Partida Rol por web

Sobre la marcha se acuerda de un detalle, tan simple como un fallo de Tergas al escribir el nombre. Leanan señala el nombre de Roderheim y tacha "un tal" y la letra "e" del nombre. Ahora quedaba claro para ella, y seguro que para Devirius.

Devirius leía una y otra vez todo lo que Leanan había escrito al mismo tiempo que intentaba recordar todos aquellos gestos con que la muchacha los había acompañado. Se rascaba la cabeza mientras analizaba los dibujos que representaban aquella misteriosa puerta.

Sabía que la hoja estaba comenzando a parecer un montón de garabatos con letras, pero acababa de recordar algo importante que podría despejar parte del significado de la puerta. La mujer señaló el Grifo y al lado escribio:

"Se parece a la bestia que describió Kanys en Nolsania"

Después, en una esquina inferior escribió:

"Me aburro de tanto escribir"

Y estaba claro, por su cara, que así era. El silencio no estaba hecho para ella, y aunque había disfrutado con aquel juego ahora tenía la necesidad de hablar.

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Debo reconocer que estoy algo confuso explicó a los demás Todo esto me tiene desconcertado. Parece claro que el sello del bosque se ha roto o fragmentado y es lo que ha originado la aparición de las criaturas de  las que supimos en Nolsania. se levantó y empezó a caminar en circulos pequeños

Pero lo del Duque... se encogió de hombros creo que sacamos conclusiones precipitadas. De todas formas no me fio de estas paredes y es más que posible que nos escuchen. reparó en las notas de Leanan y las rompió en pequños trozos que luego lanzó al fuego.

Debemos intentar cerrar el sello de nuevo. concluyó

Unos ligeros golpes suenana en la habitación contigua a la de Devirius.

Colocó el dedo indice en su boca en señal de silencio y con la otra mano señaló la pared a traves de la cual se había colado aquel sonido. Se acercó despacio hasta ella para intentar discernir el origen o causa del aquellos misteriosos golpes.

Un poco confuso por la opulenta cena, Bergötaj descansa junto a la ventana sin poner demasiada atención a los dibujos y mensajes de Leanan. Escucha con confusión los superfluos comentarios de la cena de Devirius con extrañeza hasta que los golpecitos despiertan su atención.

Todo su cuerpo se pone en tensión, el vello se le eriza, y clava sus ojos en la fuente del sonido. Baja con calma su mano y la apoya en la espada que cuelga en su cinto. No la desenváina ni suelto el cuero que la asegura. No quiere hacer ningún ruido.

Al escuchar los golpecitos se sobresalta un poco e intenta disimularlo acomodándose los atuendos aunque observa hacia el lugar de donde provino el ruido y luego hacia el resto de la habitación, dando un par de pasos para no quedar en la puerta.

Muchas interrogantes dan vueltas en la cabeza del hombre, pensamientos confusos acerca de pactos secretos o intentos de desestabilizar la región.

Iba a abrir la boca para decir algo cuando observa la señal del Lord de hacer silencio.

Me gustaria interpretar lo que ha dibujado Leanan.

en silencio y con solo movimientos con el brazo indico a Plesel que se ponga casi detrás de mí mientras saco mi espada ( tengo ¿no? ) y me preparo ante un ataque .

empiezo a ponerme sudoroso .

Observó a Devirius en su caminar por la estancia, además de escucharlo con atención. Lo cierto es que ya no le gustaba planear las cosas a medias, entre acertijos y un “no podemos hablar que nos están escuchando”. Eso era evidente, por lo menos la parte de incomodidad.

Lo que no se esperaba Leanan era ver cómo su esfuerzo, sus creaciones artísticas, eran despedazadas y echadas a las llamas sin tregua alguna. La cara se quedó casi petrificada en un gesto de sorpresa, completamente pasmada. Levantó una mano tímidamente, como si no se creyera que su maravilloso Dragón y Grifo estuvieran siendo devorados por el fuego. Pero no dio tiempo a replicar en cuanto un sonido de la otra habitación los puso en alerta.

¿De dónde provenía?

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El sonido proviene de la zona donde suponéis está la habitación de Leanan.

El sonido de golpes rítmicos se prepite, dando otros tres o cuatro golpecitos. Seguidos de una tenue voz.

Señorita, le traigo su alfombra. - Era la voz, temerosa, del sirviente al que Tergas ordenó traer la protección para el frío de Zupo. - ¿Señorita?