Partida Rol por web

La escalera desdendente me hiela la sangre por unos momentos; no es que sea especialmente asustadizo, pero... toda iglesia que se precie, a partir de ciertas dimensiones, tiende a tener una cripta o similar... cripta proviene del latín que indica críptico oculto... o sea, lugar para esconder algo... Me da mala espina, y lo mismo deberíamos buscar luz en condiciones antes de aventurarnos en un lugar que no sabemos que estructura interna tendrá.

En esto aparece Novoa, trayendo el libro con ella... curiosamente, la letra debe ser ilegible, pues aparentemente no han podido leer nada de él. Tal vez la tipografía sea de un estilo de esos que son incómodos de leer hasta decir "basta!", de modo que se lo pido, y echo un vistazo...

-Pardiez... hacía mucho que no leía un tipo de letra como este... cuesta, pero ....

Absorto, por unos momentos me olvido de la escalera que baja.... ¿qué gaitas dice el libro este?

Finalmente, como por arte de magia, Zapata consiguió darle un sentido a todo aquello. Empezó a ver sílabas que resultaban familiares y poco a poco, en cuestión de segundos, comenzó a encontrarle el sentido al texto que tenía delante. Aunque había varios fragmentos en donde escoger, no todos eran igual de legibles, así que seleccionó uno en concreto que fue capaz de traducir con rapidez, y lo leyó en voz alta, antes de que nadie se moviese:

El texto parecía hablar sobre algunos capítulos del Génesis, comparándolos con ciertas tradiciones judías, consideradas heréticas, y en un fragmento, leyó lo siguiente

La torre de Babel se construyó por inspiración diabólica y muchos son los templos levantados por manos humanas que, en realidad, sirven al Maligno. Pues según parece, el Diablo, diseminó por la tierra ciertos pedazos de roca. Esa roca es roja cono sangre y de tacto suave y gomoso, parece que tiemble levemente al tacto. Si alguien se encuentra con una de estas rocas es hechizado por ella. Ya no vive la vida de los hombres, pues tiene en sus sueños visiones del Infierno y de mundos extraños y crueles y, durante la vigilia se ve obligado a hablar de ellos o a dibujarlos o a esculpirlos, y así son descubiertos. Yo lo sé porque he quemado a muchos. Aquel que sea hechizado por la roca, la enterrará como primera piedra de su templo y a su alrededor levantará una edificación blasfema, y si nadie retira esa piedra, esa edificación crecerá a la vez en el Infierno, y los piadosos ritos que se realicen se convertirán, en verdad, en cantos de gloria y alabanza a Lucifer, y este vendrá finalmente acompañado por sus legiones y la tierra temblará con el Armagedón.

Y si tú que esto lees quieres evitarlo, no te preocupes en destruir el templo, pues nada conseguirás: excava en el centro de la construcción y extrae la piedra y destrúyela. Pero ten cuidado, a su lado siempre hay un guardián.

Lopez siguió a sus camaradas con un tembleque todavía arrebujado por la sensación que había tenido, el que no atendieran a su idea de no llevar armas le pareció una locura. Si aquella cosa se le metía en su mente podía hacer que se dispararan unos a otros, pero aún así siguió con ellos. Eran el grupo de investigación, y además el único grupo que estaba metido en este asunto y que sabían de qué iba el tema.

Pasados los escombros y la zona donde los obreros habían dejado las herramientas encontraron a Julián ensimismado en una faz de horror. Lopez lo único que pudo hacer fue dirigirse hacia él, y poner su mano en su hombro a la vez que con palabras calmadas quiso que su compañero saliera de su delirio. - Tranquilo Julián ya ha pasado todo... Estamos todos aquí, esa cosa se ha ido calma. Le argumentó cuando vio que uno de los miembros del grupo había encontrado algo... al parecer una puerta a un sótano. - Hay dos entradas a ambos lados de la nave... pero este sótano no lo había visto... ¿Creéis que sería bueno entrar? No llevamos linternas... ¿O alguno tiene? Dijo Lopez que no le hacía ni pizca de gracia entrar en un recinto a oscuras, y más sabiendo que era el hogar de esa cosa.

- ¿Excavar? - Preguntó entonces Marro al escuchar lo que Zapata les había contado. - ¿Una piedra mágica? - Negó con la cabeza. Aquello eran chaladuras sin demasiado sentido. - ¿Cómo nos vamos a poner a excavar ahora? - Lo cierto era que Marro no lo veía claro. - ¡Es de noche, no tenemos picos ni palas! Aunque... - Hizo una pequeña pausa y miró a su alrededor. - Esto está lleno de herramientas. Podríamos encontrar... - Meneó la cabeza de lado a lado. - ¡Pero no vamos a ponernos a excavar ahora!

Aunque parecía tener muy claro por sus palabras, que allí no estaba sucediendo nada paranormal y que lo que acababa de leer Zapata no eran más que tonterías, supersticiones y chaladuras, también tenía bastante claro, que algo extraño estaba sucediendo. Habían sido muchas las muertes en extrañas circunstancias. El rostro de pavor que quedaba en los fallecidos, indicaba que no habían sido muertes normales. Pero de ahí, a pensar en magia negra y brujería, había un paso.

- Bueno... - Tomó aire. - Confío en ti, Julián. Dime que es lo que has visto. - Entonces miró a López. - No es que no confíe en ti... - Trató de excusarse. - Pero prefiero contrastar la información. Quiero saber que viste tú o creíste ver y que fue lo que vio Balaguer. Sólo entonces tomaremos una determinación. ¿Os parece?

Tras leer el texto, me quedo pensativo... Soy critiano practicante, de la religión Ùnica y Verdadera, y creo a pies puntillas el el Cielo, Infierno, Dios, la existencia del Demonio, y todo cuanto nos han inculcado desde niños. También creo en lo que veo, y en mis tiempos jóvenes, hace ya muchos años, ví cosas que hicieron que los cimientos de mis creencias se tambaleasen. Por una parte, no puedo dejar de ser escéptico ante un texto, pues puede tratarse de una mera ficción, pero por otra, cuanto dice no contradice los Textos Sagrados, pues el mal existe, eso es cierto como que hay Dios.

-De todos modos, no se puede descartar nada. Sabemos que hay algo raro, que no encaja con los que hemos visto en nuestros años de experiencia.

Una obra es, ciertamente, el lugar en que es más fácil encontrar herramientas...

-Voy a la caseta del jefe de obra; al lado tiene que estar el almacén de material de uso inmediato, y tienen que tener linternas, pues la luz del sol no llega a todas partes, y también tienen que trabajar en el subsuelo. Al marten de lo que pensemos, hay alguien, o algo, escondido en las sombras y necesitaremos coger algo prestado.

Al fondo ve algo... se diría que es una pequeña caseta o almacén. Hace un gesto con la mano para que alguien le acompañe: dadas las circunstancias, mejor no ir solo más que para lo imprescindible.

La caseta tiene una cerradura que no tarda nada en ceder ante las mañas de Antonio, que ya es perro viejo en estas cosas, y sabe como hacer saltar un pestillo simple como estos... que han sido muchos los cacos que ha cazado, y algunas de sus artes ha terminado aprendiendo a base de examinar sus resultados y procedimientos.

No obstante, al abrir, como está oscuro cual boca de lobo, no ve una mierda... aún no se ha acostumbrado a la oscuridad...

José nunca había sido un gran buscador. Siempre solía pasar de puntillas sobre el escenario del crimen, y no solía tener paciencia para hacer una búsqueda concienzuda. De hecho, era más bien de las personas que solían perder las cosas. Nunca sabía donde ponía las llaves y una vez tenía que salir de casa para ir al trabajo, tenía que ponerse a buscar como un desesperado. No era hasta que su mujer le encontraba el llavera, cuando podía irse y algunas veces llegaba tarde.

Sin embargo, podía ser que por la tensión del momento o la necesidad imperiosa de cerrar aquel asunto, aunque también podía ser de pura chiripa, Marro encontró lo que estaban buscando. En aquel almacén había material suficiente como para hacer una excavación, al fin y al cabo, estaban construyendo un edificio. 

- ¡Mira allí Antonio! - Señaló su hallazgo.

Menos mal que Marro estaba por allí y que sin demasiado esfuerzo, logró encontrar justo lo que necesitaban. Había un par de linternas, picos y palas, e incluso cuerda perfectamente enrollada, como si estuviese esperándoles. Todo lo que un buen investigador... o ladrón de tumbas, necesitaría.

Marro sonrió. Acababa de dar con lo que buscaban. No sabía si estaban haciendo bien. Al fin y al cabo acababan de entrar en una propiedad privada, sin autorización y iban a comenzar una excavación. Era cierto que estaban en medio de una investigación oficial, pero su salía mal y se hacían preguntas, sería difícil justificar lo que habían hecho, sin ser tomados por locos.

- En fin... - Suspiró. 

El inspector comenzó a sacar material y fue entregado palas, picos, linternas y todo lo necesario entre sus compañeros para llevar a cabo la excavación. Una vez armados como saqueadores de tumbas emprendieron dirección al sótano.

- ¿Listos? - Sonrió levemente. - ¿Estamos seguros de lo que vamos a hacer?

Lopez siguió a Marro hasta la cabaña del guarda, viendo con qué facilidad se desacía del candado. - Marro, ¿donde aprendió a abrir cerraduras? Le preguntó extrañado. - Había visto unas cuantas palas y picos al comienzo de la obra pero necesitábamos las lámparas bajo candado. La verdad que es usted una caja de sorpresas, dijo Lopez queriendo eliminar de su mente lo que había pasado minutos antes, se frotó el rostro esperando ordenar todos sus pensamientos, ¿se estaría volviendo loco?, - Cuanto antes acabemos con esto mejor, dijo Lopez cogiendo una lámpara en su mano derecha y un pico y una pala en su mano izquierda.

- ​​​​​​¡Oh no, el mérito no es mío! - Respondió Marro. - El ladrón de guante blanco aquí es Zapata. Yo sólo encontré el material en el interior, pero fue Zapata el que abrió el candado. Muchos años de experiencia te enseñan a hacer cosas... - Sonrió. - ...dumiferentes. ¡No perdamos más tiempo! - Exclamó mientras reanudaba la marcha.

- ¡Vaya con el gran Zapata!, en otra situación Lopez hubiera sonreído pero ahora poca sonrisa podía demostrar con lo sucedido, demasiado había tenido con conservarse lo suficientemente cuerdo. De todas formas miró a Zapata con curiosidad, y otra vez hacia la zona que debían de ir, seguro que algo de lo que había dicho era creíble sino estaba el pobre Julián que parecía haberse quedado petrificado después de lo sucedido. Él era un claro ejemplo de que algo extraño, sobrenatural había sucedido. - Si no me creen miren a Julián, que parece haberse quedado petrificado, un hombre no se queda en ese estado por nada, algo tuvo que pasar, yo sé que esto puede ser una locura pero ya estamos viendo que este caso escapa al raciocinio.

Mientras cogía una pala, prestaba atención a las palabras del resto...

-A saber de lo que se trata, pero lo que sí que es cierto, es que lo que pase en Barcelona, es asunto nuestro... y si pensamos que no, tranquilos, que alguien hará que sea problema nuestro... Dicho de otro modo, tenemos que hacerlo.

Miró al resto, mientras esperaba que se equipasen; no cogió una linterna, pues prefería tener las dos manos para la pala... y porque como tenía el día tonto, era casi seguro que se le rompería a la primera de cambio...

Antonio siguió a Marro hasta la entrada del sótano, veía a Marro ahora más activo que Zapata, quizás era porque sentía más curiosidad por lo sucedido, o no supo porqué exactamente. No obstante, aunque a Lopez no le hacía ninguna gracia volver sabía que si esa cosa había desaparecido momentáneamente era el intervalo que necesitaban para hacerlo. - Sí, vayamos... Le dijo a Marro y siguiendo sus pasos: - Si esa cosa no está ahora es mejor hacerlo antes de que vuelva. Le respondió a los demás ante sus dilemas, siguiendo el camino para encontrarse con Julián y Teresa, que por cierto había tenido agallas la muchacha para quedarse con Julián ahí sola. Con la linterna en una de sus manos, Lopez pudo examinar mejor por los sitios que iba avanzando, y aunque había escuchado la parte del libro que halló no le esclarecía mucho, salvo que ahí abajo tendrían que encontrar algo, aunque no sabía qué.

Alumbrados con las linternas que encontrasteis, empezasteis a bajar las escaleras, con miedo, pero también curiosidad. Julian se había recuperado un poco y ya al menos caminaba junto a vosotros.

Las escaleras conducen a una cripta de casi las mismas dimensiones que la nave superior y de unos dos metros de altura. A diferencia de lo que habéis visto hasta ahora las obras en este lugar parecen estar completamente terminadas y. cosa extraña dada la magnitud de la construcción, no había nada de polvo en la cripta.

Al menos, todo estaba silencioso y parecía vacío.

Marro, armado con pico, pala y linterna, empezó a desplazarse por aquella sala extrañamente limpia. Buscaba el centro de la misma y el lugar donde empezar a cavar, si es que no veía realmente la piedra con la que tenían que hacerse a simple vista y si es que realmente había alguna piedra, cosa que todavía no tenía del todo clara. 

- Ésto está extrañamente limpio... - Observó la evidencia hacia sus compañeros. - ¿No tendría que estar lleno de polvo? 

Fue entonces, al decir aquello, cuando se detuvo donde creía debía ser el centro de la construcción y donde según decía el manuscrito, debía estar lo que buscaban. Fuera lo que fuera...

- Ésto es una locura... - Dijo para si mismo.

Bajó tras Marro, que, linterna en mano, descubrió para la vista de los demás, lo inmenso que resultaba ese espacio, aparentemente solo poblado por columnas. La luz iluminaba dichos elementos arquitectónicos a su paso, pero dibujaba sombras en movimiento a la par que ellos se desplazaban...

... para gente con menos... aplomo, por no decir reaños, que ellos, esto sería pavoroso, dado el silencio sepulcral del lugar. Lugar oscuro, húmedo y frío,... como una tumba. Desechando dichos pensamientos inútiles en ese momento, Zapata fijó la vista en cuanto pudo, y coincidió en que era extraña la ausencia de polvo...

-Me gustaría conocer a la señora de la limpieza de este lugar; sin duda conozco gente que pagaría su peso en oro para que trabajase en sus casas...

... Al menos un chascarrillo para rebajar la tensión, pensó, mientras avanzaban en busca del centro del lugar, o casi mejor dicho... del lugar más importante...

-Deberíamos prestar atención al lugar bajo el Altar Mayor... si el texto no era una sandez, sería el lugar más importante del Templo..

Al iluminar con las linternas, Marro da con algo. En el centro de la cripta hay una loseta con la siguiente inscripción:

Tu es Petrus.

No parece que haya nada más por los alrededores, al menos que vosotros veáis. Si embargo, en ese momento, oís unos pasos que parecen provenir de las escaleras que habéis dejado atrás.