Partida Rol por web

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Bergötaj se despierta con los primeros albores del día, abre los ojos y observa aletargado a su alrededor. Está en el suelo. La mayor parte de su "genereso" torso se encuentra encima del colchón que sacó de la cama antes de acostarse. Estos humanos no tienen nunca he cuenta a la gente de talla grande. Aprovecha el espacio que le brinda la amplia habitación para estirarse todo lo largo y ancho que es y se levanta poco a poco. Vuelve a ponter el colchón, retorcido por su peso, en su sitio e arregla torpecemente un poco la cama.

Después, coloca el portarmaduras donde ha colgado su coraza dragonut cerca de la ventana para vestirse mientrás observa como arranca el día.

El día despunta y el propio Tergas os recibe en el comedor para desayunar.

Buenos días. ¿Han descansado bien? - Su voz sonaba fuerte, como renovada tras una plácida noche de descanso. - Hoy quería enseñarles algunas cosas importantes.

Tergas estaba solo en el comedor, ni el duque ni sus nobles estaban en la sala. Tan solo los sirvientes le hacían compañía hasta que llegaron los visitantes de Górnoran.

sin gesticular palabra me posiciono justo detrás del hombro de Plesel.después le hablo en voz baja.
veamos señor lo que nos enseñan....esperemos que algo que nos llame la atencion

A tientas agarró la camisa y se la puso, quedándole a medio muslo. Tenía todo el aspecto del que se acaba de levantar. Bostezó abiertamente, estiró su cuerpo y se dirigió a la puerta. Al abrirla echó una rápida ojeada, más para curiosear que por necesidad. A lo lejos podía escuchar el ruido de los sirvientes afanándose en las primeras tareas del día.

- ¿Todavía sigues levantado? –movió suavemente a Zupo con la pierna- Creía que ibas a estar desvelado tras pensar seriamente lo sucedido ayer. Ya veo que te da igual –se hubiera entendido eso último si no llega a ser por el bostezo al decirlo.

Se espabiló gracias al agua de la jarra que estaba junto a la palangana, y tras ello se vistió. Un pantalón cómodo, una camisa y un cinto con muchos bolsitos formaban parte de su vestuario. Después de colocarse las botas y sujetarse el pelo en una cola improvisada, inusual en ella, su estómago anunció que era momento del desayuno.

- Pues sí, he descansado de lo lindo –respondió a Tergas una vez en la mesa- Me gusta éste clima porque no tienes que dormir con ropa –dijo distraídamente- Me agobia los camisones, ¿y a usted?

Esperó la respuesta mientras mordía la fruta que le resultaba más exótica, ya la hubiera probado de antes o fuera por primera vez.

- ¿Y qué cosas son esas?

Buenos días a todos Devirius fue el ultimo en aparecer por aquel pasillo y el cansancio se reflejaba visiblemnete en su rostro.

Al escuchar la respuesta de Leanan el consejero ducal se enrojeció su su rostro mientras su ojos bajabam avergonzados. Sin duda la joven le parecía interesante, bella e imprevisible.

Desayunemos, nos espera un largo y duro día. - Esto lo decía con una mano en alto que sostenía una apetitosa empanada de atún salado a medio comer. - Lord Saetor ha tomado buena nota de su petición y en este momento ultima la preparación de medio centenar de solados del duque para partir hacia Karetia.

Una vez hubieron terminado el fuerte desayuno que a algunos les sentó francamenmte bien ante el ayuno nocturno, Tergas les condujo hacia sus aposentos.

He estado trabajando buena parte de la noche, para que entiendan lo que les voy a explicar y que espero ofrezca algo de luz sobre lo que ocurre.

Al entrar en su alcoba, se dirigió hacia un escritorio atiborrado de pergaminos y manuscritos con ilustraciones inacabadas o tachadas.

Mostró a los presentes tras cerrar la puerta una vez todos entraron, de dos discos encerrados en dos rectángulos verticales. En el de la izquierda se veía un jinete sobre un dragón lanzando llamas y en el de la derecha otro jinete tenebroso sobre un a criatura grotesca, en forma de grifo deformado, también lanzando llamas.

Esto pertenece a un grabado antiguo del ducado muy relacionado con la profecía y la leyenda de los Neths. - Hizo una pausa teatral. - En todo Sellecktesh hay un total de 10 puertas como esta. Algunas las guardamos los miembros de la liga de la protección del secreto. Pero hay otros cuatro que desconocemos su ubicación y que según la profecía serán descubiertos en el albor del fin.

Uno está aquí en Kaptol, bien protegido por tropas ducales.

Su voz se oscureció.

De los otros cinco conocidos sabemos de su un¡bicación aproximada. La Cueva de Akich, en Górnoran. En Hertet hay un tercero, por los informes que tenemos de Letorino cuando vivía, pero ignoramos su situación. Otro en el reino enano de las montañas de Grûm. El de Nolsania Menor del que Ulil era responsable, pero me temo haya muerto. El sexto conocido se encuentra en Nusaral.

Tergas permaneció callado mientras miraba las caras de sus ahora aliados.

Los otros cuatro se perdieron en la oscuridad de los tiempos y son vitales para controlar el regreso de los Neths. Esos portales como les dije son las puerta de su acceso, no solo uno. Sin embargo mientras tengamos la mayoría no deberíamos tener miedo. Hasta ahora controlábamos seis de los 10, pero al perderse Nolsania Menor, y como creo el portal, ahora la guerra está empatada y perdemos terreno, los Neths se harán corpóreos de nuevo. Hasta ahora una docena de personas sabían de su existencia. Ahora debo pedir que juren que este secreto se mantendrá a salvo de enemigos. De lo contrario seréis eliminados por el Titán, Poral o el mismo Pifo. Guardianes finales de los portales. No intervendrán excepto en el caso de magia de deidades. Los Neths son semidioses o dioses menores, como se les quiera ver. Su único fin es aniquilar a los dioses que los encarcelaron en el otro mundo. Pifo, Titán y Germen. La alianza de los tres dioses del orden. Sin embargo creen en el libre alvedrío por lo que no intervendrán contra fuerzas mortales sin magia de dioses.

La cara de Tergas mostraba determinación en lo que decía

Existen varios objetos de poder que controlan el paso por cada una de las puertas. Uno por puerta. Aunque de moento no os diré cuales son, y  espero lo entendáis. El mundo está en ello.

Aprovechando el generoso desayuno, Bergötaj se alimenta bien, pensando en que es probable que no vuelva a disponer de tal variedad de manjares cuando se adentren en el bosque. Después acompaña a Tergas y los demás a escuchar lo que tiene que decirles el consejero. Escucha con interés la narración a pesar de no conocer algunos de los nombres que menciona.

Se siente un poco confuso en esta maraña de deidades o semideidades antediluvianas, pero nunca ha sido un motivo para amedrentarlo.

Solo abre la boca para afirmar el juramento de que no hablará con nadie más de estas cosas. No tiene ningún problema ya que la única persona a la que tendría interés en contarselo es a su Señor, Devirius, pero al estar este presente duda mucho que sea de utilidad.

El desayuno estuvo repleto de exquisita comida, y para alguien acostumbrada a las raciones de viaje era un lujo disfrutar de ellas. Dio de comer a Zupo y se echó dos apetitosas manzanas en los bolsillos. “Una para el mediodía y otra para la comida”, dijo distraídamente. Acto seguido acompañó al resto de comensales a la habitación de Tergas.

Al llegar ojeó la estancia como si fuera la primera vez que estuviera allí, pero todo aquello ya le era familiar.

- Acogedora… -opinó siguiendo hasta el escritorio. Sobre él aparecían esparcidos papeles y pergaminos, pero les enseñó uno en especial. Sí, aquel era el dibujo exacto de lo que había visto, pero la mujer puso morritos al ver lo bien que estaba en comparación con sus dos monigotes de la noche anterior.

- Bueno, eso no quiere decir que los Neths controlen aún los cuatro portales desconocidos, ¿o sí? –apuntó tras la explicación- Y tampoco quiere decir que los otros cinco, estén bajo control. Lo cierto es que hay uno aquí, después el de Nolsania, Górnoran y Grûm; los otros dos… ¿cómo sabemos que no han caído?

Una vez debatieron las posibilidades quedaban dos cosas por decir:

- Entonces… los Dioses son unos zoquetes –expresó sin malicia alguna- ¿Pero cómo van a dejar a la ligera la posibilidad de que los maten? No entiendo – ¿quien de los presentes se atrevía a explicarlo?

- Por lo pronto lo mejor es buscar algunas respuestas en el bosque, y cuanto antes mejor.

Todo a su tiempo señorita. - Sonrió ante las verdades que inquiría la joven. - Los dioses tienen poderosas razones, te lo aseguro.

El consejero ducal apoyó la mano en la cabeza de Zupo acariciándole mietras miraba a Leanan con ojos tristes.

De momento no confío lo suficiente en vosotros como para desvelaros más. - Mirando al resto. -  Perdonen la franqueza.

Al retirar la mano de Zupo, el can se echó sobre la alfombra somnoliento mientras movía el rabo rápidamente.

Tergas asintió ante la afirmación de Leanan.

Iremos a Karetia, es allí donde deberán emerger los Neths corpóreos. Ignoro la situación de los portales de Hertet, Nusaral, las montañas de Grûm, Akich y Nolsania, pero sin duda, los discípulos del titán controlan al menos cinco de las puertas y se hacen más fuertes, de lo contrarío no hubieran emprendido esta ofensiva a destiempo. - Se sentó sobre su cama, siendo consciente de que todos le miraban. - Debemos ir a Karetia, sin embargo ese es el último sitio al que deberíamos ir, los Neths ya habrán corrompido todo ser vivo de ese antiguo bosque. Sus tentáculos llegan hasta aquí.

Suspiró amargamente.

Lo que quiera que esté controlando, minando y emponzoñando la mente de mi señor, cree sin duda que mi señor conoce la ubicación del portal. Vuestra visita me lo ha confirmado, ahora espero que tarde tiempo en comprender que no es él, el guardian de la puerta.

Tergas calló esperando las pregunatas de sus contertulios.

Puso una cara rara pero finalmente se encogió de hombros sabiendo que aún no podía obtener respuestas.

- Bueno, no se preocupe por su franqueza. Pensaría lo mismo, estando en su posición o en la mía –sonrió con cierta picardía- Se me entiende, ¿no?

Pensó muy por encima las dificultades que hallarían en el Bosque de Karetia, pero la situación exigía adentrarse para averiguar lo máximo posible. Entonces le asaltó una duda.

- Mmm… ¿quiere decir que no saben dónde está situado el Portal de Kaptol? No entiendo eso último.

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Los Neths no conocían la situación de los portales, ya que cuando el titán los desterró, los seres mortales de Sellecktesh los escondieron, para evitar que los Neths, que cada 108 años adquieren el suficiente poder para lanzar ataques a través del inframundo a este, no los encontrarán. Sin embargo el tiempo pasa y los Neths aprenden.

Tergas pareció comprender la verdadera intención de la locuela joven.

El portal solo lo conocen los consejeros del duque. - Confesó Tergas. - Esto sucede desde hace varias generaciones, cuando el duque Lorken, sabedor del peligro que corría Karenthia cada siglo, creyó que sería mejor hacer que el consejero del duque supiera de él y no el propio duque, así se despistaría a cualquier espía. Y sin duda ha funcionado el ardiz de Lorken.

Mientras esperaba como los demás ordenaban sus pensamientos y miraba por la ventana observando como el sol ya se elevaba alto, proxiguió.

En Karetia está el portal de paso, la verdadera puerta, las demás son meras cerraduras, como la que hay aquí en Kaptol.

Entiendo dijo tras reflexionar tranquilamente lo que Tergas había contado

Debemos actuar rápido amigo Tergas pues creo que la la sombra que manipula a nuestro Duque es más fuerte cada día y no tardará en averiguar que el secreto no está en su mente afirmó De hecho creo que ya nos ha engañado a nosotros en una ocasión. Debemos pediros perdon dijo levantandose pues desconfiamos de vos Tergas confundidos por la lengua manipulada del Duque. Ruego nos disculpeis por ello hizo una reverencia de sincera disculpa

Marchemos a Karetia entonces, pero hagamoslo en el mas estricto de los secretos

El consejero agachó la cabeza, pareciendo no comprender del todo la causa de las excusas.

Eso es imposible, pues el duque estaba en la reunión de anoche y lo que él sabe lo sabrá nuestro enemigo.

Reflexionó unos instantes.

Pero podemos tratar de ganar tiempo. Si vosotros os adelantáis yo podré ir retrasando la expedición. Para que vuestra presencia no se espere tan pronto.

A eso me refería precisamente exclamó tenemos en nuestra manga una carta importante. Podemos hacer ver al enemigo a traves del Duque lo que nosostros queramos. Eso nos dará un poco de tiempo al menos.

Quedaba claro que lo descubierto por Leanan era, asombrosamente, una de las cerraduras que abrirían el último portal. Eso si hacía caso de las palabras de Tergas, y de momento ganaba puntos.

- Entonces, si es de fiar, vigilaría al médico ese. Tiene una pinta de lo más siniestra –puso cara de sospecha al decir eso.

Ahí quedaba su opinión, y teniendo en cuenta que sabía de la existencia de la carta que preguntaba por el susodicho parecía convencida de lo que decía.

- Pues si salimos antes mejor, y si es por separado parecerá que tomaremos distintos caminos. De hecho podemos hacer ver eso, como si nuestro rumbo hubiera cambiado –se llevó una mano a la barbilla pensativamente- ¿Puede hacer que la expedición salga en un principio a otro rumbo y, ya fuera de los lindes de la ciudad, dirigirse al bosque?

Bergötaj no tiene claro cual será la opción más correcta, y tampoco está seguro de que el enemigo observe de los ojos del duque o del médico solamente. Lo que si tiene muy claro es que quiere salir cuanto antes. Siente un apremio que no sabe donde le viene, como una prisa por no perderse una cita a la que no ha sido invitado, y no tiene ni idea ni cuando ni donde se producirá.