Partida Rol por web

Pasados unos instantes, el anciano baja los brazos.

Lo que ocurrió después, sería fruto de discusión durante mucho tiempo en La Perla. La puerta de entrada del Vergel y todos los locales y edificios que lo rodeaban desaparecieron en medio de una nube de polvo sin dejar ni rastro. Junto a todos los presentes que se encontraban en los alrededores.

Sin embargo, lo que ven los ojos de todos los desaparecidos es algo que es imposible de describir.  Los que tienen la suerte de ir con los ojos cerrados, atraviesan la experiencia y no la recordarán más que como un mal sueño. Los que sean conscientes, llegan gritando, entre el polvo y los escombros.

Porque no pueden entender lo que ven.

Ni tampoco donde están. Más allá de que la sala en la que se encuentran está oscura y llena de polvo, cuerpos y escombros.

Mientras estoy en el suelo haciéndome la muerta tengo una lucha interna para conseguir mantener la pantomima y no pasar a estarlo de verdad. Nunca había sido una experta en pirateo pero alguna que otra cosilla había toqueteado y ahora todas ellas venían a mi mente de manera desesperada por conseguir evitar algo peor que la muerte. Finalmente triunfo en evitar que el virus me fría la cabeza y suspiro por un segundo a la vez que vuelvo a levantar la pistola apuntando al que tenía más cerca.

Tenía que salir de aquí fuera como fuese y más ahora que mi cabeza estaba a salvo. Sin embargo me había olvidado de algo elemental en un tiroteo: contar las balas. El primero de ellos cae e intento aprovechar el hueco en la formación cuando vuelvo a disparar y nada ocurre. Momento en el que uno de esos malditos soldados aprovecha para golpearme y tirarme contra el suelo.

El dolor es agudo y la dureza del suelo bastante tangible, noto como su pie empieza aplastarme la traquea impidiéndome contestarle un par de cosas que se me pasan por la cabeza al escucharle quejarse por sus compañeros, como si fuera yo la que los hubiese atacado primero o como si los estuviera cazando por algo que ni siquiera entendía. Fuese como fuese cuando ya me espero lo peor noto un pinchazo en el cuello y todo empieza a volverse borroso hasta que al final solo hay negrura y tranquilidad por primera vez en horas...

-Cage, abre los ojos, por favor.- te pide amablemente una voz grave y varonil. Al recobrar la consciencia, te sorprendes al encontrarte bien. Ni un solo rastro de dolor, con una calma emocional mayor de la que recuerdas haber sentido en mucho tiempo.

Es evidente que te han drogado. ¿Pero por qué? Te tienen a su merced, pueden hacer lo que quieran contigo.

-Sé que estás despierta y aunque no dudo que estás muy cómoda, tengo que hablar contigo.-

El tacto del lugar en el que estás es muy agradable: Mullido y suave. Abres los ojos y descubres que estás tumbada en un enorme mueble de diseño extravagante. La luz artificial azulada proveniente de dos grandes lámparas y en la estancia circular de varios pisos, un gran escritorio de madera domina el entorno. En él, un hombre joven de tez oscura te observa con una sonrisa que revela una dentadura perfecta.

-Buenos días. Puedes sentarte, o si lo prefieres quedarte ahí. Supongo que te estarás preguntando que es lo que estás haciendo aquí y por qué no estás muerta.- Antes de continuar, apoya los brazos en el escritorio y entrecruza los dedos. -No es fácil explicar el motivo pero por eso estoy aquí. Esto no es una simulación y mi vida está, por así decirlo, en tus manos. Supongo que tendrás centenares de preguntas y también estoy aquí para satisfacer, en parte, tu curiosidad.- Con calma, el joven abre uno de los cajones y extrae una pistola plateada que te es muy conocida. -Creo que esto te pertenece.- señala antes de lanzarla hasta ti. -Espero que ahora tengas constancia de que, cuando te digo que estoy a tu merced, te lo digo muy en serio.-

Es extraño. El grosor de las cosas comienza a desligarse. Estás observando como la materia sólida se eviscera en pompas de colores variados, en pesadas crisálidas que flotan en el aire perezosamente. Desligadas de sus propias normas, fluctuantes... y lo mismo pasa con Kairo: Las capas de su cráneo y la materia gris se licuan, formando esferas de color rojizo. El hueso le sigue con esquirlas blancas más tozudas e informes. Al girar la cabeza, observas que los otros también están sufriendo los mismos cambios.

Y entonces ves como tu nariz, primero se desprende con gracilidad para unirse con una de tus orejas en un tumor cambiante que sube... y sube. Quieres gritar, gritar de horror. Pero no hay boca, o mejor dicho, tu boca se aleja, junto con todo lo demás, hacia arriba.

Siempre hacia arriba. Siempre hacia arriba.

Y no puede ser real, debes estar en una ilusión neural. Atrapada por algo o alguien...

Pero entonces, ves:

Y lo que ves no puede ser real. No puede serlo.

La sensación de movimiento te haría vomitar en un instante, si tuvieras algo que echar a algún sitio. Comprender usando la lógica lo que estás contemplando, no solo es imposible. Es un error. Lo que se despliega ante ti, se forma y se destruye para renacer mil veces cada instante. La masa causal que bulle y de la que eres parte, podría volverte loca si siguieses los movimientos de aquel "lugar"? Por eso no lo intentas, ni tampoco desvías la "mirada". Es mucho más seguro.

Es extraño. El grosor de las cosas comienza a desligarse. Estás observando como la materia sólida se eviscera en pompas de colores variados, en pesadas crisálidas que flotan en el aire perezosamente. Desligadas de sus propias normas, fluctuantes... y lo mismo pasa con Chase: Las capas de su cráneo y la materia gris se licuan, formando esferas de color rojizo. El hueso le sigue con esquirlas blancas más tozudas e informes. Al girar la cabeza, observas que los otros también están sufriendo los mismos cambios.

La voz de tu acompañante resuena en algún lugar muy lejano:

-!Muy brusco pero válido! !Nos vemos al otro lado! Trabajaré en tus heridas mientras tanto y NO ABRAS TU OJO DURANTE EL VIAJE!

Y entonces tu mirada comienza a elevarse, observas como tus ojos se desprende con gracilidad para unirse con una de tus orejas en un tumor cambiante que sube... y sube. Quieres gritar, gritar de horror. Pero solo dura un segundo,porque tu boca se aleja, junto con todo lo demás, hacia arriba.

Siempre hacia arriba. Siempre hacia arriba.

Y no puede ser real, debes estar en una ilusión neural. Atrapada de nuevo en El Descanso del Viajero.

Pero entonces, ves:

La sensación es mareante y si tuvieras que echar algo fuera, estaría ya flotando a la deriva. Una película azul fina y chispeante te rodea por completo, con una textura quizás gelatinosa, suave, o quizás ninguna en absoluto. El lugar que te rodea, aunque carente de una lógica que puedas comprender, te parece provisto de un orden meticuloso e intencionado. Lo que es caos para tus sentidos, no es más que un delicado orden, uno que quizás responde a designios primordiales, anteriores incluso al tiempo.

Acaso importa? Es hermoso y tú eres parte de ello.

La sensación que te envuelve no deja de ser una extraña desconocida. Y aun así, lo que ves es horrible sobre todas las cosas horribles que has visto.

El entorno, la materia, la gente, tu propio ser... están licuándose. Pasando capa por capa a un estado líquido carente de gravedad. Hueso, carne, sangre, metal, piedra, mente... todo ello se une en pequeñas pompas de color y forma cambiante, aglutinando todo lo que te rodea.

Una marea de materia fluctúa de forma ascendente hacia ti. Y con delicadeza, las suaves gotas que son ahora tu piel, tu carne y tu sangre, se unen a la corriente principal que asciende hacia arriba. Siempre hacia arriba. El esqueleto descarnado que es ahora Carr0ll se desintegra con un chasquido y la velocidad de descomposición y ascenso aumenta de forma espectacular. La realidad, rompiendo sus propias reglas por segunda vez, se deshace ante tus ojos antes de desaparecer.

El último momento se te quedará grabado para siempre en la memoria. Una de las Suplicantes, gritando durante un instante antes de que su boca se despegue de su cuerpo y sus impotentes ojos se unan en una amalgama tumoral...

Que sube y sube.

Lo que "ves" a continuación, te resulta conocido:

Otra vez ese lugar. Pero ahora flotas libre, libre ante la marea de caos que se desata ante ti.

Los planos enloquecidos de la mole caótica que aprecias en la distancia se destruyen y reconstruyen cada segundo. Apenas puedes conformarlos de forma racional con tus sentidos antes de que el patrón cambie y sea irreconocible. El lugar parece muy lejano de tu "posición" pero casi puedes escuchar la cacofonía de la roca triturada y el metal partido en un eterno ciclo de construcción y destrucción. En su lugar, un extraño zumbido cacofónico y cada vez más elevado inunda el "lugar".

Y cada segundo que pasa crece de intensidad. De alguna forma, sabes que si creciese demasiado, te partiría por la mitad, atrapándote en el caos para siempre.

Y crece, y crece... y crece. Hasta que tienes la sensación de que vas a explotar.

El aterrizaje es duro. Un choque crujiente contra los escombros transportados y un suelo duro. Pero lo primero que sentís son los gritos, los gritos desesperados de aquellos que han visto y no comprenden. Quizás sean vuestros propios gritos.

O tal vez estéis cerrando la boca con tanta fuerza que os están doliendo los dientes. Sea como sea, el despertar es duro y no ayuda que estéis casi totalmente cubiertos de un polvillo grisáceo rojizo que os hace toser.

Al recuperar el control de vuestros sentidos, observáis que os encontráis en una sala ruinosa, polvorienta y con una pared cubierta de pequeñas y primitivas pantallas. Un hombre joven tumbado en el suelo sonríe mientras se sujeta un vientre lleno de sangre.

-Conseguido- aflora a sus labios antes de desplomarse contra la pared.

La sala de mandos de donde partiste está si acaso más sucia que antes. Sin embargo, lo que atrae tu atención es el cuerpo herido de Breeki, que se desploma contra la pared.

El anciano emerge de la montaña de restos con el cuerpo empapado de sudor. No ha sido un viaje fácil y toda esta gente...

-Hemos llegado. Sé que tenéis demasiadas preguntas y todas serán contestadas a su debido tiempo. Pero antes,  debo deciros que todo lo que habéis visto es real. Y que no hay marcha atrás, debisteis permanecer con los ojos cerrados.- Se detiene un instante, muy pronto conocerán el peso real de la última afirmación. -Sé que no habéis pedido esto y ya os digo que una vez hayamos terminado, todos tendréis libertad para quedaros con nosotros o regresar a vuestras vidas.- la gravedad y seriedad de su voz es absoluta.-La elección es vuestra.-

El dolor de las heridas habían quedado relegadas a un segundo plano. Lo cierto era que todo, todo lo que era y creía conocer había quedado relegado en un segundo plano. No me di cuenta de estar de rodillas, ni que me estaba abrazando a mi cuerpo como si temiera que partes de mi se seguirían desprendiendo hasta flotar en el espacio imposible, cristalino. Hay un zumbido en mis oídos que muy lentamente va mermando hasta que puedo reconocer gritos agudos, histéricos. Cuando el dolor nuevamente se hace presente, el dolor en mi garganta me hace percatarme que soy yo la que está gritando.

-Noesrealnoesrealnoesreal...- Comienzo a murmurar, balanceándome hacia adelante y hacia atrás, aún de rodillas en el suelo y doblada de manera que mi rostro está a centímetros del suelo. Mientras voy retomando el control de mi cuerpo me percato de mis mejillas húmedas. ¿Sudor? ¿Lágrimas? ¿Algún líquido desconocido?

Sólo al escuchar la voz del viejo comienzo a ver que no estoy sola. Aiko también está aquí, y otros más. -N-n-no puede ser real...- Tartamudeo, sin hacer intento siquiera de ponerme en pie.

Está claro que no me voy a poder acostumbrar a esta mierda. Cuando vuelvo a... mi cuerpo, o lo que espero que sea y no se hayan mezclado entre sí ese caos de... masa, o lo que sea, me alegro de sentir el suelo bajo mis manos. Estoy de rodillas, a cuatro patas y a duras penas consigo controlar las náuseas y las ganas de vomitar. Cierro los ojos, apoyándome en la firme oscuridad de mis párpados, a pesar de que mi mente se niega a ignorar lo que ha visto. 

Los gritos que sonaban en mi mente se siguen oyendo hasta que me doy cuenta de que son de verdad y son los de una de las Suplicantes. Suelto la barbilla y me la froto con cuidado, dolorida, al tiempo que me fijo en ella. Bueno, está claro que al final todos pasamos por lo mismo. Me fijo en la figura de Breeki en el suelo y me acerco gateando hacia él, pasando un momento al lado de la chica que grita.

- Intenta no pensar mucho en ello. No le vas a encontrar sentido por el momento. - le digo apoyándole la mano en el hombro en un pequeño gesto tranquilizador. Luego sigo avanzando hasta quedarme al lado de Breeki y ponerle la cabeza sobre mi regazo mientras le tomo el pulso e intento despertarle - Eh, eh, eh. Más te vale no morirte ahora, ¿me oyes? Lo has hecho de puta madre y has conseguido tu momento de gloria, así que te espera un buen premio, ¿entiendes? - cada vez más nerviosa, me giro y busco por la sala con la mirada - ¡Carr0ll! ¡¿Dónde están los EDs?!

Escucho la voz desconocida y termino por abrir los ojos, aún puedo notar el rastro de la droga. Aún así el sueño había sido bastante reparador. Termino por levantarme mientras proceso el hecho de que sigo viva y tranquila, cuando debería ser todo lo contrario. Y sin embargo ni me habían matado o cifrado como llevaban intentando toda la noche.

Da igual como pinten este sitio esto no deja de ser una celda o ya puestos un patíbulo.

El hombre que me hablaba me esperaba sentado con una calma asombrosa. Y no sabía si era por la droga o que realmente me sentía a gusto en ese lugar, pero no quería borrarle la sonrisa de un golpe. Y por si fuera poco me lanzo mi arma como pidiendo que lo matase.

- Solo mato en defensa propia, y aún entonces no es algo en lo que me recree precisamente.- a pesar de mis palabras recojo la pistola y me siento delante suya.- Qué yo sepa usted no me va hacer nada y hasta parece que va ser uno de los pocos que quiera explicarme porque está pasando todo esto. Así que dime, ¿por qué me tienen tanto miedo? ¿Y a pesar de ello por qué sigo viva? - concluyo cruzando las piernas y acomodándome en el asiento mientras que una única opción se forma en mí cabeza mientras miro al hombre que tengo delante mía directamente a los ojos- O mejor dicho, ¿qué necesitáis de mí?

Luces estroboscópicas... Cristales que se sucedían uno tras otro... Amenazantes... Aita quiere cerrar los ojos, pero al mismo tiempo algo dentro de ella exige seguir viendo lo que ocurre. El tiempo parece pasar de forma perezosa mientras parece que cada cristal será el que vaya a cortarla en pedazos. Como si ella misma fuese un frágil espejo que se hace añicos a la velocidad de la luz, o a una velocidad igual o cercana a 0.
De repente... Todo cesa. Y Aita... Ya no es la misma. Siente náuseas de ese... ¿Viaje? Le flaquean las fuerzas y se arrodilla en el suelo. Hay figuras a su alrededor, pero prácticamente nada puede captar su atención. Está dispersa, muy dispersa. Lo único que hace que voltee la cabeza son unos desgarradores gritos.
Habría creído que todo lo sucedido había sido un sueño si no fuese por esos gritos. Le hacían daño en los oídos y la catapultaron a la fría realidad.

Esa chica... Delaila... No volvería a ser la misma, al igual que tampoco ella misma.

-Los informes sugieren lo contrario. Aunque, ahora que te tengo delante, no me pareces capaz de matar un Cifrador.- aunque parece que va en serio, esboza una leve sonrisa. -Como te dije, estoy deliberadamente a tu merced. Tú tienes el arma, el poder y tú decides que hacer con él. Por otra parte... Miedo? No, no es la palabra correcta. Ahora muchos te tienen rabia porque mataste a Golden_Gun, sobretodo N.I.R.E... que quiere cifrarte y piensa que todo esto es una locura.-

Los ojos del hombre cambian de color en un instante, mostrándose con una pupilas de un color azul gélido. El cambio, aunque inofensivo, te da un escalofrío: Esos ojos te recuerdan a los de Ura, pero carecen de cualquier aspecto natural. Son unos ojos sin conciencia, sin vida, son los ojos de una máquina.

-Pero lo que sentimos hacia ti no es miedo; es desagrado. Eres parte de un problema mayor que trabajamos para arreglar de una vez por todas y que amenaza con destruirlo todo. Eres una anomalía, eso ya lo sabes... ¿Pero nunca te has preguntado por qué te damos ese nombre? Por otra parte, sigues viva porque lo han ordenado desde arriba. Solo sé acerca de eso que Alast0r estuvo a punto de matarte igualmente. Te recomiendo que te alejes de él un tiempo, porque cree que eres una caza no consumada y eso daña su reputación.-

Los ojos cambian de nuevo, hacia el color rosado del amanecer. Más cálido, más amable. Y con una mano, rebusca en el cajón y saca un puñado de brillantes envoltorios. -Se llaman caramelos.- informa tendiendo los envoltorios hacia ti. -Son reales, no biomateria. Y contienen nutrientes importantes para la supervivencia.- De forma exagerada, te explica como desenvolver las esferas de colores y se mete un puñado en la boca. -Ummm! Sandía, rubarda y páser! Yo los mezclo porque saben mucho mejor.-

-Respondiendo a tu pregunta, la verdad es que estrictamente no te necesitamos a ti. Y al mismo tiempo sí. Como ya sabes, de alguna forma te has quedado con la disonancia de Golden_Gun... me refiero a sus armas. Ahí radica lo valiosa que eres para nosotros. No obstante, las órdenes han cambiado; Yo debo de hacer una evaluación y ofrecerte la posibilidad de unirte a nosotros. Por eso estás aquí y todavía existes.-

Su mano derecha comienza a tamborilear en la mesa, marcando un ritmo que tras medio minuto resulta molesto.

El anciano se acerca trastabillando hacia el herido -No lo sé! Intento contactar con ellos! Pero...-

-Ya lo sé, lo he hecho de puta madre. Pero ha llegado el final...- balbucea escupiendo un borbotón de sangre por la boca. Inconscientemente, ladea la cabeza y cierra los ojos. -Ha llegado la hora de mor...- se despide... y entonces escucha la palabra "premio".

Breeki abre los ojos y se levanta sacudiéndose el polvo. -¿Y de que se trata? Porque en realidad ha sido muy fácil. -

-Hijo de puta! Sabes como tengo las piernas, niñato malnacido?! Aghh! Debí suponerlo!- brama amenazando con el puño al sonriente joven.

Las carcajadas del joven resuenan con fuerza en la sala, acompañadas por un chirrido metálico proveniente de un mecanizado de armazón colorido que surge de entre las sombras:

eDDIE: Broma completada!

Edd: He intentado decirles que no es el momento.

Ed: Situación estable, Suplicantes extraídos con éxito... Operación Nightcall completada.
 

Me empiezo a agobiar más al ver que ni siquiera Carr0ll sabe muy bien qué hacer y miro a Breeki con los labios fruncidos y gesto de dolor. Me muerdo el labio, conteniéndome... Y entonces el muy gilipollas se levanta como si nada. Me quedo unos segundos en el sitio, todavía dudando de qué acaba de pasar hasta que escucho a los EDs descojonarse en otro lugar de la sala. Aún con el gesto serio me levanto, con las fuerzas totalmente renovadas por la ira del momento.

Y lo siguiente que se escucha es un chasquido, una bofetada que le corta cualquier risa y tontería, una que hace que incluso me escueza un poco la mano. Le miro furiosa, respirando pesadamente, hasta que le tomo bruscamente por el cuello de la ropa y le doy un beso intenso y largo en los labios, sin importarme si esa sangre es de verdad o de mentira. Cuando termino, me limpio sin vergüenza alguna la boca con el dorso de la mano y le miro con altivez.

- Ahí está tu premio. Pero como nos vuelvas a asustar de esa forma, el próximo va a venir de Carr0ll. - por fin me permito sonreír y le miro, agradecida de que esté bien. Pero sigue siendo un gilipollas. Miro al robot y señalo a las chicas - Ed, tenemos heridas... Unas cuantas, de hecho... - murmuro mirándome el brazo - ¿Cuál era exactamente la operación Nightcall?

Aita alza una ceja con gesto confuso y dirige su mirada al anciano.

- ¿O-operación Nighcall? - Comienza. - ¿Qué es eso?

No puede evitar fijarse en el cálido beso que la desconocida le da al sangriento hombre, y en el mecanizado, de colores muy... ¿Bonitos? Kairo siente el deseo de examinar sus circuitos, su programación, toda su composición...

- ¿Por qué será? - Se pregunta.