Partida Rol por web

Nieve Carmesí III

La Mansión

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21/04/2009, 18:26
Demonio

Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir.

Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir.

Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir.

 

 

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21/04/2009, 18:46
Grüber

Su cabeza de pronto se volvió un mundo de recuerdos, recuerdos que no eran de él pero que trataba de entender de algún modo porque creía que en ese recuerdo estaba la clave para salir de aquel maldito lugar pero Grüber jamás había sido especialmente bueno con este tipo de acertijos, leyendas o mitos antiguos. Lo que veía sencillamente era horroroso, la peor tortura que hubiera visto jamás pero faltaban muchas respuestas: ¿Por qué, quién, cuándo? Si no hubiera sido tan joven, seguramente su corazón no habría resistido y de pronto... De pronto todo cesó, los gritos, la sangre pero no el horror, no, el horror venía tras ellos a grandes pasos, repitiendo una frase que para él no tenía sentido. Se hizo hacia atrás, mientras escuchaba que alguien sugería que cogieran el libro, quizás serviría, quizás no pero lo primero, según él, era alejarse lo más posible de aquella cosa.

-¡BUSQUEMOS LA HABITACIÓN DE LOS PADRES!

En ningún momento le dio la espalda al demonio, ni tampoco se dio cuenta cuando gritó aquello; quizás ni siquiera era lo que quería decir pero de pronto se le ocurrió que quizás aquella escena que había visto momentos antes, se había realizado en esa casa pero en otra habitación, así que quizás empezaba por allí el asunto.

-¡No sé si han visto algo pero yo sí y creo que deberíamos buscar esa habitación!

Volvió la mirada a los chicos, a ver si ellos al escucharlo, aportaban algo más.

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21/04/2009, 22:47
Karl

Sintió la presión en su cerebro, era como si esos niños estuvieran taladrando en el para buscar o talvez introducir algo en su mente. Una sensación muy parecida a un fuerte dolor de cabeza fue lo que sintió y se tomó la cabeza con ambas manos ejerciendo presión de modo reflejo...

Y entonces su mente quedó en blanco, el dolor tal y como había llegado se esfumó. Ya no hubo presión, tampoco dolor. Fue como si alguien lo tomara y lo moviera cual pieza de ajedrez para colocarlo en un recuadro diferente para convertirlo en testigo de algo que había ocurrido allí hace mucho pero que era tan vívido que parecía estar recién pasando.

Lo que presenció fue macabro. Estaba en el cuarto, ese mismo cuarto, la habitación de los niños y lo que le habían hecho a esas criaturas tenía claras muestras de responder a un acto satánico. ¿Pero quién lo había cometido y por qué? ¿Sus padres? ¿Podrían haber sido ellos?.

La misma sensación de ser tomado y movido lo inundó , pero esta vez no hubo dolor de ningún tipo. Había vuelto a la... ¿realidad?. Paradójico era llamarle realidad a lo que estaban viviendo desde que pusieron un pie al interior de esa casa, pero así era.

Karl miró a los niños, éstos seguían atemorizados. Miró luego el libro que continuaba en el suelo.

-El sello, dicen que rompimos el sello -pensó- y ese sello se rompió por culpa de ese libro... Los libros de magia contienen tanto el mal como la cura, hechizo y contrahechizo... Algo me dice que éste libro no es la excepción...

El sargento tomó el libro y se puso de pie. Pidió a los niños que lo siguieran, que lo ayudaran, pues seguro estaba que ellos lo harían. En eso estaba cuando golpes y gritos, miles de gritos, comenzaron a oírse otra vez. Algo se acercaba, no sabía qué pero un escalofrío le recorrió el cuerpo y le hizo erizarse de pies a cabeza. Dio dos grandes pasos y ya se encontraba junto a la puerta, justo a tiempo para ver lo que por las escaleras subía y a medida que ascendía sus alas se desplegaba.

-Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir... Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir... Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir...

Esa cosa repetía esas palabras una y otra vez. Karl miró a los niños, les gritó para que salieran de la habitación y al mismo tiempo abandonó ésta.

La voz de Grüber se oyó fuerte y clara y el sargento lo apoyó. Tenían que moverse y hacerlo ya.

-¡No sé si han visto algo pero yo sí y creo que deberíamos buscar esa habitación! -dijo Grüber.
-Todos lo hemos visto, doctor, todos -respondió con tono apremiante- ¡MUEVANSE! ¡POR EL PASILLO... AHORA!

Las palabras que pronunciaba esa mole amorfa seguía escuchándolas sin cesar. Las voces, gritos, miles de ellos que no había dejado de oír provenían de esa cosa y Karl se dijo, se juró que él no iba a convertirse en una más de esas voces, que no permitiría que esa cosa lo devorara.

-Estando colgados... -decía la mole.
-No estamos colgados -respondía Karl en su mente.
-... vemos venir a seres alados, queriendo morir...
-El ser alado es esa cosa pero yo no quiero morir y no voy a morir, no así de fácil -se repitió con fuerza- ¡NO MORIREMOS!

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22/04/2009, 16:44
Alexeva

-¡Vamos!- explotó súbitamente Alexeva mientras avanzaba conb el grupo.
-¡No le miréis!- gritó como si se tratase de una orden a los soldados -Por algo la madre tenía los ojos cosidos.... ¡¡NO LE MIREIS!!-

La rusa estaba insegura de donde debían dirigirse, asi que dejó también esa decisión a lso alemanes. Su mente, mientras tanto, bullía buscando datos entre las inconexas pistas, sensaciones y presentimientos.
"No hay que mirar la Demonio a los ojos"
"No tenemos que leer nada hasta no estar seguros...¿pero seguros de qué?"
Y entonces volvió a gritar al grupo:

-¡¡¡ NI ESTAMOS COLGADOS NI VAMOS A MIRARLE !!! ¡¡¡VAMOS, RAPIDO!!!-

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22/04/2009, 17:21
Grüber

Una cosa era cierta para Grüber: al menos estaban de acuerdo en algo y huir era la mejor opción al menos por el momento. Siguió avanzando, escuchando al sargento responderle acerca de lo que habían visto y como si de pronto se hinchara de valor, se olvidó de la cosa esa llena de maldad que les seguía. Ni siquiera se atrevió a mirar atrás, el que viniera sería bienvenido y rogaba a Dios porque nadie se quedara retrasado. Corría pero sentía que no avanzaba, con la firme idea de que pronto ante ellos aparecería un bonito campo de trigo a punto de ser cortado.

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22/04/2009, 18:37
Pieter

Pieter apenas había conseguído salir del shock que la visión le había ocasionado para empezar a oir gritos de horror. Sus sentidos empezaros a reaccionar cuando frente a ellos se les presento una criatura salida del mismo infierno. Las ordenes del sargento Karl retumbaban en su cabeza... ¡MUEVANSE! ¡POR EL PASILLO... AHORA!

Mientras oia a la criatura pronunciar la inquietante frase que los niños repetían, corria en dirección contraria por el pasillo, sin mirar atrás. Sus sentidos se turbaron; solo quería salir de esa situación de miedo. La criatura se acercaba cada vez más y lo unico que deseaba el soldado en ese momento era sobrevivir. 

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22/04/2009, 20:56
Director

Todos corrieron por el balcón para internarse al oscuro pasillo. Las botas y los calzados hacian sonar los pequeños cristales esparcidos por el suelo, debido al estallido de las ventanas unos minutos antes.

Los soldados y los campesinos miraron un segundo hacia atrás, y pudieron ver las sonrisas de los niños que salian de su habitación. Después, Natasha y Dimitri fueron desapareciendo lentamente, mientras la criatura alada comenzaba a aparecer en los últimos peldaños de las escaleras.

Desde la puerta de la derecha del final del pasiilo, pudieron sentir nuevamente un golpe, sin embargo, lo que no se dieron cuenta, era que el pasillo no tenía salida alguna, mas que dos puertas a ambos lados y que ahora estaban a merced de la criatura que subía por las escaleras, y que pronto entraría al pasillo, cortándoles el paso.

El sargento no tardó en reaccionar y junto con dos de sus hombres, derribaron la puerta de la derecha, donde entraron lo más rápido posible, intentando que el demonio no les de caza.

Todos entran corriendo, sin reparar en la sangre que está cuagulada en el suelo, que os hace caer de espaldas al suelo, quedando en primera fila para ver lo que del techo cuelga.

Dos cuerpos crucificados, de dos personas, dos niños, penden de una de las vigas del techo. Los cuerpos se encuentran invertidos, con los pies atados por las sogas y con unas maderas que pasan por la espalda y debajo de sus axilas, y sus manos clavadas a ellas. Sus cuellos están abiertos, dejando ver la tráquea blanquecina y sus arterias carótidas están cortadas, ambas, seguramente por un objeto afilado.

Debajo de ellos, justo donde habéis resbalado, hay un el gran charco de sangre coagulada, litros y litros de ella y sobresaliendo de los bordes del charco, pueden ver unas trazas blancas de tiza con algunas letras extrañas y desconocidas.

Sobre la cama, podéis la ropa de una persona de sexo masculino, doblada prolijamente.

Los ruidos de pisadas ahora se escuchan por el pasillo, cada vez más cerca de la puerta...

Mas cerca...

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22/04/2009, 21:22
Demonio

Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir.

Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir.

Estando colgados vemos venir, a seres alados, queriendo morir.

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23/04/2009, 01:41
Alexeva

Dicen que, en algunas personas, la mente trabaja mejor y más deprisa cuando está bajo presión. Alexeva acababa de descubrirlo.

Lo primero que hizo al entrar en la habitación tras los hombres fue gritar, la imagen de lo que allí había fue demasiado para ella y gritó con todas sus fuerzas, gritó hasta quedarse sin aire, sin fuerzas y sin aliento. Sin embargo, como si de algún modo ese alarido le hubiese hecho "soltar la presión", notó como su cerebro comenzaba a funcionar de una manera endiablada. Y de pronto todo se le aclaró...

-Matad a los niños.- dijo la rusa -Imaginad que están vivos y matadlos como desean en la poesía, y luego descolgadlos de ahi.-

Alexeva parecía estar poseída, iba de un sitio a otro de la habitación mirando todo, y continuó a pesar de las miradas que le lanzaban desde que pidió que matasen a dos cadáveres - Si alguien tiene una bayoneta, que la use para quitar la sangre del piso, si rompemos esos dibujos es probable que nos ayude.- y mientras decía esto se acercó a la ropa que había sobre la cama y se puso a revisarla.

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23/04/2009, 16:41
Grüber

Cuando Grüber cayó, intentó levantarse tan rápido como pudo pero cuando abrió los ojos se dio cuenta de lo que había arriba de ellos. El pánico se apoderó de él por unos instantes, sintió unas terribles nauseas y el grito de la rusa no lo ayudaba en nada. Se miró las manos llenas de sangre y casi vuelve el estómago pero su instinto de supervivencia le decía que había que hacer algo más.

¡Matarlos! ¿Cómo si estuvieran vivos?

Definitivamente según el médico, la rusa había perdido la cabeza para siempre pero cómo no hacerlo estando en un lugar tan tétrico como aquel. Como pudo se acomodó el arma y la apuntó rumbo a los pequeños colgados, mirando el blanco de su cuello, convenciéndose de que no mataba niños sino muertos pero al momento de disparar, al doctor le pasaron mil cosas por la cabeza, entre ellas sus hermanos menores. Sintió un escalofrío y el agobio incesante del que venía tras de ellos. Miró a sus compañeros haciendo un paneo rápido, casi despiadado, de la habitación. Nada estaba en su sitio pero nada lo estaba en aquel maldito lugar. Tenía el dedo en el gatillo pero estaba convencido de su sola arma no conseguiría nada; sería como querer ganar la guerra a un pelotón con la triste puntería del médico.

-¡TODOS, DISPARAD! ¡SARGENTO, DAD LA ORDEN!

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23/04/2009, 18:00
Pieter

Habían corrido todos hacia la habitación, tratando de escapar de aquel monstruo...

Al llegar, algo pegajoso en el suelo les hizo resbalar. Cuando Pieter descubrió que se trataba de sangre, levantó las manos y se sacudió mostrando cara de asco.

A duras penas, y con algunas arcadas, consiguió levantarse del suelo, al momento que escuchó a Alexeva y Grüber ordenando que mataran a aquellos niños.

No servirá para nada...- pensaba Pieter mientras cargaba el fusil y los apuntaba.

No dispararía, no. Al menos hasta que Karl no les diera la orden. Así que con la posición de tiro, aunque temblándole la mano, Pieter esperó las palabras del sargento.

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23/04/2009, 20:52
Karl

La sarta de improperios que Karl soltó cuando cayó al suelo y se dio cuenta sobre qué es que estaba revolcándose y más aún cuando descubrió que habían ido a meterse justo a la habitación de la visión y no escapar de ella como él pretendía, fue razón suficiente para soltar cuanta palabrota se sabía.

Se puso de pie con premura y se limpió, como pudo, las manos en la ropa. El fusil y el libro habían ido a parar un poco más allá, a uno o dos metros de donde se encontraba. Pese a que sabía que, dada la situación en que se encontraban, el arma no constituía más que un bulto, fue rápidamente a recogerlo, se sentía desnudo sin el, mientras que el libro permaneció tirado en el suelo.

La situación era deseperante, había hecho a sus hombres correr y derribado esa puerta en busca de la añorada libertad* y la situación lejos de mejorar empeoraba.

-¿Y ahora qué? ¡MALDICION! -se preguntaba tratando de no mirar los cuerpos degollados de los niños- Ya no hay tiempo... ¡¡Dios!!

Entonces la voz de Alexeva se alzó y comenzó a hablar de matar a los niños.

-¿Matarlos? ¡Pero si ya están muertos y bien muertos!

Pero lo que la mujer dijo a continuación ya no le pareció tan descabellado. La mansión estaba reviviendo lo que había ocurrido ese día, los hechos se estaban repitiendo de una u otra forma, si ellos rompían el eslabón, si cambiaban el orden de las cosas quizás tendrían una oportunidad.

-¡TODOS, DISPARAD! -escuchó el grito del doctor- ¡SARGENTO, DAD LA ORDEN!
-¡DISPAREN! -ordenó acto seguido el oficial apuntando también con su fusil a los cadáveres y accionando el gatillo- ¡QUE ALGUIEN CORTE ESAS CUERDAS! ¡RAPIDO!

Karl empezó a raspar la zona del dibujo con la culata, tratando de borrar de éste el grabado.

-¡VAMOS, AYUDENME CON ESTO!

Notas de juego

*Entiéndase como liberarse de la maldición de la casa.

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23/04/2009, 23:36
Director

Los cuerpos muertos de los niños comienzan a despedazarse cuando las balas los atraviesan. Después, las cuerdas que los mantienen en el techo son cortadas y los cuerpos caen al suelo con un golpe, haciendo añicos la vieja madera que tenían bajo los brazos.

Los cuerpos de los niños quedan en una posición antinatural, tumbados entre los charcos de sangre, mientras que el sargento y alguno de sus hombres comienzan a borrar los pentagramas del suelo.

En ese momento, todos podéis ver como la cabeza del demonio comienza a asomarse en la puerta, seguida de un largo cuello, como el de una serpiente.

Sus ojos rojos os miran con odio, con una rabia contenida a punto de estallar.

El cuello de la criatura entra por completo a la sala. Sus ojos miran a los niños y parece como el odio que antes contenían desaparece por un momento, para después volver a mirar a los soldados y a los campesinos...

 

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24/04/2009, 00:52
Octavius

Octavius había salido corriendo con los demás y fue gritando todo el tiempo desde que vio a la criatura hasta que el resbalón y la caída al suelo le hicieron parar. Intentaba frenéticamente eliminar los extraños signos del suelo mientras lanzaba nerviosas miradas a la sala y a la puerta. Cuando la silueta de la bestia comenzó a asomar por el umbral, intentó evitar mirarla, como había dicho la rusa, pero se sentía atrapado, sin salvación. Se dirigió a la mujer frenético: - HAZ ALGO, COGE EL LIBRO, mira a ver si encuentras algo, ese maldito libro empezó todo ésto, igual también lo puede invertir. - Y después, una idea se le cruzó por la cabeza - Invertir..., invertir... ¿y si funcionara? - y dirigiendo la mirada hacia los niños, recitó en voz alta la poesía, pero en orden inverso: - Queriendo morir, a seres alados, vemos venir, estando colgados - y observó expectante a los niños por ver si sus palabras producían algún cambio, aunque no tenía mucha fé en ello.

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24/04/2009, 02:21
Alexeva

"Mierdamierdamierdamierdamierda.......no funciona... no funciona"

Alexeva pensaba sin detenerse pero nada le venía a la mente, ya habían "matado" a los niños, y eso que los perseguía se había calmado al verles, pero ahora ya no estaba ni calmado ni lejos, lo tenían encima.
La rusa sabía que no iban a tener otra oportunidad.... y seguía sin ideas.


Cita:

HAZ ALGO, COGE EL LIBRO, mira a ver si encuentras algo...

Era uno de los alemanes quien decía esto, y Alexeva ni siquiera esperó a saber cómo terminaba la frase, cogió el libro y se puso a hojearlo frenéticamente, aunque tratando de no perder detalle mientras se mantenía lo más alejada posible de la puerta de entrada.

Notas de juego

¿Encontré algo mientras miraba las ropas sobre la cama?

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24/04/2009, 18:04
Grüber

Su corazón latía sin control, el miedo de pronto ya no era lo primero que sentía, más bien sentía una especie fría de resignación, si es que no podía hacer nada, no podía ni avanzar, ni retroceder; a pensar del médico, eso era quedarse donde estaba. Por unos segundos miró al demonio que quería acabar con ellos y se preguntó qué clase de monstruos eran ellos para que algo así se les apareciera, se hubiera santiguado si acaso hubiera recordado como hacerlo pero todos los salmos, las plegarias y rezos, se le habían olvidado de un momento aotro. Por más que intentaba recordar alguna, católica o no, simplemente no podía, de su mente salían palabras altisonantes, ninguna que pudiera confortar. Despertó de esa ensoñación quasi llamada pesadilla e intentó ayudar a los demás en su afán por deshacerse de los dibujos, aunque claro, era una tarea en la espera de lo peor. Era mantener la mente ocupada para no sentir fríos, escalofríos, temores y desasosiegos, el médico conocía mucho de anestesias para el alma.

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24/04/2009, 19:04
Director

No Alexeva, solo ropa de un hombre. La ropa es muy fina y cara. Seguramente, deduces, es del padre de los niños...

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25/04/2009, 15:53
Pieter

Tras haber disparado a aquellos niños y cortado las sogas, éstos habían caído despedazados al suelo, pero...en ese momento el monstruo se dejó ver detrás de la puerta, asomando la cabeza.

Pieter, se echó unos pasos atrás involuntariamente. Mientras miraba a aquel monstruo le llegó a sus oídos la frase que Octavius pronunciaba en orden inverso, y recordó la verdadera frase del libro de los niños:" Estando colgados, vemos venir a seres alados, queriendo venir".

Parecía que Pieter había encontrado una respuesta, quizás estaba equivocado, pero tras varios minutos pensando, dijo en voz baja pero audible a sus compañeros:

-¿creéis que hemos acabado con la maldición de esta mansión? Creo que los niños, transformados en espíritu, nos intentaban mostrar lo que estaba pasando en ese momento. Nos pedían ayuda, recordad, y la frase decía que "estando colgados, veían venir a seres alados", y es verdad, el ser alado se dirigía a esta habitación. Nos pedían ayuda para morir: "queriendo morir", y...si los hemos matado, creo que hemos acabado con la maldición.- dijo esbozando una ligera sonrisa.

Pieter estaba agotado, sin fuerzas, pero algo en su interior le decía que ya no había nada a lo que temer. Aunque... ese mostruo seguía en la puerta, pero parecía que su odio había desaparecido.

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26/04/2009, 00:08
Director

El cuello del montruo se encoge un momento y todo parece quedar en silencio durante unos segundos. Después, con un estallido, el demonio golpea con todas sus fuerzas la puerta de entrada de la habitación, y entra a la misma, gritando con toda su voz.

Tenéis que cubriros los oidos mientras el bicho grita, y mientras grita, sus brazos se extienden bajo sus alas y sus manos se abren mostrando sus garras afiladas y amarillentas.

El demonio agacha un poco la cabeza mientras comienza a resoplar, mientras comienza a lanzar zarpazos a diestra y siniestra, intentando golpear a los que allí se encuentran.

Sus dos garras salen disparadas hacia el cuerpo de Grüber, impactando en su pecho con toda la fuerza del demonio.

- Tiradas (1)

Tirada: 2d8
Motivo: Objetivos
Resultados: 3, 3

Notas de juego

Grüber, tira 1d8 + Combate ( el mas alto que tengas ).

Tienes que tirar dos veces, una por cada garra.

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26/04/2009, 06:12
Grigori

Instintivamente Grigori siguió al grupo que huía de la horrible bestia que les perseguía, nunca tan atrás ni tan adelante, no quería separarse de nadie a quien pedirle ayuda, o quizás tenía mucho miedo de andar solo. Sin pensarlo mucho, o más bien nada, entraron a una habitación que al parecer era muy especial, era la misma habitación de la visión que habían tenido hace poco momentos atrás. Resbaló y cayó al charco de sangre y miró bien el resto del lugar, era mucho más horripilante en persona. Asustado y conmovido, se levantó de golpe y con las manos trató de sacarse de la ropa el fluído que probablemente venía de los pobres niños que habían sido crucificados allá arriba. Poco después tropezó con la cama matrimonial y detuvo su actuar. Se dio vuelta hacia los otros, aquellos que no se dedicaban a desesperarse sin razón y a hacer lo posible para que todos salieramos de ahí. -No puedo quedarme así esperando a que los otros me saquen de aquí, debo hacer algo... pero, ¿y si no logró nada productivo? Bueno, al menos sabré en el cielo que lo intenté.-, pensó y su conciencia volvió a estar presente ahí, con ellos y no el alguna otra parte del mundo. Empezó a observar lo que había cerca de él y su vista reparó en las ropas que estaban posadas sobre el lecho nupcial y se acercó a ellas con interés. En ese mismo instante, el monstruo entró lleno de furia a arremeter contra todos sus prisioneros, atacando a un alemán. Las manos del ruso comenzaron a actuar por sí solas, las cuales registraban las prendas con tacto y rapidez, mientras sus ojos se preocupaban de analizar la situación y prepararse para el momento cuando un salto lo salvaría de una muerte no muy placentera.