluso yo lo había olvidado.

Cosas sin importancia. La noche aún continuaba. Mandé un mensaje a Sharon.

“Disculpa la corta reunión, tenía asuntos urgentes que surgieron. Mí contacto se hace llamar Mihai, es una especie de nombre clave. Dirá que me conoce. Trátalo con seriedad y respeto, es alguien muy irritable. Y por lo que más quieras, sigue todas sus instrucciones, lo que te estoy pidiendo que hagas es algo peligroso. Entendería sino apareces.

Gracias.

PD: Si todo marcha bien, nos veremos al dos días despues en la noche”

Sonreí mientras pulsaba el botón de enviar. La rueda giraba con pereza y ahora había tomado impulso. Iba a hacer algo asombrosamente divertido. Probaría a Sharon, al príncipe, a la sociedad entera. Se podría decir que es un experimento social cuyos resultados influirían en el destino de todos, incluido el de Sharon. Podría ser alguien difícil de controlar y debía hacer algo. Debía ponerla de mí lado, pero ¿cómo cazador o ganado? La rueda elegiría, quería ver a Samantha, pero por ahora debía necesitaba un poco más de “rojo”. Ella podía esperar. 

Tinieblas, en un mundo de, vivimos.

Y en contraste con el punk/gótico caótico explosivo pero aún así decadente, como si mezclara la idea de la terrorífica Casa Usher con un estilo contrastante dentro, al final estaba esa palabra. "Decadencia". ¿Qué significaba siquiera? Si salimos de lo pretencioso y ambiguo humanista y vamos a lo noble, sabiondo y exacto y no menos pretencioso científico, lo podemos asociar con la palabra que define el aspecto definitivo de la rueda o que estaba incluso por encima de la rueda, su núcleo y su subproducto real, a la vez:

Entropía.

Más que caos generante, era azar completamente desbalanceante, que tomaba el orden, lo destrozaba, permitía de esos cubitos crear y pum, orden de nuevo, era la línea media exacta que no existía, el juez maligno que comprimía al caos loco y hacía estallar al rígido orden, entre ambos. Algo así como una putilla que le gustase recibir vergas por atrás y por adelante, o por varios lados en general, pero no por ello menos peligrosa, en absoluto.

Aquella pelirroja con su pelo suelto y largo que no podía, ni por si acaso, tener 18 años exactos, pero con una figura y una aptitud y actitud sexual increíbles (¡¡¡Increíiible!!!) estaba cansada, sin embargo... No, no lo sabías. Estaba cansada pero viva y a punto de colapsar, lo cual hizo eventualmente, durmiéndose, no sin antes haber dicho: "Qué amable~ Y sí, démosle, papi, muchas más, las que quieras, yo no duermo~", toda desafiante y cabrona, demostrando la clase de chicas que existían en Madrid, en España dirías, si bien no pudo darle a "muchas rondas" porque la dejaste incapaz de seguir. Lo de amable seguramente fue por ordenar sus ropas... O por ofrecerle más cacha. Sepa quién. ¿Dios? ¿Miguel o Uriel que os maldijo a todos directamente? Melalo nunca te enseñó mucho de la cultura y el mito de los malditos en sí, "Nodismo" crees que se llamaba, pero te dijo como lo básico y te dejó aprenderlo por tu cuenta. Meh.

Y así, salías del hotel o lo que sea (que en realidad yo sé que era su propio departamento pero dejemos en que fue "un cuarto" y ya porque si no narras por encima mío no puedes ser feliz, claramente) y sentías necesidad de hincharte de nuevo. Si hablamos del lado odioso de la fuerza, es porque eres un judío-gitano que necesitaba más y más, y tu ansia por la plata gitana-judía se reflejaba en ansía por estar siempre con la "billetera" (cuerpo) llena (de sangre). Si hablamos del lado más dramático-psicológico que a este narrador basura le encanta, puede que se trate de algo como lo que le pasaba al panda gordo gracioso de esa película de Kung Fu, que comía y comía por sentirse mal, tal cual, y quizá tú te llenabas con sangre por la pérdida del mismo Melalo, por compulsión, por frustración y por llenar un vaso con fondo que jamás, realmente, se llanaba.

En fin, tonterías reflexivas aparte...

¿Uh?

Ya que habías callejeado bien y le habías tomado un poco "el ritmo" o "el sabor" a la ciudad con ese don casi innato de los Ravnos de poder viajar con naturalidad total y adaptarse (y de los gitanos humanos, ya que estamos), lograste hacer mejor tu tirada de alerta, que te hice tirar con especialidad sin mayor bono que eso. Sentiste algo pero... Nada. Calles vacías o con tipos borrachos hablando en ese azento pezado koñoh hoztia tíoh que tienen, tal cual, no mucho más. Tu nivel de sospecha no logra activarse.

A cada paso que das sientes que algo hay, no, que desde que le hiciste eso el tipo corpulento que insultó la cara de Joshua se arrojó un set de dominóes. Pero no es todo, hay más, muchos hilos del malvado y cochino orden que buscan asfixiar todo a sus designios dando vueltas, pero no sabes cómo pueden afectar tu destino, no, el destino y el giro y dirección de la rueda misma. Se mueven cosas, lo sientes, pero no sabes cómo, es ambiguo.

Un sujeto ente los borrachines o callejeros varios se te cruza, tal cual, tan random, tan mob que su rostro casi parece como borroso, a ese nivel de irrelevancia narrativa. Te pide disculpas mostrando por primera vez entre toda la gente (excluyendo mujeres cachondas de antros) cortesía legítima. Luego pasa y quizá supones que va hacia el Usher él mismo a buscar suerte con alguna putilla madrileña, fijo. O quién sabe.

Alison se demora un tantito en siquiera darle el "visto azul" a tu mensaje en WhatsApp, tal cual, como que está entre en línea o no o está directamente conectada y después, tras un rato, responde, con un audio. Peligroso, audio, escucharlo, pero supones que en un lugar apartado no habría problema.

- Jossssh! Perdón, que me dejaste media con las ganas y me puse/estoy como una cuba, jajajajajajahghrgj, pero bueno, eso, em... pues nada, no te preocupes, que igual era una reunión profesional, ¿eh? chkt chkt~

Ese "Chkt chkt" era como un chasquido de lengua o sonido loco. Así era ella. Y no, no es una referencia.

Todo esto por cierto es el mismo audio, no es que sean dos mini-audios cortados, pero el comentario.

Oh el comentario narrativo necesario. Sigue:

- ¿Dos días? Em, para ese tiempo puede que ya esté de vuelta a Estados Unidos, mi hermano. ¿No puede ser mañana mismo? Sería ideal porque tendré otro rato libre, bueno, no sé, ya diráh túh jajajajaja, te quiero mushoooooooooo, que pena que no hayamos podido compartir... rato, ya sabes, bueno, byeeeeee~!

Sonaba tomada, sí, pero algo había en su tono audial, por así decirlo. Un maestro/experto de las mentiras como tú lo podía saber sin hacer tirada. Algo había. ¿Se estaba liando con otro? ¿Sentías envidia? Imaginabas que si esa niña random y mob tal como el otro tipo que te topoó y pidió disculpas TOTALMENTE MOB Y PARA NADA RELEVANTE A FUTURO POR TÍPICOS TRUCAZOS COCHINOS DE ZAWA, NO, COMO SE TE OCURRE de pelo rojo sexy cogía como diabla, Sharon Alison debía ser el mismísimo Rey Demonio del que hablaban en leyendas allá cuando estuviste en oriente.

¿Donde encontrarías más "rojo" para saciar tu ansica filosófico-lasciva y tu ansia judía-psicológica-traumática(quizá) de la sangre que faltaba para llenar tu tanque hasta la última gota? Pos tiremos de nuevo callejeo, papito. ¡A ver qué dice la tommmmmmmmmmmmbola! ¡Tómbola! ¡Tómbola! ¡Tóm-bo-la!

Otra vez ese cinco exacto que se niega a ser justo el seis requerido te niega ese "¿¿??". Decides guiarte por instintos y perder tiempo a cambio de logros en ello. No queda otra, "bailar" más con Madrid y "saborearla" de a poco para ir tomándole ritmo/gusto a la ciudad debidamente. Caminabas y caminabas hasta que entonces...

Te encuentras con tres opciones entre las calles, teniendo que salir a lares más centrales e iluminados:

Primero, tienes a una guapa pelirroja vestida medio expuesta, como es la norma, pero más como oscura, como metalera, como ruda, y que de hecho ves como le da paliza a un grupo de perras que estaban haciendo no se qué guarradas, cosas humanas, poco te importan, no influyen la Rueda de ninguna forma realmente, esta misma las procesa y aplasta en su eterno avance, pero el caso es que tiene buena figura y el requisito. Te mira de lejos con cara de: "¿Qué? ¿Tú también quieres un poco?" Tras haber pateado limpiamente a una tipa y estamparla en un rincón.

Segundo, tenemos a una mujer de algo de edad, tal cual, camisa y todo que no logra ocutar un buen par de tetas, cara de seria, cansada, mucho, que mira de hecho el show que hizo la otra chica e ignora, suspirando como "Estos jovenes de hoy, menuda mierda" y se nota que un poco de des-stress (no me preguntes como carajo se pronuncia eso, solo léelo y asimílalo en tu cerebro y ya, vamos) le haría muuuy bien. El problema es cómo convencerla y además parece ir apurada por tomar un transporte y largarse.

Tercera y final, está una chica preciosa, vestida bien pija, en donde el término "mascachicle", "piruja" y semejantes pareciera hasta quedarle tan chico como el top que intenta usar para tapar sus melones de jovencita o esas piernas que tapa con medias bajo las rodillas. Accesorios por todos lados y unos de mariposas en el pelo (como sabes, las mariposas representan el alma misma y el destino, el famoso "Efecto Mariposa", etc.), aunque esta seguro solo las usa porque son bonitas superficialmente y seguro fueron caras. Una pija total que apela a tus instintos de malandro vampiro elegido para darle una buena lección de humildad... Y obtenerle recursos si te los 'entrega gentilmente' tras el sopor en que la dejarías con el placer del Beso Vampírico.

Tú eliges, amigo.

^{_{˙ɯǝɥʇ ɟo ɹǝɥʇᴉǝu 'dɐɹʇ ɐ ʇou s,ʇᴉ ɹɐǝʍs I}}

Después de salir di un par de vueltas a las calles. Lo de tomar ritmo era enserio, una ciudad era como un organismo vivo, y como tal vibraba a su propio ritmo. Asi que habia que latir a su paso. Comprobé mi celular, Sharon había visto el mensaje, pero no había respondido ¿Qué se creía? Guardé el teléfono sin pensar más en eso y seguí dando vueltas, siguiendo el viento. Hasta llegar a un callejón, la rueda comenzó a sonar. Giraba, giraba siempre, pero aquí había algo. Entré en el callejón con un grupo de borrachos. 

- Disculpado. Tenga buena noche - le dije al que me tropezó con un guiño. Era curioso que la primera persona con educación fuera un triste borracho. Había que ver que la sociedad humana estaba tan podrida como la vampírica.

Saco el celular. Había vibrado... 

¿Que mierda significaba ese... ese sonido! Ahora resultaba que calentaba la comida para que otro la disfrutara. Debe estár en un hotel con una persona, o algunas... Muy divertido. Demasiado divertido ¡Como se atrevía? 

Podríamos vernos mañana después de que finalice la reunión con mí contacto. Esperaré tu mensaje para confirmar el sitio. Suerte hoy ;)

Que disfrutara hoy. Mañana aprendería muchas muchas cosas interesantes. Me mordí los labios pensando en saborear la sangre caliente brotando de su fino y blanco cuello. Claro, si es que la reunión no resultaba interesante.

Sonreí para mí y le dí Enviar, buscaría a alguien para que pagara mi frustración, buscaría a alguien con quien jugar. 

En una esquina, había una tipa pegandole a otra. Una señora pasó, miró y se fué ¿Los humanos siempre fueron así de bestias? Imaginé la situación, podría llevarmela a jugar y enseñarle a tratar a las personas...

... me veía con ojos vacios estaba a punto de colapsar. Le acaricie la cara y apenas cambió el gesto. No podía hablar ni aunque quisiera. Tenía una bola roja en la boca, y estaba colgando de la viga del techo con una serie de cuerdas. Había visto una vez, y siempre quise probar.

El suelo estaba lleno de fluidos, era pis y ... ¿Se había corrido? La acaricié con la empuñadura del latigo. Había que tener maestría para no dejar marca. Pero despues de un par de intentos lo había dominado. Tenía una fina linea en la cara interna de los muslos y otra le cruzaba un pezón con un anillo. Le saqué la bola de la boca y le sostuve la cabeza. Aun se le veía en el cuello la marca de donde había chupado. 

-¿Aun aguantas un poco mas? - esperaba que sí, la niña del antro había puesto mis espectativas altas sobre las madrileñas... 

Miré un poco más a la pelirroja, podía ayudar a la rubía que era golpeada. Seria sencillo, y posiblemente tendría una excusa para llevarla a su casa. Pero no sería precisamente algo divertido, y no era mí problema. 

- ¡Fuego, fuego! En ese callejón. Ayuda - alerté a los viandantes haciendo un pequeño espectaculo. Tintando de un anaranjado la salida. Tenía la esperanza de que iban a ir a cureosear y detendrían a la tipa.  Era lo más que podía hacer. 

Deshice la ilusión y me alejé cuando las primeras personas se fueron a asomar, para seguir bailando por Madrid. Fuí a la parada del bus. Estaba la señora que había visto todo y no hizo nada. Le di un repaso rápido con la mirada, me gustó lo que vi. Los botones de su camisa saltarían con cualquier desequilibrio y el pelo corto le daba un aire de carácter como la mujer fuerte de una familia.

... La escuchaba jadear, estaba cansada, pero sorprendentemente había aguantado más de lo que esperaba. Definitivamente, debía volver a Madrid con más calma y menos asuntos. 

Terminé de dar la ultima chupada del cuello. Estaba sentado y ella sentada sobre mí, se estremeció y me abrazo antes de quedarse quieta. Le lamí hasta curar la herida, y luego seguí por puro placer. Subí la lengua hasta la oreja y luego le hablé con voz suave -¿Que crees que pensaría tu marido si te viera asi?...

El bus se había ido en mí cara y con él mí oportunidad de cumplir llevar acabo lo que imaginaba.  Caminé calle abajo hasta un mini market 365 decía el letrero. Suponía que asi se llamaba por estar abierto 24 horas. Sin duda, aquel nivel de genialidad a veces me superaba.

Seguía enojado y con ganas de hacer maldades. Frente al mini market vi a un objetivo perfecto. La vi antes de que me viera, y pude estudiarla de lejos.

Satisfacería todas mis necesidades. Oh, si. Le daría una lección de humildad, y posiblemente esté tan agradecida que no dirá nada cuando me lleve un par de cosas interesantes. Seguro debe tener más de una. Pero antes de plenar que le haría, debía tenerla en la mano. Eso necesitaba, un plan para llevar acabo mí plan. Improvisaría. 

Imaginé un esmoquin negro sobre la camisa blanca. Quedaba justo, como si me hubiera vestido de gala. Miré el resultado de lo que había hecho, le puse un par de rayas a la tela, le di aspecto más suave, broches de oro en los puños, y completé el atuendo con un pantalón de vestir y transformé mis zapatos cómodos en unos mocasines de reluciente cuero marrón.  Subí la manga del traje y puse un reloj dorado. Había visto varios modelos de relojes. Las cuerdas eran de remaches metalicos entrelazados, esta vez coloreados amarillo, y el aspecto era de lo más estandar, pero me forcé a darle un aspecto personalizado, las manillas eran brilantes y los botones laterales cristalinos, al igual que las pequeñas piedritas que representaban las horas. La mayoría de las personas pensarían que eran diamantes. 

Completé el kit de seducción con un maletín oscuro y con peso. Estaba listo. Salí a la luz de la carretera con el teléfono en la mano, hablando lo suficientemente fuerte para que me escuchara. 

- ¡Si! Ya te dije que estoy aquí, más te vale que no me hayas hecho perder mí tiempo. El imbecil chofer me dejó en un maldito callejón. Parece que "se dañó una llanta" - me forcé a hacer una voz ronca- sí, como en Francia. Al final tuve que caminar al local y resulta que no estaba. ¿Lo recuerdas? Mandamos a todo el equipo de abogados con cualquier excusa. ¡Jajaja! - me rio mientras me acercaba a la joven. No había girado a verla en ningun momento, pero me acerqué al lugar donde había estado antes de salir - Les hicimos perder mucho dinero con eso. Está bien. Solo porque eres mí amigo. Está bien - volteé y la miré descaradamente un rato, una voz contestaba del otro lado del teléfono. Dudaba que ella pudiera escuchar si quiera, pero una representación debía ser lo más realista posible en todos los detalles. - Te dejo. Creo que conseguí algo más interesante que hacer. 

Corté el teléfono y sonreí a la pelirroja. Alcé el brazo y retiré la manga para "ver la hora". Obviamente pude haberla visto en el célular, pero estaba fingiendo ser rico. Cuando se es rico esos detalles no tienen importancia. El reloj brilló, no daba la hora correcta, pero sonreí como si me hubiera dicho que aun tenía mucho tiempo libre. Me bajé la manga y saludé a la joven.

-Disculpe señorita, por mí alboroto. Pero no conozco bien la ciudad y no me vendrán a buscar hasta dentro de mucho rato.-bajé la voz y me acerqué más - ¿Esta muy ocupada para darme un tour?

Pasos das, avanzando vas, tal como la rueda lo haría.

Tus flamas imaginarias pero a toda percepción reales y certeras afectan a los presentes que se dirigen a ver qué ocurre con el incendio supuesto. Aquella mujer, la de cierta edad, observa como queriendo ir pero sabiendo que no puede perder su transporte, como quién comprende su "deber moral" pero últimamente conoce su "libertad moral" al respecto.

Y al mismo tiempo claro, parece montarte bien rico. Ahí he la gracia de las mujeres experimentadas, incluso mejores que una zorrita juvenil por simplemente su apariencia y el aire de madurez que dan, al moverse y menearse casi con la desesperación de alguien estresada, mostrándose avergonzada ante tus acosos.

- N-no es eso, es solo mi prometido y... No me pone atención, mh~

Y al decir esto, se mueve de nuevo y envuelve tu cara en sus melones nucleares con aprecio, hipócrita de palabras, llena de excusas. Increíble, como los humanos nunca dejan de divertir. Por algo es que tu causa les protege, porque son divertidos e interesantes.

Por otro lado la peleona aquella se ve afectada por el influjo súbito de gente y se retira, siendo salvado el grupito de otras gracias a esto, un pequeño desliz, un chasquido de tus dedos, un empuje de tu yema cósmica en el destino y cambios incontables para hacer girar a gran velocidad los engranes.

Jadea entonces, salivando por su boca además de sus varios hoyos inferiores, reducida por completo de su humanidad ante tus torturas, castigo divino, karma otorgado por uno de los pocos ejecutores del mismo restantes tras "La Semana Pesadillezca" directamente. Te mira con intento de odio, pero no puede.

- N-no... ¡Ya! Ahh... Fueron ellas las que empezaron, su crueldad lo... ¡Justificó! ¡Ahhhh!

Lágrimas y dolor, pero excitación. Joder, si las mujeres son unas pervertidas. ¿O son solo las Madrileñas/Españolas? Podías ponerte a filosofar al respecto pero no hay tiempo. ¡Nunca lo hay! ¡La rueda nunca para de girar ni espera! ¡Ni a sus benefactores/facilitadores/ejecutores/protectores!

Finalmente la gente se dispersa tras sab-ver (saber/ver) que el fuego era falso y ya solo queda tu objetivo real, la elegida tras la lotería cuántica, la "mascachicle", término que de alguna parte absorbiste y se queda. Y que descaradamente he puesto desde el comienzo del post en vez de darme la lata de poner un post como "Director" y luego con ella ahora. Indulgencia al máximo, pero dándome el derecho a, porque puedo. Tu re-formulación o re-configuración (ya que hablamos de "Players") a hombre de negocios falso pero convincente y tu actuación logran llamar su atención. Ella estaba en esos puntos como en medio de la calle, como por cruzar pero no, como por ir a alguna parte pero no, sin un rumbo fijo en su propia mini-rueda del destino hasta que llegar a trancársela o movérsela (y vaya que piensas hacerle buenas trancadas y movidas después, como habías hecho hace no mucho con la pelirroja anterior, sí). Te mira, curiosa primero, algo fascinada y juiciosa luego, y finalmente interesada al final, redundancia perdonada, porque me la puedo perdonar. Haz algo, eh, venga, hazlo. En fin, enfoque.

- Oh, vaya. Pues no tengo mucho que hacer visto todo y usted se ve igualmente desposeído producto de las circunstancias. -Su lengua era afilada y su vocabulario sofisticado, digno de una pija o piruja (término más local aplicable), si bien te miraba con una carita maliciosa-dulce, puntual.- Será un gusto... Para tí, y seguro mí igual, jiji.

Te ofreció la mano entonces.

- Noelia, Santander, sí, ya sé, no elegí mi apellido. Venga, que te llevo a mi casa, señor misterioso.

Y tal cual, como te había mostrado la vara alta de la que hablaste de las maliciosamente sensuales chicas locales, te ofrece ir, revelándote su nombre de niña super piruja. Así, partieron sin más hacia otro sector que variaba de este, curiosamente no muy lejos dentro de todo físicamente, como si la vieja regla histórica de "nobles lejos de plebeyos" fuese rota por un acto de maldad capita-feudalista en lugares como este donde vecindarios pijos eran puestos al lado de lugares menos agraciados para joderlos, o algo así. Su casa es, bueh, una mansión de dos pisos, no inmensa ni victoriana sino moderna, de esas hechas por arquitectos de los 90-00's que pretenden inmortalizarse pero que al final se ven bien como casas, blanca y de colores claros, con sistemas de seguridad que, de ser de scifi o "zifi" como se diría en quién sabe donde, seguro tendrían lásers asesinos y drones con bombas. ¿Los tendría? Dudabas. Ella pasó su tarjeta, su mano con su ADN, supones, y clave aparte de prueba de voz.

- Noi. Anda, vamos.

Su actitud era algo impulsiva y agresiva, pero no perdía esa seducción. Menos suelta y fácil que la chica anterior que en contraste era fria fuera del sexo, más que nada juguetona y algo fogosa, quizá. A medida que íbais entrando te explicaba, mientras usaba una llave súmamente común para su puerta y no la reja. Todo estaba por lo demás lleno de plantas raras y flores que sentías que si tocabas esos imaginados láseres mata-ladrones te caerían al instante, seguro.

- Ah, sí, mis amigas me dicen "Noi" para abreviar porque tengo nombre de vieja, meh. Y a veces la puta máquina no reconoce mi... Ups, perdón, señor interesante~ A veces mi boca es un poco sucia.

Doble sentido, uff. Ciertamente imaginas qué tan "sucia" podría ser esa boquita. Entró y te invitó a pasar para luego cerrar y sacarse los tacones, relajando los pies con un quejido doloroso pero de relajo.

- Hazte en casa, guapo. ¿Te traigo algo? Quiero saber tu nombre por cierto, ya sabes, antes de...

Se relamió, era claro a lo que venía y venías. Según pidieses trago o no, probablemente daría igual porque se traería uno a sí misma (y a tí si pedías, o no) y tras beber un poco se sentaría encima tuyo (o, si estabas de pie, te sentaría y se sentaría encima tuyo, sin mucho derecho a voto porque aún con todo, esto seguía siendo una ilusión paradójica, y eras no mucho más que un niño, ergo, en lo palpable, grande y macho, y en lo real fácilmente empujable, que se interpretaba ilusoriamente como que te estabas dejando más la impulsividad de Noelia) a horcajadas, sonriendo.

- Me agrada un tanto que te esfuerces tanto en mostrarte para mí como pavo real, majo, pero no suelo ser así aunque suene como patraña, me gustan los chicos malos, ricos, no, normales, da igual. ¿Eres uno? Muéstrame.

Te miraba fijamente a los ojos y suavemente deslizaba su blusa y... ¡Matanga! ¡Mira esos melones, papú! Tu ansia y quizá infantilidad apegada a tu psique aún tras cientos de años mostraba ansias por esos pechos más ese pelo rojo(-izo). Te pegó las tetas en la cara y empezó a menearse encima tuyo. Comenzó la joda.

Muy literalmente y en más de un sentido, sí.

A medida que le íbais dando al traca-traca, notabas, bueno, lo hiciste desde que entraste desde fuera, pasando por el sendero-jardín loco y pasaste por la puerta hasta que te sentaste/fuiste-sentado en el sillón, que este lugar estaba pero lleno de cosas "tomables casualmente" como tenías planeado. Un par de bonitas medallas quizá del padre, la madre o incluso de ella misma, doradas y vergas. Pequeños adornos cristalinos muy fáciles de contrabandear sutilmente, y alguno que otro cachivache que como narrador te permito describir pero que no se pase tampoco, ya que no todas las indulgencias pueden ser para mí después de todo.

Aquí, en este tramo, mientras ocurría, ya había comenzando y progresaba el evento, ya sabes, "mmh mmh mmh!" y "chkt chkt!" como el sonido que hizo Alison antes, eras capaz de eventualmente comprender que no solo esto había salido demasiado bien, había salido excesivamente bien, y tu Sentido del Presagio había entonces chirriado al instante en que comprendías que pronto explotaría todo, como una serie de eventos que habían causado clicks regulares a lo largo de tu trayecto hasta... Ahora.

Súbitamente, cuando estabas terminando con Noelia, o quizá en alguna especie de entretiempo, ella echada y gustosa gracias a la gran magia y maldición vampírica del mordisco vampírico que producía gran placer a todo ser que le recibiese, (y/o claro, sumadas tus habilidades amatorias), notaste como el fiasco estaba, de hecho, ocurriendo. Siempre demasiado tarde, siempre en el momento más inoportuno, como si esto fuese una historia convenientemente forjada... O una caja vacía en la que todo pasa de forma aislada y solo con interferencias produce sucesos. Tómalo como mejor veas.

Algo aparece, y podría decirse que es "alguien" igualmente. Un par de horrendas e inmensas manos, grotescas, con dedos alargados y engrosados de un color oscuro, plomizo, morado quizá, como el de un alienígena de películas humanas, posándose alrededor de la cabeza recostada de Noelia, mostrándote entonces en el quiebre definitivo no solo de los resultados de tus Sentidos Presagiantes, sino de lo último que queda y el retazo final de los sentidos agudos y poderes psíquicos de Maximiliano, ahora por completo fuera de tu sistema, tras siglos que esperaste que ocurriera, como una búsqueda que se anuló por completo, se completó pero no se logró por tu cuenta, o quizá todo tu esfuerzo y problemas más condiciones, "suerte" como le llamarían los que no entienden a la Rueda como tú lo haces, dirían que es. Aquel retazo de visión mejorada te permite observar a este ser, musculoso, monstruoso, con venas y tendones sobresaliendo, del mismo color que las manos que están envolviendo la cabeza de tu amante humana, con un rostro cadavérico-alienígeno, amorfo y aún así, humanoide, extático mientras está por partir en dos el cráneo de la chica a la que sedujiste.

- ¡Por la causa...! ¡¡¡Sea!!!

Su voz gutural no alcanza a despertarla porque es demasiado tarde y porque no logra asociar sonido con invisibilidad casi perfecta, la habilidad que usan aquellos de su clase y algunos otros entre los de Caín, los no-elegidos. Antes de que lo logre, sin embargo, entra de manera dramática la persona que ha sido presentada en este post tras recién párrafos y párrafos de preparación.

Una ventana que se quiebra. Para tanta seguridad, o eso es una completa idiotez de no considerar o se necesitaría un nivel de poder físico y sobrenatural inmenso para quebrar algo que seguramente es (bueno, era, ahora en trozos) una ventana reforzada como las de aro de basketball o celdas de seguridad elevada. Ahí, Samantha acelera y sujeta a Noelia con cuiado pero precisión, buscando alejarla del monstruo. Aquel, mira directo hacia Samantha mientras alguien más aparece por el lado, como un desliz, una serie de líneas de movimiento que se hacen manifiestas al instante, por encima de Samantha que se agacha junto con la joven e impacta directo al vampiro en cuestión.

Un sujeto de pelo rubio, con cara de cabrón, un aspecto como de canchero sobre-estilizado pero por lo demás con un físico brutal. Podría detallar la batalla con lujo de precisión y sería lo esperado de esta partida, pero creo que ya he gastado mucha energía. Se puede resumir al mejor estilo Hunter X a esto: Impacto sobre el monstruo de aquel clan de seres amorfos, este lo absorbe de alguna manera con sus tejidos extraños aunque es empujado impidiendo que haga tronar la redonda cabeza de Santander como quién destapa el corcho de un vino. "Monstruo" saca algo así como tentáculos o pinzas como de costilla desde encima de su hombro y clava al sujeto este atrapándolo, sujeto rubio asociado seguramente con Samantha y la Camarilla le pega un rodillazo que se siente como si un auto en velocidad máxima de carretera impactase contra alguien, empujando al monstruo aunque siendo rajado por las cosas que estaban atrapándole, haciéndole sangrar y manchando sus extravagantes y vulgarmente-estilizadas ropas, haciéndole suspirar un poco. "Rubio" se lanza con gran velocidad y pega de frente, tres veces en un instante, parpadeando y el monstruo resiste, devolviéndole de nuevo haciéndose invisible, que apenas puedes ver, un certero y potente gancho mandando al rubio alto hacia arriba, este en el aire pega una patada la cual logra hacer sangrar la cara del monstruo vampiro el cual agarra su tobillo y le hace caer a piso, se encima sobre él, le asfixia con una mano empezando a encimarse más y más, rubiecito le pega un cabezazo sin tapujos de ensuciarse ni mancharse con el monstruo y lo maréa, dándole tiempo de hacerle una patada en el estómago y tomarle el brazo para agarrarlo por atrás y tronarlo por completo, anulándole con algo así como lo que los mortales llaman lucha libre, en algo parecido a lo que el monstruo intentó con Noelia, regalándole justicia poética al final, aunque agotado. Parece incluso que en un último respiro el monstruo usó esas cosas clavables hacia atrás y le dejó unas buenas heridas extras en el torso, haciendo al rubio tambalear pero por lo demás sacudirse con un gesto arrogante a pesar de la difícil batalla.

- Todo listo. White, ¿está bien ella?

- Sí. ¿Podrías encargarte de él? Los demás están afuera, tengo que hablar aquí...

- Ya, vale.

Te miró el rubiecito un rato con una cara difícil de describir. ¿Molestia por producir esta oportunidad? ¿Agradecimiento por permitirles encontrar a este traidor o lo que sea? Seguramente todos estos aspectos se anulaban y formaban una neutralidad sobria. Se largó con el amorfo en cuestión y así, quedaste con White, la cual se encargó de acomodar a Noelia Santander, inconsciente, y mirarte, suspirando.

- No te voy a decir algo como "No podías quedarte quieto un ratito, ¿eh?" porque eres nuevo, se te perdona, supongo, incluso con mis advertencias... -Se acomodó un poco buscando no suspirar. Lo hizo de todos modos.- Pero por otro lado alguien que te estaba siguiendo nos avisó y pudimos evitar esto. Si es que nada, también debería decirte "Gracias", aunque bla bla bla, no fue tu intención hacer el bien de por sí, bla bla bla, mérito, bla bla, suficiente, me cansa la filosofía y toda esa basura.

Se estiró un poco y luego acomodó. Esas piernas vestidas en medias se movían frente y al lado tuyo. Joder...

- Sea como sea, todo está bien. ¿Tu gente está bien igual? Asumo que tu ghoul les ha protegido o algo, la mujer atractiva gitana, ya sabes. No voy a causarte problemas por esto porque no corresponde, solo estabas, eh, cazando, y últimamente evitamos una tragedia. -¿Noelia era alguien importante acaso para la Camarilla? No podía ser algo de tan buena voluntad protegerla para que viniese alguien a matarla justo en un momento como este y que viniera un jodido equipo completo a protegerla a toda cuesta. No sonaba, no te sonaba, pero la rueda ahora, ya pasado todo, no decía nada, no hacía "ring" ni "ting" ni "click" o "clack". No sabías y ya.- Solo te insisto que vayas ya donde Majestad o 'Alteza' como le dijiste, preferentemente esta noche o mañana a todo dar.

Sin duda alguien razonable, pero... Algo había. ¿Qué era eso de "alguien que te estaba siguiendo", a tí? ¿Cómo? White decía cosas y te daba chances pero no te revelaba más y en el fondo, te exigía. Era, digamoslo así, balanceante. Y si su balance se volvía una guillotina, supondrías que sería problemático y toda tu arrogancia te caería encima como un chorro de mierda en la cara. Ni siquiera usó ella su poder, sino que mandó al tipo ese, su lacayo supones, signo de alguien que sabe lo que hace y manda a otros a hacer el trabajo sucio. Casi sientes no empatía, pero sí simpatía.

- Vale. A trabajar, que los retorcidos nunca descansamos. Te cuidas... Caótico.

Sonrió ligeramente y se levantó en esa manera en que pone las manos en el sillón y levanta el culito con mucho detalle, sin pausar pero tampoco apurar, dando casi unos segundos extras para que admires esa falda de tubo que apenas contiene tal montaña de retaguardia y se empieza a retirar. Mandar un par de mensajes hablando sobre vidrios y cosas y a medida que se aleja hace otras llamadas.

Tú quedas ahí, con oportunidad y a la vez resolución, quizá.

Y no, no te queda ya tanto tiempo. Es de madrugada y el sol saldrá en algunas horas.

Hice una breve reverencia y tome su mano entre las mías, acerqué mí boca con intensión evidente de adulación y galantería. Lastima que su apellido me hizo arruinar el gesto en un breve atraganto.

Su risa me hizo saber que todo estaba bien, quizá es la reacción que siempre genera, por lo que no tarde en devolverle la mía - La sigo, señorita, no me molesta andar - Sin duda sería más divertida la comida y más valioso el botín.

La casa coronaba una pequeña colina para ella sola. No era impresionante a lo lejos por sí misma, pero el efecto visual de estar sobre el resto de las casas de la zona de apariencia más humilde daba un claro mensaje. Como a los ricos de cuna les gusta, sutil y eficiente.

Los beeps de la cerradura se sucedieron mientras Noelia saltaba los diversos controles. Tenía ganas de entrar en la casa de una vez por muchas razones. Había una cosa que no había entendido nunca y era el ansia de los humanos por la comida, había visto a más de un rechoncho pimpollo salivar mientras destapaba las diversas capas de envoltura de una hamburguesa. Quizá el mismo hecho de hacerlo era erótico y potenciaba el momento de la mordida. Era una buena analogía para lo que estaba ocurriendo. Me concentré en como su brazo vibraba mientras tecleaba la clave y los bultos bajo su clavícula se bamboleaban un poco en su ajustado vestido. Curiosamente, las ansias nunca llegaron. El único ansia real de un maldito es el hambre.

Un par de beeps más y Noelia se felicito por su labor. Yo también me le acerque de forma sugerente, y le sonreí - un poco más y te iba a sugerir quedar a pasar la noche aquí, Noi~ - entramos.

Habían cuadros de artistas nuevos, y algunas copias autorizadas de obras autenticas. Esculturas modernas en materiales interesantes, cámaras en las esquinas, sensor de movimiento apagado... - No puedo hacer nada con la maquina, pero estoy dispuesto a ayudarte con lo otro - la chimenea no se veía desde afuera, y las ventanas tenían seguridad también - Debería comprobar que tan sucia está - le robé un beso - Parece que necesitaré una comprobación más profunda- por la ubicación de los muebles, y el cuadro central posiblemente había una caja fuerte en la sala. Que interesante.

- Algo añejado en roble - intuía que alguien así no tendría nada con virutas en su despensa, pero posiblemente solo tenga bebidas procesadas. - Joshua, y mejor no te preocupes. Pronto tendré algo mejor.

Fisicamente, era increible la sensación de un trabajo bien hecho ¡Si señor! Una cliente satisfecha, y ya había recibido parte de mí pago. Estaba satisfecho, no como me gustaría pero lo suficiente. Me acerqué al montón de ropa en el suelo, y rebusqué entre sus pertenencias, tomé un par de broches de mariposa. No eran increiblemente caros, pero no eran bisutería. Tenían un ligero baño de oro y detalles en plata. Quizá me buscara una gatita y la llamaría Noelia. Sería muy divertido. Guardé los broches en mí pantalón antes de levantarme a contemplar mí obra. Era la parte más divertida, Noelia estaba rendida en la cama con una expresión serena. La escena era increiblemente sugestiva. La cama revuelta, ella con la piel perlada en sudor y respirando ritmicamente, haciendo que sus pechos se recortaran contra la sabana. Pensé en tomar una foto, pero había mejores formas de conseguir más, y había dado el primer paso.

Un trabajo bien, hecho. Pero había algo extraño, algo que no cuadraba. Tomé la camisa y comencé a abotonarla. La ropa ilusoria que había usado para llamar su atención había desaparecido cuando la arrojé al suelo. Por lo que me quedaba la camisa blanca, y el pantalón con los que había salido.  Pasé una pierna, luego la otra y ocurrió. 

En un pequeño instante supe todo lo que iba a ocurrir los próximos segundos. Mí reacción natural fue cubrirme con los brazos. Se escucho el estruendo de una ventana, carne arrojada del 10mo piso chocando contra el suelo. Y luego una voz femenina.

El oído me chirriaba molestamente y me descubrí la cara. Había visto como quedaba la escena un par de segundos antes, pero igual era sorprendente. Samantha aun no movía la boca pero la escuchaba hablando. Cada palabra más bajo, y luego dejo de escucharse. Ella me miró, le dictó las ordenes al rubió, más allá no había podido ver, y sentía que no vería más.

-Bien, mí familia está bien.

Cierro la mandíbula encarando a la Sheriff  cuando me cayó el aluvión - ¿Hiciste todo esto para volver a verme? - estaba azorado por la situación, y la forma más obvia de disimular tu estado era azorar a otros.

- Bueno, okay, entiendo. Te dije que visitaría a su "alteza" mañana. Y lo haré. Soy un Ravnos de palabra - me reí de mí chiste mientras ella se despedía - La próxima vez, por lo menos podrías quedarte a pasar un rato divertido. Me se un montón de buenos chistes, y un par de trucos.

La habitación estaba destrozada y esperaba que sus efectivos la limpiaran antes de que Noelia despertara, o por lo menos le contaran una buena historia. Me puse el pantalón y me marché. Podía sentir el frío de la noche gracias al vitae de Noelía que aun estaba tibio. Sentía que me aruñaba la piel, era una sensación desagradable que me desconcentraba. Con lo mucho que tenía que pensar.

¿Que significarán los Santander para la camarilla? O más importante, ¿para sus enemigos? Eran muchas semillas en mí huerto para regarlas solo. Y la fijación de la sheriff podría no ser tan beneficiosa.

Caótico

Que irónica forma de llamarle al verdadero orden. 

"Narración abreviada" o como en otros modos más simplistas se le diría: cuento corto, pasa que Noelia está más que complacida con el chico malo que recibió, gustándole su (tu, si es que no nos ponemos a pensar mucho Jungiana y Freudianamente en si este Joshua-alterno-tú es un proyección del Melalo pero desde tí mismo y bla bla bla) labia, actitud y desempeño, tal cual. Le das bien duro y rico como hiciste con la otra muchachita pelirroja y pristo presto, cual truco de magia por el que los gitanos sois (bien o mal) conocidos por, le haces efectivamente "magia", no Quimerismo o Don de Ravana, sino la verdadera magia, la buena, la mundana pero cachonda. Queda desplomada y contenta, entre palabra que te dijo tipo: "Si cogemos afuera fijo que mi padre me mata, coño" o "Pues ven a limpiarle y revisarme la máquina pero ya!" y etc., lo mandona hubiéndosele quitado apenas empezaste con tus haceres, haberes, h-eres, que en japonés se entendería como la letra "h" de hentai, o lascivia, verbalizando todo aún mejor. No eres el único que puede pretenciosizar con el lenguaje, claro te queda.

Y ya eso, pues hay extras. No solo unos cuantos pins de mariposa como el que siempre usa que parece haber dejado atrás, otras joyas, aros, colgantes que parece ni tomar en cuenta, desparramados por su casa y todo, verdaderamente una despilfarradora, caótica ella, sin duda. También algo de efectivo suelto y removible fácilmente, unos 800 euros, que poco no es, francamente. Más, como obras o tales no logras poder llevarte no solo por lo que está por preventivamente pasar en la prefijada rueda del destino, sino por la dificultad que conllevaría, pero igual no ha estado mal aparte de lo que elegiste tomar en primer lugar.

Tras eso, el suceso. Perturbación espacio temporal, oscuridad mixta con luz en donde observas el combate en tiempo irreal, la mejor forma de decirlo. Como todo combate realista (incluso entre seres perfectamente nada reales por sus poderes, apariencias y/o ambos, sobretodo para el "malo" de la película o el monstruo posiblemente Nosferatu) dura poco y nada, segundos, pero se siente como décimas de dichos y a la vez una hora entera, como capítulos de series humanas modernas exageradas y extendidas en las partes de acción. Como sea, todo pasa rápido y ya habías saltado a hablarle a White, por fin libre del poder de Max, sin necesidad de hechiceros de Cuba. ¿Realmente ha sido tan anticlimático? ¿Se ha ido para siempre? ¿Acaso siempre habrá visto él la vida así, como un caos distorsionado en tiempo, espacio y realidad? Supones, eso y que era un cabrón imbécil, más la locura legítima. Vaya sujeto. Buena liberación o "good riddance" como dirían los gringos locos, como esta (bueno, inglesa, pero vale, son lo mismo en origen/esencia, meh) con la que hablas ahora de pelos blancos.

- Me alegro, y no te ensalces tanto, lindo, que ha sido coincidencia. Me alegra que la problemática de Noelia se metiera con un problemático que la salvó literalmente. -Sonaba legítimamente aliviada por tu familia y hasta te dijo eso de modo coqueto. ¿Supones que esta es la "Humanidad" que los malditos y extra-malditos emuláis y os hace aún "humanos" en actitud y un sucedáneo de emociones y moral? Quizá.- Pues vale, que como sabes ando ocupada y tú igual con pelirrojas, eh, que no pienso teñirme. No sir.

Sacó su lengua hacia tí y se largó como ya había hecho/estaba-haciendo, haciéndote un gesto de despedida hacia atrás. Te hizo saber algo en esos momentos finales, de que Noelia estaría bien y no habría problemas, ni para tí ni para ella o nadie más, se encargarían. Suponías por lo que acababas de experimentar que tenían respaldo para decir eso.

Y con eso, tenías las afueras.

Al ir volviendo a las calles, la existencia nómade que te definía y a los tuyos por la literal eternidad de viajeros, es que sentías algo. En tu cuerpo, en tus venas y tu ser. Sobrecarga. Haber bebido no solo en exceso y por glotonería para llenarte a tope siempre, sino que pasando eso y a tope, un poco apenas, pero suficiente para sentir el exceso de sangre. Si el hambre de los vástagos nunca estaba satisfecha, entonces el exceso solo los estimulaba con más calor, poder, y quizá dolor. ¿Qué hacía esto en tí? ¿Qué haría?

Pues veamos qué dicen los dados y producen convenientemente para la trama.

Te sientes bien, extático, dirías, como con ganas de soltar toda tu esencia, toma como veas la palabra en concepto, e ir a darle una paliza a alguien, o hacer un caos de los grandes, quién sabe. Pero por sobretodo, te sientes por fin, calmo, al menos temporalmente y sobrepasando tu propia compulsión excesiva de estar a tanque completo siempre. Suficiente para moverte en la dirección correcta, la única que te queda si no quieres volverte polvo de cenizas malditas, o ex-malditas:

A donde estaba Sizhli con los demás. Todo en orden, al parecer y sumado a que sientes pequeños pálpitos o parpadéos de este efecto, el efecto del "Ceniciento" por acabarse esta noche como había prometido sin prometer directamente. Supones que sería todo y hasta la noche siguiente, en donde tocará saber si Alison decidirá asistir tu siniestro plan de ir contigo para con el Príncipe, Majestad, Alteza, el soberano definitivo de Madrid en las tinieblas y entre los malditos.

Supongo que algo tarde, pero vale:

¡Bienvenido a Madrid, olé!

Me encontraba solo y desamparado ante la fría noche de la ciudad - ¡Oh, pobre de mí! ¿Que podría hacer un pobre niño en la alborada?

No había nadie que me escuchara en la reja que daba acceso a la colina. Ni guardias, ni servicio ¿Se esconderían a esta hora? ¿O los ricos en el siglo XXI prescindian de servidumbre? En estos momentos de soledad disfrutaba de mí rancia hilaridad. Aunque hubiera deseado tener público. Y un sombrero, no había drama que no mejorara sustancialmente si el actor se llevaba el sombrero al pecho, en clara señal emotiva de que realmente está sintiendo lo que se supone que debería sentir. O al menos así lo hacía colar ante el público.

Era evidente que el mejor actor no es el que mejor interpretaba un papel, sino el que mejor fingía que creía que era el personaje.

Salí de la colina, y comencé a bajar las callecitas, donde las casas iban perdiendo tamaño y belleza conforme me alejaba del influjo del dinero. En cierto sentido, era como la gravedad. Demasiado parecido. Tenía un título para un libro, o al menos una idea, y necesitaba un puto sombrero. Hubiera quedado genial.

Me despedí de la ultima calle y con ella, del hechizo de media noche. Conforme caminaba, los zapatos hacían más ruido, era imposible caminar de forma silenciosa con zapatos grandes. El ruedo del pantalon se acumulaba en el suelo, y la camisa se estiraba más allá de los limites, hasta que no me quedó más remedio que quitarme los pantalones y los zapatos para continuar. Había sido divertido mientras duró.

Aprovechando los callejones, y la falta de inversión del gobierno en iluminación en las zonas "rojas" traté de llegar al trailer sin ser visto por los habituales borrachos y prostitutas que parecían estar condicionados para regresar a sus casa a esta hora.

En ese trajín sentí algo. Los vampiros podemos darnos cuenta de muchas cosas, pero podíamos sentir verdaderamente pocas fuera de nuestro estado supernatural. Una de esas cosas metafisica que podíamos sentir era el vitae que nos llenaba, y con el la sensación eterna de hambre. La verdadera maldición de caín ¿A quién coño le importaba el puto sol? Lo preocupante no era que estaba por amanecer, aun tenía tiempo antes de que saliera el sol, lo realmente preocupante es que me hubiera dado cuenta hasta ahora de que me faltaba algo. Algo tan básico como la bestia arañandome el estomago, hirviendo lentamente el vitae que consumía, susurrando siempre lo hambrienta que estaba.

Pensaba que la sensación de ligereza era producto de desprenderme del peso ficticio que estaba acarreando con una forma adulta. Pero ahora me daba cuenta de ella, era efectivamente, mucho más ligero que antes, y como tal, me sentía más débil. Como si mis acciones tuvieran la fuerza de una neblina. Así, me sentía, como niebla.

La mente se me fué nublando conforme seguía caminando. La sensación era de forma sorprendente, adictiva. El sopor me invadía completamente y yo lo disipaba con una sacudida de cabeza. Pero la niebla solo se iba por un momento antes de cubrirlo todo. Y cada vez se sentía mucho mejor dejarse invadir por ella.

Alcancé el ultimo callejón y divisé el trailer a lo lejos. No tenía idea de como había llegado.

Miré el móvil y vi el GPS activado. Lo guardé en el bolsillo de la camisa e intenté abrir la puerta. Me costaba abrir la puerta con la manga de la camisa cubriendo mís manos por completo.

- Sizhli, la puerta no me gusta. Debemos cambiarla.

Seguí intentado abrir la puerta un rato. Hasta que me frustré. Intenté arrancarla, pero estrellé la cabeza contra ella. La niebla me invadió por completo y me dejé caer en la entrada del trailer.

Mis sentidos habían aumentado perceptiblemente, sentí el mundo girar a una velocidad impresionante. Y escuchaba a mís camaradas roncando en sus respectivos vehículos. También escuchaba a Sizhli caminar lentamente hacía la puerta.

Podía imaginar como se movía su culo, y sus turgentes atributos en sus las sedas anchas que solía llevar. Y me invadió el recuerdo de como la conocí, hace ya más de 30 años.

Una joven gitana de otra familia tocó la puerta. Yo estaba acostado, observando el techo, pero fuí a abrirle. Ella me apuntó con su cuchillo, me miró y se echó a llorar. Se arrodilló, dejando el cuchillo de lado, abrazandome. Estaba embarazada, mugrienta y al igual que yo. Tenía hambre y necesitaba un amigo.

La imagen de aquella gitana abrió la puerta esta vez, se arrodilló y  me tomó en brazos. Recosté mí cabeza de su hombro hasta que llegamos a mí cama. Donde me dejó con suavidad y se marchó.

Antes de que la negrura que se apoderara de mí, entendí que mal me había atacado. Había sentido sueño. 

Te daba la idea que aquella gitana que conociste hace décadas, tiempo atrás, ahora tu mano derecha (no literal, que bueno, esa ya la recuperaste, ¡yay!) se veía más filosa, más hermosa aún de lo que ya era, más distante e imponente, quizá, a pesar de mirarte desde arriba hasta eventualmente tomarte en tu estado de borrachera por sobredosis de sangre (sumando las cantidades latentes de cochinadas, alcohol y otros que habrán tenido la pelirroja inicial y Noelia por sus respectivas y, en tu sangre, sumadas cuentas) en tu cuerpo más el famoso sueño, el golpe Morféico nunca evitable excepto a los sonámbulos malditos por el mismo dios imaginario, tanto como tu Quimerismo, Ravánico Don. Seguramente sea eso y ya. Sizhli, la mujer de imperante presencia, alguna vez mísera, te llevó a descansar a tu alcoba y creíste escuchar un "Buenas noches, joven amo", aunque técnicamente eran "Buenos días" porque despertarías después en la tarde-noche. ¡Ja, bromas de vampiros! O bueno, de... Noctámbulos.

Sueño.

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¡Fiesta! ¡Señor! ¡Yahoo! Te encuentras en la misma discoteca, "El Rincón de Poe" o como rayos le hayas puesto se llamase originalmente, bailando y sintiendo el flujo, rodeado de humanos y, entre estos, muchas putilla de increíble atracción. Aquí conociste a la pelirroja que follaba como una puta bestia mítica o algo, lo que te hace preguntarte si Noelia quizá, por ese "gusto por los chicos malos" y las "malas juntas", algo muy típico de pirujas mascadoras de gomorresina procesada para la consumpción con aderezos dulces y empastillada, realmente. Caso era que, acá estabas... ¡Como niño! ¡Menuda mierdaca del culo del orto de la vaca de su burra del granjero del tarot ignorado completamente para la trama! Sí, eras el Mihai, niño, bailando y todo, a veces mutando al adulto en un glitch o distorsión quimérica medio moderna y volviendo al niño. En cualquiera de tus formas no solo no causabas miedo al ser un puto fantasma cambia-aspectos, sino que causabas adoración, ya sea de camaradería por los compadres, y de anhelo por las hembras en cuestión. Todo un pedófilo reverso. ¿Viejófilo?

Pero pronto acaba la fiesta y llegan dos tipos, que parecían tener, por algún motivo que no sabes como sabes (quizá ni en tus sueños y ya pasado largo el tiempo de ocurrencia Max y sus hipersentidos psíquicos es capaz de dejarte en paz, o solo sea cosa de sueños, y ya), portaban francotiradores y ahora van, con pistolas tal cual, customizadas y todo a pillarte, apuntarte y reventarte la cabeza decenas de veces sin aviso, pregunta ni piedad. Tu fortaleza te permite apenas sobrevivir caído al piso con la cara llena de plomo, pero cuando intentas mirar arriba, una figura tercera aparece en donde los dos disparadores le hacen paso: Aquel sujeto te mira fijamente entre las sombras, y todo se va a negro, en lo que crees, es el final de ese segmento del sueño.

¿Segmento? Sigue, sí.

Aquel momento, el primer momento clave de tu historia o de este capítulo de tu historia, siguiendo tu temática de literatura/dramatismo como motif, vuelve a tí, con la tensión que encarnaba. Aquel rufián de pelo castaño, semi-claro, semi-desordenado, corto en general y con la clara intención de venir a hacer masacre en vuestro campamento recién llegado al sur de España entonces, o al menos a ser un scout para traer a los suyos, al menos hasta que entre tu esfuerzo combinado con el de Sizhli lograran detenerle, retenerle, matar su cordura y más. Ahí también pasó lo que pasó con Maxito, cuando le agarró, usando tu brazo, una teta. Tú sabes que el viejo enfermo es, bueno, era loco, y no solo por ser de su clan de vampiros, no, el tipo estaba chafetado, mal, mal mal, pero él era un manipulador de primera y no haría algo así, porque sí. ¿Qué sucedía? Algo te sentía mal a pesar de que solo estás reviviendo este momento tal como fue, paso por paso, como cual policía obsesivo mirando una película o grabación de seguridad cientas de veces para pillar "algo", alguna variación o engaño, algo clave.

¿Qué? ¿Puedo dejarte siquiera "investigar" en pleno caos de Morfeo y su Oneiros o Mundo Onírico?

Sí, sí puedo porque como se sabe, tu clan está fuertemente asociado con las míticas hadas y el mundo de sus fantasías. El único modo en que los humanos pueden ser 'sobrenaturales' es soñar, y el único contacto con la fantasía pura, humano o no, es este. ¡Que rueden los dados!

No logras exactamente ver qué pero sí logras pillar el patrón de los eventos y con eso, deducir (en reversa, como ingeniería reversa, tal cual, sobretodo que estás recordando el asunto, como mirando al destino hacia atrás en vez de hacia adelante como se pensaría usualmente) lo que pasó.

Max, todo este tiempo y todo ese tiempo efectivamente usó ese poder que sospechaste, no, por épocas, décadas, siglos, que tenía. Una habilidad que seguramente venía de, por lo que te contó el Sucio, Alin, los antiguos Malkavian, antes que su demencia pudriera su sangre y los hiciera esparcir el delirio como una plaga, y usaran la misma Dominación, el don del control de voluntad que usaban los Ventrue, los mejores amigos de tu clan. Tal poder le va bien a Max, y seguramente disponía de una versión cochina que poseía por completo con algunas condiciones y exigía tacto... Tacto mediante tu/su mano entonces, por lo cual tocó a Sizhli aprovechando cuando invocaste al ente Lovecraftiano medio inventado tuyo propio cuando tu Quimerismo se plagó igualmente con tu Frenesí en esos momentos en el trailer. Hansburgo, como el trapichero que fue hasta el final absoluto y póstumo, usó ese momento de confusión tuya para poder poseer a Sizhli. ¿Qué la hizo hacer, o cómo? Eso ya va por fuera de tus deducciones, pero está claro, eso pasó. Y por eso tu brazo se empezó a liberar justo después de ese evento entonces.

No acaba, sin embargo, los sueños se han hecho contigo ahora, pero en este segmento nuevo, como esto que les gusta a los niños de las eras en las que estás, los "videojuegos" suyos, podrás interactuar, tal cual. Un... Segmento interactivo, digamos, como un juego de r-... No, no nos pasemos tanto. Voy a tener que reconstruir la cuarta pared por novena vez este año. Ya sabes, ritmo Zawa™.

Oh, vaya, esto no te lo esperabas, estás ahí, con él.

En el mismo sueño que tuviste al verdadero comienzo absoluto de toda la historia... Ahí, en el mar, en la costa, mirándola, abrazado hace poco por los Elegidos, por mano de él, aquel bobo, simpático, no menos cabrón y genial sujeto, ya ido ahora, pero presente aquí.

Y puedes, al parecer, hablar con él. Casi como una burla del destino hacia tí...

O un gesto amable.

Si esto es producto de tu reciente afinidad con la rueda a modo de brújula espiritual o algo, no sabes.

Pero sí sabes, que este tipo adora el puto sonido de su propia voz.

Sizhli Xylos, tu sirvienta/compañera/yaya/mano-derecha, en otro comentario entre que te llevaba en brazos y te ponía en tu cama, agregó algo como: "Veré como cambiar la puerta, joven amo", luego te fuiste a dormir de verdad a medida que el sol venía eventualmnte.

Soñaste luego que te reventaban a tiros un par de agentes de un tipo, que llegó igual en la disco donde conociste a la primera pelirroja que te tiraste y consumiste esa noche el cual te puso la mano encima, al cuello, no sabes.

Tras eso, recapitulaste toda la escena con el rufián randóm ese 0% relevante para la trama pero que la movió, como un hamster involuntariamente moviendo la rueda, y lo que pasó con Maxito y la posibilidad de que haya hecho más cosas de las que hayas sabido entonces.

Y finalmente...

Pues sí, así es.

- ¡Niño, ea! ¡Despierta, joder!

Pareció notar como recordabas ese extraño futuro o dimensión fantástica en la que vivías en una caravana con una niñera muy atractiva y pechugona y algo mandona, y estabas medio borracho a pesar que Joshua te explicó que desde ahora no podías consumir brebajes ni alimentos, lo cual no tiene sentido, claro. Algo sobre una puerta y quién sabe qué, pelirrojas y disparos de algo, como cañones, esa "pólvora" que han estado inventando ahora entre oriente y occidente, todo muy confuso.

- Ya sé que me he puesto todo cursi con lo que te dije pero lo digo en serio: ¡Nunca debes olvidar...!

Tomó aire y preparó su dicción. Jurabas que el tipo casi quería intentar percutir con su boca a pesar de no poder por razones obvias. Los vampiros no respiran pero necesitan hablar como cualquier otro ser. Aquí viene:

- ¡...Divertirte! A buena forma, de buena gana. Ahora podrá parecer que miramos el mar aburridamente pero me divierte, acá, con mi chiquillo, discípulo, compadre, jeje. Me trae nostalgia...

¿De qué? Notaste su expresión mientras pensabas en cómo este idiota podía ser el ser que domó a los lobos con tal facilidad y mostró una presencia tan imperante y digna en aquel día ya hace tiempo para tí. Y sí, al decir lo de la nostalgia se frotaba la nariz de lado a lado, tal cual, con la camisa al aire y su pantalón que con lo que debía ser magia o algún poder vampírico de los suyos, no se caía por la falta total de cinturón.

- Nunca usaré un cinturón mientras viva o bueno, no-viva, nunca. Me niego. Los cinturones representan opresión, y yo gusto de la libertad. ¡Libertad! -Apuntó con su dedo hacia el horizonte al sol que había caído hace muy poco, que ustedes podían soportar tantito por el "Don de la resistencia mejorada y el aguante ante el daño", que te dijo que se llamaba "Fortaleza" pero era pirujo y 'con clase' decirles nombres largos, y que lo hicieras para molestar solamente, pero que era una lata. Tras eso, te miró denuevo.- Pero bueno, basta de mis mamarrachadas, tú dime ahora, Mihai, ¿qué sientes como lo que eres ahora? Un Elegido, un Nocturno.

Empezó entonces a acariciar tu cabeza, haciendo un 'pat pat' en tu cabeza y pelo, repetidamente, como a un perro, una y otra y otra vez, como buscando provocarte para iniciar un duelo o enrabiarte de forma bobalicona. Sabías, y te hizo saber en su momento que la mejor forma de aprender y mejorar es con la práctica directa y la acción por mano propia. Pero francamente solo podía estar jodiéndote y ya, total, el "Sucio" era impredecible.

Hasta el final absoluto. Sea lo que sea que eso signifique.

- ¿Ah? - respondo al llamado de Joshua. Tenía una idea y no podía dejarla ir.

¿Quién demonios era Maxito? 

La cabeza me daba vueltas, lo hecho, hecho estaba. Miré alrededor e imaginé como se sentía todo. El olor a sodio del mar, el golpeteo de la brisa. El sabor salado cuando abrías la boca.

Lo miré y supe que el hacía lo mismo. Por eso disfrutaba el mar. Al igual que el trío de gaviotas que volaban. Esos animales siempre fueron extraños. La ciencia aun no descubría como podían desaparecer un segundo y luego aparecer en otro lado un poco más adelante. Como si el universo hubiera parpadeado y se hubiera perdido una parte de su vuelo. También habían otra multitud de datos curiosos.

- Aquella gaviota, la del medio. Realmente no esta volando hacia atrás - comenté señalando el extraño trío de gaviotas-. Realmente no es una gaviota común, sino una especie que aprovecha la reflexión de las alas para darse más impulso a costa de visión.

- Lo acabo de leer - comenté mostrando una revista. El titular era Animal geographic, tenía en la portada una pelirroja que se llevaba el dedo indice a la boca a la vez que parecía halar una puerta con la otra mano. Era una portada curiosa para una revista científica.

Vuelvo a ver el mar mientras pensaba una respuesta para Melalo. Nuestro clan tenía el don para una cosa. Sin duda era divertirse. Lo demás podría ser secundario y compatible con lo primero. Solo había que tener creatividad.

Josh era fanático de las reacciones en cadena. Parecía que no se lo pensaba, y quizá hasta así era. Pero era imposible que no lo hiciera ni tan solo un poco. Una vez lo había visto aparecer un león verde que rugía como una guacamaya para espantar a un tipo. Resulta que era un cretino borrachón que se dirigía a su casa a pagar la furia por el dinero que perdió apostando con su mujer y su hija. Un niño que le compraba un billete de lotería con los seriales Y02HU4-3S-KUL a su abuelo corrió a buscar al policía más cercano, botando el ticket en el proceso. El policía se acercó corriendo al lugar y al ver al león entre los arbustos corrió sin ver tropezando con un tipo de bigote que tiró el arma que tenía en el bolsillo de su sobretodo. Unos minutos más tarde, mientras lo arrestaban confirmaria que la había comprado para suicidarse por problemas de dinero. Parecía un buen hombre caído en desgracia.

Si hubiera seguido la historia, en lugar de escucharla de manos de Melalo, habría podido confirmar que el día en que salió de la detención preventiva el tipo encontró que su casa estaba embargada y un billete de lotería con el serial ganador de Y02HU4-3S-KUL caería en sus manos por casualidad. 

¿Por que hacer todo eso de esa forma tan innecesariamente complicada? Diversión era la respuesta. Asi era el, asi era yo, gracias a él. Quizá en el fondo es lo que nos motiva a todos.

Desperté del ensueño y disperse las ideas con un violento movimiento de cabeza - Quita tu mano - no quería admitir que se sentía bien.

- El bebé de la señora Zusahnah es más nocturno que nosotros. No hacemos más que pasear en el día.

Mire el mar ¿Como me sentía ahora, en ese instante? Sin presiones, ni precauciones. Con alguien que cuida de mí.

- ¡Siento que ni el cinturón puede detenerme! - contesté quitandome el cinturon y arrojandolo al mar.