Partida Rol por web

José miró a Zapata como abroncándole. Estaba torpe últimamente. Podía ser que no durmiera lo suficiente y estando el el turno de noche era algo de más normal. Él mismo no dormía bien durante el día. Pero eso era algo que no debían debatir en ese preciso momento, pues el jodido moro, se había escapado y con sus grilletes puestos.

- ¡Detente en el nombre de...! - No dijo nada más, pues un extraño ser detuvo el avance de aquel hombre.

Se trataba de un monstruo de muchos apéndices. Un ser amorfo que se desplazaba como arrastrándose y que escapaba a toda lógica conocida. Sin embargo, y pese a que parecía un ser flácido y sin fuerza, acabó por aplastar al árabe en un santiamén. 

- ¡Joder! - Exclamó Marro sobresaltado. - ¡Es... increíble...! - Esbozó a decir.

Ahora todo lo que sabía se tambaleaba. Ver aquella cosa le hizo replanteárselo todo. Podía ser incluso que el libro estuviera en lo cierto y que la única forma de acabar con aquella cosa, porque querían destruirla, eso era evidente, era haciendo lo que el libro quería que hicieran. Destruir la piedra. Lástima saber tan poco.

Lanzó una rápida mirada alrededor de la sala tratando de descubrir la ubicación de la piedra, pero no logró atinar a verla. Entonces alzó su arma y comenzó a disparar contra aquel ser. Igual era mala idea, pero si estaba vivo tenía que poder morir y las balas definitivamente mataban.

- ¡Buscad la piedra! - Gritó el inspector. - ¡Yo le entretengo!

Lopez esquivó el martillo del moro, pero se quedó boquiabierto viendo como sus compañeros le pegaban hostias, otro le tiraba al suelo poniéndoles las esposas, luego Zapata como siempre metiendo la pata, cacheando al moro allí donde no debía de tocar, hasta que el moro salió corriendo hacia la salida llamándoles locos. - No le extrañaba a Lopez, y cuando iba a salir por la puerta algo monstruoso y amorfo dio con él engulléndolo. Dejando a todos boquiabiertos y con una extraña sensación entre miedo y locura.

Lopez se fue corriendo hacia el lugar que decían que estaba la roca esa maldita oculta donde había que excavar... el libro decía que se excavara en el centro de la construcción. La única losa en el centro de la construcción que estaba a moco de pavo era la que ponía tú eres Pedro. Minutos antes Lopez le había llamado la atención a Marro por si intentaba hacer sacrilegio, ahora sabía que el sacrilegio ya estaba hecho al poner esa roca del mal en los cimientos y encima al haber puesto una losa con una cita de Jesús. Aquello era el acabose y Lopez soltó allí la pala y con el pico empezó a estallarlo con la losa intentando hacerla pedazos para poder encontrar la piedra maldita en el interior.

Después de que López hubiese logrado esquivar al árabe, la aparición de aquella bestia y su implacable ataque sobre él mismo, hizo que el joven se estremeciese de terror. Afortunadamente, logró mantenerse lo suficientemente entero como para continuar en la lucha o al menos, intentar excavar.

Para su desgracia, el suelo estaba demasiado duro para él y apenas pudo lograr nada. Además, el brazo recibió todo el dolor, por lo que soltó la herramienta rápidamente.

A su lado, Marro sacó la pistola y empezó a disparar sin parar, impactando en aquella masa informe que era el monstruo, aunque no parecía haberle causado demasiado daño.

La aparición de esa sombra le dejó pasmado... era algo fuera de toda comprensión... Incapaz de reaccionar, vió como acababa con el árabe... y ni se dió cuenta de como había muerto el propio desgraciado; la sombra era lo que ocupaba su mente... era algo para lo que no estaba preparado...

¡¡Era real!!!!