Partida Rol por web

Nieve Carmesí II

La Mansión

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20/03/2009, 02:45
Grigori

Grigori observaba en silencio cómo el Sargento al fin parecía haber tomado las riendas y recuperaba el control de la situación dando órdenes precisas y lógicas. Ya hacía un rato que no oía a ninguno de los alemanes hablar nada de aquellos misticismos de los que hablaron al entrar en la casa, y eso era algo que lo reconfortaba, pues mientras los soldados se ocupasen unicamente de lo que sabían hacer, todo saldría cómo tenía planeado.

El campesino esperaba que el aire de autoridad que se había adueñado del suboficial prusiano fuera la tónica a partir de ese momento, pues sería entonces cuando se acercase a él para limar asperezas e irse abriendo el camino hacia Alemania.

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20/03/2009, 09:57
Director

Ante la llamada de su general Octavius y Pieter retrocedieron nuevamente hacia el recibidor donde todavía se encontraban sus compañeros. Grüber estaba hablando en voz baja con la campesina. En su rostro se denotaba una cierta ira controlada mientras que la mujer parecía asustada. Grigori permanecía en todo momento silencioso y obediente.

Los dos soldados avanzaron siguiendo la orden de su sargento hacia el fondo del recbidor. Las armas prestas en la mano. Al pasar por donde la cristalera había reventado en mil añicos sintieron el mordisco gélido del viento, pero avanzaron impasibles, como soldados bien entrenados que eran. Pasaron también por delante de la puerta que se encontraba entreabierta. Ambos miraron hacia el interior pero si vieron algo que los intranquilizase no lo demostraron. Al llegar al fondo Octavius se pegó a uno de los portones, con el arma preparada, mientras Pieter abría el otro con cuidado. Ambos hombres se asomaron a la nueva habitación descubierta.

Los demás, desde la entrada del recibidor, no alcanzaban a ver nada de la nueva sala. Karl permanecía atento a los movimientos de sus hombres sin dejar por ello de lanzar miradas rápidas al distribuidor por si veía movimiento en las escaleras. La tensión se podría cortar con un cuchillo.

Notas de juego

Para que no haya confusiones por la descripción aclaro que la caja de música sonó en la puerta del fondo del recibidor (por donde entrasteis) y no en el repartidor (que era la sala de las escaleras por las que Octavius y Pieter se estaban llendo). Amplío la descripción para Pieter y Octavius, que son los que ven lo que suceden.

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20/03/2009, 10:12
Director

Pieter y Octavius se asomaron a la sala. Tras ellos habían dejado la puerta entreabierta que al parecer conducía a una biblioteca. El resto del grupo les aguardaba a la entrada del recibidor, pero ellos se introdujeron silenciosamente en la nueva y amplia cámara para comprobar si había alguien más...

La puertas, al abrirse, condujeron a una grandiosa sala que producía una extraña mezcla de sensaciones al verla. Por un lado el lujo y la magnificencia eran apabullantes, a pesar del paso de los años y del abandono. Pero por otro algo funesto flotaba en el ambiente. El suelo de mármol veteado, donde el rosa y el blanco se entremezclaban caprichosos, liso y llano para el mejor deslizarse de los danzarines sobre él les indicó claramente que se encontraban en una diáfana y despejada Sala de Baile. Y una Sala de Baile destrozada, y vacía, era algo que pesaba en el ánimo.

Gruesos cortinajes de terciopelo rojo, recogidos por gruesos cordones de seda con flecos dorados, caían a lado y lado de los grandes ventanales de cristaleras emplomadas, éstas sí en colores, aunque muy tenues, muy suaves, formando dibujos de plantas y flores. Ante ellas, como repartidas al azar, algunas butacas pequeñas, silloncitos en parejas o grupos, de madera policromada en pan de oro y tapizadas en el terciopelo de las cortinas, para el descanso de las Damas.

Pero los cortinajes estaban apolillados, deslustrados, los oros aparecían oscurecidos y manchados de óxido, y los sillones tenían patas rotas, manchones, y algunos estaban simplemente destrozados del asiento, mostrando unas entrañas de lana amarillenta y muelles desencajados. A un lado tres señales circulares en el suelo parecían haber sido dejadas por un piano de cola que, ahora, no estaba allí. Dos enormes lámparas de araña de cristal lucían, todavía majestuosas, en el techo.

Sin embargo, de pronto, Octavius y Pieter dieron un respingo. Unas notas sonaron casi imperceptiblemente, unas notas encadenadas, una... melodía? ¿Acaso el viento...? La melodía dejó de sonar antes de que los soldados tuvieran tiempo de reconocerla... Si es que había sido una melodía y no un ruido casual.

Al fondo del salón, que en su amplitud debía ocupar toda el ala norte de la casa, había otras puertas dobles de madera cerradas. No había nadie en aquella cámara enorme.

 

Notas de juego

Importante: si os movéis en esta sala por favor desmarcad a los demás, ya que ellos no la ven. Si regresáis con el grupo o le hacéis señas podéis marcarlos como destinatarios. No hay problema en que uséis dos mensajes: uno para hablar entre vosotros y moveros (por ejemplo) y otro general que indique al grupo que es lo que hacéis (el grupo solo os ve si permanecéis delante de la puerta).

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20/03/2009, 10:24
Alexeva

Miro el fusil con temor en los ojos, y algo mas una pequeña llama se podia notar en su mirada, podria ser odio.
No entiendo que es lo que quiere saber, nunca antes habia estado aqui y solo he oido las historios pero cada una es distinta.
Como podia hacer entender a aquel hombre que no era una historia oscura y siniestra lo que la hacia temer sino la supersticion juntada al hecho de la muerte del Teniente. Ella no era una mujer culta no habria estudiado pero sabia bien del campo y si hubiera habido una rfaga de viento lo suficientemente potente como para levantar al hombre y la verja, ellos que estban justo delante deberian haberla notado cuando pasara entre ellos, pero no habia sucedido, ninguna rafaga de semejante fuerza habia pasado. Sus palabras se aceleraron por los nervios y la necesidad de soltar de golpe la informacion.
Lo unico que dicen todas es que la casa pertenecio hace muchos años a una familia ric y con mucha influencia, luego cada historia es distinta, algunos dicen que se volvieron locos y se mataron entre ellos, otros que Dios los castigo por querer tener mas de lo que devian, tambien decian que fue cosa de magia negra, o incluso de un demonio.
No, comprende, ha estudiado tanto que cree que puede encontrar una explicacion para todo

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20/03/2009, 13:22
Grigori

Esta vez, Grigori denotaba ciertos síntomas de intranquilidad que hasta ese instante no le habían aflorado. El descontrol que veía en los prusianos, la explosión y la caja de música habían formado un cóctel que hacía mella en la moral del campesino.

aun así, intentaba que no se le exteririzasen los sentimientos. De ello dependía el que, llegado el momento, fuese él el que controlara la situación, y su propio destino.

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20/03/2009, 13:58
Pieter

Avanzamos hacia alli?. Le comentó Pieter a Octavius indicando con el dedo la nueva puerta que se veía al fondo de la estancia....luego hizo una mueca y subió los hombros en señal de ya que estamos en ello inspeccionemos todo. En esta casa se oyen muchos ruidos, si nos dejamos algo estaremos todo el rato pensando que es por causa de eso....

 

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20/03/2009, 15:01
Octavius

Apretando el arma contra su cuerpo Octavius entro en aquella sala para observar que demonios habia alli...

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20/03/2009, 15:02
Octavius

-Tsk, el salon donde los muertos bailan, que entretenido, quizas les hayamos molestado en su baile eterno y por eso hagan ruidos...

La voz de Octavius apenas era un susurro mientras se introducia en aquella sala y observaba a su alrededor, cuando vio las dos puertas de roble al fondo

-Sigamos molestando un poco mas Pieter, quizas si les damos un susto de muerte se terminen de morir y nos dejen en paz

Notas de juego

me dirigo hacia las puertas del fondo para abrirlas

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20/03/2009, 22:34
Hans

Hans no puede evitar crisparse al oír esa tétrica canción, parada de repente por el sonido continuo de las bombas. Miró hacia la puerta por la que habían entrado. Esto no puede ser! -estalló su cerebro al intentar analizar la situación- Como puede ser que el teniente sea empalado y ahora suene una cancioncilla infantil fuera de la casa! Es como si tratasen de volvernos locos... Locos! -exclama sin poder evitarlo, ante la mirada de el prisionero que supuestamente debía custodiar. Parece que el ambiente de aquella abandonada casa lo ponía de los nervios.

Sintiéndose impotente, Hans permaneció junto al prisionero, apoyado en la pared para sentirse algo mas protegido. Su mirada no se apartaba de la entrada del recibidor y no pensó en sacar la pistola. Sentía sus músculos paralizados.

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21/03/2009, 16:39
Director

Octavius y Pieter desaparecieron en la nueva sala... Como si aquello fuera una señal una ráfaga de viento empujó una de las enormes puertas dobles, haciendo que se cerrase con tremendo portazo separando a ambos soldados del resto del grupo.

Notas de juego

Para que se me entienda: se ha cerrado la puerta doble que da a la nueva sala del fondo. Los que estáis en el recibidor ahora ya solo veis la puerta doble cerrada.

Voy a pasar a Octavius y a Pieter a otra escena. }:)

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22/03/2009, 20:58
Grigori

Grigori, ahora se había tranquilizado algo más, pues notaba que su intranquilidad era muchísimo menor que la de los prusianos, completamente superados por la situación.

Ahora, estaban menos personas en el recibidor, por lo que era la oportunidad que el campesino había estado buscando. Levantó su cabeza para buscar al Sargento, y requirió su presencia.

Señor. ¿puede venir un momento?

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22/03/2009, 23:00
Karl

  El sargento Karl escuchó como la puerta se cerraba. Intentó abrirla, no tenia pensado dejar a dos de sus hombres allí dentro mientras ellos estaban fuera. - ¡MALDITA SEA! ¡¡OCTAVIUS!! ¡¡PIETER!! ¿¿SE ENCUENTRAN BIEN?? - grito Karl esperando una respuesta, cuando escuchó al prisionero que 'reclamaba' su presencia. 

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En cuanto consiga establecer contacto con mis hombres, escucharé lo que tenga que decir prisionero, a menos que sepa como abrir esta maldita puerta, en cuyo caso, ya está tardando en hablar o abrirla. - Dijo Karl con un tono seco, áspero e imponente, dirigiéndose al prisionero

 

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23/03/2009, 09:26
Grigori

En lugar de bajar la cabeza cómo había hecho en anteriores ocasiones, Grigori, presto, contestó al sargento. Ahora, con los nervios de los alemanes  a flor de piel, era cuando él podía sacar mayor beneficio de la situación, pues era experto en sacar réditos de las situaciones comprometidas.

¿no puede abrir la puerta, Señor?...

¿Necesita ayuda para ello?, quizás entre los dos consigamos abrirla.

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23/03/2009, 14:02
Hans

Mierda, hermano! -exclamó Hans con cara de horror al ver que las puertas se cerraban de golpe. Por un momento no pudo reaccionar, pero al ver que su prisionero se escapaba para intentar ayudar a su sargento, Hans corrió presto junto a ellos. Se puso delante de la puerta y la aporreó con todas sus fuerzas- Qu...Que pasa aquí! Hermano! Octavius! Responded! -le gritó a la puerta, esperando que no fuese lo bastante gruesa como para enmudecer sus palabras. Preso de la desesperación, Hans estuvo a punto de alzar su rifle y volar la puerta, pero no llegó a cogerlo. Sus dedos permanecían crispados por el nerviosismo, y si el prisionero y Karl no eran capaces de abrir la puerta, lo haría el con sus propias manos.

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23/03/2009, 19:51
Director

A pesar del nerviosismo del sargento Karl la puerta se abrió en cuanto movió su manija. Grigori, que había acudido a su lado, se asomó con el sargento a la nueva sala descubierta. Hans avanzó rápidamente hacia donde se encontraban ambos hombres, quedando Grüber un poco más atrás con la mujer rusa.

Notas de juego

La puerta no estaba cerrada ;) 

Paso la descripción de lo que ven a Karl, Grigori y Hans.

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23/03/2009, 20:02
Director

Hans, Grigori y Karl se asomaron a la nueva sala. En su premura habían dejado tras ellos, en el pasillo, la puerta entreabierta que al parecer conducía a una biblioteca.

La puertas, al abrirse, condujeron a una grandiosa sala que producía una extraña mezcla de sensaciones al verla. Por un lado el lujo y la magnificencia eran apabullantes, a pesar del paso de los años y del abandono. Pero por otro algo funesto flotaba en el ambiente. El suelo de mármol veteado, donde el rosa y el blanco se entremezclaban caprichosos, liso y llano para el mejor deslizarse de los danzarines sobre él les indicó claramente que se encontraban en una diáfana y despejada Sala de Baile. Y una Sala de Baile destrozada, y vacía, era algo que pesaba en el ánimo.

Gruesos cortinajes de terciopelo rojo, recogidos por gruesos cordones de seda con flecos dorados, caían a lado y lado de los grandes ventanales de cristaleras emplomadas, éstas sí en colores, aunque muy tenues, muy suaves, formando dibujos de plantas y flores. Ante ellas, como repartidas al azar, algunas butacas pequeñas, silloncitos en parejas o grupos, de madera policromada en pan de oro y tapizadas en el terciopelo de las cortinas, para el descanso de las Damas.

Pero los cortinajes estaban apolillados, deslustrados, los oros aparecían oscurecidos y manchados de óxido, y los sillones tenían patas rotas, manchones, y algunos estaban simplemente destrozados del asiento, mostrando unas entrañas de lana amarillenta y muelles desencajados. A un lado tres señales circulares en el suelo parecían haber sido dejadas por un piano de cola que, ahora, no estaba allí. Dos enormes lámparas de araña de cristal lucían, todavía majestuosas, en el techo.

Al fondo del salón, que en su amplitud debía ocupar toda el ala norte de la casa, había otras puertas dobles de madera abiertas. En la penumbra el sargento pudo vislumbrar como Octavius y Pieter se movían sigilosamente, en formación de registro... aunque por supuesto los gritos que había lanzado ahora había roto cualquier ventaja de sigilo que tuvieran sus hombres. 

Notas de juego

Marcad a Octavius y a Pieter si queréis comunicaros con ellos.

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24/03/2009, 02:06
Grigori

Cerca del sargento, Grigori comienzó a ganarse su favor.

Señor, creo que los registros van a ser infructuosos. Si hubiera alguien en la casa ya habría sido descubierto, o se habría ido tras el escándalo que hemos formado. Si se da cuenta, todo en la casa son indicios de que hace tiempo que ha sido deshabitada. ¿piensa aun que el registro es necesario?

 

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24/03/2009, 09:51
Grüber

El doctor estaba que estallaba por dentro. Pero prefirió no dar rienda suelta a su furia con aquella obtusa mujer. Se mordió el labio inferior, en una mueca frecuente en él cuando pensaba rápidamente.

Agarro a la mujer y empezó a caminar con paso firme hacia el final del pasillo. Oyó como la puerta se cerraba de golpe y como todos estaban con los nervios a flor de piel, y parecían más un grupo de jovencitas que un grupo de soldados arios.

Sus pasos fuertes resonaron por todo el pasillo, uno detrás de otro sin dejar espacio a dudas. Iba caminando de forma decidida hacia adelante. La mujer que medio caminaba medio iba a rastras era mantenida delante de él, pues no pensaba dejarla a su espalda.

Vio como el sargento Karl y los demás asomaban la cabeza en la sala donde debían de estar el resto de los muchachos y se pregunto qué es lo que estarían viendo.

Cuando llego a su posición el frio de la ventana mordió por enésima vez su ya cansado cuerpo, recordándole cual debía de ser la prioridad para todos los que estaban con él.

Sin embargo espero las nuevas órdenes junto a la extraña cautiva que llevaba consigo.

Señor, ya estamos aquí.

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24/03/2009, 12:24
Alexeva

Ese maldito medico la arrastraba como a un perro.
Ojala se te callera el techo encima.
Parecia que la preocupacion de los soldados, que segundos antes gritaban habia disminuido al abrir la puerta y mirar al otro lado. Eso era bueno queria decir que al otro lado no habia nada aterrador o peligroso.

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24/03/2009, 18:33
Director

Grüber avanzó con su prisionera para asomarse a la nueva sala donde estaban los demás. Al avanzar habían dejado tras ellos, en el pasillo, la puerta entreabierta que al parecer conducía a una biblioteca.

La nueva sala era grandiosa y producía una extraña mezcla de sensaciones al verla. Por un lado el lujo y la magnificencia eran apabullantes, a pesar del paso de los años y del abandono. Pero por otro algo funesto flotaba en el ambiente. El suelo de mármol veteado, donde el rosa y el blanco se entremezclaban caprichosos, liso y llano para el mejor deslizarse de los danzarines sobre él les indicó claramente que se encontraban en una diáfana y despejada Sala de Baile. Y una Sala de Baile destrozada, y vacía, era algo que pesaba en el ánimo.

Gruesos cortinajes de terciopelo rojo, recogidos por gruesos cordones de seda con flecos dorados, caían a lado y lado de los grandes ventanales de cristaleras emplomadas, éstas sí en colores, aunque muy tenues, muy suaves, formando dibujos de plantas y flores. Ante ellas, como repartidas al azar, algunas butacas pequeñas, silloncitos en parejas o grupos, de madera policromada en pan de oro y tapizadas en el terciopelo de las cortinas, para el descanso de las Damas.

Pero los cortinajes estaban apolillados, deslustrados, los oros aparecían oscurecidos y manchados de óxido, y los sillones tenían patas rotas, manchones, y algunos estaban simplemente destrozados del asiento, mostrando unas entrañas de lana amarillenta y muelles desencajados. A un lado tres señales circulares en el suelo parecían haber sido dejadas por un piano de cola que, ahora, no estaba allí. Dos enormes lámparas de araña de cristal lucían, todavía majestuosas, en el techo.

Al fondo del salón, que en su amplitud debía ocupar toda el ala norte de la casa, había otras puertas dobles de madera abiertas. En la penumbra de aquel nuevo lugar vislumbraron a Octavius y Pieter moviéndose sigilosamente, en formación de registro... aunque por supuesto los gritos que había lanzado Karl había roto cualquier ventaja de sigilo que tuvieran sus hombres.