Partida Rol por web

Nebula

"Siniestro patrimonio, distante visión" ||Aoko||

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22/03/2018, 01:05

No estaba nada mal esa idea, la verdad, tanto así que te auto-concediste un pequeño momento juvenil o infantil incluso en el que imaginarte tal cual como la orquestadora secreta en togas romanas causando que Primela entonces acuchille a Norman, cual Brutus con César en plena escalera de ascenso o descenso, según se quiera ver. Aquella idea hacía que tus laureles personales se hincharan y exaltaran, como alas que te hacían volar por sobre los débiles humanos. "Guardianes" era el nombre que los tuyos recibían o recibieron alguna vez... ¿Pero de qué? Pues quizá de esto, de las grandes ironías, costumbres siniestras pero necesarios y secretos que la humanidad mantenía a lo largo de su existencia. Fue así como pensaste en el, al menos a nivel de esqueleto y médula base, plan contra Thessius y en pos de a su vez conseguirte a Primela para tí misma.

Por otro lado, durante tu explicación y exposición del plan solo pudiste ver como Svetlana mostraba una expresión fija y clara, fria, marcada en sus ojos muy firmemente. ¿Qué quería decir? Posiblemente era la atención absoluta ante un urdir que podría, por lo demás, acabar con uno de sus más odiados rivales, ciertamente. Si bien no notabas nada más en esa fria, precisa y absoluta mirada, como hierro o acero que de tanto estar helado quemaba, recordarías ciertamente la expresión a futuro. ¿Cómo no hacerlo cuando se trataba de tu amada? De todos modos, terminaste entonces y viste su sonrisa, leve eso sí y semi-mostrando sus colmillos a posta, como para emular los tuyos que levemente se veían de manera constante como caninos marcados por sobre el común de un humano pero no antinaturales, solo como una "condición" quizá, diferenciándote a su vez de dichos mortales, inferiores.

- Tu visión del futuro ciertamente habla por sí misma. No tengo objeción, Ao. Omigoto deshita, otsukareta!

Te felicitó entonces en tu propio idioma, dejándote que la consintieses un poco más, o dejando que te consintieses a tí misma mediante tus actos hacia ella, si querías verlo de esa forma. Fuese como fuese, ya tenía todas las carpetas sujetas consigo y se preparaba junto contigo para salir del gran salón de reuniones viendo que todo estaba concreto.

- Ah, tengo que compensarte por la katana, bueno, la de Riku, pero aún así... -Y entonces, al ya salir del todo te corrigió o más bien te informó.- No todavía, el vuelo parte en cuatro horas, exactamente. Tienes, bueno, todas tenemos cuatro horas para hacer lo nuestro, como lo que dijiste de dejarle vitae a tus padres, y lo que sea que veas necesario, finanzas de la discoteca, ya dirás tú. Será un jet privado, claro, así que tendremos libertad. Aterrizaremos directamente fuera de Madrid y tomaremos un vehículo hacia dicho, aprovechando la oscuridad del jet durante el día para planear dentro de los ratos que no estemos durmiendo, toda ventaja es oro, muy como explicaste que cada fisura en los actos de Norman es clave para estocarlo y apuñalarle sin piedad.

Ya dicho eso, salieron, caminando por los pasillos de aquella anticuada mansión de nuevo, a lo que Svetlana le informó a las dos que estaban por ahí cerca sobre los planes, estas se prepararon entonces y te miraron de lejos, como esperando que les dieras el visto bueno de ponerse a prepararse. Asumiendo que lo hicieses, tendrías algo de libertad para preparar todo, no mucho tiempo, pero tampoco escaso. Solo tenías que ver esto y aquello, dejarlo en manos de los que usualmente manejaban tus finanzas (que con tu habilidad para esto y el modo en que habías dejado manejándose la discoteca casi se manejaba por sí misma, poco menos), ver lo de la vitae, ver extras que te importasen, llevar todo lo necesario para un viaje sorpresa lo más acelerado posible para estar lo más antes posible y anticiparse al enemigo para pillarle con los pantalones abajo y bueno, aquello tal cual.

Tres mensajes te llegaron entonces, casi simultáneamente. Bueno no, uno había llegado durante tu estancia en el salón de conferencias y otro te llegó ahora recién. ¿Qué decían? Pues veamos:

Tozaki-sama... Etto... Tenemos un grupillo de personas acá en el local que dicen no estar conformes, mencionan haber comentado esto hace rato ya y pues bueno, parecen insistir. Yo por mí les mando bien lejos, ya sabe, pero me han jodido con que le pregunte a la jefa. A lo que quiero ir y para no molestarla más es: ¿Me permite manejar las cosas por mi cuenta? No la defraudaré.

Tenías una tendencia a dejarle los trabajos más distantes a, bueno, hombres. Este tipo jamás te ha ni te había fallado, realmente, y suponías que no lo haría ahora. Tenías la opción de efectivamente dejarle manejar este problema por su cuenta y ya o de intervenir, lo que te gastaría, a todo dar, un mínimo de 40 minutos en ir, meter mano (y quizá más) y volver, de paso quizá dejar otras cosas fijas.

No era todo, claro, estaba el otro mensaje que te llegó antes:

Aoko-dono, sepa que estamos complacidos con las constantes ganancias que la empresa nos ha dado, si bien quisieramos hacer cierta ejecución y acción de nuestras acciones. ¿Consideraría aquello humildemente?

Atentamente: Toyogasaki.

Molesto, como no. Este viejo arrugado y poderoso dentro de lo humano era uno de tus pilares de poder. Togoyasaki Daiguro era uno de los, si es que no el accionista más gordo (literalmente, bueno, no estaba tan gordo, pero ya sabes) del grupo de estos en donde estabas incluída y donde eras, claro, la más joven. No tengo ni que decir que por ser tan joven (con una diferencia nula entre tu edad vampírica y tu edad humana) y ser mujer tenías la presión encima, si bien el asunto no era tanto. Solo te estaba diciendo: "Quiero sacar plata: ¿Puedo?" con algo de: "Voy a sacar plata porque quiero, espero que me apoyes en hacer lo que quiero porque sabes que te conviene", sutil aunque crudo. Estaba en tí oponerle y arriesgarte a tener que entrar en una posible discusión, perder el tiempo o simplemente quedar con un problema a futuro o decirle que sí y quedar como mojigata... O hasta alguien generosa. ¿Virtud? ¿Actos buenos? ¿En este mundo? Tú debes estar loca o algo.

Y por último, el menos ofensivo de todos, que por algún motivo se siente el peor, en donde los otros dos son gajes del oficio, literales negocios para tí del día a día, este destacaba en lo poco relevante y a la vez, en lo enervante:

¿Hola? ¿Este es el número de Aori Inaizuki, verdad? ¿Lo he escrito bien? Me han dicho que podría contactar con ella y soy muuuuy fan, es, bueno, eres hermosa. ¡Soy tu fan, aunque digan lo que digan respecto a Toki-chan! ¡Tú eres la mejor, Aoricchi! A-ah, perdón, quizá me he equivocado.

Te imaginas que la pobre alma, el miserable mortal que escribió esto era, claro, otro hombre, pero en sí, se notaba sincero al menos en su apoyo y calentura, y al parecer aún con todo, no estaba a favor de la otra tipa, Toki. ¿Qué hacer? Ignorarle era la mejor opción, quizá decirle a Aori y que ella se encargara de su propio fan u omitirlo enteramente, ya que podía ser un stalker peligroso. ¿Por qué tú número, específicamente? Um, bueno. Falta algo.

Aquí el mejor de todos, por supuesto. Esto era...

Sospecho que estáis por ir de cabeza a la madriguera del león. Si lo hacéis, considerad que os van a estar esperando y os tocará feo. Saben qué podéis hacer y quienes sois tanto como ustedes. Además, hay un tercer elemento metido.

Anónimo absoluto. ¿Quién era? ¿De qué estaba hablando? ¿Un farol? Antes de intentar cualquier cosa, notas como el mensaje... ¿Se borra? No, eso es absurdo, no podría... Pero sí, se acaba de borrar, solo quedando guardado en tu retina, fugazmente. ¿Se podía hacer esto? Alguien con mucha habilidad podría y quizá se podría... ¿Recuperar? ¿Qué hacer siquiera aquí? ¿Hacerle caso? ¿Ignorarlo por difícil que fuese superar la sensación que dejaba como picor? ¿Contarle de cara a Svetlana y las otras y sembrar la paranoia como lluvia de invierno? ¿Averiguar por tu cuenta? Demasiadas opciones.

Te tocaba armar tu escalera y ajustarte los laureles, porque comenzaba el duelo político, el juego.

Y el tablero parecía no tener reglas fijas.

- Tiradas (6)

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Empatía (¿?)

Dificultad: 10

Tirada (2 dados): 6, 4

Éxitos: 0 Fallo

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Empatía (¿?)

Dificultad: 10

Tirada (2 dados): 10, 8

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: ¿Caos?

Dificultad: 10

Tirada (1 dados): 3

Éxitos: 0 Fallo

Tirada oculta

Motivo: ¡Orden!

Tirada: 3d100

Resultado: 11(-30)=-19, 48(-30)=18, 54(-30)=24 (Suma: 23)

Tirada oculta

Motivo: Caos (Partes)

Tirada: 4d20

Resultado: 12, 20, 6, 7 (Suma: 45)

Tirada oculta

Motivo: ¿+2?

Tirada: 1d4

Resultado: 4

Notas de juego

Tal como se ve. Cuatro quests para tratar o ignorar, cuatro horas y todo lo que te toca antes del viaje. Puedes ir haciéndome preguntas por el lado (Off Topic, "A Director") y tal para que vayamos puliendo y viendo cosas o compensando dudas y formas de hacer esto.

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25/03/2018, 14:17
Aoko Tozaki

Aquella mirada hizo que Aoko permaneciera congelada bajo la misma, un tanto fascinada por la misma así como también preguntándose cuál era el significado de la misma. No podía ser únicamente que estuviera urdiendo un plan, no. Tenía que ser por algo que ella había dicho… tal vez algo no le había gustado y eso tampoco le gustaría a Aoko puesto que no deseaba desilusionar a su amada. Sin embargo, cuando tras un momento la felicitó por descubrir las debilidades de aquel individuo, la joven vampiresa sonrió alegre, deseando hacerle el “amor" a su Sire en ese instante aunque controlándose como era debido.

- No es necesario que me compenses, Lana. No es algo que yo o Riku no podemos adquirir de nuevo. – Respondió con tranquilidad ante las palabras respecto a la katana. No era como si le faltara dinero a ella ni mucho menos un lugar dónde adquirir una nueva. Después de todo, estaban en Japón.
Por lo demás, escuchó con atención las siguientes palabras de su querida Svetlana, quien le aclaraba cuándo saldría su vuelo y le recomendaba que hiciera todo lo que tenía que hacer antes de partir. Era verdad que aún debía dejarle su vitae a sus padres, así como el hecho de organizar todo. Por otro lado, estaba contenta de que podría llevarse a sus pequeñas con ella ya que de lo contrario las habría extrañado como una niña extraña sus muñecas preferidas.

- Si, supongo que debo dejar todo listo para mi partida, Lana. – Asintió tras escucharla mientras salían del lugar, encontrándose en los pasillos con sus ghouls quienes parecían esperar el permiso de su señora para comenzar a prepararse para el viaje tras la explicación de su Sire. Aoko no tardó demasiado en asentir a estas para que se prepararan, justo en el momento en el que recibía varios mensajes que parecían demandar su extrema atención.

Por un lado, tenía un mensaje de uno de sus lacayos de su local que parecían tener problemas con un grupo de posibles alborotadores, algo que probablemente era producto de la competencia intentando poderla en grande, algo que ella no iba a permitir ni por asomo. Sin dudarlo, comenzó a escribir para el sujeto que estaba a cargo de ello.

No, iré yo a lidiar con ellos, algo me dice que serán más molestos de lo usual. Trata de distraerlos mientras voy hacia allá.

Respondido aquel mensaje, mientras comenzaba a caminar para subirse a su vehículo y dirigirse a su lugar, indicándole a Río y que la acompañara, observó los otros mensajes pendientes, entre ellos el de ese maldito viejo insoportable que tanto detestaba pero que tan útil era o de lo contrario ya habría terminado sus días hacía tiempo. Parecía que deseaba, junto con otros más de esos seres despreciables, extraer dinero para hacer alguna clase de negociado del cual ella no estaba informada. Era como si la subestimaran.

Sólo si eso produce ganancias para mi. Si pierdo dinero, tendrás problemas conmigo y realmente prefieres mantenerme contenta.

Advirtió en ese simple mensaje pero que decía bastante con tan poco. No iba a permitir que la pisoteara una maldita bolsa de sangre arrugada ni mucho menos negarle la acción si eso quería decir que se perdería de un importante ingreso a su capital. Ahora sólo quedaba otro mensaje aunque uno un tanto extraño, principalmente porque en teoría había sido para otra persona, su querida Aori, al parecer por parte de un fan bastante desagradable que Aoko se imaginó que sería un sujeto obeso de unos cuarenta años de edad que no tenía otra cosa que hacer más que acosar idols. Sin embargo, era curioso que hubiera contactado a su número y no el de Aori. Podía ser de utilidad.

En estos momentos en los que Aori está muy triste por lo mala que es Tokicchi con Aori, me alegra mucho saber que alguien quiere  tanto a Aori… tal vez ¿quisieras encontrarte con Aori en otro lugar? Una discoteca muy buena de una buena amiga. Sólo dí que eres el fan de Aori y te dejaran pasar.

 

No tardó demasiado en dejar la dirección del lugar al cual ella se dirigía para tratar con aquel grupo de indeseables. No estaría mal tratar con aquel fan y a la vez usarlo como un peón para deshacerse de aquella competencia de su querida Aori. Era cuestión de simplemente usar un poco sus encantos y convencerle de que Toki era el diablo en persona y que debía de ser eliminada. De ese modo ella tendría un problema menos y su querida muñeca podría continuar su escalera a la fama cuando regresaran.

No obstante, el último mensaje preocupó en cierta manera a la vampiresa principalmente cuando éste se borró como por arte de magia o más bien de una buena habilidad de hackeo. De cualquier forma, la advertencia y el hecho de que hubiera un tercer elemento en aquello, podría complicar las cosas y debía por sobre todo advertir luego a su Sire sobre aquello y decidir juntas lo que harían al respecto. No era algo que debiera de ignorarse, si bien por el momento tenía otros asuntos que resolver.

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07/04/2018, 04:13

Todo problemas, siempre, la verdad.

Si es que nada, de hace mucho ya, léase antes de incluso pasar por tu Conversión o Abrazo Vampírico es que ya veías este mundo como un deshuesadero o pila de chatarra carente de toda razón, motivo o luz alguna, al menos hasta que Svetlana llegó, claro y no se alejó nunca más de tu cerebro ni de tu ser, literalmente, al llevar su maldición particular aparte de la de Lucian/Lucien y aparte de la de Caín en sí. Si es que nada, era Kozlov, la misteriosa mujer rusa-nipona la que te vino a salvar de la falsa luz hacia la cómoda oscuridad de este gran mundo. Sus palabras antes de largarte en tu estiloso y potente auto resuenan como un recuerdo reciente.

- Ya veo, aunque insisto, y si es que no deseas reforjarla pido que me la des como un importante objeto que marcó tu inicio en el Sabbat.

Así sin más, te pasó la otra espada, que era la tuya y estaba usando ella. ¿Tenía Svetlana una espada propia, katana o no? Suponías que sí pero no recuerdas haberla visto, al menos en un buen tiempo. Como sea, agregó a eso la dirección puntual de donde saldría el jet privado y que si bien sería la idea reunirse aquí antes, podrías ir allá en la hora precisa si es que algo exigía más de tu tiempo y no podías pasarte acá antes. Alguien así nunca tenía fallos en sus planes, realmente, ese tal Thessius o como sea no tenía oportunidad.

Ya arriba de tu vehículo, que avanza cual felino siniestro por las calles internas de Tokyo, específicamente del sector de Shibuya, muy cerca del Roppongi, es que su rugido sigiloso como ronronéo sin negar su increíble aceleración y aspecto oscuro que cuadra con tu estirpe te lleva hacia el lugar sin mayor o incluso menor contratiempo. Riku atrás lleva tu katana entonces y su propia zashi abajo, preparada y atenta, con sus ropas siniestras y su postura diligente, como tu propia guardiana, hasta que llegan al lugar.

Antes de actuar entonces, piensas, sin dejarte llevar quizá por la rabia que esto te producía o por un sentido de impulso táctico en donde podrías separarte con Riku, usar la entrada privada de la dueña absoluta del local para ir una por el frente/lado e interrumpir con gloriosa grandeza y la otra estar en las sombras o al revés, claro, en donde una con imponente presencia y una jodida espada japonesa y gesto frio aparecería de la nada en donde la big boss aparecería desde dentro en sus propias tinieblas, forzando al enemigo a romper la primera gran regla que, ni siquiera necesitabas leer a Sun Tzu para saber, de "No ir a territorio oponente así sin más". Últimamente, lograste pararte en seco, como si renacida después de aquel combate catártico con Svetlana, con tu marca aún fresca en la nuca, tapada por tu pelo lo justo y necesario.

Riku aguardaba, aún estaban lejos y casi por conveniencia tu instinto (táctica impulsiva) te hizo no estacionar en el aparcamiento del local, tal cual, pudiendo optar por entrar manualmente desde el costado y luego desde dentro después o pudiendo optar por ir de frente y desde fuera. Ahí, en esa posición, pudiste ver desde un sector privilegiado angularmente la situación: Nakajima, tu lacayo el del mensaje, estaba reteniendo a lo que parecía un grupo de sujetos insistentes, unos 6, aparentemente manejados por uno en particular. Desde dentro, tu esbirro hablaba.

- ¡No, no, entienda, la jefa es una persona ocupada! ¡Sí, le he dicho que venga pero puede que no tenga tiempo, señor!

Nakajima sabía lo que hacía, hablar con soltura y sin embargo, con deferencia, con la política necesaria para mantener a la gente a distancia con el mejor trato posible, que era el sello de estampa del crudo y metálico capitalismo, no, el sistema inquebrantable sin nombre que oprimía a este mundo, a lo que entonces sus "oponentes" respondían.

- ¡Que tiempo ni que nada! ¡No me jodas! ¡Pues que si no tiene tiempo entonces atiende tú mis exigencias y listo!

- ¡Sí, sí! - ¡Cierto!

- ¡...O que se lo haga!

Osó soltar esa jugosa perlita final quizá motivado por sus asociados, instante exacto en el que casi sentiste tus arterias, muertas ahora, pero aún así existentes, reventar, lo cual Riku habría buscado detener posándote la mano en el hombro cuando tu propia furia fue aplacada tan rápido como quiso venir por la realización de lo que eran estos rufianes de traje y plata:

Yakuza.

¿...Yakuza? ¿Jodidos yakuza? ¿Aquí, ahora, en esta era, en este tiempo, legítimamente? Vaya si era un mundo oscuro, sin duda. Aquel tipo, el que hablaba cara a cara con tu lacayo Nakajima llevaba, entre todas sus ropas de marca y caras por encima, una estúpida camisa colorida y de variadas rayas caóticas, como siguiendo aposta el jodido esterotipo ese de los yakuza con camisas hawaianas y tales en contraste con el otro estereotipo de yakuza trajeado al 100, tal cual. Pudiste escuchar, casi segura, el sonido del juguetéo de la espada de Riku cuando movía su espada por el mango, que sabías que era su propio tic o ritual personal (muy como durante el momento íntimo, sí), pero osabas pensar que casi tu furia se había pasado a ella, era mucho. Era demasiado.

No fue todo, sin embargo, porque alguien, como una oveja a un matadero hecho de hombres lobos en esteroides caminó desde el lado contrario al que estábais ustedes en aquel punto, llegando a entrar entonces, casi tropezando con la escena. Tu instinto te dijo de inmediato quien era, cuatro décimas de segundo antes de que hablara entonces:

- Amm... Perdón, um... -Miró al yakuza entonces, su grupito, y a Nakajima, preguntando con nervio pero voz audible a pesar de todo.- ¿Aquí es el club, um...? -Trató de pronunciar su nombre y lo hizo, efectivamente.- ¿Quizá aquí podría hallar a Aoricchi, um, digo, Inaizuku Aori?

Se trataba de alguien, notablemente, joven, de unos 20 y tantos como mucho, de pelo castaño claro y corto y muy distinto a tu imagen de un viejo de 40 acosador, o al menos físicamente distinto si es que sí era un acosador. Por lo demás, ante sus palabras: Silencio sepulcral seguido de un explosivo set de carcajadas de los yakuza, incluyendo el que les lideraba con la estúpida camisa. Nakajima por otro lado se veía preocupado, y miraba para los lados, como si realmente necesitara que aparecieras como prometiste o más bien dijiste que harías. Tu club era un lugar de élite, realmente, y como tal estaba lo mejor tapado en sus actividades varias al resto y cualquiera que no pudiese pagar excelente y/o tener acceso importante como debía ser. Pero algo estaba mal.

- ¡Y bueno, entonces dime...! -Algo pretendías notar, pero no pudiste, tus oídos terminaron reemplazando cualquier visión para escuchar la excelente, trascendente, relevante y humanitaria exigencia del imbécil este con su grupito.- ¡...Por qué tus tipas no abren las patas más debidamente, eh! ¡A pesar que pago bien!

Nakajima soltó un gesto combinado de miedo (porque claramente este tipo parecía dispuesto a actuar), cabréo (porque había estado jodiendo con eso por mucho tiempo siendo algo que él no manejaba), desesperación (porque si no recibía asistencia pronto iba a tener que tomar las cosas por sus manos, de mala forma, suponía) y rendición, casi, por el simple hecho de que era hablar con una pared.

Tú, antes de sentir que algo explotara en tu interior o haciéndolo, sentiste como se hizo tangible como un pisotón, de hecho. Ah, no, espera, eso era... Una sombra pasó por el lado tuyo pero sin moverse un centímetro más, más alta que tú por un poco y de pelo largo, con su flequillo cubriendo su cara, como la clásica samurai o hime-sama ancestral, seria, no, más que seria, sepulcralmente seria.

- Aoko-sama, déjeme por favor intimidar a estos desechos, no quiero permitir que usted, mi domitora, mi señora, tenga que siquiera molestarse con tales meros... Seres, que no puedo ni llamar insectos porque les sería un insulto.

Su voz, fria y apacible como siempre sonaba con claro filo, en donde decía que ni insectos podía llamar a estas... Bacterias. Y sin embargo, tú sabías bien por tus años de estudios científicos que nunca concretaste sumados a tus estudios políticos que sí llevaste a cabo, que incluso una bacteria en el campo de batalla de la existencia es un peón que puede ser, bien dirigido, fatal... O crucial.

- Aquí el problema radica en ir por el frente o por atrás. No moveré pelo sin su orden, pero... Onegai shimasu.

Parecía rogarte, pero esencialmente era una cosa de tirarte tú misma de cara al problema e impedir que tí misma fueses un problema o hacerlo mediante otros. Aquella era la vida y el dilema incansable del titiritero, de la maestra de las marionetas y las muñecas en este caso. ¿Qué hilo tomar, jalar o cortar cuando y de qué modo?

Todo siempre eran jodidos problemas.

- Tiradas (2)

Motivo: Percepción + Investigación {Dif 10-Alerta}

Dificultad: 9

Tirada (2 dados): 2, 6

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Astucia + Investigación {Dif 10-Alerta}

Dificultad: 9

Tirada (3 dados): 10, 5, 1

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

Puedo hacer un esquema pero tampoco quiero definir del todo tu club, después de todo. Puedo sí explicar más o menos la situación aparte si lo requieres. Obviamente que puedes usar Disciplinas como tu influencia obvia en, em, tu propio club, pero el tema es quedar bien... O no, ya dirás.

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07/04/2018, 22:10
Aoko Tozaki

- Si eso deseas, Lana, entonces puedes quedarte con ella. Nada me haría más feliz, amor mío. - Respondió con cierto tono que demostraba la felicidad que sentía en ese momento, a pesar de ser una fría maniática del control pero con una clara obsesión por su querida Svetlana, ante el hecho de que su Sire deseara mantener aquel arma como una especie de recuerdo por su iniciación. La hubiera abrazado en ese momento pero sabía que aún tenía asuntos que solucionar antes de ponerse melosa con su amante. No dejaban de complicarle la existencia, si bien ella tampoco se daría por vencida y dejaría que la pisotearan porque si. Ella era quien siempre tenía el control y así debía de serlo. Sin dudarlo, aceptó la katana que su amor le cedió, antes de asentir a las indicaciones de cuándo y dónde se encontrarían para partir a su misión.

Era momento de actuar, de resolver todos sus asuntos en su ciudad antes de embarcarse en aquella "aventura" en nombre de su Sire. Estaba claro que tenía ciertas dudas respecto a abandonar todo lo que poseía, pero por otro lado era verdad que amaba demasiado a Svetlana como para decirle que no cuando ésta le pedía su ayuda para una misión de esa clase. Temía dejarle todo a cargo a sus padres, o incluso a sus empleados en su club, si bien era algo a lo que tendría que arriesgarse, puesto que su amada era la mayor prioridad. Tenía toda una eternidad para continuar con el resto de sus planes pero sólo una Svetlana que realmente se ganara su frío corazón de esa manera. Se podía notar su expresión seria mientras aquellos pensamientos surgían en su mente, a medida que conducía en su hermoso coche en esas calles decoradas por las luces y la oscuridad de la noche.

No tardó demasiado en llegar a una de sus fuentes de dinero más importante, dejando su automóvil a cierta distancia por simple precaución. No sabía muy bien quienes podrían estar causando problemas en su club, pero existía una posibilidad que hubieran sido enviados allí por alguien como ella, para complicarle la existencia, por lo que sería una clara muestra de cierta intención de guerra por parte de otro cainita, algo que ella no podría permitir, sin lugar a duda. Debía pensar muy bien lo que haría respecto a esos indeseables, así como el fanático de Aori, con el cual se encontraría luego. Cuando entró a su establecimiento, no fue difícil escuchar las protestas de aquellos "invasores" así como los intentos de su empleado por mantener la calma. Aoko dirigió una mirada afilada a ambos, a medida que se acercaba hacia estos e iba escuchando los insultos que los yakuzas, a quienes no había tardado mucho en identificar como tales debido a su actitud y vestimenta, proferían respecto a ella y quienes estaban a su cargo. Odiaba esa clase de despreciables patanes que pensaban que podían molestarla de esa manera. No eran más que bolsas de sangre con la capacidad de hablar, pequeños seres inferiores que debían agradecer que ella los aplastara.

Sin embargo, cuando pretendía involucrarse en aquella discusión entre su lacayo y el montón de idiotas, su querida Riku llamó su atención, pareciendo desear terminar con esas pobres existencias que atentaban con alterar la noche de la vampiresa. Aoko disfrutaba de esa dedicación, esa devoción por parte de su guardaespalda, la forma en la que ésta se molestaba cuando alguna pequeña hormiga decidía insultar a su señora. No obstante, no era momento para matarlos a todos, no si estos eran los peones de otro individuo, alguien que pudiera ser como ella y que buscaba crear cierta chispa de conflicto en su club para tener la excusa perfecta. No, lo mejor era resolver aquello de otra manera, incluso si hubiera realmente deseado ver cómo corría la sangre de esas patéticas criaturas que pensaban que estaban por encima de ella y sus lacayos.

- No, mi querida Riku. No les mataremos... por ahora. Prefiero resolver esto de otra forma. Creo que alguien los ha enviado para molestarme. Tranquila, se necesita algo más que esto para ofenderme. - Expresó con cierta tranquilidad, o más bien frialdad, antes de acercarse a su preciosa muñeca, aquella que formaba parte de su colección y a quien cuidaba tanto, para acariciar su mejilla con delicadeza antes de tocar sus labios con los suyos en un beso seductor que le hubiera derretido el corazón a más de uno. Le encantaba la iniciativa de su pequeña protectora, y la habría dejado hacer lo que quería, sólo para sonreír complacida ante semejante derramamiento de sangre. Aún así, algunas veces había que resistir ciertos placeres para hacer las cosas bien.

Una vez que sus labios se separaron de los de la samurái, relamiéndose los labios en el momento en el que aquel hilo de saliva que las vinculaba terminó por cortarse, la vampiresa no dudó en avanzar hacia la fuente de problemas, ignorando por un momento al fanático de Aori que había aparecido en medio de aquella situación, provocando más de una risa por parte de los yakuzas.

- Veo que mi establecimiento no es del agrado de los caballeros... - Expresó con cierto tono de indiferencia, luego de colocar la mano izquierda sobre el hombro de Nakajima y mostrando a la vez aquella presencia tan refinada y atractiva que era capaz de robarle el alma a más de un iluso cuando aquel posara los ojos sobre la vampiresa. La mirada de Aoko no se demoró en buscar la del yakuza que había estado liderando al resto, como si deseara mantenerse fija en sus ojos mientras conversaba con aquel individuo.

- Dime... ¿quién te ha enviado para molestar en mi establecimiento? Luego de que me respondas, retírate con tus amigos y ve a otro club a molestar que no sea éste. No deseas molestarme. - Ordenó con aquella frialdad típica de su personalidad, mientras sus ojos se clavaban en los del yakuza. No hubiera sido muy difícil, al menos para Riku, saber lo que su señora pretendía hacer con aquel idiota que había osado aparecer en aquel lugar, intentando arruinar su noche con tonterías, probablemente no siendo más que una mera marioneta sin importancia alguna más que la tarea que debía de cumplir para su amo, como el patético perro que era. Realmente no deseaba perder más tiempo del necesario con alguien así, aún debía de ver qué haría con el fanático de Aori.

Notas de juego

No sé si quieres tirar tú los dados, pero lo que quiero hacer es Mesmerismo, que sería Manipulación + Liderazgo =P

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19/04/2018, 11:52

Odio.

Odio puro y crudo era lo que podía sentirse respecto a todo aquello que no fuese estrictamente fuente del amor, la única entidad, persona, objetivo y fuente de dicho sentimiento positivo que daba calor en la frialdad, siendo todo lo externo a tal racional de detestar, sin menos ni sin más. Pudiendo decirlo de otro modo con menos redundancia y a la vez que menos elegancia: Todo lo que no fuese Svetlana podía irse a la mismísima mierda y hacerse joder con grandes ganas, con, quizá, una katana en llamas o algo parecido por dar un ejemplo perfectamente aleatorio y no semejante o asociado a algo reciente. Aquel odio incandescente y tóxico era el que por las venas de la Cainita fluía con gran fervor y a la vez gran sutileza para acabar con todos sus enemigos y todos aquellos que no fuesen caprichos agradables y sostenibles, como sus muñecas apreciadas o instrumentos útiles. A medida que ella manejaba podía contemplar la yuxtaposición de oscuridad lumínica que definía a la inmensa metrópolis de Tokyo al ir entrando en la misma, en alguno de sus incontables núcleos. Por poderosa que fuese, el mundo era inmenso y sus proporciones lo delataban, ella sabía eso, pero no tenía tiempo de filosofar, tocaba actuar.

Riku tomó su espada entonces o estuvo por tomarla cuando fue capturada por sorpresa y a traición por aquel beso, respondiéndolo torpemente, lo que le hacía linda en contraste con la más lasciva y hábilmente experimentada Aori, ciertamente. Miró sorprendida y casi fue un sedante perfecto para calmarle de su emoción negativa y asesina, podría decirse. Absorber su odio como una leve diablerie o succión de sangre en pos de acumular aún más para portarlo como una fina y afilada hoja fantasmal, invisible y eficiente, letal pero no directamente violenta. Su lengua se movió de lado a lado como si fuese, precisamente, una cuchilla cortando aquel hilo de araña y entonces, mientras las metáforas de toxicidad se apilaban, ya iba la dueña del local tras darse vuelta hacia aquella entrada en donde estaba su club privado y de élite. Aquí el problema era medir quienes eran las élites y quienes no. ¿Qué o quienes hacían a las élites? ¿Se hacían a sí mismos y mismas? ¿Nacían? ¿Se convertían mediante un proceso de catarsis? ¿Alguna reversión? Ya dijimos que no había tiempo de filosofar pero todo acto consciente es filosofía, y ella lo sabía como ávida lectora y humanista entre muchas otras cosas, una mujer renacentista aún si moderna, aún si más joven, muchísimo más que otros de su especie, podría decirse, como Lana, por ejemplo, que por lo que ella estimaba oscilaba alrededor de los doscientos años, por lo menos.

Posándose ahí como si nada, porque de hecho era su haber, colocó su brazo entonces sobre el hombro de Nakajima, hubiéndose cruzado de lleno y por completo frente a los yakuza y el mismo lacayo el cual ahora sudaba frío pero su gesto pasaba de "¡Por favor, llegue!" a "¡Sí, por fin, llegó, victoria!" casi osando sonreír ampliamente hacia los que retuvo bajo tus órdenes pero sin hacerlo ni decirles nada. Tragó solamente y esperó que reaccionaran.

Y vaya si lo hicieron, ciertamente. Su cháchara ruidosa como el zumbido de un insecto se detuvo casi de golpe, en donde la totalidad de estos quedaron perfectamente pasmados, como si hubiesen visto algo incomprensible o perfectamente increíble, como una supermodelo o celebridad pasar y ponerse a mirarlos de la nada, lo cual de hecho, a toda ciencia cierta, estaba sucediendo. Aquel principal que se hacía el más gallito quedó con la boca medio abierta ante los ojos de color oro de la mujer, reflejando el mito clásico de que los demonios japoneses tienen ojos dorados. Parpadeó un par de veces y no alcanzó a decir ni un "Ah", realmente, al menos al principio.

No, en realidad no logro´decir nada, nunca. Y al parecer Aoko se dió cuenta de que de alguna forma y aún cuando no estaba mirando a los otros yakuza a los lados, logró influir en ellos igual. ¿Cómo? Fuese como fuese, el primero que recibió la orden empezó a cantar como si fuese un loro, pasando de ser una urraca insoportable a un disco al cual le pusieron "Play" en la parte importante de la grabación. Objetos, herramientas, cosas a usar o destruir, nada más, con odio afinado como la pianista más delicada y precisa de todas pero igualmente fatal.

- Y-yo no he sido enviado por nadie, se lo prometo, solamente quería relajarme con mis colegas aquí de las obligaciones que nos ponen nuestros jefes y, um, bueno, sentimos que queríamos un poco más... -Su personalidad mutó, casi hacía ver al fan de Aori como alguien con agallas ahora, el cual por cierto, estaba todavía ahí, a un lado de la escena o el "área general" de influencia de la "charla" misma que ahora se había vuelto perfectamente unilateral hacia tu persona por influencia de tu Disciplina, mirando. Por un segundo creíste ver un destello en sus ojos, como algo, como si mirara hacia arriba desde abajo con... ¿Malicia? No, no era eso, era solo un destello de luz urbano y una mirada de alguien confuso y expectante. Paranoia básica necesaria para quién aspiraba a ser una líder debidamente. "Yakuza Principal" siguió hablando.- Nuestros jefes d-de hecho no saben sobre esto, no del todo, por eso queríamos quizá lograr algo.

- No de un modo muy inteligente, de todos modos, pero no tenemos opción, aniki aquí nos dijo que aprovecháramos su ausencia. ¡Lo sentimos!

Ahí estaban hablando los otros que igual se veían influidos por esa peculiar instancia del poder vampírico que pareció superar sus exigencias de un solo objetivo a la vez para poder manejarlos de a grupo. Quizá pasó porque toda su atención se fijo en tí cuando caminaste frente a ellos para posarte, te volviste la mirada única o prismática central y con ello pudiste influenciarles periféricamente, buena iluminación, buena posición al estar todos de frente y buscando mirar a quién les "interrumpía", etc.

- No nos ha enviado nadie, solo hemos venido por nuestra cuenta. Supongo, no, está claro que nos iremos, disculpe.

Asintieron los demás sobretodo el yakuza principal entonces, derrotado por completo y manipulado por la sugestión hipnótica. Fue entonces que al irse miró con rabia al fan de Aori pasando por el lado de él, pero la sugestión era más fuerte y le exigía irse ya, por mucho que buscase un desahogo. Su grupo y él se largaron eventualmente. Una quest completada, inmediatamente. Solo quedaban algo así como... ¿2 o 3? No, espera, faltaban tus otros asuntos, oh bueno, al menos una jodienda odiosa menos. ¡Muy bien, Tozaki!

- ... -Al parecer el fan quería hablar pero entonces Nakajima celebró, al lado tuyo.- ¡Jefa! Nice! ¿¡Cómo lo ha hecho!? Bueno, como sea, usted sí que sabe, gracias. -Tragó, como esperando que no le castigases por alguna razón perfectamente aleatoria, como si alguien pudiese pensar que lo aleatorio existe, siquiera, en un mundo con cada cosa calculada, muy como tus padres siempre te hicieron querer saber y ver mediante sus ciencias que nunca absorbiste en lo más mínimo, excepto matemáticamente hablando, lo cual te permite decir que no hay tal cosa como la suerte, no en un mundo donde todo es decisiones y fallos milimétricos.- Um... ¿Y este? ¿Qué hacemos con este, boss?

- Mmmh... Aoricchi... ¿No está aquí? -Parpadeó. Todo este tiempo desde el otro lado de la calle, si se miraba de lado a lado y no "de frente", léase, desde lo que era el inicio de la acera hasta la puerta donde iniciaba la entrada del club y frente a donde pisaba Nakajima, sino que lateralmente, estaba Riku, la cual observó todo con calma entonces. Se unió a vosotros aunque con discreción. Nakajima miró al chico y te miró a tí, suponiendo que por ser la obvia superior dirías qué se hacía y qué no.- Usted dirá.

Así, pasabas de un plan a otro en el mismo espacio situacional pero distinta situación circunstancial, con las molestias fuera que confirmaron firmemente no venir de parte de nadie, ni mortal siquiera, sino que simplemente movidos por sus propios impulsos no siendo ni perros, sino que callejeros, ratas podría decirse y ahora con esta otra molestia que originalmente pensabas usar. Por un segundo recordaste notar algo, y es que justo cuando Riku estuvo por ser besada sujetó su katana de cierta forma, como mirándola antes de ser pillada por tu beso, y ahora parecía hacer lo mismo, para luego acercarse y mirar al joven fan de su compañera ghoul y idol, actriz y otras. Algo refulgía en los ojos de la maestra de tameshigiri.

- ...Tú. ¿Quién eres?

Riku entonces no pudo controlarse y miró al humano, usando su disciplina que tuerce e influye sobre las voluntades, ideas y mentes ajenas, aprendida desde tu sangre directamente y ordenándole entonces algo al chico que tenía en su línea de visión. Muy como tú usaste tu amplio campo de visión de la calle en "ancho" contra los yakuza, ahora ella usaba la posición desde el lado, a lo "largo", podría decirse, para hacer su propio corte fantasmal sobre el mortal, mirándole y ordenándole, sin piedad.

- Hazme saber quién eres de verdad y qué haces aquí.

Y él solo tragó. Nada.

¿Qué?

Nada de nada, tal cual. Un mortal bloqueando poderes vampíricos era absurdo, claramente.

- Yo... Yo soy un fan de Aoricchi, um, Aori, y bueno, llamé al número en cuestión y pues me dijeron que viniese aquí para encontrarla, aunque está claro que es un lugar muy por encima de mi alcance. ¿Quizá era una broma?

Nada. Tú sabías diferenciar un show verbal legítimo de uno falso, pero tu radar no te decía nada, nada. ¿Qué era este tipo? Espera, algo notaste: "Al número al cuestión"... ¿Qué? No dijo: "Al número que me dieron" o "Al número que recibí" o "Al número que encontré", sino simplemente en cuestión, tal cual. ¿Cómo? ¿De donde? Te acuerdas del mensaje auto-borrado sobre un tercer elemento involucrado...

¿Y si ya estaba aquí?

No. Te calmaste, justo a tiempo. Te relamiste y rememoraste tu juego hace poco rato con tus niñas, luego el tiempo con Svetlana y ahora hace nada el beso con Riku. No manifestaste más de lo debido tus colmillos como para asustar a este inmensamente sospechoso o quizá perfectamente falso positivo andante que caía como una roca entre tus engranajas. ¿No que no existía la suerte y los factores aleatorios y caóticos? No, claro que existían, la economía y los sistemas eran puro caos después de todo, ordenado a la fuerza. Todo te dice que este mortal simplemente obtuvo el número de "Aori", léase, el tuyo por algún cruce desde alguna parte aleatoria o caótica en la jodida era de la infinita información en la que estamos y asistió de cara solo para poder mirar a su diosa, a Inaizuki, solo por sentir algo como calidez, no muy distinto del sentimiento tuyo hacia Lana, pero nunca admitirías que sentías algo igual que un mortal. Riku le había metido algo que no le permitía mentir, muy como sabías e hiciste a sabiendas con el/los yakuza, ergo, él genuinamente no podía no saber o al menos omitir deliberadamente la respuesta, tenías entendido.

Al final, era solo eso y podrías usarle como planeabas. Tal como lo planeaste. 計画によると!

Sin embargo y a pesar de todo, la pequeña, ínfima espina estaba ahí.

- Tiradas (11)

Motivo: Apariencia (Especialidad)

Dificultad: 7

Tirada (4 dados): 6, 10, 8, 2

Dados repetidos: 1

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Autocontrol [Yakuzas generales]

Dificultad: 9

Tirada (3 dados): 9, 3, 4

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Autocontrol [Yakuza Principal]

Dificultad: 8

Tirada (2 dados): 3, 6

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Dominación (Manipulación + Liderazgo)

Dificultad: 6

Tirada (6 dados): 4, 2, 7, 7, 8, 6

Éxitos: 4

Tirada oculta

Motivo: ¿? (Astucia) [Riku]

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 4, 3, 3

Éxitos: 0 Fallo

Tirada oculta

Motivo: ¿? (Astucia) [Riku]

Dificultad: 10

Tirada (3 dados): 8, 10, 7

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Autocontrol [Riku]

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 4, 5, 4

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Dominación (Manipulación + ¿?) [Riku]

Dificultad: 6

Tirada (4 dados): 5, 3, 10, 8

Éxitos: 2

Motivo: Dominación (Manipulación + ¿?) [Riku] {Repetir 10}

Dificultad: 7

Tirada (1 dados): 1

Éxitos: -1 Pifia

Motivo: Percepción + Expresión (Analizar actuación)

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 1, 10, 1, 4

Éxitos: -1 Fallo

Motivo: Autocontrol (¡Paranoia!)

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 3, 8, 3

Éxitos: 1

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19/04/2018, 17:50
Aoko Tozaki

Tras haber disfrutado aquel delicioso beso por parte de su hermosa Riku, su humor había mejorado bastante luego de que hubieran hecho que apareciera en su establecimiento, por culpa de un montón de idiotas que no tenían otra cosa que hacer más que molestar. No podía negar que habría deseado permitir que su preciosa maestra de la espada acabara con ellos sin perder el tiempo, aunque siempre era necesario obtener algo de información, por lo que al final había desistido de esa idea que hubiera dibujado una bella sonrisa en su pálido pero delicado rostro. No obstante, la respuesta de los yakuzas no fue algo realmente de su agrado, puesto que no se trataba de alguna especie de conspiración, sino más bien de unos simples lacayos que estaban aburridos y habían decidido molestar a alguien para divertirse un poco por la noche y obtener algún que otro beneficio. Para eso, Nakajima, la había llamado... Bueno, al menos había evitado un conflicto con un clan de yakuzas que podrían molestarla luego si tocaba a sus lacayos.

- Lo entiendo, lo entiendo, todo perdonado. Ahora retírense. - Expresó con un tono de completa indiferencia mientras su habilidad hacía efecto sobre los cerebros de hormigas. Había deseado afectar sólo a quien parecía el líder, si bien al final había afectado al grupo completo, algo que sin duda era de mayor agrado para ella que lo primero. Le facilitaría su trabajo y los otros no harían preguntas ante el cambio de opinión por parte de su compañero. Todo se había solucionado, con tan sólo unas palabras, mientras los idiotas se retiraban a molestar a otro establecimiento que no fuera suyo, incluso tal vez molestaban a otro clan y comenzaban una guerra entre clanes. Algo ideal, y un buen precio a pagar por su osadía al desear insultarla de esa manera. Nadie la insultaba y salía en pie del encuentro. De una forma u otra.

Mientras se retiraban, la vampiresa centró su atención ahora en su siguiente víctima, el chico fanático de Aori, que por alguna razón la había llamado a su número. Algo extraño, puesto que su número y el de Aori eran bastante diferentes. No obstante, le vendría como anillo al dedo, si podía manipularle a su antojo y hacer que hiciera un pequeño trabajo por ella. Aunque... cuando deseaba hacer eso, la espadachín no tardó en acercarse y enfrentar de una manera que a Aoko sorprendió en cierta manera. No el hecho de que fuera tan protectora, puesto que era su trabajo, así como también era una de sus hermosas muñecas que siempre recibía un poco de su "amor". No, lo que la había sorprendido, era que considerara a ese idiota una amenaza para hacer esa clase de preguntas por medio de su habilidad. Sin embargo, a Aoko, no le parecía otra cosa más que un iluso que no sabía en lo que se metía al haber aceptado su invitación. Por un momento, estuvo a punto de atacarle, principalmente luego de oír la explicación que le ofrecía a Riku. Lo del "número en cuestión" había hecho que pensara algo que no podía ser posible, no. De cualquier forma, debía de ser una posible herramienta para lo que deseaba, por lo que debería hacer uso de él, como hacía siempre con todos. No obstante, había algo en todo ello que le causaba cierta sospecha y que debía asegurarse, como siempre lo hacía.

- Dime, quién eres en realidad y qué haces aquí. - Ordenó con un tono frío mientras intentaba sujetar con rapidez la cara del fanático con su mano, con una clara actitud dominante, y sus ojos se concentraban en los de él, buscando nuevamente hacer uso de su habilidad para obtener lo que deseaba. No estaba segura, para ella no era más que un fan de Aori que deseaba conocerla, pero la actitud de Riku la había dejado en cierta duda, debía asegurarse por encima de todo, en especial luego de haber oído aquellas palabras que sembraban la duda en ella, que le decía que había algo extraño en todo ello. Era por eso que había utilizado su habilidad nuevamente, aunque pensara hacerlo de todas formas para convencerle de que debía desaparecer, asesinar, a la competencia de Aori. Teniendo en cuenta que era un fan, aquello no sería muy difícil por medio de su sugestión.

- Luego le harás un pequeño favor a Aori, a tu diosa, esa chica que adoras con todo tu corazón. Su corazón le pertenece a otra persona, muy por encima de ti, y para ti es normal ya que jamás podrías brillar como otros. Lo aceptas porque es natural, pero lo que no aceptas es que Yashima Toki intente cortarle las alas a Aoricchi, por lo que harás algo al respecto. Por eso vas a matarla, incluso abusar de ella, si puedes, antes de su muerte. ¿Comprendes? - Las palabras habían sido certeras ante lo que Aoko deseaba de aquel idiota. No sabía si había algo más en él pero estaba segura que de una forma u la otra debería de sacarse ciertas dudas luego de usar su habilidad sobre él, o al menos eso esperaba. De todas formas, no era más que un peón para sus objetivos, quisiera o no. Y si actuaba de manera rebelde frente a ella, lo haría en el lugar equivocado.

Debía de resolver varios problemas antes de retirarse del país para seguir a su amada. Los yakuzas habían sido algo fácil, pero aún debía de eliminar esa molestia para Aori, por lo que era necesario utilizar toda herramienta que pudiera hallar en su camino. Los cabos sueltos debían de ser solucionados antes de marcharse. Después de todo, no le gustaba que las cosas estuvieran fuera de su control. Tal vez con su increíble belleza, podría facilitar la tarea de manipular al sujeto, como lo había hecho anteriormente con los yakuzas. De lo contrario, no sería de utilidad para ella, y detestaba tocar a un hombre sin utilidad alguna.

Notas de juego

Se cayó mi servicio de inet por tres horas xP Bueno, eso que intento dominar al "fan" con la misma habilidad, Mesmerismo, que sería Manipulación + Liderazgo =P

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01/05/2018, 23:55

Potencia.

Aquella disciplina vampírica, aquel poder que le pertenecía a los tuyos, fue suficiente para, nada más tomándole con tus delicados pero capaces dedos, pudieses sujetarle entonces y hacerle mirar directo hacia tu cara. No ejerció resistencia y casi creíste que se dejó hacer eso, tal cual. Al mirarte y mirarle de vuelta, concentraste tu poder ahora enfocada exclusivamente en él mientras Nakajima por un lado y Riku por el otro observaban nada más cómo es que te disponías a hacer lo tuyo. Notaste el temor visible o al menos la aflicción leve en su gesto que a veces parecía inescrutable, como si no fuese un mero fan idiota y ya, pero por lo demás estaba claro que tu atractivo, tu apariencia servía tanto para llegar a él como para imponer sobre él. Tus actos dejaron que soltara una frase:

- Yo quería venir a ver a Aoricchi, nada más...

"Nada más". ¿Sospechoso, no? O quizá sí que estabas poniéndote paranoica en extremo, con eso del mensaje sorpresa ese que te llegó y todo lo demás, junto con la conspicuidad y complejidad de los cinco objetivos. ¿Acaso este sujeto era parte del "tercer factore" que mencionó el mensaje que se borró solo? No, no podía ser, era un mero humano. ¡Así se veía! Calma, calma. Mantuviste la calma y proseguiste.

Tu orden, por lo que puedes comprender ante su expresión que ahora se volvió perpleja y completamente distinta a la expresión casi malévola y causadora de confusión que generó antes se deshizo, mostrando genuina confusión propia e incluso completo shock, como si tus palabras, tus órdenes absolutas hubiesen llegado a él, sin más, sin menos, tragando entonces y hablando.

- ¿Toki-chan? Yo... Yo haré lo mejor posible, acabaré con ella, todo sea por Aoricchi... ¡Todo sea por ella! Y si es por hacer feliz a Aoricchi yo... No me importa perderlo todo. ¡Así sea!

Fue así como, cuando todo estaba saliendo bien y parecía que el sujeto este se iba a dar vuelta para intentar destruir a Toki, concordando con tus planes, algo no salió con dichos planes. Riku, de la nada, tomó su espada y miró alrededor, dudosa, no, alterada por completo si bien no aterrada. Te miró entonces y habló de inmediato en posición de guardia, sujetando su arma.

- ¡Aoko-sama! ¡Por favor entre al local, rápido! ¡Alguien nos está amenazando ahora mismo! ¡Podría atacarnos en cualquier momento, yo cubriré por fuera!

Aquel fan entonces miró preocupado y temeroso, sintiendo como si tragara algo, por temor quizá o tal, momento en que habló.

- ¿Al final Aori no está aquí dentro? ¡No quiero que le pase nada! ¡Sé que debo ir por Toki-chan pero...! ¡Quiero hacer algo!

Y aquí estaba la dicotomía. ¿Por qué Riku alertaría de algo así? ¿Ha sentido enemigos? No dudarías de su habilidad y alerta, pero por otro lado este tipo... ¿Por qué no se está yendo ya a lo que le exigiste? ¿Acaso la cagaste en algo al usar tu disciplina aún cuando sentiste que la usaste correctamente sobre él? Quizá... Quizá deberías... No, ni siquiera Nakajima que había hecho mérito por tanto tiempo había merecido tu sangre, mucho menos un sujeto aleatorio, pero dice el dicho: "Medidas desesperadas". Por otro lado, el mencionado, Nakajima, agrega:

- ¡Eh, concuerdo con Riku-san, jefa! ¡Deberíamos entrar si hay algo o alguien! ¿Debería hacer algo más? -Se refería a llamar a la policía pero en tu caso y en el caso de vuestro local no solía ser la mejor idea. Erais no muy distintos de yakuza, no, peores, pero quizá contrariamente eso ayudaría si se trataba de la polícia, incluso la japonesa.- ¿Qué hacemos?

Sí, ese es el problema con ser un líder, un amo, un soberano, el responder a esa maldita pregunta.

Riku parece querer ir en alguna dirección pero no especifica cual, como si no supiese de donde viene la amenaza que sintió súbitamente. El fan por otro lado está como entre ir a hacer lo que dijiste y preocuparse si es que realmente (según lo que él sabe y le hiciste entender o quiso entender de tu mensaje antes de venir acá) Aori está cerca, léase, dentro de tu local o por aquí, mostrando una voluntad férrea al menos si es que no es nada anómalo más allá de eso. Nakajima espera tus órdenes y tú misma...

Tú misma esperas saber qué órdenes dar, hime.

- Tiradas (11)

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Expresión

Dificultad: 9

Tirada (4 dados): 6, 9, 8, 7

Éxitos: 1

Motivo: Manipulación + Intimidación

Dificultad: 6

Tirada (6 dados): 1, 6, 10, 3, 1, 9

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Fuerza de Voluntad [Fan Aori]

Dificultad: 9

Tirada (6 dados): 10, 1, 7, 2, 4, 1

Éxitos: -1 Fallo

Motivo: Manipulación + Liderazgo (Dominación)

Dificultad: 6

Tirada (6 dados): 9, 8, 6, 6, 2, 8

Éxitos: 5

Tirada oculta

Motivo: Astucia + Subterfugio [Fan Aori] {+1 FdV}

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 2, 7, 9, 1, 8

Éxitos: 2

Tirada oculta

Motivo: ¿Interferencia Norman?

Tirada: 1d4

Resultado: 1

Tirada oculta

Motivo: ¿Interferencia "Dedos Largos"?

Tirada: 1d4

Resultado: 4

Tirada oculta

Motivo: Auspex (Inteligencia + Subterfugio {Telepatía}) ["Dedos Largos"] (Especialidad)

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 1, 8, 2, 2, 7, 6, 6, 9

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Auspex (Inteligencia + Subterfugio {Telepatía}) ["Dedos Largos"] (Especialidad)

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 2, 2, 4, 7, 4, 7, 6, 7

Éxitos: 0 Fallo

Tirada oculta

Motivo: Auspex (Inteligencia + Subterfugio {Telepatía}) ["Dedos Largos"] (Especialidad)

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 4, 4, 9, 4, 9, 2, 8, 2

Éxitos: 3

Motivo: Autocontrol [Aori]

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 6, 7, 7

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

Post corto pero para avanzar. Dudas y demases ya sabes. xD

Cargando editor
02/05/2018, 15:34
Aoko Tozaki

Aoko no estaba muy segura sobre aquel sujeto, había algo raro en él, su comportamiento era extraño, la elección de sus palabras también, y ella tenía demasiada confianza en su habilidad para dominar a otras personas, como para que no fuera una dominación a la perfección. Realmente había cosas que no le cuadraban en todo aquello, y eso no hacía más que alimentar su paranoia, al ser alguien que disfrutaba demasiado del control como para que luego intentaran arrebatárselo con factores extraños. No, no iba a caer en ello, el mensaje la había advertido, y ella haría se mantendría atenta a cualquier posibilidad.

- Ah si... Aoricchi, claro, nada más. Es bueno saberlo, si, es bueno. - Expresó con cierta tranquilidad en su expresión mientras continuaba analizando la actitud del individuo, observando si había algo raro, algo que le permitiera deducir si había algo que ocultara. No obstante... ¿Cómo podría ocultarle algo a ella con su habilidad para dominar las mentes de los débiles? A menos que fuera inmune a su dominación, algo más que posible, había varias maneras para lograrlo, pero sólo muy pocas maneras para aquellos que no hubiera ido preparados con anterioridad. No... había algo raro, y tal vez el mensaje estuviera vinculado con aquello. O tal vez era la paranoia hablando nuevamente, pero nunca estaba demás tomar precauciones ante todo. Cuando se tenía dudas, se debía de actuar con seguridad, eliminar el posible problema de raíz para evitar que la posibilidad regresara para apuñalarla por la espalda. Claro, era tan simple como eso.

- Si, mata a la señorita Toki, y Aori estaría muy agradecida contigo. - Expresó complacida, al ver que parecía que su poder había tenido efecto sobre el idiota. Parecía que simplemente había sido paranoia de su parte, y nada más, parecía que todo saldría como ella lo había planeado, como siempre lo hacía, algo bueno para la vampiresa. Sin embargo, ese pensamiento no duró demasiado, al menos no cuando su guardaespaldas exclamó aquellas palabras, provocando que Aoko permaneciera alerta y las alarmas comenzaran a activarse en su mente. Claro, todo había sido una trampa bien orquestada, no podía haber otra explicación. Los yakuzas, el fan, todos debían ser piezas en aquel tablero de ajedrez, para hacer que la reina saliera de su castillo.

- Mm, interesante, el ratón piensa que es un gato. El problema es que piensa que puede jugar con la serpiente. - Murmuró por lo bajo, mientras observaba a su alrededor, antes de caminar nuevamente hacia su establecimiento, manteniendose atenta ante cualquier ataque posible hacia su persona. Las palabras del "fan" llamaron su atención, puesto que no debería de continuar estando allí y haciendo aquellas preguntas, tendría que haber salido corriendo hacía tiempo, para matar a esa perra que se metía en sus planes. Estaba claro que había algo raro, si, no había posibilidad de que el sujeto hubiera podido ignorar su orden, aquello le daba muy mala espina. Se había agotado su paciencia respecto al factor desconocido que no paraba de incomodarla. Tenía que ser un espía estaba segura de ello. Ahora bien... ¿cuál era el plan de su atacante? ¿hacer que bajara la guardia con el espía? No lo sabía muy bien, pero si sabía algo, algo que no dudaría en hacer.

- Mi querida Riku, elimina al ratón. No me gustan los roedores. - Le indicó a su guardaespaldas con la mirada, la cual marcaba al "fan" de Aori como su objetivo, esperando que ésta lo hiciera con rapidez. Había cambiado de plan, no entraría al local. Se dirigiría, con toda la velocidad que pudiera juntar, a su coche para escapar de allí cuanto antes. No disfrutaba de lo que no conocía con exactitud, no quería arriesgarse a verse atrapada en el establecimiento, como ganado esperando la muerte. No, tenía más oportunidad marchándose en cuanto pudiera, si bien primero deseaba ver muerto a aquel iluso que se había atrevido a pensar que podría engañarla. Sólo alguien, con cierta resistencia a su poder, podría ignorar su dominación. En su actuación, había cometido un grave error, y le costaría bastante caro. Tal vez era un ghoul... tenía sentido, lo cual requería de que le eliminara de todas formas. Una vez que su guardaespaldas terminara con él, haría que ésta la siguiera hacia su coche para escapar de allí. No le gustaba que jugaran con ella.

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10/05/2018, 09:48

Tal como un chirrido en el vinilo, todo esto resonaba horrendamente en lo que debería ser una melodía armoniosa y apropiadamente reproducida. No calzaba, no debía ni podía ser, y por eso, tú, que controlabas las cosas y manejabas el mundo en el caos circundante es que decidiste sentenciar aquella discordancia en una manera, nunca más literalmente, tajante, tal cual, cortando el problema muy directamente de raíz, sin menos y sin más. Tu entendimiento del fiasco que ocurría aquí era suficiente para dar paso a lo que serían tus siguientes pasos, incluso si esos pasos exigían apartarte de inmediato del enemigo, porque la táctica exigía no entregarte a un escenario en el que perdieses, dicho fuese. Nunca podía ni debía ser así.

Mandaste a Riku entonces y ella no demoró en acercarse al "ratón", al supuesto fan falso de Aori que había sido enviado por... Por aquel que fuese tu oponente para entonces verla calmarse por completo o más bien redirigir el nervio que sufrió antes en pos de ir, sujetar el sujeto sin piedad, darlo vuelta torciéndole los brazos y llevarlo al callejón justo al costado de vuestro club, en donde recibiría su sentencia. Nakajima por otro lado notó lo que estaba por suceder y te hizo un gesto como de "Se lo encargo, jefa", con toda la cobardía que podía tener un mortal normal que no había sido bendecido por la sangre, adentrándose en el club y cerrándolo con cuidado, notable y casi absolutamente al percibir que tú misma estabas por irte. Ya ahí, Riku llevó al sujeto hasta el fondo del callejón y pudiste, apenas, pero aún así, escuchar sus katana y su wakizashi saliendo simultáneamente para rajar a este sujeto inevitablemente.

Todo lo que se pudo escuchar fue un claro y definitivo grito, uno bastante potente:

- ¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

Nada más. Aquel grito se ahogó en seco como quién fue segado por completo o tapado en lo absoluto, a lo que salió Riku con sus katanas ya envueltas, pero con algo extra, siguiéndote con gran potencia y agilidad para entonces entrar y sí subiros ambos. Podías ver como había no solo sangre abundante en sus katanas, como si hubiesen destripado carne además de sangre y los restos de dicha carne hubiesen pasado por los filos, de la katana normal como la wakizashi más corta que usó como contra-katana para hacerle el corte el cruz y rebanarlo cual queso, sino que además en su propia chaqueta y ropas había sangre. Fue un trabajo limpio en términos de matarlo rápido aunque sucio por, bueno, lo acelerado del mismo. Parecía agotada, bastante, por aquello.

- Mi ama, mi señora... Oí palabras, algo, sonidos en mi mente. Nuestro oponente es...

Jadeaba, estaba cansada y quizá adolorida. ¿Acaso el ghoul le resistió y logró pegarle de vuelta o hacerle algo, si es que era un ghoul? ¿Pero de qu-...? ...Riku suspiraba entonces y lograba recomponerse, demostrando ser tu guardiana personal y tu ejecutora simultáneamente, viéndose hermosa como siempre aún, bueno, en la situación actual.

- Pienso que quizá nuestro oponente, nuestro enemigo, es alguien, es un... Pienso... -Suspiró.- Perdone, creo que no debería decir lo indebido. No...

No... No... No.

Fue entonces que notaste algo. Al ya estar de vuelta en el camino, a media vía entre el local y la residencia, si es que ibas a dicha para preparar todo, hubiendo perdido poco menos de tres cuartos de hora en esto, quedándote tres horas y poco para ir a tomar el avión, veías que al parecer los pantalones de Riku sangraban notablemente tanto como había sangre en sus ropas, no, más aún, como sus katanas más o menos. Si bien esto no decía mucho más que el ghoul quizá la forzó a cortarse las piernas o lo hizo él mismo antes de ser asesinado... ¿Significaba algo más?

Algo estabas olvidando, o intentando recordar, algo en toda esta jugarreta. Tiempo tenías.

Pero se sentía poco. Y pronto deberías dejar tu Japón querido para enfrentar algo que...

¿Algo qué? ¿Qué? ¿Alguien? ¿Quién?

Parecía ser que todo estaba buscando sacarte de tus cabales y de tu comodidad.

Aún en plenas tinieblas, que supuestamente te acompañaban siempre.

- Tiradas (8)

Tirada oculta

Motivo: Fuerza de Voluntad [Falso fan Aori / "Ghoul"-títere de Norman] (Especialidad)

Dificultad: 10

Tirada (6 dados): 4, 5, 8, 7, 5, 2

Éxitos: 0 Fallo

Tirada oculta

Motivo: Fuerza de Voluntad [Riku] (Especialidad)

Dificultad: 10

Tirada (7 dados): 6, 1, 6, 6, 6, 2, 4

Éxitos: -1 Pifia

Tirada oculta

Motivo: Resistencia ["Fan"/"Ghoul"] (Especialidad)

Dificultad: 8

Tirada (2 dados): 8, 1

Éxitos: 0 Fallo

Tirada oculta

Motivo: Fuerza (Especialidad)

Dificultad: 9

Tirada (8 dados): 5, 7, 5, 4, 1, 4, 5, 7

Éxitos: -1 Pifia

Motivo: Fuerza de Voluntad

Dificultad: 10

Tirada (5 dados): 10, 4, 3, 6, 5

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Investigación {Dif 10- Etiq}

Dificultad: 6

Tirada (2 dados): 10, 6

Éxitos: 2

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Investigación {Dif 10- Etiq} {Repetir 10}

Dificultad: 6

Tirada (1 dados): 4

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Inteligencia + Subterfugio (¿?)

Dificultad: 9

Tirada (6 dados): 4, 4, 2, 5, 5, 7

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

Post corto para hacer transición y quizá tomar otras decisiones o proceder de todos modos, ya verá usted.

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10/05/2018, 16:12
Aoko Tozaki

Cuando Riku regresó, luego de que la vampiresa oyera el grito potente de su víctima, Aoko sonrió complacida al ver que ésta había tenido éxito. Sin duda, no le había agradado el comportamiento de aquel sujeto, y había sido mejor prevenir ante cualquier posibilidad de que el "fan" fuera problema en el futuro, o estuviera asociado con aquel factor desconocido que deseaba atacarla. Había muchas cosas que desconocía, y eso no le agradaba nada, por lo que, el hecho de que aquel idiota hubiera muerto, era suficiente para que la japonesa liberara un suspiro de alivio, sabiendo que había podido mantener un mínimo de control sobre la situación, antes de marcharse de allí.

No obstante, las siguientes palabras de su guardaespaldas, hicieron que la vampiresa se preocupara por un momento. ¿Palabras en su mente? Habían intentado dominarla, seguramente... ¿quién? ¿El "fan" o la persona para la cual trabajaba éste? No le gustaba nada aquello. ¿Y si la habían dominado y no había hecho su trabajo? ¿Y si aquello no había sido más que un engaño y el "fan" había escapado? No estaba segura del todo, y eso la molestaba mucho. Tendría que haber hecho ella el trabajo, tendría que haberle liquidado ella misma para asegurarse de que nadie la interrumpiera.

- No es indebido. Habla si tienes algo para decir, sabes que respeto tus pensamientos, mi querida Riku. Aunque creo que intentaron dominarte. Nadie toca la mente de mi preciosa guardaespaldas. - Se expresó con cierta ira en su voz, a medida que conducía en dirección a su residencia. Tenía varias cosas que hacer antes de viajar pero, para ello, necesitaba más sangre, por lo que tendría que recurrir a alguna de las chicas de su... rebaño, las cuales vivían la buena vida en su residencia a cambio de aquel servicio de su parte. Era necesario que le dejara la sangre a sus padres, para que estos no actuaran como unos malditos adictos sin su droga, cuando ella estuviera fuera del país.

Lo peor de todo, era que Riku había sido herida en las piernas pero... ¿por qué? ¿cómo? ¿Para eso había sido el intento de dominación? Muy extraño, sin duda, algo que no hacía más que acrecentar la paranoia de la vampiresa, quien comenzaba a sacar varias conclusiones a la vez sobre lo que podría haber ocurrido en ese momento. Sin embargo, lo que más la sacaba de quicio, era el hecho de que alguien se hubiera atrevido a hacerle daño a su pequeña, a una de sus muñecas favoritas. Eso la molestaba demasiado. Tanto Riku como Aori, eran suyas, nadie podía tocarlas, nadie podía hacerles daño ni intentar dominarles. De lo contrario, sufrirían la ira de Aoko en cuanto ésta pusiera sus manos sobre lo responsables. No dejaría que se salieran con la suya.

Una vez llegaron a su residencia, la vampiresa no tardó demasiado en colocarse frente a la maestra de la katana, su mirada fija sobre la de ella. Había algo que debía resolver por encima de todo, antes de tratar sus heridas. Por suerte, al ser un ghoul, sus heridas no eran un problema, ya que podría regenerarse, si bien no dudaría en darle un poco de su sangre para que pudiera sanarlas con mayor rapidez. No obstante, aquello era algo secundario en comparación con lo que debía hacer primero. Los ojos de la japonesa se enfocaron por completo en los de su guardaespaldas, dispuesta a obtener la información que deseaba.

- Mi amada Riku... dime exactamente qué fue lo que sucedió cuando atacaste al "fan" de Aori. ¿Estás segura que murió? ¿Qué es lo que me querías decir? ¿Cómo te hiciste ese daño en las piernas? - No dudó en preguntar mientras la forzaba con su poder para que ésta le contara todo lo que había sucedido, ante la precaución de que ésta hubiera sido olvidada mentalmente a callarse o hubiera hecho que olvidara ciertas cosas de lo ocurrido. Estaba segura que existía esa posibilidad, si era que ésta había escuchado voces en su cabeza. Por sobre todo, Aoko estaba segura que estaba tratando con un enemigo que era como ella... o al menos que contaba con la capacidad para dominar a otros, con la habilidad para meterse en la cabeza del resto... y eso no le agradaba. Prefería a alguien que fuera fuerte físicamente pero un inepto en el arte de la manipulación mental. Aquellos era sin duda más fáciles de tratar. En cambio, un enemigo en las sombras que sabía hacer uso de las mismas... eso no era una buena noticia para ella. No le gustaba la competencia.

Una vez que terminara de obtener la información de su "muñeca", entraría en busca de una chica de su "rebaño" para alimentarse como correspondía. Necesitaba la sangre no sólo para preparar la cantidad necesaria para sus padres, sino también para sanar la herida de su querida Riku. Por lo demás, aún le quedaba un par de horas antes de viajar con su amada, por lo que no todo estaba tan mal.

Notas de juego

Utilizo Mesmerismo y así forzarla a hablar, por las dudas de que hayan obligado a Riku a permanecer callada por dominación mental. También uso "Obligado a recordar", por si le han ocultado aquel recuerdo de lo que sucedió en el callejón.

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05/06/2018, 01:51

Aquello que no podía ser visto.

Así era como se definía la idea quintesencial de "sombra", al menos en la forma más directa, quizá refiriéndose más bien al concepto de "oscuridad", el hecho de estar a oscuras, de caminar a ciegas, de no poder ver, de no poder saber. Porque era eso lo que te pasaba a tí exactamente, lo que le pasaba a Tozaki Aoko, actual residente de Japón y que pasaría a ser referenciada con Aoko Tozaki, utilizando el método linguístico del extranjero al que se rehuía de visitar pero que debía hacer por el amor que la ataba. Todo eso estaba sumado a las tonterías y trampas que debía soportar que eran por su único otro amor y deseo personal, la avaricia y obtención de poder, de dinero, de mantener su propio imperio nascente y creciente intacto y a salvo. Todo ello fue lo que la llevó a esto.

Aquí, ahora.

Al ir manejando la paranoia y tensión la consumían, y aún para una mujer de negocios afilada como el acero de las katanas que usaba ella misma y su propia guardaespaldas, ahora junto a ella y clave en todo este asunto, era difícil mantenerse calma contra un enemigo intangible, imperceptible, con los mismos poderes que ella y, Caín no quisiera, superiores a los de ella, además de bueno en el asunto y si bien no fuese del todo intangible, al menos trabajando a distancia, mucha. Manejó con cuidado pero apuro hasta entrar en su gran territorio-mansión, estacionando casi con apuro entonces para bajarse,  ponerse frente a Riku en el espacio a distancia de la residencia frontal y en medio de los senderos y jardines para confrontarla, ahí y entonces.

Y ocurriría, sin más, sin menos.

Sus ojos, dorados, como los de un demonio japonés según los mitos del shintoísmo con el que creció y el que aprendió, se enfocaron en los de su guardiana personal y muñeca principal de sus dos preferidas, concentrando el poder psíquico, la habilidad mental y haciendo aquello en lo que especializó absolutamente su poder de la sangre, el Don de la Vitae para poder comandar sobre los demás como la princesa, no, la princesa en pos de soberana que pretendía ser. Al hacerlo, concentró su mente para ir observando y logró hacerlo.

Puro ver a Riku, su memoria, como si estuviese ahí, poco menos. Al entrar cuidadosamente en las telarañas y pasillos de su mente, debía de hilar con extrema precisión en los mares mentales, porque el poder de la disciplina que doblegaba las voluntades y acciones ajenas en específico que estaba usando por definición miraba, borraba y/o alteraba, ergo, tenía que pasar con cuidado para no arruinar nada, y si bien se hizo el trabajo más fácil antes al especificarles las cosas que quería saber, eso ayudó a "caminar" mejor en su mente, volviendo a donde estuvieron hace no más de media hora, de hecho, pero desde la perspectiva de la tameshigirika.

Riku recibe tu orden y tiene la obvia e inteligente idea de no matar a alguien, ya sabes, en medio de la puta calle, por mucho que entonces no hubiese demasiada gente, pero aún así hubiéndola. Una cosa es no ser parte de la Camarilla y su mascarada y otra cosa es pedir a gritos que todos tus negocios se arruinen y tu nombre y presencia en la sociedad que deseas dominar se caigan a piso y cenizas sin chance de reversión. Con esta actitud pragmática y eficiente, la maestra del corte toma al enclenque este con nula dificultad debido a la disciplina que aumenta el poder físico y el impacto mediante la sangre (conocida vulgarmente como "Potencia", pero podemos darnos ese lujo aún siendo de alta clase por la crisis que es la situación) y lo lleva al callejoncito que además es parte de la propiedad del mismo club, tirándolo entonces al fondo, sin chance a voto.

Hasta ahí todo normal... ¿No? Aquí comienza lo bueno, o lo malo si gustas verlo así, diría que tiende más a esto último. Pasa que antes, Riku recuerda algo, lo que te hace ver un recuerdo dentro de un recuerdo, que no es imposible y te hace pensar que, con suficiente esfuerzo y/o aplicación podrías leerle la vida entera a una persona en cosa de poco tiempo, realmente. Riku recuerda la voz que la alteró antes, cuando estábais hablando con Nakajima sobre qué hacer con Aori-no-"fan"-san, una voz que no logras oir. Su poder psíquico, sea el que sea, o es superior al tuyo o simplemente está muy arraigado y fue muy fugaz, como recuerdas que debió ser porque entonces hizo a Tashima cambiar actitud de un punto a otro. Algo le dijo y Riku lo está recordando, lo cual la tensa, enormemente, haciéndola sudar, a ella, una maestra de la espada con nervios de acero y además una Ghoul entrenada. ¿Qué pudo ser? Sea como sea, ella avanza hacia el sujeto entonces, sacando sus dos katanas, la normal y la zashi o wakizashi, preparándose para cortarle en cruz y aniquilarlo. El sujeto en su memoria se ve aterrado, genuinamente. Aquí es donde te das cuenta... Que además, puedes usar tus propios sentidos dentro de la memoria, muy como... ¿Cómo qué? Lo tienes, pero no. De todos modos, veamos si lo percibes en este viaje mental y memorial. Tal como la canción occidental, literalmente "Memory Lane".

Al menos percibes que... Tiene miedo legítimo. Parece notar o entender algo pero no es conclusivo, no es definitivo, y genuinamente entiende que por haber metido mucho la pata terminó en el peor de los casos, o simplemente Riku lo pilló por completo antes de poder infiltrarse o lo que sea. ¿Quizá solo fue enviado como un peón descartable y no tiene verdaderos poderes? ¿Quizá...? Otro descubrimiento o más bien realización es que puedes jugar con la, em, Dominación, a punto de que si alguien te borra la memoria y te hace creer algo, por mucho que te obliguen a decir la verdad, no puedes decir una verdad que no conoces o no crees cierta, lo que debió hacer quién le envió. El poder para hacer recordar lo olvidado es algo que solo una maestra como tú puede usar, y que Riku no podría. Ahí está el problema.

Y es entonces el momento en que, aún recordando eso que la hizo alterarse, se decide. Sientes en "su" cuerpo, el de Riku, como si fuese el tuyo (lo cual sería increíblemente erótico de no ser por la tensión del momento, otra vez) como usa su voluntad y determinación afilada para sobrepasar el miedo que sintió y acabar con el cabrón este bajo tu comando directo previamente hecho desde esta perspectiva mental y temporal. Al estar por hacerlo, sin embargo, ahora sí, apenas, y sin poder identificar ni reconocer ni siquiera hacer una idea de la voz para después, pero pudiendo escuchar el mensaje general, escuchas en la cabeza de Riku lo que sucede:

Si es que matas a este sujeto ahora, temo que tu querida sire no lo tendrá tan fácil, algo le sucederá y te arrepentirás. Déjalo ir y finge que le mataste. Por supuesto, la opción es tuya.

Un perfecto manipulador. Lo único que logras deducir por la forma en que habla y su "tono" o "patrones" de conducta comunicacional así como quizá prejuicios propios convenientemente útiles, es que es un hombre, tal cual. Esto aterra a Riku y sucede lo que imaginarías que sucedió. Ella lo corta, a pesar de todo porque no puede ir contra tu orden, pero lo corta esperando dejarlo apenas, quizá en coma o solo malherido. Lo logra, y el sujeto de algún modo resiste, suerte pura, algo más, no lo sabes, pero queda sangrando con cortes en su pecho, en el piso del callejón. Riku antes de haberle cortado le dice:

- Grita tan fuerte como puedas. ¡Ya!

Y entonces pasa lo que sabes, el grito del sujeto, Riku no cortándose sino que estocándose las piernas y luego regenerándose inmediatamente al menos desde lo más importante hacia afuera. Su mal trabajo ocultando la sangre sin embargo terminó por delatarla y llevarte hasta donde estás ahora. Todo esto en pos de la preocupación por tí y por lo que esta voz, que más que definitivamente debe ser el factor desconocido y quizá el mismo "tercer factor" del que te hablaron por móvil o incluso, el mismo que usó dicho móvil en una doble manipulación, podría hacerte.

Sin embargo, es cuando activas aquel poder que permite invocar los recuerdos perdidos, que sucede lo verdaderamente aterrador, porque esto no aplica en Riku, sino que, al activarlo en ella y quizá al ver el reflejo tuyo en sus ojos o simplemente usar un poder que nunca pensaste que se podría usar sobre tí (lo que te hace pensar si podrías darte órdenes a tí misma o borrar tu propia memoria, pero un espejo para hacerlo justamente no es una opción, lo cual suma a la ironía por montones) hace que seas tú la que recuerde algo.

Y vaya si lo es.

Tú eres ahora llevada a un momento en el pasado, uno que quizá habría sido mejor no despertar.

Pero "quizá" y "habría" son ambos condicionales, después de todo.

Aquí viene.


- Supongo que en algún momento clave recordarás todo esto, haré que lo olvides de todos modos.

¿Quién? Su rostro, su aspecto, lo tienes, lo conoces. Al estar ahí, en ese momento y a la vez en este momento, doblemente, es confuso y un tanto aterrador, pero... ¿Quién es? Lo conoces, sabes que lo has visto. Entonces, era/es la primera vez que lo ves/habías-visto, pero para la tú que está viajando al pasado para haberse hecho recordar, es alguien que esta Aoko con información privilegiada (como toda buena capitalista, dígase) conoce perfectamente, le ha visto en una foto, es su objetivo principal.

Toma un cigarro y lo fuma entonces, soltando el humo a un lado y mirándote. Ojos opacos, lentes, pelo poco ordenado pero corto, aspecto poco destacable, camisa, ropas no desaliñadas pero con nada de estilo, como un profesor universitario o un erudito engreído y que piensa estar por encima de la sociedad. Y claro, su mayor rasgo aparte de sus ojos desalmados y frios, una cicatriz en un costado por sobre uno de dichos ojos y tras sus lentes, en forma de dos cortes como cuñas, como costras grandes pero no tanto, rojizas.

Norman Thessius, en persona, el fósil, el sire de Primela.

- Mi trato es como te lo acabo de decir, por si no te lo has creído la primera vez. Primela... Primela se está cansando de mí, tengo claro, casi del todo, que pronto buscará traicionarme, alejarse, algo hará, lo sé. Y prefiero preveer eso. Conozco tus, em, tendencias. -Dijo con un tono disimulado pero machista que imposible era ocultar, al hablar obviamente de tus, sí, tendencias. Era una actitud despectiva clara, pero velada.- Si últimamente Svetlana, en dos días, me mata, y/o la mato a ella o nos matamos a la vez o algo así, supongo que podríamos hacer un negocio, algo para que Primela pueda existir en comodidad, sin ser presa del asqueroso Sabbat y pudiendo hacer lo que prefiere. -Caló otro poco y soltó el humo a un lado, prosiguiendo luego.- Es la mejor opción tengo, porque sé que aún con tus asuntos, tienes los recursos para mantenerla lejos de cualquier amenaza que niegue su gran potencial y aptitud.

Suspiró.

- Siendo realistas, nuestro encuentro en dos días en Madrid será una masacre, solo considerando mi facción, léase, mis ghouls, Primela, tus ghouls, tú y Svetlana que no sé con qué podría salir pero me hago una idea. A eso no estoy agregando múltiples posibles factores externos, el hecho que estaremos en pleno terreno Camarilla y que por mucho que tú y tu sire jodan no saldremos hasta que vengáis a por nosotros, y así. Honestamente, es mi mejor opción, el trato que te ofrezco. Por supuesto, tienes la opción de negarte y que la sangre se derrame por montones en dos días, no me molesta.

Os encontrábais en un café como si nada. ¿Cómo rayos Norman Thessius vino a Japón sin más? Algo no estaba bien.

- Sé que dije que no pondría un pie en Japón, y sin embargo aquí me tienes. Si lo desease podría convertirte en puré, y luego Svetlana me convertiría en puré a mí, o tus variados recursos humanos y monetarios irían por mis refugios y... Sería un fiasco, te causaría problemas, me causaría problemas, nadie ganaría. -Se encogió de hombros.- Pero tampoco estoy ofreciendo una paz vacía, sino más bien un cese al fuego táctico. Aunque eso... Poco posible lo veo con tu sire. ¿Nunca has pensado en...?

Y entonces mostró su horrible sonrisa torcida, de hijo de puta controlador, parando en seco lo que iba a decir de tu sire. Todo este tiempo supones que estuviste bajo su propia doblegación de voluntad, porque de otro modo tal reunión no habría podido suceder de manera tan "tranquila". ¿Cómo?

- Y eso sería. Si consideras mis palabras y las implicaciones que tienen o ramificaciones que podrían tener, actuarás en consecuencia en dos días, asumiendo, repito, que recuerdes esto. ¡Ahora, a dormir, toc toc~!

Y entonces, chasqueó los dedos haciéndote olvidar, al menos hasta justamente el ahora en el que estás teniendo esta visión de haber conversado con Thessius directamente. ¿Cómo rayos sabía o sabrá lo que sucederá? Por lo que dijo e implicó, o supo por su cuenta o alguien le dijo, pero saber con tal exactitud es difícil, absurdo. Al momento de mirarte y ejecutar el mismo poder que bien conoces y acabas de anularle, logras mirar sus ojos malignos, y luego, nada.

O mejor dicho, algo.

Ahora, el presente.


Abres los ojos, eso pasó en apenas segundos. Riku te mira entonces y parece arrepentida, temerosa, apenada.

- Ama, yo... Yo le he fallado, pero esa voz... ¡No quiero que nada le pase, pero no soy digna!

Tomó aire y agregó. Aún estabas confusa entre el pasado hablando con Norman y ahora con Riku.

- Tomaré el castigo que exija darme, aquí y ahora, Aoko-sama.

Por lo demás, tus traslaciones a conseguir de tus otras muñecas extras para preparar la sangre iban bien, pudiste hacerlas directamente pero entre el asunto que acabas de descubrir chocantemente tanto sobre Riku, como Norman, como todo, como que lo hacía un poco más difícil. Ahora sí que realmente entendías el peso y quizá hasta motivo por el cual ir a todo esto... O no hacerlo en absoluto.

¿Atrás o adelante?

¿Hacia la luz o permanecer a oscuras?

Aquella era la pregunta de mierda que responder durante todas estas interrogantes puestas encima tuyo, sin permiso, sin aviso y como todo en este mundo. Podrías casi pensar algo como esto: Todo había salido demasiado bien y ahora mismo se estaba derrumbando a pedazos aunque al menos estabas sujetando tu propio castillo. Si el dicho de que las manos de una princesa y eventualmente reina han de ser tan suaves que puedan pulir oro es cierto, entonces las tuyas ciertamente estaban haciendo lo suyo. Aquella memoria de Norman Thessius, el enemigo mismo que te la jugo de antes con el mismo poder que tan bien manejas, sin embargo, no confiaba que se la podrías jugar a la larga, desde el pasado hacia el futuro próximo, futuro que vendría en la casi nada misma.

Solo te quedaba dejarle sangre a tus padres humanos, las cosas en orden, recopilar de tus otras muñecas menores, alimentarlas igual (y jugar un poquito con ellas en el limitado tiempo que tenías antes de la hora para ir a tomar el jet privado de Svetlana) y tras haber preparado todo en tiempo de maratón, embarcarte en la que podría ser la peor de todas las ordalías posibles hasta ahora en tu vida y no-vida reciente y escasa, esta última.

O quizá, la mejor aventura posible, si lo veías optimistamente, como toda mujer de negocios.

- Tiradas (11)

Motivo: Mente Olvidadiza (Astucia + Subterfugio) {-1 Dificultad} (Especialidad)

Dificultad: 6

Tirada (6 dados): 9, 3, 5, 3, 4, 6

Éxitos: 2

Motivo: Dominación (Especialidad)

Dificultad: 9

Tirada (5 dados): 5, 5, 4, 8, 1

Éxitos: -1 Pifia

Tirada oculta

Motivo: Auspex [Lancaster] (Especialidad)

Dificultad: 9

Tirada (5 dados): 1, 1, 7, 9, 9

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: ¿Redondéo hacia arriba/abajo? (Percepción/Subterfgio)

Tirada: 1d2

Resultado: 1

Motivo: Percepción + Alerta {Dificultad 10-(Expresión/Subterfugio)}

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 5, 10, 6, 7

Éxitos: 1

Motivo: Percepción + Alerta {Dificultad 10-(Expresión/Subterfugio)} {Repetir 10}

Dificultad: 8

Tirada (1 dados): 5

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: ¿Gasto de Voluntad?

Tirada: 1d2

Resultado: 2

Motivo: Dominación (Especialidad)

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 7, 9, 6, 1

Éxitos: 0 Fallo

Tirada oculta

Motivo: Auspex [Lancaster] (Especialidad)

Dificultad: 8

Tirada (5 dados): 4, 4, 1, 10, 8

Éxitos: 1

Motivo: Desempate [Dominación, ¿?]

Tirada: 2d10

Dificultad: 8+

Resultado: 5, 1 (Suma: 6)

Tirada oculta

Motivo: Maldad Mastérica

Tirada: 1d2

Resultado: 2

Notas de juego

Y listo.

Aquel agregado es una forma de decir varias cosas que pondré acá:

  • No solo tienes derecho a rolear cada parte como siempre haces muy bien (es algo que me gusta, así no se ignoran puntos o al menos que si se ignoran algunos se consideran cosas que pasaron o reacción a cada cosa para tomarlo en cuenta a futuro, soy muy detallista) desde el regreso pasando por todo el flashback con Riku (que es, de hecho, como una visión de estar ahí tal cual por tu experticia en Dominación al tener nivel 4, más que solo mirar y tocar memorias, vamos, que eres mejor que otros usuarios de Dom y por eso se te permite quizá "preguntar detalles dentro de la memoria" y claro, retocarla si lo ves mejor, ya que estás técnicamente usando Dominación 4/1 para obligar a recordar pero la cual está orientada en Dominación 3) hasta el final. Sobre esto, siguiente punto:
  • A lo que respecta aquel flashback con Norman, se me hace injusto que si bien tu personaje posiblemente haya sido puesto bajo amenaza o algo para no poder hablar entonces (sé que he jugado MUY sucio con esto pero me gusta la creatividad a riesgo de quizá, la constancia y lo debido, pero sentí que lo haría más interesante y mi lema para toda historia ficticia es que si es más interesante, se acepta), razón por la cual puedes rolear una que otra frase dicha contra el tipo este y además, claro, meterle tú misma Dominación 3 (Mente Olvidadiza) o incluso, si tienes con los ovarios del tamaño de un asteroide cósmico, 4, tipo Condicionamiento Rápido, que sería algo que te permitiría exclusivamente por ser, como dicho en el punto anterior, una experta en Dominación. Básicamente, puedes intentar meterle memorias y condiciones a Norman para contra-jugársela desde el pasado como algo que 'ya habías hecho' hacia el día de hoy y ahora que recordaste. Una locura, pero es algo que es bastante obvio con un poder como Mente Olvidadiza y que nunca he visto (ab)usado así, y creo que sería interesante.
  • Por último, todo lo demás tal cual ya con lo anterior dicho, léase el tema Riku, el tema Norman y todo el reaccionar de Aoko para poder zanjar lo demás y saltar tal cual a tomar el jet, dejando todo listo. Te lo dejo que lo describas y vas como mejor consideres tal cual, tanto respecto a los viejos de Aoko, sus otras muñecas, quizá los otros viejos de mierda inversores parte del consejo aquel, etc. etc. etc. y sus preparativos, que podrían ser clave en el enfrentamiento por venir. Así quedamos listos para la siguiente fase.

¡Gracias por tu paciencia.

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13/07/2018, 03:31
Aoko Tozaki

En el momento en el que habían llegado a su hogar, Aoko no perdió tiempo en jugar con la mente de su querida muñeca. Aquello había sido muy raro, junto con su extraño actuar, y ella no permitiría que nadie le ocultara secretos que no debían, cuando era ella la que se consideraba la maestra de los secretos y la manipulación. Nadie le mentía, nadie le ocultaba cosas, la única que podía habitar las sombras era ella, así como también era ella quien decidía cuándo salir a la luz. Si Riku le ocultaba algo, no tardaría demasiado en descubrirlo, y si alguien la había controlado... no dudaría en hacerle pagar cuando regresara de su pequeño viaje a occidente.

Una vez utilizó sus poderes, fijando sus bellos ojos sobre la mirada de su guardaespaldas, su consciencia se trasladó a la mente de la chica, recorriendo cada una de sus memorias, teniendo cuidado de no alterar nada que deseara alterar, nada que pudiera afectarla sin que ella lo deseara, puesto que había una sola cosa que deseaba en ese instante, y eso era saber lo que había sucedido en el callejón, en el momento en el que se suponía que Riku debería de haber asesinado a ese maldito idiota que se había atrevido a meterse en su territorio, a despertar la paranoia en ella, con aquella actitud tan rara. Y aún así, lo que vio, a medida que las memorias iban corriendo, no fue para nada de su gusto.

Lo primero fue normal, tan sólo lo que había sucedido antes en su club nocturno, cuando había aparecido el supuesto "fan" de Aori, y que poco a poco había ido sembrando la duda en la mente de la vampiresa. No obstante la voz... el recuerdo dentro del recuerdo, no hizo más que alertar a Aoko sobre algo que se le había escapado. La voz se había introducido en la mente de su querida muñeca, de su bella sirvienta, su juguete del amor artificial, o tal vez no, que la perfecta manipuladora había creado para su disfrute. Alguien se había atrevido a mancillar la mente de su delicada guardaespaldas, metiéndole ideas y amenazas que habían hecho que ésta se aterrara por completo ante la posibilidad de ver morir a su señora, a aquella criatura que tanto apreciaba, y de la cual tanto dependía. La ira se apoderó de la vampiresa, al ver aquel pequeño complot por parte de su querida Riku, en quien había confiado que seguiría sus ordenes por siempre. ¿Había sido producto de la sugestión? Era más que posible, y eso sólo demostraría que aquel sujeto era más poderoso que ella, algo que le costaba aceptar, sin lugar a duda. También existía la posibilidad de que había sido decisión propia por parte de su muñeca, el no matar al bastardo cuando tuvo la oportunidad, permitiendo que éste escapara con la cola entre las patas. Fuera lo que sea, Riku no le había matado, y la vampiresa había quedado en vergüenza frente a un enemigo, demostrando cierta debilidad en el instante en el que su muñeca se vio intimidada.

Por un breve momento, Aoko consideró la idea de desatar un caos en la mente de su querida Riku, como castigo ante el hecho de que ésta la hubiera desobedecido. Incluso borrar toda memoria sobre lo acontecido, para que ésta no pensara que había ido en contra de una de sus ordenes, alguna vez. Sin embargo, no tardó demasiado en cambiar de parecer por completo. Lo que su guardaespaldas había hecho, había sido estúpido, en verdad. Si bien, era posible que hubiera evitado que se ganara un poderoso enemigo, cuando ya debía de lidiar con otro en occidente. Lo que menos necesitaba, era tener a otro yendo tras ella, mientras la vampiresa dejaba su espalda descubierta para un posible ataque a traición. Además... su muñeca lo había hecho pensando en ella. Tal vez, producto de lo que ésta dependía de Aoko, o... tal vez porque realmente sentía algo por ella y... si era así, aquello era algo realmente hermoso, incluso para una perra manipuladora como Aoko. Por más que la mayor parte de su amor, o tal vez obsesión, era dedicada a su querida mentora, su bella y seductora sire, eso no quería decir que la vampiresa no sintiera cierto sentido de posesión, incluso de aprecio hacia sus queridas muñecas. Eran parte de su colección, y por ende, le pertenecían a ella, incluso si no era un sentimiento realmente positivo, la obsesión podía ser igual de poderosa, enferma tal vez, pero poderosa, generando un amor perverso entre la titiritera y sus queridas muñecas. El mero hecho de saber que le importaba tanto a Riku, hacía que no pudiera estar demasiado enfadada con ella, incluso si por otro lado deseaba arrancarle el cuello al bastardo que se había atrevido a jugar con una de sus más preciadas posesiones.

Sin embargo, mientras mantenía su mente en aquellos pensamientos de obsesión y perdón, por lo que había hecho su querida muñeca, sucedió algo más extraño, tal vez incluso aterrador, en el momento en el que su consciencia volvió a trasladarse, llevándola a una memoria más lejana pero mucho más familiar y una voz extraña, que no tardó en recordar como una que ya había oído al menos antes de que hubiera olvidado tal memoria, claro. Fuera lo que fuera, cuando pudo notar mejor la apariencia de la fuente de dicha voz, la vampiresa no tardó demasiado en reconocer a la persona... su objetivo, aquel cuya existencia debían de erradicar,  de eliminar por completo como así lo deseaba su querida Svetlana. Y aún así... ¿qué hacía allí? ¿Por qué estaba con ella? ¿Estaban en un bar acaso? ¿En Japón? ¿Cómo?

Todas aquellas preguntas no tardaron en responderse por sí mismas, en el instante en el que Aoko pudo recordar. El bastardo había jugado con su mente, y no sólo eso, sino que también la había manipulado con suma facilidad. Hijo de puta. Alguien se había atrevido a manipularla, a jugar con ella como Aoko jugaba con sus preciosas muñecas, y no sólo eso, sino que también se había atrevido a establecer un cierto trato con ella... ¡Con condiciones! Bastardo. ¿Cómo se atrevía a hacer eso con ella? ¿Acaso no conocía su propio lugar? Lo peor de todo, era que éste pensaba que podía amenazarla, o asegurar que su querida mentora moriría cuando los dos se enfrentaran. Aquello no era más que absoluta insolencia, un insulto en todo su rostro, y la princesa de las sombras no deseaba que nadie le dijera lo que debía de hacer, ni mucho menos. Cabreada, la vampiresa no dudó en clavar su mirada asesina sobre aquel maldito viejo inútil, quien prefería aferrarse a tiempos pasados. No era más que un iluso.

- Oh, no te preocupes. Yo cuidaré bien de tu pequeña... le aseguraré un buen futuro con mis recursos, como ella se lo merece. ¿Es por eso que probablemente te odie, verdad? Debes dedicarle el mismo amor a tus queridas posesiones, para que éstas te quieran de la misma forma que deseas. Pobre, tan simple... pero está claro que no has leído mucho a Maquiavelo. El temor es importante, como bien lo dice él, pero eso no quiere decir que puedas usarlo todo el tiempo. Si abusas del mismo, te costara tu propia vida. Sólo puedes usarlo una vez.... dos como mucho, en momentos decisivos. Además, no puedes usarlo así como más... hay una condición... ¡Ah!... pero no te la diré, no. Eso le quitaría la diversión. - Bromeó con total tranquilidad, en el momento en el que optaba por interrumpir al maldito dinosaurio, mientras intentaba alterar las memorias del bastardo en su propio juego. ¿Quería jugar con su mente? Pues ahora debía de atenerse a dichas consecuencias. En una delicada red, que podía ser alterada de manera constante, y era ella quien ahora deseaba jugar con él, no sólo diciendo lo que tenía para decir, sino también agregando ciertas cosas para su propia conveniencia.

- Mm déjame comprenderlo mejor. Como has dicho, te cortaras la cabeza, el día en el que lleguemos a tu asqueroso país, todo para evitar una guerra innecesaria, y evitar que todo lo que has construido se vea arrasado en una guerra inútil, en la cual probablemente nosotras obtendremos la victoria. Sabes, que tu pequeña te traicionara, y antes de que eso suceda, prefieres acabar con tu propia vida, y darle la oportunidad a tu preciosa criatura, de que tenga un mejor futuro. - Se expresó con aquel tono suave, delicado, un tanto divertida con todo lo que iba trazando en su mente, mientras forzaba aquellas memorias artificiales, con la intención de que éstas afectaran a su receptor, de hacerle creer que eso era exactamente lo que éste había decidido, esas habían sido sus condiciones, su declaración de derrota incondicional, a cambio de que no tocaran sus juguetes ni a su pequeña muñeca adorable.

- A cambio, quieres que no toque tus juguetes, que deje tu herencia, tu legado en pie, para que tu memoria no se desvanezca. Estás cansado de este mundo que ha cambiado tanto que ya casi no puedes comprenderlo. Deseas la muerte final, pero también deseas asegurarte que tu pequeña tenga un futuro y eso... puedo asegurártelo. Le daré un hermoso futuro a Primela. Es tan dulce, tan encantadora, tan deliciosa... deseo tenerla bajo mi ala. La verdad es que no quiero destruirla. - Le aseguró, aún intentando crear aquella telaraña de mentiras, falsas memorias de lo que el bastardo jamás había dicho pero que pretendía que este pensara que así lo había hecho, que estuviera seguro de su decisión, y que se arrepintiera en el vacío del abismo por haber intentado jugar con ella de esa manera. Nadie jugaba con su mente, nadie atentaba a su voluntad. A cambio, tomaría a Primela para ella, jugaría con ella como lo hacía con sus muñecas, haría que ésta sonriera de felicidad al poder tener todo lo que no pudo tener con su mentor. - Sólo recuerda... cumple con tu promesa, acaba con tu vida, y a cambio, todo seguirá en pie, no habrá necesidad de tanto caos innecesario. - Aclaró con un tono frío, mientras intentaba ignorar la ira del momento luego de que éste hubiera sugerido aquello con ese silencio tan perverso. La mera idea de acabar con su mentora... con su verdadero amor... era ridículo. Realmente esperaba que su juego mental hubiera tenido éxito, justo en el instante en el que volvía su consciencia a su cuerpo, o más bien, al presente momento, en el cual Riku se encontraba frente a ella, ahora libre de su encanto.

- Mi querida Riku... tan ilusa... nunca hubiera pensado que me traicionarías de esa forma... aunque lo hiciste por amor, ¿verdad? Lo hiciste pensando en mí. ¿Cómo puedo enojarme contigo, cuando sé que me aprecias de esa manera? Tan hermosa... - Susurró sensual, en el momento en el que optaba por abrazar con aquel afecto artificial a su muñeca, acariciando su espalda con cierta dulzura, antes de volver a mirarla de frente, para luego besarla con cierta intensidad en los labios, buscando asegurarle que todo estaría bien, que su ama no estaba enfadada con ella, sino más bien con el bastardo que la había manipulado de esa manera.

- Sólo... no vuelvas a mentirme... No me gusta que me mientan, y lo sabes... ninguna mentira se me escapa. Tarde o temprano lo descubro todo. No puedes engañar a alguien como yo... y no me gustaría que volvieras a insultarme de esa manera. ¿Comprendido? Eres mi preciada Riku. La próxima vez que algo así suceda... puedes informarme y esperar mi decisión. Lo haremos juntas ¿está bien? - Le explicó gentil, luego de que sus labios volvieron a separarse, apenas unidos por un fino hilo de saliva. Había considerado algo en su mente, tras la furia que había sentido en un principio por aquella desobediencia. Su guardaespaldas había sido fiel, en cierto modo, incluso si la había desobedecido. No podía castigarla por hacer su trabajo como correspondía, sólo podía enseñarle el camino correcto.

Tras aquellas palabras que tuvo con su querida muñeca, no tardó demasiado en dedicarse a realizar la mayoría de los preparativos que restaban antes de su visita a occidente... o tal vez incluso un viaje que implicaría su permanencia allí, si sabía jugar bien sus cartas y obtenía algunos negocios en esas tierras tan lejanas de su hogar. De cualquier manera, no dudó en alimentar a sus pequeñas, disfrutando de un buen momento con las mismas en su amplia cama, así como preparar una buena cantidad de su sangre para sus padres, para que estos no cometieran ningún error en su ausencia, y por sobre todas las cosas, dejó en claro que estos deberían, tanto como los malditos ancianos en su empresa, buscar su aprobación para cualquier accionar económico que quisieran realizar, ya que no toleraría que cometieran estupideces, cuando ella era la reina del reino, y no los malditos plebeyos. Todos estarían atentos a las indicaciones de Aoko, a menos que quisieran quedarse sin trabajo o en la maldita calle.

Una vez atendió esos problemas, preparó su coche, para dirigirse, junto con su querida Riku y Aori, al jet que les esperaba para realizar el viaje que determinaría sus futuros. Una misión alocada, sin duda, pero de la cual Svetlana dependía mucho de ella, algo que alegraba su frío corazón.

Notas de juego

Ufff escribí mucho xP Creo que está todo xD

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26/09/2018, 00:20
Sólo para el director

Nada más ni nada menos, no existe un mundo en donde no haya algo relevante, ni irrelevancias tampoco.

Aquel momento en donde miraste a Norman y metiste tu magia en él, porque las llamadas Disciplinas Vampíricas son, dígase, magia provista por la sangre de los malditos, la Vitae, pudiste ver su expresión, su gesto frio pero desafiante, casi por sonreír como un tiburón, burlesco pero fascinado a medida que tus violaciones mentales parecían penetrarlo, úsese todo el dialecto más sexual y psicosocial posible. Sus palabras fueron lo último:

- Tanoshimi ni aru yo... Sore de.

Su acento era marcado, claro, tosco, pero su sintaxis o al menos, su dialéctica era buena, el tipo sabía el idioma ciertamente y eso era otro signo de pregunta en la gran sopa de intrigas eterna que te involucraba, probablemente no desde el mero momento en que llegaste a 'este lado' del mundo, tras la cortina de las tinieblas, sino desde que eras ya una niña deseosa de ser una princesa trapichera y dominante, en tu vida humana, léase, la cual abandonaste con gusto para ser algo más, lo que eras ahora. Técnicamente, esto lo hiciste antes, hace dos días, claro, no ahora... ¿Cierto? Otra interrogante más, súmense, matemáticas habituales para alguien como tú, que ahora vivía en el oro que manejaba las almas, léase, el dinero de los tiempos modernos.

Y ese dinosaurio por otra parte, era quién no sabría exactamente cómo reaccionar cuando le extinguiesen.

Sin embargo, el problema era ese, que estabas enfrentándote, precisamente, a un dinosaurio. El informe decía por lo menos cien o doscientos años. ¿Significaba eso algo o importaba siquiera? En términos de poder crudo... ¿Era eso un indicador real? ¿Y si realmente era como cazar un mamut prehistórico tú sola? No, no estabas sola, porque tenías a tu propia monstruosidad de lado, semejantemente poderosa o más y semejantemente ancestral, si lo poco que sabías de ella era cierto.

Mejor dejar de hacerse tanta pregunta y actuar. Ocio era pensar, negocio era actuar.

Sin más dilación dejaste claro todo, dejaste claras las órdenes y tanto tus muñecas, que por cierto, tras un rico lapso (si bien tuvo que ser un 'rapidito' dicho en las vulgares pero eficientes dialécticas de los modernos mortales) quedaron ganosas, deseosas y hasta algo mañosas, pero tus promesas (vacías o no) de volver a darles mucho más las dejaron felices. A su vez, tus padres mostraron obediencia, sin embargo... ¿Qué era? Notabas algo en ellos. ¿Excesiva sumisión? ¿Actitudes extrañas? ¿Gestos? No, todo te estaba carcomiendo y no podías, ni debías ser devorada por la sopa de caos, debías deshacerla y controlarlo todo, mojarte solo lo suficiente en esa vorágine líquida de problemas y dudas, pero no ahogarte, aún si los vampiros no necesitaban respirar. ¿Necesitaba hacerlo tu alma? Tus viejos no jodieron y les dejaste vitae. Te sentías algo seca y sentías que la furia, la Bestia Interna podía salir, pero podías controlarla apenas, además tenías reservas y otra ronda (mucho más rápida y mucho más, por lo mismo, placentera, por el Beso Vampírico) con tus muñecas te volvió a llenar. Bingo y presto, todo listo.

Ya todo listo, listo listo, incluyendo tu katana/la de Riku/la de Svetlana y todo el confundimiento entre esas tres armas (¿o dos...? ah, venga, que va, tú misma dijiste que se puede reparar o re-obtener, además le habías dado tu arma a tu sire como te lo pidió, si no recuerdas mal) más todo lo otro necesario para un viaje largo (que lo demás se puede conseguir, con tus recursos, allá en el extranjero), sales sin mayor dilación. Al parecer Aori tuvo su tiempito en privado en el que habrá hecho... ¿Cosas de idol? Y luego salió sin más lista y todo, Riku igual, posiblemente reflexionando mucho tras la tunda emocional que le diste, medio amenaza, medio recompensa, medio todo, siempre sexo, siempre yuri. Ya con eso partísteis y Svetlana os esperaba, sonriendo (maligna, o sea, suavemente maligna, que es su sonrisa default o habitual) a medida que entrábais la peculiar facilidad de este jet privado y otros. ¿Qué rayos era esto? Mejor... Mejor solo dejarlo ser, confiabas en tu sire, de todos modos.

Ya con todo, notaste que Svetlana hablaba por móvil con personas, en particular. Este jet en teoría se manejaba solo con alta tecnología, no era algo raro, pero... ¿Qué hacía ella? Quizá buscaba sus contactos allá en el extranjero, seguramente. Por un segundo la mirada que te dió en ese momento antes de salir del Salón de Reuniones te hizo pensar un poco, pero de nuevo, no hay que pensar tanto. Tus siervas ya instaladas en el pequeño-amplio-cómodo avión por dentro te vieron. Aori parecía mensajear mucho también, suponías que eran sus incontables medios y redes sociales entre otros, a lo que luego te miró sonriente y adorable, casi boba, pero sabías bien que no. ¿Qué tan peligroso habría sido si ella hubiese ido a con su "fan"? ¿Qué pasó con ese sujeto? Otro pensamiento molesto, otra fuente de rabia. Svetlana por fin estaba lista y subía.

- Ya, es hora. Partamos, mis pequeñas, bueno, mi pequeña y sus pequeñas. -Actuó carismática, siniestramente carismática pero aún así, ante lo que Aori se rió y tu otra sierva, tu guardaespaldas sonrió ante la broma de Lana, que se adentró del todo, cerrándose la puerta tras suyo hacia arriba y sintiéndose como daba inicio el eventual vuelo.- Como ya sabéis... Nos arrojamos al caldero. Madrid es territorio Camarilla, sin más, ni sin menos.

A medida que el avión iba tomando el 'vuelo' necesario para poder volar directamente podíais sentir tanto la vibración del gran cuerpo que os llevaría fuera de la isla nipona como el nerviosismo de las palabras crudas como un puñetazo capaz de desviar o aplastar autos (algo que seguramente Lana podía hacer, no, crées que había hecho incluso, si tu memoria no te falla o no bloqueaste el recuerdo por lo impactante, seguro). Aguardó a que os sentara el peso de lo que dijo tosiendo entonces y siguiendo luego, ya el avión en movimiento absoluto, suave como sí mismo pero aún así, potente. Ninguna fuerza podía ser del todo sutil como ninguna perfección podía ser del todo firme.

- Nos masacrarán si damos un solo paso en falso, así que tengo... Refuerzos, digamos, ciertos apoyos, extras para poder ganarle a Norman Thessius, y quedarnos con, bajo los planes de mi pequeña, pequeñísima y adorable chiquilla, su chiquilla, Primela. Normalmente los Tremere no caben dentro del Sabbat pero nos la arreglaremos. Quiero que consientan a su maestra, si lo aceptáis.

Y entonces, ante esto, Aori y Riku en el asiento de atrás dudaron, pero luego lo hicieron. Aori se tiró a abrazarte por atrás efusiva, como era siempre y Riku igual, su abrazo lento y casi diciendo "Lo siento" por lo de antes, y quizá más. Svetlana te abrazó por delante igual, dándote una dulce sensación, aún con su piel muerta y fría, solo animada por la misma magia vampírica mencionada antes, la "Maldición de Caín" como le decís vosotros, la Espada de Caín, pegándote los pechos en la cara y consintiéndote.

¿Qué sentías entonces?

¿Pena por no ser más fuerte?

¿Odio hacia Norman y tanto idiota que se te pusiera en frente o en contra?

¿Amor hacia tí misma por lo que sucedía?

¿...Algo, siquiera?

Se podía sentir la ligereza del avión y su avance progresivo. Aquello se sintió como una eternidad, como subías, y aún si el avión iba, por supuesto, con cubiertas perfectas para que nada de sol llegara y aniquilara doblemente a vosotras dos, las vampiras en el interior con vuestra maldición extra especial, pudiste ver, aún en la noche de esa isla, de esa área, de ese mundo, como te alejabas y te alzabas, ascendías en espera de descender a futuro, próximo. ¿Qué significaba todo esto, si significaba algo siquiera?

Ya soltándote ellas casi pareció que perdiste un segundo la concentración cuando Lana profirió otra vez.

- Tenemos que armar un plan, aquí y ahora, antes que yo y mi creatura, que ya es una Vampira de verdad, por cierto... -Te guiñó el ojo.- ...Debamos ir a dormir por obligación cósmica. Si tenéis ideas, las oigo, todas.

Y así, comenzó la reunión, unas pocas horas antes de iros a dormir y luego...

Y luego llegar allá, sin más. Anticipando el futuro.

Saltando desde el presente.

Abandonando el pasado.

Notas de juego

Listo, no es ninguna obra de arte moderna ni nada pero es un post de: "Pasemos a lo siguiente". Puedes rolear todas tus ideas o ponerlas (y/o, de hecho) en notas igual para establecérmelas más claramente como narrador y considerarlo todo, tal cual.

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06/10/2018, 11:37

Nada más ni nada menos, no existe un mundo en donde no haya algo relevante, ni irrelevancias tampoco.

Aquel momento en donde miraste a Norman y metiste tu magia en él, porque las llamadas Disciplinas Vampíricas son, dígase, magia provista por la sangre de los malditos, la Vitae, pudiste ver su expresión, su gesto frio pero desafiante, casi por sonreír como un tiburón, burlesco pero fascinado a medida que tus violaciones mentales parecían penetrarlo, úsese todo el dialecto más sexual y psicosocial posible. Sus palabras fueron lo último:

- Tanoshimi ni aru yo... Sore de.

Su acento era marcado, claro, tosco, pero su sintaxis o al menos, su dialéctica era buena, el tipo sabía el idioma ciertamente y eso era otro signo de pregunta en la gran sopa de intrigas eterna que te involucraba, probablemente no desde el mero momento en que llegaste a 'este lado' del mundo, tras la cortina de las tinieblas, sino desde que eras ya una niña deseosa de ser una princesa trapichera y dominante, en tu vida humana, léase, la cual abandonaste con gusto para ser algo más, lo que eras ahora. Técnicamente, esto lo hiciste antes, hace dos días, claro, no ahora... ¿Cierto? Otra interrogante más, súmense, matemáticas habituales para alguien como tú, que ahora vivía en el oro que manejaba las almas, léase, el dinero de los tiempos modernos.

Y ese dinosaurio por otra parte, era quién no sabría exactamente cómo reaccionar cuando le extinguiesen.

Sin embargo, el problema era ese, que estabas enfrentándote, precisamente, a un dinosaurio. El informe decía por lo menos cien o doscientos años. ¿Significaba eso algo o importaba siquiera? En términos de poder crudo... ¿Era eso un indicador real? ¿Y si realmente era como cazar un mamut prehistórico tú sola? No, no estabas sola, porque tenías a tu propia monstruosidad de lado, semejantemente poderosa o más y semejantemente ancestral, si lo poco que sabías de ella era cierto.

Mejor dejar de hacerse tanta pregunta y actuar. Ocio era pensar, negocio era actuar.

Sin más dilación dejaste claro todo, dejaste claras las órdenes y tanto tus muñecas, que por cierto, tras un rico lapso (si bien tuvo que ser un 'rapidito' dicho en las vulgares pero eficientes dialécticas de los modernos mortales) quedaron ganosas, deseosas y hasta algo mañosas, pero tus promesas (vacías o no) de volver a darles mucho más las dejaron felices. A su vez, tus padres mostraron obediencia, sin embargo... ¿Qué era? Notabas algo en ellos. ¿Excesiva sumisión? ¿Actitudes extrañas? ¿Gestos? No, todo te estaba carcomiendo y no podías, ni debías ser devorada por la sopa de caos, debías deshacerla y controlarlo todo, mojarte solo lo suficiente en esa vorágine líquida de problemas y dudas, pero no ahogarte, aún si los vampiros no necesitaban respirar. ¿Necesitaba hacerlo tu alma? Tus viejos no jodieron y les dejaste vitae. Te sentías algo seca y sentías que la furia, la Bestia Interna podía salir, pero podías controlarla apenas, además tenías reservas y otra ronda (mucho más rápida y mucho más, por lo mismo, placentera, por el Beso Vampírico) con tus muñecas te volvió a llenar. Bingo y presto, todo listo.

Ya todo listo, listo listo, incluyendo tu katana/la de Riku/la de Svetlana y todo el confundimiento entre esas tres armas (¿o dos...? ah, venga, que va, tú misma dijiste que se puede reparar o re-obtener, además le habías dado tu arma a tu sire como te lo pidió, si no recuerdas mal) más todo lo otro necesario para un viaje largo (que lo demás se puede conseguir, con tus recursos, allá en el extranjero), sales sin mayor dilación. Al parecer Aori tuvo su tiempito en privado en el que habrá hecho... ¿Cosas de idol? Y luego salió sin más lista y todo, Riku igual, posiblemente reflexionando mucho tras la tunda emocional que le diste, medio amenaza, medio recompensa, medio todo, siempre sexo, siempre yuri. Ya con eso partísteis y Svetlana os esperaba, sonriendo (maligna, o sea, suavemente maligna, que es su sonrisa default o habitual) a medida que entrábais la peculiar facilidad de este jet privado y otros. ¿Qué rayos era esto? Mejor... Mejor solo dejarlo ser, confiabas en tu sire, de todos modos.

Ya con todo, notaste que Svetlana hablaba por móvil con personas, en particular. Este jet en teoría se manejaba solo con alta tecnología, no era algo raro, pero... ¿Qué hacía ella? Quizá buscaba sus contactos allá en el extranjero, seguramente. Por un segundo la mirada que te dió en ese momento antes de salir del Salón de Reuniones te hizo pensar un poco, pero de nuevo, no hay que pensar tanto. Tus siervas ya instaladas en el pequeño-amplio-cómodo avión por dentro te vieron. Aori parecía mensajear mucho también, suponías que eran sus incontables medios y redes sociales entre otros, a lo que luego te miró sonriente y adorable, casi boba, pero sabías bien que no. ¿Qué tan peligroso habría sido si ella hubiese ido a con su "fan"? ¿Qué pasó con ese sujeto? Otro pensamiento molesto, otra fuente de rabia. Svetlana por fin estaba lista y subía.

- Ya, es hora. Partamos, mis pequeñas, bueno, mi pequeña y sus pequeñas. -Actuó carismática, siniestramente carismática pero aún así, ante lo que Aori se rió y tu otra sierva, tu guardaespaldas sonrió ante la broma de Lana, que se adentró del todo, cerrándose la puerta tras suyo hacia arriba y sintiéndose como daba inicio el eventual vuelo.- Como ya sabéis... Nos arrojamos al caldero. Madrid es territorio Camarilla, sin más, ni sin menos.

A medida que el avión iba tomando el 'vuelo' necesario para poder volar directamente podíais sentir tanto la vibración del gran cuerpo que os llevaría fuera de la isla nipona como el nerviosismo de las palabras crudas como un puñetazo capaz de desviar o aplastar autos (algo que seguramente Lana podía hacer, no, crées que había hecho incluso, si tu memoria no te falla o no bloqueaste el recuerdo por lo impactante, seguro). Aguardó a que os sentara el peso de lo que dijo tosiendo entonces y siguiendo luego, ya el avión en movimiento absoluto, suave como sí mismo pero aún así, potente. Ninguna fuerza podía ser del todo sutil como ninguna perfección podía ser del todo firme.

- Nos masacrarán si damos un solo paso en falso, así que tengo... Refuerzos, digamos, ciertos apoyos, extras para poder ganarle a Norman Thessius, y quedarnos con, bajo los planes de mi pequeña, pequeñísima y adorable chiquilla, su chiquilla, Primela. Normalmente los Tremere no caben dentro del Sabbat pero nos la arreglaremos. Quiero que consientan a su maestra, si lo aceptáis.

Y entonces, ante esto, Aori y Riku en el asiento de atrás dudaron, pero luego lo hicieron. Aori se tiró a abrazarte por atrás efusiva, como era siempre y Riku igual, su abrazo lento y casi diciendo "Lo siento" por lo de antes, y quizá más. Svetlana te abrazó por delante igual, dándote una dulce sensación, aún con su piel muerta y fría, solo animada por la misma magia vampírica mencionada antes, la "Maldición de Caín" como le decís vosotros, la Espada de Caín, pegándote los pechos en la cara y consintiéndote.

¿Qué sentías entonces?

¿Pena por no ser más fuerte?

¿Odio hacia Norman y tanto idiota que se te pusiera en frente o en contra?

¿Amor hacia tí misma por lo que sucedía?

¿...Algo, siquiera?

Se podía sentir la ligereza del avión y su avance progresivo. Aquello se sintió como una eternidad, como subías, y aún si el avión iba, por supuesto, con cubiertas perfectas para que nada de sol llegara y aniquilara doblemente a vosotras dos, las vampiras en el interior con vuestra maldición extra especial, pudiste ver, aún en la noche de esa isla, de esa área, de ese mundo, como te alejabas y te alzabas, ascendías en espera de descender a futuro, próximo. ¿Qué significaba todo esto, si significaba algo siquiera?

Ya soltándote ellas casi pareció que perdiste un segundo la concentración cuando Lana profirió otra vez.

- Tenemos que armar un plan, aquí y ahora, antes que yo y mi creatura, que ya es una Vampira de verdad, por cierto... -Te guiñó el ojo.- ...Debamos ir a dormir por obligación cósmica. Si tenéis ideas, las oigo, todas.

Y así, comenzó la reunión, unas pocas horas antes de iros a dormir y luego...

Y luego llegar allá, sin más. Anticipando el futuro.

Saltando desde el presente.

Abandonando el pasado.

Notas de juego

Listo, no es ninguna obra de arte moderna ni nada pero es un post de: "Pasemos a lo siguiente". Puedes rolear todas tus ideas o ponerlas (y/o, de hecho) en notas igual para establecérmelas más claramente como narrador y considerarlo todo, tal cual.