Partida Rol por web

Recién salen cubiertos por los bomberos y liberándose de la terrible situación que es un incendio en un espacio cerrado, buscan con su mirada a Juan o a alguno de los agentes Rosacrucianos identificados previamente por ustedes, Erthryn se percata que en una alejada esquina, frente a una camioneta negra con las puertas abiertas se encuentra un hombre de lentes oscuros con un traje oscuro, haciéndoles gestos de subirse a la camioneta

Mirelia se queda sentada en la acera, ensimismada mirando el fuego que había provocado y los vanos intentos de los bomberos por apagarlo. Sin pararse a pensarlo enciende un cigarrillo mientras mira con disgusto su traje destrozado.

Uno de los bomberos se acerca a ella para cubrirla con una manta. - Estoy bien - responde secamente antes de que llegue a hacerlo. Afirmación que contrasta claramente con sus heridas. Ante la mirada irritada de la nephilim de fuego, el bombero cubre sus hombros con la manta antes de irse a ayudar a otro de los evacuados del incendio.

Roto el encanto del fuego por la intervención del humano, Mirelia se levanta en busca de sus compañeros. - ¿Habéis visto a Juan y a Selena? Es raro que no estén por aquí...

Recorre la escena con la mirada cuando se fija en la camioneta negra un par de calles más allá. Frunce el ceño, molesta por los gestos del hombre. "¿Ahora quieren tratarnos como ganado llevándonos de un lado a otro sin decir por qué?" piensa irritada.

La excursion no habia resultado como se esperaba. Los intentos de pasar desapercibidos, intentar averiguar los planes del tan Von se habian apagado como una vela, aunque en verdad el motivo fue algo opuesto.

-Bonito espectaculo, mujer antorcha -comento algo irritado el rugbier, observando el tambien las llamas del lugar.

Lo mas probable es que el supuesto Poseidon no este mas en los alrededores. Tambien tenian dos miembros del equipo algo desaparecidos. Todo indicaba, que la distraccion de Raphael habia salido como queria.

-¿Entonces? ¿Que sigue? Me siento algo mas relajado sin la presencia de esos humanos, pero debo admitir que nos quedamos sin la torta ni el pan, por anda jugando con un perrito.

En ese momento Mirelia observo a un hombre vestido de negro. Al principio Raebretaw supuso que desviaba la vista para no escucharlo, pero luego aquel hombre tambien llamo su atencion. ¿Seria otro de los agentes 86?.

Buscando con la mirada, tanto Mirelia como Raebretaw en medio de su choque elemental cruzan miradas con un extraño hombre de lentes oscuros y con una camioneta totalmente igual a la que les trajo previamente del cuartel de los Rosacrucianos. Aunque Mirelia se mosquea un poco del extraño hombre, Raebretaw logra darse cuenta que el hombre lleva en la solapa de su chaqueta el símbolo de los Rosacrucianos, y realmente les está esperando para huir del lugar cuanto antes y evitar así complicaciones con la policía local que ya viene en camino

Chamuscada, con olor a humo, llena de cenizas, así emergió de aquel lugar Erthynn. Aunque el cuerpo le pertenecía a una muchachita llamada Luciana Castillo, la entidad ya lo sentía como propio. Y le dolía en igual manera el maltrato que había sufrido en la batalla.

Mientras aguardaba a que los bomberos hicieran lo suyo, observó al resto del grupo. Mirelia estaba fascinada con las llamas. Eran su creación, era lógico que admirara su obra. Por otra parte, se notaba la molestia de Raebretaw. Todo su ser pertenecía al elemento opuesto, el fuego era un derroche de energía vacío y destructor para él. Chrysoprase mientras, se mantenía al margen.

Parecía que ya no quedaba mucho por hacer en aquel lugar. Al mirar en derredor, pudo distinguir a un tipo que les hacía señas para sacarlos de ahí. Cansada, sin ganas de pararse a pensar si seguir a ese humano o no, se los comentó a los demás.

-Parece que nos están esperando.- Comentó al tiempo que señalaba hacia la esquina con su mentón. -Deberíamos ir, ¿no creen? Si tenemos que vérnosla con Von Keyer necesitaremos recuperarnos.

Miró con  cariño al nephilim de agua y una bella sonrisa se dibujó en su rostro. -¿Qué dices? ¿Me sigues otra vez?

Un poco irritado porque las cosas no salieran a como espero, y el tener que deshacerme de mi armadura antes de que llegaran las demás personas, hacen que me mantenga al margen de todo, intentando conservar la calma para poder actuar oportunamente.

En silencio acompaño al grupo.

De vuelta al mundo real, la sensación de compañerismo que mantuvimos durante el combate con Raphael y el perro de Poseidon se desvanece poco a poco. Mirelia mira la sonrisa que Erthynn dirige a Raebretaw y se muerde la lengua para no hacer ningún comentario mordaz.

En cuanto da un par de pasos, nota cómo sus piernas flojean ligeramente. "Mierda, parece que estoy peor de lo que pensaba." Sin embargo, intenta caminar normalmente para no mostrar ningún signo de debilidad.

- Tenéis razón, vámonos de aquí. Lo último que me apetece es tener problemas con la policía además de con Poseidon.

Echando un último vistazo a las llamas que los bomberos están empezando a controlar, acompaña al resto del grupo hacia la furgoneta.

La camioneta arranca con gran sutileza pero a gran velocidad, y se dirige hacia el norte de la ciudad, nuevamente a donde esperan los Rosacrucianos, no han tenido datos de Juan ni de Selena. El camino aunque corto relativamente parece una eternidad por la tensión y el agotamiento del combate contra Raphael y la extraña criatura que jamás habían visto. El conductor de la camioneta no expresa nada durante el viaje y finalmente llegan a la casa de los Rosacrucianos, allí los recibe el grupo de los Rosacrucianos, recién al llegar encuentran el vehículo de Altazor con unas terribles marcas en sus costados y varios de los soldados que le acompañaron heridos, dándole la espalda a ustedes hay un hombre arrodillado que se levanta al verlos llegar, este hombre está haciendo algo como atender a los heridos o eso pareciera

Finalmente llegan, bajen bajen - el hombre les saluda con una gigantesca sonrisa y pone la mano en la espalda de Chrysoprase - Me alegra que estén bien, pero, ¿no eran 6 los de esa misión?, no me digan que Juan y Selena murieron a manos de Raphael - la sonrisa que le acompañaba inmediatamente desaparece - su mano empieza a brillar frente a cada uno de ustedes y empiezan a sentirse reconfortados

Una vez mas la mujer del viento supo como llevar consigo al hombre de agua. El grupo de los cuatro elementos subio a la camioneta negra y regresaron con los rosacrucianos. Alli, al parecer un hombre, usaba tecnicas para asistir a los heridos. Se acerco a ellos y con sus manos brillando, una sensacion de confort se empezo a sentir.

Agradecido por la accion pero sin necesidad de hacerlo saber, Raebretaw se cruzo de brazos y comento: -Nada se de Juan o Selena. Y tampoco me preocupa. ¿Alguna novedad de Von Keyer?.

El extraño hombre simplemente subió una ceja ante el burdo comentario de Raebretaw - Vamos vamos, los Rosacrucianos son nuestros alíados, lo han sido por milenios incluso antes de lo que la historia registra, deberías al menos preocuparte por ellos, además, es una compañera Nephilim quien también está desaparecida

Las manos del sanador producen un extraño cosquilleo en las heridas. Aunque una parte de la consciencia de Mirelia se rebela contra el uso de magia sobre ella, otra, más antigua y disciplinada, reconoce el hechizo antes de que pronuncie las palabras. En pocos minutos los daños sufridos en el combate contra Raphael habrán desaparecido por completo.

- No, no han caído en el combate... Al menos que yo sepa. - Miro a Raebretaw con un gesto de desaprobación, y niego con la cabeza mientras mi mirada se para por un momento en Erthynn. "La que te ha caído bonita..." - Selena sufrió una herida y Juan se la llevó del edificio. Tuvimos que apañárnosla solos contra Raphael y el Scheilerengel que invocó. - El reproche a los rosacruces implícito en el tono de Mirelia es evidente para todos los presentes, pero no sabrán si es por el hecho de que su único aliado en la sociedad secreta les abandonase en medio del combate o por haberla obligado a enfrentarse y destruir a otro djinn.

- Por lo que veo el equipo que trató de recuperar el tridente no tuvo mucho éxito... - "¿Acaso lo habían dudado?" - ¿Qué ocurrió exactamente? ¿Dónde está Von Keyer? - Pregunto.

-En cualquier caso, creo que lo mejor será hablar adentro. No creo que esto sea lo mas preciso, especialmente si caímos de lleno en la trampa y capuraron a nuestro compañeros...

-Ese Von Keyers-Poseidon tiene demasiados trucos bajo la manga.... y algunos conocidos.

Un pequeño suspiro sale de mi boca, cierro mis ojos y me levanto dejando un agente rosacruciano en el suelo - Por él no podemos hacer nada más, fue demasiado grave y se ha acabado el tiempo - giro hacia ustedes - Bien, síganme, como dice Chrysoprase, es mejor discutir esto adentro bajo la protección de nuestro cuartel - sin esperar respuesta empiezo a caminar hacia la sala de juntas