Partida Rol por web

Nebula

"Siniestro patrimonio, distante visión" ||Aoko||

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27/10/2017, 18:28
9:30 P.M.
Tokyo, Japón.


Pensamientos que divagan y plagan, podría decirse, como las sombras envuelven la noche con atisbo nulo de piedad, negando todo lo que el sol arrogante alguna vez declaró suyo con sus rayos lumínicos por el día. Ya ha pasado un rato no solo desde tu despertar por la noche aquí en la tierra del, irónicamente, sol naciente, sino que has estado al menos media hora entre ponerte, como se esperaría de una Yamato Nadeshiko Fatale, absolutamente hermosa y bien colocada, con estilo y gracia además de ordenada, aseada aún si es que casi no produjeses olores ni nada por estar muerta, pero sobretodo, meditando, como se ha dicho desde el comienzo. Todo últimamente ha sido demasiado caótico, demasiado estático, demasiado cambiante entre la balanza de lo apropiado y de lo indebido. Has sentido como si las cosas no avanzasen pero a la vez se moviesen en momentos por donde o de modos que no quisieses. No sabes qué es lo que te inquieta y es molesto, aún cuando estás en tu propia fortaleza (hasta rodeada por agua, como los castillos antiguos legítimos) y esa inquietud quizá nace de tus instintos como ambiciosa de poder o intuiciones femeninas, no lo sabes.

Algo que sí sabes que es Svetlana, tu sire en persona, ha dicho que tiene que hablar contigo. Ahora mismo se encuentra en sus propios negocios, léase, se largó rápido apenas despertó y apenas pudo evitar el sol porque como bien sabes ese maldito astro os aniquila a vosotros peor que a cualquier otro maldito, mencionándotelo antes, ya sea directamente o por mensaje según hayas despertado. Por lo demás, tus ghouls o sirvientas sobrenaturales han estado atentas, tanto tu guardiana corporal patrullando la casa en general y entrenándose a sí misma pero siempre atenta de protegerte (incluso si acabases de despertar o cuando estabas en la ducha como buena guardaespalda) y tu otra ghoul, tu marioneta se encuentra fuera, atenta a tus órdenes mediante móvil y semejantes, por lo demás haciendo lo suyo como es debido desde hace rato. ¿Qué más hay que considerar?

Todo, por supuesto. Una mujer deseosa de poder como tú no podría saltarse nada por algo. Ya por días ahora último, desde las semanas, meses y más que Svetlana ha estado viviendo aquí, le has visto actuar y comportarse extraña, no de mala forma ni haciendo nada sospechoso pero definitivamente algo hay, algo ocurre, quizá una paranoia, quizá algo que ha tenido que ir preparando hasta el día de hoy que por fin declaró que tenía que decirte, dicho sea. Seguramente pronto lo sabrás cuando vuelva y te lo diga directamente, pero por lo demás la duda se encuentra ahí, dicho sea. Para alcanzar el poder será mejor o deshacerte de la espina de esa duda o de lleno aplacarla con furia hacia adentro. Tu escogerías cómo.

Por otro lado, como algo bastante menor pero igual molesto, la popularidad de tu marioneta idol no ha ido decreciendo, sí, pero han estado saliendo nuevas chicas, una en particular o algo así que ha ido quitando atención de ella. Para alguien en las sombras como tú, buscar atención no es relevante, simbólica y temáticamente, pero perder control es inaceptable. No sabrías decir si te habías levantado con el pie izquierdo o si nada más tenías la mala suerte del Yomi hoy encima tuyo, quizá como una prueba ante tu determinación.

Supondrías que tocaría arrojarte de cabeza al abismo para salir de dicho victoriosa.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Sentir anomalías (Percepción + Subterfugio)

Dificultad: 7

Tirada (5 dados): 7, 8, 9, 9, 2

Éxitos: 4

Tirada oculta

Motivo: Situación

Tirada: 1d100

Resultado: 49

Notas de juego

Inicio, tal cual! Disculpa la demora. Tienes derecho, dentro de lo descrito, a definir como te has ido preparando, poniendo fa-bu-lo-sa y en general organizando todo tu estar, dentro de tu mansión/fortaleza/refugio así como ir tratando los distintos asuntos que la narrativa te pone. Si no quedó claro, Svetlana está fuera y solo tu ghoul guardiana (la maestra de tameshigiri y kenjutsu, tu guarda-cuerpo literal) está dando vueltas por la mansión, y la marioneta idol/cantante está, bueno, haciendo sus cosas de celebridad aspirante a más a distancia pero esperando órdenes tuyas si las dabas. Dudas y otras cosas, pregúntame por el Off en privado ("A Director") o en el apartado de Filo Sangriento.

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27/10/2017, 21:06
Aoko Tozaki

Aoko tenía una larga noche por delante. Varias cosas le preocupaban, si bien cada una tenía un nivel diferente de prioridad.

Su mente se mantuvo en acción mientras se maquillaba el rostro como siempre lo hacía. Un poco de rubor en las mejillas, las sombras apropiadas en sus ojos y los labios pintados de rojo. Ella sabía que era perfecta, y por ende, ponía mucha atención en su apariencia. Ya sea desde el cuidado de su cabello, hasta usar un perfume que fuera lo suficientemente dulce como para atraer a más de una persona.

Como siempre, vistió su cuerpo con un traje bastante formal, si bien ofrecía cierta vista bastante agradable de su atractivo, un escote que era una clara herramienta de seducción, junto con unos pantalones formales que remarcaban bastante bien sus hermosas curvas. Disfrutaba ganarse las miradas de otras mujeres, principalmente la de su querida Svetlana.

Hablando de su Sire, al parecer tenía algo que hablar con ella, haciendo que Aoko se preocupara más de lo necesario ya que no sabía cuál podía ser el motivo de esa charla.

De cualquier manera, no iba a dejarla esperando. Si ella deseaba hablar con Aoko, ésta consideraba que era mejor encontrarse con su Sire en cuanto estuviera disponible, por lo que decidió enviarle un mensaje por medio de su móvil, preguntando si quería encontrarse con ella o si sería mejor que la esperara en su hogar. No dudaría en salir en su encuentro si así se lo pedía.

Por otra parte, Aori, su hermosa marioneta, parecía tener cierto problema, uno que la vampiresa hubiera deseado que arreglara por si sola, pero que al parecer no sería posible y que Aoko tendría que tomar las riendas del asunto. A la orgullosa mujer no le gustaba que las cosas se escaparan de su control, por lo que no dejaría que una mortal frustrara sus planes. Le ordenó a su ghoul que se dirigiera a su hogar en cuanto pudiera ya que deseaba que le hablara más de su pequeña competición. No tenía duda de que podría solucionar el problema con cierta rapidez, de una u otra manera.

Mientras esperaba la respuesta tanto de Svetlana como de Aori, Aoko se sentó en el sofá negro de cuero en su habitación para relajarse mientras escuchaba jazz. Lo que menos deseaba era estar de mal humor durante toda la noche, más con aquella extraña sensación, esa inquietud en su cabeza.

Ven, siéntate a mi lado, mi querida Riku. Invitó a su guardaespaldas, que en aquel momento se encontraba cerca, dando unos suaves toques al lugar libre en el sofá para que se sentase. No era algo inusual que disfrutara jugar de esa manera cuando las cosas parecían caóticas o estar en su contra, junto con la música la ayudaban a tranquilizarse.

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02/11/2017, 06:56
Riku Tashima

Tu noche estaba indudablemente plagada de problema tras problema, como incontables bichillos picando al mismo tiempo, como quizá... ¡Arañ-...! No, no vayamos ahí, que la idea es exactamente la contraria a enervarte más y más de lo que ya estabas pensando en esas cosas con patas horrorosas que tanta gente idolizaba por quién sabe qué razón. Tú eras un ser maligno y oscuro, objetiva y literalmente, pero hasta tú conocías cierto punto en donde el mal era innecesario y en donde ciertas cosas no eran reverenciables por "afiladas" que fuesen. Y hablando de filo, tu guardaespaldas, protege-torso y sirvienta maestra de la espada se encontraba circundante, siempre vigilante, siempre lista para protegerte apenas algo interfiriese en tu bienestar, fuese una mosca o un matusalén. Al llamarla, viste como ella se manifestó entonces en tu puerta con un cordial y apropiado gesto inclinando la cabeza y su torso hacia adelante brevemente para entonces pronunciar.

- Tashikomarimashita, Aoko-sama.

Su voz, suave pero firme, con una frialdad como el metal que portaba sin piedad contrastaba a su vez con la elegancia que le definía y refinaba. Tú sabías, joder, la habías visto cortar torsos y cabezas directamente, y sin embargo era dócil y apropiada al actuar, sabiendo llevarse. Nada menos que esperar de una sierva tuya, ciertamente. Se acercó y sentó a tu lado entonces, no sin antes dejar sus armas a un costado muy cuidadosamente, sabiendo lo importante que era cada centímetro cúbico, no, milímetro cúbico de tu estancia, quedándose solo con la habitual wakizashi que llevaba a espalda, lista para desenfundar y cercenar a cualquier intruso indebido, no invitado y semejante, léase, que no fuese Svetlana, Aori, aquella otra chica (joder, ¿cuantas tenías y/o tendrías? ¿ibas a parar con tu costumbre de esclavizar chicas? por supuesto que no y lo sabíamos todos) y/o tus dos padres. Fuese como fuese, estaba sentada firme, derecha de espalda, piernas juntas y con ambas manos sobre dicha, mirándote de lado pero directamente, como esperando a, bueno, tus órdenes, no como un robot sino como alguien disciplinada a tope y vinculada por la vitae, oh poderosa sangre Cainita.

- Ama, pido yo disculpas por mi impertinencia en cuestionar siquiera esto o incluso hablar sin instigación a dicho, pero he de preguntarle: ¿Consideraría usted evaluar mi aptitud y habilidad hasta ahora?

Otra vez agachó la cabeza leve, en una versión más breve y lograble del gesto clásico oriental de respeto al preguntar eso. Mientras Riku te hacia esa no tan inusual pero sí ciertamente creativa sugerencia con total respeto, demostrando efectivamente no ser un robot o un zombie, tus mensajes daban fruto, primero Svetlana:

Ya iré yo, no te preocupes. Prefiero incluso que no salgas, por razones varias, aunque quizá debamos hacerlo después, pero insisto, solo espérame, Ao.

Ah, "Ao", el apodo que te daba cuando quería endulzarte y que, al menos que supiese el universo mismo, siempre funcionaba contigo. Tu nombre, "Aoko", era directa y puntualmente, "Niña azul", así como si uno hablase de "Niña/dama/joven-mujer de sangre azul", pero al decirte "Ao", simplemente "Azul" o "Azulita" si lo leías más dulce en tus propias delusiones románticas sobre ella, era más personal, más propio, esa sangre azul que fluía en tí, en ella y en vosotras a la vez, como LaSombra. Ahora el mensaje de Aori, por lo demás:

¡Ama~! Mh, tiene razón, debe perdonarme, no he sido lo suficientemente popular, si bien usted me dijo que no me pasase siendo se-xy~! Sé que no quiere que llame tanta atención masculina y he seguido sus palabras, sin embargo esa otra mujer parece estar agitándose mucho y... ¡Mh! Perdone por escribir mucho, ya voy en camino, estoy de hecho llegando. ¡Jaa na~!

A pesar del vínculo, Aori era una chica dulce y carismática que podía comérselos vivos a todos pero no carecía de elegancia, contrastándola de una manera casi dual con Riku, no perdiendo su chispa personal ni desobedeciéndote aún con su personalidad eléctrica, podrías decir. Si decía que ya venía en camino a medida que te enviaba el mensaje seguramente era cierto, por juguetona que pudiese ser. No había problemas ahí.

¿Algo más que considerar? Pues, tus sospechas sobre el tema que quiere hablar tu sire te hacen pensar, gracias al sonido del jazz en la sala, que no debe ser nada malo, ninguna cagada por tu parte, ningún "debemos hablar" de algún tipo (lo cual francamente te saca una tonelada de encima inmediatamente al deducirlo) ni nada, sino otra cosa. ¿Qué? Te evade, realmente, por lo que supones que deberás tomarlo cuando llegue.

Así como quién toma un katanazo en pleno torso de frente directamente.

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02/11/2017, 14:07
Aoko Tozaki

Aoko sonrió complacida al ver como Riku atendía su llamado y se sentaba su lado. Incluso con esa actitud tan profesional y fría, le encantaba ver su lado dócil y saber que ésta haría todo por protegerla como debía.

Su guardaespaldas le hizo una pregunta que llamó la atención de la vampiresa. ¿Evaluar su aptitud y habilidad? Allí estaba, mostrando esa personalidad tan seria y dedicada. A Aoko le agradaba esa parte, esa dedicación a la espada, era algo de respetar en una de sus sirvientas.

Mi querida Riku, no tienes nada de qué preocuparte, no tengo ninguna queja con respecto a eso. Te esfuerzas todo el tiempo por mejorarte. Mientras que continúes ese camino, no harás más que elevarte y distinguirte del resto. Expresó con tranquilidad mientras inclinaba hacia su protectora para pasar su mano por su cabello de manera seductora.

Eres quien cuida mi cuerpo, estás por encima de los simples mortales. Tu perfeccionismo, en el camino de la espada, no deja nada que desear. Ahora se encontraba más cerca de Riku y su mano tocaba el mentón de su guardaespaldas con delicadeza.

Sin embargo, pudo notar que habían llegado unos mensajes a su móvil por lo que decidió interrumpir el momento y revisarlos ya que no le gustaba dejar esperando a su Sire.

En su rostro se dibujó una sonrisa llena de felicidad, como si fuera una colegiala. Le encantaba que su amada la llamara "Ao", era tan encantadora y no hacía más que endulzar su día.

Si ella quería que simplemente la esperara, eso era lo que haría, no iba a ir en contra de su Sire.

Está bien, te esperaré con deseo, mi hermosa y querida Svetlana.

Aoko en cambio era un poco más formal, principalmente porque era su Sire, si bien no dudaba en expresar el amor que sentía por su amada, haría lo que sea por ella. Se alegró del hecho de que no hubiera un problema entre ellas, Aoko se esforzaba por ser lo mejor para Svetlana.

Aori estaba por llegar a su residencia, algo que la vampiresa pudo apreciar. A pesar de su actitud dulce y extrovertida, no dudaba en aparecer si Aoko así se lo pedía y era una sirvienta competente, al menos la mayoría de las veces, aunque ahora tendría que solucionar uno de sus problemas.

Me complace saber que sigues mis instrucciones, mi dulce Aori. Te espero.

Una vez habiendo respondido a los mensajes, su atención volvió a enfocarse en Riku.

Lo siento, tenía que responder. Se disculpó, a pesar de que no era necesario que lo hiciera, para luego dedicarle una sonrisa encantadora que emanaba seducción.

Nuevamente se acercó a su protectora, inclinándose sobre ella, buscando que ésta tuviera que recostarse sobre el sofá, como un depredador que jugaba con su presa.

Aprecio tu esfuerzo por mejorar tu arte, tu habilidad, Riku. Creo que mereces una recompensa. Las palabras fueron susurradas al oído de su guardaespaldas. Aoko se encontraba encima de su sirvienta, disfrutando la docilidad de la misma, por lo que no pudo resistirse a conectar sus delicados labios con los de Riku en un sensual beso, mientras su mano acariciaba su mejilla, buscando robarle el aliento a la maestra de la espada.

A menos que desees otro tipo de recompensa. Expresó tras separar sus labios, sonriendo y observarla con la mirada de un depredador, de una criatura hambrienta.

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08/11/2017, 22:14

[color=#7B5B8D]- Quiero ascender aún más, mi ama, no fallar ninguno de mis cortes, nunca.[/color]

Asintió entonces con ese brillo en sus ojos tan poderoso, ese brillo aún humano, de alguien que no había perdido su alma como era tu caso, o el de Svetlana, alguien aún mortal, oh la mortalidad que irónicamente se despreciaba y sin embargo refulgía con grandeza, produciendo gran contradicción del ser y de la idea. Por lo demás, al escucharte pedir disculpas, como se ha dicho, innecesarias, asiente como indicando que entiende que debas atender tus asuntos y como si dijera exactamente eso, de que no tienes por qué pedirle disculpas a ella pero agradece tu gran cortesía que desborde sin detenimiento.

[color=#7B5B8D]- ¡Oh, Aoko-sama, yo...![/color]

Fue asaltada entonces la Ghoul, ciertamente, la mortal con sangre de Vampiro, la tuya específicamente, siendo víctima del beso entonces. Si bien era claramente pasiva dentro de todo, se dejaba y no rechazaba en absoluto dicho, no podía, y muy posiblemente tampoco quería, estando ahora ambas de lado sobre el sofá mientras el móvil restaba en el bracero o costado del inmueble en cuestión, ahí con toda la decoración oriental extra de aquella habitación en la mansión misma. Tu móvil vibró entonces y sonó con algo que no podrías o no haber visto de inmediato, justo cuando Riku respondía.

[color=#7B5B8D]- Si usted desea recompensarme con aquello entonces...[/color]

Y al ver que no respondiste, escuchaste su voz, real, desde lejos, llegando a varios pasos pero entrando por los pasillos laterales de la gran estructura estilo oriental que exigía moverse por dicha y por sus habitaciones por los lados cual castillo legítimo (ya que no osaba meterse por el pasillo directo a tu habitación desde dentro) hasta ser escuchable a larga distancia, suficiente distancia.

[color=#EF348B]- ¡Aaaaaaa-ma~! ¡Ya llegué! ¡Perdone, pero no ha visto el móvil~![/color]

Aún no llegaba justo a la puerta que permitiría que te viese con Riku en pleno, bueno, proceso, sobretodo porque la mencionada maestra de la espada tenía la boca bien abierta y lista para su premio jugoso, espeso y potente, todo mientras la pequeña idol, aspirante política y sierva paralela a Riku, Aori, iba llegando con sus pasitos juguetones. Por supuesto, podías ver el mensaje ahora pero que había llegado hace apenas minutos aún sobre el sofá.

A-ma~! Ya llegué, estoy entrando!

Riku se sonrojaba y parecía algo molesta, quizá porque se le estaba interrumpiendo su hora de cenar contigo o porque iba a ser vista en pleno, si bien esto no era nada raro en tu haber, ciertamente, para nada. Aún no había noticias de Svetlana ciertamente, no todavía. Quizá podrías hacer algo respecto a estas creaturas en par o invitar a Aori y comenzar a debatir el asunto suyo ahora, antes que llegara Svetlana y, por obviedad, ganara toda prioridad y atención por tu parte.

Asuntos que tratar, hierros que hacer arder en plena oscuridad.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Llegar a casa temprano (Astucia)

Dificultad: 6

Tirada (3 dados): 9, 8, 5

Éxitos: 2

Tirada oculta

Motivo: Sutileza de llegada fisgona (Destreza + Sigilo)

Dificultad: 7

Tirada (5 dados): 7, 10, 6, 9, 10

Éxitos: 4

Tirada oculta

Motivo: Autocontrol

Dificultad: 7

Tirada (4 dados): 6, 8, 10, 4

Éxitos: 2

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09/11/2017, 01:55
Aoko Tozaki

Aoko observó divertida la reacción de su guardaespaldas que parecía bastante sonrojada y un tanto disgustada ante la interrupción por parte de Aori. Era divertido ver aquella reacción, como si le hubiera negado su postre, lo que ella tanto anhelaba, de tal modo que esbozó una sonrisa picara en su rostro.

Ah, no te preocupes, mi querida Riku, tendrás lo que deseas. ¡Puedes pasar mi delicada Aori! Exclamó dándole permiso a su marioneta, la cual sería su reemplazo en el mundo de la política, para que entrara a la habitación.

Abre esos dulces labios por mi ¿si? Susurró al oído de la maestra de la espada para luego acercarse la muñeca a su rostro, no tardando demasiado en mordérsela, acumulando una buena cantidad en su boca.

En un beso apasionado, hizo correr la sangre por el interior de la boca de su guardiana. La lengua de la vampiresa, durante esa instancia probablemente acalorada para la mortal, jugaba con la de Riku, al mismo tiempo que la vitae corría por su garganta. Su mano derecha acariciaba el contorno del cuerpo de su guardaespaldas, jugando con ella bajo sus propias reglas, mimando a su ghoul por su lealtad.

La caricia se detuvo sobre su pecho, desabotonando uno por uno los botones de la camisa de su protectora, mostrando al final aquellas bellas cumbres de delicada piel tan sólo protegidas por un corpiño negro de estilo sensual.

No te molesta que dé una pequeña mordida ¿no? Preguntó con cierta picardía una vez finalizado aquel apasionado beso, el cual había dejado casi sin aliento a la maestra de la espada aunque probablemente bastante satisfecha tras disfrutar la poderosa vitae de su ama.

Adivinando la respuesta de su Riku, Aoko desabrochó con destreza el corpiño de la misma, revelando sus delicados senos, a la vez que posicionaba su muslo derecho entre las piernas de su ghoul y tocaba con suavidad uno de sus pechos, procediendo a clavar sus colmillos en la parte más sensible del mismo.

Su boca permanecía unida a aquella delicada cumbre mientras disfrutaba de manera placentera del sabor de su sangre, lamiendo con delicadeza la sensible piel. Sin duda alguna, sólo bebería un poco, principalmente para divertirse con su querida protectora. Probablemente Aori le pediría algo parecido, por lo que no tenía problema con que ella observara al entrar a la habitación.

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19/11/2017, 15:39

Aquella joven parecía no poder resistirse en absoluto, incapaz de segar y frenar su ansia, sin embargo fue pillada por sorpresa.

[color=#7B5B8D]- ¡Ama...! Ah, yo... P-por favor...[/color]

No quedaba del todo claro si sus palabras en el instante mismo eran de vergüenza producto de la presencia inminente de Aori o de anhelo producto de su incansable necesidad de tu sangre, su adicción fatal hacia el poder en dicha que le proveía a ella su conexión mística para contigo. Fuese como fuese, mostraba clara necesidad de proseguir, desplazando su lengua frenéticamente mientras compartían ese beso y le estabas traspasando la sustancia.

Sus pechos, por lo demás, eran generosos, a pesar de ser sumamente modesta respecto a dichos y taparlos en su vestimenta habitual como algo que no consideraba 'útil' personalmente. Su reacción ante tus asaltos y "sugerencias" fue de simplemente reaccionar sumisa o más bien sometida ante tu actuar "violento", por decirlo así, mostrando cierta exaltación a medida que dejabas del todo expuesto dicho pecho y estabas a punto de morderlo. Al hacerlo, Riku no hizo más que retorcerse y gemir sin control, deposeída absolutamente a medida que, casi imperceptiblemente habías sentido ya que Aori habría entrado con gran sutileza pero no absoluta ante tu atención siempre pendiente y pasado a mirar el espectáculo.

Algo que sí que ninguno de vosotras dos, o tres, esperaba, era lo que pasó entonces. Mientras Riku estaba siendo asaltaba en su pezón sin piedad y movía sus piernas con descontrol así como sus brazos si bien solo agitándolos hacia los lados, sentiste dos manos con decente firmeza tomándote con pasión intensa. Ahí estaba, con sus lentes, su pecho modesto o mediano (en comparación con el de Riku o el tuyo incluso) y su apariencia atractiva que apelaba a las almas de los incautos, robándote un beso cochino y deseoso, buscando absorber lo de vitae que ya no quedaba, incluso los restos. No era malo que fuese agresiva pero notabas que claramente se estaba pasando, o más bien se estaba exaltando. Su beso era descontrolado y sin embargo experto, habilidoso aún si suplicante, ciertamente el de alguien como ella, nada menos. Jadeando al zafarse, habló apenas.

[color=#EF348B]- A-ama~ Aoko-sama... ¡Por favor, yo también! Aori se ha portado bien aunque Aori es una inútil... Te lo suplico.[/color]

Su desesperación era palpable y te motivaba. Sentías que algo se movía. ¿Qué era? A tu lado, literalmente donde estabas atacando segundos antes viste como Riku, aún exaltada por aquel Beso Vampírico que le regalaste en su exacto punto débil sujetaba la wakizashi que llevaba consigo siempre, probablemente hasta cuando dormía, pero entonces parecía debatirse, algo como: "No puedo tocar a la propiedad de Aoko-sama aunque sea una molestia". Por otro lado, Aori misma nunca o casi nunca te decía Aoko-sama, no con el tono actual de la situación.

Supones que, de todo esto algo podías sacar, ya sea premiarlas, aleccionarlas, adiestrarlas en conjunto o confrontarlas.

Un poco de tiempo libre antes de lo inevitable.

- Tiradas (1)

Motivo: Autocontrol [Aori]

Dificultad: 7

Tirada (3 dados): 1, 1, 1

Éxitos: -3 Pifia

Notas de juego

Disculpa la demora, daré aviso en el Off.

Gastas 1 Punto de Sangre.

Además de eso puedes ir haciendo tiradas de Inteligencia/Astucia + Investigación/Empatía u otros para ir deduciendo intenciones, situaciones, problemas, ir analizando el problema de Aori del que poco sabes pero podrías deducir o recordar o entender de tiempos pasados y conectar los hilos, si gustas, opcionalmente. Tirar Trasfondos es aceptable igual, dificultad 6 standard según el Trasfondo y lo que quieras lograr con dicho. Si gastas Fuerza de Voluntad avísalo al final del post en las Notas.

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19/11/2017, 23:46
Aoko Tozaki

La pasión y clara adicción con la que Riku había aceptado su beso y su lengua, junto con sus gemidos de placer, complacieron a Aoko sin lugar a dudas, quien disfrutaba jugar con sus querida guardiana.

Sin embargo, la falta de control de su marioneta, Aori, sorprendieron a la vampiresa al recibir aquel beso lleno de deseo, que demostraba la desesperación de su ghoul por la atención y la recompensa que su ama podía proveer. Cuando sus labios se separaron, su marioneta le suplicó a la vez que la llamaba de una manera que no siempre hacía. De cualquier forma, su guardaespaldas, no parecía haberse tomado muy bien aquella interrupción, un tanto frustrada por el hecho de que ésta hubiera desviado la atención de Aoko.

Ah, Aori, eres demasiado impaciente... eso no es bueno. Aún así, tienes razón, me eres leal e intentas cumplir mis deseos, supongo que también debería recompensarte un poco. Expresó para luego dedicarle una sonrisa a su reemplazo en el mundo de la política. Aquel deseo era de su agrado, a Aoko le gustaba sentirse deseada de ese modo, si bien era aún mejor cuando quien la deseaba era su preciosa Svetlana.

Pero tendrías que ayudar a mi bella Riku también, le negaste su placer. Aunque antes... No tardó demasiado en morder su muñeca nuevamente, haciendo lo mismo que había hecho con su protectora a la vez que, con sus bocas unidas y su lengua jugueteando en su interior, la posicionaba contra el sofá e iba desvistiendo, con delicadeza y destreza, a la joven.

Ven, Riku, acércate. Al lado de Aori. Le indicó a la maestra de espadas, una vez que Aoko dejó de compartir su sangre, y, una vez que ésta se sentó al lado de la chica de lentes, su mano derecha abrió con cierta facilidad el pantalón de Riku para luego deslizar sus dedos entre su ropa interior, no tardando demasiado en jugar con sus delicados labios, estimulándola para que su guardiana no enojara tanto.

Mientras su mano se movía con habilidad entre aquel área sensible de su protectora, la otra se deslizó para hacer lo mismo con Aori, al mismo tiempo que los labios de Aoko se posaron sobre el delicado pecho de su marioneta política, en forma de besos sensuales que recorrían la hermosa piel, jugando con aquel preciado seno así como también besando su pezón sin ningún tipo de miramiento.

La vampiresa, sabiendo que haría sentir bien a su hermosa servidora, no dudó en clavar sus colmillos sobre aquel bello y delicado montículo, como había hecho anteriormente con su guardiana, al mismo tiempo que lamía, saboreando la sangre de su leal seguidora, y sus dedos jugaban ahora con las húmedas paredes internas de ambas ghouls.

Notas de juego

No hay problema Director. Todos tenemos momentos ocupados =P

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29/11/2017, 20:13
Aoko Tozaki
- Tiradas (1)

Motivo: Inteligencia + Investigación

Dificultad: 7

Tirada (3 dados): 3, 3, 1

Éxitos: -1 Pifia

Notas de juego

Recién acabo de ver lo de las tiradas xd Perdón, ahora hago una tirada de Inteligencia (ya que no tengo Investigación) para sacar alguna conclusión respecto al problema de Aori.
Desastre de tirada xDD

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03/12/2017, 22:51

Nada nuevo bajo el manto siniestro del cielo, después de todo.

A medida que desnudabas a Aori parecía mostrarse un tanto vergonzosa de sus pechos, ya que no eran tan turgentes como los de Riku, la cual a su vez obedeció sin chistar para ayudarte a molestar un poco a la misma Aori según tu orden, dejando de lado por influencia mística y lealtad a tí (o ambas, nunca se sabía ni tampoco era del todo necesario considerarlo directamente) su rivalidad y molestia hacia/con ella. Por lo demás, notaste por medio instante que Aori parecía recibir un mensaje, el cual miró, respondió en tiempo record con una mano durante tu asalto hacia su persona y después de haber sido insuflada con la deliciosa vitae vampírica que transmitía los grandes poderes de Caín parcialmente, para luego dejar su móvil a un lado y seguir con el, bueno, show que estábais montando las tres, mayormente el show que tú generabas sobre y con las otras dos en aquel sofá.

Ambas incluso se pusieron de lado producto del modo en que las alimentaba y cómo las ibas aniquilando con tu técnica, sometiéndolas por abajo además de haberlas alimentado por arriba. Todo es a lo que todo es. Se apegaron juntas y, en algún momento incluso empezaron a besarse durante el frenesí de placer, sabiendo que eso te complacía, mientras usaban sus manos para acariciarte ya sea el pelo de manera dulce o el cuerpo, dándote la imagen de dos hermosas mujeres dedicándose solo a tí, ciertamente, sus tetas al aire y sus entrepiernas igual, aún siendo tan digniifcadas y capaces ambas en sus ámbitos propios y en sus vida normales. Si alguien nada más viera esto... Pero bueno, eso no pasaría.

No tenías idea de qué podía pasar con Ri-chan (Ao-Ri, en vez de Ao-Ko, en tu caso, para no confundir sus diminutivos, además de ser uno de sus apodos de idols populares). ¿Quizá su rival era una zorrita suelta que hacía tratos por atrás? ¿Quizá por delante y se entregaba al público? ¿Quizá estaba directamente haciendo ataques rastreros a la misma Aori? No lo sabías, realmente, porque dudabas que Aori por juguetona que fuese fallase ella, no lo veías, no con alguien así que escogiste por tí. Por último, sentías como entre todo el jaléo, estaban por explotar ambas, muy literalmente.

[color=#7B5B8D]- ¡Ahhh! ¡Ahhhhh![/color]

[color=#EF348B]- ¡Ahhh-maaah~![/color]

Y ambas entonces "murieron" en implacables gemidos, soltando chorros incluso o por lo menos humedeciendo bastante bien sus áreas respectivas, mientras se tomaban de la mano y se lamían de lado y luego a tí. A medida que eso iba terminando se soltaron y fueron a lo suyo, o al menos eso parcía pero ambas, arrodilladas se pusieron frente a tí en una especie de seiza (muy erótico y quizá fuera de lugar pero no del todo, al mostrar reverencia y honor, en cierto contexto) para abrir las bocas bien abiertas.

[color=#EF348B]- Ama, córrete encima mío, por favooo-ooor~[/color]

[color=#7B5B8D]- Aoko-sama... Se lo suplico. Aquí...[/color]

Ambas a su modo te pedían que te... ¿"Corrieras"? Oh joder, las habías hecho un desastre, pero bueno, esto era parte de sus deberes como Ghouls, ciertamente. Ahora,  cómo te ibas a "correr" encima de ellas era una buena pregunta. Tu móvil sin embargo no pudo sonar en peor momento (para ellas, por lástima) y mejor para tí:

Svetlana indicaba que estaba a punto de llegar y te prepararas, tipo, media hora máximo.

Se acercaba, suficientes juegos por ahora, suponías.

Aquel manto al final iba envolviéndose y a su vez exponiendo sus contenidos.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Autocontrol [Aori]

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 10, 4, 2

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Percepción+Alerta [Riku]

Dificultad: 8

Tirada (6 dados): 4, 7, 5, 2, 2, 5

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

 

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04/12/2017, 17:15
Aoko Tozaki

La idea de tener a sus queridas entregadas por completo de esa manera, era algo que la vampiresa realmente disfrutaba. Le encantaba que la quisieran y la necesitaran, que dependieran de ella como si fuera su diosa, su diva. Verlas excitadas de esa manera, besándose, mientras ella jugaba con sus cuerpos y les producía semejante nivel de placer, era algo divino. No podía evitar sonreír divertida, picara, observando aquella escena tan sensual, erótica.

Los gemidos de ambas chicas era una melodía para Aoko, quien no hacía más que brindarles placer, moviendo sus dedos con destreza y lamiendo la piel caliente de sus ghouls, saboreando cada momento, cada expresión de deleite y placer en sus chicas, corrompiéndolas de esa manera. Eran suyas, sus preciados juguetes que tanto la necesitaban.

Cuando las dos se corrieron, nubladas por la excitación producida por la habilidad de la vampiresa, y sus delicados labios inferiores se humedecieron, liberando aquel erótico néctar, Aoko sonrió complacida, mientras apreciaba el hecho de que sus ghouls, antes rivales, ahora se besaban, jugando entre ellas, deleitadas por la experiencia otorgada por su ama.

Sin embargo, cuando pensaba que aquello había terminado, sus muñecas solicitaron que... ¿se corriera? encima de ellas. Bueno, aquello sin duda sería una petición bastante difícil de cumplir, algo que haría las cosas un poco complicadas. Por suerte, su querida Svetlana la salvó de tener que dar una explicación al respecto, evitando decepcionar a sus queridas.

Su rostro se le iluminó al instante al leer el mensaje de su amada que parecía que llegaría en poco tiempo. Cuánto anhelaba su presencia, siempre le resultaba difícil cuando no la tenía a su lado, por lo que la idea de que estuviera por llegar era algo que alegraba su noche, a pesar del misterio de lo que tenía para decirle.

Lo siento, mis queridas... Svetlana está por llegar, tengo que dedicarle mi total atención. Expresó, dedicándoles una sonrisa gentil, para luego acercarse a Aori, tomándola con delicadeza del mentón y disfrutando un último beso dulce con ella, sin tardar en hacer lo mismo con Riku, no quería dejarlas muy tristes.

Sería bueno que expliques tu situación, mi hermosa Aori, mientras me preparo para recibir a mi amor. Dijo a la vez que se preparaba, corriendo su maquillaje y poniendo en orden su vestimenta formal. Debía estar perfecta para su Sire. Le daba igual que sus ghouls estuvieran desnudas pero ella tenía que estar completamente presentable.

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04/02/2018, 03:00

Término.

Aquello había finalizado con broche de oro, ciertamente, incluso con el bizarro peticionar que hicieron tus ghouls hacia tu persona. Quizá estaban excepcionalmente calientes y eso las hizo actuar así o algo, seguramente. Que supieses, tu sangre tampoco transmitía problemas mentales o al menos nada que no fuese 'nativo' o 'propio' tuyo, así que simplemente debía ser la influencia adictiva de la Vitae sobre ellas y ya. Así, las escuchaste declarar y ellas entendieron de inmediato, inmediatamente recuperándose de sus cansancios ya que, después de todo, eran humanas aún si poseyesen ciertos poderes desde tu sangre y comenzaron a vestirse, como si nada hubiese pasado. Aori se demoró menos que Riku quizá por la habilidad artística y teatral de vestirse rápido (aunque la destreza de Riku le hizo demorarse no demasiado, más que nada era ordenar la katana y la wakizashi a posteriori) y por la necesidad de explicarte.

- Sí, mi ama Aoko-sama, esta es mi contrinctante en cuestión, por favor contemple.

Así, volviendo a su modo de total seriedad e incluso quitando ese como tono sonoro de "~" al final de sus frases habladas, te mostró su móvil a la persona en cuestión en una de sus fotos de modelaje y tal, en alguna red social o página web de alguna revista relevante, mostrando a la molestia en cuestión.

Francamente, tenías que admitirlo, era una preciosidad, y además se notaba que era una natural. A Aori no le faltaba nada, ni expresión ni atractivo, pero esta cosita linda era, precisamente, eso, y si los rumores que sabías y te insinuó Aori igual eran ciertos, entonces andaba agitando el culo para ganar popularidad por encima de tu Ghoul en cuestión en el mundo de las idols y del estrellato. ¿Qué hacer?

- Ascendió hace no mucho al estrellato, mi ama, su nombre es Yashima Toki, o al menos su nombre de escenario lo es. Que sepa, es una humana perfectamente normal por lo que se me dijo. Además de eso...

Y explicó lo que ya se dijo, que rumores decían que había frotado su persona con fans, altos cargos, productores, lo que fuese, tal cual. Aori suspiraba entonces y parecía esperar consejo tuyo, si bien suponía que solamente por ahora recibiría tu juicio silencioso y un "Ya te diré después qué haremos" puesto que habías declarado que recibirías a Svetlana-sama. Riku ya vestida y armada hasta los dientes miraba seria el asunto pero sin opinar, como si fuese alienígeno todo para ella, excepto por su dabas alguna órden.

No se pudo, porque lo escuchaste a lo lejos, al abrirse la puerta frontal de la mansión-fortaleza-anticuada-casa que era la residencia Tozaki. Aquello podía significar una sola cosa:

Svetlana ya estaba ahí.

- Con su permiso, Aoko-sama.

- ¡Si nos permite, ama Aoko~!

Aori ahora sí habló con su tono habitual, ambas retirándose entonces a los costados. Aguardaste entonces, cada paso, cada momento, dándote nervios y a su vez anhelo, incluso placer. Acabas de tener un dulce show erótico privado conjunto con tus Ghouls, pero cuando Svetlana venía, era distinto, fuese dicho. A tu mente vienen memorias fugaces, de cuando recién la habías conocido y te había dado el Abrazo. Apenas siendo una pipiola, una novata de novatas y lo que los vampiros universalmente conocían como un "Retoño", léase uno de los vuestros bajo el cuidado de su Sire, tu amor a ella natural sumado al amor producido por el vínculo que duró por un buen tiempo después de que te convirtiera, te convirtió en lo que los de este país llamarían una auténtica yandere. Una vez hubo un tipo, un sujeto corpulento y de traje en una fiesta que hablaba mucho con Svetlana y que, causando tu furia y tu primer Frenesí, te hizo lanzarte a por él de cara, sin piedad, sin demora, sin duda. No hay ni qué decir que te dió una soberana paliza, pero lograste rasguñarle y herirle incluso, Svetlana pidiendo disculpas por tu conducta y el tipo simplemente diciendo que deberías controlarte mejor pero que, por lo demás, no estuviste "Nada mal", en términos de combate.

Otros eventos no del todo idénticos a ese pero sí semejantes ocurrieron durante tu periodo obsesivo y maniático en relación a tu Sire y amada, lo cual, al ir disipándose el vínculo, se fue calmando, si bien no hace que seas menos anhelosa de ella, tal cual. Sus pasos te llevan a deducir que ya ha llegado. Sientes que estás por oír su voz, con ansia, con deseo, con impaciencia.

Comienza.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: ¿Yandere? (Sí/No)

Tirada: 1d2

Resultado: 1

Notas de juego

Sigue. Hora de Svetlana, por fin.

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04/02/2018, 03:19
Svetlana Kozlov

- Aoko.

Nada más oírla pronunciar tu nombre al aparecer por la puerta hizo que quisieras arrojarte a sus brazos sin control alguno de tu propia persona, movida por tus instintos más primordiales, pero eso no te haría mejor que la Aoko que dejó en ridículo o al menos en molestia a Svetlana entonces en aquella fiesta. Te lograste contener apenas y mostrar calma, aparente calma, mirando a tu Sire que se acercaba como si nada, con una chaqueta que le cubría de la lluvia externa, porque estaba lloviendo, eso nunca dejó de ser una cosa que estaba o había estado pasando.

Sonrió, y eso te helaba la sangre y la calentaba a la vez.

- Tinieblas nos envuelven, temo. Si leíste mi mensaje, quiero que vayamos al grano. Toma tus cosas, tu katana incluída, vamos a ir al cuarto central, ya sabes cual, el silencioso. Andando.

No parecía estar de broma. Aquel cuarto solo usado para reuniones de los altos mandos, que ahora, técnicamente, eran tú y Svetlana y ya no más los Tozaki padre y madre, era el cuarto, después de todo. A prueba de sonido, a prueba de posibles invasiones (con paredes reforzadas como para al menos soportar un único disparo de lanzacohetes e incluso quedar con algunos restos todavía en pie) y casi al vacío en lo física y lo (tecno-)lógicamente posible. Fuese como fuese, no parecía poder haber rechistares de tu parte. Sin embargo... Notaste al ir moviéndote como parecía ser que tus dos Ghouls hablaban afuera, tal cual, tu Guardaespaldas y tu Marioneta, pero no lograste deducir de qué o qué palabras, había mucha distancia y Svetlana llegó justo entonces para impedir tu concentración en eso, además que solo al ir moviéndote pudiste acercarte al punto que pudiste escucharlas. ¿Qué podrían estar hablando tanto ellas dos, nada menos?

Ni puta idea. Seguramente algo sobre cómo la otra había hecho alguna cagada y variados insultos dados vueltas de un lado hacia la otra y tal, nada más. Seguramente era una discusión agitada pero contenida en voz para no causarte a tí ni a Svetlana molestias en lo general. Ya les dejarías ser y listo, te tocaba concentrarte en algo mucho más importante.

Al entrar al cuarto en cuestión, amplio, bien cubierto y oscuro, dando un toque ominoso, viste como Svetlana entonces te observaba fijamente. Estabais justo en ese punto entre el sector de disposiciones o exposiciones, donde se hacían las presentaciones y estaba luego el asiento del CEO, la tarima encima y todo lo demás. Svetlana no prendió las luces en ningún momento, dando una sensación de ligero horror. ¿Te venía castigo o qué? No habías hecho nada mal... ¿Cierto?

Cerró sus ojos, tomó aire (en gesto, solamente) y suspiró para mirarte y entonces hablarte.

- Tiempo de cambio, Ao-chan. -Te dijo así, lo cual te hizo casi retorcerte de felicidad. Parecía sonreír pero con cierto pesar y después cierta malicia.- Se acabaron los juegos, temo. Te lo diré de frente: Tengo que convertirte en un miembro legítimo del Sabbat. Por ahora, has tenido una Manada pero solo formal, dudo que les recuerdes mucho y ha pasado tiempo desde que os presenté porque la actividad en Japón para nosotros es mínima, y como te he dicho de forma honesta, es la razón por la que te elegí para el Clan Lasombra. -Pronunció, volviendo a pausarse, tensa. Sí, apenas te acuerdas. Eran sujetos extraños, un grupo de vosotros, del Sabbat al que pertenecéis, pero casi en puro nombre.- Por otra parte... Hay más.

Te mostró entonces una serie de documentos, fotos, cinco fotos o más bien cinco expedientes de personas, personas que por lo que deducías de inmediato, eran Vampiros, tenían que serlo, tal cual. Una vez les mirases, aún con la poca luz ahí, te indicó, usando su móvil propio como linterna para dejarte ver mejor.

- Son tus objetivos. Nos vamos a Occidente. Ya sea Europa o Estados Unidos, tú eliges. Tu prueba aparte de hacer el ritual base o Rito de Conversión aquí y ahora, será cazar a estos, uno por uno, seducirlos, manipularlos, obtener todo de ellos, etc., asimilarlos en las sombras. ¿Qué tal te suena? Una cacería, esencialmente, mi pequeña de dientes afilados.

Acarició entonces tus dientes permanentemente afilados pero sutiles, sonriente, mimosa. Sentiste entonces como poco menos que apareció tras desaparecer para abrazarte por la espalda. No, ahora sí que no podías controlarte, sobretodo al hacer lo que haría ahora: Susurrarte al oído dulcemente y hablarte.

- ¿No lo harías por mí, Ao-chan?

Te controlaste, notablemnte. Por dentro te retorcías de placer como lo hicieron tus ghouls ante tus acosos, pero por fuera te mantenías firme, como un filo de katana, como una espada, metálica, implacable, fria, impasible. Atacó de nuevo con una serie de lamidas a tu oreja. ¡Ahí vamos de nuevo, maldición!

Absolutamente impecable. Podías, sí, expresar tu placer, pero por lo demás eras una fortaleza, como esta gran mansión/casa/castillo noble japonés y esta misma habitación reforzada, ciertamente. Svetlana... Sonrió, o eso sentiste, conforme, agradada, como si le gustara que su chiquilla tuviese un temple impecable, como si ya no fuese la chiquilla inmadura que se tiró de cara a un sujeto por solo hablar un poquito más de lo debido con su Sire amada, sino que otra persona (um, no-persona) completamente distinta, mejorada.

- Ya estás lista, duda no me queda. Kakugou shinasai.

"Prepárate", dijo, haciéndote notar como... ¡Tomó tu katana! ¿Qué? ¿Cuando? Te la robó cuando te abrazó y te lamió, tal cual, todo eso siendo un bluff, una distracción pragmática. Se alejó entonces y lanzó un carbón hacia arriba, un trozo de carbón pequeño, el cual fue envuelto por varios pequeños tentáculos o más bien líneas de sombras, Obtenebración, quedando en el aire entonces, a lo que luego ella sacó un pequeño encendedor eléctrico de sus cosas para encenderlo, poniéndolo al rojo vivo rápidamente. Reforzó sus sombras para que no fuesen dañadas por el fuego y tembló un poco, por el obvio miedo al fuego. soportaste bien el temor ante la flama y viste como Svetlana marcó apenas la punta de la katana entonces con fuego, tal cual, haciéndole arder.

Tenías una idea de esto, el "Rito de Creación" consistía en usar un metal de algún tipo para quemar la frente del Sabbat convertido oficialmente en un miembro de la Espada de Caín y marcarle, en un simbolismo doble de volverte "Ganado" de manera irónica y reversa pero al mismo tiempo de "Sufrir el fuego que quemó a Caín", o algo así. No ibas a negarlo, te daba un miedo de puta madre pero también te estimulaba un poco, el saber que por fin habías sido aceptada por tu Sire, aún con algo político. Agitó su mano para que las sombras pequeñas lanzaran el carbon no sin antes aplastarlo sacrificándose algunas sombras para apagarlo del todo, arrojando el objeto ahora apagado a un lado y dejándote frente a tu Sire con tu propia arma, frente a frente, ambas.

- Podemos hacerlo por lo fácil y te arrodillas para que te marque, tú dices donde, para no causar problemas con tu preciosa imagen... O puedo hacerme camino a través hasta marcarte. ¿Pelearás o aceptarás?

Pregunta difícil. Pensándolo, era algo así:

"Pelear" significaba duelar con un ente que, fácilmente sabías, te doblaba en poder, en cantidad de las llamadas "Disciplinas Cainitas" y su calidad además de experiencia, aptitud y por lo general, todo, si bien era algo sabías que a la sedienta de sangre que era tu Sire, le complacería.

"Aceptar" por otro lado significaba demostrar tu lealtad final, porque, por lo que recuerdas, el ritual exigía algo más, exigía que dictaras tu lealtad ante la Secta mientras eras marcada en tu cara por el filo ardiente. Pero tu única lealtad real era para con Svetlana, recibir esto de ella lo era todo.

Aquello que hicieses ahora, sumado a todo lo que te dió de golpe, de que se irían a Occidente de un día para otro (o noche para otra), de que te tocaría cazar a cinco objetivos y todo lo demás, francamente, decidiría tu literal destino.

Tu existencia, ahora sí, por fin comenzaba.

N.

- Tiradas (6)

Motivo: Percepción+Alerta {Dificultad 10-Investigación}

Dificultad: 10

Tirada (3 dados): 4, 7, 9

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Inteligencia+Investigación {Dificultad 10-Liderazgo}

Dificultad: 9

Tirada (3 dados): 3, 8, 1

Éxitos: -1 Pifia

Motivo: ¡Autocontrol! ¡Por Caín!

Dificultad: 7

Tirada (3 dados): 10, 10, 3

Éxitos: 2

Motivo: ¡Más Autocontrol! {+1 por tirada anterior}

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 3, 10, 8, 9

Éxitos: 3

Motivo: Coraje (Fuego)

Dificultad: 5

Tirada (3 dados): 8, 7, 4

Éxitos: 2

Tirada oculta

Motivo: Coraje (Fuego) [Svetlana]

Dificultad: 6

Tirada (4 dados): 10, 7, 2, 9

Éxitos: 3

Notas de juego

Listo.

Dudas y cosas en tu "Filo Sangriento".

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04/02/2018, 14:50
Aoko Tozaki

No había duda de que la contrincante de Aori era toda una belleza y que sin duda no tendría mucha dificultad para competir con su "marioneta" si realmente hacía lo que los rumores decían. No habría muchos hombres o incluso mujeres que se resistirían a una chica así, por lo que la vampiresa entrecerró los ojos, reflexionando sobre lo que haría con aquella molestia. Estaba claro que no era tan bella como ella, o al menos así lo veía Aoko. No le gustaba mucho arruinar el futuro de una joven tan bella que hubiera preferido tenerla de su lado, si bien tampoco dejaría que nadie se metiera en medio de sus planes, por lo que no tendría piedad con esa tal Toki.

Los rumores parecían dejar en claro que la joven no tenía muchos problemas en abrir las piernas a cualquier sujeto que tuviera un poco de influencia en ese mundo del entretenimiento, por lo que Aoko estaba segura que aquello podría ser de utilidad para arruinar por completo a la competencia, sólo necesitaría un par de palabras bonitas para hacer que la chica cantara como un gorrión y usar esa información para destruirla. Sólo tenía que tener una reunión con la contrincante de Aori, dejaría que ésta se hiciera cargo de reunirlas.

- Luego te diré qué haremos con ella. No debería ser muy difícil. - Le dijo a su ghoul, esperando que ésta comprendiera que por el momento debía concentrarse en la llegada de su Sire. También podría dominarla y hacer que todo fuera más simple, si realmente era una humana común y corriente. Tendría que evaluar la situación y ver qué era más apropiado en esas circunstancias. Por ahora, había algo que le preocupaba más y debía dedicarle toda su atención como correspondía.

Cuando escuchó abriéndose la puerta frontal de su mansión, Aoko sonrió de oreja a oreja, realmente alegre ante el hecho de que su amada Svetlana había regresado a ella. Era como una especie de cachorro que esperaba a su ama a que regresara al hogar, deseosa de que ésta le otorgara su amor cada vez que volvía a la mansión. No podía estar sin ella, siempre la extrañaba. A pesar de que se hubiera fortalecido un poco y reprimido aquellos deseos intensos a diferencia de los primeros momentos de su conversión en los que le había sido muy difícil controlarse, al punto de atacar a otros que se acercaban demasiado a su Sire. Aún recordaba a ese bastardo que se había atrevido a conversar demasiado tiempo con su Svetlana, no había podido tolerarlo.

Sin decirle una palabra más a sus encantadoras chicas, la vampiresa avanzó al encuentro de su amante, de su Sire, de su pareja de toda la vida, aquella a la cual amaba con todo su frío corazón, a quien le ofrecía toda aquella obsesión para nada sana. Quería estar con ella, necesitaba estar con ella y darle todo su amor.

- Mi preciosa Lana. - Le respondió con extremo cariño al oír cómo su Sire la llamaba por su nombre, teniendo que resistir la tentación de saltar sobre ella ante la emoción que sentía en aquel momento. Deseaba tomarla entre sus brazos y besarla de manera apasionada, probar sus delicados labios como si no hubiera un mañana. Sin embargo, haciendo uso de su voluntad se contuvo, ya que no quería ser cómo la Aoko de antes, quería que su Sire estuviera orgullosa de ella, no quería ser una vergüenza para ella como lo había sido en otro momento.  Se lo debía, era su chiquilla, tenía que hacerla quedar bien frente a otros, por más que en ese momento no hubiera nadie que pudiera juzgarla.

- Si, lo leí. Está bien, te sigo, Lana. - Expresó con cierto temor ante lo que podría pasar. ¿Había hecho algo mal? A pesar de sus dudas, tomó su katana, así como su móvil que era muy importante, sin demorarse demasiado en seguir a su amante. Estaba claro que había algo raro en ese momento, algo había sucedido o estaba por suceder y a Aoko no le gustaba mucho el misterio si bien nunca dudaría en seguir y escuchar lo que Svetlana tenía para decirle. Era todo para ella y tenía que complacerla en lo posible, no deseaba que la dejara o que se enojara con ella.

Mientras caminaba, notó que sus ghouls parecían estar hablando sobre algo, posiblemente alguna tontería como siempre hacían, en especial cuando entraban en conflicto cuando querían llamar la atención de la vampiresa, era algo inevitable, teniendo en cuenta cuánto la deseaban, como ya habían demostrado hace un momento. Aori podría tener una contrincante en el mundo del entretenimiento, pero también parecía que tenía una contrincante cercana a su ama. Algo que hizo que Aoko se preguntara si también pensaba lo mismo de su querida Svetlana. No obstante, había algo más importante en ese momento, como el hecho de que su Sire no hubiera encendido la luz del cuarto, haciendo que la vampiresa se volviera un poco paranoica ante la posibilidad de que en verdad aquello fuera un castigo por algo que había hecho, si bien ella no recordaba muy bien qué podría haber hecho mal.

Sin embargo, al final resultó que no era así, que al parecer quería unirla de manera oficial al Sabbat, así como darle una misión que debía cumplir. Tenía que encargarse de unos cinco vampiros, no había duda de que eran eso, ya sea matándoles, manipulándoles o seduciéndoles, de la forma que sea, debía hacerse cargo, serían su objetivo a partir de ese momento si su Sire se lo pedía. El problema yacía en el hecho de que debía abandonar Japón para ir a occidente. Aquello no era mucho de su agrado. Tenía todo en Japón, tenía un plan, se suponía que habría de posicionar a Aori como primer ministra para apoderarse de la nación desde las sombras. En cambio, ahora su amante le pedía que abandonara todo eso por un tiempo para tratar con unos malditos vampiros de poca monta.

- Ah... Lana... y-yo haría todo por ti. - Respondió entre jadeos luego de que su Sire acariciara sus colmillos de esa manera tan sensual y provocativa, para luego abrazarla por detrás y dedicarle unas lamidas a su oreja que no hacían más que volverla loca del placer. Realmente deseaba dejarse llevar y tomar a su amante en ese momento como podía, si bien por otro lado sabía que debía controlarse, tenía que demostrarle a su querida Svetlana que ella era más que capaz, que era la mejor para ella. A pesar de que no deseara demasiado dejar Japón para hacer esa misión, debía hacerlo,  no podía decirle que no a su Sire, era muy importante para ella y el hecho de que la llamara "Ao-chan", había asegurado su decisión de ayudarla.

Al ver cómo su amante le había quitado su katana en aquel más que delicioso jugueteo, Aoko abrió los ojos sorprendida. No había forma de que hubiera podido verlo, lo había hecho con mucha destreza mientras la seducía de esa manera, algo que tampoco podía negar que le había gustado en demasía. No obstante, cuando tomó aquel carbón caliente, la vampiresa tuvo que reprimir el miedo instintivo que sintió al ver aquello, resistiendo las ganas de alejarse de aquella fuente de calor que prometía quemarla si entraba en contacto con ella. Sabía lo que su amante quería hacer con eso, no lo dudaba... pero ¿en su rostro? Prefería que fuera en otro lugar, que no fuera tan obvio.

- Lana... ¿es posible que sea en mi espalda y no en mi rostro? Sería un poco sospechoso si quiero manipular a esos cincos. Además, no me gusta mucho la idea de dañar mi rostro. - Le suplicó a su amante, esperando que ésta  aceptara su petición, puesto que realmente no deseaba una marca en su frente. En la espalda sería más aceptable y podría ocultarlo de la vista de todos. Sin embargo, como su leal chiquilla, la vampiresa no dudó en arrodillarse, esperando que su querida Svetlana aceptara su petición.

- ¿Qué pasara con Aori y Riku? ¿Las llevaré conmigo? - Preguntó, ahora arrodillada en el suelo, siendo de importancia esa información, puesto que no quería abandonar a sus fieles ghouls que habían sido de tanta utilidad hasta el momento. Estaba dispuesta a cazar a esos cinco, pero prefería que sus ghouls permanecieran junto a ella en lo posible, ya que cuando regresara a Japón las necesitaría nuevamente, y dejarlas solas sería como dejar a un adicto sin su proveedor favorito.

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14/02/2018, 20:28
Svetlana Kozlov

- Tus palabras se contradicen, oh, mi pequeña pequeña.

Aquel doble adjetivo o más bien adjetivo-sustantivo parecía ir con una mezcla de cariño y condescendencia o quizá el significado original y no torcido de la última palabra. Sonríe entonces y ves como rápidamente agita la mano, dejando que el carbón se apagase justo tras absorber todas sus flamas con la milimétrica punta de la katana al rojo vivo entonces y haciéndole descender como un trozo de roca inerte y siniestro, como la habitación, como dichas sombras de la habilidad que las manejaba a voluntad de vuestro clan. Segundos después, el agitar fue en dirección hacia tí, haciendo que algo cayera en tu dirección o más bien justo para que lo tomaras mientras te agitabas o quedara a tu lado y lo tomaras de la correa. ¡Esa correa...! ¡Riku! Esta era la katana de Riku, solo que sin la zashi o wakizashi. Svetlana caminaba alrededor de la larga mesa de conferencias de la que tú estabas a un costado tras haberte apartado por el miedo al fuego de manera intimidante pero calma, su estilo inconfundible.

- Obediencia... Me gusta, pero también quiero ver tu potencia, tu caos, como esa vez... -Pareció recordar algo por un segundo, mirando hacia arriba, crees, mirándote de nuevo.- Admitiré que no fue nada mal lo de esa vez, le hiciste un rasguño bastante decente y te puedo decir que es un tipo duro.

Tras eso, se puso a distancia próxima, por así decirlo, unos 3, 4 metros a tope. Considerando que una katana podía alcanzar, con brazo extendido, hasta los dos metros, bastaba con que ella y su disciplina de refinar la aptitud física de los Cainitas, diese un salto, no, un único paso para ir e incluso no solo pinchar un poquito tu cara, sino atravesarla. Casi lo viste y sentiste un temor fugaz, como para hacerte sangrar-sudar frío en la nuca. Y hablando de eso...

- Por el Código de Milán y sus leyes así como las de los Autorictas Ritae, la quemadura y marca debe ser en la cabeza. Tú dices espalda y yo digo rostro... -Agitó su pelo de manera sexy pero breve, lo cual no pretendía inspirarte, sino mostrarte con uno de los pocos ápices de luz opaca que había, que salía desde las luces urbanas lejanas y la ventana al lado vuestro, si bien reforzada. Su marca había sido hecha justo por el costado de la oreja y encima, cubierta por su pelo, una costra inflectiva o adentrada de quemadura, leve, pero aún así, dejándote ver lo que entonces decidió su sire, o su sire con ella.- Será en la nuca donde nadie la verá por tu pelo... Y será por fuerza. ¡Quiero ver lo que tienes, Ao!

Atravesó entonces, acercándose tal como pensaste en nada, reduciendo la distancia a nada con un estilo semejante al de un manga y anime que viste cuando niña y quizá te inspiró a tomar la espada al menos con la efusividad que sentías por dicha como humana, Hajime Saito de Rurouni Kenshin. Misma forma de sujetar el arma y de penetrar hacia adelante sin piedad, lo cual podía ser Freudiano si lo pensamos, pero estamos en Japón (todavía), así que mejor dejar eso de lado. Antes que la espada llegase a tí reaccionaste con presteza y destreza, evadiéndola hacia atrás más por reflejo que nada, producido por ese miedo a la muerte previo y agitando el arma hacia el lado, aún entre estar arrodillada y pensando en levantarte, entre desobedecer y mostrar de lo que estabas hecho. Francamente, ya habían cosas que sí que llamaban a tu bestia. Podías oírla susurrar a lo lejos en tu interior.

Y sin embargo, podías contenerte, si bien no pudiste evitar genuflectar, pero en reversa, en vez de hacia abajo, hacia arriba desde una pose arrodillada, léase, alzar una rodilla con el pie en el piso, mostrando ese actuar desafiante que Svetlana te pedía, el mismo actuar desafiante de los viejos LaSombras contra su tirano personal, el monstruo aquel con el poder de un dios al que vencieron. Svetlana sonrió entonces y atacó de nuevo, ahora en un corte de medialuna, y entonces reaccionaste, poniendo tu katana en posición vertical con gran rapidez y haciendo un leve giro del filo para apartar de nuevo el arma de tu ex-domitora, sire, amante y maestra, todo en una. Terminaste por casi pararte, medio flectadas tus rodillas, mirándola, cada vez sonriendo más, ahora ella sacando sus propios colmillos completos quizá por el éxtasis.

Al pasar para el lado, aprovechó entonces y volvió a atacar, pero por abajo, haciendo un corte ascendente que claramente cortaría tu hombro o quizá, incluso, pasando por dicho falsamente para ir a la parte baja de tu oreja y darte una marca como la suya. ¿No sería eso un honor? Tu cuerpo sin embargo, se movía solo. Pasaste de tu pose vertical hacia arriba a bajarla rápidamente y dejarla de nuevo vertical pero junto a tí, como un escudo lineal. Aún si bloqueaste el corte, su fuerza era inmensamente superior, pasando el arma a llevar y cortando hacia arriba, empujándote. Todo este rato te estaba empujando, sin embargo tu técnica, pulida por años, desde que tenías unos 10 o 12, quizá menos hasta hoy, tras meses de haber dejado esta aptitud en sopor posterior a tu conversión vampírica en donde antes hacías kendou solo por práctica y ejercicio (el cual ya no podías explotar por sus beneficios como no-muerta) se manifestaba, en desobediencia hacia la que amabas. ¡Tragedia gratuita!

- ¡NADA MAL, AO!

Exclamó. Sentías que ella misma combatía el frenesí, su propia bestia interna, pero lo controlaba en aquella habitación oscura. Apuntó de nuevo con la espada en frontal, como una única línea lista para estocarte y entonces era: Sentías algo, la oscuridad del cuarto, como si fuese contigo, además de aquella sensación de adrenalina apagada por combatir. Tenías algo así como una idea: Svetlana quería que lograses 'vencerla' en un combate haciendo que te lograra poner la punta ardiente y que cada vez iba perdiendo ardor, en la nuca, tal cual, para que así ambas ganaran. Te estaba acorralando contra la pared más profunda de la habitación de conferencias central, mientras te respondía lo que preguntabas, todo durante la tensión del combate.

- Tienes opciones: O les dejas una buena dosis de tu vitae, que no es igual que dársela directamente y confías además en tus padres, que son tus Ghouls al igual... O te las llevas a ambas dejándole tu imperio nascente a dichos... O eliges a una y dejas a la otra. Yo iré contigo, por supuesto.

Declaró entonces, ya teniéndote ahí, ante el último corte, o en tu cara/alrededores o en tu nuca, si sabías moverte y de alguna forma superarla. ¿Y si le ganabas tal cual y te cortabas a tí misma en la nuca? Era otra opción, realmente. "Tenías opciones", dijo ella. La situación se ponía difícil pero a la vez veías la, irónicamente, luz, aun sintiéndote envuelta en sombras.

¿Qué hacer?

- Tiradas (1)

Motivo: Autocontrol

Dificultad: 7

Tirada (3 dados): 5, 9, 9

Éxitos: 2

Notas de juego

No te hecho tirar por combate porque esto es literalmente una cinemática de combate de Resident Evil.¡Aprieta L+R, rápido!

Y como tal, esa es tu dicotomía, le queda poco fuego a la punta de la katana y tienes que de alguna forma forzarla para a su vez obedecerla desafiantemente (¡¡¡!!!) y conseguir que no te marquen feamente la cara directamente. Si se acaba el fuego, adiós Sabbat, o al menos oficialidad en el mismo.

¿Qué más? Dudas en ya sabes. Filo Sangriento o post A Director en el Eliséo/Oásis.

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15/02/2018, 13:25
Aoko Tozaki

Las palabras de su amada respecto a su potencia, a la actitud que había demostrado aquella vez, hizo que la vampiresa la mirara embelesada por un momento, demasiado feliz ante el hecho de que Svetlana estuviera reconociendo que no había estado mal durante aquella pelea, a pesar del hecho de que al final le hubieran dado una paliza. ¿Ella quería verla así de nuevo? ¿Luego de lo que le había costado entrenar su voluntad para resistir esa clase de acciones impulsivas? Si lo deseaba... tendría que mostrárselo, no podía negarse a ello... la idea de complacer a su Sire, era demasiado tentadora.

- Si eso quieres, Lana... - Lo peor de todo era que estaba usando la katana de Riku, sin lugar a dudas, además del hecho de que ella era más poderosa y capaz que Aoko. Sabía que no podía plantarle cara lo suficiente, que recibiría la golpiza de su vida, pero a la vez su amada quería que le demostrara su capacidad, ese fervor que llevaba dentro, aunque a la japonesa le costara la idea de que pelear contra la persona que más amaba, con la cual más se había obsesionado.  Estaba segura que si Svetlana lo deseaba, aquello terminaría con rapidez, que ésta estaba jugando con ella, deseando verla en acción.

- En la nuca entonces... - Asintió mientras se preparaba para una pelea que no hacía más que despertar un escalofrió en todo su cuerpo, ante la idea de tener que combatir con su Sire. Para Svetlana no era más que un juego, pero para Aoko, si no se lo tomaba en serio, sería mucho más, en especial si quería hacer que la marcara en la nuca y no en el rostro, algo de prioridad para la mujer ya que no deseaba que arruinaran la belleza que tanto cuidaba para su amante. Su Sire podía manipular las sombras, y sin duda su capacidad fisica era superior a ella, mientras que Aoko, debido a su naturaleza, prefería la manipulación, algo que en ese caso era difícil de utilizar. Tendría que hacer uso de su habilidad con la espada, que no era menor pero... en comparación con su querida Svetlana, quedaba bastante atrás.

A pesar de que estaba jugando, su amante se ponía a su nivel, atacando de una manera exhaustiva, sin descanso alguno, obligando a Aoko a ir al límite para poder repeler sus ataques y evitar que Svetlana la marcara con la katana sobre su rostro, o le hiciera algo peor. No podía negarlo, el combate la excitaba de sobremanera, llamando a la Bestia en ella, la cual gritaba dentro guiada por el instinto de supervivencia y el temor al fuego. Por cada ataque que repelía, otros le seguían, no deseando darle un momento para descansar, obligando a la vampiresa a mantenerse atenta cada vez que evadía o bloqueaba un corte del arma de su amada.

- Las llevaré a ambas y les dejaré una buena dosis de vitae a mis padres. Alguien tiene que hacerse cargo mientras no estoy y mis pequeñas no podrán estar sin mí. - Respondió en un momento de respiro mientras volvía a enfocar su atención en el combate, justo en el momento en el que Svetlana volvía a abalanzarse sobre ella. Tenía que aprovechar la oportunidad, la información de que su amada la acompañaría la alegró demasiado, al punto de motivarla a terminar con aquello cuanto antes ya que no deseaba que la llama en la punta de la katana se extinguiera. Tenía que ser parte del Sabbat, de lo contrario no estaría unida por completo a su querida Svetlana.

No podía ganarle, lo sabía, su maestra era más fuerte que ella, pero si podía desarmarla, eso requería únicamente de técnica, algo que había aprendido más que bien. Sólo debía desarmarla, quedarse con su arma y realizarse la marca ella misma. Por lo que, cuando su Sire volvió a avanzar hacia ella, la vampiresa se desplazó hacia un costado, no tardando en aferrarse con fuerza a su arma, realizando un ligero contacto de un lado al otro con la hoja de su oponente, como una especie de danza de filos, una técnica usada por muchos kendokas para desarmar a su oponente con el uso de su shinai. Si se hacía con destreza, eras capaz de quitarle el arma de las manos a tu contrincante, algo que en ese momento Aoko logró hacer, al aprovechar el momento de descuido de su Sire, no dudando en tomar con rapidez el arma por la hoja, cortándose levemente la mano pero no deteniéndose hasta que la punta en rojo hubiera marcado su nuca. El ritual de iniciación había sido realizado, en teoría debería de ser parte del Sabbat con aquello y había evitado que le marcaran su bello rostro. Sólo esperaba que su amada no estuviera muy disgustada. No había forma de que Aoko la derrotara de otra manera.

- Lana... sabes que soy tuya, por siempre. - Dijo, luego de haber tirado a un costado la katana, arrodillándose frente a ella y demostrando que no sólo era su amante, sino que era su pequeña, aquella que la seguiría a donde fuera necesario, a pesar de que tuviera que sacrificar muchas cosas para ello. Si podía evitar que le marcaran su rostro lo haría, pero eso no quería decir que no lo hubiera aceptado si no había opción alguna. Su Sire se lo había permitido, pero si no lo hubiera hecho, Aoko habría simplemente asentido.

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07/03/2018, 20:57

Tenías razón, ciertamente, en que esto era difícil, por no decir un desafío a superar perfectamente imposible o al menos cercano a serlo. Tus movimientos fueron precisos, fantásticos, y sin embargo claramente llevados al límite, claramente torpes, claramente incomparables con los de aquella que, quizá no jugando contigo como creías, si que estaba aplicando máximo impulso y mínima técnica, porque de haberlo deseado y haber agregado su Obtenebración, la Disciplina Vampírica vuestra que comanda y apela a la presencia de las tinieblas mismas, te habría estocado a muerte en un único movimiento o unos pocos, tal cual, lo cual ya sabes, redundantemente quizá. ¿Era una prueba de fe? ¿Una burla cruel como decía la regla no escrita y no definida de "hacer la vida imposible a sus chiquillos" entre los LaSombra, vuestro Clan de los Guardianes? No sabías, pero aún así te movías, evadiendo justo y sintiendo el peso de cada impacto como un atropello de auto, haciéndote dar paso tras paso hacia atrás, más y más, cada vez más, hasta quedar en el fondo, en la parte más profunda del gran salón de conferencias de la empresa/residencia/mansión, al lado de la mesa, la ventana y la esquina de la habitación.

Tu instinto actuó entonces. No eras un ser noble, no eras una princesa y ni siquiera eras del todo un guerrero o un samurai, pero sí eras o fuiste algo alguna vez, algo que descartabas a pesar de anhelar control sobre dicho y sobre los que lo compartían contigo: Humana. Una persona humana, llena de emociones, debilidades, flaquezas así como talento, ego inagotable y un potencial para evolucionar teóricamente ilimitado. Aún con eso que ya no existía como una flama en tu alma, pudiste tomar agarre de dicho, en un instante, en un momento quizá de luz, irónico para un Maldito por Caín y doblemente irónico para uno de los de tu estirpe particular entre los hijos y descendientes del mencionado y legendario. En un acto de referencia, reverencia y quizá reiteración, muy como los Guardianes negaron y destruyeron a su originador, tú misma lograste vencer a la tuya propia, simbólica, literalmente.

Svetlana se aterró entonces y por segundos lo viste. Movió sus sombras que todo el tiempo estuvieron atrás y a distancia, al mismo tiempo notando que no podría mover la espada cuando la hiciste chocar con la tuya, en una especie de "derrape mutuo" con ambos filos, haciendo entonces la moción peligrosa, el caos del peligro que causó que la poderosa vampira del Sabbat abriese sus ojos de pleno entonces. ¿Qué ocurrió en ese segmento de segundo? Al parecer pareció mover su brazo para cubrirse, pero no alcanzó, ya que ya habías tomado su espada entonces, clavándote la nuca hacia y desde atrás, con el último resto de ámbar caliente en la nuca. Joder, dolía, mucho, pero era lo justo para dejar la marca necesaria y hacerte un miembro. Al arrojar tu propia espada a un lado, quedando esta encima de la gran mesa y luego cayendo para quedar medio atascada en una de las sillas y todo, pudiste hallarte a tí misma en gran cansancio.

- ¿Ken Nage falso y después un Shinken Shiraha? ¡Pfff-....! ¡Pfft! -Trató de reír pero no pudo, estaba cansada igual, además parecía ver algo más ante aquella tenue luz que el cielo sin sol mostraba, aquel cielo con una única Luna, gorda, inmensa y omnipresente para los malditos, un cielo quizá sin estrellas, o con estas demasiado lejos.- Asombroso. Mi niña, no hice mal en elegirte, ni por si acaso. ¡Ja!

Aplaudió entonces cuando tú por tu cuenta podías verlo. Las sombras de Svetlana habían sido retenidas hacia atrás por algo, en ese instante en que pareció temer cuando ibas a ejecutar la técnica que te sonaba de algo. "Ken Nage", el arte samurai-ninja de arrojar tu katana al pecho del enemigo cuando no quedaba más, una técnica usualmente fatal, o para el usuario o para el receptor, por fuerte que fuese. Y luego el clásico Shinken-Shira de una sola mano para desarmarla, haciéndote sangrar la mano izquierda. Algo más sucedía, sin embargo... Tú, léase, tú, Aoko Tozaki o Tozaki Aoko si lo poníamos en la nomenclatura de este país en el que aún estabas, parecías mover sombras. Aquellas sombras pequeñas, leves, casi unidimensionales, como tiras y líneas oscuras dibujadas en el entorno y desplazadas desde las sombras ya existentes en la realidad de aquel cuarto... Danzaban. Danzaban porque tú las hiciste danzar en aquel momento de shock, parando las sombras de tu maestra, creadora y amada. Sí, así es, la habías aprendido al fin, aquella Disciplina.

- Omedetto, Ao.

Aplaudó y luego se acercó a besarte, apasionadamente, en la boca, como humanos. No tenías una idea clara aún siendo su chiquilla de su edad real, si bien por lo que sospechabas, superaba con creces los 100 años completos, y si no sabías era porque nunca habías preguntado, por respeto, por ende pensando en desde cuando Lana ha dejado de ser, tal cual, humana, a diferencia de tí y tu juventud extrema, aún con tu talento, como ella insiste, como ella ha demostrado ahora, esta noche exacta. Su beso dura unos sólidos diez minutos a lo que luego te da uno más potente, es decir, un Beso Vampírico, el cual por la obviedad de su efecto sobre mortales o no, y sumado a tus sentimientos, te hace sentir un placer absurdo, como el que le diste a tus niñas antes, prácticamente "muriendo" ahí y entonces, bien rico, de rodillas. Svetlana se relame habiendo sacado algo de tu Vitae pero insuficiente para ser una cantidad desgastadora y se relame (hubiedo lamido igual tu herida) para entonces proferir, seria. Su profesionalismo era algo impecable, una de las cosas que más admirabas junto con su elegancia y, bueno, mil cosas más.

- Ahora en teoría deberías proferir o haber proferido tu lealtad al Sabbat mientras eras marcada, por mí. Pero... También se pueden hacer misiones y labores como pruebas, para completar el Rito. Aquí entran estos zopencos. Cuando te recuperes y asimiles el asunto, ven.

Así, pudiste ver como tus sombras se movían locas, caóticas, como esperando órdenes aunque era más bien el acto de mover la oscuridad casi al azar, de poner orden donde no lo hay o más bien, de crear caos en donde solo existe estático orden, porque si la luz se mueve a gran velocidad, la oscuridad está ahí, siempre, en todas partes, en la noche, en el espacio, en la vida y la muerte. Parpadeando, pudiste alzarte apenas, desactivando quizá por puro cansancio la Obtenebración (si somos algo vulgares y nos damos ese permiso para no tener que decirle "la disciplina que apela a la presencia y toma regencia sobre las tinieblas" a cada rato) y pudiendo pasar a ver, ya en la parte frontal de la gran mesa de conferencias a los cinco, con sus archivos.

- Aquí están, Ao. -Svetlana entonces presionó el control remoto para prender una de las luces, apenas, suficiente para poder enfocar ahí, encima de los cinco, cada uno separado.- Toma.

Te pasó tu espada (la que ella estaba usando) con su funda aparte y a su vez mandó a una de sus sombras a que trajeran la espada de Riku desde donde quedó antes, igual con su funda aparte para que poder pasársela después. Con eso, pudiste ver con mejor claridad y sin excesiva luz a los cinco.

- ¿Por donde empiezo? Ufff... Todos son o peligrosos, o poderosos o una molestia en extremo, o todas las anteriores. Partamos por este.

Te mostró la imagen de un chiquillo, vendado con el brazo y una cara de odioso y apático que poco parecía poder quitarle. Su nombre real sale como "Mihai Razvan" mientras aparece con varios nombres falsos, el primero y principal "Joshua Alin". Miembro del rumoreado Clan de los Gitanos y Charlatanes, un Ravnos. Un jodido Ravnos como el primero de todos. La cosa iba mal si el grupito era así. Svetlana explicó un poco.

- Mihai es un caso peculiar. Abrazado en condiciones crueles y convertido a la crueldad de esa... Esa cosa que llaman Senda Moral que practican los de su estirpe, grotesco. -Hizo un gesto de molestia y casi asco. ¿Qué ideología podía causar esto en Lana de todas las personas?- Peligroso, maneja "esa" Disciplina bastante bien, nunca sabes si estás o no hablando con él o con alguna imagen suya o de lo que se cree, podría ser su mentor o padre. Viaja acompañado, de humanos, pero tiene al menos una sierva, Ghoul, tan poderosa como Riku, quizá más, centenaria o al menos decenaria.

Siguiente entonces. Lo apuntó como una profesora. Te la imaginaste como una maestra o sensei sexy y... ¡No, Aoko, fuera, impulsos de idiotez eróticos! ¡Calma mental! Lograste calmarte y la siguiente de estas bestias objetivo era nominada. Una chica, se veía joven, como tú, en aspecto claro. Su nombre ponía "Primela" a secas. A veces "Primela Thessius" o "Primela Tesías", pero su apellido verdadero suponías estaba perdido en el tiempo o borrado, tal cual.

- Parecerá débil pero Primela tiene un talento de la reputa hostia, como tú, es de esas que parten lento y luego explotan, vamos. -Te lo dijo con cariño.- Además, aún si la puedas pillar por abajo o atrás, su Sire... No, él no es alguien que puedas enfrentar ni por si acaso y no dudará en destriparte o peor. Además, a ese lo tengo yo reservado. -Sus ojos mostraron casi rabia. Ahí en el documento salía: "Norman Thessius" y una foto de un tipejo con cara de profe universitario, apático, pelo corto desordenado y dos manchas o cicatrices rojas en la cara como medialunas.- Clan Tremere. "Hasta el más débil de los leones sigue siendo un león como hasta la serpiente más torpe sigue siendo venenosa". Siguiente.

Nada más. Ahí estaba el siguiente caso, otra mujer, una mujer cuya sola cara ya era suficiente para causar ciertas... ¿Nauseas? O al menos, eso sería al momento de leer el bendito informe. Su nombre pone simplemente "Erzsebet" a secas. "Erzsebet Villdolid", en teoría, si bien ese apellido nunca fue registrado debidamente para ella. Muchas fotos adjuntas hay de... Sucesos, sucesos que revuelcan un poco el estómago, a tí al menos. ¿Qué rayos?

- Erzsebet, Malkavian o del Clan de los Lunáticos. Siguiendo todo esterotipo, está tan chiflada y como una jodida cabra como podría ser astuta a más no poder, sobreviviendo aún con, bueno, eso que ves en las fotos. -Apuntó a una de las muchas fotos. Su carne parecía tener restos, marcas, como una zombie andante y partes salidas, no putrefactas, sino secas, pero sí, vamos, horrorosa.- Al parecer busca algo o a alguien y está del todo mal vista por la Camarilla, es algo que podrías explotar pero yo no te recomendaría acercártele. Además por mucho que sea de esa estirpe, tiene buena aptitud física, pasará por alto tus ataques y te pillará por sorpresa. Cautela.

No estabas segura de qué esperar ya con estas tres bestias y las siguientes, o al menos eso creías, porque el siguiente que vino, esperablemente, superaba toda expectativa. Un... Oh joder. Para comenzar, tenía una máscara horrenda y algo estúpida, pero no menos horrenda. Pelo largo, expresión de: "Te voy a entrampar unas 200 veces antes de entramparte de nuevo y luego hacer que mis trampas te conviertan en trozos varios", tal cual. "Itan-Sha", sin más.

- Itan-Sha el Traidor, redundante, un Assamita o Asesino. Ni tengo que decir que es... ¿Peligroso, no? Este cabrón osó traicionar a su clan, a esos. ¿Te haces una idea, supongo? Claro que sí, mi niña. -Te frotó el pelo cariñosamente al decirte esto a pesar de la burrada que estaban tratando.- Pero a cambio, este cabrón es perseguido por todo. Tengo entendido que su modus operandi es el de esconderse, usar vampiros de Camarilla o Sabbat como "amigos" para que le sirvan de murallas cuando vienen los otros Assamita a buscarle, siempre está en fuga y eso le debilita. Sin sus trampas ninjas y otros trucos sigue siendo poderoso, pero es confiado.

Además salen sus posibles nombres. "Hisashi", "Hiroshi" "Hi-X", se teoriza igual en el documento que es aparte de un nómade parcial (de esos que va, se queda un largo tiempo en un área, luego cambia, sin ser nómade del todo pero tampoco estático o sedentario) japonés, como tú.

Y por último el quinto elemento, el que hace a Svetlana frotar su ceño, por sobre el tabique de la nariz y sus ojos, como pensando: "Ok, Svetlana, cómo carajo le explicas a tu pequeña que debe ir por esta cosa sobre esta cosa... Pues vamos, tal cual" y entonces hablando tras 'tomar aire', al menos gestualmente.

- Y luego está esta cosa. Nombre desconocido, generación desconocida, clan... Teorizado, pero desconocido. Solo se sabe una cosa: Se encuentra atascado producto de, posiblemente Diablerie producto del primero, Mihai. ¿Perdió? ¿Ganó? ¿Se atascó usando Auspex o algún otro poder?

Efectivamente, "¿?" es eso, es una masa. No hay foto de él, no hay nada excepto nombres teóricos. "Max" es lo que más se ha dicho pero es solo una mención lejana. Hasta cierto punto llega la habilidad de hacer la taréa con un algo que prácticamente no existe. Sin embargo, hay cosas, que salen en el documento y Svetlana agrega:

- Tiene poderes psíquicos, existe. En teoría, si Mihai muere o es puesto en Torpor o Letargo, esa cosa o saldrá o quedará atrapado para siempre. Francamente, es el peor de los casos, el menos amenazador y el más, en donde tenemos a Señor Assamita Traidor o Señorita Masacradora Malkavian, tal cual. Acepto tus sugerencias o preguntas, sobre él o eso y sobre todos. Tendrás que ir al menos a por uno cuando lleguemos a Occidente.

Aguardó entonces. Sus palabras daban a entender que todo debería estar prácticamente listo, pero te daría una pausa para poder ir haciendo briefing y poder ver o tratar qué rayos hacer contra cada uno de estos sujetos, uno tras otro o todos a la vez. ¿Cómo los amistarías? ¿Cómo los traicionarías? ¿Cómo los destruirías? Svetlana sin embargo, aún cruzada de brazos, agregó algo más, que quería que quedara claro.

- Japón es... Se ha vuelto un lugar raro y complejo. No lo has visto porque has sido humana hasta hace poco, pero por lo general, no es un lugar donde prolifere nuestra estirpe, no solo la de nosotras, sino la Cainita en general. Por eso te hago hacer esto, en Occidente es donde podrás probar tus habilidades como conquistadora. Porque confío en tí es que te pongo a prueba, mi bebé.

Acarició tu pelo de nuevo, sonriendo, maligna, pero amorosa. Maldad amorosa.

Y luego pausa de nuevo mientras piensas en estos molestos colosos a los cuales botar uno por uno.

Notas de juego

Obtienes Obtenebración en 1, completa, sin peros ni nada. Felicidades.

Obtienes Potencia en 1, pero es un punto fantasma. Cuenta a toda regla en tiradas de la manera normal que haría Potencia pero es como si estuviese cruzada encima como si fuese un daño letal o algo, no es un punto completo pero podrías comprarlo después con EXP por menos puntos si gustas. Lo has ganado por el combate con Lana al igual que la Obtenebración que más bien desbloqueaste en dicho caso.

Falta otro bono más pero por el momento lo dejo así, después que trates el asunto de tus adorables objetivos, has hecho bien.

Mucha suerte con estos bestiajos xDDDDDDDDDDD.

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08/03/2018, 13:51
Aoko Tozaki

Aoko observó fascinada lo que había logrado hacer en ese momento en el que se había marcado a si misma. No podía creerlo. Aquello que había retenido a su Sire, habían sido su propia manipulación de las sombras... ¡Lo había logrado! Era increíble aquella sensación de poder, el hecho de haber podido utilizar, al menos en cierta medida, el mismo poder que su amada. Era algo que la unía a ella, algo más que tenían en común, de lo que podía sentirse orgullosa. La vampiresa simplemente permaneció con una gran sonrisa, mostrando sus colmillos, invadida por la felicidad de haber logrado manipular las sombras, algo que siempre había pensado que jamás lograría, que sería completamente diferente a Svetlana en ese aspecto.

Había quedado tan impactada por aquello que cuando su Sire se acercó a ella y le obsequió aquel hermoso beso en la boca, Aoko abrió los ojos sorprendida, no tardando demasiado en sumergirse en aquella muestra de...¿amor? No lo sabía, pero el mero hecho de que la hubiera besado ya era demasiado para ella, dedicándole un abrazo cariñoso, como si deseara tenerla a su lado para siempre y no dejarla ir a ninguna parte, mientras disfrutaba la unión de sus labios, una hermosa recompensa por su éxito en la Obtenebración. Para ella, el momento del beso duró muy poco, principalmente porque había permanecido completamente embelesada perdiendo por completo la noción del tiempo y simplemente dejandose llevar por la pasión de aquel instante tan hermoso. Tendría que mejorar su nuevo poder si es que quería más besos asi... y lo mejor aún estaba por llegar.

Cuando su amada decidió besarla de esa forma, la felicidad se apoderó de la joven vampiresa, acompañada por el placer, uno tan delicioso, tan... extremo, que eliminó toda razón de la mente de Aoko, quien simplemente se dejó arrastrar por semejante oleada de sensaciones placenteras que provocaron que se derrumbaran de rodillas sobre el suelo, demasiado extasiada como para hacer otra cosa que dejarse dominar por tanta delicia en aquello. Sus manos acariciaron el precioso cabello de Svetlana mientras su mirada se perdía en aquella pasión vampirica que tanto podía con ella. Cuando su Sire terminó, relamiendo de una manera que hubiera hecho que el corazón de la vampiresa se reanimara, Aoko intentó prestar atención a lo que ésta tenía para decirle, si bien le costaba demasiado contener aquel deseo de más, de que su amada hiciera lo que deseara con su cuerpo y ella poder hacer lo mismo con su querida Lana.

- Mi lealtad es a ti, Lana, y si sigues al Sabbat, yo también les seguiré. - Aseguró aún un tanto perdida en aquel placer que se mantenía en su memoria y el cansancio de mantener su poder sobre las sombras. Como pudo, se levantó, deshaciendo aquella manipulación y recuperándose de aquel hermoso beso que su amada le había dedicado en recompensa por su gran esfuerzo. No tenía mucho interes en los idiotas que serían parte de su objetivo durante aquella misión pero sabía que debía prestar atención a la información más que importante que su Sire le ofrecería. Además, cada palabra de Svetlana era de gran importancia para ella, por lo que no insultaría su esfuerzo por explicarle sobre sus objetivos.

Su Sire tenía razón, al menos en la parte de que la mayoría parecía una molestia. No sabía si realmente eran más peligrosos que su amada, o que ella, pero a medida que iba escuchando la "presentación" de cada uno de sus objetivos, Aoko no pudo evitar pensar que había un par que eran completamente desagradables, uno porque era un Ravnos, otros porque simplemente eran desagradables en cuanto a apariencia, y la vampiresa habría preferido no tratar con ellos en lo posible. Al menos no con la Malkavian que era... horrible, una abominación con todas esas cicatrices algunas más frescas que otras, despertando una expresión de asco en la japonesa que sin duda prefería dejar a esa para lo último, junto con la otra cosa que casi todo era desconocido. En cambio... la Tremere... no parecía un mal objetivo, a pesar de que Svetlana le hubiera advertido sobre la misma. Su amada se encargaría del Sire de Primela, y Aoko podría hacerse cargo de ésta, no necesariamente matándola... tal vez podría convertirla a su bando con su encanto o ganándose su apoyo de otra manera. El resto... tendría que ver qué hacía con ellos... el Assamita probablemente tendría que morir, demasiado problemático para ambos bandos y ninguno lo quería en sus filas. La malkavian... estaba claro que no intentaría seducirla, le daba demasiado asco, aunque eso no quería decir que no pudiera persuadirla de unirse a ella, si no era demasiado fiel a la Camarilla, claro. Mihai y la cosa desconocida... desagradables por completo, lo mejor sería que también tuvieran la muerte final.

- Comenzaré por la Tremere... Primela, mi hermosa Lana. Parece... interesante, y me gustaría ponerla en contra de su Sire. ¿Sabes algo más sobre ella? - Preguntó con cierta curiosidad por aquella vampiresa. Sería interesante si podía agregarla a su "colección" de amantes. Nadie superaba a su querida Svetlana quien era su verdadero amor y siempre lo sería, pero le gustaba coleccionar de esa manera con el uso de sus encantos. Tal vez no podría ganarle en un combate pero si podría hacerlo con su atractivo y sus dulces palabras. De lo contrario, tendría que pensar en un destino más horrible para la Tremere, pero eso habría sido su culpa y no la de Aoko. Para el resto tendría que pensar mejor qué haría, pero eso siempre podía esperar. Por el momento iría ganándose el agrado de los mismos, poco a poco, buscando debilidades de estos bajo aquella máscara de la amistad, destruyendo la guardia de los mismos y viendo por dónde podía atacarles o convencerles de unirse a su bando. Así era como siempre jugaba Aoko.

- Lana... amo que confíes en mí... no te decepcionaré. Quiero ser lo mejor para ti, quiero que continúes amándome por siempre. - Se acercó a ella con una mirada embelesada que decía cuánto la amaba, si es que era amor o simple obsesión, de cualquier manera, la quería con ella por siempre, anhelaba su cercanía, su ser, su cuerpo, su todo. Al acercarse lo suficiente la abrazó con dulzura, acariciando su cuerpo con sus manos con total delicadeza en el momento en el que su lengua se deslizaba a lo largo de su cuello, deseando probar el sabor de su hermosa piel. Haría todo por ella. Si tenía que encargarse de aquellos idiotas, lo haría con gusto, a pesar de que tuviera que dejar Japón por el momento.

- Vayamos a Occidente con mis pequeñas. Primero la Tremere, luego el resto. Algunos son demasiado molestos y tendrán que morir, lo más probable. - Aseguró con un tono decidido mientras continuaba disfrutando de aquella cercanía que tanto la hipnotizaba como un insecto a la trampa de luz. No podía evitarlo, era tan hermosa, tan atractiva... tan especial.

Notas de juego

Genial!!

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16/03/2018, 06:50
Svetlana Kozlov

Ante tus palabras, Svetlana atendió entonces, finalmente oyendo tu declaración, frotando su mentón y poco a poco empezando a sonreír, más y más y más, mostrando entonces sus colmillos por reflejo, haciéndolos ver como los tuyos en un acto quizá involuntario o no a lo que entonces exaltó su expresión por completo estallando en aquella fascinación que declararía producto de tu juicio.

- ¡Nada mal! ¡No esperaba menos de mi chiquilla! -Justo entonces, logró tapar su boca con sus dedos índice y corazón, impidiéndose a sí misma de mostrar una expresión en un punto más álgido y absoluto frente tuyo, volviendo y calmándose, recuperando su elegancia y su belleza, su postura, su nobleza que te gustaba tanto.- Optaste por la mejor y peor opción de todas. Mejor antes que tarde, de todos modos, prefiero emboscarle que él a mí.

Se estiró entonces, tronando sus brazos, sorprendiéndose cuando la abrazaste. Como sus brazos quedaron arriba estaba vulnerable, curiosamente, la misma entidad que antes te arrinconó y forzó a romper tus límites malditos. Comenzaste a sobarla y lamerle el cuello, dándole incluso un quasi-mordisco/beso vampírico de tu propia cosecha sobre su terreno de piel fria y sembrable por tu lascivia, ante lo cual gimió, excusándose a posterior.

- ¡Ah~! Oye, oye, para, venga, si empezamos ahora no paramos y lo sabes, el vuelo está programado, tienes que tomar todo lo que puedas para irte en algunas horas... ¡Ao!

Parecía suplicante, indefensa entonces, a lo que entonces acarició la parte superior de tu cabeza, tu cabello cuando declaraste por fin tus intenciones entonces, mostrándose confiada de nuevo. Pareció de nuevo pensar como al comienzo y además suspirar ante tu declaración final, asintiendo de manera concordante.

- Sí, francamente, el asesino y la entidad al menos no son sostenibles, diría que la lunática tampoco, pero no lo sé. -Miró el expediente de Primela y de Mihai.- Nunca se hace tratos con un paria, fin del asunto, y sobre la restante...

Se acercó entonces, separando los informes o partes de estos, ya que una parte de este correspondía al sire de Primela, Norman Thessius, el sujeto de aspecto de mediana edad, pelo corto pero no demasiado, lentes y lo que eran dos marcas como medialunas rojas, como heridas sobre su cara, una y luego otra, separadas pero impresas fijamente. Te pasó el segmento frontal, de Primela y se quedó mirando el de él, apoyando su pronunciado culo sobre la mesa donde estaban los cinco sujetos sacrificiales, contemplando al sujeto este en particular con ojos afilados, una mirada fija y luego pensativa. En aquella cómoda oscuridad con la cual ahora eras más familiar y las mínimas luces necesarias, ocurría la discusión breve, contra tiempo y sin embargo, relajada a pesar, fluida.

- Nos intentará tender una trampa. Algo o alguien le hará saber que venimos, lo sabrá, lo sentirá, quizá ya estaba preparado, ya sabes como le dicen los americanos: Bullshit. -Pronunció con despectivo énfasis y siguió entonces.- Considerando esto... Tenemos un equipo de dos contra un equipo de dos de, crudamente estimadas, capacidades semejantes por lado. Un maestro, su discípula, otra maestra, su discípula.

Tu informe mencionaba otros detalles. Su principal habilidad es una cosa que manejan los Tremere, esta magia rara suya, pero una habilidad heterodoxa, la vía mística simplemente apodada "Conjuración", en donde ella puede crear virtualmente cualquier cosa de la nada con cierta permanencia en el tiempo en tiempo real o rápido. Norman la ha estado entrenando por décadas para esto, en aptitudes y conocimiento científico. Aparte de esto, sus poderes son los de cualquier otro del clan de los hechiceros, la habilidad para doblegar a otros que era tu maestría o casi maestría absoluta y la habilidad para percibir y detectar el entorno. Aquí también menciona que Norman la ha maltratado y torturado de formas múltiples y "creativas" por las varias décadas estimadas que ella ha sido un vástago para 'potenciarla mejor', según, posiblemente, él mismo. Svetlana observa entonces mientras lee su parte, mostrando leve contrariedad.

- No tengo ninguna idea real de cómo enfrentar a este monstruo, no sin esperarme un trago amargo. -Pausó.- ¿Y si puedo forzar a que haga algo por la chiquilla? No, él podría entregarla o farolear. ¿Qué crées tú, has visto algo más que se haya pasado por alto?

Hay una cosa más, sí. Norman maneja y ha manejado sin fallo, casi cual reloj, a su "niña" entre lo que sería exclusivamente la ciudad de Nueva York y la provincia-estado de Navarra, en España. Toda instancia en que ha tenido que sacarla o salir por razón forzosa ha sido mediante extrema vigilancia, movimientos rápidos y/o la posibilidad de no hacerlo en absoluto, sin soltarle la llave ni una sola vez en todo este tiempo. No solo no te imaginas lo que debe sentirse, sino que te da una idea... ¿Y si hay un pequeño crack, una fisura microscópica que se le pueda pasar? Alguien con planes capaces de anticipar lo que sea, como dice Lana, debe ser alguien que no aguanta sorpresas, un neurótico de clase A, no, clase S. Además, aquí el informe concluye con, citado: "Se teoriza que ha estado moviendo piezas alrededor y es posible que tenga nuevos planes para la chiquilla".

- Si me tiro de cara contra él ten por seguro que moriré, o le mataré a un gran precio. -Declaró, ahora el silencio, las tinieblas y el claroscuro con tendencia al oscuro acompañándolas a ambas, nada más, dando un efecto extra-siniestro.- Si no hay nada, pues no puedo pedirle más frutos a lo que no los da. Venga, dame eso.

Así, dejó los papeles suyos con la info de Norman más al fondo y se acercó para tomar los tuyos que eran los frontales (total, el informe es de Primela como base) y entonces sentiste la necesidad. ¡Tenías que poder pensar en algo! ¡Algo! ¿Cómo vencer lo invencible! ¿Donde? ¿Qué? ¿Acaso optaste mal? ¿Acaso Svetlana no confiaba en tí a pesar de todo? ¡No, impensable! ¡Si fuese así sería peor que ser destripada por ese monstruo neurótico! ¡Algo debía haber! En esos segundos y segmentos de segundos tu mente actuó. Y se esforzó.

Al momento exacto en que Kozlov colocó los documentos de tu mano y los posicionó en cámara lenta sobre los otros para volver a completar el archivo original y dejarlo en su carpeta, llegó a tu mente al ver los últimos rastros de valores. Palabras clave que vinieron a tu mente como un flash lógico, no como una detective, no como una asesina ni una espía secreta, sino como lo que eras, una princesa y sobretodo, una mujer de alta clase y de negocios. ¡Ahí estaba! Todo medido, todo bajo llave, Primela en constante vigilancia y con la correa al máximo, ningún exceso, nada de nada, movimientos precisos, neurosis... Para él había algo que o no manejaba tan bien como podría, o descuidaba y dejaba fingir que no era problema para él o directamente era su punto débil en secreto...

¡Plata!

Su manejo económico, sus movimientos sociales. Fijo que él debe carecer igualmente de, por su perfil, alguna postura visible. Su nihilismo y su actitud casi obsoleta en esta época dejaba clara que, si bien no era ningún anacronista, era alguien excepcionalmente rígido, anticuado, quizá tanto que... ¿Hasta su chiquilla podría ser menos anticuada que él? ¿Y si ella efectivamente había sido anulada de crecer en ciertas áreas? ¿Y si ella tenía necesidades económicas y él la sujetaba con un mínimo consiguiendo el dinero de modo justo? ¿Qué pasaba en el caso contrario, si se le daba una pequeña chance para poder hacerla grande? ¿Se resistiría? Y si pensaba soltarle una micra la correa... ¿No saltaría ella a por la chance económica y social? Tal cual, era eso, era una franja tan pequeña que apenas se podía ver por una célula de tu ojo imaginario, teórico, y sin embargo, era.

Ya era hora de irse, por como ves que Svetlana está por empezar a guardar todos los informas para salir del noble salón de conferencias en esta mansión, y sin embargo, pensabas que tu idea, que este aspecto era posible de explotar. Pero... ¿Tenías que decírselo? Tu boca podía optar por hacerlo o no, claro, entonces, mientras ella se movía para desplazarse hacia afuera. ¿No dijo que estaba muy bien y era algo esperable de su chiquilla? Quizá debas sorprenderla. Tenías de este tiempo a unas cuantas horas, suponías, para poder preparar todo. ¿Cómo? Tus decisiones podrían ser cruciales.

Y sin embargo, sentías que podías ahora, meter la mano entre las sombras para alcanzar nuevos destinos.

- Tiradas (5)

Tirada oculta

Motivo: Informe

Tirada: 10d10

Resultado: 9, 10, 3, 8, 3, 9, 9, 5, 8, 1 (Suma: 65)

Tirada oculta

Motivo: ¿Confianza?

Tirada: 1d4

Resultado: 1

Motivo: Inteligencia

Dificultad: 6

Tirada (3 dados): 8, 7, 5

Éxitos: 2

Motivo: ¿?

Dificultad: 6

Tirada (2 dados): 7, 6

Éxitos: 2

Motivo: ¡!

Dificultad: 6

Tirada (1 dados): 9

Éxitos: 1

Cargando editor
17/03/2018, 00:33
Aoko Tozaki

Aquellas palabras tan dulces por parte de su Sire, al igual que el hecho de que reaccionara de esa manera ante sus provocaciones eróticas, no hicieron más que provocar una sonrisa seductora en Aoko, quien disfrutó un poco más de aquel jugueteo, acariciando el cuerpo de su amada con delicadeza, al mismo tiempo que le obsequiaba una última lamida a su cuello. Sabía que era hora de trabajar por lo que no continuaría con aquello, a pesar de que deseara hacerlo y que aquellos gemidos no hicieran más que incentivarla. No quería defraudar a Svetlana por lo que sería mejor que dejara aquello para otro momento. Además, ya estaba suficientemente feliz por todas aquellos halagos a su persona. Aoko podía ser, algunas veces, como una pequeña cachorra que esperaba buenas palabras de su ama, por más que otras veces pudiera ser una desquiciada si intentaban robarle lo que era suyo.

- Mm... está bien, Lana. Tienes razón. - Respondió con cierto tono seductor a medida que se separaba de ella y se relamía los labios como si deseara más. La mirada que le dedicó a su Sire demostraba que estaba realmente feliz además de motivada a un poco de contacto cercano con su amada. No obstante, cuando Svetlana comenzó a hablar, luego de dedicarle aquella preciosa caricia sobre su cabello, la vampiresa la escuchó con suma atención, en especial cuando fue ofreciéndole información respecto a su primer objetivo, la Tremere. Su atención se centró tanto en el Sire como en la chiquilla que sería su nueva adición si todo salía como ella lo deseaba. Sólo debía encontrar una debilidad, algo con lo que pudiera poner a la joven en contra de aquel que la había convertido.

- Si ponemos a su discípula en su contra, el maestro estará en desventaja. Además, es mucho más fácil encontrar una debilidad del mismo si nos ganamos el favor de la chica... - Comentó con cierta tranquilidad mientras tomaba el informe de Primela y miraba su fotografía con cierta intensidad, como si emocionara ante la idea de tener otro juguete con el que jugar, otra preciosa muñeca que agregar a su colección y darle el amor que merecía a cambio de que ésta le dedicara absoluta devoción. Le encantaba ver que sus pequeñas se pelearan por ella, que buscaran su atención mientras ella observaba con absoluto deleite ante aquel deseo que éstas demostraban por ella. Primela sería la siguiente, y disfrutaría ver cómo ésta traicionaba a su Sire a cambio de lo que Aoko podía ofrecerle a ella.

- Lana... su Sire es un ser que adora el control, por lo que debe planear todo a la perfección. Si hay un pequeño problema con sus planes, debería de entrar en pánico y cometer errores. Ese problema podría ser su "pequeña". Sólo debemos convencerla de que se una a nosotras, lo cual no debería de ser difícil, teniendo en cuenta la clase de trato que su Sire le dedica constantemente y como éste la controla y la tiene con una correa ajustada al punto de casi ahogarla. - Explicó con frialdad en su tono de voz, como si estuviera evaluando cada detalle respecto a su enemigo, y buscando varias maneras de convertir a la chiquilla en su pequeña seguidora. Si su Sire no le daba nada más que espinas y veneno, Aoko le daría miel hasta volverla una adicta a ella, para que no dudara en traicionar sin piedad alguna a quien la había convertido. Cuando asfixiabas de esa manera a alguien, era normal que la persona buscara una salida, un momento de respiro, una oportunidad para escapar a esa situación, y la vampiresa no dudaría en darle esa oportunidad, de garantizarle la posibilidad de más libertad a su persona. Ser la heroína en su vida, la cual sólo le pediría como precio la traición a su Sire.

- En todo su control, mi querida Lana, hay una grave fractura, algo que demuestra su imperfección, su debilidad más grande. Es un idiota para el dinero, típico de un maldito anticuado que no se adapta a los tiempos y que consigue sólo lo justo para contentar a sus seguidores. Sólo debemos prometer grandeza a la chiquilla, la posibilidad de ser algo más, así como el hecho de obtener su libertad, al menos algo mejor que lo que ahora tiene. Demostrarle que su amo no es más que un incompetente, un dinosaurio que merece extinguirse como el resto y dar paso a lo nuevo. ¿No es hermosa la visión del futuro, mi bella Lana? - Expresó con total deleite mientras iba saboreando aquel plan de traición que había diseñado, analizando la debilidad de su enemigo, a medida que una sonrisa de puro sadismo se dibujaba en su rostro, una sonrisa que podría haber asustado a otros. Aquel ser podía poseer poder en bruto, pero ella tenía la mente de los que habían asesinado a Julio Cesar, y era el juego político el que siempre triunfaba al final. La fuerza bruta era para ignorantes, nacidos para ser nada más que simples juguetes en el gran juego de la muerte. Sus ojos en aquel momento no hacían más que mostrar aquel brillo de felicidad, de alegría al haber encontrado algo que le parecía bastante divertido, que la motivaba a disfrutar aquella hermosa competición de mentes, donde la pluma vencía a la espada. Que bella sería la traición, cuan dulce cuando la pequeña traicionara a su Sire ante la seducción del deseo.

- La promesa de una posición superior, de mayor libertad... ¿quién no la aprovecharía? Tres contra uno, una posibilidad sin duda superior a la alternativa, además que podríamos conocer varios secretos de su maestro. Mejor vamos, es hora de comenzar con el viaje y ya sabemos cómo jugaremos este juego. - Aseguró con absoluta emoción en su tono, en el momento en el que se acercaba a su amada para acariciar su mejilla derecha con suma delicadeza antes de besarla en los labios con cierta pasión, no tardando demasiado en apartarse, para esperar y ver si Svetlana tenía algo para opinar respecto a la debilidad que había encontrado en aquel idiota Tremere que no dudaría en destruir. Era tiempo de marcharse y de llevar a sus pequeñas, sus juguetes, con ella.