Partida Rol por web

Durante las tres semanas trato de empaparme de toda la sabiduría que pueda transmitirme mi sire. El señor Ross se convierte en mi mentor y me enseña los entresijos de la dominación, nuestra disciplina más útil y poderosa.

“Controlar la voluntad de los demás, ordenarles que hagan lo que quieras… Las posibilidades son muchas, y éste nuevo poder que puedo ejercer sobre los demás me gusta. Me gusta mucho.”

Me dirijo hacia la oficina del señor Ross, y allí lo encuentro. Me estaba esperando. Me quedo de pie, atento a lo que me tiene que decir. En mi rostro surge una nueva sonrisa.

- Me creo capaz. Cumpliré la misión, y no os defraudaré. La única dificultad será escoger un restaurante, je je… - me siento muy seguro, y poderoso. Ahora que puedo controlar la voluntad de los demás me siento… imparable. (Como mínimo con los simpes humanos, pues los vampiros no son tan fáciles de controlar…). Comienzan a ocurrírseme diversas formas de evadir la cuenta. Podría hacer creer al camarero que le pagué por adelantado, sí...

Recuerda que no puedes comer nada,  la comida humana te hace daño, pero. Sonrie de manera muy misteriosa. Cristine sí come. Nuevamente te mira de una forma extraña. Además es bueno que los vean juntos. La anterior frase no sabes porque la ha dicho pero tampoco preguntas. Ve y diviertete.

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No te tardo mucho escoger un buen restaurante. Después de un mes de ser vampiro, te has enterado que la hermosa Cristine solo es un criado, o ghoul de tu sire. A él no le molesta que se relacione con tigo... en realidad, parece que no le importa sedertela como criada. El hecho que se acuesten parece no afectarle, es más, parecía complacerle.

Aunque, ese hecho no dejaba de inquietarte.

Antes de salir te encuentras con Cristine quien esta hermosamente arreglada. No sabes si te has enamorado de ella, o es simplemente una obsesión.

¿ Escogiste el restaurante? te dice de manera delicada

- Oh, por supuesto que lo he escogido. Uno exquisito. – trato de parecer radiante. No puedo evitar emplear lo que me ha enseñado mi sire.

- Lo he preparado todo para la ocasión, va a estar muy bien. – Sonrío.

El mesero los recibe. Bienvenidos a "la bella plaza", ¿tienen reservaciones?

- Por supuesto que tenemos reserva, ¿no se acuerda? – digo, mientras lo miro a los ojos. Entonces trato de emplear esa habilidad que me enseñó mi sire, para implantar recuerdos en la mentes de los demás.

Trato de concentrarme mucho, enfocando mi mente hacia el recuerdo falso que quiero meter en su frágil cabecita.

“Con dos semanas de antelación vine en persona a hacer una reserva, para una romántica velada a solas mi acompañante y yo. Pagué una cuantiosa suma de dinero por la cena y todos los servicios de los que quisiese disponer. También pagué un plus por intimidad. Usted fue asignado para atenderme esta noche y satisfacer todas las necesidades de mi acompañante y yo durante la cena. Además reaccionó con mucho entusiasmo al poder servir a alguien como yo.”

El hombre se siente confundido.

Ohhh si señor, si señor, siga,  siga.

Y te hubirca en la mejor mesa.

¿desea algo de beber?, ¿alguna entrada?

Notas que Cristine sonrie, pero a la vez esta algo pensativa.

- Yo de momento no voy a tomar nada. – miro a mi acompañante, sonriente. - ¿A ti te apetece algo, Cristine?

Debería pensar sobre el tema de la comida. Por mucho que ahora esté bajo mi control se sentirá extrañado si no como nada… Creo que implantar más recuerdos falsos en su memoria sería arriesgado, tendré que pensar en algo…

- ¿Qué te parece el lugar? ¿Crees que ha sido una elección apropiada? Estuve buscando un lugar lo suficientemente exquisito como para que pudiésemos tener una agradable velada. – adopto una postura más interesante, apoyando os codos sobre la mesa y juntando mis manos frente a mi rostro, con los dedos entrelazados.

Ella pide un plato de mariscos, y el mesero les trae  luego, platos, pan, y vino “cortesía de la casa”.  

 Cristine toma tu mano y te mira con cariño. Todo está perfecto, en realidad. Sonríe nerviosa. No pudiste escoger mejor restaurante. Te acaricia entre los dedos, y te sonríe.

Tu cómo es usual estas pendiente de ella, pero notas que sigue algo nerviosa, sin embargo la velada es perfecta. Los atienden como reyes.

La suave música se escucha alrededor, y ambos se ven muy enamorados. Es más, reciben las miradas de algunos comenzales.

Por fin ella te habla con la voz baja y algo queda.  Richard  tengo que decirte algo, algo que Robert ya sabe.

Sonrío, tratando de hacerla sentir menos nerviosa. Cuando acaricia mis dedos siento su calor. Ese calor humano del que ya no dispongo… Siento cierto anhelo por la calidez de un cuerpo normal, pero todo el poder y la inmortalidad que he recibido a cambio me quitan rápidamente de la cabeza cualquier pensamiento que tuviese respecto al tema.

- Adelante, Cristine. Sabes que puedes confiar en mí. Escucharé atentamente todo lo que tengas que decirme.

¿Es enamoramiento quizá? Estoy seguro de que si estuviese viendo esto desde fuera me repugnaría el comportamiento que estoy teniendo con alguien inferior a mí. Pero es que es tan bella… ¿Podría llegar algún día a ser como yo y vivir juntos toda la eternidad? Es algo que tendría que considerar muy seriamente, quizá esto no es nada más que un capricho (y eso espero).

Sacudo un poco la cabeza, sacándome de encima ese lapso de tiempo que he estado pensativo, para volver a atender a mi acompañante.

La mujer deja de comer e inmediatamente un mesero retira el plato. Richard,  ehh... yo.. eh... ¿recuerdas nuestra primera noche?, bueno. Titubea. Estoy embarazada, y estoy segura que es tuyo.

Baja la cabeza, y puedes sentir un temblor en sus manos, y una lagrima que sale por el costado.

En realidad, esa noche, fue tu última noche cómo humano. Sabes que un cuerpo vampiro no puede tener hijos, pero esa noche, esa última noche cómo humano, aún podías engendrar.

Todo mi mundo se detiene de pronto. Durante escasos segundos me aislo completamente de todo lo demás. Dejo de escuchar a los comensales hablar, incluso dejo de sentir la cálida presencia de Cristine.

Un hijo tuyo...

Me quedo petrificado, sin saber bien qué decir. Y Ross lo sabía. Por eso se mostraba tan complacido de que pasase tiempo con Cristine. Esto ha pasado del puro capricho, y se ha convertido en algo más. No puedo tener un hijo. ¡Ni siquiera me lo había planteado aún!

Sabía que algún día debería tener descendencia (antes de convertirme en un vampiro) pero no me esperaba algo así, ni mucho menos…

- Esto, yo… - sin saber que decir comienzo a bloquearme. No me lo puedo creer. ¡Yo, bloqueado! Uno de los empresarios más importantes de Texas… - Creo que deberíamos hablarlo con el señor Ross. Él sabrá qué hacer.

Maldita sea… ¡Él lo sabía y no me dijo nada! Pero siendo sincero, es el único en el que puedo confiar ahora mismo (aparte del gran respeto que le tengo) y seguramente sea él el que pueda darme una solución, o como mínimo un consejo.

En mi cabeza se concentra un cúmulo de emociones. ¿Estoy lo suficientemente “enamorado” de Cristine como para esto?

Evidentemente la noticia es reveladora. Cristine baja la cabeza, y deja de hablar el resto de la noche, la cual termino según se esperaba, saliste sin pagar la cuenta, pero con miles de confusiones en el corazón.

¿podía un vampiro tener un hijo?

¿Podías tu ser un padre?... bueno evidentemente esa noche fué, tan rápida que irresponsablemente no te protegiste, y era la última noche fértil tuya, y diste en el blanco. Fue un hoyo en uno en el golf.

Salen del restaurante y entre Cristine y tu solo hay silencio, y asi llegan a la mansión y tienes oportunidad de hablar con tu sire.

El se encuentra en una esquina de su oficina leyendo, de manera calma, mientras tu entras por la puerta.

Durante todo el viaje de vuelta no digo nada. Simplemente me quedo en silencio, reflexionando seriamente sobre la situación.

Tómatelo con filosofía, Matt… Un heredero legítimo y sangre de tu sangre era lo único que no podías tener siendo vampiro. Quizá haya un lado positivo. Nunca más podrías haber tenido un hijo…

Me siento algo asustado, asustado de lo que pueda pasar. Y odio estar asustado.

Cuando llego a la oficina de mi sire le saludo cordialmente, no hay que perder las buenas formas.

- Buenas noches, señor Ross… - espero unos segundos mientras reúno toda la calma que me queda. – La velada con Cristine ha sido maravillosa, pero quería hablar de algo con usted… - en cierto modo trato de desviar la mirada de sus ojos. Él lo sabe, y sabe que lo sé. 

Con tranquilidad el hombre te dice. ¿qué ocurre Mathew?, tienes la cara cómo si hubieras matado a alguien ¿lo hiciste?. Sonrie de manera misteriosa

- No, no he matado a nadie. – trato de adoptar una expresión hierática. No me puedo creer que me esté mostrando tan débil, aunque sea frente a mi sire. – Cristine me ha dicho que está embarazada, de mí. Por lo visto usted ya lo sabía…

Maldita sea Matt… ¿Y si Cristine tiene que abortar o algo parecido? Yo no podría estar de acuerdo con algo así, no contra mi… propio hijo.

- Venía en busca de consejo…

El hombre te mira, y sientes cómo le brillan los ojos. Eres un hombre de negocios Dawson, sonríe nuevamente haciendo un gesto me sorprende que no puedas ver una oportunidad cuando se presenta.

¿creíste que no sabía que te acostabas con Cristine?, oh bueno, en realidad eso ahora no tiene importancia, ella será tu esposa, y ese niño que nacerá de ustedes será la inversión perfecta para un futuro brillante.

Nota tu expresión de asombro. Algo de lo que dice te intriga.

 Camina alrededor de ti con magnificencia. Ese bebe, ya sea niño, o niña, será criado para ser un líder, tu hijo, y en ese momento le brillan los ojos más, podría ser un próximo presidente de los Estados Unidos, tu familia tiene vínculos con la presidencia, así que ¿Por qué no? , porque no tener un hijo que guiara a muchos y que lógicamente nos puede servir.

Te mira a los ojos y en ese momento sientes que domina tu mente y no puedes hacer nada al respecto.

Te casarás con Cristine, será una boda perfecta, muchos estarán invitados, tus padres estarán complacidos de que hayas sentado cabeza,  tus amigos te verán cómo un hombre de familia, y para el resto de la humanidad simplemente serás un millonario feliz.

Sonríe. Sin embargo, tendrás mucho cuidado con esa criatura. Y disminuye la voz de manera casi melodiosa. Dado que con tu naturaleza podrías matarla en un ataque de ira.  Sigue mirándote a los ojos. Vivirás aparte de ellos, les cuidarás pero con prudencia, le darás todo a tu hijo, pero no le malcriarás en demasía, dado que tendrá que ser el mejor... ¿entiendes? ... EL MEJOR

Da media vuelta después de haber dominado tu mente..¿cuántos vampiros pueden decir que tienen un hijo?... y se ríe.

Madura Dawson, tendrás que sentar cabeza, ahora eres uno de nosotros y tendrás que servir al sistema.

Tu sire sale de la habitación y te deja impactado. Por unos minutos el nerviosismo se apodera de ti. No esperabas ese discurso, tal vez esperabas  un discurso paternal sobre la responsabilidad, la vida, y el futuro, pero en cambio de eso te han dado una orden. Tu hijo, tu sangre, será un ser que nacerá para ser líder, y para servir a tu clan. Sientes muchos sentimientos encontrados al respecto, porqué sea lo que sea, sigues siendo muy humano, y no puedes evitar amar y sentir dolor.

Tiempo después de mucho pensar, llegas a la conclusión de que Ross había planeado todo desde un principio.

Cómo te lo dijo tu sire, un mes después se celebraría una gran boda. Tu padre estaba orgulloso, tu madre lloraba de alegría. A la fiesta acudieron desde políticos hasta celebridades. Todo era perfecto... o eso parecía.

Siente meses después nacería un varón, parecido a ti. El nuevo orgullo de los Dawson, el próximo líder.

Y así termina la historia de un hombre que lo tenía todo, y que al desear más, ingreso a las filas de los ventrue.

Un vampiro qué a pesar de tener mucho dinero, había descubierto su parte Humana justo después de morir.

FIN