Partida Rol por web

Su atención se centró ahora en Plesel, y la pregunta la tomó por sorpresa. ¡No recordaba estar mirándolo en la cena! ¿Se estaba haciendo mayor? Llegó a conocer a un hombre que no te recordaba pasado un día, y lo cierto es que se apiadó mucho de él pues era una situación terrible.

- ¿En serio? –se llevó una mano a la boca sorprendida- No puedo creerlo. Me estoy haciendo mayor… ¿es culpa de la falta de alimentos? –se preguntó a sí misma para luego buscar la confirmación de Plesel- No tenía que haberme marchado del banquete.

Emitió unos leves ruidos con la boca, como si estuviera molesta, mientras su mirada se centraba ahora en Devirius.

Cruzó sus brazos, se acercó a él y se apoyó en la pared justo al lado de su puerta.

- Mejor que hablemos cuanto antes, no vaya a ser que también me olvide de lo que he descubierto -dijo algo disgustada- Y me debes una cena.

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Sintió la penetrante mirada de reproche de Leanan clavada en su cara y no se sintió capaz de decirle nada por temor a su respuesta. Todos conocían su peculiar forma de ser y hubiera preferido batirse con un ciclope en un estrecho pasillo que aguantar la reprimenda de Leanan.

¿Donde podemos hablar? dijo a Tergas pensando que esa era la mejor manera de esquivar a su compañera por lo menos durante unas horas. Quizás luego estuviese de mejor humor.

¿El qué ha descubierto jovencita? - La voz de Tergas, lejos de ser temerosa, era casi ridícula ante la visión de una jovencita alocada investigadora. - ¿No está todo a su gusto en su habitación?

Me temo querido Tergas que nuestra Leanan es a veces un poco imprevisible se dió cuenta que le iba a resultar imposible esquivar la reprimenda. ¿Por que no me espera en su habitación? le dijo al consejero Me reuniré allí con vos en unos minutos.

¿Cómo era posible haberse despistado tanto? Ya lo decían las madres: “come bien y así serás fuerte” Era más que evidente que haber renunciado a la cena estaba haciendo mella en ella, o así lo creía.

- En absoluto, Señor Tergas. La habitación es perfecta, y aunque no estaría mal una mantita en el suelo para Zupo está claro que al Señorito le encanta tumbarse tal cual –otra mirada de las suyas, pero esta vez hacia el pobre animal que estaba sentado y con la lengua fuera. Parecía una reprimenda privada, aunque su fiel amigo no parecía tenerlo en cuenta- ¡Ah! Se refiere a lo que he descubierto… Bueno, en realidad primero tengo que aclarar un tema con él –señaló con el pulgar a Devirius- No me gustaría darle una noticia equívoca ya que lo mejor es tener en la mente sólo las informaciones correctas, ¿no le parece?

Su semblante estaba algo más relajado, y entonces, como si algo importante le llegara a la mente volvió a hablar con Tergas.

- Por cierto, casi se me olvida… Estoy encantada por la bondad que en éste Palacio hay. Me explico… Resulta que el hombre que me acompañó desde la sala de banquetes hasta el pasillo estaba resultando algo insistente. La verdad es que tantas atenciones me incomodan un poco, y al final comprendí que el pobrecillo es un poco… ¿cómo decirlo? Bueno, que no está completo –se llevó el índice a la cien para indicar que no era sano del todo- Es fantástico que aquí se le den oportunidades a gente tan necesitada.

La mujer se llevó una mano al pecho, al corazón para ser más exactos. Sus palabras eran sinceras, y pese a todo lo que pudieran descubrir allí no podía negar el gesto de compasión. Por desgracia aquello sólo eran imaginaciones suyas, pues el pobre sirviente había salido avergonzado por las palabras de Leanan. Ciertamente era una conversación digna de haberse visto.

Ahora tornó su atención a Devirius.

- ¿Y bien?

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Ruwulf de pronto escucho lo que eran unas primeras palabras de Leanan en los pasillos que iban a las habitaciones.

se acercó un momento para unirse a la conversacion

buenas noches..ante todo pedirles disculpas por mi "ausencia" durante la cena, pero es que al parecer la bebida me afecto por un momento *

¿ocurre algo Leanan?

A pesar de oir las voces de sus compañeros en el pasillo Bergötaj permanece en la ventana disfrutando de la frescura de la noche. Parece que no es necesario en este momento y aprovecha para dejar descansar a su cerebro de las intrigas palaciegas.

Tergas escuchó la perorata de la joven con estoicismo.

 Para no tardar en llamar a voces a algún sirviente, el cual para su horror era el mismo del que hablaba Leanan.

Por favor trae una alfombra poara el compañero de habitación de nuestra invitada. No queremos que su mascota contraiga el moquillo. - Miró a Leanan buscando confirmacioón. - ¿Verdad?

El sirviente miró a la joven con cara pálida, mirándola irse coimo quien ha visto un fantasma, casi a la carrera.

Una vez desapareció, Tergas se giró hacia Lord Devirius.

En fin, caballeros, me retirtaré a mi habitación, espero que todo esté en orden, de todas formas, si quieren, mandaré venir a un par de guardias para que estén en el pasillo por si necesitan algo. si así lo desean comuníquesenlo al sirviente que traiga la alfombra para el perro.

Una vez lo realizó una protocolaria reverencia se dirigió hacia su habitación.

No será necesario contestó.

Cuando Tergas desapareció por aquel pasillo Lord Devirius abrió la puerta de su habitación y con gesto invitó a los demás a pasar a su interior. La estancia estaba algo desordenada y el capitán se sintió un poco avergonzado por ello.

Siento que te hayas perdido la cena dijo mientras buscaba algo en un pequeño cofre que había al lado de la cama. Supongo que podrás perdonarme ¿no? Cuando le preguntó había sacado un trozo de pergamino del cofre junto a una pluma y un frasco de tinta.

¿Te encuentras mejor? se sentó en una silla justo delante de una mesa pequeña. Les hizo un gesto con la mano para que se acercaran. Señaló el papel en el que había escrito una palabras

¿Has descubierto algo?

todo parecia muy extraño.

mire a ambos lados del pasillo y me pegé a Plesel para cubrirle si ocurria algo

Iba a ser un problema tener a un compañero con problemas de bebida, y aunque ahora tenía cosas más urgentes que tratar no iba a olvidarse del vicio de Ruwulf. Había conocido en sus innumerables viajes tipos con aquella adicción y, francamente, no los quería a su lado en momentos decisivos.

- No lo sé. Depende de lo que diga Devirius –sonrió a la pregunta del que ya consideraba un borracho empedernido. Así era Leanan.

Descruzó sus brazos y serenó su actitud al ver acercarse al sirviente que hacía poco la había acompañado. Eso sí que era una casualidad.

- Hola, buen hombre –comenzó con un tono bastante delicado, como quien habla a alguien que no entiende demasiado bien tu idioma- Si no encuentra una alfombrilla no se preocupe, con una vieja manta bastará. ¿Me comprende? –al verlo partir se dirigió a Tergas- Es ese. Parece bastante diligente pese a todo.

Quedose observando al sirviente unos instantes cuando Tergas anunció que se marchaba a su habitación. Casi al mismo tiempo entraron en la habitación de Devirius.

- Estoy hambrienta –respondió a sus palabras y se quedó mirándolo ambiguamente durante un momento, hasta que leyó lo que había escrito en el papel. Sabiendo que tendría que escribir, o más bien dibujar, le preguntó- ¿Cómo ha ido la cena?

Hizo un par de gestos con las manos para que hablara mientras ella comenzó a dibujar algo en el papel. Necesitaba tiempo para que se entendiera lo que iba a hacer, pero lo cierto es que se lo estaba tomando como un juego de adivinanzas.

Lo primero que dibujó fue la habitación de Tergas, disponiendo en cada sitio la cama, el escritorio, el baúl y la cómoda. Miró a sus compañeros para captar su aprobación, e instó a Devirius a seguir hablando. No iba a ser fácil para ellos, pero Leanan tenía una visión entretenida de lo que estaba haciendo.

- Qué interesante, Devirius. Sigue, sigue…

Lo segundo fue señalar el escritorio y agitar el papel que estaba escribiendo mientras con la otra mano mostraba dos dedos. En un lado del papel escribió:

“1º De Tergas a Grûm: sospecha del médico y lo vigila. Le pide qué sabe de él mientras cuidó a su hijo enfermo”

Volvió a mirarlos para ver si lo habían entendido. Después volvió a escribir:

“2º De Tergas a Drerick (la mujer puso cara de desagrado): pone en conocimiento de lo que ha pasado en Nolsania y le pide ayuda para luchar contra los Neths. Y no sé qué de un tal Roderheim y su secreto a la tumba (se encogió de hombros pues no se había parado a pensar en ello) El sello del portal ha sido roto por algunos objetos que (paró un segundo y se tocó la cabeza como si recordara las palabras exactas) por alguno de los objetos que la guardan”

Nuevamente miró a sus compañeros en busca de alguna señal de confusión, de lo contrario prosiguió con su habitual entusiasmo. Volvió a señalar en el plano de la habitación el baúl quitándole importancia con la mano, pero luego señaló la cómoda y sonrió de oreja a oreja. Parose a pensar cómo plasmar lo que había descubierto y luego volvió a dibujar, pero por la otra cara del papel (debía aprovecharlo)

Lo primero fue dibujar lo que se suponía una pared y una trampilla en ella, haciendo un gesto con la mano como si tuviera que tirar de ella. Después dibujó un tirabuzón y escribió “escalera”. Lo siguiente fue dibujar una puerta (escribiendo "puerta" al lado) lo suficientemente grande como para describir lo que en ella vio. Se tomó algo de tiempo para dibujar a dos bestias enfrentándose: una especie de dragón, más o menos, y algo que parecía ¿un grifo escupiendo fuego? Al ver las caras de sus compañeros agitó la cabeza y escribió las palabras al lado de las bestias. Luego, de forma muy rudimentaria, dibujó a dos muñecotes que montaban a las bestias blandiendo espadas.

Lo siguiente fue dibujar, nuevamente, unas flores a los lados y, en la parte superior de la puerta un ojo mientras que en la inferior… un cetro. Al lado del mismo escribió: “¿El cetro de Naa Taa?"

Lo último que hizo, con algo de tristeza, fue poner una cerradura a la puerta y negar con la cabeza mientras que con la mano indicaba que era difícil.

"No pude abrirla" -terminó.