Partida Rol por web

La boca de Sol se estira en una maliciosa sonrisa. Bueno, niñas... PortenseN mal, no consuman nada ilegal... sin convidarme primero, obvio. Y nunca olviden que el chico guapo es mío.

Se aleja rumbo a la salida, nos vemos al rato, mientras tararea una canción.

¡Voy, nena!, dice Sara dejando su triste vaso sobre la mesa y sacándo de dentro del vestido -a saber dónde lo llevaba escondido- su adorado paquete de tabaco de liar. Camina tranquila, siguiendo los pasos de sol y jugueteando con el paquete. Al fin y al cabo, puede que ese cigarro sea el único placer de la noche... Suspira, aburrida, y sonríe a las otras chicas al pasar a modo de despedida.

 -¡Ey, que yo también voy!.- dice Ainara corriendo tras ellas, con un cigarro en la boca.

Sonríe y va tras ellas.

La marcha de vuestra compañeras os deja a Lucía y Vanessa en un silencio incómodo momentáneo que la primera rompe preguntando.

-¿Quieres tomar algo?-

Ehm? si claro

Dejándote sola unos momentos, vuelve al cabo de un par de minutos con unos refrescos. -Entonces.. ¿tú qué tal?- te dice, con su timidez habitual. Pero antes de que respondas, abre la boca, se lleva una mano a ella y mira asombrada a tu espalda. Entonces te vuelves y te quedas tan impresionada como ella. Ahí de pie, mirándoos sonriente está la Camacho. La mismísima Camacho, pero muy, muy cambiada. Maquillada y vestida como una persona formal, sin sus eternas gafas de sol. Incluso parece más madura. ¿Qué le ha pasado?

-Hola chicas. ¿Qué tal?- Parece disfrutar con vuestro asombro inicial.

Me quedo paralizada, mirandola, sin poder decir nada. Pe..pero

-¿Qué pasa? ¿Has visto un fantasma?- se ríe con una carcajada. -Sí, me he cambiado un poco el look. Es que ahora tengo que ir un poco más formal, luego voy a cenar a casa.. casa de mis suegros.-

En ese momento regresan las fumadoras, mirándose como cómplices de alguna cosa, para encontrarse allí a Lucía y Vanessa, a las que se les ha unido una tercera chica. En un principio, no la reconocéis, pero al estar más cerca casi se os cae la mandíbula al suelo al encontraros con una cambiadísima.. Camacho.

-¡Hola chicas!-

Sol mira de reojo a las demás que -concluyendo por el largo silencio creado en torno a la aparición de la Camacho- quedaron muy pasmadas... o fumaron algo de lo que no me convidaron. Gira de forma teatral y, haciendo la pantomima de portar un micrófono, se acerca a la nueva Camacho y la presenta al público con voz engolada.

—Con ustedes, futuras diplomadas, tenemos a la nueva Irene, versión 2003. Una versión cool, acorde a los tiempos que se avecinan: peinado chic, ropa de corte formal y un delicado perfume... —Se acerca y la huele— Carolina Herrera no es, tampoco Paloma Picasso. —Con una amplísima sonrisa y una mirada exageradamente arrobada— ¿Con qué nos sorprendes en esta ocasión, querida Irene?

Ainara observa a Irene Camacho, y sonríe tras los comentarios de su compañera Sol.

Sol...como siempre tan chistosa.- piensa mientras observa su actuación. 

Sara se rie abiertamente ante la broma de Sol, incluso aplaude tras la presentacion, guinyando un ojo descarada y teatralmente a la Camacho. Sin duda el nuevo estilo te sienta bien, Irene, dice, vocalizando mucho el nombre. Resulta extranyo llamarla por su nombre, pero Sara intenta ser amable despues del momento de burla gratuita proporcionado por la siempre ocurrente Sol.

Seria demasiado exagerado preguntarle el por que de su cambio de look?, se pregunta Sara mientras vuelve a buscar un recurrente vaso de gaseosa.

Irene sonríe agradeciendo los halagos e incluso las bromas. -Pues os vais a morir cuando veáis esto.- y con gracioso gesto, levanta la mano y os muestra un anillo de compromiso. Pero no un anillo cualquiera, no. Ese pedrusco tiene que costar un riñón y parte del otro. -Ya veis que he tenido suerte. ¿Y vosotras? ¿Qué me contáis?-

Los ojos de Sol se abren como platos. ¡A la mierd..! Eso debe costar sus buenos duros, hasta como imitación vale un fangote.* Mira a los ojos a la Camacho y sonríe. Eso explica que te pasees disfrazada de señora. ¿Y el príncipe de dónde es? ¿Años? Debe ser grande imagino... Bueno, ¡te felicito!, si ser la "señora de" te hace feliz, sobre gustos no hay nada escrito... Lo que es por mí, señora mía nomás, eso del casamiento no me va ni un poquitín.

Sol frunce el ceño como concentrada en sus pensamientos. ¿Qué cuento?  Así... ¿Cosas dignas de ser contadas decís?  Uhmmm... Dejame recordar. Enumera con los dedos. El día de mi cumple mi viejo decidió -aprovechando que ese sábado se festejaba El Desarme- hacer una graaan fiesta invitando a todos los rioplatenses de Oviedo. Pude escapar montada en la moto de uno de los invitados. Sonríe divertida. Vino mi mamá de visita, se instaló en casa unos meses y, antes de irse, me dejó su dirección en Lille para que la visite. Vive en un viejo caserón con otros artistas: pintores, escultores, actores, clowns, acróbatas y esas cosas... Hace un gesto vago y sonríe mirando a las demás. Debe estar buenísimo eso. Ni bien cumpla los 21 me voy a dedo. Imagínense. Sol extiende sus manos a lo largo dibujando un camino, los ojos entornados, soñadores. Santander, Bilbao, San Sabastián, cruzar los Pirineos y entrar a Francia, Bordeaux, Niort, Poitiers, Tours, Orleans,  ¡Paris! , Amiens y... Lille. Abre los ojos y sonríe arrobada. ¡Eso es un viaje! Mira a Sara sonriendo y la señala con el índice. Deberías venir conmigo, nunca olvidas un viaje así. Juguetea con sus dedos y habla como para sí misma. Tengo pensado escribir un libro sobre mis viajes. Vuelve la mirada hacia Irene. Como el de Kerouac, "En el camino."  ¿Lo leíste?  Sol alza la mano negando y se le escapa una risita. Olvidé que sólo lees revistas del corazón. Bueno... ¿Qué más? Se rasca la barbilla. Viajé a dedo hasta Barcelona. Se inclina hacia la Camacho y le dice en tono de confesión. No te recomiendo la autovía: será más rápida, pero es más peligrosa también. Luego, mirando a las demás. Linda Barcelona, el aire del mediterráneo es... Libertario. Te da para soñar. Allá, caí presa, y en la cárcel me metieron una cuchillada acá. Se arremanga la blusa y muestra una fea cicatriz en la parte interna del antebrazo derecho y se rie a carcajadas.  ¡Tendrían que ver esa pelea! Casi me extraditan por indeseable , pero la embajada intervino, me puso un abogado y... Acá estoy. Sol abre los brazos y gira sobre sí misma con una sonrisa de oreja a oreja. Me aumentaron el sueldo, conseguí "El perfume", de Patrick Süskind y... El finde pasado fui a lo de Sara a inaugurar su nuevo televisor -tiene una imagen buenísima- y vimos una película horrible de terror. Un asco. Se rie a carcajadas y se vuelve hacia Sara.  ¿Quién te recomendó esa porquería? La próxima vez elijo yo.

Sol toma un poco de gaseosa del vasito que le ofrece Sara y le guiña un ojo. Gracias, se me secó la boca. Y, luego del fárrago de palabras arrojadas casi sin respirar, se gira hacia la Camacho y le sonríe. Sólo eso.

Sara suelta una carcajada al oír la retahíla de Sol y frunce el ceño, divertida, ¡Me gusta esa peli, so burra! ¡No tienes ni idea de cine!, bromea, pues, irónicamente es ella misma la que apenas a ido un par de veces al cine y Sol la que "tiene mucho mundo". Continúa, entre risas, golpeando con un dedo la nariz de Sol con cariño, Tanto viajar, tanto viajar... sería divertido, pero algunas tenemos res-pon-sa-bi-li-da-des. Se sonríe, y echa un trago a su gaseosa.

Enhorabuena, por cierto, mira a La Camacho, con un educado gesto de cabeza. Menudo pedrusco, se sonríe, mirando a Sol en un gesto de complicidad, y luego a las demás. Apostaría su cabeza a que todas estaban pensando lo mismo.

-Sí, responsabilidades, exacto.- Camacho mira a Sol con rostro agudo, se muerde los labios. Pareciera querer callarse algo y en lugar de obligarse a decidir, elije el tercercamino, el de responder a las preguntas. -Pues se llama Arturo. Arturo Romagosa. Tiene.. bueno, tiene treinta y.. pico. Es ingeniero, de IBM.-

-Perdonadme, que voy a llamar y aquí la cobertura es muy mala.- LUcía se gira. No os habíais fijado, pero la conversación parece estarla poniendo bastante ansiosa. Según se empieza a alejar de vosotras, teclea en el móvil.

-Espera, voy contigo. Me apetece un cigarro.- Vanessa sale tras de Lucía sin esperar respuesta de esta y haciéndoos con la mano un apático gesto de despedida.