Partida Rol por web

7 de septiembre, 2018

-12°

07:12 hs.

Salen del refugio de Katherine, comienzan a caminar un poco por las heladas calles de Erebo, a pesar de ser temprano por la mañana, el sol no parecía siquiera dar pista alguna de que saldría en el horizonte, pero era un efecto al cual deberían ir acostumbrándose, ya que, en ese punto del mundo, el astro rey, no se asoma por más de noventa días en el firmamento.

Alejándose un poco y buscando en los alrededores alguna entrada, se topan con una tapa en una calle, se fijan que nadie este observando y la levantan para dejar al descubierto un fuerte aroma a aguas servidas.

Para llegar a la zona inferior, debían bajar por unas escalerillas metálicas, las cuales resuenan con cada pisada.

El lugar era completamente circular, es decir, toda la infraestructura contaba con esta forma esférica la cual iba iluminada en algunas partes y en otras estaba sumida en la completa oscuridad.

Los hilillos de agua sucia recorrían por el centro del camino, por lo que era fácil evitar pisarlos, pero alguna que otra rata se presentaría como un obstáculo.

Tras caminar por largo trecho, no se encontraron con nadie, sin embargo, llegando a un punto, tuvieron que detenerse.

- En serio, no comprendo cómo es que son dueños de medio mundo, pueden acceder a los mayores lujos y siempre, pero siempre deciden venir a las cloacas…simplemente, no puedo entenderlo –

Una voz se escucha de pronto, no parecía venir de ningún lado, pero al mismo tiempo parecía rodearlos.

- No se preocupen, no voy a atacarlos, pero tengo que preguntar… ¿a qué vienen en mis dominios? –

La voz era carrasposa, gruesa, como si de alguna especie de criatura terrible se tratara.

Hemos sido rápidos. Pienso, satisfecho.

-Bien hallado, caballero. Por supuesto, venimos a por el valioso y sutil lujo de la discreción; que no se encuentra tan fácilmente fuera-. En un tono de voz suave y educado, respondo al aire-. Agradecemos la cortesía de no atacarnos. ¿Podemos disfrutar de su compañía cara a cara, y presentarnos apropiadamente?

Le busco con mi mirada, con una mueca de curiosidad.

Las cloacas, el hogar de las ratas, de la suciedad. El sitio de lis monstruos. Mi sitio. Bajo sujetando a thor y odin de las correas, los dos con una mano mientras aferro la escalera con la otra. Algo difícil par otro, fácil para mi. Llegamos abajo y una voz nos habla. Por un momento me dan ganas de desaparecer yo también, pero bueno... Henry está aquí. Lo que sí dejo caer es mi máscara de las mil caras, dejando ver una figura similar a un murciélago, de piel dura y grandes colmillos que segregan una sustancia amarillenta. Venimos solo a dialogar, nada más.

Se escuchan gotas golpeando el piso, chillido de alimañas, agua que corre, pero nada de la voz por un largo tiempo, quizá unos quince minutos que parecieron eternos.

Deciden avanzar nuevamente evitando hacer la mayor cantidad de ruidos abruptos posibles, a pesar de que Henry tenia activado su auspex, no podía realmente observar nada.

- Entiendo, pero…ya he hablado con alguno de ustedes antes, les dije que los apoyaría y mucho antes de eso hable con otros y me traicionaron…díganme, ¿De qué puedo conversar con ustedes sin sentirme amenazado de volver a ser traicionado? – seguía sin mostrarse, por lo que era imposible saber si era el primogen nosferatu…u otra cosa completamente distinta -

La visión de Clark me sobresalta. Sabía que debía esperar algo no muy atractivo, pero los nosferatu siempre sorprenden. Sin más reacción que mirarle unos segundos para ver su auténtico rostro, vuelvo mi atención a la situación.

Tras la espera y la respuesta del misterioso interlocutor, cruzo una mirada con Clark. Voy a hablar, señor Jhonston.

-Podemos hablar de nuestros intereses comunes y construir nuestra confianza con esa base. Si es de su interés, podemos hablar también de reparar los agravios pasados. ¿Quién le ha traicionado?- Simple y llanamente

Escucho a Harvey hablar. No sé si sus palabras bastarán para convencer a nuestro interlocutor, pero es un buen intento.

Miro a las sombras, estoy por usar mi ofuscación, pero de momento no. Dejemos que hable Harvey.

- La verdad, estoy muy cómodo aquí donde estoy, no veo la necesidad de mostrarme – dice tranquilamente – por lo que pido amablemente que se vayan, no quiero repetirlo dos veces -

¿Sabes? Yo también estoy cómodo aquí digo, con mi rasposa voz. Igual nosotros debemos hacer como tú y estar aqui invisible. Así no nos verás y habremos desaparecido de aquí. ¿Qué te parece?

Suspiro. Mira, solo queremos hablar, pero no vamos a irnos por las buenas. Tú elijes qué quieres, hablar o no.

- ¿No verlos? – pregunta sarcásticamente – no necesito verlos, puedo olfatearlos, rastrearlos, oler ese típico aroma a creer ser superiores a todos, siendo que aquí, en Erebo, hay demasiadas cosas mucho más poderosas y aterradoras que simples chupasangres, así que una vez más, salgan de aquí, ya he tenido suficientes visitas de no muertos –

Ambos canes comienzan a gruñir nerviosos.

Laila se encontraba siguiendo a estos dos cainitas en su forma de "fantasma" (nivel 5 de la senda del cazador) aprovechando que era completamente etérea e inperceptible incluso por auspex, hasta que decidiese manipular cualquier cosa del mundo que la haría perceptible y visible de nuevo.

La intención de la assamita era en principio el escuchar lo que el nosferatu decía para tener un punto de partida en sus investigaciones mas después de oír lo que se había dicho sobre este nosferatu le pareció que el motivo más importante sería proteger a los dos cainitas que se habían aventurado en dominio ajeno.

Henry estaba siendo bastante cauto en su forma de hablar pero Clark era más directo y poco respetuoso por lo que la anciana temía que el primogénito perdiese la paciencia. Aunque quien sabía, Clark también era un nosferatu por lo que tal vez supiese lo que hacía con uno de los suyos.

La hija de haquim decidió permanecer cerca de ellos y observar el resultado de tan tosca dialéctica, la suya propia no sería mejor mas por suerte ella no era la que se encontraba en peligro... en caso de que ellos quedasen en letargo, trataría ella de rescatarlos de alguna forma. Si morían eso ya no sería necesario.

A la primera logra que la forma fantasmal tenga éxito, la assamita sale del cuarto en el que estaba atravesando la pared para seguir al nosferatu y al tipo cuyo clan desconoce. Son 3 puntos de sangre los utilizados para hacer posible su estado inmaterial.

¿Chupasangre? ¿Podría no ser un cainita?

Alzo mis manos al aire, en gesto pacífico, y por un momento también enseño una de mis palmas a Clark, sugiriendo que no busquemos una agresión.

-Sentimos que no sea posible colaborar. Quizá el tiempo pueda reparar las desconfianzas del pasado. Nosotros no buscamos problemas, nos marchamos. -digo hablando al interlocutor oculto, y tras una breve pausa, añado.- Gracias por escucharnos.

Dirigiéndome a Clark, bajando las manos y en un tono un un poco más impaciente e imperativo del que normalmente se usaría para dirigirme a un colaborador al que acabo de conocer, le insto a que nos vayamos-. Mi apreciado nosferatu, no hay necesidad de una escalada de violencia. Vamos discretamente a por Yuri, que es a quien estamos buscando. -Poco después, hago el amago de adentrarme en la cloaca moviéndome lentamente hacia el interior, como esperando a que Clark me siga.

Suspiro. Tan sencillo hubiera sido escondernos, tan fácil. Podría escondernos a todos. ¿El olfato en una cloaca? Sí, claro, yo nunca he peleado contra los monstruos de las cloacas.

Pero mi acompañante quiere hacerlo por las buenas, está bien, no se lo negaré: yo siempre puedo esconderme y listo.

Estos seres... se piensan que pueden enfrentarse a mí. Gracioso, cuando menos.

La Assamita respiraba más tranquila, parecía que todo iba a ir bien después de todo. Lo de buscar a Yuri que había dicho Henry daba a entender que se había dado cuenta que tal vez está voz fuese de otro ser.

Tal vez mereciese la pena haber seguido a estos dos en lugar de al tremere. 

- Hace tiempo que él abandono la ciudad, hizo bien, traicionar a la Camarilla no es un acto bien visto por gente como ustedes –

Los canes comienzan a ladrar hacia el extremo sur de las alcantarillas, a lo que poco a poco se deja ver una figura gigante de un ser, que era casi parte de las fabulas más descabelladas de los miembros menos cuerdos de la Torre.

Media casi tres metros, contaba con una cresta rojiza como casi todo el pelaje que recorría su cuerpo, contaba con brazos casi tan anchos como troncos y una hilera de dientes afilados que sobresalían de un prominente hocico.

- Imagen de la criatura que no pongo para evitar Spoilers -

Tenía los brazos cruzados y se recuesta por una de las paredes de las cloacas, estaba aproximadamente a unos cinco metros de ustedes y habla nuevamente tras un corto tiempo.

- Me han hecho repetir, pero como verán, no soy muy asiduo a la violencia, por lo que he de preguntar… ¿Qué es lo que quieren con Yuri? -

Me detengo en seco cuando escucho hablar de nuevo al desconocido, y sigo buscando con mis oídos el origen de la voz.

No me extraña que no quiera tener nada que ver con la camarilla, pienso al escuchar que traicionó a la camarilla.

Ya sospechaba que podría tratarse de un Garou, pero confirmarlo al verle me reconforta y me impresiona a partes iguales. Por Caín, es una suerte haber venido con el señor Jhonston. Al menos ahora sé con que hablamos.

Preveyendo una conversación más duradera, me presento y me acerco a unos cinco metros, de tal forma que la distancia sea más apropiada para una conversación.- Permítame presentarme. Soy Henry y estoy aquí para conocer la situación de la ciudad y establecer contacto con las facciones dispuestas a buscar la resolución menos violenta de un posible conflicto. ¿Con quién tengo el placer de hablar? -Esperando ganarme la confianza de su nombre y su facción, continúo hablando y respondo a la pregunta del desconocido.- Esperábamos que Yuri nos informase sobre lo que ha pasado desde la marcha de Alana. ¿Fue ella con quién llegó recientemente a un entendimiento?

Observo al enorme ser y la maniobra de Henry, acercándose a él. Está loco. Un Garou, a esa distancia, le hace papilla antes de que se entere.

Niego con la cabeza y, desde luego, yo no me acerco ni dejo que mis perros lo hagan, con un gesto.

Yo soy Clark Jhonston digo, manteniendo la distancia. Les dejo que hablen. Pero, señor, los que se marcharon estaban, por así decirlo, en el límite, casi fuera. No sé si nos creerá, pero no somos como ellos ni como los que gibiernan ahora. ¿Qué piensa de ellos?

El licántropo resopla, poco a poco va cambiando de forma, haciéndose más humano, lo normal sería verlo desnudo, pero algunos de ellos podían encantar sus ropajes para que se transformen con ellos, era un hombre relativamente bajo, contaba con una cresta escarlata en las puntas y negra en la base, era de piel caucásica, tenía los ojos marrones y llevaba puesta una chaqueta verde junto a unos jeans rasgados y negros tal como sus calzados.

- Mira, ya he hablado con otros no muertos y al menos ellos llegaron a mis dominios mostrando todos y cada uno sus rostros de manera cortes, y si, te hablo a ti viejita, sé que estas pululando como fantasma, por favor, no uses ese tipo de trucos con seres capaces de rasgar el velo de la umbra como si fuera un zipper, si deseas hablar, has acto de aparición y veré como puedo ayudarlos, no porque me caigan bien, simplemente porque me divertiría saber que harán con la información que estoy dispuesto a brindar –

Saca algo de su bolsillo y continua.

- Rayleigh, - se presenta - mejor salgamos de aquí, a pesar de ser una especie de hogar, el olor a mierda siempre me molesta – enciende acerca lo que sacó del bolsillo a la boca y era nada más que un cigarrillo corriente –

Acto seguido camina entre ustedes hasta llegar a la escalerilla metálica, y comienza a subir tranquilamente.

Laila se vuelve  corpórea tras lo escuchado por parte del hombre lobo dejándose ver tanto por este como por los dos cainitas a los que seguía.

-Buenas noches señor Rayleigh. Me agrada saber que nos dará información y no nos matará ya que me ha percibido. ¿Podría preguntarle su afiliación, lo digo para saber cuan segura estoy yo?-

Laila preguntaba algo que parecía completamente irrelevante desde el punto de vista de la camarilla o el Sabbat, mas lo preguntaba casi como si fuese muy importante para ella.

Hizo una leve inclinación de cabeza a modo de saludo hacia sus compañeros a los que estaba siguiendo. Era bueno saber que no tendría que rescatarlos ella a ellos. Pero ahora quien estaba preocupada por lo que supondría su condición era ella.

Si bien la Assamita sabía que la apariencia no siempre era significativo de la tribu a la que pertenecía el garou, el lugar en el que se encontraban y que el cambiante llamaba hogar no dejaba muchas opciones y la hija de haquim no sabía seguro si estaría menos en peligro con un danzante o con un miembro de la nación garou. Pero estaba claro que llamaría la atención.

Sigo en silencio al licántropo. Dirijo una breve mirada a Clark y a Laila, insatisfecho con la falta de compromiso de Clark para la actuación y tomando nota de la ineptitud de Laila. Si ibas a seguirnos a escondidas, podrías haberte escondido bien.

-¿Dónde podemos hablar en privado, Rayleigh?