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Noches venecianas

Capitulo Uno: Los sotanos de Venecia

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03/04/2019, 19:52
Narrador

El aire de la posada estaba cargado del olor a vino caliente especiado, el perfume empalagoso de alguna de las mujeres y el pegajoso calor de las velas de cera. El ambiente general era alegre pero discreto, todo el mundo parecía divertirse con las mujeres de vida alegre que deambulaban por la sala y los reservados. No era como otras posadas que haiais visitado, no había gritos ni borrachos babeando sobre la barra, todo transcurría con una impecable etiqueta.

Solo tres personas destacaban en el cuadro que formaba la sala, tres personajes que parecían haberse añadido caprichosamente después al lienzo. Un monje de cara seria y tonsura impecable con una flor encarnada colgada de su hábito, un caballero armado y preparado para la lucha con una flor igual que el monje, y finalmente un caballero vestido con una capa vasta de pieles impropia de la elegancia de Venecia.

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05/04/2019, 09:01
Zoltan Bratovich

No me gustaba el ambiente interior de aquel lugar. Estaba demasiado apegado al desapacible frío de mi tierra, al silencio de los oscuros corredores del castillo de Padre, a lo inhóspito de sus páramos y bosques. Aquella sala llena de risa y efluvios propios de la mortalidad me resultaba algo opresiva, tal como lo hacía la "sala de trabajo" de mi Sire, una de las mayores distancias entre nosotros. Al contrario que el resto de mis hermanos, incluida mi propia esposa, yo no entendía ni encontraba satisfacción alguna en el trabajo de la carne y el hueso, lo encontraba desagradable y zafio, aunque había de disimular mi pensamiento respecto a ello para no ofender a Padre con ello. Como resultado de tales redaños, no obstante, había reforzado otras facultades que bien me habían servido en la carrera por el favor de Padre en la dura competencia que suponía la jerarquía de nuestro voivodato.

Y una de esas facultades era, cómo no, la observación. No costaba de darse cuenta de qué no encajaba en aquel lugar, con tan sólo un rápido vistazo a la estampa general. Habida cuenta de la obvia salvedad que suponía yo mismo, con aquellas pieles propias del frío de mi patria pero impropias de la ciudad que ahora pisaba, había dos hombres que tampoco encajaban. Incluso Jensi, mi escudero allí presente, se habría dado cuenta de ello. Pero había algo más, algo que quizás no resaltarse tanto a simple vista.

Jensi, la flor que te entregué antes... ¿Qué has hecho con ella? -Pregunté a mi escudero, una vez tomamos asiento en una mesa lo más discreta posible. Lo hice sin mirarle, pues estaba ocupado concediendo toda mi atención a uno de aquellos hombres, aquel que vestía como un religioso de la fe de Cristo.

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05/04/2019, 09:19
Zoltan Bratovich
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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05/04/2019, 10:51
Francesco

Francesco echo un vistazo rápido a su alrededor mientras el posadero revisaba los huecos en las habitaciones, no pudo sino maldecir a la mujer que le había llevado a aquel lugar, más parecido aun antro de perversión que a una posada.

La gente de diferente calaña que se apostaba en el lugar no auguraban una buena compañía, tras despachar con el posadero el monje se disponía a salir de aquella oscuridad cuando algo llamo su atención. Había dos caballeros en la posada que sin duda eran diferentes a la mayoría de escoría del lugar, uno de ellos parecía más rudo probablemente del norte pero había otro con aire más refinado que portaba una flor que enseguida Francesco pudo reconocer.

Aquella visión hizo cambiar de planes al cainita, el cual empezaba a pensar que aquella mujer le había llevado al lugar indicado. Francesco se acercó al caballero mientras mostraba visiblemente su propia flor.

¿Puedo acompañarle con un poco de vino?

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05/04/2019, 11:09
Don Diego de Ruiz y Serrano

El lugar es interesante y acogedor. Está claro que no es la clásica taberna que uno encontraría en los caminos, pero estamos en la Vieja Venecia. Este es un lugar donde incluso el más atávico de los placeres y deseos se trata como una cuestión de absoluta refinación. Posiblemente incluso exista un cierto código para pedir servicios sexuales o incluso para dar un puñetazo a alguien. Está claro que he llegado a mi restaurante favorito en la ciudad.

Sonrío y me siento en una esquina mientras repaso el menú con cierto desapego, pero quedándome con todos los detalles. La cabalgada ha sido larga y creo que me he ganado unos pequeños dulces para abrir el apetito antes de empezar a dedicar mi tiempo a las obligaciones de mi oficio. Además, dudo que esta noche tratemos nada sobre la futura cruzada contra los herederois de Al-Nāsir Ṣalāḥ.

Observo a aquellos que llaman mi atención, especialmente a un caballero que con toda claridad no ha nacido en la ciudad de los canales. Posiblemente sea de tierras más frías, ya que dudo mucho que sus ropajes estén relacionados con la temperatura que en una noche como esta nos acoge, con mayor razón en el ambiente que nos rodea en estos momentos.

Al final selecciono a la compañía que más me apetece y muestro un mayor interés en ella. Dejo que sea quien sea ella quien lance la caña.

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05/04/2019, 11:09
Don Diego de Ruiz y Serrano
Sólo para el director

Notas de juego

Nota aclaratoria: Estoy haciendo teatro, mis intenciones para esta noche no son las de cubrir mi adicción, al menos en principio. Estoy trabajando. XD

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07/04/2019, 23:00
Jensi Szantovich

Jensi, un hombre enjuto que seguía al hombre de la capa de piel, saco una flor de uno de sus bolsillos. La flor roja estaba algo arrugada y deslustrada, pero se podía ver claramente que era la misma flor que llevaba el monje y el guerrero.

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07/04/2019, 23:02
Narrador

Los dos hombres con la flor roja tienen flores auras pálidas pero no puedes discernir más matices en su alma.

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09/04/2019, 12:19
Zoltan Bratovich

Mis ojos pudieron comprobar que aquellos dos desconocidos que compartían una característica común, además de un detalle superficial e irrelevante en apariencia, no permanecían completamente ajenos, el uno para el otro. De hecho, el hombre que aparentaba formar parte de la jerarquía de la religión occidental no tardó demasiado en acercarse al otro, cruzando unas palabras con él.

Lo que mis ojos no vieron, pero sí mi alma, fue otra característica que los unía, entre ellos y conmigo. La palidez que vislumbraba en sus auras los delataba como inmortales sin vida, seres que habían trascendido la mortalidad para permanecer eternamente en el punto intermedio, ni muertos ni vivos. Poco más pude saber, pero aquello era cuanto precisaba.

Torcí mi rostro hacia Jensi, mi escudero, descubriéndole con aquella flor en la mano. Maltrecha por el poco cuidado con que había sido cuidada, aquella flor se mostraba algo arrugada, además de haber perdido parte de su lustre y belleza. Acerqué mi mano y la tomé, aproximándola a mi rostro para olerla ligeramente. Sin embargo, no era su aroma lo que yo buscaba, sino la historia que había tras ella. ¿Acaso aquella niña la ofrecía únicamente a los nuestros? ¿Cómo podía ella saber a quién entregarla? Y con ella bien visible... ¿Quién observaría que la llevásemos? Seguramente aquella simple flor no respondería a aquellas preguntas, pero esperaba al menos obtener alguna pista al respecto.

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10/04/2019, 22:22
Don Diego de Ruiz y Serrano

Por supuesto - respondo con una sonrisa al hombre de Dios que me pide sitio en la mesa -. Siempre es un placer compartir una mesa con un servidor de Dios nuestro señor. Por desgracia no abundan en estas tierras tanto como debieran.

Notas de juego

Perdón por mi despiste de antes. No recordarba que yo era el caballero de la rosa. XD

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11/04/2019, 11:23
Francesco

El monje asintió con la cabeza en señal de agradecimiento y tomo asiento en la mesa del caballero.

Mi nombre es Francesco, acabo de llegar a la ciudad y desde luego esto parece un hervidero de gente. ¿Ha venido por la cruzada? supongo que si pues en Venecia solo hay dos cosas que hacer, comerciar y las cruzadas y no tiene pintas de lo primero.

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14/04/2019, 12:36
Don Diego de Ruiz y Serrano

Un poco de cada, pero más bien soy cruzado – respondo a mi interlocutor – Aunque en su caso no sabría muy bien que decir. Por más que claramente sea un hombre de Dios no acabo de identificarle con un hombre de armas. Aunque no sería el caso más atípico de soldado de Nuestro Señor en la cruzada.

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14/04/2019, 12:45
Don Diego de Ruiz y Serrano
Sólo para el director

Notas de juego

Sigo a la espera de que aparezca alguna mujer, aunque supongo que mi nuevo amigo espanta un poco. XD

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15/04/2019, 21:52
Anna Sgorina

Una muchacha delgada de rasgos griegos, pelo castaño hasta los hombros, ojos marrones amigables y una nariz chata se acerca al grupo. Su vestimenta de rasgos orientales se asemeja al estilo bizantino, marcadamente elegante en su corte y estilo.

¿Una joven puede ayudar a sus camarada? He oído que hablabais de la cruzada. Pregunta con voz suave. Por su comentario, deducís que la muchacha os lleva espiando un rato. Disculpad mi falta de educación, mi nombre es Anna Sgorina, enviada de Bizancio.

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16/04/2019, 11:46
Francesco

Los arcos y las espadas no son lo mio dijo con una leve sonrisa Francesco ante el comentario del caballero, pero en una cruzada se reune mucha gente de todo tipo y ese gran rebaño necesita pastores.

Los primeros pasos de la conversación fueron interrumpidos por una dama, su vestimenta indicada sin lugar a dudas que venía de un lugar lejano, probablemente de oriente lo que fue confirmado por sus propias palabras.

No es de buena educación escuchar conversaciones ajenas... aunque poco más hay que hacer en un sitio como este para una viajera solitaria me temo. Mi nombre es Francesco.

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16/04/2019, 19:46
Narrador

Notas el aroma del desierto mezclado con el intenso olor de las especias, azafrán y pimienta asiática. También el suave tacto de la piel femenina que nunca se ha ensuciado por el arduo trabajo.

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17/04/2019, 11:00
Zoltan Bratovich

Mis ojos se entrecerraron al sentir las impresiones adheridas a aquella pequeña flor. Aquello que percibía me retrotraía a otro lugar, lejano respecto a donde nos encontrábamos. Demasiado lejano para haber sido traída aquella flor solamente para que una pobre mendiga la repartiera a cambio de unas monedas. Incluso demasiado para que el principado de la ciudad la emplease para "marcar" a sus invitados. Y la delicadeza de las manos que la habían sostenido...

Miré a Jensi, de reojo, pero no le dije nada. Volví a observar a aquellos dos que hablaban a cierta distancia de nuestra mesa, descubriendo que alguien más se había unido a ellos en la charla. Una mujer de finos rasgos y vestimenta de estilo bizantino, de clase alta según parecía. Aunque yo hacía mucho que había dejado atrás la confianza en las apariencias de las personas. También parecía estar viva, y bien podía tratarse de eso, una mera mortal rodeada de inmortales sin ser consciente de ello, o tratarse de otra no-viva como nosotros.

No era de mi agrado la conversación casual ni la charla intrascendente. No había en mi ánimo el deseo de "socializar". Sin embargo, Padre me había enviado a aquella ciudad con una misión muy concreta, y comenzar a calibrar las intenciones de los demás participantes en aquel Concilio era un inevitable primer paso. Por ello, decidí que presentarme y unirme a aquella conversación era el siguiente paso lógico. No deseado, pero obligado.

Pero no me gustaba caminar por territorio enemigo sin conocimientos que emplear en la contienda. De modo que opté por observar a aquella mujer antes, y acercarme con el conocimiento necesario para no ser un hombre desarmado.

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20/04/2019, 19:46
Don Diego de Ruiz y Serrano

Miro directamente a nuestra incorporación a la mesa.

Podría ser peor. Puede que tenga futuro.

Por favor, siéntese si lo desea. Estábamos hablando de Dios y de la misión divina que el santo padre nos ha encomendado. Mi nombre es Don Diego de Ruiz y Serrano, del Reino de Castilla y caballero cruzado.

La miro por un segundo, midiéndola.

¿Habéis venido con una expedición a la reunión o sois mensajera de noticias del imperio del este?

Notas de juego

Intento echarle un vistazo para comprobar si puede estar a nuestro lado de la mortalidad o al otro.

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23/04/2019, 20:07
Anna Sgorina

Una joven no es mal educada, es solo curiosa. Contesto al sacerdote.

¿Habéis venido con una expedición a la reunión o sois mensajera de noticias del imperio del este?

Una joven se encuentra en la ciudad en calidad de embajadora del imperio. Alguien tiene que tratar de defender la cultura e impedir que la barbarie destruya lo que tantos años nos ha costado crear. Luego calla durante unos segundos y mira a su entorno. El príncipe ha preparado un lugar adecuado para discutir sobre el siguiente paso de la…. expedición.

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24/04/2019, 20:27
Francesco

El sacerdote sonrió ante la replica de la mujer, sin duda no era la típica mujer con las que el monje estaba acostumbrado a tratar.

Esta ciudad no ha hecho más que sorprenderme desde mi llegada... Mi nombre es Francesco aunque seguramente ya lo conocia, no hagamos esperar al principe.

El monje se levantó de la mesa para acompañar a la joven